Hernán Merino

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Busto de Hernán Merino en una plaza de Ancud.

Hernán Merino Correa (Antofagasta, Región de Antofagasta, Chile, 17 de julio de 1936 - Lago del Desierto, Santa Cruz, Argentina, 6 de noviembre de 1965) fue un militar chileno, teniente de Carabineros de Chile, muerto en confusas circunstancias en Lago del Desierto un enfrentamiento con un contingente de la Gendarmería Nacional Argentina.

Biografía

Nació en Región de Antofagasta, en el norte de Chile, en el seno de una familia antofagastina. Era hijo del capitán de Carabineros Carlos Merino Charpentier, y de Ana Correa de la Fuente. Tenía cuatro hermanos, incluyendo a su hermano Carlos, quien seguiría junto a él la tradición familiar de ser parte de Carabineros.

En su infancia, su familia debió trasladarse a Limache, donde inició su educación escolar. Fue un alumno destacado y promovido con excelentes notas. Es así como llegó a la Escuela de Carabineros de Chile del general Carlos Ibáñez del Campo, convirtiéndose rápidamente en uno de los mejores alumnos según lo testimonian sus camaradas y profesores.[1]

El 16 de diciembre de 1957 egresó como subteniente. Luego de trabajar en diferentes unidades y ser ascendido a teniente, en marzo de 1961 fue destinado a la Prefectura de Aysén, sirviendo en varias comisarías entre 1962 y 1964. Durante este periodo salvó a una madre embarazada de ahogarse en el río Bío Bío y participó en el rescate del único sobreviviente del accidente aéreo de un avión Fach que llevaba 20 pasajeros (1963)[2]

Luego regresó a la capital, para integrarse al segundo curso de perfeccionamiento de tenientes. Volvió a la Región de Aisén como jefe de una tenencia, unidad en la que se encontraba cuando se produjo el incidente fronterizo en la zona de Lago del Desierto.

Fallecimiento

Fuerzas de la Gendarmería Nacional Argentina en el bosque.

Gendarmes argentinos habían comenzado a notificar a residentes chilenos de la zona que debían presentarse ante autoridades argentinas y tributar en Río Gallegos, ya que que estaban ocupando territorio argentino de modo irregular.

Desde hacía algún tiempo el colono chileno Domingo Sepúlveda venía denunciando las hostilidades de gendarmes argentinos, por lo que el 6 de noviembre de 1965 un grupo de Carabineros, entre los que se encontraba Merino, fue a inspeccionar, vigilando la casa de los colonos.

Fotografía del teniente Merino herido de muerte.

Alrededor de las 16:30 horas irrumpieron dos niños -hijos de los colonos chilenos- señalando que habían visto soldados con cascos en el bosque que se acercaban al campamento.[1]

Comenzaron a acercarse hacia el mayor Torres, quien intentaba parlamentar con ellos. Los gendarmes argentinos, numéricamente superiores,[3]​ comenzaron a apuntar, y el teniente Merino, al advertir la delicada situación, corrió hacia su superior, sujetando su fusil para disuadir a los gendarmes que lo emboscaban, diciendo "Yo lo apoyo, mi mayor".

El oficial chileno habría señalado a los gendarmes que podían salir, ya que los chilenos no pensaban disparar, sin embargo, la aparición de Merino fue considerado un gesto ofensivo por los gendarmes argentinos, quienes abrieron fuego.[4]

Al cesar los disparos, el teniente Merino yacía muerto. Un subalférez del grupo de gendarmes justificó a sus hombres, diciendo: "¡Ustedes tienen la culpa por no haberse ido antes de aquí...!".[cita requerida]

Los carabineros chilenos no respondieron, un testigo diría más tarde "el silencio llenó el ambiente enrarecido por el olor a pólvora mortal".[5]

Según el argumento argentino, los gendarmes dieron la orden de deponer las armas, a lo que los carabineros se negaron, lo que causó una situación de nerviosismo y el fatal desenlace.[cita requerida]

Los oficiales chilenos serían tomados presos, hasta el 8 de noviembre, fecha en la cual fueron liberados.[5]

Legado

Cripta del Teniente Merino en la Alameda.

700 Carabineros se reunieron a esperar la orden de atacar a los gendarmes argentinos, pero la orden del gobierno chileno nunca llegó.

Los restos del teniente Hernán Merino Correa fueron velados en una capilla ardiente erigida en la Escuela de Carabineros de Chile. Desde allí se trasladaron hasta la Catedral Metropolitana de Santiago, siendo sepultado en el Cementerio General de Santiago, luego de ser despedido por miles de chilenos y altas autoridades de Carabineros y del gobierno, incluyendo al Presidente Eduardo Frei Montalva. Años más tarde, el 26 de abril de 1997, los restos de Merino fueron trasladados con honores a la cripta construida en su memoria a los pies del monumento a los mártires.[2]

Durante las décadas que siguieron a su muerte, Hernán Merino ha recibido una larga serie de reconocimientos y honores, incluyendo actos de conmemoración a lo largo de Chile por Carabineros cada 6 de noviembre,[6][7][8][9]​ quienes lo consideran uno de sus mayores héroes y un ejemplo de servicio. Además, su nombre ha sido usado para bautizar escuelas (en Cochrane, Valdivia, Santiago, etc.). Finalmente, en el año 2005 se le rindió homenaje en el Senado de la República por distintos parlamentarios en representación de los partidos políticos de Chile, donde también asistieron familiares y delegaciones de la Corporación de Defensa de la Soberanía, del Centro de Estudios Militares, el Salón teniente Merino y delegaciones de Carabineros.[10][2]

Véase también

Referencias

Enlaces externos