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Piliocolobus kirkii

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Colobo rojo de Zanzíbar[1]
Estado de conservación
En peligro (EN)
En peligro (UICN 3.1)[2]
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Primates
Familia: Cercopithecidae
Género: Piliocolobus
Especie: P. kirkii
(Gray, 1868)

El colobo rojo de Zanzíbar (Piliocolobus kirkii) es una especie de mono colobo endémica de la isla de Unguja, la mayor isla del archipiélago de Zanzíbar, frente a la costa de Tanzania. También es conocido como colobo rojo de Kirk, debido a su descubridor, el explorador sir John Kirk (1832-1922), gobernador residente de Zanzíbar quien, además, lo presentó para la ciencia zoológica.[3]​ Actualmente está clasificado como una especie en peligro y a mediados de la década de 1990 fue adoptado como especie emblemática para representar la conservación biológica de este archipiélago.[4]​ La población de colobos rojos todavía sigue siendo reducida debido a que es endémica en exclusiva de esta región y los conservacionistas están intentando trabajar con el gobierno local para diseñar una estrategia efectiva y adecuada para proteger a los colobos rojos y su hábitat. La especie ha sido reclasificada zoológicamente en dos ocasiones; anteriormente pertenecía al género Colobus, pero recientemente pasó al género Piliocolobus.[1]

Descripción

Colobe roux
Colobo rojo.

El pelaje de este cercopitécido se compone de tres colores. Una banda negra corta a lo largo de los hombros y los brazos mientras que el vientre y la parte inferior de los miembros son blancos. Su cara negra está coronada de largos pelos blancos y presenta una marca rosa en la nariz y los labios. El colobo rojo de Zanzíbar posee una larga cola no prensil que usa únicamente para mantener el equilibrio durante los desplazamientos en el dosel arbóreo.[5]​ El dimorfismo sexual de esta especie es poco marcado: el color y el tamaño del cuerpo de las hembras no difiere casi del de los machos.[6]​ En los grupos, las hembras son generalmente más numerosas que los machos. Los rasgos de la cara permiten diferenciar fácilmente a los individuos dentro de un grupo[7]​. Estos colobos tienen cráneos pequeños y la forma del cuerpo es redondeada. Los machos llegan a alcanzar los doce kilos y las hembras hasta diez.[8]

La palabra «colobo» deriva de la palabra griega que significa «mutilado» pues, al contrario que los otros primates, no tienen pulgares oponibles o están poco desarrollados.[9]​ Para sortear esta falencia, los cuatro dedos restantes son muy alargados y se alinean de tal manera que forman un fuerte gancho que le permite trepar fácilmente y asirse a las ramas de los árboles.[5]

Debido a su fuerte olor corporal, los habitantes de la isla los han apodado «kima punju», que significa «mono veneno» en suajili. Esto ha creado una mala imagen de los colobos en el imaginario de los locales e incluso afirman que ejercen una influencia demoníaca sobre los árboles en los que se alimentan, llegando al extremo de talarlos.[10]

Ecología y comportamiento

Comportamiento social y comunicación

Los grupos se componen en general de cuatro machos adultos y numerosas hembras, siendo la proporción más habitual de un macho por dos hembras.[11]​ Dentro del grupo siempre están presentes jóvenes de todas las edades. El número total de individuos en el grupo puede variar de 30 a 50 animales. La especie es muy social y los monos juegan y se acicalan durante los descansos entre las comidas. Al contrario que las hembras, dentro del grupo, los machos mantienen vínculos muy estrechos, actúan juntos en defensa del grupo e incluso se acicalan mutuamente.[12]

Une femelle et son petit
Una hembra y su cría.

Comparado con los otros miembros de la subfamilia de colobinos, las especies del género Piliocolobus tienen una laringe más pequeña. Así, a diferencia del llamado más grave de los machos de las especies de colobos negros y blancos, el llamado de los machos de Procolobus kirkii es más alto o soprano. Al no ser un animal territorial, el colobo rojo de Zanzíbar no emite vocalizaciones intensas de intimidación. Entre los llamados de peligro y de alarma se encuentra un ladrido, un ruido «chist» y uno «wheet». Los gritos más fuertes se escuchan cuando el macho expresa su poder en el grupo o cuando verifica el estado sexual de las hembras.[13]

En el parque nacional Jozani Chwaka Bay, el grito más oído es el de alerta, que deriva del grito de desplazamiento. Así los gruñidos son emitidos por monos cuando estos perciben un cambio en el clima o la presencia de un animal cerca del grupo. Además, en los animales arborícolas, existen dos tipos de signos que permiten prevenir si el peligro proviene del suelo o del cielo. Sin embargo, la ausencia de rapaces en Zanzíbar justifica la ausencia de gritos que indiquen un peligro aéreo. Sin embargo, los jóvenes, más pequeños y vulnerables, pueden emitir este tipo de sonidos cuando ven sombras.[14]

El colobo rojo de Zanzíbar, al ser muy social, posee un grito que emite cuando se encuentra solo durante mucho tiempo y se siente amenazado o vulnerable. La mayor parte de las veces, lo emiten los jóvenes, pero, cuando los adultos sienten la necesidad de utilizarlo, lo hacen.[15]

Alimentación

Individu consommant une jeune pousse
Individuo consumiendo un pequeño brote.

La alimentación también es una actividad de grupo. Comienzan a alimentarse por la mañana y continúa durante las horas más frescas del día. Las llamadas de los machos ponen al grupo en movimiento en busca de otro lugar en el que alimentarse. Esta especie es principalmente folívoro y las hojas consumidas son generalmente pequeños brotes.[16]​ Los colobos rojos se alimentan también de semillas, flores y fruta verde. De forma extraordinaria, pueden llegar a comer también cortezas, madera muerta o incluso tierra.[16]​ También se ha observado el consumo de la cycadophyta Encephalartos hildebrandtii.[17]​ Es una de las pocas especies que no come fruta madura; dispone de un estómago de cuatro cámaras, que no puede digerir los azúcares contenidos en la fruta.[18]​ También consumen carbón vegetal, que se cree les ayuda a digerir las toxinas (probablemente compuestos fenolíticos) de hojas de almendro malabar o mango.[16]​ Este consumo de carbón es un comportamiento probablemente enseñado por las hembras a sus crías.[16]​ También es importante señalar que no todas las poblaciones de colobos rojos adoptan este comportamiento. De hecho, solo se aprecia en algunos grupos que consumen hojas más exóticas.[16]

Dado que algunas poblaciones se nutren sobre todo en los manglares, consumen más cloruro de sodio que los otros. Por esto, han sido observados lamiendo las hojas o bebiendo el agua de retención en algunos árboles. Este comportamiento muestra la capacidad de adaptación de esta especie a las nuevas condiciones ambientales y ecológicas.[19]​ Durante la estación seca, uno de los alimentos básicos del colobo rojo, el almendro malabar, pierde sus hojas. Esto obliga a los monos a salir de los límites de las reservas naturales para alimentarse y los expone a numerosos peligros.[16]

Reproducción

Accouplement
Apareamiento.

Los machos alcanzan la madurez sexual entre los tres años y los tres años y medio. Las hembras la alcanzan a los dos años.[20]​ En celo, ellas son fácilmente reconocibles por la hinchazón y el color rojo vivo de sus genitales. Así, los machos saben que la hembra está lista para el apareamiento.[20]​ Además, justo antes del apareamiento, los machos utilizan sus dedos para sondear los órganos genitales de las hembras y los olfatean para detectar la presencia de estrógeno y de progesterona. Cuando se aseguran por estos medios que la hembra está en celo, empieza el apareamiento.[15]

La gestación dura alrededor de seis meses y cada hembra tiene entre una y dos crías cada dos años. Los cuidados parentales son intensos y a veces compartidos entre varias hembras del grupo. El 76% de las crías nace entre septiembre y diciembre.[16]​ Cuando los nuevos machos se unen a un grupo en el que hay recién nacidos, puede haber infanticidios.[11]​ Las investigaciones han demostrado que la capacidad de expansión alimentaria, debido al consumo de carbón, explica la alta tasa de natalidad y las altas densidades de población.[16]​ Además, la tasa de natalidad es superior en las poblaciones que viven en los manglares pues la alimentación es más abundante.[21]

Hay más nacimientos entre octubre y diciembre en las poblaciones de la isla Uzi y entre enero y febrero en las de Kiwenga (localidad que se encuentra en la parte oriental de la isla principal).[16]​ La mortalidad infantil es muy elevada; cerca de la mitad de los jóvenes no alcanza los 6 meses.[22]​ La tasa de natalidad ha bajado en comparación con las poblaciones del continente y los intervalos entre cada nacimiento han aumentado. Las investigaciones sugieren que que esto es consecuencia de las transformaciones del hábitat de estos monos.[23]

Localización y hábitat

Répartition de Piliocolobus kirkii sur Unguja
Localización del Piliocolobus kirkii en Unguja :      Presente     Extinguido

El colobo rojo de Zanzíbar solo vive en tres bosques del archipiélago de Zanzíbar[11]​ y se encuentran esencialmente en la mitad sur de la isla principal, Unguja.[24]​ Una pequeña población introducida se encuentra también en Pemba desde los años 1970, pero no parece muy viable.[24]

Aunque sea una especie mayoritariamente arborícola, se puede encontrar a veces en el suelo y sobre todo cerca de las zonas agrícolas donde los monos están habituados al contacto humano. En el parque nacional Jozani Chwaka Bay, estos monos prefieren las zonas secas, pero también se encuentran en los manglares donde hay comida todo el año.[11][19]​ En Uzi, por el contrario, es más frecuente verlo en el manglar dominado por el Rhizophora mucronata, donde están el 85% del tiempo de observación. La alimentación salada les obliga a buscar agua dulce, lo que hace de los manglares de la isla un hábitat particularmente apreciado. La subespecie temminckii del colobo rojo occidental (Piliocolobus badius) ha desarrollado también esta adaptación para sobrevivir.[19]

Clasificación

Taxonomía

Planche ayant accompagné la description originale par John Edward Gray
Plancha que acompañaba la descripción original realizada por J.E. Gray.

Esta especie fue descrita por John Edward Gray en 1868 bajo el basónimo de Colobus kirkii, antes de ser desplazado al género Procolobus y después al Piliocolobus.[25]​ La denominación específica, kirkii fue puesta en honor de John Kirk, administrador británico de Zanzíbar que fue el primero en llamar la atención de la zoología sobre esta especie[26]​ porque lo que también se le conoce como colobo rojo de Kirk.[27]​ No se ha distinguido ninguna subespecie.

Historia evolutiva

Está generalmente aceptado que la población de P. kirkii presente en Zanzíbar deriva de una población de colobos rojos que se encontró aislada en la isla tras la subida del nivel del mar a final del Pleistoceno. Por otro lado, análisis mitocondriales permiten pensar que las especies del género Piliocolobus estaban ya aislados genéticamente desde el Plioceno.[28]

El examen de la morfología craneal del Piliocolobus kirkii muestra la distinción que tiene esta especie con los otros miembros del género Piliocolobus. Este examen ha sacado a la luz una aceleración significativa de la evolución morfológica del tamaño craneal. Una de las hipótesis afirma que esta evolución es el resultado de la insularidad de la especie así como de las presiones medioambientales como la competición, el hábitat, la predación e incluso la abundancia de recurso. Se puede constatar que esta especie ha sufrido en el pasado una situación de cuello de botella.[6]

El pequeño tamaño del cráneo de Piliocolobus kirkii en comparación con los colobos del continente es coherente con la ley de Foster que indica que los animales se encogen a lo largo del tiempo cuando los recursos son limitados.[6][29]​ Los machos tienen tendencia a mantener una cierta neotenia, que incluye sobre todo la cara corta, órbitas grandes y un neurocráneo alargado. No es posible afirmar cuándo tuvo lugar ese cambio evolutivo.

Los análisis moleculares han revelado que de todas las especies del género Piliocolobus, el P. kirkii está mucho más estrechamente relacionado al Piliocolobus gordonorum.[30]​ Este análisis indica también que la separación entre estas dos especies se produjo hace alrededor de 60 000 años.[31]

Amenazas y conservación

Estado de conservación

Le Colobe roux de Zanzibar figure sur le logo du Jozani-Chwaka Bay Conservation Project, visant la protection de la forêt de Jozani et des mangroves de Chwaka Bay
El colobo rojo de Zanzíbar figura en el logo del Jozani-Chwaka Bay Conservation Project, cuyo objetivo es la protección del parque nacional Jozani Chwaka Bay.

Hay entre 1600 y 3000 individuos en estado salvaje.[16]​ De ellos, la mitad viven fuera de las zonas protegidas.[11][32]​ La mayor y la importante zona de protección del colobo rojo se extiende por una superficie de 25 km2 y se encuentra en el interior del parque nacional Jozani Chwaka Bay.[33]​ Esta zona se encuentra en la isla principal y los individuos que allí viven han sido muy estudiados desde el punto de vista científico. Sin embargo, los colobos siempre han estado cerca de los shambas (término suajili para «granja») que lindan con el parque[23]​ y hay que subrayar que cerca de estas shambas las poblaciones de colobos rojos son más numerosas que las que viven en el interior del parque.[23]​ Estas poblaciones, las que no viven en el interior de la zona protegida, están sometidas a riesgos mayores.

En Uzi y en la isla Vundwe, los monos sufren una destrucción de su hábitat que no deja de aumentar. Los bosques de suelos coralinos son los que más padecen la deforestación. Debido a que los colobos roban la fruta de las granja, se han informado casos de envenenamiento, captura y desaparición en estas islas.[21]

El colobo rojo de Zanzíbar está considerado actualmente como especie en peligro en la Lista Roja de la UICN.[34]​ El primer factor que ha contribuido a esto es la deforestación y con ella una bajada significativa de los recursos para el mono. Además, las capturas han aumentado, bien sea para ser comido, bien por su atractivo como animal de compañía.

La Convención Africana ha considerado que la amenaza sobre la especie y la importancia de su conservación colocándola en la categoría «Clase A».[35]​ El documento «Convención Africana sobre la conservación de la naturaleza y los recursos naturales define la categoría «Clase A» de la siguiente manera:

Las especies que se encuentran en la categoría «Clase A» deberán ser integralmente protegidas en todo el territorio de los Estados firmantes. No se permitirán sin autorización expedida en casa caso por la más alta autoridad competente la caza, la tala, la captura o la recolección de especímenes y solo si es necesario para el interés nacional o para fines científicos.[35]

Medidas puestas en marcha

Panneau de signalisation sur une route de l'archipel
Señal en una carretera del archipiélago.

Para poner remedio al descenso de la población, se han tomado diversas medidas. En 1974, quince especímenes (cinco machos y diez hembras) provenientes del Ngezi fueron llevados a la isla de Pemba.[11]​ Sin embargo, 20 años más tarde, solo se encontraron algunos individuos en la isla y los científicos concluyeron que si el grupo había sobrevivido, el número de monos no había evolucionado. Algunos habitantes de Pemba están convencidos de que los monos son sinónimo de mala suerte.[11]​ Este miedo es quizá una de las razones por la que la población desplazada nunca ha aumentado. En 1977, 1978 y 1981, diversas introducciones, con un total de 36 colobos rojos, en la reserva natural de Masingini han tenido éxito, con 60 individuos en 1994 y una población aún visible en 2011.[36]

Ha sido adoptado desde mediados de los años 1990 como insignia de la conservación de Zanzíbar.[37]​ Puede servir también de bioindicador de un ecosistema con buena salud.[24]​ Algunos intentos de conservación de la especie han tenido lugar en algunas islas del archipiélago como Uzi o Pemba. Además, un proyecto en asociación con el Fondo Mundial para la Naturaleza se ha puesto en marcha en los alrededores de la bahía de Menai situada al oeste de la isla Uzi. La Wildlife Conservation Society (WCS) ha financiado igualmente diversos proyectos de conservación para los colobos pero en ambos casos, ninguna acción ha tenido como objetivo el Piliocolobus kirkii.[21]

Se ha sugerido que el mejor medio para promover la conservación del colobo rojo de Zanzíbar era simplemente darlo a conocer al público. En efecto, este animal no es peligroso y puede ser beneficioso para la economía de la región pues atrae al turismo, como ocurre en la isla Unguja.[11]​ Por otra parte, sería necesario diseñar y establecer verdaderas zonas protegidas.

Referencias

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  2. Struhsaker, T. & Siex, K. (2008). «Procolobus kirkii». Lista Roja de especies amenazadas de la UICN 2024 (en inglés). ISSN 2307-8235. Consultado el 4 January 2009. 
  3. Inventory Acc.942 Papers of Sir John Kirk GCMB KCB and Lady Kirk née Helen Cooke. National Library of Scotland: Manuscripts Division.
  4. Pakenham, R.H.W. (1984). The Mammals of Zanzibar and Pemba Islands. Harpenden: privately printed. 
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  12. Jorgensen (2009), p. 13-14
  13. Jorgensen (2009), p. 11-12
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  32. Siex, Kirstin S.; Struhsaker, Thomas T. (diciembre de 1999). «Colobus monkeys and coconuts: a study of perceived human-wildlife conflicts». Journal of Applied Ecology (en inglés) 36 (6): 1009-1020. doi:10.1046/j.1365-2664.1999.00455.x. 
  33. (en inglés) «Forestry Technical Paper Number 45». Tanzania: Department of Commercial Crops Fruits & Forestry (DCCFF). 2006. p. 2. 
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Bibliografía

Enlaces externos