Televisión por suscripción

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La televisión por suscripción, televisión de pago o televisión premium, es un servicio de televisión con contenidos exclusivos, referente a una plataforma multicanal o a un solo canal de pago. Para su visualización, se requiere contratar el servicio con la compañía distribuidora, estando disponible a través de la televisión digital terrestre (premium), o plataformas de televisión por cable, satélite e IPTV.

El servicio de pago por visión (PPV) y video bajo demanda es una opción complementaria que ofertan algunas plataformas de pago, en la cual el usuario paga para acceder a un contenido televisivo concreto, como un evento deportivo o película.

Programación

La televisión por suscripción ha cambiado el modelo de negocios de los canales especializados, ya que pueden transmitir programas exclusivos a los que solo se puede acceder pagando. Así, su tarea consiste en ofrecer canales atractivos por los que la gente esté dispuesta a pagar, para poder ver sus programas. Un ejemplo de ello son los canales temáticos, que se dedican a un tema o grupo social específico.

Una compañía de televisión por suscripción puede ofrecer un paquete básico de canales, planes con más canales, y paquetes temáticos. Así, cada cliente elige sus canales según qué le interesa ver y cuánto desea pagar.

A diferencia de la televisión terrestre, es común que las compañías de televisión por suscripción ofrezcan canales con contenido obsceno, desnudos, escenas sexuales o violentas sin censura. Los sistemas de televisión de pago se protegen de forma habitual con contraseña, para que solamente los adultos puedan sintonizar dichos canales.

Las películas comprenden gran parte de la programación de los paquetes premium, éstas se emiten casi al mismo tiempo que se lanzan en DVD o Blu-ray, lo que en comparación a los canales del paquete básico significa no esperar hasta 2 años para verlos por televisión. Muchos de los servicios de televisión por suscripción obtienen derechos de películas a través de acuerdos exclusivos con los distribuidores de películas (esto no era típicamente normal hasta mediados de la década de 1980 en EE.UU.).

Estas cadenas también producen series de televisión original, muchas de estas series han llegado a alcanzar gran éxito y elogio a pesar de la baja audiencia por tener un costo adicional que la mayoría de la gente no considera pagar. Algunos canales premium también emiten programas especiales de televisión, lo que más comúnmente consisten en eventos de conciertos, documentales, comedias y obras de teatro.

Del mismo modo, existen canales de televisión paga, que emiten eventos de manera exclusiva. Ante la mayor cantidad de canales, ha aumentado la cantidad de competiciones deportivas que se emiten en directo.

Los canales de televisión más populares cobran a las distribuidoras por cada suscriptor. En otros casos, los canales se distribuyen de manera gratuita, y la compañía de televisión de pago se limita a cobrar por dar acceso al canal.

Algunos canales de televisión por suscripción se financian mediante un cobro por cada suscriptor, y carecen de tandas de publicidad comercial. Algunos de ellos emiten sus programas en forma ininterrumpida. En otros casos, las pausas se utilizan para anunciar otros programas y canales, o para mostrar contenido adicional, tal como detrás de escenas de películas, momentos destacados de eventos deportivos, o videoclips musicales.

Estos canales estuvieron durante muchos años prohibidos en numerosos países (incluso capitalistas), ya que discriminan a sus espectadores en razón de su nivel económico. Por ejemplo, en España solo se autorizaron a partir de 1990.[1]​ En la actualidad, debido a la economía capitalista globalizada imperante en todo el mundo, casi no hay países donde esté prohibida la existencia de estos canales. Uno de los pocos ejemplos es Corea del Norte, donde solo se permite la recepción del canal de la Televisión Pública de Corea del Norte.[2]

Proveedores de televisión de pago

América

Europa

Italia
Reino Unido
Portugal

Referencias

Véase también