Virreinato de Nueva Granada

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el artículo hace parte de la historia de los actuales territorios de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá entre el período de 1718 y 1822, dependientes del Virreinato de Nueva Granada. El virreinato quedó conformado por las Audiencias de Santafé, Panamá y de Quito, y algunas provincias de lo que posteriormente sería la Capitanía General de Venezuela. La capital del virreinato se situó en la ciudad de Santafé. El virreinato se disolvió temporalmente, por razones económicas, entre 1724 y 1740, cuando se reinstauró nuevamente. Finalmente desapareció en 1822 tras las guerras de independencia.

Hacia el año 1778 el virreinato de la nueva granada se encontraba formado por los territorios que hoy son colombia, chile, venezuela y panama y varia islas del caribe se cree que para ese año ya habian 1890 pueblos.

Antecedentes

La débil dependencia del gobierno de las provincias del Nuevo Reino de Granada con el Virrey del Perú en Lima, sumado a la lentitud de las comunicaciones con la capital peruana, entre otros, motivaron el establecimiento de La Nueva Granada en 1717 (y su restablecimiento en 1739 luego de una corta interrupción). De esta manera, otras provincias, de lo que hoy podría corresponder con Ecuador, Venezuela, y eventualmente Panamá, hasta entonces bajo otras jurisdicciones, se unieron políticamente bajo la jurisdicción de Bogotá, confirmando a la ciudad como uno de los principales centros administrativos de las posesiones españolas en el Nuevo Mundo, junto con Lima y la Ciudad de México. Aunque hubo intentos esporádicos de reformas encaminadas a mejorar la eficiencia y centralización de la autoridad, realmente el control de España nunca fue efectivo.

Las consideraciones que manejó la corona para su creación giraron en torno a dos hechos esenciales. En primer lugar, la zona era la más importante del continente en cuanto a la producción aurífera.[cita requerida] En segundo lugar, su situación estratégica entre los dos océanos y de puerta de entrada a la parte occidental de la América del Sur, le permitiría enfrentar mejor el contrabando y los ataques de piratas y filibusteros con un punto más cercano al Mar Caribe. En cuanto a la población del virreinato, señala Carlos Malamud:

A lo largo de la centuria, la población del virreinato fue en constante aumento, estimándose una tasa de crecimiento para el último cuarto del siglo del orden del 1,5 por 100 anual. Según el censo de 1778, la población del virreinato, con exclusión de los territorios integrados en la Real Audiencia de Quito, ascendía a 742.759 habitantes. W.P.McGreevey estimó que la población de los territorios que forman la actual Colombia ascendía a 940.000 habitantes.

Finalmente, la mayor concentración de población (62%) se encontraba en los altiplanos andinos colombianos.

La difícil y diversa geografía del Norte de Suramérica y la escasez de caminos apropiados hacían difícil el tránsito y la comunicación en el interior del virreinato. El establecimiento de una Capitanía General en Caracas y una Real Audiencia en Quito, aún legalmente subordinada al virrey, fue una respuesta a las necesidades de un gobierno efectivo en las regiones más alejadas; aunque algunos analistas consideran que también fue reflejo, en algún grado, de la tradición local, la cual, eventualmente contribuyó a crear diferencias políticas y nacionales entre los territorios recién independizados que Simón Bolívar no lograría reunificar por mucho tiempo, con la fundación de la primera República de Colombia en 1819.

Historia Política del Virreinato

Retorno de la presidencia (1724–1740)

Terminada la guerra con la Cuádruple Alianza se emitió otra Cédula Real que suprimió, por razones económicas, temporalmente el Virreinato de Nueva Granada.

Segundo virreinato (1740–1810)

Por mandato real, la Real Audiencia de Quito fue incorporada nuevamente al Virreinato. Para entonces, el rey firmó en San Ildefonso, la Cédula de Reerección definitiva del 20 de agosto de 1739 del Virreinato de Nueva Granada con los mismos derechos de la Cédula Real de 1717.

Intermezzo republicano (1810–1816)

Las primeras juntas autonomistas

El 10 de agosto de 1809 un grupo de criollos, liderados por Juan Pío Montúfar, declararon una Junta de Gobierno propia en Quito, juraron lealtad a Fernando VII y desconocieron a las autoridades nombradas desde España. Esto se conoce como el primer grito de independencia de las colonias españolas en América.

El siguiente episodio ocurrió en Caracas, el 19 de abril de 1810. La primera insurrección ocurrida en el actual territorio de Colombia ocurrió en Valledupar en abril de 1810. La Junta de Gobierno de Cádiz ordenó el retiro de Amar y Borbón, noticia que portaba el Comisionado Regio, el quiteño Antonio Villavicencio.

El 22 de mayo en Cartagena de Indias, un movimiento revolucionario creó una Junta de Gobierno. Los sucesos continuaron en julio de 1810. El 3 de julio Santiago de Cali formó sus juntas, luego vendrían Socorro y Pamplona. Finalmente, el 20 los sucesos ocurrirían en la misma sede del virreinato: Santa Fe se sublevó.

El 20 de julio en Santa Fe

Los sucesos de Santa Fe del 20 de julio de 1810 tienen la importancia de haber ocurrido en el centro del poder colonial del Virreinato de la Nueva Granada. Con la deposición y el arresto del virrey, el Virreinato dejaba de existir de facto.

El plan era aprovechar la llegada del Comisionado Regio Antonio Villavicencio a Santa Fe, para hacer relucir las diferencias entre los "chapetones" y los criollos y formar una reyerta en medio del día de mercado. En medio de la reyerta se arengó al pueblo a exigir cabildo abierto, el cual fue utilizado para deponer a la Real Audiencia y crear una nueva Junta de Gobierno. Las milicias en Santa Fe estaban comandadas por Antonio Baraya.

La independencia de Cartagena

La primera Junta en declarar la independencia absoluta de España en el antiguo territorio del Virreinato fue Caracas, el 5 de julio de 1811. En el actual territorio de Colombia, Cartagena de Indias lideró igualmente el camino. Los hechos ocurridos en Cartagena precipitaron la declaración de independencia absoluta en las demás ciudades del Nuevo Reino.

Patria Boba

Luego de los diversos gritos de independencia, en el periodo comprendido entre 1810 a 1816 hubo grandes conflictos internos que surgieron por opiniones encontradas acerca de la forma de organizar el nuevo gobierno las constantes peleas entre los federalistas y centralistas, y estos a su vez contra realistas dio origen a este periodo inestable. Durante cinco años, en el antiguo Nuevo Reino de Granada cada provincia proclamó sus autoridades, cada aldea tuvo su Junta independiente y soberana.

Tercer virreinato (1816–1822)

Tras su regreso al poder, Fernando VII procuró restablecer el poder monárquico en América. En 1815, el Río de La Plata, Chile, Nueva Granada y Venezuela estaban regidas por diferentes fracciones independentistas y en muchos lugares el poder estaba en manos de juntas fernandistas.

La reconquista (1815–1816)

Disueltas las juntas fernandistas, Fernando ordenó la reconquista de la Nueva Granada y Venezuela, acción que quedará a cargo de Pablo Morillo, y el restablecimiento del Virreinato en cabeza de Juan de Sámano. De esta manera, Pablo Morillo recibió las tropas desde los puertos de Sevilla y Barcelona en España y de ahí llegó al puerto de Cartagena de Indias de donde se aventuraron las tropas para los bloqueos de los puertos de La Dorada (en Caldas) y Puerto Salgar (en Cundinamarca) llegando a Santafé de Bogotá y tomando la capital con los tropas del ejército español en la Plaza Mayor (Actualmente Plaza de Bolívar).

El régimen del terror (1816–1819)

Morillo y Sámano fueron recibidos como héroes en Santa Fe, la percepción cambió pronto cuando comenzó la represión contra los líderes de las juntas y los gobiernos republicanos.

La independencia (1819–1822)

Si bien durante el régimen del terror, varios grupos republicanos se mantuvieron activos, ejerciendo un poder efectivo en los Llanos, principalmente en la Guayana venezolana y en el Casanare, no sería sino hasta 1819 cuando se emprendió el proceso final de expulsión del dominio español.

En 1819 un ejército republicano comandado por Simón Bolívar cruzó las montañas que separan Casanare de Tunja y Santa Fe y tras las batallas de Pore, Pantano de Vargas y Puente de Boyacá tuvo vía libre para tomar el control de Santa Fe, ciudad a la que llegó el 10 de agosto de 1819.

El virrey Sámano huyó de la ciudad, y el virreinato dejó de ser efectivo. Sin embargo, España ejercía su poder en varias ciudades del virreinato y sus zonas de influencia: Quito, Pasto, Popayán, Cartagena de Indias, Santa Marta, Caracas y Panamá, entre otras.

Durante 1820, Pablo Morillo, comandante del ejército realista en la Nueva Granada, y Simón Bolívar acordaron una tregua que fue utilizada por Bolívar para conformar la naciente República de Colombia. Las hostilidades se reanudaron en 1821 con la batalla de Bomboná, la cual, siendo un desastre táctico para ambos ejércitos, dio una ventaja estratégica para las fuerzas republicanas que pronto lograron el control total del actual territorio de Colombia logrando así la liberación de los actuales Ecuador y Venezuela. Así, para todos efectos, en 1822 los realistas habían perdido el control de lo que alguna vez fue el Virreinato de la Nueva Granada.

La Expedición Botánica

El arzobispo-virrey Antonio Caballero y Góngora, en 1783, acometió la trascendental obra de la Expedición Botánica, aprovechando los conocimientos, talento y sabiduría de del sacerdote José Celestino Mutis. Para ello el arzobispo-virrey hizo gastos de su propio bolsillo mientras venía la aprobación de la Corte, la cual obtuvo a fines de ese mismo año. El objeto principal de la Expedición Botánica fue el de la investigación científica y del estudio de la flora colombiana, así como la realización de observaciones astronómicas, geográficas y físicas.

Véase también