Reino del Ponto

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Plantilla:Estado desaparecido

El Reino del Ponto (en latín Regnum Pontii) fue un estado de la antigüedad fundado en el año 291 a. C. por Mitrídates I, durante el período helenístico. Estaba localizado al noroeste de la península de Anatolia en la propia costa del Mar Negro, entre los ríos Fasis y Halys. Debe considerarse un estado iranio heredero de la cultura persa, pero desde sus orígenes experimentó una continua influencia de la cultura helénica debido a las colonias griegas de la costa del Mar Negro, así como por las relaciones con sus vecinos del Reino de Pérgamo y el Imperio Seléucida.[1]

El origen de su nombre se debe al que dieran los griegos jonios al Mar Negro, el Ponto Euxino. Gradualmente, el territorio se identificó con ese nombre y se simplificaría en Ponto en algún momento en el siglo III a. C. El significado de Ponto es simplemente mar; lo más probable es que el nombre de Ponto no fuera originalmente el nombre propio del reino, sino que llegó a serlo sólo durante el reinado del último rey (Mitrídates VI), coincidiendo con su cenit y mayor expansión.[2]​ Lo que provocó una serie de guerras con la República romana conocidas como Guerras Mitridáticas. Después de la muerte de Mitrídates VI, el reino fue desmantelado por Roma en el año 63 a. C.

Historia

En su origen era una satrapía del Imperio persa, que fue consolidada en el año 363 a. C. por el sátrapa Ariobarzanes II de Cíos, quien consiguió someter a las tribus del interior y estabilizar la satrapía. El porvenir de la región fue alterado radicalmente cuando en el año 334 a. C. Alejandro Magno inició sus campañas en Anatolia. Tras las batallas del Gránico y de Issos el poder de Persia en Asia Menor se derrumbó. La satrapía del Ponto no fue inicialmente ocupada por los ejércitos griegos, generándose un vacío de poder que consolidó a Mitrídates II de Cíos como gobernador.

Nacimiento

Mapa de los territorios de los Diádocos

Tras la muerte de Alejandro, Asia Menor fue asignada a Antígono I Monóftalmos por el tratado de Triparadiso del 321 a. C., quedando la región del Ponto en algún momento desconocido como tributaria de Antígono I Monóftalmos. Antígono tenía por uno de sus asistentes a Mitrídates, el hijo del antiguo sátrapa gobernador de Cíos, quien era amigo personal del hijo de Antígono, Demetrio. Antígono asesinó al padre de Mitrídates en su ciudad de Cíos en el año 302 a. C., posiblemente para evitar su unión a la liga de Casandro y sus confederados, pero antes de que Antígono pudiese asesinar a Mitrídates con el fin de evitar posibles venganzas, fue advertido del peligro que corría por su amigo Demetrio, el hijo de Antígono. [3]​ El joven Mitrídates huyó esa noche de Capadocia junto con seis jinetes y se refugió en la fortaleza de Cimiata, en Paflagonia.[4]​ Tras la derrota de las fuerzas de Antígono y Demetrio en la Batalla de Ipsos, el poder macedonio en la región se desvaneció y muchos se unieron a Mitrídates por ver en él al legitimo gobernante de la región debido a que era miembro de la desaparecida casa real persa. En los años siguientes, Mitrídates I expandió su dominio por el Ponto y libró continuos combates contra los seléucidas. Durante este tiempo creó las bases para el nacimiento de un nuevo reino. Finalmente asumió en el año 281 a. C. el título de rey (Βασιλεύς, basileus).[5]​ Durante su reinado, Mitrídates I firmó una alianza con la ciudad bitinia de Heraclea Póntica para concederle protección contra Seleuco I Nicátor.[6]​ Fue sucedido por su hijo Ariobarzanes y enterrado en un mausoleo real ubicado junto a Amasia, la capital inicial del reino. Todos los reyes del Ponto tendrían sepultura junto a él hasta la conquista y conversión de Sínope en capital en el año 183 a. C. Apiano afirma en su obra que Mitrídates era descendiente en octava generación del primer sátrapa del Ponto bajo Darío el Grande y antecesor en sexta de Mitrídates VI.[7]​ En cambio, los libros de Plutarco afirman que las generaciones entre Mitrídates I y VI del Ponto fueron ocho.[8]​Poco más se sabe de su reinado, que concluyó tras 36 años.[9]

Consolidación

     Reino del Ponto     República Romana       Reino de Macedonia      Egipto      Reino de Bitinia      Imperio Seléucida      Partos      Reino de Pérgamo      Reino Grecobactriano      Reino de Epiro      Cartago

Tras la caída del imperio de Antígono, Ptolomeo, el gobernador de Egipto, había obtenido numerosos territorios de las posesiones de éste en Anatolia. Ptolomeo I aprovechó una sublevación en la ciudad de Seleucia para iniciar la Primera Guerra Siria en el año 274 a. C. contra los seléucidas, con la pretensión de seguir extendiendo sus dominios en Siria y Asia Menor, lo que le llevo a enfrentarse a varios estados, entre ellos el Ponto. Ariobarzanes derrotó a las fuerzas enviadas en su contra por Ptolomeo I de Egipto con la ayuda de tropas galas, recientemente instaladas en Asia.[10]​ En estos enfrentamientos, Egipto no consiguió controlar Asia Menor, pero aumentó sus territorios controlando el sur de Siria y Fenicia. Además solidificó su posición como indiscutible potencia naval del Mediterráneo oriental. La guerra terminó en el año 271 a. C. Después de la guerra, Egipto controlaba numerosos enclaves que se extendían desde las Cícladas a Samotracia, y los puertos y ciudades costeras de Cilicia, de Traquea, Panfilia, Licia y Caria. Tras la muerte de Ariobarzanes, su hijo tuvo que hacer frente a una invasión por los gálatas, que fueron expulsados con éxito.

Años después dio inicio la Segunda Guerra Siria en el año 260 a. C., en la que Antígono Gónatas y Antíoco II Theos, sucesor de Antíoco I Sóter, se aliaron y atacaron a Ptolomeo II, quien por su parte, intentó atraer a su bando a Eumenes I de Pérgamo. La guerra concluyó en el año 253 a. C. con la derrota de la flota egipcia en Cos, en la que el faraón perdió el predominio naval en el Egeo. Esto motivó la pérdida del control de muchos territorios por parte de Egipto en Asia Menor y que el Reino del Ponto entrase dentro de la esfera de influencia seléucida. Egipto siguió controlando algunas ciudades del sur de Anatolia, sin seguir influyendo decisivamente en la región.

Escudo con el nombre de Farnaces.

Mitrídates II consumó la política de acercamiento con los seléucidas casándose con Laodicea, hija de Seleuco II Calinico, recibiendo la provincia de Frigia como dote.[11]​En el año 222 a. C. entregó en matrimonio a su hija, la princesa póntica Laodicea, a Antíoco III. En el 220 a. C. inició una guerra contra la rica ciudad griega de Sínope, que contó con ayuda enemiga enviada desde Rodas. La aventura militar terminó en fracaso. Por esta época Capadocia se independizó del Ponto bajo su rey Ariarates IV.[12]​ No hubo sucesos notables hasta la llegada al trono de Farnaces I del Ponto, quinto rey del Ponto, quien entre los años 184 a. C. y 170 a. C. tras la Guerra Romano-Siria involucró al Ponto en un conflicto con varios de sus vecinos, entre ellos el Reino de Pérgamo gobernado por Eumenes II, quien había extendido ampliamente el reino hacía el este a costa de los seléucidas, lo que llevó a algunos enfrentamientos y a repetidas embajadas de ambos a Roma. Durante el transcurso de la guerra, los pónticos conquistaron en el año 183 a. C. la ciudad libre de Sínope, convirtiéndola en la capital del reino. Los rodios, protectores de ésta, enviaron una embajada a Roma protestando por la agresión, pero no obtuvieron resultado. En la primavera de 181 a. C., sin esperar la vuelta de su embajador, Farnaces envió a Leocrito al frente de diez mil hombres para saquear la Galacia y, al iniciarse la primavera, reunió sus tropas con la intención de invadir Capadocia, gobernada por Ariarates IV. [13]​ Eumenes, al ver violados los tratados, también se puso al frente de su ejército, pero las hostilidades se suspendieron pronto, con la llegada de los enviados del senado romano, dispuestos a investigar las causas de la disputa.[14]​ Se acordaron negociaciones en Pérgamo, pero no obtuvieron resultado y las demandas de Farnaces fueron rechazadas como no razonables.[15]​ La guerra continuó hasta el 179 a. C., cuando Farnaces fue incapaz de hacer frente a las fuerzas combinadas de sus enemigos pidiendo la paz, viéndose obligado a ceder sus conquistas en Paflagonia y Capadocia a excepción de Sínope. El reino es heredado por su hermano Mitrídates IV Filopator, que inició una política amistosa del Ponto con Roma y sus aliados, al haber enviado una fuerza en auxilio de Atalo II de Pérgamo contra Prusias II de Bitinia.[16]​ Su sucesor fue su sobrino Farnaces I del Ponto, quien continuó la política de alianza con Roma, colaborando con barcos y una pequeña fuerza auxiliar en la Tercera Guerra Púnica (150 a. C.-146 a. C.), posteriormente prestó plena asistencia en la guerra contra Aristónico (131 a. C.-130 a. C.). Por sus servicios a Roma fue recompensado por el cónsul Manio Aquilio con la provincia de Frigia. El Senado rescindió las actuaciones del cónsul acusado de soborno, pero Mitrídates mantuvo la posesión de Frigia hasta su muerte. También intentó extender su influencia en la región con el matrimonio de su hija Laodicea con Ariarates VI de Capadocia.[17]​ Su reinado terminó de forma trágica, siendo asesinado en Sínope en una conspiración de su entorno inmediato, que posiblemente incluía a miembros de su familia. En el aspecto cultural, su reinado se caracterizó por fuertes tendencias helenizantes, siendo recordado por sus generosas donaciones a Atenas y Delos y su gran veneración a Apolo.

Reinado de Mitrídates VI

Archivo:MITIÍDATES.jpg
     Territorios iniciales en 281 a. C.      Conquistas desde el 281 a. C hasta 200 a. C.      Territorios conquistados durante el silgo II a. C.      Conquistas durante la Primera Guerra Mitridática      Reino de Armenia aliado del Ponto

En el año 120 a. C., tras varios años de regencia de su madre, llegó al trono Mitrídates VI. Tras asesinar a su madre y a su hermano, continuó con la política expansionista de su padre, intentando unificar todas las tierras a orillas del Mar Negro, Bitinia, Táurica y Capadocia. Con los recursos necesarios y un ejercito capaz, inició un programa de expansión principalmente en la dirección opuesta a los dominios romanos.[18]​ Rápidamente se apoderó de la Cólquide, la legendaria tierra a la que llegaron Jasón y los argonautas para obtener el vellocino de oro. Extendió su poder por las costas septentrionales del mar Negro donde, seis siglos antes, se habían establecido ciudades griegas en lo que es ahora la Península de Crimea, formando el Reino del Bósforo, al que tomó como protectorado en el 115 a. C. por su incapacidad de defenderse ante las incursiones escitas. [19]​ Afirmó la dominación del Ponto sobre Galacia y Capadocia y formó una estrecha alianza con el Reino de Armenia. En el año 91 a. C. expulsó de su trono al rey Nicomedes III de Bitinia. Roma, recelosa de los planes de Mitrídates, restauró en el 90 a. C. a Nicomedes III de Bitinia en su trono. Al no estar preparado entonces para una guerra contra Roma, Mitrídates se sometió y prometió tropas auxiliares para la Guerra Social en Italia.

El gobernador romano de Asía Manio Aquilio exigió una indemnización para el rey Nicomedes, a la que Mitrídates contestó que él mismo era acreedor de Roma, pues había sobornado a numerosos senadores y no pensaba pagarla.[20]​Es entonces cuando Roma incitó a Nicomedes, rey de Bitinia, a invadir el Ponto. Mitrídates por su parte instaló a su hijo como rey de Capadocia en 89 a. C. Estos hechos motivaron el inicio de las hostilidades con Roma. Manio Aquilio se puso al frente del ejército romano de Asia y de Cilicia y de la flota romana que se encontraba en Bizancio. Mitrídates formó un ejército de 300.000 hombres, 130 carros de guerra, 300 navíos, hoplitas griegos, escitas y jinetes armenios. Dividió el ejército en dos cuerpos: el primero enviado al noroeste contra Aquilio y los bitinios; el segundo contra la provincia romana de Asia y Cilicia. En 88 a. C., Mitrídates respondió al ataque de Nicomedes con un potente contraataque. Su comandante, Arquelao, derrotó al ejército bitinio en la Batalla del río Amnias y al ejército romano al mando de Aquilio en la Batalla del Monte Scorobas. El general romano Aquilio fue entregado por la ciudad de Mitilene y ajusticiado, mientras la flota romana del Mar Negro simplemente se rindió. El Ponto pasó a controlar Capadocia, Bitinia y la provincia romana de Asia. La mayoría de las ciudades griegas de Asia Menor, pertenecientes al antiguo Reino de Pérgamo, como la propia Pérgamo, Éfeso y Mileto, recibieron a Mitrídates como un libertador de la explotación romana.

Busto de Mitrídates VI. Su invasión de la provincia romana de Asia en el 89 a. C. y, todavía más, su masacre de empresarios italianos al año siguiente le convirtieron en el enemigo público número uno de la República.

De todos las regiones y aliados griegos, solamente los rodios mantuvieron su fidelidad a Roma, lo que provocó que los pónticos emprendiesen la guerra contra ellos, tanto por mar como por tierra, pero sin conseguir doblegar ni romper la voluntad de Rodas. En una de las batallas navales contra los rodios, Mitrídates estuvo cerca de ser capturado. Después de fracasar en sus planes de invadir Rodas, escribió a todas las ciudades griegas de Asia instruyéndolas para que asesinaran a cualquier ciudadano romano que hubiese en Asia. Según las fuentes históricas, alrededor de 80.000 personas fueron ejecutadas en unas jornadas conocidas como las "Vísperas asiáticas".[21]

En el año 88 a. C., tras la rápida y exitosa expansión de Ponto, gran parte de la Grecia continental que estaba igualmente explotada por Roma se sumó en apoyo de Mitrídates VI.[22]​ Roma contraatacó enviando a Lucio Cornelio Sila que logró recuperar Beocia, cercar El Pireo y Atenas. Mientras tanto los altos costes de la guerra, que fueron soportados por las ciudades griegas de Asía, motivaron revueltas contra el poder póntico en ciudades costeras como Colofón, Esmirna y Éfeso (87 a. C.) Paralelamente, en Roma el partido popular se adueñó del Senado, tras el retorno de Cayo Mario desde África propiciado por Lucio Cornelio Cinna. Lo que dejó a Sila en una situación precaria al ser éste un conservador contrario a los populares. Los populares iniciaron la persecución y asesinato sistemático de los seguidores de Sila, ensañándose con sus familiares directos, sus amigos y sus propiedades. Mientras, en Grecia, Sila tomó Atenas en el 86 a. C., se enfrentó a las fuerzas pónticas en Queronea y Orcómeno, siendo derrotadas ambas veces las fuerzas pónticas.[23]​ Ese mismo año Roma, gobernada dictatorialmente por Cinna, envió un ejército a Grecia contra el Ponto y contra Sila. El ejercito enviado por el senado estaba al mando del cónsul Lucio Valerio Flaco y del legado Cayo Flavio Fimbria, siendo posteriormente asesinado Valerio por dos de sus hombres, por lo que todo el mando recayó en Fimbria. Fimbria cruzó a Bitinia con la ayuda de la ciudad de Bizancio y conquistó algunas ciudades por acuerdo y capturó a otras por la fuerza. Los pónticos se enfrentaron al ejercito Romano de Fimbria liderados por el príncipe Mitrídates, hijo de Mitrídates VI, acompañado por los generales Taxiles, Diofanto y Menandro. Se enfrentaron a Fimbria con una gran fuerza, pero sufrieron una derrota aplastante a causa de un ataque sorpresa de noche por los romanos, logrando escapar junto con la caballería a Pérgamo. Después de esta derrota gran parte de las ciudades griegas volvieron a alinearse en el bando romano.

Las derrotas pónticas y los cambios políticos habidos en Roma propiciaron una situación desfavorable tanto para Sila como para Mitrídates. Esta coincidencia motivó que los dos hombres se entrevistasen para firmar el tratado de paz de Dardano en el 85 a. C., por el cual el Ponto entregó a Sila 70 navíos, 2.000 talentos y renunció a sus posesiones sobre Capadocia y Bitinia.

Al finalizar la Primera Guerra Mitridática, Sila dejó a Mitrídates el control de su reinado pese a haber sido derrotado. Murena se quedó en Asia al mando de dos legiones que durante la guerra habían formado parte del contingente dirigido por Cayo Flavio Fimbria. Murena acusó a Mitrídates de estar rearmando sus ejércitos e invadió el Ponto. Cuando fue derrotado por Mitrídates, Murena decidió que lo más sabio era obedecer las órdenes de Sila y dejar al rey y su reino en paz.

Mitrídades se recuperó de la guerra apoyándose en su yerno, el rey de Armenia. En el 75 a. C. murió el rey de Bitinia Nicomedes y Roma buscó anexionarse el territorio, declarando bastardo a su heredero. Mitrídates respondió apoyando su derecho al trono e invadió Bitinia y Capadocia. Se alió con Sertorio, que luchaba en Hispania. Inicialmente, en el año 74 a. C., el ejército póntico venció a los romanos invadiendo casi toda la provincia de Asia, pero posteriormente, tras el final de las guerras civiles, el Senado Romano volvió a dirigir su atención hacia el Reino del Ponto, con la intención de vengar las jornadas de las Vísperas asiáticas. Entregó el mando de la campaña a Pompeyo quien, partiendo de Cilicia, se dirigió a través de Capadocia hacia el Alto Éufrates. Pompeyo obtuvo una gran victoria entre el Éufrates y Nicópolis. [24]​ Mitrídades huyó al Reino del Bósforo donde reorganizó su ejército y planeó, al igual que Aníbal, luchar contra Roma en Italia. En el 63 a. C. su hijo Farnaces se sublevó en Panticapea y Mitrídates se suicidó.[25]

Final del Reino

Archivo:Zela.jpg
     Reino del Bósforo:Farnaces II      Conquistas de Farnaces II     Territorios de Roma

La mitad occidental fue anexionada primero a la provincia de Bitinia, formando la doble provincia de Ponto y Bitinia. La mitad oriental fue entregada al gálata Dejotaros. En el 47 a. C. Farnaces II, rey del Bósforo e hijo de Mitrídates VI, aprovechó la Guerra Civil de Roma para expandir sus dominios, invadió Cólquida y parte del Reino de Galacia. El rey gálata Dejotaros, quien era vasallo de Roma, pidió ayuda al lugarteniente cesariano de la provincia de Asia, Domicio Calvino. Farnaces se enfrentó rápidamente con las fuerzas romanas provinciales, obteniendo la victoria. Confiado por su victoria, invadió el resto de territorios del antiguo reino de su padre, el Ponto y parte de Capadocia.[26]

César tuvo noticias de los hechos en Egipto e inició la marcha hacia el Ponto para enfrentarse a Farnaces. La batalla entre las tropas cesarianas y las de Farnaces tuvo lugar en el norte de Capadocia, cerca de la ciudad de Zela. El enfrentamiento derivó con celeridad en una victoria romana, aniquilando completamente las fuerzas enemigas. Farnaces huyó hacia el Bósforo con una pequeña sección de sus tropas de caballería. Sin poder alguno, fue asesinado por un antiguo rival al trono del Bósforo.

El territorio oriental del Ponto fue entregado nuevamente al rey Dejoratos de Galacia. Tras su muerte en el 41 a. C., Galacia siguió controlando la mitad oriental del Ponto durante algunos años, con reyes títeres impuestos por Roma hasta su anexión definitiva en el año 63 y su unión a la provincia de Galacia-Capadocia. En el año 62, Nerón dividió el país en tres provincias: Ponto Galático, al oeste; Ponto Polemaniaco, en el centro; y Ponto Capadocio, al este. En el año 295, Diocleciano estableció cuatro provincias: Paflagonia, Diospontus, Ponto Polemaniaco, y Armenia Menor. Severo Alejandro lo unió a Galacia en una sola provincia, desde 248 hasta 279. A comienzos del siglo IV, se volvió al sistema de dos provincias: Diospontus y Ponto Polemaniaco, permaneciendo así hasta el Imperio Bizantino.

Sociedad

Restos de Persépolis, un ejemplo de arte iranio.

La información disponible, salvo para los últimos reyes pónticos, es muy escasa y fragmentaria. Existen importantes epígrafes y la coincidencia de que Estrabón fuera natural de Amasia, la antigua capital del Ponto.[27]

Las conquistas de Alejandro posibilitaron que todo Oriente fuese influenciado por la cultura y las relaciones comerciales griegas, si bien las costas de Anatolia llevaban siglos recibiendo la influencia griega por la numerosas colonias que allí se establecieron. Son destacables las dos ciudades que fueron capitales del Reino del Ponto: Amasia y Sínope. En el ámbito militar, también se extendió la influencia griega, introduciéndose la utilización de las falanges por todo Oriente, en combinación con las viejas costumbres iranias como montar a caballo y el arco, artes que debían dominar los reyes del Ponto.[28]

El Reino del Ponto se caracterizó por una marcada distinción entre la clase rural y la urbana. La distancia social entre las clases altas y las bajas fue acentuada por las diferencias culturales prevalentes entre ellas. Las ciudades costeras estaban plenamente helenizadas; en cambio, sólo se puede especular que en algunas zonas rurales penetró la civilización griega. Los territorios montañosos lejanos a la costa siguieron aferrándose tenazmente a sus antiguos lenguajes, costumbres y formas de vida. Sin lugar a dudas, el Ponto es un ejemplo más de la propagación de la cultura helénica después de las conquista de Alejandro en otras regiones bárbaras. Esto también afectó a la concepción e idea de la realeza, que se vio envuelta en círculos griegos cada vez más influyentes y poderosos, terminando por adoptar las pautas de educación y los criterios sucesorios que predominaban en las grandes dinastías macedonias. Sin obviar, la permanencia de ciertos rasgos ancestrales, que permanecieron posiblemente con vistas a legitimar al heredero respecto a la nobleza irania y al conjunto de población indígena, en particular la rural, a la que gustaba ver en el rey la encarnación tradicional de la soberanía, al margen de unos cambios que afectaban ante todo a algunas élites de la sociedad póntica.[29]

Relieve griego, un ejemplo de arte helénica. La mayoría de los artistas del Ponto fueron griegos de las colonias de Asia Menor.

La cultura del Reino del Ponto fue una síntesis entre la civilización irania y la helénica, conservando elementos de la época persa e introduciendo otros nuevos procedentes del helenismo. Hubo una evolución gradual hacia este último. Se especula con que, al no tener una lengua propia, se hablaba una amplia variedad de lenguas procedentes de algunas regiones de Anatolia, armenio, cario, frigio, griego, gálata, lidio, licio, písidico, sidético o tracio.[30]​ Aunque a partir del siglo III a. C. la región se considera muy helenizada, por lo que el griego será el idioma predominante.[31][32]​Es posible que los descendientes de la aristocracia persa utilizasen el persa antiguo, un dialecto iranio de la rama suroccidental, emparentada con el medo, perteneciente a la noroccidental.[33]

Mitrídates VI. Tetradracma de plata del 75 a. C. Una muestra clara de la helenización del Ponto, una imitación de los retratos de Alejandro Magno.(Museo Británico, Londres)

Sobre las costumbres religiosas a lo largo del Ponto, se practicaban distintas religiones correspondientes a las tradiciones de los pueblos iranios y los nuevos ritos introducidos durante la helenización. Los dioses mas venerados fueron Zeus, Afrodita y Heracles. Entre los otros dioses indoiranios reverenciados en el ponto se incluye Mitra, deidad solar asociada a la nobleza y los guerreros. El Ponto, junto con Partia, fue uno de los refugios principales del mazdeísmo, la vieja religión persa. El propio nombre Mitrídates, nombre de la mayoría de los reyes del Ponto significa don de Mitra.[34][35]​ Según algunos indicios, en el Ponto el derecho de sucesión recaía en el varón primogénito escogido por el soberano, siendo en ocasiones su propio hermano. El criterio parece basarse únicamente en la opinión real, sin tener en cuenta a la nobleza ni al ejército. Existe constancia de que la corte póntica con sede en Sínope se hallaba organizada según el modelo helenístico, con una serie de dignatarios (phíloi), que forman parte del consejo real (synédrion). La admiración de los reyes por la continuación de las costumbres orientales que establecían cierta providencia divina, junto con la costumbre griega de rendir culto a los héroes, dio la base y la forma externa al culto de la dinastía real. Es destacable la imagen mítica de la infancia de Mitrídates VI, llena de tópicos comunes a los reyes fundadores de grandes imperios, debiendo superar numerosas pruebas, pasar un periodo de ascesis, demostrar su capacidad y su control sobre los elementos naturales, combatir con fieras, todo ello con el fin de crear una imagen de ser divino elegido y predestinado a la gloria.[36][37]

Véase también

Referencias

  1. El reino del Ponto Luis Ballesteros Pastor Universidad de Sevilla
  2. Looklex enciclopedia en Ingles
  3. Plutarco La vida de Demetrio
  4. Apiano: Historia romana: Guerras Mitridáticas, parte III
  5. Apiano, The Foreign Wars, "The Mithridatic Wars", 9; Estrabón, Geography, xii. 3; Plutarco, Vidas, "Demetrio", 4
  6. Memnón, History of Heraclea, 7
  7. Apiano, 112
  8. Plutarco, 4
  9. Diodoro Sículo, Histoire Universelle, xx. 111, pag. 457
  10. Esteban de Bizancio, Ethnica, s. v. Ancyra
  11. (Porph., FGrHist 260,F 32.8; Just. 38.5.3);
  12. Historia universal antigua
  13. Polibio de Megalópolis, Historia Universal bajo la República Romana, TOMO III, libro XXV, capítulo III
  14. Polibio de Megalópolis, Historia Universal bajo la República Romana, TOMO III, libro XXX, capítulo X
  15. Polibio de Megalópolis, Historia Universal bajo la República Romana, TOMO III, libro XXX capítulo V
  16. Polibio de Megalópolis, Historia Universal bajo la República Romana, TOMO III, libro XXXIII capítulo X y XI
  17. just_37.1_38.1_memn_22
  18. Isaac Asimov:La Republica Romana. pag 55. [1]
  19. Encarta Cólquida
  20. ii. 5 Apiano, Las Guerras Civiles
  21. Valerio Maximo 9.2. Las cifras han sido recibidas con cierta sospecha.
  22. Rubicón Tom holland pag 104
  23. Biografía Lucio Cornelio Sila
  24. Encarta Mitrídates
  25. LeGlay, A History of Rome, p. 100.
  26. Rubicón, pág. 212
  27. Geografía, libro XII, capítulo 3, sección 15, "Amasia, mi patria."
  28. Just. 37.2.4-9. El tetradracma con la leyenda BASILISSHS [L]AODIKHS (Head 1911, 501)
  29. D.C. 36.9.2; Cic., Pomp. 9.24; Sall., Hist. fr. 5.3M; cf. Curt. 10.3.3; 10.3.8.
  30. LINGVÆ·IMPERII Lenguas por provincias y territorios (ver mapas del imperio)
  31. Plinio el Viejo, en Naturalis Historia vii.24. Hace referencia a que Mitrídates VI, hablaba las 22 lenguas que se hablaban en sus dominios.
  32. Anatolia, Lenguas Balcánicas
  33. Cowley, A. (1923): Aramaic Papyri of the Fifth Century B.C., Clarendon Press, pp. 248-271; Tavernier, J. (2001): "An Achaemenid Royal Inscription", JNES 60 n. 3.
  34. 22 Ballesteros Pastor 1996a, 340.
  35. Historia universal antigua
  36. Farber, 1979
  37. Just. 37.2.4-9. El tetradracma con la leyenda BASILISSHS [L]AODIKHS (Head 1911, 501).

Bibliografía

  • Polibio de Megalópolis, Historia Universal Bajo la República Romana
  • HOLLAND, Tom. Rubicón. Auge y caída de la República Romana. 
  • Cicerón, De imperio Pompei;
  • Plutarco, Lúculo, 5-17, 21-35, Pompeyo 20, 29-39, 45, Sila, 6, 11-26.
  • Estudios: T. REINACH, Mithridate Eupator, París 1890;
  • M. ROSTOVZEFF, Historia social y económica del mundo helenístico, Madrid 1967, 1054-1173.
  • Apiano, The foreign wars, Horace White (translator), New York, (1899)
  • Hazel, John; Who's Who in the Greek World, "Mithridates I" (1999)
  • Memnón de Heraclea, History of Heracleia, Andrew Smith (translator), (2004)
  • Plutarco, Vidas Paralelas, "Demetrius", John & William Langhorne (translator), (1770)
  • Smith, William (ed.); Dictionary of Greek and Roman Biography and Mythology, "Mithridates III", Boston, (1867)
  • Estrabón, Geography, H. C. Hamilton & W. Falconer (translators), London, (1903)

Enlaces externos