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Revisión del 13:27 26 abr 2010
Los atacameños (forma preferida en Chile), atacamas (forma más utilizada en la Argentina), también llamados apatamas, alpatamas, kunzas, likan-antai o likanantaí (en su idioma -llamado kunza- : lickan-antay; se traduce aproximadamente como «los habitantes del territorio»), son una etnia indígena de Sudamérica que habitó en el interior del desierto de Atacama (Norte de Chile y la Argentina y Sur de Bolivia), en torno al curso del río Loa hasta Copiapó, ocupando también las quebradas y valles de este desierto y los faldeos de la cordillera de los Andes incluyendo toda la Puna meridional o Puna de Atacama. El hábitat de los atacamas en la Argentina abarcó los departamentos que constituían la extinta Gobernación de Los Andes y regiones vecinas de Jujuy, Salta y Catamarca.
Sus descendientes actuales en gran parte viven en las tierras ancestrales aunque muy mixogenizados formando parte de la población criolla o confundidos con el conjunto llamado colla.
Historia
Son descendientes de la cultura San Pedro, y sus antecedentes se pueden seguir hasta el año 500 DC. A inicios del siglo XV, el Inca Túpac Yupanqui conquista a los atacameños, imponiéndoles una nueva organización social y una nueva religión de culto al sol, introduciendo las hojas de coca en los rituales. En el gobierno Túpac Yupanqui se construyen los caminos desde el salar de Atacama hasta el actual noroeste argentino.[1]
En 1536 llegan los primeros conquistadores españoles y es finalmente anexada en 1556 al dominio español. En el siglo XVIII el atacameño Tomás Paniri se une a los levantamientos de Túpac Amaru II y Túpac Katari. En 1824, la región pasa a formar parte de Bolvia y en 1883 parte de Chile. En 2007 se estima la población de atacameños o licanantai de 21.015 personas.[1]
Cultura
Los atacameños protegían sus poblados con murallones construidos de rocas, verdaderos fuertes llamados pucará (palabra runa simi o quechua, la pronunciación correcta parece ser púkara ya que así es como la dicen gran parte de los pobladores nativos de las regiones andinas). Desarrollaron una importante artesanía en cerámica y, además, fueron el primer pueblo que comenzó a utilizar el mineral de cobre que extraían de Chuquicamata y el oro de Inca Huasi.
De acuerdo a los restos arqueológicos encontrados y a las investigaciones realizadas en esta parte de América antes de la llegada de los conquistadores españoles. Los nombres de sus aldeas hoy en día aun subsisten, como los oasis de Quitor, Chiu-Chiu, Lasaña, Turi, Topayín, Susques, Calama,Toconao, Antofagasta de la Sierra y uno de los más importantes y centro de su cultura, el oasis de San Pedro de Atacama junto a la antigua ciudad de Tastil.
La poblaciones atacameñas o lickan antay que vivían en las áreas costeras desarrollaron un cultura diferenciada (aun cuando mantenían la unidad étnica) que se ha incluido en la del conjunto llamado changos.[cita requerida] Su población era de 4.000 personas cuando llego Almagro.
Idioma
Su idioma era el kunza recientemente extinguido aunque se mantienen léxicones, se conservan varios topónimos en ese idioma y se mantienen algunas pocas palabras en el uso coloquial aunque se las cree "quechuas".
Alimentación
Fue un pueblo agricultor y ganadero (ganadería de auquénidos) que tuvo la capacidad de aprovechar la escasa agua existente y obtener cosechas abundantes. Debido al escaso terreno agrícola, los alimentos de este origen no eran suficientes por lo cual se criaban las llamas y alpacas como animales de carga y también se alimentaban con su carne y se vestían con sus pieles y la lana que obtenían de ellas.
Al igual que los quechuas, crearon un sistema de siembras en terrazas, con el fin de que el agua no escurriese y evitar el arrastre de la capa del suelo orgánico y fértil. Sus cultivos fueron variados, se alimentaban principalmente de verduras que ellos mismos sembraban y cosechaban: calabazas, zapallo, ají, porotos, tabaco (usado principalmente con fines rituales), tunas, maíz y sobre todo papas y quinua Abonaban sus cultivos con el guano de las aves de la costa, el que transportaban a lomo de llamas. También se alimentaban de carne ya que criaban animales y de pescados y mariscos que intercambiaban con los changos que se asentaban en la costa, por medio de trueques, principalmente les intercambiaban su carne hecha charqui (carne con sal resecada por el sol).
Desarrollo agroalfarero
El inicio, conocido como "primer período", se sitúa entre 400 a 900; se caracteriza por una alfarería roja pulida, por cántaros antropomorfos (con formas de hombre) y el uso de adornos y vasos de oro.
El "segundo periodo" es entre 900 y 1200, muestra el empleo de una alfarería negra pulida, la influencia de la cultura del Tiahuanaco o Tiwanaku -horizonte cultural Tiahuanaco-, el empleo de las tabletas para aspirar alucinógenos, principalmente el cebil y el cacto " san pedro " o huanto, con figuras esculpidas de hombres, cóndores y felinos y el uso del tambetá (palabra de origen guaraní) o adorno labial. El uso de alucinógenos o "enteógenos", como en todas las otras etnias originarias de América antes de la conquista europea, era ritual, es decir únicamente se podían consumir en muy específicas situaciones, por ejemplo cuando un chamán debía intentar hacer una adivinación poniéndose en contacto -según creían- con los dioses.
El "tercer período", comprendido entre 1200 y 1500, recibe la influencia de la civilización incaica y deja como exponente la construcción de fortalezas o púkara de piedra rodeadas de murallas con angostas calles y apretadas habitaciones.
Religión
Creían en varios dioses, que según ellos, habitaban las cumbres del Volcán Licancabur.
Relaciones
Lipe
Los lípe (también conocidos como lípez) eran una población que habitaba la región puneña y altiplánica principalmente al norte del paralelo 22° y al este del cordón de las más elevadas cumbres andinas llegando hasta los valles occidentales de Tarija y zonas septentrionales de la provincias argentinas de Salta (departamentos de Santa Victoria e Iruya) y Jujuy en donde entraban en contacto con los "omaguacas" o humahuacas y diaguitas, por sus linajes e idioma primero es evidente que los lípe y parte de los chichas, integraban el conjunto lickan-antay, una parcialidad importante de éste, pero por su ubicación geográfica en el corredor que va desde el Altiplano andino a la Región Pampeana, sufrieron dos fuertes influjos culturales desde el norte: el tiawanacota u Horizonte Tiawanaku y luego el influjo del Tawantisuyu o imperio Inca. De este modo los lípe y los chicha están más transculturados por los quechuas -entre los principales rasgos de esta transculturación se destacan el uso del idioma runa simi y la celebración de ciertas festividades procedentes de los Andes Centrales (tantanakui, fiesta de la pacha-mama, tinkunaku, corpachadas etc.). De este modo es que los lípe suelen pasar desapercibidos bajo la denominación de "collas" o "koyas" denominación que engloba a muy diversas etnias de la región altiplánicopuneña y las proximidades de ésta.
Casabindos, omaguaca y moretas
Debido a la mixogenización, no hay consenso entre los investigadores sobre la filiación atacameña de grupos puneños como los casabindos o casavindos, cochinocas (para algunos son omaguacas) y moretas, pero las similitudes culturales con los atacameños costeros hace suponer que pertenecieran a un mismo origen, junto con los apatamas de segura filiación atacameña.
En el norte puneño habitaban los chichas, al oeste de ellos, los casabindos y cochinocas extendían su territorio hasta las Salinas Grandes. En la zona del actual departamento jujeño de Susques se asentaban grupos de atacamas, llamados atacameños en Chile, originarios del lado occidental de la cordillera de los Andes.
Actualmente los cochinocas y casabindos, junto a los propios atacamas siguen viviendo en la zona puneña, aunque muy mixogenizados en el conjunto colla. Los casabindos son ocupantes de la parte central de la puna jujeña en la región de Laguna de Pozuelos, Rinconada y Oratorio.
Entre los pueblos de la etnia atacama estuvieron los apatamas que sufrieron las sucesivas influencias de los diaguitas, omaguacas y los incas entre los años 1400 y 1530.
En su territorio fueron alojadas como mitimaes por los incas, parcialidades chichas del área actualmente boliviana. Las expediciones de Diego de Almagro en 1536, de Diego de Rojas en 1543 y la de Heredia en 1545 atravesaron la Puna actualmente argentina y confrontaron con los lugareños.
Luego de la fundación de Salta, Hernando de Lerma buscó hacer efectivo dominio sobre la región de la Puna, llevando adelante una campaña contra los casabindos y cochinocas, que fueron doblegados y organizados en encomiendas.
Casabindos y cochinocas integraron la confederación con Juan Calchaquí. Luego, intentaron un levantamiento para plegarse al falso inca Pedro Bohórquez. Siendo reducidos por Juan Ramírez de Velasco entre 1589 y 1592.
Dadas las circunstancias climáticas, región seca y fría, la agricultura fue difícil, cultivando solamente batata, maíz y quinoa, en zonas excepcionales. También la cría de la llama significaba alimento, transporte y abrigo.
La principal ciudad pre-hispánica en el actual territorio argentino fue la ciudad de Tastil, que perteneció a la etnia atacama. A la llegada de los incas formaba un señorío que incluía otras poblaciones subordinadas. Fue abandonada en tiempos de dominio incaico, posiblemente porque sus habitantes fueron trasladados como mitimaes.
Datos Importantes
Zona: Su hábitat corresponde a la zona de la Puna de Atacama, también conocida como la zona de los oasis.
Clima: un clima más húmedo y más propicio a la agricultura que hoy en día.
Actividades: Este grupo sedentario se decicó a la crianza de alpacas y llamas de las que obtenían lana y carne.
Alimentación: Debido al escaso terreno agrícola, los alimentos de este origen no eran suficientes por lo cual se criaban las llamas y alpacas.
Costumbres: En las fiestas y ceremonias atacameñas se expresa una relación profunda e interacción intensa con la naturaleza, como los convidos al espíritu de la tierra (pachamama),
Centros arqueológicos y museos
Fue el principal oasis de la cultura atacameña, centro de su desarrollo cultural. Desde fines del siglo XX, la principal actividad económica del pueblo es el turismo, seguido de la agricultura menor por las comunidades indígenas del sector.
En este museo ubicado en San Pedro, se encuentra toda la historia y arqueología de la cultura atacameña. La historia se remonta a la llegada a Chile del sacerdote jesuita de origen belga Gustavo Le Paige, que se radica San Pedro de Atacama en 1965. Al llegar a la zona, se despierta en él el interés por la cultura atacameña y comienza a investigar los cementerios prehistóricos, los talleres líticos y todos los lugares habitados por la cultura atacameña. De esta forma empezó a reunir una extensa colección que se reunió en un "Museo Arqueológico", inaugurado en 1953.
Esta reunión de material arqueológico de apreciado valor, contiene más de 380.000 piezas y cuenta entre ellas cerámicas, líticos, textiles y metales prehispánicas, al igual que momias.