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Sucro (oppidum)

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Sucro oppidum
Oppidum
Coordenadas 39°09′01″N 0°26′17″O / 39.150204, -0.43809
Entidad Oppidum
 • País Imperio Romano
Idioma oficial Latín
Fundación Siglo III a C.
Desaparición Siglo IV d C.
Correspondencia actual Albalat, en la provincia de Valencia
(Bandera de España España)

La ciudad de Sucro se corresponde con el asentamiento íbero contestano que, anteriormente, los griegos llamaron Sicana.[1]​ cuyos habitantes, los sicanos (griego Σικανοί, Sikanoi) , habrían posteriormente (dos o tres generaciones antes de la guerra de Troya) poblado Sicilia, según refiere Tucídides. Polibio confirmó la importancia de la ciudad al señalar que era una de las más favorecidas para el comercio.

El término oppidum en latín designa un lugar elevado, es decir un altozano ("alcudia" en valenciano), cuyas defensas naturales se han visto reforzadas por la intervención del hombre, teniendo diferente extensión, que puede ir desde una hectárea hasta varias centenas. En la Península Ibérica, a los oppida también se los conoce como castros o citanias.

Datos históricos

Este oppidum, denominado "Sucro" por los romanos, se hallaba junto al río Júcar , en los meandros finales de su curso. y se corresponde al campamento establecido por Publio Cornelio Escipión el Africano en el punto intermedio del recorrido que hizo desde Tarragona Tarraco a Cartagena Cartago Nova para conquistar esta última ciudad. La importancia estratégica de Sucro radicaba en que quien dominase ese punto partía en dos el dominio romano en la península, rompiendo la comunicación vía terrestre entre la Hispania Ulterior y la Citerior. Fue muy posteriormente , en el 138 a.C. cuando se fundó una colonia de veteranos itálicos un poco más al norte, sobre el río Tyrius (Turia) que fue denominada Valentia (Valencia) y que poco a poco se convirtió en el principal centro romanizador de la región valenciana.

Tito Livio, íntimo amigo del emperador Cesar Augusto relató que durante la Segunda Guerra Púnica se produjo una rebelión (207 a.C.), en el campamento romano de Sucro, de 8000 soldados dirigidos por los sediciosos Atrio (Cayo Atrio Umbro) y Albio (Cayo Albio Caleno) contra Publio Cornelio Escipion, debido a no haber participado del botín de guerra conseguido al ganar la ciudad de Cartago Nova frente al ejército púnico de Asdrúbal Barca (hermano de Aníbal, que se encontraba entonces arrasando la península itálica) y por creer los rebeldes, erróneamente, que Escipion había fallecido. Tras engañar y atraer a Cartago Nova a los sediciosos, les embaucó con un largo discurso que inició llamándoles hermanos y terminó denominándoles traidores. Mientras tanto, ya desarmados, fueron rodeados por las tropas leales. Fueron decapitadas decenas de jefes rebeldes, incluidos Atrio y Albio, y al resto, para su sorpresa, les abonó el salario que se les debía, tras haberles hecho jurar fidelidad. Escipion necesitaba reincorporar esas tropas rebeldes para seguidamente marchar contra Indíbil y Mandonio (206 a.C.), caudillos también rebeldes pero íberos y, por ello, indígenas.

Cayo Silio Italico, poeta español y cónsul de Roma a la muerte de Nerón, que vivió del 25 al 99 de nuestra era, en su poema sobre la segunda guerra púnica (Puniconorum-Silli Italici) habla de los soldados sucronenses que acompañaron a Anibal hasta Italia, los cuales, al igual que los soldados setabenses, lucían resplandescientes armaduras. Ambas tropas, sucronenses y setabenses estaban formados por nativos: íberos contestanos, pues la Contestanía se extendía desde la Albufera al río Vinalopó, es decir desde Sucro hasta Ilice.

En el año 90 a.C. fue elegido en Roma como tribuno de la plebe un tal Quinto Vario Severo Hybrida Sucronensis. El término Sucronensis indica que nació en Sucro. Hybrida tal vez señalaba que fue el fruto de una relación entre un romano destinado en Sucro y una mujer hispana. Durante su año de mandato, (tal vez intentando demostrar que era más romano que nadie) impulsó la Lex Varia de maiestate, ley que permitía acusar de traición a quien intentara obtener la ciudadanía para un aliado. Una jugarreta del destino fue el que algunos años más tarde fuera condenado al exilio tras ser juzgado y condenado por la misma ley que él había impulsado. La escritora australiana Colleen McCullough (también mestiza, con ascendencia maorí, catedrática de medicina, pero más conocida por haber escrito El pájaro espino), en su novela La corona de hierba (1991), retrata negativamente a este primer ciudadano conocido de la ciudad de Sucro.

Plutarco, que nació en el 48 a.C. refiere que durante las llamadas Guerras Sertorianas (en el año 75 a.C), la ciudad de Sucro quedó totalmente destruida después de la batalla de Sucronem. Quinto Sertorio había localizado en Sucro sus tropas para impedir en tan estratégica situación que se uniera el ejercito de Pompeyo (localizado en la actual Cataluña) con el de su aliado Metelo (que estaba asentado en la actual Andalucía). Pompeyo atacó a Sertorio sin esperar la llegada de Metelo pero fue derrotado y escapó herido por un íbero, pero la llegada a tiempo de Metelo le salvó la vida. Sertorio perdió 10.000 hombres, y los senatoriales una cifra similar. Hubo tablas, pero Sertorio huyó de Sucro tras la batalla, al cerciorarse de que las avanzadas del ejército de Metelo aparecian por el suroeste de la llanura Sucrone (actual Ribera del Júcar). Poco después la victoria final fue (tras ser asesinado Sertorio) para Pompeyo, el cual fundó Pompaei-ilun (ciudad de Pompeyo, que es la actual Pamplona) y regresó a Italia donde se enfrento a los restos del ejercito de Espartaco que también fueron derrotados por él.

La batalla de Sucro también fue citada por Apiano, Salustio, e incluso por Ciceron.

Lucio Anneo Seneca (español natural de Córdoba que fue victima de Nerón) refiere una anécdota en su obra Tratado sobre los beneficios: que Julio Cesar se produjo un esguince de tobillo cerca de Sucro (usa la expresión circa sucronem, la cual es también el titulo de una muy conocida y reciente novela ambientada en la inundación de la Ribera por la pantanada de Tous), cuando se dirigía desde Tarraco (Tarragona) a la Betica.

Con las invasiones bárbaras desaparece cualquier referencia a la ciudad de Sucro, la cual quedó durante siglos a merced de los aluviones del entonces río homónimo, hoy denominado Júcar, los cuales fueron soterrando sus restos. La última referencia es el ejemplar que nos queda del Itinerario Antonino que es ya de la época de Diocleciano, elsiglo IV.

Hasta finales del siglo XIX se podia vadear a pie desde Albalat hasta la Granja (edificio medieval situado enfrente, en Poliña del Jucar, donde también se han localizado restos romanos) pero se requería el uso de una barcaza (hoy en el escudo de la villa) para pasar los carros a la otra orilla.

Tras la invasión de los árabes, en la zona más alta adyacente a la intersección de la Vía Augusta con este vado del río Júcar se desarrolló una alquería (del árabe القرية al-qarīa, «pueblo, caserío») denominada Al-Blat (significando camino empedrado, vía...) donde , tal y como lo recoge el Libro de los Hechos, pernoctó, durante cuatro noches, Jaime I de Aragón en el año 1238, año en el que fue conquistada.

Esclapés en el primer capitulo de su Historia de Valencia refiere la existencia, al sur de esta ciudad, de una puerta llamada Sucronense por conducir a la ciudad de Sucro, concretando Lamarca en su Historia de la conquista de Valencia que la puerta estaba situada en la calle San Vicente localizándose una inscripción en la fachada del convento de las religiosas de la Trinidad que hacía referencia a la “PORTA SUCRONENS”.

Datos geogáficos y arqueológicos

Alcira, Albalat de la Ribera, Cullera y Sueca tradicionalmente han defendido ser el solar que albergó a la antigua Sucro apoyados por los respectivos descubrimientos arqueológicos.[1]

Según los partidarios de la ubicación en la actual ciudad de Sueca (Valencia), aportan que se han encontrado restos que justificarían esta ciudad como descendiente del antiguo campamento romano. De hecho hasta su nombre podría derivar del original, atendiendo incluso a que se cree que esta zona fue poblada por sicanos (apréciese la similitud con el actual gentilicio 'suecanos'). Según Chofre,[2]​ Sucro oppidum se hallaba ubicado en lo alto de la Montaña de los Zorros de Cullera (L'Alt del Fort).[1]​.

Esa disyuntiva entre Sueca o Cullera (Modesto Lafuente) frente a Alcira (Vicente Boix), quedo resuelta cuando, a finales del pasado siglo XX, los nuevos descubrimientos arqueológicos y la revisión del miliario de la Vía Augusta determinaron que la localización más probable es en el punto medio entre ambas ciudades, es decir en la pequeña villa de Albalat, la cual equidista de ambas (ellas son las capitales actuales de las comarcas Riberas Baja y Alta) y de las que depende en el ámbito judicial (Sueca), sanitario Alzira) y comercial. En los últimos años, Albalat de la Ribera ha ganado peso en comparación con el resto de localidades ya que, como encontramos en el actual plano de la Vía Augusta, ésta solamente pasaría por ésta villa (el topónimo Albalat procede de la palabra musulmana Al-Blat, que significa calzada empedrada) y por Alzira, dejando de lado Cullera (solo en esta y en Albalat se han encontrado restos íberos) y Sueca por su lejanía respecto a la citada calzada, pues ésta atravesaba la población de Sucro. Además, ahora podemos eliminar Alzira por la total ausencia de restos arqueológicos íberos y por el hecho que las últimas excavaciones han dejado claro que la Vía Sucronense-Dianum pasó únicamente por Albalat, la cual se situaría sobre el solar donde se levantó Sucro. Esta habría ocupando la villa actual pero llegando hasta el vecino paraje del Alteret de la Vintihuitena, situado al norte del casco urbano. Esta teoría la defienden muchos historiadores y arqueológos, destacando J. Vidal, C. Martínez...

El geógrafo Estrabon de Amasi, en tiempo de Tiberio, en la obra Geografía (más concretamente en su "Tratado sobre España Antigua” y en referencia a su descripción del litoral valenciano, señaló que el litoral, desde Cartagena al río Ebro, tiene en medio al río Sucro, su desembocadura y la ciudad del mismo nombre (Haec vero pars maritima hinc usque ad Iberum in medio quodammodo intervallo Sucronem habet fluvium et ejes excursum et ejusdem nominis urbem). Indicó así que la ciudad de Sucro estaba situada en la mitad de la vía Augusta entre Tarragona y Cartagena (y también, justo en la mitad de ese trayecto, situó al río y a su desembocadura, el primero adyacente a la urbe sin explicitar que también la ciudad fuera adyacente (apud, circa) a la desembocadura). De hecho la actual villa de Albalat de la Ribera dista lo mismo de ambas ciudades pues está unos 300 Kms. de Tarragona y a otros tantos de Cartagena.

Plinio el antiguo, naturalista y geógrafo (coetáneo de Jesucristo), ya en tiempo de Vespasiano cita (en su "Historia Natural") siguiendo el litoral mediterráneo: al río Tader (Segura), a Illice (actual Elche), Lucento (Alicante), Dianio (Denia), Sucro (Albalat de la Ribera) y a la ciudad Sucro junto al río que le da nombre (Sucro fluvius, et quondam oppidum, Contestania finis). Sigue con Valentia (Valencia) y señaló que la región Edetania se inicia en un "ameno lago que se se inclina hacia la celtiberia" (la albufera de Valencia). Señala pues a la Albufera y no al Júcar como el límite entre ambas regiones íberas (Contestania y Edetania). A continuación describe a Valentia (Valencia) y a Saguntum (Sagunto), remarcando que ambas están a la misma distancia del mar (tres millas), seguramente como medida de precaución frente a inesperados ataques de piratas.

Lucio Floro, de la familia de Séneca y contemporáneo de Trajano y de Adriano concreta en su obra "Epitome" que Sucro, situada al lado de su homónimo río, puede divisarse desde Laurona (actual Llaurí (situada a 8 Kms. de Albalat).

La localización de Sucro en Albalat por parte de los historiadores apareció ya muy avanzado el siglo XX (los historiadores anteriores habían minusvalorado esta pequeña localidad), tras la profundización en el estudio de las vías romanas en Hispania y también por el descubrimiento de restos romanos en la zona del Alteret de la Vintihuitena, en el casco urbano de la actual Albalat de la Ribera y en la otra orilla del vado: en "La Granja", que hoy está en el término de Poliña del Jucar, de los siglos I-II, como la herma báquica (Balil, 1982:10, núm. 83, làm. IV, 3; Arasa, 2004: 334-335, fig. 17).

Xavier Vidal señala Sucro podría haber estado en Albalat por su maravillosa situación geográfica. El asentamiento estaría en un altozano dominando un punto en el que el Xúquer pasaba a discurrir de forma más regular por un cauce más definido, de fácil acceso.

Albalat se ha librado siempre de los desbordamientos del río Júcar (llamado “el destructor”, por los árabes) por estar asentada sobre una elevación natural. Fue una localización ideal para establecer un oppidum por ser la mejor zona para vadear el río, y porque al cruzarse allí el Júcar con la Via Augusta se obtenía una localización estratégica, tanto para el paso de mercancías fluviales por el Júcar, como las terrestres por la vía Augusta que conectaba Roma con Gadir (actual Cadiz) .

En la partida del Alteret de la Vintihuitena (hoy campos de naranjos muy cercanos al casco urbano de Albalat ) estarían situadas las “mansio romanas”, es decir, la zona residencial de los más adinerados.

La función de la actual Cullera sería la de Portus de la ciudad de Sucro, la cual debería estar situada más hacia el interior como en muchas grandes ciudades del Mediterráneo. Así el “Portus Sucrone” (situado en Cullera, a unos 14 km de la actual Albalat) tiene una clara correspondencia con el “Portus Ilicitanus” (situado en Santa Pola a unos 14 kms. de la actual Elche), marcando ambos puertos y ambas ciudades los limites meridionales de las antiguas “Edetania“ y “Contestaniaíberas.

En los Vasos Apolinares también llamados Vasos de Vicarello están grabados sobre plata los nombres y las distancias entre las distintas estaciones de la vía Augusta que transcurría desde Roma hasta Gades (Cadiz) con una longitud total de unas 1.841 millas romanas. (milia passuum es igual a 1.481 m., o sea 2726 Kms.). Allí se cifra la distancia entre Valencia y Sucro en 20 millas y entre Sucro y Jativa 16 millas, distancias que coinciden con las aportadas por el llamado Itinerario Antonino o Itinerario de Antonino Augusto Caracalla del que solo se conserva un ejemplar de la época de Diocleciano (siglo IV). Es el documento anónimo de Ravenna o "Ravennate" (mucho menos antiguo) el que distingue entre la ciudad de Sucro y su Portus Sucrone.

Esas distancias, coincidentes en las tres fuentes citadas, se corresponden con 23,64 Kms. (entre Sucrone y Saetabi) y 29,56 Kms. (veinte mile pasum) entre Sucrone y Valentia) y resulta que hay 25 Kms entre Albalat y Játiva y otros 29 entre Albalat y Valencia.

Tras analizar esos datos A. Schulten que situó en un primer momento la ciudad de Sucro en Alcira posteriormente la identificó con el actual Albalat.

En 1961 efectuaron una visita de inspección los Sres. Fletcher Valls, Tarradell Miquel y Pla Ballester, de los restos arqueológicos aparecidos al abrir unas zanjas para el alcantarillado de Albalat, en especial en la calle Peris Mencheta y también hicieron una prospección superficial con recogida de abundante cerámica ibérica y romana en el Alteret de la Vintihuitena, muy cercano al núcleo urbano de Albalat de la Ribera.

Xavier Vidal y Carmen Martínez realizaron entre 1996 y 1998 unas excavaciones en el núcleo urbano de Albalat en las que encontraron restos de una vivienda y diferentes hogares correspondientes a un poblado datado entre el siglo III y II antes de Cristo (cronología similar a la de Sucro).

Posteriormente, en la zona del Alteret de la Vintihuitena (con una extensión de unas 60 hectáreas) se encontraron restos superficiales de cerámica y el ángulo de la habitación de una casa que contaba en su interior con un hogar donde se documentaron restos cerámicos (incluso fenicios del siglo VIII a.C).

Tras todo ello Toni Carrasquer, historiador de Sueca, señaló taxativamente apostaría porque Sucro está en los sustratos de Albalat.

Anteriormente, ya en 1935, Bosch Gimpera y Aguado Bleye, escribieron la batalla (del Sucro) se libró a orillas del río Sucro y cerca de la ciudad del mismo nombre, situada, según parece, no lejos del Albalat de hoy. (BOSCH GIMPERA, P.; AGUADO BLEYE, P., Historia de España, vol. II, Madrid, 1935, llib. 1, pàg. 223.)

Solis y Gascó, en su traducción de los libros correspondientes a la Segunda Guerra Púnica de Livio, (Madrid 1992, pàg. 301). en nota a pie de página, compartieron dicha localización al puntualizar: "Sucro, la actual Albalat, junto al Júcar".

Xaverio Ballester señala que incluso Chofre M. L. (2002), en la página 254 de su tesis doctoral escribe: En nuestra opinión, la arqueología nos muestra que la actual ciudad de Albalat de la Ribera se encuentra situada sobre lo que fue un poblado/establecimiento comercial, en un primer momento ibérico y posteriormente romano. El alto valor estratégico de su emplazamiento, bordeado por el río Sucro y a corta distancia de la Vía Augusta, tuvo que ser decisivo a la hora de su fundación y posterior desarrollo. Y no dudamos a la hora de atribuirle el topónimo de Sucronem.

Señala Chofre Desgraciadamente carecemos de estudios científicos que avalen lo que parecen apuntar los hallazgos casuales y los restos cerámicos recogidos en superficie, pero cabe esperar que en un futuro no muy lejano se puedan llevar a cabo las oportunas excavaciones arqueológicas que permitan conocer mejor las dimensiones y características de los yacimientos de Albalat.

Las excavaciones en Albalat de la Ribera podrían verse facilitadas porque la mayor parte de la antigua Sucro estaría situada en lo que actualmente es terreno de labranza, sin construcciones, en especial en el Alteret de la Vintihuitena. Más aun teniendo en cuenta que la actual infravaloración de los naranjales (unos 3000 euros por hanegada) y la relativamente escasa profundidad de los hallazgos (menos de dos metros de profundidad) facilitarían el trabajo a realizar, pero el obstáculo principal es la ausencia de financiación y el escaso ímpetu local, económico y demográfico, (la población ha permanecido, demográficamente, casi constante durante el último siglo) todo lo cual descarta el mecenazgo local y dificulta la elaboración de propuestas dirigidas hacia organismos culturales superiores que trasciendan el ámbito local. Salvándose estos impedimentos tal vez pudiera completarse la ya citada simetría: Ilice-Elche / Sucro/Albalat, Portus Ilicitanus-Santa Pola / Portus Sucrone-Cullera, Alcudia de Elche / Alteret de la Vintihuitena, Dama de Elche / Dama de Albalat. El hallazgo de esta última seguro que compensaría, con creces, el esfuerzo realizado.

Véase también

Referencias

  1. a b c Chofre, M.L. «Las ciudades de "Sicana" y "Sucro". Resumen». Consultado el 30 de septiembre de 2010. 
  2. Chofre, 2002

Bibliografía

  • Aranegui Gascó, C. (coord) Els romans en terres valencianes , Valencia, Edicions Alfons el Magnànim - IVEI, 1996.
  • Bisbal i Chinesta, Josep Francesc ELS SICANS, IBERS DEL XÚQUER A SICÍLIA? *[1]
  • Bonet, H. Albiach, R. Gonzalbes, M. (2003) “Romans i visigots en terres valencianes”. Publicacions Museu de Prehistòria de València. *[2]
  • Granell Juan B "Historia de Sueca, desde los primitivos tiempos hasta el presente" [3]
  • Montalbán Carmona, Antonio: "L'oppidium Romà de Sucro" *[4].
  • Chofre Navarrete, Mª.L. (2002). Las ciudades de "Sicana" y "Sucro": su localización a partir de las fuentes (PDF). tesis doctoral. Madrid. ISBN 84-669-1974-0. Consultado el 6 de noviembre de 2014.  *[5]
  • Morote Barberá José Guillermo "Un nuevo miliario en el trazado de la via Augusta[6]
  • Pérez Ballester, J. Arasa Gil, F. (2010) “Poblament rural i vies de comunicació en època romana a la ribera del riu Xúquer (València)”. Recerques del Museu d’Alcoi núm. 19: 101-114. *[7] *[8]
  • Pérez Mínguez, Rafael RELACIÓN PROVISIONAL DE LAS VILLAS ROMANAS DESDE EL SUR DEL RÍO TURIA HASTA LA SIERRA DE BENICADELL-AGULLENT*[9]
  • Roselló Mesquida, M (2007) “Cerámicas en el portus sucrone (Cullera). Indicadores del tráfico comercial durante la antigüedad tardía (siglos V-VII dC)” en PEREZ BALLESTER i PASCUAL BERLANGA “Comercio, redistribución y fondeaderos. La navegación a vela en el Mediterráneo”. Ed. Universitat internacional de Gandia.
  • El Consell recuperará la Via Dianium, una calzada romana de 180 km del siglo I *[10]
  • Sucro: el motín, la batalla y otras historias de romanos *[11]
  • La Vía Augusta en el MARQ de Alicante [12]