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Batalla de Opis

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Antiguo Oriente Próximo con anterioridad a la invasión de Babilonia por Ciro II el Grande
Antiguo Oriente Próximo con anterioridad a la invasión de Babilonia por Ciro II el Grande

La Batalla de Opis, librada en septiembre de 539 a. C., fue un enfrentamiento entre los ejércitos de la Persia de Ciro el grande y el Imperio neobabilónico de Nabonido durante la invasión persa de Mesopotamia. Babilonia era la última potencia en Asia occidental libre del dominio persa. La batalla se libró cerca de la ciudad ribereña de Opis, al norte de Babilonia y resultó una victoria decisiva para los persas. Unos días más tarde, la ciudad de Sippar se rindió a los persas y las fuerzas de Ciro entraron en Babilonia aparentemente sin lucha. Ciro fue proclamado rey de Babilonia y sus territorios, incorporando el Imperio babilónico al Imperio persa.

Ubicación

El sitio de la batalla tuvo lugar junto a la ciudad de Opis en el río Tigris, aproximadamente 80 km al norte del Bagdad moderno. La ciudad se cree que era un punto preferente para cruzar el río; Jenofonte describe un puente allí.[1][2]​ El momento de la invasión puede haber sido determinada por el régimen de los ríos mesopotámicos, que alcanzan sus niveles más bajos – y por tanto son más fáciles de cruzar – a comienzos del otoño.[3]

Opis era además un sitio de importancia estratégica pues aparte del cruce era el final de la muralla meda, una fortificación babilónica que Nabucodonosor II había construido para prevenir invasiones desde Oriente. Controlar Opis permitía circunvalar dicha barrera y abrir el camino a la capital.[4]

Fuentes

La principal fuente de información contemporánea sobre la campaña es la Crónica de Nabonido, una serie de tablillas de arcilla de las crónicas babilónicas que registran la historia de la antigua Babilonia. Algunos detalles adicionales proceden del cilindro de Ciro, una de las pocas fuentes persas supervivientes.

Información más detallada aparece en las obras de Heródoto y Jenofonte, que sin embargo son posteriores y muestran contradicciones con las fuentes contemporáneas a la batalla. La mayoría de historiadores otorgan preferencia a la Crónica de Nabonido.[5]

Aunque la crónica es fragmentaria, la sección que relata el último año del reinado de Nabónido – 539 a. C. – se halla casi intacta. Proporciona poca información sobre las actividades de Ciro los años previos a la batalla, centrándose en acontecimientos de Babilonia y sus gobernantes, El periodo 547-539 es, además ilegible, siendo imposible evaluar la importancia de las pocas palabras que han persistido.[6]

Contexto

En tiempos de la batalla de Opis, Persia era la principal potencia de Oriente medio. Bajo su rey, Ciro II, había conquistado un enorme territorio y creado un imperio que abarcaba los actuales Turquía, Armenia, Azerbaiyán, Irán, Kirguizistán y Afganistán. La única potencia independiente que sobrevivía era el imperio neobabilonio, que dominaba Mesopotamia y vasallos en Siria, Judea, Fenicia y partes de Arabia. Pese a ello, los babilonios se encontraban diplomáticamente aislados tras la caída de su aliado de Creso de Lidia, cuyo reino había sido invadido por los persas.[7]

La situación geopolítica de Babilonia era peligrosa. El imperio persa lo rodeaba al norte, este y oeste. Su situación interna era vulnerable con problemas económicos exacerbados por la peste y la hambruna. Su rey Nabonido era impopular por su heterodoxia religiosa. Según Mary Joan Winn Leith, "el éxito de Ciro se debe a su fuerza militar, sobornos bien pensados y una gran campaña de propaganda que le retrató como un señor religioso y tolerante en Babilonia".[8]​ Por otro lado, Max Mallowan hace notar: «La tolerancia religiosa era una característica notable del gobierno persa y no hay ninguna duda de que Ciro era un promotor de mente liberal esta política humana e inteligente» y tal campaña de propaganda fue una forma de que su reputación precediera su campaña militar.[9]​ Ciro persuadió a un gobernador provincial babilónico llamado Gobrias (y un supuesto Gadates) de desertar a su lado. Gutium, el territorio gobernado por Gobrias, era una región fronteriza de importancia estratégica que permitió a Ciro tener una base para su invasión.[7]

La crónica afirma que con anterioridad a la batalla, Nabonio había ordenado que se llevaran a la capital estatuas usadas para el culto en ciudades periféricas, sugiriendo que el conflicto había empezado posiblemente en el invierno de 540 a. C. Se especula con que una sección fragmentaria de la crónica que cubre 540/39 a. C. habla de una posible lucha, menciones a Ishtar y Uruk, y una posible referencia a Persia.[6]​ La batalla de Opis sería en tal caso probablemente sólo la fase final de una serie de enfrentamientos entre los dos imperios.[7]

Batalla

Ruta de la invasión persa de Babylonia, septiembre–octubre de 539 a. C.

La crónica de Nabonido recoge que la batalla tuvo lugar en el mes de Tashritu (27 de septiembre-27 de octubre) "en Opis en [la ribera del] Tigris".[10]​ La crónica no proporciona detalles del curso de la batalla, las fuerzas en combate o las bajas. El ejército persa bajo Ciro combatió contra "el ejército de Akkad" (los babilonios en general, no la ciudad de aquel nombre). La identidad del comandante babilónico no es mencionada aunque la tradición ha supuesto que era Baltasar, el hijo de Nabonido. Su final es incierto y podría haber sido muerto en la batalla.[11]

El resultado de la batalla fue claramente una derrota babilónica, posiblemente terminando en desbandada ya que el ejército babilónico no es mencionado otra vez en la crónica. Siguiendo la batalla las fuerzas persas "tomaron botín" de los babilonios vencidos.[10]​ La mayoría de traducciones de la crónica también hacen referencia a una "masacre" de "las personas de Akkad",[12]​ aunque los traductores discrepan sobre el responsable y la víctima – la población de Opis o el ejército babilónico en fuga.[13]

Pierre Briant comenta: «Esta victoria fue seguida por una inmensa toma de botín y la masacre de quienes intentaron resistir"-[14]​ Similarnente Andrew Robert Burn describió: "De hecho leyendo del texto, Akkad se alzó en rebelión abierta y el último logro militar de Nabonido fue lograr la masacre de los rebeldes».[15]Maria Brosius interpreta la masacre como una acción punitiva, «buscando hacer un ejemplo de una ciudad que intentara resistir al ejército persa».[16]Cuyler Young comenta: «esta referencia en la crónica sugiere que los persas capturaron intacto el campamento principal del ejército de Nabonido y que, como es a menudo el caso, la masacre real vino después de que los babilonios hubieran caído presa del pánico y huido del campo de batalla»-[17]​. Amélie Kuhrt comenta que las referencias a una masacre y saqueo sugieren que la batalla fue «probablemente una dura victoria».[18]W. G. Lambert argumenta en contra que no hubo ninguna masacre en absoluto.[19]

La batalla no es mencionada en la inscripción del cilindro de Ciro, que retrata al rey persa liberando Babilonia pacíficamente y con el consentimiento de sus habitantes. Aun así, la batalla demuestra que el régimen babilónico intentó resistir la invasión de Ciro activamente.

Consecuencias

La derrota en Opis parece haber acabado con cualquier resistencia seria a la invasión persa. La crónica de Nabonido afirma que siguiendo la batalla, "en el decimocuarto día [6 de octubre] Sippar fue capturado sin batalla. Nabonido huyó".[12]​ La crónica implica que Nabonido estaba presente en Sippar cuando llegaron los persas[20]​. Ciro se quedó en Sippar, y «en el decimosexto día [12 de octubre] Ug/Gubaru, gobernador de Gutium, y el ejército de Ciro entraron sin batalla en Babilonia». Nabonido fue capturado poco después al regresar a Babilonia.[12]​ Su destino definitivo es incierto pero según el historiador babilónico del siglo III a. C. Beroso, Nabonido fue perdonado y exiliado en Carmania, donde falleció años más tarde.[21]

Las tropas persas tomaron el control de la ciudad, aunque la crónica de Nabonido proporciona pocos detalles. Hace notar sin embargo que el ejército conquistador hizo proteger la mayoría de templos importantes de la ciudad y registra que "no se interrumpieron los (cultos/ritos) en [el] templo de Esagila o ninguno de los [otros] templos allí y ninguna fecha fue perdida". Diecisiete días más tarde, el 29 de octubre, Ciro entró en Babilonia, donde fue proclamado rey, promulgó edictos reales y nombró gobernadores de su nuevo y recién conquistado reino.[12]

Las crónicas griegas de la campaña de Ciro y la caída de Babilonia difieren significativamente de las babilonias y persas, quizás sugiriendo que se basaban en tradiciones diferentes o inventaban parte. Las dos fuentes principales son Heródoto y Jenofonte, que coinciden entre sí. Según Heródoto, Ciro marchó a Babilonia a lo largo del río Diyala (pasado Opis, aunque la batalla no es mencionada), donde los persas lucharon una batalla con los babilonios cerca de la capital. Ciro asedió posteriormente Babilonia, ordenando a sus tropas cavar un canal para drenar parte del Éufrates y permitir a sus tropas penetrar en la ciudad a través de puntos débiles en sus defensas. Jenofonte proporciona un relato similar pero más elaborado, afirmando que Ciro cavó una gran trinchera alrededor de la ciudad para desviar el río y hacer la lecho del mismo franqueable por el ejército persa. Heródoto, Jenofonte y el Libro bíblico de Daniel todos afirman que los babilonios fueron sorprendidos mientras celebraban un festival.[22]

Beroso presenta una crónica diferente, afirmando que Ciro venció a Nabonido, quién «huyó con algunos otros y se atrincheró en Borsippa. Entretanto Ciro ocupó Babilonia y ordenó destruir los muros exteriores de la ciudad, porque la ciudad le parecía formidable y difícil de capturar. Después Ciro marchó a Borsippa para organizar el asedio contra Nabonido. Pero Nabonido no aguardó el fin del asedio y se rindió».[5]

Estas historias escritas mucho tiempo después de la conquista persa contradicen muchos aspectos de la evidencia cuneiforme contemporánea, que menciona asedios, trabajos de ingeniería o batallas cerca de Babilonia. Las descripciones cuneiformes de una rendición pacífica de Babilonia están corroboradas por evidencia arqueológica de la ciudad, que no muestra ninguna evidencia de conflicto o destrucción en las capas que corresponden a la caída de la ciudad frente a los persas[5]​. Los historiadores suelen coincidir en que el relato de Heródoto es una invención, mientras que Kuhrt comenta que lo que Jenofonte relata en su Ciropedia es «virtualmente imposible de usar ... como fuente estrictamente histórica» debido a su forma literaria, buscando ser un tratado moral sobre Ciro en forma de novela histórica.[6]Paul-Alain Beaulieu sugiere que las historias griegas pueden provenir de un conjunto de mitos y leyendas populares asociados con la caída de Babilonia".[22]David George Hogarth y Samuel Rolles Driver se refieren a la falta de fiabilidad de Heródoto:

«La falta de fiabilidad de los registros de Herodoto se ve al compararlos con los escritos en los monumentos. El famoso sitio y toma de Babilonia es contradicho por su inscripción, que describe como tras una batalla en Opis y otra en Sippara, su general, Gobrias, entró en la ciudad sin lucha. Babilonia había soportado numerosos sitios antes de Ciro y soportó muchos después: se cree que fue una de las dos capturas por Darío, cuyo general también se llamaba Gobrias, puede haber sido confundida con la entrada de Ciro.»[23]

Según la inscripción de Behistún, Babilonia se rebeló dos veces en contra Darío, y fue tomada en la segunda ocasión por su general Gobrias. Heródoto sólo menciona el primer levantamiento de Babilonia en el que Zopiro capturó la ciudad para Darío y omite el segundo.[24]

Historiografía

La derrota babilónica en Opis y la entrada persa en Babilonia, aparentemente sin oposición, acabó con la independencia de Babilonia (a pesar de varias revueltas infructuosas porteriores). El colapso babilónico fue veloz y aparentemente total, según las crónicas antiguas de la campaña de Ciro en Mesopotamia y las inscripciones cuneiformes datadas poco después de la conquista persa.. El cilindro de Ciro y la crónica de Nabonido atribuyen el fracaso de este último al deseo del dios Marduk de castigar un régimen que se le opuso. El fuerte carácter anti-Nabonido de estos documentos, que acusan al rey anterior de antojadizo y descuidado con los dioses, sugiere que sus autores – la élite sacerdotal babilónica – estaban alienados con Nabonido y podrían haber dado la bienvenida a una conquista persa. Es, aun así, incierta la extensión de la ocupación persa en la ciudad, por lo que estos relatos podrían fromar parte de la propaganda de Ciro.[25]

Otros autores han dado un explicaciones adicionales o alternativas para la derrota babilónica. M. A. Dandamaev sugiere que el régimen babilonio adoleció una carencia de aliados, una falta de apoyo popular, oposición de pueblos vasallos como los judíos (que pueden haber visto a los persas como libeetadores) y la incapacidad de las fuerzas babilónicas para resistir a enemigos superiores en número y tecnología.[5]

Referencias

  1. Oppenheim, A.L. "The Babylonian Evidence of Achaemenian Rule in Mesopotamia", in The Cambridge History of Iran vol. 2, p. 539. Ilya Gershevitch (ed). Cambridge University Press, 1993. ISBN 0-521-20091-1
  2. Briant, Pierre. From Cyrus to Alexander: A History of the Persian Empire, p. 362. Eisenbrauns, 2002. ISBN 1-57506-120-1
  3. Tolini, Gauthier. "Quelques elements concernant la prise de Babylone par Cyrus." Note 3 of Achaemenid Research on Texts and Archaeology, March 2005
  4. T. Cutler Young, Jr., "The rise of the Persians to imperial power under Cyrus the Great", in The Cambridge Ancient History vol. 4, p. 39. John Boardman (ed). Cambridge University Press, 1982. ISBN 0-521-22804-2
  5. a b c d Dandamaev, MA; Vogelsang, WJ (trans.). A Political History of the Achaemenid Empire, pp. 41–42, 49. BRILL, 1989. ISBN 90-04-09172-6
  6. a b c Kuhrt, Amélie. "Babylonia from Cyrus to Xerxes", in The Cambridge Ancient History: Vol IV – Persia, Greece and the Western Mediterranean, pp. 112–138. Ed. John Boardman. Cambridge University Press, 1982. ISBN 0-521-22804-2
  7. a b c Briant, Pierre. From Cyrus to Alexander: A History of the Persian Empire, pp 40–43. Eisenbrauns, 2002. ISBN 1-57506-120-1
  8. Leith, Mary Joan Winn (1998). «Israel among the Nations: The Persian Period». En Coogan, Michael D., ed. The Oxford History of the Biblical World. Oxford University Press. pp. 376–377. 
  9. [Max Mallowan. Cyrus the Great. In Cambridge History of Iran (Volume 2: The Median and Achaemenian Periods), Cambridge , Cambridge University Press, pp.392–419.]
  10. a b Grayson, A.K. Assyrian and Babylonian Chronicles. Locust Valley, NY: JJ Augustin, 1975. ISBN 0-8020-5315-7
  11. Albertz, Rainer; Green, David (trans.). Israel in Exile: The History and Literature of the Sixth Century B.C.E., pp. 69–70. Society of Biblical Literature, 2003. ISBN 1-58983-055-5
  12. a b c d Kuhrt, A. The Persian Empire: A Corpus of Sources of the Achaemenid Period, pp. 48–51. Routledge, 2007. ISBN 0-415-43628-1
  13. A. Leo Oppenheim attributes the blame to Nabonidus (see Oppenheim, A. Leo, in Pritchard, James B. Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament. Princeton University Press, 1950); other translators attribute the massacre to Cyrus (see e.g. Grayson; Brosius, Maria. The Persian Empire from Cyrus II to Artaxerxes I. LACTOR, 2000; Kuhrt, A. The Persian Empire: A Corpus of Sources of the Achaemenid Period, pp. 48–51. Routledge, 2007. ISBN 0-415-43628-1).
  14. (Pierre Briant, From Cyrus to Alexander: History of Persian empire, Published by EISENBRAUNS, 2002)
  15. Andrew Robert Burn,"Persia and the Greeks", Published by Stanford University Press, 1984
  16. Brosius, Maria. The Persians, p. 11. Routledge, 2006. ISBN 0-415-32090-9.
  17. Contributor John Boardman, "The Cambridge ancient history" Edition: 2, illustrated, Published by Cambridge University Press, 1988, ISBN 0-521-22804-2, ISBN 978-0-521-22804-6
  18. Kuhrt, Amélie. "Usurpation, conquest and ceremonial: from Babylon to Persia." Rituals of Royalty: Power and Ceremonial in Traditional Societies, p. 48. David Cannadine, Simon Price (eds). Cambridge University Press, 1992. ISBN 0-521-42891-2
  19. Wilfred G. Lambert has suggested that the relevant line of the Nabonidus Chronicle should be read as referring to the Babylonian army rather than the people of Opis, and that it reports a defeat rather than a massacre. See Lambert, Wilfred G., "Notes Brèves 14 – Cyrus defeat of Nabonidus", Nouvelles Assyriologiques Brèves et Utilitaires no. 1, 2007 (March).
  20. Vanderhooft, David. "Cyrus II, Liberator or Conqueror? Ancient Historiography concerning Cyrus in Babylon", in Lipschitz, Oded; Oeming, Manfred (eds.), Judah and the Judeans in the Persian Period, pp. 351–372.
  21. Leick, Gwendolyn. "Nabonidus". Who's who in the Ancient Near East, p. 112. Routledge, 1999. ISBN 0-415-13230-4
  22. a b Beaulieu, Paul-Alain. The Reign of Nabonidus, King of Babylon, 556-539 B.C., p. 226. Yale University Press, 1990. ISBN 0-300-04314-7
  23. Hogarth, David George; Driver, Samuel Rolles. Authority and Archaeology, Sacred and Profane, p. 202. Ayer Publishing, 1971. ISBN 0-8369-5771-7
  24. Dewald, Carolyn; John, Marincola; The Cambridge Companion to Herodotus, Cambridge University Press, 2006 p. 279. ISBN 0-521-83001-X
  25. McIntosh, Jane. Ancient Mesopotamia, pp. 113–14. ABC-CLIO, 2005. ISBN 1-57607-965-1