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Cliserie

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Cliserie presente en la Cordillera Cantábrica.

Cliserie o cliséride es un modelo de representación de la sucesión altitudinal de las distintas formaciones vegetales en ambas laderas de una montaña o cordillera; que en distintas zonas del mundo presenta también una sucesión latitudinal (los "escalones" más alejados de la base de una montaña se asemejan a las de zonas más alejadas del ecuador). La distribución escalonada, y en algunos casos asimétrica, viene determinada por la variación de los factores físicos: principalmente los climáticos (como las temperaturas, precipitaciones, vientos, insolación y "efecto Föhn"), pero también geológicos (como la pendiente, el grado de estabilidad y alteración de las formaciones superficiales y las características propias de la roca base, que determinan la calidad de los suelos).

Tipos de cliserie

Existe de dos tipos: altitudinal (sucede debido a las variaciones de temperatura relacionadas con la altura en el clima de montaña) y latitudinal. En la cliserie altitudinal se distinguen cuatro pisos según su altura: basal, montano, subalpino y alpino, situados a diferentes alturas y con diferentes espesores según las distintas montañas y orientaciones.

Así las especies se van sucediendo desde las menos resistentes al frío a las que presentan mayor tolerancia a las bajas temperaturas, con más necesidades de agua y adaptadas a peores suelos. Un secuencia de vegetación arbórea típica comienza con los robles en las zonas más bajas, seguidos de hayas y abetos, terminando en los pinos negros, tras los cuales no aparecen más árboles. Más arriba de este nivel aparecen matorrales y luego especies herbáceas muy resistentes al frío como el edelweiss, tras los cual la vegetación desaparece porque nos encontramos con nieves perpetuas.

Se pueden establecer 5 zonas dentro de cada sistema montañoso:

  • Zona de cumbres: con vegetación de tipo herbáceo, sin árboles. Podemos distinguir:

Las cotas de las diferentes cliserides, varían de unos sistemas a otros en función de la latitud; un ejemplo de ello es la flora de Sierra nevada.

Flora de Sierra Nevada

La vegetación de Sierra Nevada se puede dividir en diferentes pisos bioclimáticos.

Vegetación de zonas bajas

Por debajo de los 700 metros de altitud, únicamente en la cara sur del macizo, se desarrolla el llamado piso termomediterráneo. En este piso los veranos son muy calurosos y las heladas son casi inexistentes en invierno. Pocas partes de esta franja de territorios no han sido cultivados, pero los estudios afirman que a esta zona correspondería un encinar combinado con un matorral de lentisco (Pistacia lentiscus), enebros, candiles (Aristolochia baetica), zarzaparrilla (Smilax aspera). En suelos empobrecidos por fenómenos como, por ejemplo, los incendios forestales, también aparecen romerales (Rosmarinus officinalis), aulagares de Ulex parviflorus y jarales.

Vegetación de baja montaña

En esta franja de alturas se desarrolla el piso mesomediterráneo, entre los 700 y los 1.300 metros aproximadamente. En este piso los veranos siguen siendo calurosos, pero en invierno se producen heladas. En esta zona son frecuentes el lentisco (Pistacia lentiscus), acebuche y zarzaparrilla (Smilax aspera). El encinar sobre suelos silíceos es pobre en especies; junto a la encina, enebros, torvisco y madreselva (Lonicera etrusca).

Vegetación de media montaña

Entre 1.300 y 1.900 metros aproximadamente se desarrolla el piso supramediterráneo. En este piso los veranos son templados y los inviernos son ligeramente fríos, con frecuentes heladas y nevadas. Las especies predominantes son el melojo, y en menor medida, el quejigo y el arce; estas tres especies se desarrollan en formaciones boscosas. Más frecuentes son los encinares, que se sitúan generalmente entre los 1.300 y los 1.750 m. Tienen a desarrollarse tanto sobre suelos carbonatados como sobre rocas ácidas. Los encinares son dominados por la encina y, según el tipo de suelo y la altitud, arbustos como enebros (Juniperus oxycedrus), agracejo (Berberis hispanica), torvisco (Daphne gnidium), rusco (Ruscus aculeatus) y majuelo (Crataegus monogyna) sobre suelos básicos.

Vegetación de alta montaña

A partir de los 1.900 metros, hasta los 2.700 metros aproximadamente, se desarrolla el piso oromediterráneo. Es a partir de esta franja de alturas donde aparecen la mayoría de las especies que convierten a Sierra Nevada en un paraíso botánico.

En este piso bioclimático se desarrollan pinares y sabinares. La vegetación está formada por especies de porte arbóreo y arbustivo (Pino silvestre (Pinus sylvestris), sabina rastrera (Juniperus sabina), J. communis subsp. hemisphaerica, Prunus ramburii) y un matorral pulvinular (Vella spinosa, Erinacea anthyllis, Bupleurum spinosum).

Sobre suelos más evolucionados aparecen enebrales y piornales, formando comunidades ricas en caméfitos fruticosos y hemicriptófitos (Arenaria imbricata, Festuca indigesta). También abunda la flora endémica: Genista versicolor, Arenaria pungens, Potentilla nevadensis.

En áreas calcáreas a mayor altitud (cabecera del río Dúrcal, Dornajo), y por la escasez de suelo, se desarrolla un espinal con sabinas y enebros, mezclado con un tomillar almohadillado, apareciendo especies como son Sideritis carbonellis y Astragalus granatesis.

Estrella de las nieves (Plantago nivalis).

Vegetación de las cumbres

El piso crioromediterráneo se desarrolla a partir de los 2.600 o 2.800 m. Las condiciones climáticas de fuerte insolación, temperaturas extremas, fuertes vientos, la sequía estival propia de las latitudes mediterráneas y la presencia de nieve más de 8 meses al año impiden el desarrollo de especies leñosas. En este entorno se desarrollan los borreguiles (nombre que reciben en Granada los pastizales nevadenses de alta montaña o pastizales de montaña). Este tipo de vegetación (que también en parte se desarrolla en los estadios altos del piso oromediterráneo) presenta ciertas similitudes con la tundra ártica, con el cervuno (Nardus stricta) como planta más representativa, y un elevadísimo número de endemismos.

Véase también

Ocupación ideal de los bosques ibéricos.

Referencias

Bibliografía

Botánica, zoología y senderismo

  • Francisco Pérez Raya, Joaquín Molero Mesa, Francisco Valle Tendero, 1992: "Parque Natural de Sierra Nevada. Paisaje, fauna, flora, itinerarios". Ed. Rueda. Madrid. ISBN 84-7207-067-0
  • "Flora de la Tundra de Sierra Nevada". Pablo Prieto Fernández, Ed. Universidad de Granada. ISBN ISBN 84-600-1810-5

Enlaces externos