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Escila

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Detalle de Escila en una cerámica de 450–425 a. C.
Odiseo ante Escila y Caribdis, de Johann Heinrich Füssli.
La roca de Scilla, en Italia.

En la mitología griega, Escila (en griego Σκύλλα: Skýlla) era un monstruo marino femenino y legendario, especialmente recordado en la Odisea. En las fuentes tardías a Escila ya se la imaginaba como una hermosa ninfa que se había convertido en un monstruo debido a una maldición.

Como monstruo marino, Escila tenía una naturaleza mixta de fiera y mujer. Así en Higino:

«Desde allí llegó ante Escila, hija de Tifón, que tenía [la parte] superior del cuerpo de mujer, la inferior desde la ingle, de pez, y tenía seis perros que nacían de ella. Esta devoró a seis compañeros de Ulises, a los que había arrebatado de la nave»[1]​.

Con el paso del tiempo a Escila ya se la imaginaba como una suerte de bestia imposiblemente informe:

«Dicen que Escila tiene seis cabezas de bestia, una de monstruo marino, otra de león, otra de perro, otra de gorgona, otra de ballena y una sexta de humano».[2]

Homero la describe de manera pormenorizada:

«Tenebrosa caverna se abre a mitad de su altura orientada a las sombras de ocaso y al Erebo: a ella puesto el caso acostad, noble Ulises, el hueco navío. Ni el más hábil arquero podría desde el fondo del barco con su flecha alcanzar la oquedad de la cueva en que Escila vive haciendo sentir desde allí sus horribles aullidos. Se parece su grito, en verdad, al de un tierno cachorro,[3]​ mas su cuerpo es de un monstruo maligno, al que nadie gozara de mirar aunque fuese algún dios quien lo hallara a su paso; tiene en él doce patas, mas todas pequeñas, deformes, y son seis sus larguísimos cuellos y horribles cabezas cuyas bocas abiertas enseñan tres filas de dientes apretados, espesos, henchidos de muerte sombría. La mitad de su cuerpo se esconde en la cóncava gruta; las cabezas, empero, por fuera del báratro horrible van mirando hacia el pie de la escarpa y exploran su presa, sean delfines o perros de mar o, quizá, algo más grande, un cetáceo entre miles que nutre la aullante Anfitrita».[4]

Este ser habitaba en el lado calabrés del estrecho paso marítimo que separa Regio de Sicilia, el actual estrecho de Mesina, en cuyo lado siciliano habitaba Caribdis, otro monstruo.[5]​ Los lados del canal estaban dentro del alcance de una flecha, de modo que los barcos que intentasen evitar a Caribdis deberían acercarse a Escila, y viceversa. Con el tiempo fue transformada por los dioses en una roca, aún existente, que suponía graves peligros para los navegantes. De su nombre proviene el municipio epónimo, Scilla en Calabria.

Ascendencia

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Ya desde Homero a Escila se la ha imaginado como hija de una tal Cratéis o Crateide (Κραταιίς, que sugiere «de las rocas») sin mencionar el consorte.[6]​ Poco o nada más se sabe de esta misteriosa Cratéis pero Higino dice que Cratéis era un río.[7]Apolodoro dice que Escila nació de Cratéis y Trieno o Forco (Forcis);[8]​ algunos leen «Tritón» en vez de «Trieno». El escoliasta de Platón, acaso refiriéndose a esta misma versión, dice que sus padres son Tirreno o Forco.[9]Eustacio, por otra parte, dice que Escila nació de Tritón o bien sus padres son Poseidón y Cratéis.[10]​ Otras versiones imaginan a Hécate como la madre de Escila. Acusilao dice que Hécate y Forcis fueron sus padres.[11]​ En las Grandes Eeas Escila es hija de Hécate y de un tal Forbas o Forbante; «Forbas» que algunos leen como «Forcis».[12]​ Semos de Delos dice que la propia Cratéis es hija de Hécate y Tritón, y que fue madre de Escila en su unión con Deimos.[13]Estesícoro opina que Lamia es la madre de Escila, acaso tratándose de la hija de Poseidón.[14]​ Higino tampoco se decide; Escila había nacido de Tifón y Equidna, como otros monstruos legendarios, o bien de la unión entre el gigante Palante y Estigia.[15]

En la literatura

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Homero

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En el canto XII de la Odisea, Circe aconseja a Odiseo que navegue más cerca de Escila que de Caribdis, ya que Escila devoraría a seis de sus hombres, pero su contrapartida succionaría el barco entero:

«No cedes siquiera ante dioses eternos, que no es ella mortal, antes bien, una plaga sin muerte, un azote tremendo, agobiante, feroz e invencible, y no hay fuerza capaz contra ella: lo mejor es la huida. Si te paras armado de frente a aquel risco, me temo que, volviendo a lanzarse, os alcance otra vez con las mismas seis cabezas y os saque del barco otros tantos varones; sólo os queda remar bien aprisa y llamar en socorro a Cratéis, la madre de Escila, que trajo a los hombres esa plaga: ella sola podrá contener sus ataques».[16]

Odiseo logró navegar entre Escila y Caribdis, aunque las seis cabezas de la primera devoraron seis miembros de su tripulación.

Ovidio

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Según la obra Las metamorfosis, de Ovidio, Escila fue una vez una hermosa ninfa.[17]​ El dios marino Glauco, anteriormente un pescador, se enamoró de ella, pero ella huyó de él hacia la tierra, donde no podía alcanzarla. Desesperado, Glauco fue a la isla de la diosa hechicera Circe, para que le preparase una poción de amor y así derretir el corazón de la joven. Circe, que estaba secretamente enamorada de Glauco, le recomendó dedicar su amor a alguien más digno de él, intentando cortejarlo con dulces palabras y miradas, pero el dios no quiso saber nada de ella. Circe se enfureció tanto, mas con Escila, no con Glauco, por ello, fingió ayudar al dios entregándole un frasco, recomendándole que lo vertiese en la charca donde Escila solía bañarse. Glauco siguió sus instrucciones y vertió la poción; en cambio, tan pronto como la ninfa entró en el agua se transformó en un horrible monstruo de seis cabezas perrunas. Glauco, que vigilaba esa triste escena desde la lejanía, perdió su interés por ella y se marchó llorando amargamente.

Mitos tardíos

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Tzetzes nos cuenta que Heracles, conduciendo el ganado de Gerión desde Eritea, llegó hasta el estrecho entre Italia y Sicilia. Escila, tras apoderarse de algunos de los toros, fue muerta por Heracles y más tarde su padre Forcis le aplicó antorchas ardientes al cuerpo y le devolvió la vida. Antaño Escila era una mujer hermosa que compartía lecho con Poseidón. Anfítrite, celosa, arrojó unos brebajes en el manantial donde solía bañarse, y así se convirtió en una bestia con múltiples cabezas informes. Lo cierto es que el autor refiere que en realidad Escila es un cabo cerca de Regio, Sicilia, que se adentra en el mar y bajo el cual hay grandes rocas con huecos y cuevas donde viven criaturas marinas. Los barcos que se estrellabann contra las rocas por el agua de Caribdis y los hombres eran entonces engullidos por la marea. Caribdis y Escila están cerca la una de la otra: Caribdis está cerca de Mesina y Escila está cerca de Regio. Heracles, navegando por estos lugares con el ganado de Gerión, perdió allí algunas reses. Forcis, esto es, el mar, con sus mareas y el paso del tiempo, habiendo limpiado el estropicio, volvió a dejar el cabo con una vez fue.[18][19][20]

Estar entre Escila y Caribdis

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De la narración sobre Escila y Caribdis surge una expresión: «Estar entre Escila y Caribdis», vale decir, «estar entre la espada y la pared», o sea, en un problema de difícil (si no imposible) solución.

Véase también

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Referencias

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  1. Higino: Fabulae, CXXV (La Odisea)
  2. Tzetzes: sobre Licofrón § 650
  3. Homero hace un juego de palabras entre σκύλαξ (skýlax, «cachorro de perro») y Σκύλλα, Escila.
  4. Odisea XII, 80-97
  5. Tucídides: Historia de la guerra del Poloponeso, IV 24, 5
  6. Odisea XII 124–125
  7. Higino: Fábulas 199
  8. Apolodoro: Biblioteca mitológica, Epítome 7, 20
  9. Robert L. Fowler: Early Greek Mythography, volumen 2, p. 32
  10. Eustacio: sobre Homero, Odisea 12,85
  11. Escolio a Homero, Odisea 12, 85; Acusilao, fr. 42 (Fowler)
  12. Escolio a Apolonio de Rodas, IV 828
  13. FGrH 396 F 22
  14. Estesícoro, F220 PMG (Campbell, pp. 132–133)
  15. Higino: Fábulas, prefacio 17 y 39
  16. Homero: Odisea XII 115-125
  17. OVIDIO: Las Metamorfosis, XIII, 730-739.
  18. Tzetzes, sobre Licofrón § 46
  19. Servio, sobre la Eneida de Virgilio III, 420
  20. VIRGILIO: Eneida, III.
    • III: texto español en Wikisource.
    • SERVIO: Comentarios de la "Eneida" (In Vergilii Aeneidem commentarii), III.
      • III: texto latino, con índice electrónico, en el Proyecto Perseus. Empleando el rótulo activo "load", que se halla en la parte superior derecha, se obtiene ayuda en inglés con el vocabulario latino del texto.

Enlaces externos

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  • OVIDIO: Las metamorfosis.
    • XIII, 730 - 739 (Escila).
      • Traducción española de Ana Pérez Vega, en Wikisource.
        • 705 - 749: traducción inglesa de 1567, obra de Arthur Golding. Pueden emplearse los rótulos activos "focus" (para cambiar al texto inglés de 1922 editado por Brookes More, al latino fijado por Hugo Magnus en 1892 o a las anotaciones en inglés de 1899, obra de Charles Simmons) y "load" (para la comparación entre los textos ingleses, para el texto bilingüe o para acompañar la lectura del texto literario con las anotaciones).
    • XIII, 898 - 967 (Escila y Glauco; en el texto latino, 898 - 968).
    • XIV, 1 - 74 (Escila, Glauco y Circe).
  • LAMB, Charles: The Adventures of Ulysses (Las aventuras de Ulises), Chapman & Hall, 1808; en inglés.
    • Reproducción, en facsímil electrónico, en el sitio del Internet Archive.
      • III: El canto de las sirenas – Escila y Caribdis – Los bueyes del Sol – El juicio – La tripulación fulminada.