Teología

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Alegoría de la teología (detalle de la cara sur del pedestal de la estatua de Carlos IV de Luxemburgo; Plaza Křižovnické, en Praga, República Checa).

La teología (del griego θεος [theos], ‘Dios’, y λογος [logos], ‘estudio’, ‘razonamiento’, por lo que significaría ‘el estudio de Dios’ y, por ende, ‘el estudio de las cosas o hechos relacionados con Dios’) es el estudio y conjunto de conocimientos acerca de la divinidad.

Este término fue usado por primera vez por Platón en La República para referirse a la comprensión de la naturaleza divina por medio de la razón, en oposición a la comprensión literaria propia de sus poetas coetáneos.[cita requerida] Más tarde, Aristóteles empleó el término en numerosas ocasiones con dos significados:

  • Teología al principio como denominación del pensamiento mitológico inmediatamente previo a la Filosofía, en un sentido peyorativo, y sobre todo usado para llamar teólogos a los pensadores antiguos no-filósofos (como Hesíodo y Ferécides de Siros).[cita requerida]
  • Teología como la rama fundamental y más importante de la Filosofía, también llamada filosofía primera o estudio de los primeros principios, más tarde llamada Metafísica por sus seguidores y que para distinguirla del estudio del ser creado por Dios, nace la filosofía teológica que se la denomina también teodicea o teología filosófica. (véase Teodicea).

San Agustín tomó el concepto teología natural (theologia naturalis) de la gran obra «Antiquitates rerum divinatum», de Marco Terencio Varrón, como única teología verdadera de entre las tres presentadas por Varrón: la mítica, la política y la natural.[cita requerida]Sobre esta, situó la teología sobrenatural (theologia supernaturalis), basada en los datos de la revelación y por tanto considerada superior.[cita requerida] La teología sobrenatural, situada fuera del campo de acción de la Filosofía, no estaba por debajo, sino por encima de esta, y la consideraba su sierva, que la ayudaría en la comprensión de Dios.[cita requerida]

Teodicea es un término empleado actualmente como sinónimo de teología natural. Fue creado en el s. XVIII por Leibniz como título de una de sus obras: «Ensayo de Teodicea. Acerca de la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal», si bien Leibniz se refería con teodicea a cualquier investigación cuyo fin fuera explicar la existencia del mal y justificar la bondad de Dios.[1]

Teología abrahámica

Apología cristiana

La apología cristiana es el área de la teología que se especializa en usar argumentos racionales para defender y difundir el Cristianismo.

Teología católica

El término teología, por tanto, no es inicialmente de origen cristiano. Solo a través de un proceso progresivo se impone tanto en Oriente como en Occidente el uso cristiano del término «teología». Para Clemente de Alejandría, indica el «conocimiento de las cosas divinas». Para Orígenes expresa la «verdadera doctrina sobre Dios y sobre Jesucristo como Salvador». Corresponde a Eusebio el privilegio de haber aplicado por primera vez el atributo theologos a Juan el Evangelista, ya que en su evangelio escribió una «eminente doctrina sobre Dios». A partir de él, la Iglesia Católica afirma que la teología indica la verdadera doctrina, la cristiana, en oposición a la falsa doctrina que enseñaban los paganos y los herejes.[cita requerida]

El término teología es una palabra compuesta que, en su significado literal, puede indicar un hablar de Dios, o bien un discurso sobre Dios. Si en términos generales la teología es una reflexión sobre Dios (y en este sentido existe también una teología filosófica), en el sentido más corriente de la Iglesia católica es una reflexión que intenta conocer y comprender la fe a partir de la razón. Así pues, la teología católica presupone la fe como fundamento experiencial e intenta en ella y a través de ella el conocimiento y la comprensión de la fe. En otras palabras, es una actividad intelectual, metódica y crítica que presupone la adhesión a la fe católica. Para indicarla sintéticamente, se resume a menudo a la fórmula de Anselmo de Canterbury: "Fides quaerens intellectum": "La fe busca entender" (la teología es la voluntad de la fe de comprender).[2]

Teología protestante

A partir de Lutero inició un nuevo recorrido teológico, separado e independiente respecto de la teología tradicional católica. Surge así la teología protestante, que difiere de la católica en cuestiones doctrinales que son consideradas fundamentales:

  • La Biblia es considerada como la Palabra de Dios, de manera que es infalible y el texto más importante de todos los libros del mundo. No existen documentos diferentes a la Biblia que sean aceptados como infalibles. Además, de estar basada en el llamado canon de palestina o canon hebreo que consta de 39 libros, a diferencia de la Biblia católica que contiene 46 libros, pues está tomada de el canon de Alejandría que contiene siete libros más, llamados apócrifos por la tradición protestante y, también llamados libros deuterocanónicos por la tradición católica.
  • No se acepta adoración a ninguna clase de imagen ni a persona humana alguna. Por lo tanto, no se acepta la postración frente a imagen alguna.
  • No se acepta la existencia del purgatorio.
  • No se acepta el bautismo de niños o infantes, sino hasta que el individuo tiene formada una conciencia de lo moral.
  • No se reconoce a la Virgen María ni a ningún otro personaje bíblico o histórico como intercesor ante Dios.

Cabe mencionar que, dentro de la Teología protestante, se destacan 5 puntos que resumen la Teología o creencias:

  • Sola Fide
  • Sola Gratia
  • Sola Scriptura
  • Solus Christus
  • Soli Deo Gloria

Lo cual significa que la Salvación es por la Sola Fe (Sola Fide), por la Sola Gracia de Dios (Sola Gratia), por la Única Obra intercesora de Cristo (Solus Christus), dando así la Gloria Solamente a Dios (Soli Deo Gloria) pues el hombre no tiene parte en la salvación. Asimismo, se enfatiza la suficiencia de la Palabra de Dios expresada en la Biblia, con el fin de conocer al Dios verdadero al revelarse este hacia los hombres (Sola Scriptura).

Teología ortodoxa oriental

La “hospitalidad de Abraham”, de Andréi Rubliov: los tres ángeles representan a las tres personas de Dios.

La teología ortodoxa oriental se caracteriza por su trinitarismo monoteísta, la creencia en la encarnación del Logos (hijo de Dios), un equilibrio entre la teología catafática y apofática, una hermenéutica definida de la tradición sagrada, una eclesiología concreta, y una soteriología terapéutica.

Los cristianos ortodoxos creen en un único Dios que es a la vez uno y trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo), aunque apunta que se trata de “una esencia indivisible” presente en los tres. La sagrada trinidad está formada por tres personas distinguibles y distintas (hipóstasis), que comparten una esencia divina (ousia) no creada, inmaterial y eterna. El padre es la fuente eterna de divinidad, de la que el hijo la obtuvo y también del padre la obtuvo el espíritu santo. La ousia de Dios es algo que está más allá de la comprensión humana y no puede ser definida ni tratada por el entendimiento humano.[3]

Teología islámica

Kalam (علم الكلم) es una de las ciencias religiosas del Islam. En árabe, la palabra significa ‘discusión’ y se refiere a la tradición islámica de buscar principios teológicos por medio de la dialéctica. Un estudioso del Kalam es llamado mutakallam.[cita requerida]

Teología en religiones no-abrahámicas

Mitología grecolatina

Mitología clásica, mitología grecorromana o grecolatina es la mitología de la civilización clásica grecorromana, un cuerpo de narraciones míticas esencialmente común (tras adaptar los romanos el panteón de la religión griega a su propia religión original -religión romana-), aunque los nombres de los dioses sean distintos en griego y en latín. Ambas mitologías convergieron en el siglo I a. C.

En la antigüedad grecolatina existieron eruditos paganos que escribieron obras filosóficas en donde trataban el tema del politeísmo de manera racional, como bien son el De natura deorum de Cicerón, o algunos textos de Epicuro como la Carta a Meneceo.[4]​ También entran aquí textos como De divinatione de Cicerón, De la naturaleza de las cosas de Lucrecio, y Meditaciones de Marco Aurelio.

Religión germánica

Mueren riquezas, mueren parientes, igual morirás tú; la gloria tan sólo no muere jamás, de aquel que ganársela logra. Hávamál, estrofa 76.[5]

La mitología nórdica era una colección de creencias e historias compartidas por los pueblos germanos septentrionales. Es importante señalar que esta mitología no era compartida por los pueblos nórdicos de etnia urálica (fineses, estonios y lapones) ni báltica (lituanos y letones), quienes poseían una propia (aunque parecida). No era una religión revelada, pues no había una verdad entregada por los divinos a los mortales (a pesar que tiene relatos de personas normales aprendiendo las historias de los dioses de una visita de, o a, ellos), y no tenía un libro sagrado. Esta mitología era transmitida oralmente en forma de una larga y regular poesía. Dicha transmisión continuó durante la era vikinga, y nuestro conocimiento sobre ella está basado principalmente en las Eddas y otros textos medievales escritos durante o después de la cristianización.

En tiempos recientes ha habido un resurgir de las creencias de los antiguos pueblos vikingos; sus adeptos, quienes se consideran como odinistas o asatruar han escrito obras y artículos en defensa de un paganísmo racional.[6]

En una entrevista en 1992, Jörmundur Ingi Hansen expresó su visión sobre varios temas teológicos, incluido la naturaleza de los dioses y la base de sus creencias paganas:

Desde mi perspectiva, el mundo en su naturaleza se divide en dos, las fuerzas constructivas, Æsir, y las fuerzas destructivas que nosotros llamamos Jötnar. <…> Ásatrú o paganismo es, básicamente, solo para darse cuenta de esta dicotomía y tomar partido por el flanco de los Æsir. La mejor manera de hacer eso, en mi opinión, es ser auto-consistente, vivir en armonía con la naturaleza, asociarse a ella con respeto y someterse al orden público. <...> Los dioses forman las moradas de la gente, la tierra y el sistema solar a partir del material que ya existe. En este contexto podemos considerar a las fuerzas de la naturaleza como los dioses en sí mismos y en gran medida, eso es lo que la gente hacía en la antigüedad.[7]

Teología egipcia

Anj, el símbolo de la vida.

La religión del Antiguo Egipto comprende las varias creencias religiosas y rituales practicados en el Antiguo Egipto por más de tres milenios: desde el período predinástico hasta la adopción del cristianismo en los primeros siglos de esta era. Estas creencias se centraban en la adoración de múltiples deidades que representaban varios aspectos de la naturaleza, simbolizando ideas y funciones de poder, expresados por medio de complejos y variados arquetipos.

La religión egipcia tuvo como principal objetivo la interacción entre los seres humanos y los dioses.[8]​ Se creía que estos dioses estaban presentes en todos los aspectos del mundo natural, aunque su verdadera naturaleza se mantuvo. también eran muy sensibles por su sexualidad.

Estas deidades eran adoradas con ofrendas y oraciones por los faraones, en los santuarios de los templos. El pueblo los veneraba durante las procesiones, expuestos en templetes exteriores, sobre barcas rituales portadas por los sacerdotes. Apoyados por la realeza, destacaron diferentes dioses en diversos períodos de la historia egipcia y los mitos asociados con ellos cambiaron con el tiempo, así que Egipto nunca tuvo una jerarquía coherente de deidades o una mitología unificada; sin embargo, la religión contenía muchas creencias generales. Entre ellas se encuentra la divinidad del faraón, que ayudaba a unificar políticamente el país,2 y creencias más complejas sobre una vida más allá, que dio lugar a la elaboración de las complejas costumbres funerarias egipcias: embalsamamiento, momificación, enterramientos rituales en ricos complejos funerarios, con templos funerarios, pirámides, mastabas, etc.

Véase también

Referencias

  1. Lacueva, Francisco; Ropero, Alfonso (2008). «Teodicea». Diccionario teológico ilustrado (2 edición). Barcelona: Clie. p. 567. ISBN 9788482672373. Consultado el 24 de octubre|fechaacceso=, |añoacceso= y |mesacceso= redundantes (ayuda).  .
  2. Véase La relación entre fe y razón en San Anselmo.
  3. Lossky, V. The Mystical Theology of the Eastern Orthodox Church. 
  4. Texto completo: http://www.uruguaypiensa.org.uy/andocasociado.aspx?159,676
  5. El Hávamál completo: http://www.fornsed.es/index2.php?articulo_id=32&art=1
  6. http://www.fornsed.es/index2.php?id=17&sec=1
  7. Lesbók Morgunblaðsins, 14 de noviembre de 1992, pag. 4-5. Disponible online en http://timarit.is/view_page_init.jsp?pageId=3309806&issId=242568&lang=en
  8. [#Redford|Redford (2002)]], p. 62.

Bibliografía

Enlaces externos