Anarquismo en Brasil

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El anarquismo en Brasil ha tenido una gran tradición dentro del movimiento obrero, con una fuerte impronta en la cultura popular. Desde las formas de anarquismo primitivo como el Quilombo de los Palmares o la Guerra de Canudos, hasta la llegada de inimigrantes europeos -especialmente italianos- que llevaron las ideas anarquistas al Brasil, el movimiento libertario ha sido protagonista de una rica y compleja historia.

Primeras expresiones del anarquismo en Brasil

Tal vez una de las primeras experiencias anarquistas del mundo, incluso antes de haber sido inventado el término, haya ocurrido en las márgenes de la Bahía de Babitonga, cerca de la ciudad histórica de São Francisco do Sul. En 1842 el Dr. Benoit Jules Mure, inspirado en las teorías de Fourier, instala el Falanstério do Saí o Colônia Industrial do Saí, reuniendo a los colonos llegados de Francia en Río de Janeiro en 1841. Hubo desaveniencias, y un grupo disidente, liderado por Michel Derrion, estableció otra colonia a algunas leguas del Saí, en un lugar llamado Palmital: la Colônia do Palmital.

Mure consiguió apoyo del Coronel Oliveira Camacho y del presidente del Estado de Santa Catarina, Antero Ferreira de Brito. Este apoyo le resultó fundamental para posteriormente conseguir para su proyecto la ayuda financiera del Gobierno Imperial del Brasil.

El anarquismo en el movimiento obrero

El anarquismo en el Brasil ganó fuerza con la gran inmigración de trabajadores europeos de fines del siglo XIX e inicios del siglo XX. En 1889 Giovani Rossi intentó fundar en Palmeira, en el interior de Paraná, una comunidad basada en el trabajo, en la vida y en la negación del reconocimiento civil y religioso del matrimonio -lo que no significa, necesariamente, "amor libre"-, denominada Colonia Cecilia. La experiencia tuvo corta duración.

En 1906 se fundó la Confederación Obrera Brasilera, por elementos anarquistas.[1]​ En los inicios del siglo XX, el anarquismo y el anarcosindicalismo eran tendencias mayoritarias entre los obreros, culminando con las grandes huelgas obreras de 1917, en São Paulo, y 1918-1919, en Río de Janeiro.

Durante el mismo período, fueron abiertas escuelas modernas en varias ciudades brasileñas, muchas de ellas a partir de la iniciativa de sindicatos y gremios obreros anarquistas o de inclinación anarquista. Las Escuelas Modernas aplicaban una pedagogía libertaria, inspirada en el pensamento de Francisco Ferrer, y fueron reprimidas a partir de los años 20, siendo clausuradas en el estado de São Paulo. También luego del declinio del movimiento anarquista en Brasil, el anarquismo y la Pedagogía Libertaria se reflejaron posteriormente no pensamento de los mayores pedagogos brasileños, como Paulo Freire con su Pedagogía Libertadora, que busca la conciencia de clase y la autonomía del individuo. Una actividad destacada de los libertarios consistía en la lucha contra el analfabetismo.

También existieron una gran cantidad de publicaciones, editoriales y periódicos anarquistas. Podría decirse que en cada ciudad importante o capital de estado bradileñas existía al menos un periódico anarquista. El más importante fue A Plebe.

Se cree que la decadencia del movimiento anarquista se debió al fortalecimiento de las corrientes marxistas y del socialismo autoritario, o estatal, en especial el marxismo-leninismo, con la creación del Partido Comunista Brasileño (PCB) en 1922 concretada por ex-integrantes del movimiento anarquista que, influenciados por el éxito de la Revolución Rusa, decidieron crear un partido basado en el partido bolchevique ruso.

Sin embargo, esta posición apoyada por muchos historiadores ha sido contestada a partir de la década de 1970 por Edgar Rodrigues (anarquista portugués naturalizado brasileño, investigador autodidacta de la historia del movimiento anarquista en Brasil y Portugal), y por los recientes estudios de Alexandre Samis que indican que la influencia anarquista en el movimiento obrero creció más durante ese período del período en que se fundó el PCB, y que fue la represión del gobierno de Artur Bernardes, la que haría disminuir la influencia de las ideas anárquicas en el seno del movimiento huelguista. Artur Bernardes fue responsable de los campos de concentración y centros de tortura en los cuales murieron gran cantidad de libertarios, siendo el más terrible de tales establecimientos el de Clevelândia, localizado en el Oiapoque, cerca de la frontera con la Guayana Francesa. Edgar Rodrigues presenta en varias de sus obras las embestidas de los miembros del PCB que, procurando transformar los sindicatos autónomos en sindicatos partidarios y conquistar devotos de las ideas leninistas, polemizaban en sindicatos y periódicos, llegando a realizar atentados contra anarquistas que se destacaban en el movimiento obrero brasileño durante la década de 1920.

Probablemente debido a los problemas de comunicación resultantes de la tecnología de la época, los anarquistas solo comprendieron la Revolución rusa de forma clara a partir de las informaciones brindadas por anarquistas célebres como Emma Goldman, que denunció las atrocidades cometidas en Rusia en nombre de la dictadura del proletariado. A partir de este momento se definiría la posición de los anarquistas frente a los socialistas autoritarios del Brasil, separando la confusión ideológica que reinaba en torno de la revolución soviética, identificada por los anarquistas inicialmente como una revoluión libertaria. Esta idea sería luego desmitificada por los anarquistas, que creían en el socialismo sin dictadura, defendiendo la libertad y la abolición del Estado.

Durante la dictadura militar

Durante el régimen militar que abarcó los años 1964 a 1985, las principales expresiones anarquistas en Brasil fueron el Centro de Estudos Professor José Oiticica, de Río de Janeiro, el Centro de Cultura Social de São Paulo y el periódico O Protesto en Rio Grande do Sul. Todos fueron cerrados hacia el fin de la década de 1960, pero sus militantes continuaron encontrándose clandestinamente, publicando libros y escribiéndose con libertarios de otros países.

En la década de 1970 surge en Bahía el periódico O Inimigo do Rei, que impulsaba la formación de nuevos grupos anarquistas, a tráves de las editoriales autogestionadas, en varias partes de Brasil. En Rio Grande do Sul, en los años ochenta se fundó en la ciudad de Caxias do Sul, el Centro de Estudos em Pesquisa Social- CEPS, volcado hacia el trabajo social. En 1986 en la ciudad de Florianópolis, fue realizada la Primeira Jornada Libertaria con el lanzamiento de las bases para la reorganización de la Confederação Operária Brasileira - COB/AIT y la organización de los anarquistas. El anarquismo, a pesar de la represión, comenzó a renacer entre los estudiantes, intelectuales y trabajadores.

Años recientes

El anarquismo ha tomado cierto impulso en los últimos años. Se destaca la creación de la Federação Anarquista Gaúcha en 1985 en Montevideo por influencias de la Federación Anarquista Uruguaya y también la fundación de la Federação Anarquista do Rio de Janeiro en 2003. Ambas se ajustan a los que se denomina anarquismo especifista. En el mismo registro que las anteriores podemos mencionar a la Federación Anarquista Cabocla, la Federación Anarquista Insurrección -ambas de Río de Janeiro-, el Comité pro Lucha Popular de Bahía (COMLUT), la Rede Libertaria da Baixada Santista y la Uniâo Popular Anarquista.[2]

En Brasil se pueden encontrar también centros de estudio, bibliotecas, editoriales, agencias y nodos informativos de carácter anarquista. Por ejemplo están la Agencia de Noticias Anarquistas , el Centro de Contra-Información y Material Anarquista, la Biblioteca Social Fabio Luz de Río de Janeiro, el Centro de Cultura Libertaria Fabio Luz de Bahía, el Laboratorio de Estudios Libertarios, el Colectivo de Estudios Anarquistas Domingos Passos, el Centro de Cultura Terra Livre, el Núcleo de Sociabilidad Libertaria, el Archivo de Historia Social Edgar Rodrígues, la Asociación Cultural Quilombo Cecilia, Index Librorum Prohibitorum, el Círculo de Estudios Libertarios Ideal Peres y el Grupo de Estudios Babilonia.[3]

Existen grupos de acción contracultura, algunos de los cuales son: Banda RHC, Batukaçao, Conspiraçao Anti-cultural Universidade Invisível, Detritozine, Evoluçao, Execradores, el Grupo Motim de Teatro, la Organizaçao Anarco Punk y la Unión Libertaria de Maranhâo. Entre los ecologistas se pueden citar al Colectivo Ambientalista Revolucionario Autónomo de Manaus y el Movimiento Ambiental Revolucionario; entre los grupos feministas al Colectivo Lua de la ciudad de Fortaleza y el Grupo Anarco-Feminista Dandara.[4]

También existe una Cruz Negra Anarquista en San Pablo, dedicada alalucha anticarcelaria. Entre otros grupos de inspiración anarquista clásica, autónoma o sintetista, mencionaremos al Frente Anarquista de Organización Solidaria, al Colectivo Canto Libertario, al Colectivo de Resistencia Libertaria, al Colectivo Ruptura de Fortaleza, al Frente de Ação Libertária, a la Juventude Organizada com Ideais Anarquistas (JOIA) y a Bandera Negra de Bahía.[5]

Anarquistas brasileños célebres

Enlaces externos

Referencias

  1. Cf., en Jaime Cubero, José Carlos Orsi Morel, Julio Zacouteguy y Leonardo Morelli; El sindicalismo revolucionario en el Brasil; Editora Académica, San Pablo, 1988.
  2. Daniel Barret. El mapa del despertar anarquista: su expresión latinoamericana. Listado de nucleamientos, presencias y actividades anarquistas., en [1]
  3. Daniel Barret. El mapa del despertar anarquista: su expresión latinoamericana. Listado de nucleamientos, presencias y actividades anarquistas., en [2]
  4. Daniel Barret. El mapa del despertar anarquista: su expresión latinoamericana. Listado de nucleamientos, presencias y actividades anarquistas., en [3]
  5. Daniel Barret. El mapa del despertar anarquista: su expresión latinoamericana. Listado de nucleamientos, presencias y actividades anarquistas., en [4]


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