Lilia Prado

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Lilia Prado

Prado, circa 1950s
Información personal
Nombre de nacimiento Leticia Lilia Amezcua Prado
Nacimiento 30 de marzo de 1928
Bandera de México Sahuayo, Michoacán, México
Fallecimiento 22 de mayo de 2006 (78 años)
Bandera de México Ciudad de México, México
Causa de muerte Insuficiencia renal Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Panteón Jardín Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Mexicana
Familia
Cónyuge Gabriel Priede España Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Actriz, cantante, actriz de televisión y actriz de cine Ver y modificar los datos en Wikidata
Años activa desde 1947
Instrumento Voz Ver y modificar los datos en Wikidata
Firma

Lilia Prado (n. Sahuayo, Michoacán; 30 de marzo de 1928 - f. Ciudad de México; 22 de mayo de 2006)[1]​ fue una actriz mexicana, considerada una de las grandes actrices de la Época de Oro del Cine Mexicano.

Leticia Lilia Amezcua Prado fue la segunda hija de ocho hermanos; sus padres, Ramiro Amezcua Novoa, y María Luisa Prado González. Su nacimiento fue de lo más interesante: a los cinco meses de embarazo, su madre cayó a un granero y perdió a un niño; sin embargo, su vientre continuaba creciendo, y a los nueve meses nacería la niña Lilia gracias a que los dos hermanos se encontraban en placentas diferentes. Debido al movimiento cristero, Lilia y su familia se trasladaron a la Ciudad de México.

Inicios

Desde pequeña sobresalió por su belleza y simpatía. Con una prima, quiso desde un principio fugarse de su casa para trabajar en un circo, pero la muerte de ésta truncó sus planes. También contempló ser bailarina. Tras ganar un concurso de belleza, tuvo la oportunidad de ingresar a la industria cinematográfica, primero como extra a partir de 1940. Después, gracias al periodista Javier Campos, fue llevada a los Estudios Azteca, donde estaban filmando en papeles principales o de reparto. En un principio Lilia deseaba que su nombre artístico fuera Sonia, pero al verse imposibilitada, dio este nombre a su perra y tomó su primer nombre y el apellido de su madre. Prado llegó a participar en más de 100 filmes. Aunque estudió en el INBA siendo alumna de Celestino Gorostiza, jamás terminó una carrera. Aprendió cine haciéndolo, con una gran habilidad para memorizar los diálogos y para improvisar. Dotada de una voz suave, de un talento inmenso para recitar y de una belleza inmaculada, pronto llamó la atención de los directores de cine, como de la mancuerna del director Ismael Rodríguez y del actor y cantante Pedro Infante. Aunque quien le diera su primera oportunidad al darle un pequeño papel fue Juan Orol, en la película Tania, la bella salvaje, estelarizada por la rumbera cubana Rosa Carmina.

Sus primeras películas fueron La barca de oro (su debut oficial), dirigida por Joaquín Pardavé, junto a Pedro Infante y René Cardona; y Ángel o demonio, junto a María Antonieta Pons, ambas películas del año 1947. Participó en la cinta estadounidense Tarzan and the Mermaids (Tarzán y las sirenas) en ese mismo año. También en el mismo año ganó el título Señorita novel de la pantalla. Posteriormente actuaría en Pobre corazón, donde mostró enorme habilidad para bailar rumbas mostrando sus atractivas piernas. A partir de entonces su joven carrera ascendería de manera sorprendente, convirtiéndola en una de las actrices más solicitadas.

Periodo con Buñuel

Tras su primer protagónico en Confidencias de un ruletero al lado de Resortes en 1949, en donde sus sugerentes bailes interesaban más que los chistes de su compañero, su consolidación como actriz estelar se daría en las películas Las mujeres de mi general en 1950 y El gavilán pollero en 1951, ambas al lado de Pedro Infante. Así, su gran momento no tardaría en llegar al ser elegida por el mejor cineasta del cine mexicano, el español naturalizado mexicano Luis Buñuel para protagonizar Subida al cielo. Su encuentro nació gracias al poeta Manuel Altolaguirre -esposo de una millonaria cubana que produciría la cinta-, quien le informó de Lilia Prado y le mostró una fotografía en la que llevaba trenzas. El cineasta la encontró simpática y le envió un libreto a la actriz (quien, en ese momento no sabía de él ni de su genio como director) que en un principio le parecía poca cosa. El filme la llevaría a acompañar al aragonés al Festival de Cannes por haber ganado el Premio especial de la crítica internacional a la mejor película de vanguardia en 1952, y que acumularía un total de 17 premios internacionales. Allí mismo sería nombrada "Miss Simpatía". El mencionado filme adquirió fama por la escena en que Lilia sube a un camión mostrando los muslos; así como por la escena onírica en que Oliverio (Esteban Márquez) alucina con una mujer vestida de novia que alterna los rostros de la seductora Raquel (Lilia Prado), y de su abnegada esposa Albina (Carmelita González).

Buñuel volvió a trabajar con Lilia en el filme Abismos de pasión, una adaptación cinematográfica del director español de la novela Cumbres Borrascosas de la escritora inglesa Emily Brontë. Esta obra, en la que a pesar de que Buñuel confesó que los actores que le impusieron -Irasema Dilián y Jorge Mistral- eran inadecuados, al final la versión reflejaba mucho mejor el espíritu de la novela que la hecha por Hollywood en 1939 y al paso de los años el filme ganó en coherencia, en comparación con la realizada en Hollywood en 1936. Ese mismo año, Buñuel volvió a requerirla para protagonizar La ilusión viaja en tranvía. Este film se encuentra entre las 100 mejores películas del cine mexicano, constituye una entrañable cinta sobre la clase obrera de México de mediados de siglo, conservando el encanto que la ha hecho superar el envejecimiento inevitable de otras películas, con una Lilia Prado convertida en una bella muchachita de barrio que tratará de salvar a su hermano el “Tarrajas” (Fernando Soto “Mantequilla”) y a su ex novio el “Caireles” (Carlos Navarro) quienes tratarán de devolver un tranvía sin que nadie se dé cuenta para no ser denunciados. Ensayo de un crimen hubiera sido su cuarta película con Buñuel, de no ser que la entonces muy solicitada actriz no pudo terminar a tiempo la película que filmaba en aquel momento, y el papel protagónico fue otorgado a Miroslava Stern.

Lilia fue la única actriz, junto con Silvia Pinal, que protagonizara o coprotagonizara tres películas bajo la dirección del cineasta; de hecho, esta última tuvo que valerse de su matrimonio con el productor Gustavo Alatriste para financiar un filme en que Buñuel, por agradecimiento, le otorgara un papel protagónico, cuyo resultado fue la exitosa Viridiana en 1961, que también ganó en Cannes.

A raíz de su participación con Buñuel, Prado recibió varias ofertas de trabajo tanto en Europa como en Estados Unidos, pero su negativa de aprender inglés hizo que todos sus filmes los realizara en México, hecho del que dijera que no se arrepentía, pero que sin duda hubiera sido interesante para su carrera.

Como compañera de Pedro Infante

A raíz de sus participaciones como extra en las películas La barca de oroo y Soy charro de Rancho Grande estelarizadas por Pedro Infante, Lilia Prado llamó la atención del cantante sinaloense. Así, luego de la muerte quien fuera compañera y amiga de Infante, Blanca Estela Pavón, se buscó una sustituta de la actriz para formar una nueva mancuerna artística. De esta manera Lilia Prado protagonizó junto al ídolo Las mujeres de mi general (1950), El gavilán pollero (1951), Los gavilanes (1954) y La vida no vale nada (1954). Dos proyectos más quedaron truncados para que ambos actores se reunieran debido a la muerte del sinaloense, El que con niños se acuesta (que fue estelarizada por Tin Tan), y Ando volando bajo, que los reuniría de nuevo con Luis Aguilar y en donde Pedro Armendáriz, tomaría el papel que le hubiese correspondido a Pedro Infante.

Vida personal

Pese a su fama, fue muy respetuosa con su familia, especialmente con su madre. Estuvo muy unida con sus hermanas Marisa y Guillermina. Se casó con el torero Gabriel España, aunque su matrimonio sólo duró dos meses, calificados por Lilia como una pesadilla. Prado diría que en realidad estuvo enamorada una sola vez, muy probablemente del pianista y compositor Juan García Esquivel (quien murió en 2002), pero que primero estaba su carrera y el romance no prosperó. El pianista murió pocos años antes que la actriz mencionara su nombre, lo que fue doloroso para ella. Fue por otra parte, gran amiga de Pedro Infante -a quien dijo tuvo que marcarle el alto- y de Luis Aguilar. No tuvo hijos, sin embargo, en su juventud estuvo embarazada pero una enfermedad le causó un aborto, con lo que abandonó para siempre la idea de tener descendencia y decidió consagrar su vida a su madre, con quien pidió compartir la eternidad y ser sepultada a su lado. En los últimos años de su vida, Lilia Prado sufrió numerosas pérdidas de sus seres queridos, ambicionando volver a la pantalla aunque fuera en alguna telenovela, proyecto que estuvo a punto de materializar con Ernesto Alonso para participar en Amarte es mi pecado. Padeció de problemas en los pies, por lo que en sus últimos días tuvo que caminar con una andadera. Falleció el 22 de mayo de 2006 a la edad de 77 años debido a una enfermedad renal que se complicó con una falla pulmonar y que devino en infarto. Sus restos descansan eternamente en el Panteón Jardín en México D.F., al lado de su madre -como lo dispuso- y de otros grandes como Pedro Infante.

Premios y reconocimientos

Legado como actriz

Lilia Prado participó en más de 100 películas, tres obras de teatro y siete telenovelas. Trabajó con los directores más importantes de la Época de Oro del Cine Mexicano: Luis Buñuel, Joaquín Pardavé, Ismael Rodríguez -quien fue el primero en darle un protagónico en el que no tuviera que enseñar las piernas-, Roberto Gavaldón, Rogelio A. González, Alejandro Galindo y más tarde con Luis Alcoriza. Así mismo compartió créditos con el grueso actoral del cine mexicano, como Pedro Infante, Cantinflas, Tin Tan, Marga López, Sara García, Luis Aguilar, Pedro Armendáriz, Roberto Cobo, Roberto Cañedo, Fernando Soler, Andrés Soler, Domingo Soler, David Silva, Ernesto Alonso, Fernando Soto “Mantequilla”, Rita Macedo, Miroslava Stern, Víctor Junco, Silvia Pinal, Jorge Mistral, Irasema Dilián, Felipe Montoya, José Elías Moreno, Adalberto Martínez "Resortes", Rosita Quintana, Carmen Montejo, Óscar Pulido, Beatriz Aguirre, Wolf Ruvinskis, Amalia Aguilar, Eduardo Noriega, Carlos Navarro, Víctor Alcocer, Roberto Meyer, Antonio Badú, Lilia del Valle, Rosa Carmina, Sofía Álvarez, Joaquín Cordero, Joaquín Pardavé, Ignacio López Tarso, Roberto Cañedo, Arturo de Córdova, Emilio Fernández, Alfonso Aráu, Eric del Castillo, Yolanda Montes ‘’Tongolele’’, Ana Bertha Lepe, Miguel Aceves Mejía, Manuel Dondé, Miguel Manzano, Agustín Isunza, Jaime Fernández, Mario Almada, y con los entonces niños Angélica María y Valentín Trujillo.

Lilia Prado ha quedado inmortalizada en un famoso fotograma de La ilusión viaja en tranvía en la que aborda dicho medio de transporte con una entallada falda que insinuaba sus encantos físicos evidentes, ante las miradas de Carlos Navarro y Fernando Soto "Mantequilla".

Aunque fue conocida por sus piernas y caderas, y a que realizó varias de las escenas más sensuales hasta ese momento en la Época de Oro del cine mexicano, jamás se desnudó en la pantalla. Lilia Prado ha sido un emblema de la anatomía de la mujer mexicana, la típica "chaparrita cuerpo de uva". Efraín Huerta le ha dedicado un poema, y José de la Colina le ha hecho un ensayo en el que ensalza su anatomía extraordinaria, un milagro de la biología. Además de los antes mencionados, varios artistas han admirado a la actriz, como es el caso del escritor ecuatoriano Iván Oñate, el venezolano José Ignacio Cabrujas, el poeta mexicano Ulises Carrión, el escritor Arturo Azuela (en La Casa de las mil vírgenes) y el pintor José Luis Cuevas. Sin duda fue una de las actrices preferidas de Luis Buñuel, quien aparte de su aprecio, dijo de ella: “Esa muchacha podría llevar una mochila sin sujetarla con las correas”. La imagen erótica que irradiaba ingenuamente, ha formado parte del imaginario colectivo no únicamente de los mexicanos, sino de muchos países latinoamericanos y europeos (como Italia, Rusia, Alemania y Holanda, donde por su talle la consideraron “La Marilyn Monroe mexicana”, "Símbolo sexual latinoamericano", "Bella vampiresa" o "Ingenua perversa") hasta donde llegaron sus filmes.

Filmografía

Algunos de sus filmes más importantes

Obras de teatro

  • ”La mujer, el marido y la muerte” (1959)
  • ”La prostituta respetuosa” (1952)
  • ”Juguete para un matrimonio” (1970)

Telenovelas

Bibliografía

  • Agrasánchez, Jr., Rogelio (2001). Bellezas del cine mexicano/Beauties of Mexican Cinema. México: Archivo Fílmico Agrasánchez. ISBN: 968-5077-11-8
  • Azuela, Arturo. La casa de las mil vírgenes, Madrid, Argos, Vergara, 1993.
  • Colina, José de la y Tomás Pérez Turrent. Prohibido asomarse al interior. Entrevistas con Luis Buñuel acerca de su filmografía. Publicado en España con el título de "Buñuel por Buñuel" (Madrid: Plot Ediciones, S. A., 1993. ISBN: 84-86702-20-8).
  • Peguero, Raquel. "¿Vampira?, si me conocieran se atacarían de risa", dice Lilia Prado, Periódico La Jornada, UNAM. Entrevista. México, 27 de septiembre de 1999.
  • Varios (2000). Lilia Prado, imagen del erotismo y la sensualidad. En SOMOS. México: Editorial Televisa, S. A. de C.V.
  • Fotos de Lilia Prado

Referencias

Enlaces externos

Lilia Prado en Internet Movie Database (en inglés).