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Diferencia entre revisiones de «Rey Arturo»

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El Rey Arturo en su armadura de guerra, estatua en bronce del siglo XV, se encuentra en la tumba del emperador Maximiliano I —fallecido en 1519— en Innsbruck

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El Rey Arturo como uno de los Nueve de la Fama, detalle del tapiz "Christian Heroes" (1385). "Arturo entre los Nueve de la Fama se representa siempre por tres coronas, que significan realeza..."[1]

El Rey Arturo (en galés y en inglés: Arthur) es un destacado personaje de la literatura europea, especialmente inglesa y francesa, donde aparece como el monarca ideal, tanto en la guerra como en la paz. Según algunos textos medievales tardíos, fue un caudillo britano que dirigió la defensa de Bretaña frente a los invasores sajones a comienzos del siglo VI. Su historia pertenece principalmente a la leyenda y a la literatura, aunque se discute si Arturo, o un personaje similar en el que la leyenda pudiera haberse basado, existió realmente.

Las primeras referencias a Arturo se encuentran en las literaturas célticas, en poemas galeses como Y Gododdin. El primer relato de la vida del personaje se encuentra en la Historia Regum Britanniae, de Geoffrey de Monmouth, quien configuró los rasgos principales de su leyenda. Monmouth presenta a Arturo como un rey de Bretaña que derrotó a los sajones y estableció un imperio en las Islas Británicas. En su relato aparecen figuras como el padre de Arturo, Uther Pendragon y su consejero, el mago Merlín, y elementos como la espada Excalibur; se menciona también el nacimiento de Arturo en Tintagel, así como su batalla final contra Mordred en Camlann y su retiro posterior a la isla de Ávalon.

A partir del siglo XII, Arturo fue el personaje central del ciclo de leyendas conocido como materia de Bretaña, apareciendo en numerosos romances en francés. Chrétien de Troyes añadió otros elementos esenciales a su leyenda, entre ellos la figura de Lanzarote del Lago y la relación con el Santo Grial. Después de la Edad Media, la literatura artúrica experimentó un cierto declive, pero resurgió durante el siglo XIX y continúa viva a comienzos del siglo XXI, tanto en la literatura como en otros muchos medios.

El debate sobre la historicidad

Arturo en las fuentes antiguas

No existen testimonios arqueológicos fiables que permitan certificar la existencia histórica del Rey Arturo.[2]​ A finales del siglo XII, los monjes de Glastonbury hallaron supuestamente en una tumba una cruz con una inscripción latina que identificaba a los allí inhumados como Arturo y su esposa, Ginebra. Se trató, sin embargo, de un fraude relacionado con la Historia Regum Britanniae de Geoffrey de Monmouth,[2]​ con la probable finalidad de aumentar la afluencia de peregrinos.[3]​ Recientemente, en 1998, el profesor Christopher Morris, de la Universidad de Glasgow, halló en Tintagel una pizarra con una inscripción, muy probablemente del siglo VI, que contiene el nombre latinizado "ARTOGNOU",[4]​ que corresponde al céltico Arthnou, Sin embargo, no puede afirmarse que esta pieza constituya en modo alguno una prueba de la existencia de Arturo.[5][6]

Annales Cambriae(s.X), en copia de un manuscrito del siglo XII

Dada la ausencia de testimonios arqueológicos, se hace necesario recurrir a las fuentes literarias. La idea de que Arturo fue una figura histórica real proviene principalmente de dos documentos medievales: la Historia Brittonum y los Annales Cambriae.[7]​ La primera data del siglo IX, y la segunda del siglo X: ambas son, por lo tanto, fuentes considerablemente tardías, ya que, si realmente existió, Arturo habría vivido en el siglo VI.

La Historia Brittonum ("Historia de los bretones") es una obra histórica del siglo IX escrita en latín y atribuida tradicionalmente a un clérigo galés llamado Nennius, aunque esta atribución ha sido puesta en duda. La obra menciona a un jefe militar (dux bellorum) llamado Arturo, que combatió contra los sajones,[8]​ y explica que intervino en doce batallas, de las cuales la última es la del Monte Badon, una importante victoria de los bretones en la que supuestamente Arturo habría matado con sus propias manos nada menos que a 960 enemigos.[9]

Recientes estudios han cuestionado la fiabilidad de la Historia Brittonum como fuente histórica.[10]​ Debe tenerse en cuenta que esta primera mención del personaje dista al menos tres siglos de la época en que supuestamente vivió. Por otro lado, ninguno de los historiadores que escribieron sobre esta época con anterioridad, como Gildas, en el siglo VI, o Beda, en el VII, mencionan a Arturo. En concreto, Gildas se refiere también la victoria de los bretones en Monte Badon, pero el jefe de los bretones que aparece en su crónica no es Arturo, sino Ambrosius Aurelianus.[11]

El otro texto que parece apoyar la existencia histórica de Arturo data del siglo X: se trata de los Annales Cambriae ("Anales de Gales"), un texto misceláneo que data probablemente del siglo X, aunque con una compleja historia textual, por lo que seguramente recoge datos bastante anteriores. Los Annales también relacionan a Arturo con la batalla del Monte Badon, que fechan en 516:

Hubo la batalla de Badon, en la que Arturo llevó la cruz de Nuestro Señor Jesucristo sobre sus hombros tres días y tres noches, y los bretones resultaron vencedores.[12]
El rey Arturo herido reposa en la barca, fotografía de Julia Margaret Cameron

Los Annales mencionan también la batalla de Camlann, en la que habrían muerto tanto Arturo como Medraut (Mordred) y que habría tenido lugar en 537.[13]​ Esta fuente se ha utilizado para confirmar la noticia de la Historia Brittonum según la cual Arturo luchó en la batalla de Monte Badon; sin embargo, cabe la posibilidad de que la fuente de los Annales sea la propia Historia Brittonum.[14]

La batalla de Monte Badon fue el mayor logro de los romanobritánicos, y detuvo el avance de los sajones durante varias décadas. Bastantes años después, la batalla de Deorham en el año 577 representa la derrota del pueblo celta del sur y la separación de galeses y córnicos. Según los Annales Cambriae la última batalla de Arturo habría sido la de Camlann, bastante anterior, en 537, inmediatamente después de un período crítico en que por causas climáticas hubo una fuerte pérdida de población por hambre y justo un año antes de la llegada del líder sajón que se convertiría en el primer rey de Wessex, Cedric. Los Annales Cambriae mencionan la muerte de Maelgwn Wledig, rey de Gwynedd en el año 547 a causa de la Plaga de Justiniano una pandemia que causó millones de muertos en Europa y que generalmente se atribuye a la peste bubónica. La historia de auge y decadencia que se refleja en el reinado de Arturo coincidiría con este período comprendido entre el final del Siglo V y el principio del VI.

Otra fuente antigua que se ha aducido para probar la existencia histórica de Arturo es el poema galés Y Gododdin, formado por varias composiciones elegíacas compuestas en honor de los britanos del reino de Gododdin caídos en combate contra los anglos, a finales del siglo VI. En una de sus estrofas, se menciona a un héroe que "sació a los negros cuervos en las murallas de la ciudad, aunque él no era Arturo".[15]​ Esta referencia resulta polémica: por un lado, existe debate acerca de la fecha del poema y, dentro del mismo, de los versos mencionados: la horquilla de fechas iría desde el siglo VII hasta el siglo IX o incluso X;[2]​ por otro, se debate también hasta qué punto esta mención de Arturo puede hacer referencia a un personaje histórico, ya que también podría tratarse de un héroe mítico.[2]

Por último, se ha propuesto también como testimonio de la existencia histórica de Arturo el hecho de que se conozcan los casos de cuatro o cinco personas que llevaron este nombre en Gales y en Escocia durante los siglos VI y VII. Según algunos autores, se les habría impuesto el nombre de Arturo en memoria de un héroe ya fallecido. Sin embargo, no se conoce ningún caso semejante en el mundo céltico, por lo que otros estudiosos lo consideran una prueba muy poco fiable.[2]

Interpretaciones

La falta de menciones del personaje en fuentes antiguas es la razón principal por la que muchos historiadores recientes han excluido a Arturo de sus libros sobre la Britania post-romana. En opinión del historiador Thomas Charles-Edwards, "en este estadio de la investigación, lo único que puede decirse es que pudo muy bien haber existido un Arturo histórico [pero...] el historiador no puede actualmente decir nada de interés sobre él".[16]​ Estas confesiones de ignorancia son relativamente recientes: las generaciones anteriores de historiadores se han mostrado bastante menos escépticas: el historiador John Morris, por ejemplo, dio a su obra sobre la historia de Britania e Irlanda sub-romanas el título de "la época de Arturo" (The Age of Arthur; 1973). Con todo, fue poco lo que pudo decir acerca de un Arturo histórico.[17]

Nadie sabe exactamente si el rey Arturo, el literario, realmente existió, lo que sí se sabe es que nunca hubo un rey de Inglaterra que se llamara o tomara el nombre de Arturo: los textos más antiguos en que es mencionado no se refieren a él como «rey», sino como «dux bellorum» ('jefe militar'). Entre quienes creen que existe un personaje histórico que originó la leyenda de Arturo se han propuesto diferentes alternativas. Las teorías sobre el origen de Arturo son muy variadas: algunos autores opinan que el personaje literario tiene una base real; otros consideran que desde su origen fue un personaje ficticio, mítico, tal vez incluso una deidad céltica semiolvidada.

Artorio

Según la teoría inicialmente propuesta por Kemp Malone,[18]​ el personaje real que originó la leyenda pudo haber sido un militar romano llamado Lucio Artorio Casto (Lucius Artorius Castus), que vivió en el siglo II de nuestra era y llegó a ser praefectus de la VI Legión Victrix y dux en una expedición a Armórica.[19]​ Según Malone, el antropónimo "Artorius" pudo haber evolucionado hasta convertirse en "Arthur". En 1994, Littleton y Malcor añadieron un argumento para apoyar la identificación de Arturo con Artorio: según ellos, ciertos elementos de la leyenda artúrica (por ejemplo, la espada en la roca, el Santo Grial o el regreso de la espada de Arturo al lago) podrían tener un origen escita y estar relacionados con un personaje mítico llamado Batraz, y la única época en que se sabe con certeza que hubo escitas en Gran Bretaña fue precisamente el siglo II, cuando Artorio fue el comandante de un contingente de caballería sármata. Sin embargo, los elementos supuestamente escitas mencionados por Littleton y Malcor no aparecen en la leyenda artúrica hasta fecha muy tardía: no están presentes en la obra de Geoffrey de Monmouth, y alguno de ellos sólo se inserta en la leyenda en el siglo XV, en La muerte de Arturo, de Thomas Malory.[2]​ Esta teoría, por lo tanto, no ha suscitado consenso entre los estudiosos.

En 2004, Jerry Bruckheimer produjo El Rey Arturo, una película que asociaba a Artorio Casto (Clive Owen) con el personaje legendario, y a su famosa cohorte de caballeros sármatas con los caballeros de la Mesa Redonda. También aparecía el personaje de Ginebra (Keira Knightley), esta vez como princesa picta que obliga a tomar partido a Artorius contra los sajones en la Batalla del Monte Badon. El filme fue lanzado con el subtítulo de La verdadera historia nunca antes contada que inspiró la leyenda.

Riothamus

El historiado Geoffrey Ashe mantiene que el rey Riothamus (un título honorífico que vendría a significar algo así como "rey supremo"), que vivió en el siglo V, y es mencionado en la obra del historiador Jordanes, escrita a mediados del siglo VI, es el personaje que originó la leyenda de Arturo. Riothamus envió un ejército a la Galia hacia 470 para apoyar al emperador romano Antemio en su guerra contra los visigodos, pero fue derrotado por ellos.[20]

Athrwys ap Meurig

Pro Anima Artorius (por el alma de Arturo)

Los historiadores aficionados Baram Blackett y Alan Wilson han sugerido que muchas de las historias del sur de Gales asociadas con el Rey Arturo podrían referirse de hecho a Athrwys ap Meurig, posiblemente rey de Glamorgan y de Gwent.[21]​ Este monarca vivió, según la opinión más extendida, durante el siglo VII; sin embargo, Blackett y Wilson consideran que vivió a comienzos del siglo VI. En el curso de sus investigaciones han hecho algunos relevantes descubrimientos arqueológicos: en 1983 descubrieron una lápida en Mynydd-y-Gaer en Glamorgan, con una inscripción que reza "Rex Artorius, Fili Mavricius", y en 1990 una cruz de electro (aleación de oro y plata) con la inscripción latina "Pro Anima Artorius" ("Por el alma de Artorio").

Por su parte, Chris Barber y David Pykitt han identificado también a Arturo con Athrwys ap Meurig utilizando un método similar. Ellos opinan, sin embargo, que emigró a Bretaña para convertirse en San Armel, que está enterrado en Saint-Armel-des-Boschaux.[22]

En todo caso el vínculo de estos hallazgos arqueológicos con Athrwys es discutido.[23]​ En la defensa de esta hipótesis se encuentran además claras motivaciones políticas para defender el vínculo del mito artúrico con la identidad galesa: [1], de modo que otras hipótesis de origen serían vistas como "antigalesas".

Owain Ddantgwyn

Owain fue un antiguo rey galés de finales del siglo V d.C. que podría encajar en el perfil del rey Arturo. Aunque a primera vista su nombre no coincida, era apodado el Oso (Arth en gaelico antiguo, de ahí la derivación latina Arth (os) uir o Hombre-Oso), y vivió en Camlan (¿Camelot?). Además, el nombre de su padre era Yrth, del que podría derivarse Uther.[24]

El nombre de Arturo

El origen del nombre galés Arthur es materia de debate. Algunos sugieren que se deriva del nombre de una familia latina: Artorius, con una etimología oscura y discutida.[25]​ Y como se acaba de indicar, otros proponen una derivación del galés arth (proveniente de art), que significa "oso", sugiriendo que art-ur, significaría "hombre-oso", (proveniente de *Arto-uiros) es la forma original, si bien hay dificultades también con esta teoría.[26]

Podría ser relevante para el debate que el nombre aparece como Arthur, o Arturus, en los textos latinos artúricos, pero nunca como Artorius. Sin embargo, esto podría no decir nada sobre el origen de la palabra pues Artorius podría haberse convertido en Art (h) ur en su paso al idioma galés, eso querría decir según John Koch, que las referencias latinas serían posteriores al siglo VI.[27]

Una teoría alternativa une el nombre de Arthur a Arcturus la estrella más brillante en la constelación Boötes, cerca de la Ursa Major en la Osa Mayor. El nombre significa "guardián del oso".[28][29]​El nombre Arcturus podría haberse transformado en Art (h) ur en galés, y su brillo y posición en el cielo explicarían su conocimiento popular como "guardián del oso" (debido a su proximidad a la Osa Mayor).[30]

Aunque se asume que la derivación de Artorius podría significar que las leyendas artúricas tienen un origen genuinamente histórico, recientes estudios sugieren que esta asunción podría no estar fundamentada.[31]​ Por el contrario, una derivación de Arcturus podría indicar un origen no histórico del nombre.

La historia breve

El centro de esta historia es la búsqueda del Santo Grial, aquella copa de la que bebiera Jesús en la última cena, de la que se decía que tenía poderes mágicos curativos y regenerativos. Esta copa habría sido dada a José de Arimatea, y sus descendientes la habrían llevado a Inglaterra. Merlín habría solicitado a Arturo que buscara el Santo Grial y este mandó a sus caballeros a encontrarlo.

El rey literario es hijo de un rey de una pequeña comarca, Uther Pendragon (en galés, 'Uther hijo del Dragón'), quien deseaba a Igrayne, esposa de Gorlais, duque de Tintagel. Uther hace que el mago Merlín embruje a la mujer para que, cuando él ingresase a sus aposentos, ella creyese que se trataba de su esposo. Uther, aprovechando el engaño, mantiene relaciones sexuales con Igrayne, engendrando con ella un hijo: Arturo. (Ver la relación con el argumento de Tristán e Isolda).

Cuando el niño nace, es tomado por Merlín, quien lo entrega a sir Héctor para que lo cuide y lo críe como su propio hijo, Kay. Igrayne y Gorlais tuvieron a Morgana, hermana mayor de Arturo. Sería enviada a la Isla de Ávalon con su tía, la Dama del Lago, donde se convertiría en sacerdotisa y, después, sucesora de la Dama.

A los 16 años, Arturo concurre con su padrastro y el hijo de éste a Londres, donde caballeros de toda Inglaterra intentan sacar una espada de su prisión en un yunque que a la vez se encontraba prisionero de un trozo de mármol. La leyenda cuenta que quien la liberase sería el rey de Inglaterra y el encargado de unificar todos los reinos de la isla. En algunas versiones la legendaria espada Excalibur y esta son la misma, mientras que en otras, Excalibur le fue entregada posteriormente por un ser semejante a una ninfa, que era llamada la Dama del Lago.

Infructuosamente, todos los caballeros intentaron extraer la espada, pero es Arturo, sin ser caballero aún, quien logra liberarla, y le es revelada su verdadera identidad. Con la resistencia de todos los presentes, es proclamado rey, sin embargo, poco a poco todos lo aceptan y Arturo jura impartir justicia a todos los hombres de Inglaterra sin tener en cuenta su posición social.

Ya en su castillo de Camelot, se rodea de los caballeros más valientes y honestos: Lancelot, Perceval y otros, junto con quienes funda la Orden de la Mesa Redonda. Bretaña goza, entonces, de doce años de paz.

Los caballeros de Arturo, en busca del Santo Grial, combatían en bosques sombríos y castillos contra duendes, dragones y otras bestias, y regresaban a Camelot a contar sus aventuras en la mesa redonda donde se reunían.

Arturo fue ayudado por Merlín hasta que éste desapareció junto a su amada Viviana (La Dama del Lago) y fue encerrado por ella en una colina hueca. La hermanastra de Arturo, Morgana, aprovechó esta situación para robar la vaina encantada de Excalibur y arrojarla al mar. También adquirió mediante la magia la apariencia de Ginebra, yació con Arturo, y engendró a Mordred.

Galahad, Perceval y Bors encuentran el Santo Grial; pintura de Edward Burne-Jones.

Arturo se casa con Ginebra, una hermosa doncella, de quien se enamora Lancelot y a quien ella corresponde. Mordred, hijo de Arturo y Morgana, hermana de Arturo, se entera del idilio y lo denuncia ante Arturo, que se ve obligado a condenar a la hoguera a su esposa, según las leyes de la época. Lancelot salva a la reina y huye con ella a Francia.

Arturo sale en persecución de los amantes y deja el reino encargado a su hijo Mordred, quien se apodera del trono. Al regreso de Arturo, él y sus caballeros deben luchar para recuperar el trono, en la Batalla de Camlann. Arturo se enfrenta a su hijo, al que atraviesa con su lanza. Pero Mordred, antes de morir, hiere fatalmente a Arturo, y muere.

La historia cuenta que su hermana Morgana llevó el cuerpo de Arturo en una barca hasta las orillas de Avalon junto con dos reinas más, que podían haber sido Elaine y Viviana. Posteriormente, cuando Ginebra muere, es sepultada por Lancelot junto a la tumba del Rey Arturo.

El mito

Vista de conjunto del caldero de Gundestrup, de origen celta

Como mito el Rey Arturo ha pasado a la iconografía popular como sinónimo de inteligencia, honor y lealtad. Su espada (Excalibur), un símbolo del poder legítimo. Su capital, Camelot, un lugar idílico de igualdad, justicia y paz. El hecho de que Arturo y sus caballeros se reuniesen en torno a una Mesa Redonda, parece indicar que Arturo era, conforme a la expresión latina, un primus inter pares, que significa 'primero entre iguales'. El rey Arturo también fue un símbolo en la mitología alemana.

En algunas leyendas se cuenta que Morgana era una bruja de magia negra, una nigromante y que ella misma con su magia negra mató al legendario Merlín; pero otras historias desmienten esta versión y presentan a una Morgana víctima de las circunstancias. También cuenta una leyenda que Arturo aún duerme bajo su país natal, oculto en una cueva, esperando que su pueblo lo vuelva a necesitar, y que hasta hoy los británicos esperan el regreso del Rey Arturo.

Mircea Eliade consideraba la leyenda de Perceval y del Rey Pescador como ejemplo de mito occidental tanto en lo que concierne al simbolismo y a los ritos del Centro,[32]​ como a los temas iniciáticos.[33]

Por su parte Jessie L. Weston en su libro From ritual to romance (1920) indica que la búsqueda del Grial por parte de los caballeros cristianos era una desviada y sublimada versión de una religión pagana de la fertilidad, centrada en el mito de un impotente rey y su estéril reinado.[34]​ T.S. Eliot reconoció la influencia de este libro en la composición de "The Waste Land" (Tierra baldía). También influyó según reconoce Coppola en la creación de la película Apocalypse Now, donde además parece sobre la mesa del coronel Kurtz (Marlon Brando), mientras el coronel recita el poema de Eliot "The hollow men"("Los hombres huecos").

So the child was delivered unto Merlin, and so he bare it forth, Wyeth

La leyenda de Arturo ha ido incorporando en sus distintas versiones elementos míticos de los celtas, uno de los más relevantes habría dado lugar al grial. El grial es parte de la mitología cristiana medieval, es decir que carece de referencias específicas en los textos bíblicos. Entre los diversos elementos han entrado en la formación del mito, se encuentran las leyendas monacales con su contenido alegórico y las referecias, precristianas, a recipientes mágicos como el cuerno de la abundancia o los calderos del conocimiento de la tradición céltica.

Otro ejemplo es el mito del changeling, utilizado por Lord Tennyson en su poema Idilios del Rey en relación con Camelot:

"He aquí una ciudad de Encantadores, construida
por Reyes de las Hadas"; El segundo le respondió:
"Señor, hemos oído de nuestro sabio allá en nuestro hogar
del Norte que este Rey no es el Rey,
sino sólo un changeling del País de las Hadas,
que sorprende a los paganos mediante hechicería
y mediante el poder de Merlín." Habló de nuevo el primero:
"Señor, no hay tal ciudad en ninguna parte,
es todo una visión".

El Arturo literario

Con independencia de su popularidad como leyenda la historia del rey Arturo juega un papel clave en la literatura europea. La mayoría de los relatos incluyen muchos hechos establecidos por la pseudohistoria de Geoffrey de Monmouth que se han ido enriqueciendo con leyendas de origen celta y la mitología cristiana de la edad media. En el nivel literario esta narración sería un paradigma de intertextualidad e interdiscursividad.[35]​ Aunque el auge que se produce a partir del siglo XII parece estar ligado a la necesidad de la búsqueda de una legitimación religiosa de las monarquías feudales europeas,[36]​ es un hecho que entorno a las narraciones de la leyenda artúrica se produjeron notables logros artísticos y avances literarios de toda índole.

Evolución literaria del ciclo artúrico

Las escasas primeras referencias literarias, del siglo XI están escritas en Galés, mientras que en el siglo XII abundan ya diversos títulos, escritos en Francés, Anglo-normando y Latín.

Arturo y los antiguos bardos galeses

Existen dos citas atribuidas a los antiguos bardos del siglo VI.

Página facsímil de Y Gododdin, uno de los textos galeses más antigos entre los que refieren a Arturo,  1275

Por un lado, el libro de Taliesin se contiene un poema, Preiddeu Annwn, en el que se relata el viaje del Rey Arturo a Annwn, el inframundo galés, para llevarse de aquél lugar un caldero mágico entre cuyas propiedades se encontraba la de proporcionar comida en abundancia. [2] Aunque el poema es atribuido a Taliesin la recopilación data del siglo XIV, por lo que no hay garantía de su autoría real y su datación histórica.

Por otro lado Y Gododdin, de Aneirin también contiene referencias a Arturo, pero el manuscrito es también del siglo XIII, demasiado moderno para garantizar su validez histórica.

El Llyrf Coch Hergest (Libro Rojo de Hergesuno), escrito entre 1382 y 1410 es uno de los manuscritos medievales más importantes de la literatura galesa, entre otros textos, cuenta con una copia en galés del Roman de Brut (1155), los relatos de Y Mabigoni, y poesías de algunos bardos medievales importantes.

El material más antiguo pertenecería al Llyfr Du Caerfyddin (Libro Negro de Caermarthen) (siglos XII-XIII) que incluye los poemas más antiguos en lengua celta galesa sobre el rey Arturo y el mago Merlín.

El Libro Blanco de Rydderch, perteneciente al manuscrito Mabinogion (s.XIV), en sus relatos 9, 10 y 11, se deja sentir la influencia de la primitiva leyenda del rey Arturo según la versión de Geoffrey de Monmouth y fueron también recogidos por Chrétien de Troyes:

  • Owain, neu Iarlles y Ffynnon
  • Peredur fab Efrog
  • Geraint ac Enid

El relato Lludd a Llefelys perteneciente también al manuscrito Mabinogion se narran las batallas del dragón rojo con un dragón blanco invasor, relato que por la vía del libro Historia Britonum, pasa a integrarse en la leyenda artúrica a través del personaje de Merlin.

Así como del análisis histórico no se desprende nada concreto sobre el origen de la figura de Arturo, la edad de estos textos también imposibilita atribuir a ciencia cierta un origen puramente mítico de estos relatos.

Origen de la novela cortés y de los relatos sobre el Santo Grial

Las primeras obras de la novela cortés, que luego viene a llamarse de aventuras o novela de caballerías aparece en Inglaterra y en la corte de los señores de Champaña, en el noroeste de Francia.

Durante el siglo XII, el personaje de Arturo se va marginalizando por la acreción de historias colaterales como la de Tristán e Isolda. John William Waterhouse, 1916

De entre todos los escritores de la época, destaca Chrétien de Troyes (1135-1190), poeta de la corte de Champaña. Considerado el primer novelista de Francia y, según algunos, el padre de la novela occidental, del que destacan los siguientes libros:

Es también uno de los impulsores de la cristanización de la leyenda, pues entre otras cuestiones se le atribuye la inclusión del Santo Grial en el relato artúrico. Chrétien habría encontrado la fuente de su inspiración innovadora en los «cuentos de aventura» bretones, que todavía pervivían entre los bardos de Bretaña, una región de tradición celta que recibió numerosas migraciones de los celtas britones, canal a través del cual se habrían difundido parte de las historias que conforman la leyenda artúrica.

Los romances del siglo XII, desde la perspectiva narrativa presentan un cambio en el rol del propio rey: la mayor parte de la literatura de este siglo se centra menos en Arturo, dando preeminencia a otros personajes como Lancelot y Ginebra, Perceval, Galahad, Gawain, y Tristán e Isolda.

Además del impulso cualitativo de Chrétien de Troyes, giro en la historia de la novela sólo comparable con la aparición de Don Quijote de la Mancha, hay que considerar que el héroe de Arturo pasaría a sustituir en esta época al emperador del Ciclo Carolingio, coincidiendo también con el auge del Roman d'Alexandre.[37]​ Asimismo el formato de novela de Chrétien, al fusionarse con la chanson de geste, daría origen a las novelas caballerescas y de aventuras en muchos idiomas.

Por su parte el Roman de Brut del poeta Wace es una historia legendaria de Inglaterra escrita en anglo-normando hacia el año 1155 y derivada de la Historia Regum Britanniae, resultando la obra una etapa intermedia entre el estilo historiográfico y la novela artúrica.[38]​ Destaca la dramatización de ciertos pasajes, la inclusión de diálogos y monólogos construidos en períodos anafóricos y que pueden versar incluso sobre sentimientos. La gran innovación de Wace, la creación de la Tabla redonda, ilustraba el concepto de primus inter pares estrechamente conectado a la largesse tan apreciada tanto por los vasallos como por los señores feudales, de manera especial en la corte de Enrique II Plantagenet, a quien Wace dedicó su Roman de Rou.

A estos autores les seguirían otros franceses como Renaut de Beaujeu, autor de Le Bel Inconnu (Traducido al español como El Bello Desconocido, Ed. Siruela ISBN 84-85876-06-7), que relata la historia de Sir Gingalain (Guinglain, Gingalin, Gliglois, Wigalois, etc.), un poema compuesto a final del siglo XII.

Página de un manuscrito iluminado de Parzival

En este contexto la influencia de la narrativa del escritor francés se hizo evidente posteriormente en toda la narrativa europea y en especial en autores como Wolfram von Eschenbach cuyo mayor logro fue Parzival, poema épico del siglo XIII que toma el mismo argumento que la obra de Chretién de Troyes denominada Perceval, el Cuento del Grial. Según el erudito francés Jean Markale, el Parzifal del autor Bávaro "no tiene nada en común con el héroe primitivo de la tradición céltica".[39]

El francés Robert de Boron en Joseph d'Arimathie y Estoire del San Graal abre otra vía narrativa al plantear que José de Arimatea usó la copa de la última cena para recoger las gotas de sangre que Jesús de Nazaret derramó en la cruz, y llevó la copa a Avalon (identificado con Glastonbury, en Inglaterra), donde el Grial estuvo oculto hasta la llegada del rey Arturo y su caballero Percival.

A partir de estos autores los textos se concentran en dos líneas narrativas diferentes. Por un lado las relacionadas con la búsqueda del Santo Grial, emprendidas por los caballeros del Rey Arturo, y por el otro las que relatan la propia historia del Grial desde los tiempos de José de Arimatea.

Por su parte el Parzival influiría en el desarrollo literario del mito artúrico en las tierras germanas, dando lugar a títulos como el Lanzalet de Ulrich von Zatzikhoven, el Wigalois de Wirnt von Grafenberg, el Die Krone de Heinrich von dem Türlin, el Gauriel von Muntabel de Konrad von Stoffeln y el El joven Titurel de Albrecht von Scharfenberg. Eschenbach y Troyes influirían también en el desarrollo del género de los libros de caballería en España, que incluyen el conocido Amadís de Gaula donde es reconocible la relación con el Parzival.[40]

Prácticamente al mismo tiempo que se culminaba el Parzival, Layamon (Laȝamon) completaba su poema Brut (c. 1215), que aunque relacionado con el Roman de Brut de Wace, se basa fundamentalmente en la Historia regum Britanniae de Geoffrey de Monmouth. El poema es la primera historiografía escrita en Inglés desde la Crónica anglosajona. Este poema proveyó de inspiración a numerosos escritores posteriores, incluyendo a Sir Thomas Malory y a Jorge Luis Borges, y tuvo un significativo impacto en la escritura inglesa sobre historia en el medioevo.

Otro autor alemán influido por Chretién de Troyes es Hartmann von Aue. Junto con Wolfram von Eschenbach y Gottfried von Straßburg es uno de los más importantes poetas épicos del alto alemán medio (mittelhochdeutsche Klassik) alrededor del año 1200. Él y Heinrich von Veldeke son considerados los primeros autores alemanes de la novela cortesana. Este autor en su primera fase creativa, escribió las épicas artúricas de Erec y Iwein, basadas en la historia francesa de Erec et Enide.

La tradición literaria de Arturo

Además del Perlesvaus (antes de 1250), en el que se trata de la demanda del Santo Grial, conviene mencionar el grupo de romans artúricos conocidos hoy día por el título colectivo de Vulgate (Vulgata, antes de 1240). La Vulgate, también conocido como Lanzarote-Grial o Pseudo-map consta de los siguientes romans: Lancelot (Lanzarote), Queste du Saint Graal y Estoire del Saint Graal (sobre José de Arimatea), Mort Artu y Estoire de Merlín.

La Queste du Saint Graal-La búsqueda del Santo Grial- (anónimo compuesto hacia 1230) que se centra en la trayectoria de Galahad es uno de los libros del ciclo dotado de más singularidad literaria.[41]

Poco después de 1240 se hizo una versión abreviada (denominada del PseudoBoron) de este ciclo, de la cual no sobreviven en francés más que fragmentos. En este ciclo del PseudoBoron se llegó a asociar a Tristán y sus amores con lo artúrico propiamente dicho. Más tarde se agregó a este ciclo (que carecía del Lancelot) un Brait (baladro) de Merlín, del que sobrevive sólo el Baladro español. Es esta versión de la Vulgate, abreviada a pesar de sus adiciones posteriores, la que pasó al portugués y al español e influyó enormemente en los libros de caballería compuestos poco después en la Península, aunque la influencia directa de la Vulgate francesa siempre existió. Asimismo, y en general es una de las mayores fuentes de la leyenda del rey Arturo. Se dice que está fuertemente influida por los escritos de Bernardo de Claraval. El Lanzarote-Grial es una de las mayores fuentes en que Thomas Malory se apoyó, para su obra Le Morte d'Arthur.

El florecimiento de la novela artúrica en Inglaterra

Sir Gawain y el Caballero Verde (artista desconocido - manuscrito original)

Sir Gawain y el Caballero Verde es un romance métrico de finales del siglo XIV escrito en un único manuscrito, que también contiene tres otras obras de orientación más cristiana. Los cuatro poemas están enlazados por el uso de un dialecto común, la variedad dialectal de los Midlands del noroeste del inglés medio. Aun así, El eje de la historia de Sir Gawain y el Caballero Verde es más antiguo y comprende muchos elementos, siendo el principal el tema de la decapitación, central en la mitología celta, aunque también incluye elementos de su tiempo, siendo el más importante el de la peste negra.

Por su parte, el libro La muerte de Arturo de 1485 (a veces publicado con el nombre Le Morte d'Arthur, y aparecido en su primera publicación y en algunas ediciones modernas como La mort d'Arthur), que es la versión de Sir Thomas Malory sobre la historia del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda, es la única obra literaria inglesa escrita entre Chaucer y Shakespeare, que continúa siendo ampliamente leída (según L.D. Benson), siendo una de las más influyentes, debido a su gran calidad y a los avances narrativos que presenta.

El brillante cierre artúrico de la Edad Media en Alemania fue protagonizado por las varias obras del siglo XV de Ulrich Fuetrer, antes de perder buena parte de su atracción para los espíritus de los pueblos europeos por algunos siglos, obsesionados por el clasicismo.[42]

Materia artúrica en la literatura moderna y contemporánea

Los siglos XVI, XVII y XVIII serían menos abundantes en producción literaria referida a Arturo y sus caballeros.

En la época victoriana, las leyendas artúricas en parte como vehículo de la idealización de la monarquía y en parte por la preferencia del romanticismo por las historias medievales, fueron abordadas por los escritores ingleses, destacando especialmente Alfred Tennyson (1809-1892). Lord Tennyson abordó los mitos artúricos en varias obras, estando entre las más citadas La dama de Shalott y Los idilios del Rey, obra que ilustró Gustave Doré. En esta época se hizo ampliamente conocida la obra de Malory, constituyendo un auténtico "revival" de la leyenda, que se plasmó también en el terreno pictórico.

Mark Twain, en 1889, publicó A Connecticut Yankee in King Arthur's Court, que es uno de los ejemplos más tempranos de "viaje en el tiempo". En Time and the Witch Vivien, también de 1889, el poeta irlandés W. B. Yeats relata la muerte de la Dama del Lago, tras perder en un juego de ajedrez contra el Padre Tiempo.[43]

1889 frontispicio de Daniel Carter Beard para Un Yanqui en la Corte del Rey Arturo

El romance artúrico medieval incluye el concepto de «tierra baldía», asociado a la historia del Rey Pescador, sería un territorio que no recuperaría su fertilidad mientras no desapareciese una maldición que pesaba sobre él. T. S. Eliot, influido por esta historia y también por la lectura del mito de Joseph Campbell constuiría una de las obras más relevantes de la literatura inglesa del siglo XX: el poema "The Waste Land", conocido como "La tierra baldía". (1922)

El siglo XX ha aportado una enorme cantidad de títulos basados en la leyenda o sus personajes, especialmente desde los años 30 y de una forma más acusada en los últimos 30 años, al albur del éxito del género de novela histórica, al que contribuyó sin duda la enorme proyección de ventas de Las nieblas de Avalon de Marion Zimmer Bradley (1982).

En 1937 Harold Foster comenzó a publicar en prensa la tira cómica "Prince Valiant in the Days of King Arthur" (Príncipe Valiente), una tira que forma parte del imaginario moderno y que actualmente se publica en más de 300 periódicos estadounidenses.

J. R. R. Tolkien creó entre 1943 y 1949 El Señor de los Anillos y su amigo C. S. Lewis Las crónicas de Narnia. Ambas obras utilizan tradiciones literarias, personajes e historias que provienen del ciclo de Arturo, según indica la profesora María José Álvarez Faedo, de la Universidad de Oviedo.[44]

Thomas Mann adaptó liberalmente el tema del Gregorius de Hartmann von Aue en su novela Der Erwählte (1951), conteniendo innumerables alusiones artúricas.

Otro prestigioso autor, John Steinbeck escribió en 1976 Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros.

La leyenda de Arturo también se popularizó enormemente en el final de siglo por influencia del cine, destacando películas como el musical Camelot (1967), el Lancelot du Lac de Robert Bresson (1974), la comedia Los Caballeros de la Tabla Cuadrada, de Monty Python (1975) y la película de John Boorman Excalibur (1981).[45]

El éxito arrollador de Las nieblas de Avalon de Marion Zimmer Bradley abriría la puerta a una innumerable secuencia de libros, tanto de ficción como de ensayo alrededor del ciclo artúrico, generando un boom literario que continúa prolongándose también en el principio del siglo XXI, en el que destacan autores como Stephen R. Lawhead o T. A. Barron entre otros. (ver libros editados en http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_books_about_King_Arthur)

El ciclo artúrico en España

La primera referencia histórica sobre el conocimiento del mito artúrico en España se encuentra en el Museo de la Catedral de Santiago de Compostela, donde está expuesta una columna procedente de la antigua fachada norte de la Catedral representando varios episodios de la vida de Tristán y confirmando así que una primitiva versión del Libro de Tristán era ya conocida en Compostela entre 1105 y 1110.[46]

Por causa de las invasiones sajonas en Gran Bretaña hubo una migración en los siglos V y VI que originó el Obispado de Bretoña, principal vía de contacto con otros monasterios célticos.[47]​ Esta diócesis, gobernada por el Obispo Mailoc or Maeloc, estuvo adherida al rito celta desde su constitución por el Segundo Concilio de Braga en el año 572 hasta el Cuarto Concilio de Toledo, celebrado en el año 633. Ocupando un lugar que los expertos identifican habitualmente coa actual parroquia de Santa María de Bretoña, en el concejo lucense de Pastoriza. Esta diócesis se fusionaría junto con otras parroquias en la Dioecesis Mindoniensis-Ferrolensis (Diócesis de Mondoñedo-Ferrol).

También constan numerosas peregrinaciones de Scoti, Galli, Britones, Cornubienses, en el Codex Calixtinus. Cualquiera de estas vías podría haber facilitado el conocimiento de estos relatos, siendo Galicia la región donde más influencia ha habido de las leyendas artúricas.

Cáliz y patena de El Cebrero

Además de estas vías, el Camino de Santiago habría servido al menos desde el siglo XII como ruta para la difusión de las versiones francesas y alemanas de la leyenda artúrica, que podrían haber dado origen al mítico Grial de O Cebreiro, actualmente representado en el escudo de Galicia, que ha incluido el Santo Grial bajo distintas representaciones al menos desde el siglo XIII.[48]​ En cualquier caso para muchos autores el milagro de este cáliz habría sido utilizado por Wagner en la composición de Parsifal.[49]

En el resto de España se divulgó también el mito del rey Arturo, quien fue conocido como rey Artús, en las lenguas peninsulares. Conviene mencionar las refundiciones españolas procedentes directa o indirectamente de la Vulgata y de la Post-Vulgata. Son: Lanzarote, Estoria de Merlín, Tristán de Leonís, Libro de losef Abarimatía, Baladro del sabio Merlín y La demanda del Santo Grial (incluso La muerte de Artús - muy breve). De estas refundiciones se conservan en español versiones enteras pero tardías de Tristán, Baladro y Demanda, juntamente con fragmentos de Merlín, losep y Demanda. Durante la época de estas refundiciones (desde fines del s. XIII hasta mediados del XIV), se hicieron asimismo refundiciones gallegas o portuguesas de los antedichos relatos, desgraciadamente no conservadas. sino en versiones tardíasEnciclopedia GER. En el siglo XV, el Lanzarote del Lago fue copiado en 1414; se conserva también una copia del Libro del santo Grial, de la Historia de Merlín, del Libro de Lanzarote del Lago y de la Demanda del santo Grial en un mismo y famoso códice salmantino de 1469-70 hecho por «Petrus Ortiz». Las traducciones principales impresas fueron:

Escudo de Galicia.
  • Estoria de Merlín e de cuyo hijo fue e del rey Artús e de cómo ganó la Grand Bretaña que se dize Inglaterra, impreso ca. 1497
  • Libro de Josep Abarimatía o Libro del santo Grial
  • Post vulgata
  • Lançarote
  • El baladro del sabio Merlín, impreso en Burgos, 1498 y luego en Sevilla, 1535.[50]
  • Demanda del santo Grial con los maravillosos hechos de Lançarote y de Galaz, su hijo, impreso en Toledo, 1515 y a partir de 1535.

Todos cuantos han tratado el tema del origen y presencia de la Materia de Bretaña y. en concreto, de los temas artúricos en España[51]​ han aducido a Alfonso X como referente principal. Entwistle propone esta transmisión como «la historia de un tradición familiar» que procederá de Leonor, la hija de Enrique II Plantagenet y esposa de Alfonso VIII, el Noble, quien habría traído consigo una Historia regurn Britanniae y con ella habría instaurado esta tradición literaria familiar. Alfonso X, por tanto, habría desempeñado un papel importante, no sólo aludiendo a los temas artúricos, sino recogiendo datos de la Historia regum Britanniae en su General Estoria. Jole Scudieri Rugieri (1964), por su parte, anticipaba que el título XX de la Partida Segunda no se habría podido escribir sin el conocimiento de esta tradición.[52]

Se ha mencionado por otra parte la relación del Amadís de Gaula con Parzival. A su vez, su contraparte, El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha de Cervantes, menciona al "Rey Artus" en varias ocasiones.[53]​ Estas menciones también se habían producido en Tirant lo Blanc (1490).

Con posterioridad la literatura española participa de la influencia de Tennysson a través de Los ecos de la montaña de José Zorrilla, quien también traduciría Merlin and Vivien, del poeta inglés. Los poemas artúricos de Tennysson también fueron traducidos por Lope Gisbert y Vicente de Arana. El gallego José Ojea publicó una leyenda denominada "gallega", a la que asignó el título de Énide, que fue publicada en el histórico volumen del renacimiento cultural gallego de la época titulado Célticos. Cuentos y leyendas de Galicia.

El ciclo artúrico también influyó en españa a través de las óperas de Wagner, destacando Emilia Pardo Bazán, con el cuento El Santo Grial (1899), y varios autores catalanes como Alexandre de Riquer y Jeroni Zanné, entre otros.

Al igual que sucede en Gran Bretaña el mito artúrico también fue empleado en el nacionalismo de las regiones celtas, y en concreto en Galicia. Uno de los autores más destacados sería el poeta Ramón Cabanillas, sin embargo el autor más fecundo y relevante es Álvaro Cunqueiro, sin olvidar la obra de Xosé Luis Méndez Ferrin y La saga/fuga de J. B.[54]​ de Torrente Ballester.

Joan Perucho publicó en 1957 su Llibre de Cavalleríes, de inspiración medievalizante, que junto con Merlín e familia de Cunqueiro constituyó una de las más importantes alternativas al "mainstream" realista y costumbrista de la literatura española de la época.

Los títulos más recientes pertenecerían a la inspiración Galicia-celta, que se habría retomado con cierta intensidad en los '80 y en la que participan escritores como Carlos González Reigosa, Darío Xohán Cabana o Ricardo Carvalho Calero.[55]​ Todos ellos, nacidos, como Cunqueiro en el norte de Lugo, una zona de indiscutible raigambre literaria, que al igual que ocurrió en la edad media se habría convertido de nuevo en motor de la leyenda artúrica dentro de la península ibérica.

En el terreno editorial es importante mencionar las traducciones de Carlos Alvar de la Vulgata artúrica en Alianza Editorial, así como la labor de la Editorial Siruela, en sus dos colecciones: Selección de lecturas medievales (cerrada) y Biblioteca Medieval Siruela.

Ilustradores

El gran número de títulos y ediciones de libros relacionados con la leyenda artúrica ha generado una importante actividad por parte de los ilustradores.

Entre los más reconocidos estarían Gustave Doré, Aubrey Beardsley, Walter Crane, Howard Pyle, su discípulo N. C. Wyeth, Lancelot Speed y Arthur Rackham. Destaca también la fotografía de Julia Margaret Cameron, amiga de Tennyson y pionera en el uso de la ilustración fotográfica en Los idilios del Rey.

Galería de ilustraciones

La Universidad de Rochester dentro de la web del Proyecto Camelot incluye una extensa sección de ilustraciones: The Camelot Project: Menu of Artists.

Libros

Lecturas principales

La literatura artúrica es extensísima y prácticamente inabarcable, las lecturas que podrían contribuir a anclar las principales referencias de las distintas épocas son las siguientes:

Otras lecturas

  • La Torre Oscura (The Dark Tower); serie de siete libros escritos por Stephen King. El Rey Arturo es representado en Mundo Medio como Arthur Eld, el primer pistolero que existió de su estirpe que protege a la Torre Oscura. Los pistoleros del Mundo Medio tienen unos ideales y maneras de actuar muy parecidas a los ideales caballerescos y la misma búsqueda de Roland de la Torre Oscura podría compararse con la búsqueda del Grial culminada por Galahad. Los pistoleros son guardianes de la Torre Oscura. La representación en Mundo Medio de la espada Excalibur son los dos revólveres con las culatas de madera de sándalo que posee el pistolero Roland Deschain, y su cuerno que por última vez poseía Cuthbert Allgood.
  • Artorius; es la novela de César Vidal que trata de la supuesta vida real del Arturo histórico narrada desde uno de los personajes que mejor lo conoció y siempre figuró a su lado.
  • Sobre el mar bajo la tierra (Susan Cooper)
  • Las 21 lecciones de Merlyn: Novela escrita por Douglas Monroe que narra el entrenamiento y aventuras del joven Arturo junto a su maestro Merlyn el druida. Este libro es más un manual Druida que una novela.
  • Las colinas huecas: Mary Stewart nos narra la leyenda artúrica a través de Merlín. 1972
  • The Once and Future King: T.H. White nos revela un clásico a través de su imaginación y tremenda documentación. La primera versión es de 1965.
  • Esencia Oscura (Tim Powers)
  • El dragón y el unicornio (A. A. Attanasio): El ciclo Artúrico narrado con una mezcla de historia, mitología, ciencia y fantasía.
  • Cronicas del Señor de la Guerra (Bernard Cromwell): Trata de la vida real del rey Arturo en un ciclo histórico donde se produce el cambio del resurgimiento del mundo celta tras la dominación romana al cristianismo, todo contado por un monje que en su juventud fue un compañero de batallas del rey Arturo.
  • Galahad, el Hijo del Santo Grial (Rosalind Miles)
  • El mundo es un pañuelo (David Lodge)

Autores notables

Medievales

Modernos

Anónimos

Personajes

Reyes y Reinas

Los Caballeros de la Mesa Redonda

Otras figuras importantes

El Rey Arturo en diversos medios

Filmes

Películas para la televisión y miniseries

Películas y series animadas

Música

  • El himno oficial de Cornualles: Bro Goth Agan Tasow incluye un verso que dice "Reino del Rey Arturo, antiguos santos y el Grial".
  • El álbum de Rick Wakeman de 1975 The Myths and Legends of King Arthur and the Knights of the Round Table (Mitos y Leyendas del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda).
  • Las canciones A Past and Future Secret y Mordred's Song del grupo alemán Blind Guardian
  • El álbum Emprise to Avalon de la banda de Death Metal Melódico Folklorico SuidAkrA.
Ópera

Comics

  • En 1937, Hal Foster publicó por primera vez en la prensa la tira El príncipe valiente. Desde la muerte de Foster en 1982, John Cullen Murphy sigue produciendo esta serie.
  • La versión original del personaje de Marvel Comics denominado Caballero Negro se sitúa también en la corte del Rey Arturo.
  • El comic francés Arthur, de David Chauvel y Jérôme Lereculey, se inspira en las leyendas galesas medievales más antiguas, como las que pertenecen al Mabinogion.

Curiosidades

  • Eduardo I. “El Confesor” era un entusiasta de las leyendas artúricas y otorga a muchas ciudades el privilegio de usar escudos los cuales en su mayoría poseían tres coronas, emblema que representaba heráldicamente al Rey Arturo. Esta es la razón por la que se populariza este emblema en Inglaterra, encontrándose actualmente en el escudo de la Universidad de Oxford.
  • El primer monarca de la casa Tudor, Enrique VII, fue uno de los reyes que más hincapié hizo en reclamar ser descendiente directo de Arturo. Los investigadores de la época identificaron Winchester como Camelot y el Rey hizo nacer allí a su primer hijo, al que hizo bautizar como Arturo. Este Príncipe de Gales no llegó a reinar y fue sucedido por Enrique VIII.

Véase también

Referencias

El artículo original en inglés, ofrece referencias más completas.

Notas

  1. Geoffrey Ashe, The Quest for Arthur's Britain [Praeger, 1969].
  2. a b c d e f Green, Thomas (2008): "The Historicity and Historicisation of Arthur".
  3. «Two Accounts of the Exhumation of Arthur's Body». Britania.com. Consultado el 19 de agosto de 2008. 
  4. Current Archeology -AD 500. Tintagel.
  5. "It does not, however, read as "Arthur". The name on the stone is in no way directly associated with King Arthur, a legendary and literary figure." ("Early Medieval Tintagel: An Interview with Archaeologists Rachel Harry and Kevin Brady", en The Heroic Age 1, Spring/Summer 1999).
  6. "The early sixth-century inscribed stone that has recently been found at Tintagel does not refer to Arthur [...]" (Green, Thomas (2008): "The Historicity and Historicisation of Arthur").
  7. "[...] the case for a historical Arthur rests entirely on two sources, the Historia Brittonum and the Annales Cambriae, both of which would appear to have a concept of Arthur that is (at least partly) unequivocally historical."(Green, Thomas (2008): "The Historicity and Historicisation of Arthur").
  8. "Tunc Arthur pugnabat contra illos in illis diebus cum regibus Brittonum, sed ipse erat dux bellorum."Texto latino de la Historia Brittonum, editado por Theodor Mommsen, en The Latin Library.
  9. "[...] in quo corruerunt in uno die nongenti sexaginta viri de uno impetu Arthur" (Texto latino de la Historia Brittonum, editado por Theodor Mommsen, en The Latin Library).
  10. Dumville 1986; Higham 2002, pp. 116–69; Green 2007b, pp. 15–26, 30–38.
  11. García Gual, Carlos: Historia del rey Arturo y de los nobles y errantes caballeros de la Tabla Redonda. Madrid: Alianza, 1989. ISBN 84-206-9955-1. Página 22.
  12. "LXXII. Annus. Bellum Badonis, in quo Arthur portavit crucem Domini nostri Jesu Christi tribus diebus et tribus noctibus in humeros suos et Britones victores fuerunt." ("Arthurian references in the Annales Cambriae").
  13. "XCIII. Annus. Gueith Camlann, in qua Arthur et Medraut corruere; et mortalitas in Brittania et in Hibernia fuit." ("Arthurian references in the Annales Cambriae").
  14. Green 2007b, pp. 26–30; Koch 1996, pp. 251–53.
  15. "King Arthur in Early Welsh Literature. Excerpts from Various Welsh Poems and Verses".
  16. Charles-Edwards 1991, p. 29.
  17. Morris 1973.
  18. Malone, Kemp: "Artorius", Modern Philology 23 (1924-1925): 367-74; y "The Historicity of Arthur," Journal of English and Germanic Philology 23 (1924): 463-491.
  19. Malcor, Linda A. (1999): "Lucius Artorius Castus. Part 1: An Officer and an Equestrian".
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  21. Blackett, A. T. & Wilson, Alan (1986). Artorius Rex Discovered.
  22. Barber, Chris, y Pykitt, David (1997): "Journey to Avalon: The Final Discovery of King Arthur". ISBN 978-1-57863-024-0.
  23. Discussion of Mynydd-y-Gaer's Arthurian Connection By David Nash Ford.
  24. Mick Baker (2003): "Post-Roman Britain. Owain Ddantgwyn and the Identity of King Arthur".
  25. Malone, 1925
  26. VerHigham, 2002, p. 74.
  27. Koch, 1996, p. 253. Ver también Malone, 1925 y Green, 2007b, p. 255 sobre cómo Artorius podría haber tomado la forma de Arthur una vez adoptado por el Galés.
  28. Griffen, 1994
  29. Harrison, Henry (1996) [1912]. Surnames of the United Kingdom: A Concise Etymological Dictionary. Genealogical Publishing Company. ISBN 0-806-30171-6. Consultado el 21 de octubre de 2008. 
  30. Anderson, 2004, pp. 28–29; Green, 2007b, pp. 191–94.
  31. Green, 2007b, pp. 178–87.
  32. Mircea Eliade: Imágenes y Símbolos
  33. :...me parece que es de gran interés la presencia de un considerable número de temas iniciáticos en la literatura que, a partir del siglo XII, empezaron a aparecer al mismo tiempo que la "Matiére de Bretagne", sobre todo en el romance que concede un papel principal a Arturo, el rey pescador, Perceval y otros héroes en busca del Grial. El origen celta de los motivos del ciclo artúrico parece ser aceptado hoy en día por la mayoría de los estudiosos del tema. George Lyman Kittredge, Arthur Brown, Roger Sherman Loomis, por citar unos pocos eruditos norteamericanos, han demostrado profusamente la continuidad entre los temas y figuras de la mitología celta -como todavía puede apreciarse en las historias gaélicas e irlandesas- y los personajes artúricos. Ahora bien, es importante observar que la mayoría de esos escenarios son iniciáticos; siempre tiene lugar una larga y azarosa búsqueda de objetos maravillosos, una búsqueda que, entre otras cosas, implica la entrada de los héroes en el inframundo. Es difícil saber hasta qué punto esta "cuestión de Bretaña" contenía no sólo restos de mitología celta sino también el recuerdo de ritos reales. En las reglas de admisión en la hermandad regida por Arturo podemos descifrar algunas pruebas de entrada en sociedades secretas del tipo Mannerbund. Pero de cara a nuestro propósito, lo que resulta significativo es la proliferación de símbolos y temas iniciáticos en los romances artúricos. En el castillo del Grial, Perceval tiene que pasar la noche en una capilla donde yace un caballero muerto; se escucha tronar y ve una mano negra que apaga la única vela encendida. Ése es un tipo de velatorio auténticamente iniciático. Las ordalías por las que pasan los héroes son innumerables: deben cruzar un puente que se hunde bajo el agua, o que está hecho de una espada afilada, o que está protegido por leones y monstruos. Además, las puertas de los castillos están guardadas por autómatas animados, hadas o demonios. Todos estos escenarios sugieren un paso al más allá, los peligrosos descensos al infierno; y cuando dichos viajes son acometidos por seres vivos, siempre forman parte de una iniciación. Al asumir los riesgos de dicho descenso al infierno el héroe persigue la conquista de la inmortalidad o algún otro fin igualmente extraordinario. Las incontables ordalías por las que pasan los personajes del ciclo artúrico pertenecen a la misma categoría. Al final de su búsqueda, los héroes curan la misteriosa enfermedad del rey y por ello regeneran la "tierra baldía" o incluso llegan a alcanzar ellos mismos la soberanía. Es bien conocida la función de soberanía que generalmente va unida a un ritual iniciático. Toda esta literatura, con su abundancia de motivos y escenarios iniciáticos51 resulta muy valiosa para nuestro propósito a causa de su éxito popular. El hecho de que las gentes escuchen con deleite historias románticas en las que se suceden unos tras otros clichés iniciáticos demuestra, creo yo, que dichas aventuras proporcionaban la respuesta a una profunda necesidad existente en el hombre medieval. Con esos escenarios iniciáticos sólo se alimentaba su imaginación. Pero la vida de la imaginación, como la vida de un sueño, es tan importante para la psique del ser humano como lo es la vida cotidiana. Mircea Eliade: NACIMIENTO Y RENACIMIENTO El significado de la iniciación en la cultura humana
  34. Jessie L. Weston. From ritual to romance. Forgotten Books, 1941. ISBN 978-1-60506-479-6
  35. Elizabeth Andersen: Heinrich von dem Tuerlin's Diu Crone and the Prose Lancelot: An Intertextual Study. Arthurian Literature Volume 7. 1987
  36. Mística y racionalización del poder real
  37. Literatura universal: Introducción a la literatura moderna de Occidente, pág. 101. Isaac Felipe Azofeifa. Publicado por EUNED, 1984. ISBN 9977-64-126-9, 9789977641263 515 páginas
  38. García Gual, Carlos Los orígenes de la novela, Madrid. Istmo, 1972
  39. Markele, Jean: El ciclo del Grial. Perceval el Galés. Ed. Martínez Roca, Barcelona, España, 1997, p. 17.
  40. Nuevos estudios sobre literatura caballeresca, Lilia E. F. de Orduna, Edition Reichenberger, 2006, ISBN 978-3-937734-29-3. 236 páginas.
  41. Carlos García Gual, EL HÉROE DE LA BÚSQUEDA DEL GRIAL COMO ANTICIPO DEL PROTAGONISTA NOVELESCO (Reflexiones sobre un tema medieval)
  42. Prólogo de Juan Miguel Zarandona a EREC de Hartmann von Aue, ISBN 84-8448-304-5.
  43. Yeats, William Butler. Time and the Witch Vivien. 1889. Puede consultarse en línea en The Camelot Project de la Universidad de Rochester.
  44. La Nueva España - Diario Independiente de Asturias - Verano - El rey Arturo en la Tierra Media
  45. Harty, 1996; Harty, 1997
  46. La materia de Bretaña en Galicia
  47. De cuando el caballero de la Tabla Redonda visitó Cedeira, La Voz de Galicia. La tradición oral se refleja en la a cerámica mural de la entrada del edificio del Ayuntamiento de Cedeira recoge un fragmento de un manuscrito de la Biblioteca Nacional que reza así: «Los de Lago son hidalgos muy principales en el reino de Galicia donde tienen su casa y solar hacia Cedeira. El linaje desciende de un extranjero que vino allá a parar, y se dice que fue el Conde de Lanzarote cuando vino de Bretania y pobló en el puerto de Cedeira».
  48. Timeline of the Holy Grail of Galicia
  49. "Para muchos escritores, como Angel del Castillo, Arias San Jurjo, Huidobro y Serna, Marqués de Santa María del Villar, etc., el Cebrero con su milagro ha proporcionado el tema a Wagner para la composición del Parsifal. Así el famoso país de Parsifal es Galicia; el templo indestructible sito en la montaña, el Santuario del Cebrero; y el Grial misterioso, el Cáliz del Cebrero". (Elías Valiña Sampedro)
  50. Baladro del sabio Merlín (edición en descarga directa, en la que se han simplificado y cambiado muchas formas ortográficas sin variar para nada las formas sintácticas originales.
  51. Entwistle (1942), Bohigas (1968), M,~ Rosa Lida(1969), Avalle Arce (1991), Sharrer(1988) y J.M. Cacho Blecua (1987)
  52. JESÚS MONTOYA MARTÍNEZ, La literatura caballerescaen la obra de Alfonso X
  53. El ingenioso Hidalgo Don Quixote de la Mancha, páginas 110 y 683 de la edición de 1610 de Giovanni Battista Bidelli, Heredi di Pietro Martire Locarni (Univ. Oxford)
  54. La Saga fuga de J.B. / Un monumento narrativo / Juan Bonilla en El Mundo
  55. La literatura artúrica española, ibérica e iberoamericana, por Juan Miguel Zarandona. Universidad de Valladolid.

Bibliografía

Estudios literarios

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Enlaces externos