Diferencia entre revisiones de «Nevero artificial»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
reordenando
{{Artículo bueno}}
Línea 1: Línea 1:
[[Imagen:nevero.png|thumb|200px|''Esquema de un nevero artificial''.]]
{{Artículo bueno}}[[Imagen:nevero.png|thumb|200px|''Esquema de un nevero artificial''.]]


El '''nevero artificial''' es un pozo excavado en la tierra con muros de contención, de pequeñas o grandes dimensiones e incluso con techo, que dispone de aberturas para la introducción de la [[nieve]] y posteriormente la extracción del [[hielo]]. En diferentes partes de [[España]] se les conoce con otros nombres como pozo de nieve, ''cava de neu'', ''pou de neu'', ''pou de gel'', nevero, nevera y ventisquero.
El '''nevero artificial''' es un pozo excavado en la tierra con muros de contención, de pequeñas o grandes dimensiones e incluso con techo, que dispone de aberturas para la introducción de la [[nieve]] y posteriormente la extracción del [[hielo]]. En diferentes partes de [[España]] se les conoce con otros nombres como pozo de nieve, ''cava de neu'', ''pou de neu'', ''pou de gel'', nevero, nevera y ventisquero.

Revisión del 15:28 13 oct 2007

Esquema de un nevero artificial.

El nevero artificial es un pozo excavado en la tierra con muros de contención, de pequeñas o grandes dimensiones e incluso con techo, que dispone de aberturas para la introducción de la nieve y posteriormente la extracción del hielo. En diferentes partes de España se les conoce con otros nombres como pozo de nieve, cava de neu, pou de neu, pou de gel, nevero, nevera y ventisquero.

Origen y usos

La actividad de los neveros artificiales es conocida desde tiempos de los romanos (2000 adC); su gran desarrollo tuvo lugar entre los siglos XVI y XIX, y ha sido utilizada hasta mediados del siglo XX, cuando, con la aparición de los electrodomésticos, caen en desuso. Cuando no existían los frigoríficos, la conservación de alimentos se realizaba gracias a la salmuera, los adobos, las conservas o el aprovechamiento de la nieves. Este último sistema fue la base para un trabajo que pervivió hasta 1931.

En la antigüedad clásica los médicos ya prescribían la utilización del frío con fines medicinales. Este uso se recuperó con fuerza en el Renacimiento. La primera obra monográfica europea sobre este tema, al parecer es del médico valenciano Francisco Franco, originario de Játiva y se titula Tratado de la nieve y del uso della (Sevilla, 1569). Además de las aplicaciones médicas y de conservación, existe la vertiente lúdica de consumo de alimentos fríos o helados, tanto sólidos como bebidas. Dos años más tarde el médico hispalense Nicolás Monardes publicó el Libro que trata de la Nieve y sus propiedades; y del modo que se ha de tener en el bever enfriado con ella; y de los otros modos que ay de enfriar, en Sevilla 1571. Hasta mediados del siglo XVII aparecen tratados como el de Juan de Carvajal, Utilidades de la nieve, deducidas de la buena medicina (Sevilla 1611), Methodo curativo y uso de la nieve (Córdoba, 1640) del doctor Alonso de Burgos.

El Reino de Valencia fue uno de los principales consumidores de hielo de España. A finales del siglo XVIII el libro Llibre de conte y rao del arrendament de la neu y nayps permite evaluar la cantidad de nieve que llegaba a la ciudad de Valencia en unos 2 millones de kilogramos, aunque durante el transporte se perdía una cantidad no declarada. Desde el puerto de Alicante se exportaba nieve a Ibiza y el norte de África. Entonces se daban una serie de factores que favorecían este consumo: una red de ciudades litorales con formas de vida refinadas, veranos calurosos, albuferas con enfermedades en cuya terapia intervenía la utilización del frío. Algunos autores han relacionado el consumo de frío con cierto nivel de desarrollo económico y cultural. Los usos terapéuticos más comunes del hielo han sido: para rebajar la temperatura en los procesos febriles, los producidos por la epidemia del cólera, como calmante en casos de congestiones cerebrales y particularmente en la meningitis, para detener hemorragias y como anti-inflamatorio o en los traumatismos, esguinces o fracturas.[1]

La progresiva implantación de fábricas de hielo a partir de 1890 en diversas ciudades fue dejando de lado la red de neveros artificiales y la producción de hielo aprovechando el clima. Hasta entonces se aprovechaba un recurso natural (renovado anualmente) de manera sostenible, aunque dependiente del clima lo que daba épocas de escasez de hielo frente a otras de grandes nevadas que llenaban las montañas de nieve y jornaleros. Un ejemplo de esto último fue documentado por Ferré y Cebrián: "los días 5 y 6 de marzo de 1762, unas 1.000 personas y 700 caballos se esforzaban en el Carrascar de la Font Roja y el Menejador".

La producción del hielo

Fragmento de la pintura Els nevaters de la Massanella de Jaume Nadal en 1750, que muestra la recogida de nieve en la sierra de Tramuntana (Mallorca).

Los trabajos en los neveros comenzaban en primavera después de las últimas nevadas. Cortaban la nieve con palas y la llevaban a los pozos de nieve, donde la aprisionaban para convertirla en hielo. Al pisar la nieve esta se compactaba con doble finalidad: para disminuir el volumen ocupado y para que se conservara más tiempo en forma de hielo. Después se cubría con tierra y ramas formando capas de un grosor homogéneo.

Ya en verano, se cortaban bloques de hielo que eran transportados a lomos de bestias de tiro (caballos o burros) durante la noche para evitar que se derritiera, hasta los puertos y núcleos urbanos más cercanos donde eran comercializados. La dureza del trabajo debía ser impresionante, los neveros (trabajadores de la nieve), no disponían de abrigos y calzado moderno, y trabajaban en condiciones de frío intenso acumulando la nieve en los pozos.

Nuestros antepasados más viejos todavía recuerdan tener que ir a comprar barras de hielo para alimentar las primeras neveras domésticas. Con la aparición de los frigoríficos y la producción de hielo en forma industrial, se evita la dependencia de la meteorología. Quedaban entonces obsoletos los almacenes de hielo y de nieve, así como las técnicas de recolección, almacenaje, extracción y transporte.

Neveros artificiales de España

Alicante

Archivo:Montcabrer nevero.jpg
Nevero (Cava arquejada) del Montcabrer (Alcoy).
  • En la Sierra de Mariola (Alcoy) también se pueden encontrar ejemplos de la utilización de estos neveros; como la Cava arquejada. Se encuentra a 1.220 metros de altitud sobre el nivel del mar, próximo al refugio de montaña del Montcabrer (Centro Excursionista de Alcoy). Está excavada en gran parte en la roca viva y sus dimensiones son: 14'90 metros de diámetro y unos 12 de profundidad (2.000 metros cúbicos de capacidad). En sus muros hay seis accesos utilizados tanto para la introducción como para la extracción de nieve en forma de bloques de hielo.

Además de la cava arquejada, en el término municipal de Agres se hallan otras cavas, como la Cava de l’habitació de 1.500 metros cúbicos o la Cava d’En Miquel (Bocairent) de 1.700 metros cúbicos.

La Cava de Sant Blai está situada en el centro histórico de Bocairent, alberga el Museo de la Neu. Esta cava ha sido restaurada y acondicionada para su visita turística, que se inicia en su base circular, de unos ocho metros de diámetro, y que concluye con el ascenso hasta la salida superior, unos trece metros sobre el fondo del gran depósito de nieve, a través de una escalera adosada a las paredes de piedra.

Nevero del Menejador (Alcoy).
  • En el Parque natural del Carrascal de la Font Roja entre (Alcoy) e Ibi todavía se conservarn 6 pozos de nieve o neveros. La Cava Coloma, que tiene 16'6 metros de profundidad y 13 de diámetro. El Pou de la Noguera, que tiene 12 metros de profundidad y 11'30 metros de diámetro. La más grande es la Cava Simarro que se encuentra a 1.230 msnm y tiene una capacidad de 2.700 m3. Este nevero fue construido en el siglo XVIII con 16'20 metros de profundidad y 14'70 de diámetro. La Cava del Canyo, que es la más pequeña, pero que todavía conserva la techumbre realizada con teja árabe.
  • En el Aitana el pou de neu de la Font Forata. En Benifallim se encuentra el pou de neu del coscollar de la serra.
  • En Jijona se encuentra el pou de neu del Surdo.
  • En el Maigmó, existen otros ejemplos como: el Pou del catí a unos 860 msnm con un volumen de 325 m3, Pou del Maigmo a 1.000 msnm y con 600 m3 de capacidad, el Pou de Briga situado a 1030 msnm y con un volumen de 1.070 m3 y el Pou del Carrascaret a 1.200 msnm y con un volumen de 800 m3.
  • Tambien existen otras construcciones relacionadas con el comercio de la nieve en el collado de moros y en una finca ya proxima a la poblacion de Petrel.

Baleares

  • En Galileu se encuentra las cases de neu, un depósito escavado a finales del siglo XVII donde los nevaters se introducían para pisotear la nieve y comprimirla a fin de que se convirtiera en hielo. Terminado el primer acopio, la superficie helada se cubría con carrizo y se procedía a superponer una nueva capa de nieve con el mismo procedimiento. Bajo la capa superior (la última), se posaba un estrato de carrizo, ramas, cenizas y sal y posteriormente se sellaba. Hasta principios de abril no se destapaban los hielos. Desde allí los jornaleros bajaban las barras de hielo hasta Palma de Mallorca para su posterior utilización con usos medicinales, gastronómicos o como método de conservación. La capital era el principal destino de hielo al corte, hasta el punto de que se promulgó un edicto en 1656 que establecía penas para los que comercializarán hielo en la Part Forana (foránea), mientras Palma estuviera desabastecida.
  • En las estribaciones del puig de En Galileu se conforma la Serra de Tramuntana, donde mayor número de pous de neu existen. En las laderas de este pico de 1.181 metros se concentran hasta cinco cases de neu: Son Macip, Cases de En Galileu, Sa Casa Gran, Son Lluc y Sa Casa Rodona de En Rubí; de las cerca de 40 que hay contabilizadas en toda la isla de Mallorca.

Castellón

  • En el Penyagolosa la nevera de la cambreta en muy buen estado de conservación.
  • El el cerro de Bellida a Sacanyet (Alt Palància) se reúnen más de 50 ventisqueros en un paisaje cultural único. El ventisquero de los Frailes es uno de los más grandes y mejor conservados de este conjunto (Sacanyet). Sus grandes dimensiones recuerdan el poder de su propietaria la Cartoixa de Portaceli. En la roca hay una inscripción con la fecha de su construcción 1769.

Málaga

  • En la Sierra de las Nieves (Málaga) en la localidad de Yunquera, se pueden visitar algunos de los antiguos pozos de nieve recuperados. Los pozos de nieve están situados en los términos municipales de Tolox y Yunquera, en los lugares conocidos como Puerto del Cuco y Los Ventisqueros, sobre los 1.700 m. de altitud. Los pozos eran unos hoyos circulares de 8 a 10 m de diámetro y algo más de medio metro de profundidad reforzados, en algunos casos, con un muro de piedra seca. Desde estos neveros se transportaba el hielo hasta Málaga capital, la Hoya de Málaga, Olvera, Ronda y algunos pueblos del Valle del Guadalquivir.

Murcia

  • En Sierra Espuña (Totana) se encuentran pozos de nieve desde donde se distribuía en forma de hielo a hospitales, ciudades y villas del Reino de Murcia. En 120 años llegaron a construirse casi la totalidad de 25 de estas neveras, que podían almacenar hasta 25.000 toneladas métricas de hielo. Están repartidas en: Pozos de Murcia, Pozos de Cartagena y Pozos de D. Eleuterio. Más o menos situados todos en los 1.300 metros de altitud.

Valencia

  • En los alrededores de Benigánim (Albaida) se conserva un raro ejemplo de nevero de planta cuadrada.
  • En Vilafamés, en las cercanías del castillo del municipio.
  • En Famorca, en Alcalá de la Jovada.
  • En Játiva la nevera de la Mare de Déu declarada Bien de Interés Cultural y situada junto al Castillo de Játiva.
  • La nevera del Benicadell se situa a 1.000 m de altitud en el punto conocido como Alta de la Nevera, al oeste de la cumbre de Benicadell y la misma cresta, justo en la divisoria de los términos entre Gaianes y Beniatjar.

Tarragona

  • En Arnes existen dos neveros artificiales: Puig Neulós y el de Requesens, el primero de ellos se conserva casi en perfecto estado. Se tienen noticias de que era el conde quien arrendaba al mejor postor el nevero durante un período de 5 años. En el año 1779 por ejemplo, fue arrendado por 25 libras (5 al año). El arrendatario, durante su contrato, tenía derecho y obligación de vender el hielo al precio de 4 dineros la libra, desde el 1 de mayo al 14 de noviembre incluídos.
  • El pou de neu de Villarrodona es una construcción de piedra y mortero situada al lado derecho del rio Gayá. El primer documento escrito donde aparece consta del año 1665 aunque se desconoce el momento de su construcción. Es de base cilíndrica coronado por una cúpula semiesférica que en el medio tiene una abertura. El diámetro de la base es de 8 metros y una altura también de 8 metros. El propietario era el señor de la Villa.

Vizcaya

  • Al menos 22 neveras en Vizcaya. Al sur del río Ibaizabal se localizan 19 y tres situadas en las laderas del Oiz: Ganbe a 595 msnm (Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz), Maska 400 msnm (Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz) y Kortaguren a 565 msnm (Ziortza). Estas últimas son del tipo pozos con caseta. Al situarse en altitudes inferiores a los 800 m, se levantaba sobre la boca de cada uno de ellos una caseta, en algunos casos circular, con paredes de mampostería y cubierta de tejas más puerta de acceso. Esta sencilla construcción formaba una cámara de aislamiento protegiendo de la lluvia, del viento y del sol la nieve almacenada en su interior.[2]

Zaragoza

  • Situado a unos 45 km de la capital Zaragoza a la que daba servicio, el nevero de Fuendetodos es el más monumental de la comarca de Belchite. Su construcción está datada en el siglo XVIII y se conoce popularmente como Culroya. Destaca por su cúpula construída en piedra con forma cónica. Este nevero ha sido rehabilitado y abierto al público. En en su interior hay paneles informativos sobre la industria y el comercio de la nieve. Además, en la zona existen otros neveros como: Nevero de Azuara, Nevero de Moyuela (conserva todavía su cubierta), Nevero del antiguo Seminario de Belchite, Nevero del Calvario de Fuendetodos (conserva la mitad de su cubierta, perteneció a la familia del Val), Nevero de la Roza de Fuendetodos (destaca por sus dimensiones y emplazamiento, aunque se desplomó su cubierta. Perteneció a la familia de los Mozota).

Notas

  1. (Juan Cruz Labeaga. "Los pozos y el comercio de la nieve en Viana y aras" en Cuadernos de Etnología y etnografía de Navarra. XIV tomoa. Pamplona, 1982, 262 orr.)
  2. marrazkia1.jpg

Referencias

  • Cruz, J.; J. M. Segura., El comercio de la nieve: la red de pozos de nieve en las tierras valencianas, València, Conselleria d’Educació i Cultura,1996.
  • Cruz, J. El comerç del fred. II Congrés Internacional al voltant de la utilització artesanal del gel i de la neu naturals, València, Museu de Prehistòria i de les Cultures de València.
  • Ferré, J.; J.A. Cebrián. L’explotació comercial de les caves de neu a la Serra Mariola. Ss. XVIII-XIX, Alba, Ontinyent, 8, 9-37, 1993.
  • Mallol, J. Alicante y el comercio de la nieve en la edad moderna, València, Ajuntament de València, 1991.
  • Planhol, X. L’eau de neige. Le tiède et le frais, París, Fayard, 1995.
  • Barceló Pons, Bartolomé. El comercio de la nieve en Mallorca. Boletín de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación, nº 623, Palma de Mallorca, 1959
  • Boira i Muñoz, Pasqual. Les neveres del nord de Castelló. Tossal Gros, nº 57, 1998.
  • Neveras de Bizkaia. Diputación Foral de Bizkaia, 1994, Bilbo.

Véase también

Enlaces Externos

Ilustración