Pacto Ribbentrop-Mólotov

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Tratado de no agresión entre Alemania y la URSS

Firma del pacto. Mólotov está a punto de firmar. Tras él se encuentran Ribbentrop (con los ojos cerrados) y Stalin a su izquierda.
Idioma Alemán y ruso
Función Tratado de no agresión entre ambos estados.
Creación 23 de agosto de 1939
Signatario(s) Bandera de Alemania Alemania Nazi
Bandera de la Unión Soviética Unión Soviética
Ubicación Moscú
Pacto secreto: reparto de Finlandia, Polonia, Estados Bálticos y parte de Europa oriental.

El Tratado de no Agresión entre Alemania y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, conocido coloquialmente como Pacto Ribbentrop-Mólotov, fue firmado entre la Alemania nazi y la Unión Soviética por los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania y la Unión Soviética, Joachim von Ribbentrop y Viacheslav Mólotov respectivamente. El pacto se firmó en Moscú el 23 de agosto de 1939, nueve días antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial.[1]

Términos

Apéndice secreto del pacto firmado por Ribbentrop y Mólotov.

El tratado contenía cláusulas de no agresión mutua, así como un compromiso para solucionar pacíficamente las controversias entre ambas naciones mediante consultas mutuas. A ello se agregaba la intención de estrechar vínculos económicos y comerciales otorgándose tratos preferenciales, así como de ayuda mutua: El principal elemento era que ninguno de los países celebrantes entraría en alguna alianza política o militar contraria al otro, lo cual implicaba en la práctica que la Unión Soviética rechazaría integrarse a cualquier bloque formado contra el Tercer Reich.

No obstante el tratado contenía también un Protocolo Adicional Secreto (sólo para conocimiento de los jerarcas de ambos gobiernos y no reveladas al público) donde el Tercer Reich y la Unión Soviética definían prácticamente el reparto de la Europa del este y central fijando los límites de la "influencia" alemana y soviética mediante mutuo acuerdo, determinando que ambos Estados fijaban pactos para no interferir en sus respectivas "zonas de influencia" mientras reconocían los "intereses" de cada uno sobre ciertos territorios de Europa Oriental.

Así, el Pacto establecía que Polonia quedaría como "zona de influencia" que se repartirían entre ambos estados mediante un "común acuerdo" que tuviese en cuenta los "intereses mutuos", mientras que la Unión Soviética lograba que Alemania reconociese a Finlandia, Estonia y Letonia como "zonas de interés soviético" y, más tarde, también reconociera a Lituania como tal, aunque a cambio la URSS se comprometía a respetar los "intereses especiales" de Alemania sobre la ciudad de Vilna.[2]​ También en estas cláusulas secretas se comprometían a consultarse mutuamente sobre asuntos de interés común y a no participar en cualquier alianza formada en contra de alguno de los estados firmantes.

Efectos

Mapa de las fronteras acordadas en el pacto Ribbentrop-Mólotov, y mapa de las fronteras a las que se llegó realmente en 1939.

La firma de este pacto causó una gran conmoción en el resto de Europa,[1]​ después, y a pesar, de los intentos que Stalin había hecho, durante varios meses, por negociar una alianza con el Reino Unido y Francia. Para muchas personas resultaba incomprensible que dos potencias tan enfrentadas pudieran ponerse de acuerdo en un pacto de no agresión amistoso en tan poco tiempo. Especial fue el caso de los fascistas en toda Europa que rechazaron semejante acuerdo con un Estado considerado "enemigo" por su ideología comunista, así como de numerosos simpatizantes comunistas que se desencantaron de la Unión Soviética por haber ésta suscrito un "pacto de no agresión" con el régimen nazi que siempre había sido considerado como su principal enemigo a batir.

No obstante, los partidos comunistas que se hallaban bajo directa influencia de la URSS, procedieron a justificar el Pacto, y siguieron las órdenes de Stalin en cuanto se les ordenó cesar la propaganda contra el fascismo y atacar a las democracias occidentales que eran enemigas de Alemania. Así, los militantes del Partido Comunista Francés rehusaron prestar servicio militar cuando Francia declaró la guerra al Tercer Reich en septiembre de 1939, acusando al gobierno francés de lanzar una "guerra imperialista", saboteando el esfuerzo bélico de su país; similar conducta observaron partidos comunistas del Reino Unido y otros países.

El saludo de Stalin y Ribbentrop en el Kremlin

La consecuencia directa fue la invasión de Polonia por Alemania en septiembre de 1939, ante lo cual la URSS no sólo rechazó condenar la actuación germana sino que además lanzó su propia invasión contra Polonia 16 días después del ataque nazi.[3]​ De idéntica forma, Alemania guardó silencio ante el ataque lanzado contra Finlandia por parte de la URSS poco después (en diciembre de 1939. Bajo este pacto en junio de 1940 la URSS además se anexionó Estonia, Lituania y Letonia, inmediatamente después del triunfo alemán en la Batalla de Francia, y en simultáneo se anexionó territorios del Reino de Rumanía.

Después de la victoria de la Wehrmacht en la Batalla de Francia en junio de 1940 y una vez iniciada ya la Segunda Guerra Mundial, las relaciones germano-soviéticas se volvieron cada vez más tensas, aún cuando ambos Estados mantuvieron un importante intercambio comercial durante muchos meses. Hitler consideraba el pacto germano-soviético únicamente un mero asunto temporal, pues no había renunciado a la idea de expandir el territorio alemán hacia el Este. En una conferencia secreta celebrada el 31 de julio de 1940, los alemanes tomaron la decisión de invadir la Unión Soviética en la primavera de 1941, en un plan que tenía el nombre de «Operación Barbarroja».

Relaciones nazi-soviéticas

Las relaciones entre ambos países empezaron a empeorar ante la presencia de tropas alemanas en Finlandia y Rumania y también debido a una desafortunada visita de Viacheslav Mólotov a Berlín en noviembre del mismo año donde el jerarca soviético no ocultó su preocupación por los triunfos bélicos de Alemania y su enorme poderío militar, mientras ponía en duda la posibilidad que el Reino Unido capitulase prontamente, lo cual incomodó a su par alemán Joachim von Ribbentrop. Aun así, Stalin evitó toda provocación contra Hitler, calculando que el Ejército Rojo aún no estaba preparado para enfrentar con éxito el poderío militar de la Wehrmacht alemana.

En tanto Hitler no había renunciado a su proyecto de expansionismo militar contra la URSS (ya trazado desde que escribiera Mein Kampf), los preparativos para la «Operación Barbarroja» se hicieron rápidamente, y la decisión de atacar a la Unión Soviética fue confirmada por Hitler en una asamblea de guerra el 18 de diciembre de 1940.

Caricatura polaca del 8 de sept. de 1939. Ribbentrop rinde pleitesía a Stalin en Moscú.

Pese a los esfuerzos del gobierno soviético por apaciguar a Alemania durante la primera mitad de 1941, negándose incluso a condenar la invasión nazi contra Yugoslavia y Grecia, la decisión de Hitler ya era firme. Así, Alemania atacó a la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, al invadir el territorio polaco anexionado por la URSS en septiembre de 1939, iniciando así una enorme campaña militar que no terminó hasta 1945 con la derrota final alemana.

Descubrimiento de las cláusulas secretas

Los documentos oficiales del Tercer Reich alusivos al Pacto, incluyendo el Protocolo Adicional Secreto, fueron descubiertos tras el fin de la guerra por tropas británicas, siendo entonces revelados al público. Durante décadas, la política oficial de la Unión Soviética fue negar la existencia de tales "cláusulas secretas" del Pacto y admitir como reales sólo los términos referidos a la mutua no agresión, siendo que la URSS calificó como "falsificaciones" a los documentos hallados en los archivos alemanes.

No fue sino tras la gran manifestación denominada Cadena Báltica, en agosto de 1989 (en su quincuagésimo aniversario), cuando se creó una comisión especial en la Unión Soviética para investigar la existencia de las "cláusulas secretas", concluyendo sus trabajos afirmativamente.[4]​ Como resultado de las protestas en los países bálticos y la presión internacional, el gobierno soviético presidido por Gorbachov, en el marco de su política de glásnost (apertura) emitió una declaración oficial admitiendo como verdadero el contenido del Protocolo Adicional Secreto del Pacto, reconociendo que en éste se planificaba un "reparto" nazi-soviético de Europa Oriental, y condenando el Pacto.

Véase también

Referencias

  1. a b «Ribbentrop en Moscú. En presencia de Stalin ha sido firmado, anoche, el "pacto de no agresión" germanorruso.» (PDF). La Vanguardia. 24 de agosto de 1939. Consultado el 21 de septiembre de 2009. 
  2. Plakans, Andrejs (1995). «8. The Loss of Independence. The Molotov Ribbentrop Pact.». The Latvians: a short history. (en inglés). Hoover Press. p. 142. ISBN 9780817993023. Consultado el 28 de agosto de 2009. 
  3. Guderian y Krivoshéin toman el desfile conjunto del ejército nazi y el Ejército Rojo
  4. Plakans, Andrejs. p. 174 y ss. Consultado el 28 de agosto de 2009.

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