Carlos I de Portugal

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Carlos I
Rey de Portugal

Carlos I de Portugal.
Reinado
19 de octubre de 1889 -
1 de febrero de 1908
(18 años)
Predecesor Luis I
Sucesor Manuel II
Información personal
Nombre completo Carlos Fernando Luis María Víctor Miguel Rafael Gabriel Gonzaga Javier Francisco de Asís José Simón de Braganza Saboya Borbón y Sajonia-Coburgo-Gotha
Nacimiento 28 de septiembre de 1863
Lisboa, Reino de Portugal
Fallecimiento 1 de febrero de 1908
(44 años)
Lisboa, Reino de Portugal
Sepultura Panteón de los Braganza
Familia
Casa real Casa de Braganza Sajonia-Coburgo y Gotha
Dinastía Dinastía de Braganza
Padre Luis I
Madre María Pía de Saboya
Consorte Amelia de Orleans
Hijos

  • Firma Firma de Carlos I

    Carlos I de Portugal (Lisboa, 28 de septiembre de 1863 - id., 1 de febrero de 1908[1]​), su nombre completo era Carlos Fernando Luis María Víctor Miguel Rafael Gabriel Gonzaga Javier Francisco de Asís José Simón de Braganza Saboya Borbón y Sajonia-Coburgo-Gotha.[1]​ Fue el penúltimo rey de Portugal. Era hijo del rey Luis I de Portugal y la princesa María Pía de Saboya, hija de Víctor Manuel II, rey de Italia.[1]

    Reinado

    Carlos I de Portugal, 1891

    Subió al trono el 10 de octubre de 1889,[1]​ con 36 años de edad. Fue apodado el diplomático (debido a las múltiples visitas que hizo a Madrid, París y Londres, contestadas con las visitas a Lisboa de los reyes Alfonso XIII, Eduardo VII, del káiser Guillermo II y el presidente de la República Francesa Émile Loubet), también fue llamado el martirizado, o el mártir (al haber muerto asesinado), y el Oceanógrafo (por su pasión por la oceanografía, compartida con su padre y el príncipe Alberto I de Mónaco, amigo personal del rey).

    Hombre inteligente según sus contemporáneos pero también propenso a la extravagancia según ellos mismos, las políticas erráticas, despilfarros, y amoríos extramaritales de Carlos sellaron el destino de la monarquía portuguesa, siendo que el grave debilitamiento de la posición política de Portugal en Europa también redujo su popularidad. Los tratados coloniales con el Reino Unido como resultado del "conflicto del mapa rosado" (uno firmado en agosto de 1890 que definió sus fronteras africanas a lo largo del Zambeza y el Congo[1]​ y otros firmados el 14 de octubre de 1899 que confirmaban los tratados coloniales del siglo XVII) estabilizaron la situación política de los imperios coloniales europeos en África, aunque generaron un amargo resentimiento en Portugal por las grandes concesiones reconocidas al Reino Unido y el nulo apoyo recibido de otras potencias europeas (como Alemania) para contrarrestar las presiones británicas.

    Su esposa y sus hijos.

    Domésticamente, Portugal fue declarado en bancarrota dos veces debido a que el tamaño de la deuda pública superaba las riquezas nacionales - el 14 de junio de 1892, y nuevamente el 10 de mayo de 1902 - causando disturbios industriales, antagonismo con socialistas y republicanos y la crítica de la prensa contra la monarquía. El sistema electoral portugués, a semejanza del practicado en España, otorgaba preeminencia a dos partidos políticos: regeneradores y progresistas, que se turnaban en el poder mientras el derecho a voto era reducido a varones alfabetizados y con cierta renta mínima, lo cual generaba conflictos con dos nuevos grupos políticos: republicanos y socialistas.

    La fuerte humillación resultante del ultimátum británico de 1890 y el descontento con el régimen político auspiciado por la monarquía causaron turbulencia política en Portugal durante los primeros años del siglo XX.[1]​ El rey Carlos respondió al nombrar a João Franco como primer ministro y subsecuentemente aceptando la disolución del Parlamento, transformando el régimen en una virtual dictadura apoyada por el rey, que sólo aumentó el rechazo de los republicanos.

    Este apoyo a una dictadura no era bien visto ni siquiera por las personas más próximas al rey como la reina madre María Pía, la reina Amalia, el príncipe heredero Luis Felipe de Braganza, y el infante Alfonso, hermano menor del rey. No obstante, Franco era defendido por el secretario particular del rey. La inquietud política hacía que la animosidad personal contra la Casa de Braganza Sajonia-Coburgo y Gotha creciera masivamente.

    A pesar de la controversia, existía un objetivo preciso que el mismo rey afirma en una misiva a su amigo, Alberto I de Mónaco en febrero de 1907:

    Considerando que las cosas aquí no iban bien, y viendo los ejemplos de toda la Europa, donde tampoco van mejor, decidí hacer una revolución completa en todos los procedimentos del gobierno de aquí, una revolución desde arriba, creando un gobierno de libertad y de honestidad, con ideas modernas, para que no me hagam una revolución desde abajo, lo que supondría la ruina a mi país.[2]

    En esa misma carta, el rey habla de sus miedos, que se harían realidad tras su muerte:

    Hasta ahora, he tenido éxito, y todo va bien, incluso mejor de lo que creía posible. Pero para eso, necesito estar constantemente en guardia y no puedo abandonar el mando ni un minuto, porque conozco mi mundo y si la idea de continuidad se perdiera por falta de dirección, todo volvería inmediatamente para atrás, y entonces sería peor que al princípio.[2]

    El 1 de febrero de 1908, la familia real regresaba del palacio de Vila Viçosa a Lisboa. Viajaban en coche hacia Almada y a continuación tomaron un barco para cruzar el río Tajo y desembarcaron en Cais do Sodré, en el centro de Lisboa. En su camino hacia el palacio real, el carruaje con Carlos I y su familia pasó por la avenida del Terreiro do Paço. Mientras cruzaban la plaza, fueron disparados varios tiros desde la multitud por al menos dos hombres: Alfredo Costa y Manuel Buiça. El rey murió inmediatamente, su heredero Luis Felipe fue mortalmente herido, y el príncipe Manuel fue alcanzado en un brazo. Los asesinos fueron muertos a tiros en el lugar por guardaespaldas y posteriormente reconocidos como miembros del Partido Republicano. Aproximadamente veinte minutos después, el príncipe Luis Felipe murió y días más tarde su hermano menor, Manuel fue proclamado rey de Portugal, el último de la dinastía de los Braganza Sajonia-Coburgo y Gotha.

    Carlos se casó con la princesa Amélie de Orléans en 1886. Ella era hija de Philippe, conde de París y de Marie Isabelle d'Orléans.[1]​ Sus hijos fueron:

    Imagen Nombre Fecha de Nacimiento Fecha de Fallecimiento
    Luis Felipe María Carlos Amélio Fernando Víctor Manuel Antonio Lourenço Miguel Rafael Gabriel Gonzaga Xavier Francisco de Asís Bento de Sajonia-Coburgo-Gotha y Braganza 21 de marzo de 1887 1 de febrero de 1908
    María Ana de Braganza 21 de marzo de 1887 21 de marzo de 1887
    Manuel María Felipe Carlos Amélio Luis Miguel Rafael Gabriel Gonzaga Francisco de Asís Eugenio de Sajonia-Coburgo-Gotha y Braganza 19 de marzo de 1889 2 de julio de 1932

    Problema sucesorio

    Después de la muerte del último rey, Manuel II de Portugal, María Pía de Sajonia-Coburgo-Gotha y Braganza alegó ser hija ilegítima del rey Carlos I (habiendo sido su madre la brasileña María Amélia Laredó y Murça), reivindicando los títulos de Princesa Real de Portugal y de Duquesa de Braganza, aunque muy contestada como miembro de la Casa de Braganza Sajonia-Coburgo y Gotha.

    Imagen Nombre Fecha de Nacimiento Fecha de Fallecimiento
    María Pía de Sajonia-Coburgo-Gotha y Braganza 13 de marzo de 1907 6 de mayo de 1995


    Ancestros

    Referencias

    1. a b c d e f g «Carlos I (D.) 32.° rei de Portugal.». Portugal - Dicionário Histórico, Corográfico, Heráldico, Biográfico, Bibliográfico, Numismático e Artístico (en portugués) II. p. 759. Consultado el 22 de octubre de 2011. 
    2. a b Ramos, Rui; "D. Carlos", Lisboa, Temas e Debates, 2007, pp. 306-307


    Predecesor:
    Luis I
    Rey de Portugal
    1889-1908
    Sucesor:
    Manuel II