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Normas de El Puig

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Las Normas del Puig son unas normas ortográficas elaboradas en 1979 por la sección de Lengua y Literatura de la Real Academia de Cultura Valenciana para el valenciano, entendiendo éste como una lengua independiente por los defensores de dicha normativa. Fueron presentadas en un acto celebrado el 7 de marzo de 1981 en el municipio valenciano de El Puig.

Tienen por tanto un espíritu rupturista y no una intención de crear una normativa común para la totalidad de los hablantes de la lengua valenciana, entendida ésta en su acepción más amplia, según el criterio lingüístico aceptado mayoritariamente en la actualidad.

Aunque en su primera etapa (1979-1981) llevaba acentos, con un sistema diferente al de las Normas de Castellón, en una segunda etapa (1981-2003) fueron eliminados (a excepción de los diacríticos). Es esta versión la que gozaría de más popularidad, ya que a finales de la década de 1990 el diario Las Provincias distribuyó cerca de 30.000 ejemplares del Diccionario de la Real Academia de Cultura Valenciana editados por el Ayuntamiento de Valencia). Entre los años 1979-2004 se publicaron 656 títulos siguiendo esta normativa, siendo 1996 el año con mayor producción literaria al publicarse 54 libros con las Normas del Puig.[1]

En julio de 2003 se reintroducen finalmente los acentos gráficos en su ortografía, acercándola a la propugnada por la Academia Valenciana de la Lengua, lo que provoca duras críticas por parte de ciertos sectores del blaverismo, si bien entidades como Lo Rat Penat o el partido político Unió Valenciana, tradicionales defensores de las Normas del Puig, han aceptado dichos cambios.

Principales características de la ortografía de las Normas del Puig

Las principales diferencias ortográficas entre las Normas del Puig y las Normas de Castellón son:

  • Simplificación, en las Normas del Puig, de la representación gráfica del sonido palatal africado sonoro /dʒ/, grafiado siempre como g o j, eliminando por tanto los dígrafos clásicos tg, tj de las Normas de Castellón (como en metge, platja), que en la mayoría de hablas valencianas se pronuncian igual que las g, j simples (como en veges, pujar):
  • Normas del Puig: veges, pujar, majestat, orige, marge, franja, jove, gerani, pero también mege, plaja, formage, desijar.
  • Normas de Castellón: veges, pujar, majestat, origen, marge, franja, jove, gerani, pero metge, platja, formatge, desitjar.
  • Adaptación de la ortografía, en las Normas del Puig, a la pronunciación valenciana (tanto del apitxat como del resto de variedades valencianas) de la palatal fricativa sorda /ʃ/ y la palatal africada sorda /tʃ/, frente a la confusión existente en las Normas de Castellón. Se mantiene el dígrafo ch, que ya aparece en la época clásica, en todos los casos en que se pronuncia /tʃ/, eliminándose el dígrafo tx, también clásico, de las Normas de Castellón. La letra x se pronuncia siempre palatal fricativa sorda /ʃ/, al contrario que en las Normas de Castellón, las cuales presentan muchas excepciones al reflejar la fonética catalana oriental de dichos sonidos. En posición final de palabra, según las Normas del Puigse grafía ig en todos los casos:
A principio de palabra:
  • Normas del Puig: Xàtiva, Xeresa, xarop, xaloc, xenofòbia, pronunciadas con /ʃ/, pero chiquet, choc (castellano choque; diferente de joc, castellano juego), chulla, charrar, Chirivella, checoslovac, Chechènia, pronunciadas con /tʃ/.
  • Normas de Castellón: Xàtiva, Xeresa, xarop, xaloc, xenofòbia, pero también xiquet, xoc, xulla, xarrar, Xirivella a pesar de pronunciarse /tʃ/, y en cambio, txecoslovac, Txetxènia.
En mitad de palabra:
  • Normas del Puig: caixa, patixes, meréixer, pronunciadas con /ʃ/, pero pancha, archiu, coche, brocha, cliché, naucher pronunciadas todas con /tʃ/.
  • Normas de Castellón: caixa, patixes, meréixer, pero también panxa, arxiu, a pesar de pronunciarse /tʃ/, y si bien se distingue la /tʃ/ en cotxe, brotxa, no en clixé, nauxer.
A final de palabra:
  • Normas del Puig: Puig, maig, mig, despaig, Elig, Barig, pronunciadas todas con /tʃ/.
  • Normas de Castellón: Puig, maig, mig, pero despatx, Elx, Barx.
  • Mantenimiento, según la ortografía tradicional hasta principios del siglo XX y la pronunciación, de las oclusivas finales /t/, /k/, /p/ representadas siempre por t, c, p, sin la distinción moderna (entre t y d; c y g; y p y b, respectivamente) adoptada, por razones etimológicas, por Pompeu Fabra y las Normas de Castelló para el idioma escrito, pero que no se refleja en el hablado:
Sonido /t/:
  • Normas del Puig: pot, buit, salut, nebot, sòrt (castellano suerte), sort (castellano sordo), fret, vert, almut, Davit, Madrit, Bellreguart.
  • Normas de Castellón: pot, buit, salut, nebot, sort, pero sord, fred, verd, almud, David, Madrid, Bellreguard.
Sonido /p/:
  • Normas del Puig: cap, llop, sap, rep, colp, serp, camp, aljup, Alfarp, verp, àrap
  • Normas de Castellón: cap, llop, sap, rep, colp, serp, camp, pero aljub, Alfarb, verb, àrab.
Sonido /k/:
  • Normas del Puig: amic, dic, sec, prec, groc, foc, fanc, sanc, amarc, pròlec, castic. Se mantiene el antiguo dígrafo ch, pronunciado /k/, con el que se escribían hasta el siglo XX dichas palabras (prech, foch, fanch, sanch, etc.) sólo para apellidos y toponimia, por tradición (por tanto, Albuixech, Benlloch, Alfinach, Torre d'En Doménech, March, Bosch, Alborch, Albiach).
  • Normas de Castellón: amic, dic, sec, prec, groc, foc, pero fang, amarg, pròleg, càstig (o castic), eliminándose el antiguo dígrafo ch también en la toponimia (Albuixec, Bell-lloc, Alfinac, Torre d'En Doménec) y tendiéndose a eliminar, aunque sigue siendo tolerado, en los apellidos.
  • Mantenimiento parcial del uso de la y de la ortografía clásica y tradicional hasta principios del siglo XX, representando la i consonántica /j/ como y, así como también de la vocal final de diptongo, por tradición, sólo en topónimos. Las Normas de Castellón representan todos estos casos con i, salvo en ciertas palabras, en que por etimología se representan con j.
  • Normas del Puig: yo, ya, proyecte, epopeya, feya, yaya, joya, Alboraya, Alcoy, Llombay, pero rei, comboi.
  • Normas de Castellón: jo, ja, projecte, pero epopeia, feia, iaia, joia, Alboraia, Alcoi, Llombai, rei, comboi.
  • La ortografía de la s sorda /s/ (s, ss, c, ç según etimología) y la s sonora /z/ (s, z según etimología)) es similar en ambas ortografías, con algunas particularidades:
  • Las Normas del Puig mantienen, como en las primeras Normas de Castellón, el uso de s en el sufijo -isar y derivados: organisar, castellanisació, normalisat, manteniendo el uso del dígrafo tz sólo en ciertas palabras en que es pronunciado (dotze, setze, l'Atzúvia), frente a organitzar, castellanització, normalitzat, según la normativa oficial de la Academia Valenciana de la Lengua.
  • Ciertas palabras con s sorda, representada con ss en las Normas de Castellón, se representan con ç o c en las Normas del Puig: en palabras como engatuçar, escabuçó, o los sufijos -aç, -iç, -uç (grandaç, manaça, canyiç, pobruç, gentuça, menjuça, pastiç, hortaliça.
  • El uso de la h muda, la distinción c-q (cuina, quatre) y la distinción b-v (cavall, biga), es también similar en ambas ortografías.
  • Después de la reforma de julio de 2003, las reglas de acentuación gráfica son iguales en ambas ortografías, salvo las palabras agudas acabadas en -in (como roïn), que no se acentúan en Normas del Puig, y los acentos diacríticos, presentándose más casos de acentuación diacrítica en las Normas del Puig, así como ciertas diferencias (como dòna/dona, còbra/cobra, dèu/Deu). En cuanto a la diferenciación gráfica entre vocales abiertas y cerradas, las Normas del Puig siguen estrictamente el sistema vocálico del valenciano, acentuando de forma cerrada, no sólo palabras como café, séquia, francés, depén, pésol, que muchos usuarios de las Normas de Castellón acentúan de forma abierta (cafè, sèquia, francès, depèn, pèsol) siguiendo el vocalismo del catalán oriental, sino también palabras como Valéncia, qué, série o época.
  • Las Normas del Puig eliminan los clásicos dígrafos l·l, tl, tll, tm y tn, así como el grupo de letras -mpt-. Así, se escribe sílaba, aquarela, alicient, guala, mole, billet, semana, cona, conte, redenció, en lugar de síl·laba, aquarel·la, al·licient, guatla (o guatlla), motle (o motlle), bitllet, setmana, cotna, compte, redempció según las Normas de Castellón.
  • Las Normas del Puig mantienen en la escritura la -d- intervocálica en palabras como vesprada, mocador, acabades, aunque propugnan su no pronunciación en todo momento, según ocurre en todo el valenciano (/vesprà/, /mokaor/), excepto parte del Maestrat y algunos puntos del Marquesat de Dénia y la Marina. Ciertos sectores más radicales defienden directamente la no escritura de dicha d (vesprà, mocaor, acabaes), pero esto no ha sido aceptado de momento por la Real Academia de Cultura Valenciana.

Doctrina gramatical asociada a las Normas del Puig

La ortografía de las Normas del Puig ha generado de forma paralela una doctrina morfológica, gramatical y léxica que prioriza por completo las formas tradicionales valencianas, especialmente las del valenciano del siglo XIX. Las cuestiones más llamativas que se establecen como norma de uso son:

  • el lo neutro en todos los casos, desechado por Pompeu Fabra.
  • el uso en ciertos contextos del artículo clásico lo, los (per lo matí, tots los dies, en lo món, etc.) que sigue teniendo una vitalidad variable en el valenciano según zonas y grupos de edad, y que es aceptado en las normas del IEC para todos los contextos, pero cuya recuperación para el uso general fue desechada,
  • el uso arcaizante de los posesivos átonos (mon/ma, ton/ta, etc.), alternando con meu/meua, teu/teua, etc.
  • el uso de la preposición ad delante de artículos y demostrativos que empiecen por vocal (dona-li-ho ad ell, ad aquell home, per ad això no fea falta que vinguérem, etc.)
  • el uso de atre, nosatres y vosatres (formas escritas aceptadas por las originarias Normas de Castellón, y usadas también oralmente en algunas variedades catalanas), en lugar de altre, nosaltres y vosaltres que son las únicas formas aceptadas actualmente por la AVL por tradición etimológica.
  • el uso normal de en, incluso delante de topónimos (Això passà en Valéncia), y también con el significado equivalente al castellano con (Llava't en eixe sabó, castellano Lávate con ese jabón); usando alternativamente la preposición clásica ab (nunca amb) sólo en ciertos casos, para evitar equívocos.
  • el uso de la flexión verbal valenciana más tradicional, excepto deformaciones recientes, como los gerundios en -guent (correguent, escriguent) que son considerados incorrectos,[cita requerida] y rechazando frontalmente formas que tuvieron vitalidad en valenciano antiguo y modernamente sólo en ciertas hablas, como tenir, venir o veure o los pretéritos imperfectos de subjuntivo en -às, -és, -ís.
  • el uso exclusivo de los plurales tradicionales hòmens, jóvens, màrgens, ràvens, boscs, gusts, texts, etc. (que son también normativos en las Normas de Castellón, junto a las formas del catalán oriental homes, joves, raves, boscos, gustos, textos, hoy preferidas por la lengua estándar).
  • se rechazan palabras que tuvieron un cierto uso en valenciano hasta los siglos XVII-XVIII (como los demostrativos reforzados aquest, aqueix, ciertos adverbios, preposiciones y conjunciones como doncs, aleshores, malgrat o tanmateix) y priorizando otras, aún vivas, sobre todo en personas de edad y ciertas hablas valencianas, como manco, a rant de, ausades, mitan, més aïna, mentrimentres, etc.
  • se rechazan formas extrañas a la tradición lingüística valenciana,[cita requerida] pero popularizadas recientemente por la enseñanza y los medios de comunicación,[cita requerida] como néixer (por nàixer, castellano nacer), treure (por traure, castellano sacar), cargol (por caragol, castellano caracol), pop (por polp, castellano pulpo) o difundidas gracias a la pérdida de la correspondiente palabra valenciana, por castellanización:[cita requerida] fraula frente a maduixa (castellano fresa), fardeta frente a esquirol (castellano ardilla), galfí frente a dofí (castellano delfín), renoc frente a gripau (castellano sapo), primavera d'hivern frente a tardor (castellano otoño), etc.
  • se propugna el uso exclusivo de variantes como servici, defendre, huit, dèsset, díhuit, hui, etc. que ya existían en la época clásica, desechando otras que cayeron en desuso y han sido vueltas a popularizar recientemente, ya que son las que ha mantenido vivas el catalán central.[cita requerida]

La Academia Valenciana de la Lengua, mediante la publicación en 2006 de la Gramàtica Normativa Valenciana y el Diccionari Ortogràfic i de Pronunciació del Valencià, no ha aceptado ninguna de las variantes ortográficas de las Normas del Puig, pero sí algunos de los usos gramaticales y léxicos más significativos, dando incluso preferencia a algunos de ellos (como el uso de este, eixe frente a aquest, aqueix, mentres frente a mentre, o mitat frente a meitat), e incluso ha aceptado las formas bellea, pobrea, riquea, etc. (ya existentes en la lengua clásica, pero no aceptadas hasta ahora por la normativa oficial) junto a bellesa, pobresa, riquesa, o el uso de la variación masculino-femenino en el sufijo -iste/-ista. Estas "concesiones" han movido a algunos sectores culturales y del profesorado, partidarios de la unidad de la lengua, a acusar a la Academia Valenciana de la Lengua de "promover la disgregación de la lengua" (diario Levante-EMV 14/12/2006).

Las diferencias con las normas oficiales de la Academia Valenciana de la Lengua (basadas en las Normas de Castellón) no conllevan una disminución de la comprensión, de manera que un texto escrito conforme a esta normativa es totalmente comprendido por cualquier catalanoparlante que no la haya estudiado. De hecho, los robots con algoritmos clasificadores de páginas web según el idioma que están basados íntegramente en las normas del Institut d'Estudis Catalans, como por ejemplo los de Google, clasifican los textos escritos con las Normas del Puig como textos en lengua catalana[cita requerida]. Sin embargo, también se da la circunstancia de que numerosos correctores ortográficos de catalán aplicados a textos en valenciano, señalan de forma incorrecta errores que no son tales, no ya en los escritos según las Normas del Puig, sino incluso en los realizados siguiendo correctamente la normativa de la Academia Valenciana de la Lengua [cita requerida].

Uso

Los organismos oficiales de la Comunidad Valenciana (incluyendo ayuntamientos y la propia Generalidad Valenciana), así como las universidades, la práctica totalidad de editoriales y otros organismos culturares, han utilizado siempre en sus escritos las Normas de Castellón, unitaristas respecto con el catalán. Los pocos intentos de utilización de otra normativa que no fuese la de Castellón por parte de ayuntamientos fueron abortados por el Tribunal Supremo a partir de la Sentencia de Benifayó.

Aunque algunos organismos culturales, como la Junta Central Fallera hayan utilizado las Normas del Puig (entre los años 1992 y 1998),[1]​ la utilización de las mismas ha caído en desuso, especialmente desde la creación de la Academia Valenciana de la Lengua en 1998, hecho que dotó de oficialidad formal a las Normas de Castellón, haciendo que muchas de las entidades que utilizaban las normas sececionistas adoptasen la normativa oficial.

Durante sus primeros 25 años de vida (1979-2004), se publicaron 656 publicaciones siguiendo estas normas, algunas de las cuales nunca se registraron con código ISBN. En este recuento no se incluyen publicaciones períodicas (que utilizan el código ISSN) ni llibrets de falla, a excepción de las publicaciones de la Junta Central Fallera durante los séis años que utilizó las mismas, y de algunos llibrets seleccionados por su especial interés. Sin embargo, se contabilizan diferentes volúmenes de una misma obra si estas tenían varios autores, se publicaron en años diferentes, o tenían diferente ISBN. También se incluyen obras que utilizaron las normas de manera parcial.[1]

Según calculó el académico Ángel Calpe Climent en su obra de 2005, durante los 25 primeros años de Normas del Puig, estas fueron utilizadas por 219 autores diferentes, de los cuales 28 (el 12,79%) participaron en 9 o más obras. Estos 28 autores representaban el 51,32% de la producción total en esta normativa.[1]

La etapa con mayor número de obras publicadas con la normativa del Puig coincide con la que Unión Valenciana fue socio del Partido Popular en diferentes gobiernos valencianos. Así, entre 1992 y 2001 se produce la "edad dorada" de las Normas del Puig, con una media de 40,3 publicaciones por año, un total de 403 obras (61,4% del total), en diez años. Con la creación en 1998 de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, las Normas del Puig caen en desgracia, llegando en 2004 a niveles de producción semejantes a los de 1982.[1]​ En 2004, el 90,95% de publicaciones en normativa secesionista se habían publicado en la Ciudad de Valencia, habiéndose publicado obras en 20 localidades valencianas diferentes y una en Madrid.[1]

Hoy en día las Normas del Puig, en sus diferentes formas, aún son utilizadas en distintas publicaciones (básicamente ligadas a las organizaciones Lo Rat Penat y Real Academia de Cultura Valenciana, propulsores de las mismas). La única editorial con una producción reseñable en las Normas del Puig fue la Editorial L'Oronella, que en 2004 era la editorial con mayor media de publicaciones con 9,75 obras publicadas por año.[1]​ Actualmente ya ha superado a Lo Rat Penat, asociación cultural que en 2004 presentaba los mayores niveles de publicaciones absolutos con 133.[1]​ Sólo ocho editoriales tenían una media superior a las dos obras por año en 2004, entre ellas el propio Ayuntamiento de Valencia, mientras que el 52,56% de las editoriales (41 de 78) sólo había publicado una obra con esta normativa.[1]​ El 7,24% de la producción (53 obras) fue autoeditada.[1]

En 2004, la producción en Normas del Puig era el doble que la de lenguas minoritarias como el aranés o aragonés, si bien se situaba a niveles inferiores a la mitad de la producción si se le comparaba con la lengua asturiana.[1]​ Entre los periódicos que durante este periodo publicaron artículos en esta normativa se cuentan Las Provincias, Levante-EMV (ambos solo en artículos de opinión) y especialmente Valéncia Hui (desaparecido en 2008).[cita requerida]

Por lo que respecta a las editoriales que utilizaban esta normativa, la veterana "Del Sénia al Segura" cerró sus puertas en febrero de 2012, tras algo más de 35 años de actividad.[2]​ También en 2012, la otra editorial de referencia para los lectores en Normes del Puig, L'Oronella, anunció su intención de publicar libros sin importar la lengua u ortografía en que estuviesen escritos, si no su calidad. Esto supuso la creación de una colección para literatura escrita en las Normas de Castellón, llamada Jàssena.[3]

Referencias

  1. a b c d e f g h i j k “La producció editorial en les Normes de la RACV (1979-2004).” Dins: A. Atienza, F. Bens, V.R. Calatayud et al. 25 anys de les Normes valencianes de la RACV, dites d'El Puig. València: Associació d’Escritors en Llengua Valenciana – l’Oronella [Cresol Lliterari, 9 / Els fanals de la terra, 9], 2005, pp. 9-139. ISBN 84-89737-75-4
  2. Cierra la editorial del ´blaverismo´ noticia en Levante-EMV del 12 de febrero de 2012
  3. Entrevista a Felip Bens i Vicent Baydal en Valencianisme.com, noviembre de 2012 (en valenciano)

Enlaces externos