Duelo

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Duelo a pistolas entre Alexander Hamilton y Aaron Burr en 1804.

Un duelo es un tipo formal de combate o justa practicado desde el siglo XV hasta el XX en las sociedades occidentales. Puede ser definido como un combate consensuado entre dos caballeros, que utilizan armas mortales de acuerdo con reglas explícitas o implícitas que se respetan por el honor de los contendientes, acompañados por padrinos, quienes pueden a su vez luchar o no entre sí.

En general, y especialmente durante las primeras décadas del siglo XX, el duelo es considerado un acto ilegal (asesinato en primer y segundo grado) en la mayoría de los países.

El duelo se desarrollaba por voluntad de una de las partes —el desafiante— para lavar un insulto a su honor. El objetivo no era en general matar al oponente, sino lograr «satisfacción», por ejemplo restaurando el honor propio al poner en juego la vida para defenderlo.

Debe distinguirse a los duelos de las pruebas de combate, ya que los primeros no se usaron para determinar culpabilidad o inocencia, ni constituyeron procedimientos oficiales. Los duelos fueron en cambio generalmente ilegales, a pesar de que en la mayoría de las sociedades donde fue usual, contó con aceptación social.

Los participantes de un duelo correctamente planteado no eran por lo general perseguidos, y en los casos en que sí lo eran, no se los encarcelaba por tal motivo. Se consideraba que sólo los caballeros (aristócratas o adinerados) los cuales tenían un honor que defender, y por lo tanto la clase social alta era la que calificaba para realizarlo: si un caballero era insultado por alguien de la clase baja, aquel no lo retaba a duelo, sino que le infligía algún castigo físico o comisionaba a sus sirvientes para que lo hicieran. En algunos países, en especial de origen anglosajón, el reto era realizado públicamente con el golpe de un guante en la cara del oponente o se dejaba caer el guante ante los píes del desafiado quien lo recogía si aceptaba. Desde entonces ha perdurado el dicho popular -"recogió el guante"- para indicar que alguién respondía a la provocación de un opositor.[1]

Duelo en el Bois de Boulogne en 1874.

Orígenes

El término «duelo» para referirse a este tipo de contiendas se remonta al siglo XV en Europa. La palabra deriva del latín duellum, que en latín clásico se escribía bellum, con el significado de 'guerra'. La etimología popular lo asoció a duo ('dos'), resaltando la acepción de «combate uno a uno».

Las confrontaciones físicas relacionadas con insultos o posicionamiento social se remontan a la prehistoria humana, pero el concepto de duelo formal en la sociedad occidental se originó en el duelo judicial de la Edad Media, y en antiguas prácticas pre-cristianas de la época vikinga.[2]

Los duelos judiciales fueron abolidos por el cuarto concilio de Letrán en 1215, pero hay testigos que informaban todavía en 1459 sobre la aceptación del sistema para resolver algunos crímenes capitales.[3]

La mayoría de las sociedades no condenaba el duelo; en rigor, la victoria en duelo se reconocía como un acto de heroísmo y no como un asesinato, y el estatus social del vencedor se veía incrementado. Durante el Renacimiento temprano, la práctica del duelo establecía la respetabilidad de un caballero, y era el medio aceptado para resolver disputas. En aquellas sociedades era sin duda una alternativa mejor que otras formas de conflicto menos reguladas.

El primer código de duelo (Code duello) apareció en el renacimiento italiano, si bien reconoce varios antecedentes, incluyendo la vieja ley germánica. El primer código formalizado a nivel nacional fue el francés, y recién en 1777 se redactó en Irlanda un código que —debido a la emigración— sería el de más amplia influencia en los Estados Unidos.

No obstante lo anterior, los duelos no fueron exclusivos de las altas clases de Europa; los gitanos, ciertas tribus de indios norteamericanos (Navajos) y otras etnias euroasiáticas tenían en sus códigos de conducta sus propias versiones de duelos (generalmente a cuchillos o hachas), y contemporáneamente también en las clases bajas de Estados Unidos, Colombia y Brasil aún se practica este tipo de enfrentamientos con arma blanca o de fuego.

Otras acepciones

En español duelo significa además un estado de luto o aflicción, acepción que podría tener orígenes comunes con la primera, si se considera la perspectiva de familiares y allegados de los duelistas.

Reglas

Un lance en el siglo XVII pintura de Francisco Domingo Marqués de 1866.
Pistolas de duelo, Museo de Arte e Historia de Neuchatel.

Los duelos podían efectuarse con la espada de duelo europea o —desde el siglo XVIII en adelante— con pistolas.[4]​ Con este fin se fabricaban artesanalmente bellos pares de pistolas de duelo para uso de los nobles ricos.

Después de la ofensa real o imaginaria, los partidarios del ofendido demandaban «satisfacción» del ofensor,[5]​ explicitando la demanda con un gesto insultante al que era imposible permanecer indiferente; golpear al ofensor en el rostro con un guante, o tirar el guante al suelo delante de él —de aquí la frase «tirar el guante»—[6]​ que con el tiempo se ha convertido en sinónimo de cualquier desafío.

Esta costumbre se originó en la Edad media, cuando se ordenaba a un caballero, que recibía una palmada ritual en la cara simbolizando la última vez que la aceptaría sin devolver un desafío. Por tal motivo, cualquiera que fuese golpeado con un guante estaba considerado, como el caballero, obligado a aceptar el desafío, o quedar deshonrado.

Cada parte en disputa debía elegir un representante de confianza (segundo, o padrino) que acordaría el sitio del «campo de honor», cuyo principal criterio de elección era que estuviera aislado para impedir interrupciones. El padrino que tenía calidad de Testigo de fe, tenía que verificar las armas, las reglas y en caso de que su representado falleciera, hacerse cargo de su cuerpo para ser entregado a sus familiares y dar parte ante la autoridad.

Por la misma razón, los duelos se efectuaban tradicionalmente al amanecer. También era deber de cada parte comprobar que las armas fueran iguales y que el duelo resultara justo.

A elección de la parte ofendida, el duelo podía ser:

  • «A la primera sangre», en cuyo caso finalizaba tan pronto como uno de los duelistas resultaba herido, incluso si la herida fuera leve.
  • Hasta que uno de los contrincantes fuera «severamente herido», de forma tal que se encontrase físicamente incapacitado para continuarlo.
  • «A muerte», en cuyo caso no habría satisfacción hasta que la otra parte estuviera mortalmente herida.
  • En el caso de duelos «a pistola», cada parte podía disparar un tiro. Incluso si ninguno acertaba el disparo, si el desafiante se considerase satisfecho, el duelo podía declararse terminado como generalmente sucedía. También un duelo a pistola podía continuar hasta que uno de los duelistas fuera herido o muerto, pero un intercambio de más de tres series de disparos era considerado bárbaro, además de ridículo por la falta de puntería.

Bajo estas condiciones, una o ambas partes podían intencionalmente errar el disparo con el objetivo de cumplir las formalidades del duelo sin pérdida de vida u honor, práctica habitual de algunos duelistas que recibía el nombre de deloper.[7]​ Hacer esto, obviamente, resultaba muy arriesgado si el oponente no estaba dispuesto a hacer lo mismo. El delope fue expresamente prohibido por el Código de duelo de 1777.[8]​ Sin embargo las posibilidades variaban, y muchos duelos de pistola fueron a primera sangre, aunque otros a muerte. La parte ofendida podía detener el duelo en cualquier momento, si creía satisfecho su honor.

Para un duelo de pistolas, las partes debían ubicarse espalda contra espalda con sus armas cargadas en la mano, y caminar un número prefijado de pasos, volverse al oponente y disparar. Típicamente, cuanto más grave era el insulto, menos eran los pasos a caminar. En muchos casos los padrinos solían demarcar el suelo previamente, indicando el punto donde los duelistas debían detenerse, girar y disparar. A una señal, frecuentemente un silbato, los oponentes podían avanzar hasta las marcas y disparar a voluntad. Otra técnica consistía en efectuar disparos alternativamente, comenzando por la parte ofendida.

Muchos duelos históricos se evitaron por la imposibilidad de acordar el methodus pugnandi.[9]​ En el caso del Dr. Richard Brocklesby, no hubo acuerdo en el número de pasos, y en el duelo entre Mark Akenside y Ballow, uno explicó que nunca se batiría durante la mañana, y el otro que nunca lo haría por la tarde. John Wilkes, que no se detenía en ceremonias por estos pequeños detalles, contestó a la consulta de Lord William Talbot en relación a «cuántas veces dispararía en un duelo» lo siguiente: «Tanto como su excelencia desee: he traído una bolsa de balas y una petaca de pólvora».

Duelos famosos

Grabado que representa el duelo de Onegin y Lensky

Declinar un desafío era a menudo equivalente a ser derrotado por abandono, y se lo consideraba un deshonor y un acto de cobardía. Los individuos importantes o famosos corrían un riesgo especial de ser desafiados a duelo.

Entre los duelos más famosos se encuentra el de los estadounidenses Hamilton y Burr. En esa oportunidad el notable miembro del Partido Federal de los Estados Unidos, Alexander Hamilton fue herido fatalmente.[10]​ También se recuerda el duelo entre Arthur Wellesley, primer duque de Wellington, y George William Finch-Hatton, 10º Conde de Winchilsea, en el que ambos contendientes se dispararon al aire.[cita requerida]

El poeta ruso Alexander Pushkin describió proféticamente una cantidad de duelos en sus obras, notablemente el de Onegin contra Lensky en Eugene Onegin. Pushkin mismo fue herido mortalmente en un duelo controvertido con Georges d'Anthés, un oficial francés de quien se rumoreaba que era amante de la mujer de Pushkin. Anthés, que fue acusado de hacer trampa en ese duelo, contrajo matrimonio con la cuñada de Pushkin y se encaminaba a convertirse en ministro y senador francés.

Salvador Allende, protagonizó el último duelo en Chile en 1952

El último duelo fatal en Canadá involucró a John Wilson desafiado por Robert Lyon a un duelo a pistola después de una pelea iniciada por observaciones sobre una maestra de escuela con quien Wilson terminó casándose luego que Lyon falleciera en el duelo.[cita requerida]

En 1832 el matemático francés Évariste Galois encontró su muerte a la temprana edad de 21 años en un duelo contra un presunto agente provocador de la policía de Luis Felipe de Orleans. La noche anterior a su muerte la empleó en escribir a un amigo todos sus resultados matemáticos, con el encargo de que fueran transmitidos a algún matemático extranjero.

En 1864 el escritor estadounidense Mark Twain —luego editor del New York Sunday Mercury— evitó por poco enfrentarse en duelo con el editor de un periódico rival, posiblemente por la rapidez mental de su padrino, que exageró la puntería de Twain con la pistola.[11]

El 12 de marzo de 1870 tuvo lugar el Duelo de Carabanchel en la escuela de tiro de la Dehesa de Carabanchel entre Antonio de Orleans, duque de Montpensier y Enrique de Borbón, duque de Sevilla, en la que el segundo perdió la vida, y el primero sus opciones a reinar en España.

A principios del siglo XX, Hipolito Yrigoyen se enfrentó a Lisandro de la Torre en un duelo con sable. Yrigoyen no tenía experiencia en esgrima por lo que contrató a un maestro. De la Torre era un maestro en dicho arte y había ganado varias competiciones. Durante el duelo, Yrigoyen hirió a De la Torre tres veces mientras que este no lo tocó siquiera. Después de este duelo De la Torre se dejó barba para ocultar los cortes.

El 6 de agosto de 1952 en Chile, el último duelo de honor registrado en la historia de este país, fue entre el entonces senador Salvador Allende y el senador Raúl Rettig, siendo el desafiante este último quien impugnó los dichos del doctor Allende en el senado. Aunque dispararon a matar, ambos erraron sus disparos. Después volvieron a ser amigos.[12]

Duelos inusuales

  • Se dice que en 1808 dos caballeros franceses se batieron a duelo en globos aerostáticos sobre París, cada uno tratando de pinchar el globo del oponente; uno de ellos fue derribado y se mató en la caída junto con su padrino.
  • Los participantes de algunos duelos, puestos a elegir el arma, elegían deliberadamente elementos ridículos como morteros, mazos, u horquillas para sujetar cerdos.[13]

El duelo en algunos países

Grecia

En las islas Jónicas durante el siglo XIX existió una costumbre de luchas formales entre hombres por un puntaje de honor. Lo inusual de esta tradición era que la protagonizaban los campesinos y no los aristócratas.

Estos duelos se hacían a cuchillo, y comenzaban con un intercambio de insultos de índole sexual en un lugar público, por ejemplo una taberna. Los contrincantes no peleaban con el objetivo de asesinar al oponente, sino de marcarle el rostro con el cuchillo. Ni bien brotaba la primera gota de sangre los asistentes intervenían para separar a los adversarios. El ganador a menudo escupía a su oponente y mojaba su pañuelo en la sangre del vencido, o lo usaba para limpiar su cuchillo.

El vencedor no hacía esfuerzo alguno por eludir el arresto, y recibía una pena leve consistente en corto período de prisión o una pequeña multa.[14]

Estados Unidos

La práctica del duelo comenzó a perder popularidad en Norteamérica en el siglo XVIII. Benjamin Franklin consideraba al duelo plagado de una violencia inútil, y George Washington encomendaba prohibirlo a sus oficiales durante la guerra de independencia estadounidense, por considerar que la muerte en duelo de algunos de ellos disminuiría las posibilidades de éxito del esfuerzo bélico.

Además el duelo se utilizaba frecuentemente como una fachada para el asesinato legal. En 1806 Andrew Jackson, quien más adelante se convertiría en presidente de los Estados Unidos, se vio envuelto en un duelo pero violó una norma técnica. Jackson y su oponente habían acordado un duelo a un tiro, pero cuando comenzó la lucha y Jackson hizo fuego, su arma se trabó. El oponente disparó pero erró el disparo. Entonces Jackson destrabó su pistola y disparó a su oponente, cuando técnicamente había perdido su turno al trabarse el arma.

Para fines del siglo XIX, el duelo legal se había extinguido en casi todo el mundo. Algunos estados estadounidenses tenían leyes que establecían procedimientos para el duelo legal, pero de cumplimiento raramente sustentable ante una corte.

Varias jurisdicciones tienen severas penas contra la práctica del duelo, que en el caso de los militares en actividad alcanzan generalmente la degradación.

México

El duelo se volvió una costumbre romántica y popular en México en la época del general Porfirio Díaz. Los legistas mexicanos distinguían tres clases de duelo:

  • decretorio, a muerte de uno de los contendientes.
  • propugnatorio, cuando solo se proponía defender el honor, sin ánimo de matar.
  • satisfactorio, si profiriéndose a una injuria grave, se hallaba el ofendido dispuesto a no realizar el duelo, a cambio de una satisfacción.

En un intento por legalizar esta práctica que se consideraba inevitable, se publicaron dos códigos sobre la materia. El Código nacional mexicano del duelo de 1891 señala tres clases de ofensas que ameritan el lance: privada, publica y de hecho, y los diferentes tipos de armas para realizarlo: «a espada, a sable, a sable sin punta, a pistola y a pie firme, a pistola a voluntad, a pistola avanzando, a pistola y marcha interrumpida, a pistola en línea paralela, a pistola al mando, a caballo, con carabina, con fusil, a pistola a distancias muy próximas y con pistola, estando una sola cargada».

El código penal vigente en ese tiempo solo imponía a los duelistas multas de 20 a 1500 pesos y arrestos de tres meses a seis años, aun en casos de muerte.

Actualmente, el Código Penal Federal sanciona el duelo como delito en los artículos 297 y 308.

Argentina y Uruguay

Gauchos del Río de la Plata en posición de duelo.

Desde la llegada de los primeros europeos al Río de la Plata, el duelo fue principalmente una demostración del coraje varonil, muy frecuente en las clases bajas del campo. Desde los orígenes del tipo social del gaucho, habitante de la llanura pampeana, el duelo acompañó a las clases rurales del Río de la Plata, pese a que fue una práctica declarada ilegal y fue castigada casi desde sus orígenes por los patrones de estancia y las clases dirigentes con penas de azote y de reclusión.

A diferencia de los duelos entre aristócratas criollos, que se efectuaban a la manera de sus contrapartes europeas, que desarrollaron una tradición particular de duelo, que pasó a llamarse duelo gaucho o duelo criollo, que siguió las técnicas del duelo popular del sur de Italia o de Andalucía. Se combatía con cuchillo (que por estas regiones se denominaba «facón» o «faca») en una mano, y trapo o manta en la otra mano a modo de escudo. El desafío no se hacía con golpe de guante sino por la «mojada de oreja», que literalmente consistía en que el retador pasara la mano mojada con su propia saliva por la oreja del adversario.

Durante en el siglo XIX, el duelo se traslada a las ciudades, que estaban atravesando un fuerte proceso de crecimiento estimulado por la inmigración. En los suburbios, los «malevos», hombres pendencieros de baja condición, y cuchilleros lo practican para dirimir cualquier falta real o supuesta al honor, o incluso por mero afianzamiento social. Este «duelo de punta y hacha» sería incorporado en la cultura del tango y eternizado por la prosa de los escritores rioplatenses, como el argentino Jorge Luis Borges y el uruguayo Enrique Amorim entre otros.

En las últimas décadas del Siglo XIX y a comienzos del siglo XX la costumbre del duelo se extendió por clases altas. Durante la época se hicieron famosos varios duelos de políticos y otras personalidades destacadas. En la Argentina, dos prominentes políticos Hipólito Yrigoyen, que resultaría ser electo años más tarde como presidente, y Lisandro de la Torre, que alcanzaría el cargo de senador, se batieron con espadas en 1893 con motivo de su ruptura política. En Uruguay, el expresidente de Uruguay José Batlle y Ordóñez retó a duelo en 1920 al joven periodista Washington Beltrán Barbat, quien murió como consecuencia del enfrentamiento.[15]​ El acontecimiento alcanzó tal grado de notoriedad que llevó a que ése mismo año se promulgara en Uruguay la ley 7.253, conocida como «Ley de duelos», que reglamentaba los duelos estableciendo las condiciones bajo las cuales podían realizarse.

En tanto en la Argentina, el último duelo público ocurrió en 1966,[16]​ en Uruguay la situación fue inversa. En medio de la críticas situaciones políticas y sociales de la década de 1970, se hicieron habituales los duelos entre políticos y militares uruguayos. De estos enfrentamientos se destacan los que tuvieron lugar entre Manuel Flores Mora y Julio María Sanguinetti, Manuel Flores Mora y Jorge Batlle, Danilo Sena y Enrique Erro y entre Liber Seregni y Juan Pedro Ribas.[17]

El rechazo de la opinión pública uruguaya y extranjera a los duelos se hizo manifiesto en 1990, cuando el periodista Federico Fasano Mertens, director del diario La República, fue desafiado por el inspector de policía Saúl Clavería (director de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia entre 1970 y 1974, durante el gobierno dictatorial). La ley de duelos fue finalmente derogada por medio del artículo 1º de la ley 16.274 del 6 de julio de 1992.[18]

Alemania, Austria y Suiza

En estos países se ha practicado tradicionalmente una forma de duelo no letal con armas de filo llamada Mensur, que todavía se lleva a cabo en la actualidad con modificaciones. Su objetivo es educar el carácter y la personalidad, y resistir las estocadas de forma estoica más que el evitarlas. No hay ganador o perdedor.

Duelos modernos y curiosidades

El duelo es una práctica que todavía se realiza, si bien ocasionalmente.

  • En mayo de 2005 fueron arrestados en Japón doce jóvenes de entre quince y diecisiete años, acusados de violar una ley contra los duelos en vigencia desde 1889. Otros seis fueron arrestados en marzo.[cita requerida]
  • No es habitual, pero sucede ocasionalmente que miembros de una pandilla de estudiantes estadounidenses luchen entre sí infligiéndose serios daños con armas blancas. Especialmente en el sur de los EEUU, existen costumbres informales donde dos camaradas se encuentran en un lugar predeterminado y pelean asistidos por padrinos. Un suceso de este tipo en una escuela técnica de Luisiana fue registrado por la prensa a principios de la década de 1990.[cita requerida]
  • El senador Zell Miller, al parecer ofendido por las críticas y preguntas del periodista de televisión Chris Matthews, exclamó durante el programa; «Desearía vivir en la época en que uno podía desafiar a duelo a una persona».[cita requerida]
  • La esgrima es un arte marcial basado en el combate no letal de dos contendientes armados diversos tipos de armas blancas sin filo ni punta. Una de sus modalidades en particular, determinada por el tipo de arma utilizada (la espada), emula una de las formas más extendidas de duelo hasta la introducción del arma de fuego.
  • En el 2006 el ex-guerrillero argentino Mario Firmenich, desafió a duelo a un periodista que le preguntó sobre su estrecha relación de amistad con el militar golpista Massera.[19]

Referencias

  1. Dichos populares-frases hechas
  2. Entre los pueblos nórdicos era usual el Holmganga (lit. 'ir —o caminar— a la isla'), una especie de desafío formal para resolver disputas.
  3. Hans Talhoffer (siglo XV), maestro de duelo del sur de Alemania.
  4. Técnicas de duelo.
  5. Reglas.
  6. Tirar el guante: "throwing down the gauntlet".
  7. Deloper, en francés, literalmente 'errar'.
  8. Code duello (1777), Regla 13: «En ningún caso se admitirán tiros fallidos o al aire...por tal motivo los juegos infantiles deben sen deshonrosos para un bando o el otro, y estarán por consiguiente prohibidos».
  9. Methodus pugnandi: (latín) método de lucha, las reglas del duelo.
  10. http://encyclopedia.jrank.org/GUI_HAN/HAMILTON_ALEXANDER_1757_1804_.html
  11. El duelo de Mark Twain. Véase también [1] y [2] (en inglés).
  12. «El último duelo en Chile», artículo en el sitio web Fauna Política.
  13. Duelos inusuales (en inglés).
  14. El duelo griego (en inglés).
  15. Ha muerto Washington Beltrán.
  16. Batirse a Duelo: El ultimo duelo en la Argentina segun los codigos de honor
  17. Para una aproximación al estudio de la época sesentista como «situación límite».
  18. Conflicto entre el derecho a la información y el derecho al honor.
  19. Firmenich se ofendió y retó a duelo a un periodista.

Bibliografía

  • Alan Gabriel Rojas Perea, Criminología. Biblioteca «Antonio Caso» Facultad de Derecho, U.A.C.H.
  • Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, ESPASA-CALPE S.A. de C.V. 1931.
  • Enciclopedia de México 4 Edit. 1987. México Distrito Federal.
  • Cramer, Clayton. Concealed Weapon Laws of the Early Republic: El duelo: violencia sureña y reforma moral.
  • Joanne B. Freeman. Affairs of Honor: National Politics in the New Republic (2002)
  • James Kelly. That Damn'd Thing Called Honour: Duelling in Ireland 1570-1860" (1995)
  • Kevin McAleer. Dueling: The Cult of Honor in Fin-de-Siecle Germany (1994).
  • Morgan, Cecilia. "'In Search of the Phantom Misnamed Honour': Duelling in Upper Canada." Canadian Historical Review 1995 76(4): 529-562. ISBN: 0008-3755. «Desde 1790 a 1840, ciertos grupos del alto Canadá se involucraron en la práctica del duelo, una forma de solucionar disputas que puede ser analizada en términos de relaciones de clase y género».
  • Dick Steward, Duels and the Roots of Violence in Missouri (2000)
  • Jack K. Williams. Dueling in the Old South: Vignettes of Social History (1980) (1999)
  • Bertram Wyatt-Brown. Honor and Violence in the Old South (1986)
  • Bertram Wyatt-Brown Southern Honor: Ethics and Behavior in the Old South (1982)
  • The Code of Honor; or, Rules for the Government of Principals and Seconds in Duelling (1838), John Lyde Wilson.
  • Robert Baldick. The Duel: A History (1965, 1996)
  • Thomas Gamble. Savannah Duels & Duellists (1923)
  • Harnett C. Kane. Gentlemen, Swords and Pistols (1951)
  • Paul Kirchner. Dueling With the Sword and Pistol: 400 Years of One-on-One Combat (2004)
  • William Oliver Stevens. Pistols at Ten Paces: The Story of the Code of Honor in America (1940)
  • Ben Truman.The Field of Honor (1884); reissued as Duelling in America (1993).

Enlaces externos