Ropa

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El término ropa se refiere a las prendas fabricadas con diversas telas o pieles y texturas de animales, usadas por el ser humano para cubrir su cuerpo, incluyendo la ropa de agua y otra para protegerse del clima adverso. Las prendas pueden ser visibles o no, como en el caso de la ropa interior. En su sentido más amplio, la ropa incluye también algunos otros accesorios como los guantes que cubren las manos y el calzado (zapatos, zapatillas y botas) que se encargan de cubrir los pies, los gorros, gorras y sombreros que se ocupan de cubrir la cabeza. En cambio, objetos como los bolsos y paraguas no se consideran prendas de vestir, sino complementos de algunas prendas de vestir.

Utilidades de la ropa

La ropa sirve para protegerse del clima frío o cálido y cumple una función estética o de adorno:

tienda de ropa
  • Frío: La ropa facilita la circulación del aire alrededor de la piel y evita por tanto el contacto del aire frío con la piel. Por otra parte, las fibras de los tejidos capturan aire y lo inmovilizan; este aire capturado tiene una mala conductividad térmica (este hecho también se explota en las ventanas de doble cristal).
  • Sol intenso: Los tejidos claros evitan la radiación ultravioleta y las quemaduras en la piel, y por tanto protegen del calor.
  • Precipitación (lluvia, nieve) etc: Algunos tejidos, llamados impermeables, impiden el contacto del agua con la piel. El agua de lluvia o similar (y por supuesto la nieve) al tener una temperatura más baja que la del cuerpo humano, le quitan calor cuando entran en contacto con él, lo que provoca en la persona un enfriamiento importante que, en los casos extremos o prolongados (hipotermia) puede hacer peligrar la vida

Materiales de confección de ropa

Hay muchos materiales con los cuales se pueden confeccionar prendas de ropa. Se distingue entre materiales de origen natural y materiales sintéticos. Entre los naturales se encuentran los de origen animal, como la seda, la lana o el cuero. Y de origen vegetal como el rosita, el algodón y el lino. Y entre los materiales sintéticos se encuentran por ejemplo, la licra y el poliéster.

Orígenes

De acuerdo con los arqueólogos y antropólogos, los signos de vestimenta más antiguos probablemente consistieron en pieles, cueros, hojas o pasturas, envueltas o atadas alrededor del cuerpo como protección de los elementos de la naturaleza, 50 000 a. C. El conocimiento sobre estas ropas es una deducción, ya que los materiales mencionados se deterioran rápidamente comparados con piedra, hueso, caparazones y artefactos metálicos. Desde el principio de los tiempos hasta nuestros días, la vestimenta ha sufrido numerosas transformaciones que en la mayoría de los casos han sido debidas al descubrimiento de nuevos tejidos y materiales e, indudablemente, a las tendencias que dictan los diseñadores.

La aguja de ojo se descubrió hace 40 000 años. El siguiente paso fue el descubrimiento de los tintes, que se obtienen por un proceso de maceración en agua de la corteza de ciertos árboles que contienen taninos, sobre todo del roble y el sauce. El primer telar data del neolítico, 7000 a. C.[1]

Edad Media

La entrada de los pueblos germánicos en el imperio romano transformó la vestimenta. Los jefes militares vestían a la romana cuando pasaban el pomoerium. Al guiar las tropas –en su mayoría, germanos– vestían bragas, a la manera de estos pueblos. Hubo adaptación de prendas de uno y otro lado, así los bárbaros usaron la túnica más corta que la romana para favorecer los movimientos. A través de escritos de Paulo Diácono, se sabe que la vestimenta de los lombardos era suelta y generalmente de lino, como solían llevarla los anglosajones, decorada con amplias orlas de tejido de diversos colores. Los zapatos eran abiertos casi hasta la extremidad del dedo mayor, sostenidos por medio de correas entrelazadas.

Dama de Flandes, siglo XV.

Generalmente, se conoce mejor la ropa usada por los príncipes. Así por ejemplo, de la apariencia de Carlomagno, su biógrafo Eginardo contaba que aquél llevaba la vestimenta nacional de los francos. Sobre el cuerpo, una camisa y un calzoncillo de tela de lino. Encima, una túnica bordada de seda y un pantalón corto, bandas alrededor de las piernas y los pies, y un chaleco de piel de nutria o de rata, protegiéndole las espaldas y el pecho. Sólo en días de grandes fiestas se utilizaban piedras para adornarse como, por ejemplo, en accesorios como una espada. Los reyes bárbaros fueron llamados reges pelliti (reyes con pieles) ya que acostumbraban a usarlas. Tal vez, inicialmente fue por una cuestión climática y luego constituyó lujo y adorno. Poco después se empiezan a utilizar vestidos de cuero. Pablo Diácomo menciona una vestimenta de piel de reno "en forma de túnica larga hasta las rodillas". El vestido femenino consistía, de ordinario, también en una túnica larga hasta los pies, sobre ésta se colocaba la stola, y para salir se usaba la palla, gran sobreveste con borde con la cual se podía cubrir la cabeza.

Noble Franco.

Los mantos se tomaban con fíbulas de metales preciosos que llevaban piedras incrustadas. Debajo de la ropa exterior, las mujeres llevaban una túnica de lino y la fascia, una especie de venda para sostener el pecho. En el siglo XIV, el vestido femenino era amplio en el pecho para mostrar la mayor parte de su cuerpo y muy estrecho en la cintura. Se usaban mangas de formas diferentes y largas colas que se arrastraban por tierra. Los zapatos, a veces adornados con armiño eran en su mayoría de punta cortada y aún se utilizaban sandalias sólo para calzar la planta del pie. Los collares, broches y anillos se volvieron más extravagantes, curiosos y preciosos. Debido a la obstentación y gasto exagerados, las autoridades intentaron poner freno a la situación.

En 1365, Bolonia compiló un estatuto por el cual ciertos elementos de lujo sólo podían ser llevados por personas de una determinada condición. Así por ejemplo en Venecia, sólo la dogaresa y sus hijas podían usar perlas, uso limitado al período en que el dogo ejerciera el cargo. El uso de pieles también fue pautado, en particular pieles caras. Sin duda en todo lo referente a la vestimenta, la moda y las actividades de producción de determinados lugares, tuvieron gran importancia. La importación o la producción local representaron factores esenciales en determinadas vestimentas, así como la pretensión de distinguirse de los demás, la necesidad de acercarse a grupos superiores dentro de la escala social o la influencia en centros de poder.[2]

Renacimiento

El Renacimiento supuso un florecimiento cultural inmenso. La industria textil estaba fuertemente ligada a la burguesía, por lo que desde ese momento existió una moda exclusiva para las clases medias. El pañuelo fue el objeto que delimitó las clases sociales de la época. El único sector que podía usarlo por ley era la nobleza.

La moda empezó a adquirir mayor importancia, y llegó a ser una preocupación de la adinerada burguesía. Las prendas empezaron a considerarse una inversión, por lo que se dedicó tiempo a su mantenimiento y reparación. El uso de camisa, jubón y justillo, por parte de los hombres, y el uso de vestidos o faldas, por parte de las mujeres, se volvió una constante hasta el siglo XVII.[3]

La moda inició en esta época pues la vestimenta pierde su carácter universal y cada nación quiso diferenciarse del resto, así que se ingeniaron detalles únicos y diferentes, al mismo tiempo que la vestimenta se volvió el símbolo de la riqueza y de poder.[4]​ La ropa de esta época se puede caracterizar bajo la influencia de los países como Francia, Italia, España e Inglaterra.

Francia

Retrato de Diane d'Andouins y su hija. Siglo XVI

La moda del traje italiano tuvo mucha influencia en la moda francesa.

El vestido en el siglo XV posee el mismo corte; se llevaba encima de una camisa y corsé, el cual sufre una transformación y se abría en forma de triángulo mostrando la camisa. Se llevaba un velo elaborado con terciopelo o seda el cual era adornado con orfebrería y bordados, este velo recibió el nombre de touret.

El escote en ese momento siguió siendo cuadrado, el mismo que fue cubierto  a mediados del siglo XVI con una "gorguera" adornada con tejidos de perlas. A la gorguera se le sumó el cuello alzado, adornado con encajes voluminosos, a este tipo de cuello más adelante se le llamó «Médicis». Las pieles son de uso frecuente como forro. La influencia de las modas italianas con las francesas fue resultado de la influencia de Carlos VIII y Francisco I en la corte.[4]

España

Isabel de Valois, atribuido a Sofonisba Anguissola

La moda española tuvo su auge a partir de 1525 después de Francisco I y bajo el reinado de Enrique II en Francia.[4]

La forma del busto en esta época fue robusta, escotada y abrochada: lo que provoca que las mangas se confundan con la forma de un jubón masculino. El vestido tuvo una forma extendida desde abajo hasta arriba, con las mangas voluminosas que se cerraban en la parte de la muñeca. En la parte inferior la mujer llevaba un verdugado muy parecido al francés pero tan abundante y ancho que se tuvieron que crear sillas especiales para que la mujer pudiese sentarse.

Inglaterra

Isabel I de Inglaterra, c. 1592.
Isabel I de Inglaterra, c. 1600.

A partir del siglo XVI en toda Europa Occidental como en Inglaterra, el modo de la vestimenta siguió vigente como se llevaba en la edad media, pero con algunos cambios que se asemejaban al traje moderno.

Las mujeres inglesas vistieron bajo esta influencia, sobre todo con el reinado de las primeras dos Tudor; María I e Isabel I, sin embargo, gracias al crecimiento de la industria textil, estos vestidos adquirieron influencias extranjeras; el vestido presentó un escote cuadrado con mangas largas estrechas, que se complementa con un tocado.   

En los tiempos de Isabel I y Jaime I los vestidos se convirtieron a colores más sobrios y menos henchidos; una tendencia hacia la rigidez y hacia lo ceremonismo. Acostumbraron a usar cuellos largos rizados. La variedad de estos diseños de cuello fue mucho mayor en Inglaterra. Después los cuellos elegantes caídos sustituyeron a los cuellos rizados a finales del siglo XVI.

Italia

La moda italiana en el siglo XV fue influenciada por la moda española. No se permitieron los escotes exagerados en los vestidos.   

Véase también

Referencias

  1. http://www.doslourdes.net/monoGRÁficos-grandes-inventos-prehistoria.pdf
  2. Aproximación a la Vida Cotidiana en la Edad Media. Guglielmi, Nilda. Buenos Aires, Argentina, UCA, 2000.
  3. Toussaint-Samat, Maguelonne, Historia técnica y moral del vestido.
  4. a b c Boucher, F. (2009). Historia del traje en Occidente: desde los orígenes hasta la actualidad. Barcelona: Gustavo Gili.

Enlaces externos