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Faetón

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La caída de Faetón, de Johann Liss, principios del siglo XVII.

En la mitología griega, Faetón o Faetonte (en griego antiguo Φαέθων Phaéthôn, ‘brillante’, ‘radiante’) era hijo de Helios (Febo, el ‘brillante’, un epíteto posteriormente asumido por Apolo), y de Clímene, esposa de Mérope.

Alternativamente, sería el hijo que Eos dio a Céfalo y que Afrodita robaría cuando no era más que un niño, para convertirlo en un daimon, guardián nocturno de sus más sagrados santuarios. Fue padre con Afrodita de Astino. Los cretenses le llamaron Adymus, que para ellos significaba estrella de la mañana y de la tarde.[1]

Faetón alardeaba con sus amigos de que su padre era el dios-sol. Éstos se resistían a creerlo e incluso uno de ellos decía ser hijo de Zeus lo cual enojo a Faetón que terminó acudiendo a su padre Helios, quien juró por el río Estigia darle lo que pidiera. Faetón quiso conducir su carruaje (el sol) un día. Aunque Helios intentó disuadirle, Faetón se mantuvo inflexible. Cuando llegó el día, Faetón se dejó llevar por el pánico y perdió el control de los caballos blancos que tiraban del carro. Primero giró demasiado alto, de forma que la tierra se enfrió. Luego bajó demasiado, y la vegetación se secó y ardió. Faetón convirtió accidentalmente en desierto la mayor parte de África, quemando la piel de los etíopes hasta volverla negra. Finalmente, Zeus fue obligado a intervenir golpeando el carro desbocado con un rayo para pararlo, y Faetón se ahogó en el río Erídano (Po). Su amigo Cicno se apenó tanto que los dioses lo convirtieron en cisne. Sus hermanas, las helíades, también se apenaron y fueron transformadas en alisos o álamos, según Ovidio, convirtiéndose sus lágrimas en ámbar.

La moraleja de la historia es un añadido posterior. En las primeras referencias homéricas Faetón es simplemente otro nombre del propio Helios.[2]​ La sustitución de éste por Apolo como dios-sol sucedió más tarde que esta leyenda.

Se conservan fragmentos de la tragedia de Eurípides sobre este mito, Phaethon. Al reconstruir la obra perdida y discutir los fragmentos, James Diggle ha cuestionado el tratamiento del mito de Faetón.[3]

El tema de la estrella caída debe haber sido familiar en Israel, pues Isaías se refiere a él cuando amonesta al rey de Babilonia por su orgullo.[4]​ La Enciclopedia Judía cuenta que «es obvio que el profeta, al atribuir al rey babilonio un exceso de orgullo, seguido de su caída, tomó la idea prestada de una leyenda popular relacionada con la estrella de la mañana». La imagen de la estrella caída reaparece sin nombre en el Apocalipsis de Juan. En el siglo IV Jerónimo de Estridón tradujo ‘estrella de la mañana’ por «Lucifer» (v.), llevando el elemento mítico de la estrella caída a la mitología cristiana.

Evocaciones artísticas

En el siglo de Oro español el mito ha sido frecuentemente recreado, en obras como: Los rayos de Faetón (1639), de Pedro Soto de Rojas; La Fábula de Faetón (1629), del Conde de Villamediana; El Perro del Hortelano (1613), de Lope de Vega; o El hijo del Sol, Faetón, comedia de Pedro Calderón de la Barca.

La literatura inglesa también lo ha hecho: Ben Jonson lo menciona en su Masque of Blackness como alguien que «fired the world» (‘encendió el mundo’) y Shakespeare también lo cita, en la obra Romeo y Julieta (línea 3, escena 2, acto 3), mientras Julieta habla de Romeo. El mito de Faetón le sirve también a E. M. Forster para vertebrar el plano alegórico del capítulo sexto de Una habitación con vistas (1908). En la actualidad, la leyenda de Faetón es usada por John C. Wright para crear el protagonista principal, junto a su padre Helión, de su trilogía de novelas de ciencia ficción: La edad de oro, Fénix exultante y La trascendencia dorada.

La pintura también trató frecuentemente este mito, ocupándose en ilustrarlo artistas como Van Eyck, Nicolas Poussin, Lucas Jordan, Francisco Pacheco, Rubens, y Goya, entre otros.

En música, el mito ha sido frecuentemente utilizado como argumento en óperas, poemas sinfónicos, tragedias líricas y ballets. Los más importantes son:

Notas

  1. Hesíodo: Teogonía 986; Solino, xi.9; Nono: Dionisíacas xi.131, xii.217.
  2. Homero, Ilíada xi.735; Odisea v.479.
  3. Diggle (2004).
  4. Isaías.

Bibliografía

En español, hay dos obras en que se estudia la recreación literaria de este mito en la literatura española:

  • Gallego Morell, A. (1961), El mito de Faetón en la literatura española, Madrid, CSIC.
  • Rozás, J.M. (1963), «Dos notas sobre el mito de Faetón en el siglo de Oro», Boletín Cultural de la Embajada Argentina, 1, 3-14, Madrid.

Enlaces externos

  • Eurípides: texto conservado de Faetón (Φαέθων).
    • Fragmento en francés en el sitio de Philippe Remacle.