Diferencia entre revisiones de «Josefina de Beauharnais»

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Plantilla:Infobox monarca Josefina de Beauharnais (Marie Josèphe Rose Tascher de la Pagerie)[1]​ (23 de junio de 176329 de mayo de 1814) fue la primera esposa de Napoleón Bonaparte y la primera emperatriz del primer imperio francés. Por la descendencia de su hija, Hortensia, Josefina fue abuela de Napoleón III y por su hijo, fue bisabuela de los más recientes reyes y reinas suecos y daneses, así como de la última reina griega. Las familias reales actuales de Bélgica, Noruega y Luxemburgo también descienden de Josefina.

Josefina—llamada Rosa hasta conocer a Napoleón—nació y creció en las Antillas Menores a orillas del Mar Caribe, hasta que por un golpe de suerte la enviara a contraer matrimonio en la sofisticada ciudad de París a la edad de 17 años. A fines de 1783 se separa de su esposo y poco después regresa al Caribe, donde pone orden a la economía de su familia en medio de la sublevación de esclavos de 1791 y de la Revolución Francesa. De regreso a París ese año, arriba justo para la caída del Antiguo Régimen y la subida al poder de la Primera Repúblic Francesa. Por intermedio de sus conexiones sociales, conoce a Napoleón Bonaparte con quien contrae matrimonio en 1796, dos años después de que su primer esposo falleciera bajo la guillotina de Maximilien Robespierre. Reconstruyendo su vida en medio de los febriles años del Directorio, llegó al pináculo de la fama eruopea cuando en diciembre de 1804, Josefina es coronada emperatriz de Francia por su segundo y último esposo, Napoleón.[2]​ Poco después, en 1810, por no serle posible dar un hijo heredero a Napoleón, la pareja se divorció y Josefina se retiró al Castillo de Malmaison, de su propiedad. Josefina murió en 1814, elogiada por los franceses, quienes la llamaban l'bonne Josephine (Josefina, la buena).[3]

Al menos hasta octubre de 1779 Josefina usó su primer nombre Rosa o el nombre más familiar, Yeyette. Después de su matrimonio con Alejandro de Beauharnais, firmaba Vicontesa de Beauharnais o bien Lapagerie de Beauharnais. El certificado de matrimonio con Napoleón venía firmado M.R.J. Tascher y de allí en adelante firmaba con los dos apellidos: Lapagerie-Bonaparte o Tascher-Bonaparte. A partir de 1804 firmaba simplemente Josephine, nombre con el que fue coronada emperatríz de Francia y con el que se registraron los eventos legales de su posteridad.[4]

Juventud

Ubicación geográfica de Martinica, lugar de nacimiento y crianza de Josefina, con respecto a Francia.

Marie Josèphe Rose de Tascher de la Pagerie nació en la isla Martinica,[5]​en una plantación de esclavos de azúcar cerca de Les Trois-Îlets, una aldea en el lado opuesto de la bahía de Fort-de-France (llamada en ese entonces Fort Royal). Era la hija mayor de Joseph-Gaspard de Tascher, caballero y señor de la Pagerie, teniente de la Infantería de Marina,[1]​ y de su esposa, Rose-Claire des Vergers de Sanois,[6]​ cuyo abuelo materno era de ascendencia inglesa.

La literatura describe a Josefina como un mujer de altura promedio, esbelta, con buena figura y cabellos castaños y sedosos, ojos marrones y una tez morena-amarillenta. Su nariz era pequeña y simétrica, su boca bien formada, sin embargo, mantenía su boca constantemente cerrada para no descubrir sus malos dientes.[7]​ Con frecuencia era elogiada por su elegancia, estilo y su voz baja y bellamente modulada.[8]

Por razón de que su crianza ocurrió lejos de París y de la influencia de otras niñas de distinción, su porte y manerismos eran expresión de su vida en el campo y no la de una jóven de los círculos nobles de Francia.[5]​ Además, la constante tradición de chupar la caña de azucar y consumir sus productos, hizo que sus dientes se descoloraron e infectaron.[9]​ Josefina fue educada en un colegio de monjas llamado Dames de la Providence en Fort-Royal.[2]

A pesar que una plantación de caña de azucar era una empresa lucrativa, la familia de Josefina tuvo dificultades económicas durante más de 10 años a raíz de la destrucción que causara un huracán a su propiedad en el año 1766 y de la adicción que su padre Joseph tenía a los juegos de azar. De hecho, como consecuencia de la destrucción de su casa por el huracán, la familia de Josefina vivía en el segundo piso del edificio que tenía los calderos de cocción de la caña.[10]

Désirée, una tía paterna de Josefina, estaba casada con François, visconde de Beauharnais, un aristócrata francés. En 1778, Al fallar la salud de éste, Désirée hizo arreglos para que la hermana de Josefina, Catherine, se comprometiera con el hijo de François, Alejandro, vizconde de Beauharnais, de 17 años y oficial de la armada francesa. Sin embargo, sin que lo supiera la tía Désirée, Catherine, había fallecido de tuberculosis dos meses antes,[11]​ el 16 de octubre de 1778. Para cumplir los deseos de la tía en París, se tomó la decisión de enviar a Manette, la hermana menor de Josefina, de tan solo 11 años, pero la niña enfermó y finalmente fue Josefina quien tomó el lugar de su hermana y se desposó con Alejandro. Dicho matrimonio sería de gran beneficio económico para la familia de Josefina, ya a que la familia de Beauharnais, era adinerada. Josefina dejó atrás un pretendiente, el teniente francés Scipion du Roure.[12]​En agosto de 1779, Josefina y su padre Joseph partieron rumbo a París. A finales de octubre Josefina conoció a su prometido y su familia. Josefina dió una buena impresión en la familia, a pesar que sus manerismos provinciales aún no se habían ajustado a los modos sofisticados de la aristocracia parisiense.

Árbol familiar de Josefina de Beauharnais


 
 
 
Marie Françoise
Bourreau de la Chevalerie
 
 
 
Gaspar-Joseph
de Tascher de la Pagerie
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Rose-Claire
Vergers de Sannois
 
Joseph-Gaspard
de Tascher de la Pagerie
 
Marie Euphémie
de Tascher de la Pagerie
 
Robert Marguerite
de Tascher de la Pagerie
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Marie Josèphe Rose
de Tascher de la Pagerie
 
Catherine-Désirée
de Tascher de la Pagerie
 
Marie Françoise
de Tascher de la Pagerie
 
 

Primer matrimonio

Edificio de la municipalidad de Noisy-le-Grand, comunidad donde contrajo matrimonio Josefina y Alejandro de Beauharnais.

En octubre de 1779, poco antes de la batalla de Martinica, Josefina arribó a Francia con su padre y contrajo matrimonio con Alejandro el 13 de diciembre de 1779 en una pequeña iglesia de Noisy-le-Grand, al este de París. Los Beauharnais vivían en un vecindario que una vez fue de lujo pero que había empobrecido, no muy lejos de los mercados cubiertos de París y de la entrada a la Corte de los Milagros,[2]​ un sitio preferido por los limosneros y ladrones, lugar hecho famoso por el «Jorobado de Notre Dame» en Nuestra Señora de París escrito por Victor Hugo 50 años después, en 1831. El padre de Josefina, quien llevaba cerca de un mes enfermo, se alivió bajo los tratamientos de los médicos en París. Josefina encontró que París era una ciudad sucia, mal oliente y con demasiada gente y bulla, sin embargo quedó impresionada con la cantidad de objetos de venta en tiendas y mercados por toda la ciudad. En París, Josefina tomó clases de ética, literatura, escritura y otros elementos de actualización para situarse comodamente y comportarse adecuadamente entre la nobleza de Francia.[13]

Desafíos matrimoniales

Eugène de Beauharnais, primogénito de Josefina y Alexander de Beauharnais.

El 3 de septiembre de 1781, Josefina dio a luz su primer hijo, un varón que nombraron Eugène. Alejandro, quien había partido casi seis meses atrás, vino a visitar a Josefina y su recién nacido primogénito. Sin embargo, partió de inmediato en una gira de ocho meses de Italia. Los viajes de Alejandro eran tan numerosos y de tan larga duración que en un período de cuatro años, Josefina vio a su esposo un total equivalente a 10 meses.[10]​ La relación de los recién casados se condujo mayormente por correo, cosa que le dificultaba a Josefina, por su mala ortografía. Esas cartas de Josefina y su mala ortografía horrorizaba a Alejandro y era una de las causas de problemas en el matrimonio de Josefina. Un mes después del nacimiento de Eugène, en octubre de 1781, Josefina se entera que Alejandro había tenido amoríos con la prima de Josefina, Laure de Girardin de Montgérald (1764-1816) y que juntos habían tenido un hijo. En julio de 1782, Josefina se reconcilió con su esposo. Las evidencias sugieren que hasta septiembre de ese año la pareja vivió sin altercados. Para diciembre, Alejandro partió para Martinica, en las Antillas Menores al norte de Venezuela, tierra natal de Josefina, para trabajar como asistente del gobernador. Josefina decidió quedarse en Noisy-le-Grand porque estaba embarazada por segunda vez y Eugène era muy pequeño para tan larga y tediosa travesía.

Josefina dio a luz prematuramente el 10 de abril de 1783 a una niña que llamaron Hortensia Eugénie Cécile. Hortensia se casaría con Luis Bonaparte, hermano de Napoleón, en 1802 y es ascendiente directo de las casa reales actuales de Bélgica, Suecia, Dinamarca, Grecia, Noruega, Luxemburgo, Liechtenstein y Mónaco. Mientras tanto, Alejandro, aún en Martinica avergüenza a su familia por motivo de su comportamiento desenfrenado, dado al alcoholismo, a los juegos de azar y teniendo amoríos con diversas damas de la región, inlcuyendo a la misma Laure, quien para entonces había enviudado.[13]​ Laure, la amante de Alejandor, le reportó del nacimiento prematuro de su hija, considerado evidencia en ese entonces de que el bebé no podría haber sido suyo. Para la época, era considerado normal que un bebé naciera tarde, pero, por lo general, el que un recién nacido naciera prematuramente era indicios de infidelidad. Alejandro, sobrnó a los esclavos de la hacienda de la familia de Josefina en busca de evidencias de que Josefina, en su juventud, había sido promiscua. Uno de ellos cooperó por la suma equivalente de US$5,000, a pesar de que solo tendría unos 5 años para cuando Josefina partió de la isla.[10]​ Adicional a la historia del jóven esclavo, no existen evidencias de que Josefina había sido infiel a su esposo o que no haya llegado a su matrimonio una mujer vírgen.

Hortensia de Beauharnais (1783 - 1837), hija de Josefina y Alexander Beauharnais. Pintura al óleo por François Gérard.

En septiembre de ese año, Alejandro expulsa a su esposa Josefina de su casa y la envía, con los niños, a un abadía.[9]​ En diciembre, Josefina solicita a Mr Joron, abogado del Rey y comisionado de Chastelet, una carta de separación legal. El padre de Mr Joron, quien acompañó al abogado a visitar a su cliente Josefina, la describe como una «fascinante persona jóven, una dama de distinción y elegancia, con estilo perfecto, una multitud de gracias y la más bella de las voces habladas». Los abogados convincieron a Josefina de la más numerosa lista de desventajas en una separación legal, en especial el futuro financiero de sus hijos. La mudanza fue económicamente difícil para madre e hijos por razón de que Alejandro no hacía sus pagos como había prometido y la pensión del padre de Alejandro iba disminuyendo cada año. Los hijos de Josefina extrañaban al abuelo más que a Alejandro, a quien rara vez veían. A comienzos de 1785, Alejandro se llevó a su hijo Eugène sin que su familia o Josefina lo supieran, porque pensaba que el niño no debía ser criado en una casa con solo mujeres. Al descubrir el paradero de Eugène, Josefina notificó a las autoridades, quienes le concedieron una audiencia para el siguiente mes, marzo de 1785.[1]​ Ese mismo mes, Laure de Montgérald, prima de Josefina y amante de Alejandro, contrajo matrimonio con un General, Arthur Dillon.[14]​ Alejandro se declaró culpable en la audiencia de la corte con la condición de que obtendría la custodia de Eugène a partir de la edad de 5 años. A cambio, Alejandro prometió pagar mensualmente la cantidad de 5.000 libras como pensión y 1000 libras más por Hortencia hasta que cumpliera la edad de 7 años, a partir de cuando pagaría 1.500 libras cada año. Desafortunadamente, pocas veces cumplió con su parte del acuerdo.

Desafíos económicos

En mayo de 1786, una señora de apellido Croÿ visitó a Josefina anunciando que su hija Geneva-Louise había quedado embarazada de Alejandro, pero que no iba a poder sostener al bebé después de nacer por razón de su pobreza, solicitando de Josefina ayuda monetaria para la crianza del infante. Al parecer, Alejandro ya había pagado una gran suma de dinero a la familia en cuestión a favor de su silencio y para resolver la situación. En junio de ese año, la jóven dio a luz a una niña, Marie-Adélaïde, quien fue enviada a una tutela, bajo el cuidado del señor y la señora d’Antigny. Josefina contribuyó constantemente para la crianza de la niña. En 1804, Josefina, en ese entonces emperatríz de Francia, hizo arreglos para que Adéle conociera y se casara con un capitán de apellido Lecomte y le proveyó de una granja como dote.

Alexandre François Marie de Beauharnais, primer esposo de Josefina de Beauharnais, aproximadamente 1791-94. Pintor desconocido (óleo).

En septiembre de 1786, Eugène cumplió cinco años y se marchó bajo la custodia de su padre, un evento de peculiar desafío para Josefina. La situación económica de la familia seguía empeorando, en parte porque Francia estaba en la quiebra, probablemente por la ayuda que ofrecía a los estadounidenses en su guerra de independencia. Sin embargo, al año siguiente, los negocios de la familia de Alejandro en el mar Caribe produjeron ganancias que probaron ser de alivio para Josefina y sus suegros.

A mediados de 1787, el padre de Josefina enfermó, y, por ser el adminsitrador de ciertas propiedades de Alejandro, Josefina temía que perdieran esa herencia, de modo que viajó en 1788 con Hortensia a Martinica, su lugar de crianza.[1]​ Mientras tanto, en Francia comenzaba un gran tumulto político y Alejandro comenzó a abrazar y promulgar el odio contra el absolutismo monárquico, invitando a Josefina en varias cartas a que leyera Voltaire, Rousseau y otros que se usaron como inspiración para sembrar los conceptos de libertad política, de fraternidad y de igualdad que conllevaría a la revolución francesa. En Martinica, Josefina logró poner en orden las cuentas de su familia. Sin embargo, su estadía en Martinca no tardó largo tiempo, a pesar de sus deseos de mantenerse en su tierra natal.

Revolución francesa

Dibujo de la entrada a la Prison des Carmes, donde Josefina y Alejandro Beauharnais fueron encarcelados en 1794.

El drástico levantamiento popular en Francia tuvo repercusiones en la sociedad e instituciones de Martinica, especialmente en torno a la libertad de sus habitantes. Todo ello conllevó a la sublevación en 1791 en pro de la abolición de la esclavitud.[15]​ En noviembre de 1790, dos años después de llegar a Martinica, los peligros de la rebelión obligaron a Josefina y su hija a volver a Francia, sin equipaje y sin dinero. En tan solo tres años, Francia había cambiado drásticamente en comparación a cuando Josefina partió para el Caribe. La Bastilla había sido tomada, la nobleza había perdido sus derechos feudales y la democracia había triunfado.[13]​ Josefina se reunió con su hijo Eugène y se quedaron a vivir temporalmente en la casa de Fanny de Beauharnais, tía de Alejandro y madrina de su hija Hortensia.

En septiembre de 1791 Josefina se mudó a casa de otra tía en Fontainebleau.[16]​ En septiembre de ese mismo año el Rey juró lealtad a la nueva constitución. Josefina y su esposo Alejandro se habían estado escribiendo desde que Josefina volvió de Martinico y se volvieron a ver a finales de 1791, en Rue Saint-Dominique, la casa de la tía Fanny, celebrando la aprobación de la nueva constitución. La relación entre Josefina y Alejandro parece haber sido, en este punto, una de fraterna amistad, sin que existan evidencias de que hayan vuelto a vivir juntos el resto de sus vidas. El 15 de marzo de 1792, la hermana menor de Josefina y última sobreviviente de sus hermanos, falleció en Martinico.

Alejandro se había vuelto político y uno bueno, apasionado por las nuevas ideas liberales, llegando a ser el presidente de la Asamblea Nacional. De hecho, por dos semanas, después del exilio del Rey, Alejandro era el lider político de Francia.

Antes de la Revolución, todos los oficiales militares habían sido aristócratas y para el comienzo de la Revolución, la mayoría de ellos huyeron del país, de modo que habían pocos hombres en Francia con experiencia militar para liderizar sus tropas en contra de Austria, Prusia y sus otros enemigos. Alejandro fue uno de los que recibió una comisión de mando militar, asignado bajo el General Bairon. En abril París estuvo bajo toque de queda y en junio el palacio del Rey fue tomado por los revolucionarios. Mientras cientos de personas morían en París y otros cientos eran arrestados, Josefina comenzó a adoptar los modales de la nueva República y a entablar amistad con algunos de sus líderes más influyentes.

Algunos de los amigos de Josefina, incluyendo Armand de Montmorin, el Ministro de Asuntos Exteriores, habían sido arrestados. Por temor de que fuesen guillotinados, Josefina comenzó a abrogar a los directivos , incluyendo a Barras y Tallien por la libertad de sus amigos más cercanos. El 3 de septiembre de 1792 Eugéne, su primogénito cumplió 11 años en medio de campanas, rebatos y cañones, toque de queda, suspendidas las clases en las escuelas y los tutores privados encarcelados o escondiendose y su padre al frente de batallas recientemente promovido a mariscal de campo con las masacres de septiembre en pleno apogeo. Montmorin y miles más fueron asesinados en las carceles de París.

Alejandro se unió a la milicia revolucionaria, llegando al rango de Comandante en Jefe de la Armada del Rin y fue nominado como Ministro de Guerra, cargo que no aceptó. Sin embargo, después de perder una batalla en contra de Prusia, Alejandro perdió la confianza de los jacobianos y cayó en sospecha de traición.[1]​ El 2 de marzo de 1794, durante el Reinado del Terror el Comité de Salvación Pública arrestó a Alejandro. Josefina por su parte, vivía alquilada con sus hijos en la población rural de Croissy.[10]​ Josefina viajó a París con el fin de abrogar el arresto de una prima. El Comité consideró que Josefina tenía vínculos en los círculos contrarevolucionarios por lo que ordenó su arresto el 19 de abril de 1794. Su arresto fue solicitada el 2 del mes Floréal, año II (12 de abril de 1794), y estuvo en prisión hasta el 10 del mes Termidor, año II 28 de julio. En prisión, la prisión de Carmes, el mismo lugar donde ocurrieran las Masacres de Septiembre, se volvieron a encontrar marido y mujer. Aunque es probable que la pareja se haya reconciliado en prisión, Alejandro se enamoró de una viuda, Delphine Custine, mientras que Josefina parece haberse vista atraída por un jóven General de apellido Hoche. El Carmes era una de las peores cárceles de la Pimera República: sobrepoblada, asquerosa y a diario se extraían individuos que eran de inmediato guillotinados. Cuando Josefina fue encerrada habían 600 personas encarceladas, para cuando fue dejada en libertad, tres meses después solo habían 200. Alejandro, acusado de haber defendido mal la ciudad de Mayenne en 1793 y considerado "aristócrata sospechoso" fue condenado a muerte. A tan solo 5 días de la caída de Robespierre, Alejandro fue guillotinado el 23 de julio junto con su hermano Agustín en la Plaza de la Revolución—actual Plaza de la Concordia—en París. Josefina, por su parte quedó libre cinco días después gracias al coup d'état del 9 Termidor (27 de julio) y la ejecución de Maximilien Robespierre, dando fin al Reinado del Terror.[1]

Tras su liberación de la prisión, Josefina intentó rehabilitar la memoria de su esposo y pasó por serias dificultades económicas. En junio de 1795, gracias a una nueva ley, se le permitió recuperar las posesiones de Alejandro.

Napoleón Bonaparte

Retrato de la Emperatríz Joséphine, por François Gérard.

Después de quedar viuda, Josefina de Beauharnais pareció haber sido compañía íntima e incluso amante de diversas figuras políticas, entre ellas siempre se ha comentado la relacíón existente con Paul François Jean Nicolas Barras, quien en esos momentos, era la persona más poderosa del Directorio que gobernaba Francia.[17]​ Sin embargo, Barras era homosexual o por lo menos bisexual, por lo que es probable que la tremenda ayuda económica que recibiera Josefina del General, no hayan sido incentivados por una relación sexual, sino económica, en especial considerando la multitud de conexiones sociales que gozaba Josefina, en parte por su asociación con la francmasonería, de las que se beneficiaría Barras.[10]​ Barras le llamaba la viciosa criolla («lewd Creole»). Varios historiadores la tachan de lasciviosa y parrandera, basado en las cartas de sus contemporáneos. Pero no existe sino una sola carta de Josefina durante esa epoca y que puede considerarse auténtica, de modo que hay pocas palabras escritas por ella en defensa propia.

Josefina conoció al General Napoleón Bonaparte, en casa de Madame Teresa Tallien, a quien los franceses apodaban la «Madame Libertad» y «Nuestra Dama Del Tremidor» (Notre-Dame de Thermidor). Madame Tallien y Josefina se hicieron muy amigas desde que se conocieron en la prisión, donde estuvieron juntas y en el futuro, Josefina sería madrina de uno de los hijos de Madame Tallien. Los rumores también aseguran que Madame Tallien fuese amante de Barras. Josefina tenía 32 años cuando conoció a Bonaparte y era seis años mayor que el General.[18]​ Al parecer Bonaparte tenía preferencia por mujeres de mayor edad, pues en una previa oportunidad le había propuesto matrimonio a una viuda el doble de su edad. Barras le propuso a Napoleón que asumiera el mando del ejército de Italia y le insistió en casarse con Josefina, lo cual le permitía a Barras quitarse de encima a Josefina, una amante de la que ya estaba cansado. El matrimonio también la daría a Bonaparte una sólida conexión francesa, al punto que después de la boda, quitaría la letra u de su apellido italiano: Buonaparte.

De su relación con Napoleón, Josefina le escribiría a un amigo que no amaba al emperador, al respecto ella se encontraba “en un estado de indiferencia”.[5]​ Josefina—que para entonces era conocida como Rosa—y Napoleón se comprometieron en enero de 1796 y se casaron por lo civil el 9 de marzo de 1796, se cuenta que al momento del acto, el notario ante el que se verificó la ceremonia, le recomendó a Josefina no hacerlo, pues lo hacía con un general pobre, sin futuro que no tenía que aportar al matrimonio más que su equipo militar. El ministro de Guerra hizo la misma recomendación, así como el contador de Josefina, éste por motivo de que el contrato del matrimonio implicaba que se compartirían equitativamente todos los gastos de vivienda, aún los gastos de la boda.[10]

Dos días después de su matrimonio, Bonaparte partió para liderizar el ejército frances en Italia, enviando desde el exterior muchas cartas intensamente románticas a su nueva esposa.[18]​ En febrero de 1797, Bonaparte escribió:

«Vd, a quien la naturaleza a dotado con espíritu, dulzura y belleza, la única que puede mover y gobernar mi corazón, Vd que conoce pero tan bien el imperio absoluto que ejercéis sobre el!»[19]

Muchas de esas cartas siguen preservadas en el presente, mientras que existen pocas cartas de Josefina, y no se sabe si es que ello se deba a que se han perdido o por la escasez inicial de dichas cartas hacia Napoleón. Josefina conservó en su poder la mayoría de las cartas que recibiera de Napoleón.[2]

Pese a su matrimonio, Josefina—menos enamorada de Napoleón que lo estaba él de ella—continuó una vida frívola y en las constantes ausencias de Napoleón durante su mando en el Ejército de Italia, aprovechó para mantener amantes,[5]​ incluyendo a un teniente Hussar de nombre Hippolyte Charles, en 1796.[18]​ Los rumores de la infidelidad de Josefina llegó a ser informada a Napoleón por sus hermanos y amigos. Incluso en una ocasión, al regresar de la expedición a Egipto, ya al tanto de estos amoríos, llegó a expulsar a Josefina de su casa cuando se hartó de soportar dichas infidelidades,[20]​ sin embargo, más pudo el amor que sentía por ella y la perdonó, continuando su vida en común, esto o el probable divorcio, influyó decisivamente en Josefina, quien desde ese momento no volvió a ser infiel.[5]

Sin embargo, este comportamiento motivó que Napoleón tuviera otras amantes, algunas de las cuales eran damas de compañía de Josefina cuando Napoleón había escalado a la cumbre del poder político cuando el Consulado y posteriormente el Imperio, con al menos una de ellas tuvo un hijo, el llamado Conde León. Una de las amantes de Bonaparte fue Pauline Bellisle Foures, la esposa de un oficial menor y que llegó a ser conocida como la «Cleopatra de Napoleón».

Emperatriz

Josefina se arrodilla ante Napoleón durante su coronación en Notre Dame, pintura al óleo por Jacques-Louis David, 1808.

La relación entre ambos esposos estaba seriamente comprometida, pese el amor que se tuvieran ambos. Un incidente en el Palacio de Saint-Cloud casi pone a fin el matrimonio cuando Josefina descubre a Napoleón en el cuarto de una de sus criadas, Elisabeth de Vaudey, causando una escena violenta entre el emperador y su esposa. Napoleón mismo estuvo a punto de poner fin a su matrimonio por razón de que Josefina no podía tener hijos, probablemente debido al estrés que sufriera en prisión, acelerando prematuramente su menopausia o bien por razón de lesiones que sufriera durante una caída de un balcón que colapsó con Josefina sobre él en 1798. Eventualmente, y por los esfuerzos de Hortensia, hija de Josefina, los esposos se reconciliaron y comenzaron la solicitud de coronación.

Cuando la coronación del Emperador, Josefina aprovechó la oportunidad para por medio del Papa, quien se negó a consagrar al Emperador y a la Emperatriz si no se realizaba la ceremonia religiosa de matrimonio. Debido a esto, en ceremonia privada realizada en la Capilla Real de las Tullerías el dia anterior a la coronación, es decir el 01 de diciembre de 1804. De esta manera también, Napoléon mantenía un as bajo la manga, podía anular el matrimonio posteriormente si le convenía bajo el argumento que no fue realizado con todas las solemnidades del caso.

En la ceremonia de la coronación, el trono de Napoleón estaba a la derecha del altar, mientras que Josefina estaba en un trono menor situado cinco escalones más abajo que el de Napoleón. Josefina fue coronada emperatriz por su esposo Napoleón en la catedral de Notre Dame el 2 de diciembre de 1804. La coronación no fue del agrado de la familia de Napoleón, al punto que su madre Letizia ni siquiera acudió al acto de coronación y las hermanas de Napoleón que no soportaban a su cuñada, tuvieron que cargar con la cola del vestido de coronación de Josefina muy a su pesar y de mala gana. (En el cuadro de la coronación de Napoleón, se observa la presencia de Letizia en el fondo de la imagen, pero esta es irreal, puesto que Napoléon ordenó al pintor David que la incluya en el cuadro). Para marcar su matrimonio con Josefina, Napoleón mandó a fabricar una tiara entregada al Papa Pío VII.[21]​ En la pintura de Jacques-Louis David de la coronación, aparece Josefina de rodillas a punto de recibir la corona restaurada de Carlomagno, mientras que su esposo portaba la corona de laureles de oro al estilo de los emperadores romanos. La ceremonia de la coronación duró más de tres horas.

Napoleón, el día de la coronación, llamó al notario que celebró el enlace civil para decirle "Todavía cree que no tengo nada"

La indolencia intelectual de Josefina le mantuvo alejada de los asuntos de Bonaparte, aunque asistía continuamente a funciones teatrales y otras reuniones públicas, donde ocasionalmente daba cortos discursos. También era dada a leer novelas sentimentales, aunque era mejor conocida por su afición a las compras. Sus gastos se estiman en cerca de un millón de francos, equivalente a unos US$200.000 anuales.[5]​ Sus mayores extravagancias eran las ropas y su propiedad, el Castillo de Malmaison, donde coleccionaba flores exóticas, pinturas románticas, momias y otras reliquias de los viajes de Napoleón, etc.

Cara sur del Palacio de las Tullerías durante la Segunda República Francesa, lugar donde vivieron Napoleón y Josefina Bonaparte.

En su rol de emperatriz, Josefina tuvo que sujetarse a una vida de rituales, guiada por elaboradas etiquetas dignas de las reinas de Francia del pasado. La mayoría de sus apariciones públicas ocurrieron en los Palacios de las Tullerías, Saint-Cloud y Fontainebleau, así como en el Malmaison y, con menos frecuencia en Élysée y Rambouillet. Josefina también viajó al exterior: Estrasburgo, Maguncia, Baden, Wurtemberg y el reino italiano. Sus gastos eran pagados por la tesorería pública y cubrían los costosos de sus caros vestidos, chales, sombreros y zapatos, adicional a las sedas, plumas, joyas, perfumes y variadas curiosidades que acostumbraba usar en eventos públicos.[2]

El fin del matrimonio de Napoleón y Josefina fue el tardío descubrimiento que Napoleón no podría tener heredero con Josefina. Por varios años se supuso que Josefina podía tener hijos con Napoleón, evidenciado en el hecho que Josefina ya tenía dos hijos, de modo que Napoleón asumió que era él el responsable de que su matrimonio se veía sin hijos. Sin embargo, en 1806 Napoleón llegó a ser el padre de un hijo ilegítimo.[5]​ Luego en 1809 su amante para la época, una condesa polaca, Maria Walewska, le reveló que estaba embarazada de su hijo.[22]​ Al verse claramente que Josefina era incapaz de darle un hijo a su esposo, aceptó divorciarse para que Napoleón pudiera volver a casarse y tener el heredero que tanto ansiaba. El divorcio (10 de enero de 1810) fue el primero bajo el Código de Napoleón. En 1811, Napoleón contrajo matrimonio con la Archiduquesa María Luisa de Austria, con la que tuvo un hijo ese mismo año: Napoleón II de Francia.[23]

Vida subsecuente

Carta de divorcio a Napoleón.

Después de su divorcio, Josefina se trasladó a vivir al Castillo de Malmaison, cerca de París. Después de completar la renovación de Malmaison, Josefina se dedicó casi por completo a sus jardines, en especial los rosales. Bajo la tutela de Josefina, la carrera del pintor Pierre-Joseph Redouté floreció, dedicandose éste a pintar todo tipo de flores. Una rosa fue nombrada en honor al castillo de Malmaison y sus 650 rosales, la especie Souvenir de la Malmaison.

El divorcio le asignó a Josefina rentas para vivir con holgura y varias propiedades a nivel de compensación, sin embargo, la ex Emperatriz siempre fue una mujer derrochadora, amante del buen gusto, con lo cual sus ingresos, durante toda su vida, nunca alcanzaban a cubrir sus egresos y excesos en compras y gastos. Pese al divorcio, se mantuvo en permanente relación con Napoleón mediante cartas y siguió amándolo hasta su muerte. Napoleón, por su parte, afirmó que lo único que los separaba eran las deudas de ella. Después de la abdicación de Napoleón, Josefina ganó la protección del emperador Alejandro I de Rusia.[1]

Tumba de Josephine y Hortensia Beauharnais, obra de Pierre Cartellier, en la Iglesia de San Pedro y San Pablo de Rueil-Malmaison.

Josefina falleció el 29 de mayo de 1814, por complicaciones de un resfriado y fue enterrada en la iglesia de San Pedro y San Pablo de Rueil. Cerca de 20.000 personas pasaron a ver el féretro de la emperatriz e inundaron París con folletos elogiando su nombre.[5]​ Su hija Hortensia está enterrada junto a ella. La tumba es hecha de mármol proveniente de Carrara, Italia, y tiene a la emperatriz arrodillada en la misma postura que aparece en la pintura La coronación de Napoleón, por Jacques-Louis David.

Napoleón supo de la muerte de Josefina mientras estuvo desterrado en la isla de Elba, es por ello que su hijastra Hortensia fue una de las primeras en recibirlo en el Palacio de las Tullerías cuando regresó de la Isla de Elba. En el exilio, Napoleón le dijo a un amigo: «verdaderamente amé a mi Josefina, pero no la respeté».[24]​ Luego, cuando el desastre de Waterloo, Napoleón se mantuvo en Malmaison hasta decidir que haría tras la derrota final, una muestra del amor que lo unió con su Emperatriz. A pesar de sus numerosos amoríos, eventual divorcio y que se volvería a casar, las últimas palabras del Emperador en la isla de Elba fueron: «Francia-el ejército, el cabecilla del ejército-Josefina.»

Descendientes

El hijo de Hortencia llegó a ser Napoleón III. La nieta de Hortensia, Josefina de Leuchtenberg, hija del duque Eugène de Beauharnais, contrajo matrimonio con el rey Óscar I de Suecia, el hijo de quien fuera prometida de Napoleón, Désirée Clary. Por ese último enlace, Josefina es ancestro directo de los actuales soberanos de Grecia, Suecia, Belgica, Luxemburgo, Dinamarca, Liechtenstein, Monaco y Noruega.

Títulos

Imágenes adicionales

Referencias

  1. a b c d e f g Encyclopædia Britannica, Inc. citado por biography.com - Joséphine de Beauharnais Biography (1763 - 1814) (artículo completo disponible en inglés). Último acceso 27 de agosto, 2008.
  2. a b c d e Ernest John Knapton; 1963. Empress Josephine (en inglés). Harvard University Press. Último acceso 28 de agosto, 2008.
  3. Ernest John Knapton (revisión por Leo Gershoy) Empress Josephine (en inglés). The American Historical Review, Vol. 70, No. 2 (Jan., 1965), pp. 441-442. Publicado por la American Historical Association. Último acceso 28 de agosto, 2008.
  4. Impératrice Josephine; Correspondance, 1782-1814, Chevallier, Catinat and Pincemaille, editors (Paris: Histoire Payot, 1996), p. III. Citado por Sandra Gulland en una carta publicada en el Napoleonic Society of America. Artículo disponible en la World Wide Web: [1]
  5. a b c d e f g h Ernest Knap-ton. EMPRESS JOSEPHINE. Citado por Time (febrero 1964); Oh Mistress Mine (artículo completo disponible en inglés). Último acceso 28 de agosto, 2008.
  6. Société Genevoise de Généalogie. Rose-Claire DES VERGERS de SANOIS (en francés). Último acceso 27 de agosto, 2008.
  7. Nina Epton "Josephine",p3.
  8. Frances Mossiker "Napoleon and Josephine", p.48.
  9. a b Carolly Erickson. Josephine, A Life of the Empress; citado por TimeKeeprs - Empress Josephine: Clock Owner (artículo completo en inglés). Último acceso 27 de agosto, 2008.
  10. a b c d e f Sandra Gulland - Josephine Before Napoleon: Fact and Fiction (artículo completo disponible en inglés). Discurso dado en el Napoleonic Society of America; Atlanta, Georgia. Último acceso 27 de agosto, 2008.
  11. De acuerdo a algunos murió de fiebre maligna, por tuberculosis de acuerdo con Françoise Wagener, La Reine Hortense, p. 34. Citado por Sandra Gulland - Josephine Before Napoleon: Fact and Fiction (artículo completo disponible en inglés). Discurso dado en el Napoleonic Society of America; Atlanta, Georgia. Último acceso 27 de agosto, 2008.
  12. Carolly Erickson () [The Secret Life of Josephine: Napoleon's Bird of Paradise] (en inglés). Publicado por St. Martin's Press. ISBN-13: 9780312367350. Último acceso 30 de agosto, 2008.
  13. a b c Sandra Gulland (1999). The Many Lives & Secret Sorrows of Josephine B. (en inglés). Touchstone Books. ISBN-10: 0684856069.
  14. « Arthur Dillon », por Marie-Nicolas Bouillet y Alexis Chassang (dir.), Dictionnaire universel d'histoire et de géographie, 1878.
  15. Prefuctura del estado de Martinica. Institutional History of Martinique (artículo completo disponible en inglés). Último acceso 28 de agosto, 2008.
  16. Walter Geer (2007). Napoleon and Josephine - The Rise of the Empire (en inglés). Publicado por READ BOOKS. ISBN 1406739952. Último acceso 02 de septiembre, 2008.
  17. Considerado Rey, por muchos, de acuerdo con Bernard, J. F. Talleyrand, A Biography. G.P. Putnam's sons, New York, 1973. Citado por Sandra Gulland - Josephine Before Napoleon: Fact and Fiction (artículo completo disponible en inglés). Discurso dado en el Napoleonic Society of America; Atlanta, Georgia. Último acceso 27 de agosto, 2008.
  18. a b c Owen Connelly (2006). Blundering to Glory: Napoleon's Military Campaigns (en inglés). Publicado por Rowman & Littlefield. ISBN 0742553183.
  19. Napoleon Bonaparte, “Bonaparte to Joséphine (Headquarters, Tolentino, February 19, 1797),” Napoleon: Symbol for an Age, A Brief History with Documents, ed. Rafe Blaufarb (New York: Bedford/St. Martin’s, 2008), 40.
  20. Theo Aronson, "Napoleon and Josephine: A Love Story"
  21. The United States Catholic Magazine And Monthly Review, Volume V, 1846, p.454.
  22. Adam Zamoyski, Moscow 1812. Napoleon's Fatal March, p. 522. New York: HarperCollins, 2004.
  23. British Broadcasting Corporation - History Homepage. Napoleon Bonaparte (1769 - 1821) (artículo en inglés). Último acceso 28 de agosto, 2008.
  24. Markham, Felix, Napoleon, p.245

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