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Reanimación cardiopulmonar

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Reanimación cardiopulmonar

Reanimación cardiopulmonar realizada a un maniquí de entrenamiento médico
Clasificación y recursos externos
CIE-9: 99.60
MeSH D016887
MedlinePlus 000010
OPS-301 8-771

La reanimación cardiopulmonar, abreviada como RCP, o reanimación cardiorrespiratoria, es un conjunto de maniobras temporales y normalizadas, destinadas a asegurar la oxigenación de los órganos vitales cuando la circulación de la sangre de una persona se detiene, independientemente de la causa del paro cardiorrespiratorio.[1]

Ejemplo de RCP en vídeo

Los principales componentes de la reanimación cardiopulmonar básica son avisar al servicio médico de emergencias dentro o fuera del hospital, y utilizar compresiones torácicas (masaje cardíaco externo, MCE) junto con respiración artificial (ventilación artificial). Otros elementos que pueden estar relacionados incluyen desfibriladores externos automáticos[2]​ y el uso de maniobras anti-atragantamiento.

Las recomendaciones específicas sobre la RCP varían en función de la edad del paciente y la causa del paro cardíaco.[3]​Se ha demostrado que cuando la RCP es puesta en práctica por personas adiestradas en la técnica y se inicia al cabo de pocos minutos tras el paro cardíaco, estos procedimientos pueden ser eficaces en salvar vidas humanas.[2]​Aunque un estudio publicado en 2010 ha puesto en duda el alcance del procedimiento, de 95 000 pacientes solo el 8 % presentó resultados positivos.[4][5]

Una práctica de RCP

Historia

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Para 1776 ya se describía el procedimiento de hacer presión sobre el cartílago cricoides cuando se realiza insuflación artificial por la boca con el fin de evitar la entrada de aire al esófago.[6]

A finales de los años cincuenta, Peter Safar y James Elan desarrollaron el concepto de la «respiración boca a boca».

En 1960, William B. Kouwenhoven,[7]​Guy Knickerbocker y Jim Jude describieron las ventajas de la compresión torácica para provocar la circulación artificial.[8]​Safar luego estableció el protocolo de la RCP,[9]​ el cual continuó siendo asumido por la Asociación Estadounidense del Corazón.[cita requerida]

Entre 1991 y 2000, un solo socorrista alternaba quince compresiones torácicas y dos respiraciones en un adulto o un niño de más de ocho años; las compresiones se hacían a un ritmo de 60 por minuto. Para un bebé, se realizaban cuatro respiraciones iniciales (dos durante el cálculo; luego otras dos después del paso de la alarma) y se alternaban cinco compresiones torácicas y una respiración. Un socorrista aislado y sin medios practicaba la RCP durante un minuto antes de pedir ayuda; si los socorristas eran dos, alternaban cinco compresiones y una respiración, tanto en un adulto como en un bebé.[cita requerida]

En 2000 se abandonó el término «masaje cardíaco externo» (MCE) por «compresiones torácicas». En la actualidad, los ritmos de las compresiones se unificaron: 100 por minuto, cualquiera sea la edad. Solo se realizan dos respiraciones iniciales en bebés. Un socorrista aislado y sin medio de llamada da la alerta inmediatamente, excepto en el caso de un niño de menos de ocho años, o en el caso de ahogamiento o de una intoxicación, donde la alarma se realiza después de un minuto de RCP. Con dos socorristas, se mantiene una alternancia de 30 a 2.[cita requerida]

Indicaciones

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Reanimación cardiopulmonar efectuada a un paciente masculino víctima de un alud

La reanimación cardiopulmonar debe practicarse sobre toda persona en parada cardiorrespiratoria, es decir:

  • No responde: la persona no se mueve espontáneamente, no reacciona ni al tacto ni a la voz, y, en definitiva, está inconsciente (o aproximadamente inconsciente).
  • No respira o su respiración es escasa.
  • No tiene pulso (latidos) o su pulso es escaso.
  • Ante la duda, inicie compresiones cardíacas.

Se recomienda que todo paciente en paro cardíaco reciba reanimación, a menos que:[10]

  1. La víctima tenga una instrucción válida de no ser reanimado;
  2. La víctima presenta signos de muerte irreversible como el rigor mortis o livideces en sitios de declive;
  3. No se pueda esperar un beneficio fisiológico, dado que las funciones vitales de la víctima se han deteriorado a pesar de un tratamiento máximo para condiciones como el choque séptico o cardiogénico progresivos;

En el caso de parada cardiorrespiratoria en adultos, el ritmo cardiaco que se suele encontrar más frecuentemente es la denominada «fibrilación ventricular». El tratamiento adecuado de la fibrilación ventricular es la desfibrilación precoz. Cada minuto que pasa disminuye en un 10 % las posibilidades de supervivencia. En el caso de un adulto con pérdida brusca de consciencia y cuando se está solo (reanimador aislado), la prioridad es llamar a los servicios de emergencia (hay una lista internacional con sus teléfonos aquí) antes de comenzar la RCP para de esta manera realizar la desfibrilación lo antes posible. La RCP sirve solo para mejorar las posibilidades de supervivencia mientras se espera la ayuda especializada. Debido a su importancia en eventos súbitos en adultos, se está potenciando el uso de desfibriladores automáticos en sitios estratégicos, estadios, centros comerciales o aviones y permiten que una persona con un mínimo entrenamiento sea capaz de realizar maniobras de reanimación.

Reanimación cardiopulmonar (RCP), proceso

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El proceso práctico de una reanimación pulmonar (RCP)[11][12][13][14][15][16]​ de primeros auxilios consiste en esta secuencia:

1. Seguridad en la zona: Asegurarse de que el paciente y el rescatador han quedado en una zona sin peligros (como el fuego, los eléctricos u otros), o, si hay peligros y no pueden ser detenidos, desplazar al paciente y el rescatador hasta un espacio seguro, aunque, si el paciente parece tener alguna lesión grave de la columna vertebral, sea en la parte de la espalda o en el cuello, conviene moverlo sólo lo necesario, y, en caso de tener que moverlo o rotarlo, hacerlo con mucho cuidado y sosteniendo su cabeza en la misma posición, hasta que quede en un lugar donde haya una seguridad suficiente.

El paciente tiene que quedar al final tumbado y boca arriba, sobre una superficie suficientemente firme como para realizarle compresiones (por ejemplo, sobre el suelo).

Desplazamientos de víctimas hacia lugar seguro
—Una víctima con lesión grave en su columna vertebral (sea en la espalda o cuello), que indique riesgo para su futura movilidad, puede ser trasladada con cuidado por varios rescatadores coordinados.
La cabeza y la espalda de la víctima serían mantenidas alineadas en la misma posición que tenían cuando fue encontrada.
—Una víctima con lesión grave en su columna vertebral (sea en la espalda o cuello), que indique riesgo para su futura movilidad, puede ser trasladada con cuidado por varios rescatadores coordinados.
La cabeza y la espalda de la víctima serían mantenidas alineadas en la misma posición que tenían cuando fue encontrada. 
—Cuando hay una víctima con lesión grave en su columna vertebral (en espalda o cuello) y un rescatador sin utensilios, éste puede llevar a la víctima con cuidado mediante la maniobra de Rautek (la de esta imagen), intentando mantener a su cabeza y su espalda alineadas en la misma posición en la que estaban.
La cabeza de la víctima puede ir apoyada en el rescatador para intentar amortiguar los movimientos.
—Cuando hay una víctima con lesión grave en su columna vertebral (en espalda o cuello) y un rescatador sin utensilios, éste puede llevar a la víctima con cuidado mediante la maniobra de Rautek (la de esta imagen), intentando mantener a su cabeza y su espalda alineadas en la misma posición en la que estaban.
La cabeza de la víctima puede ir apoyada en el rescatador para intentar amortiguar los movimientos.  
—Una víctima sin lesión grave en su columna vertebral (en espalda o cuello) es arrastrable, y más fácilmente si va sobre una manta, alfombra u otro tipo de tejido situado bajo la mayor parte de su cuerpo.
—Pero, con lesión grave en su columna, habría que situarla, manteniendo con cuidado la misma posición de su cabeza y su espalda, sobre una base elevada o muy gruesa (como una camilla o un colchón), para poder desplazarla rápido con estabilidad.
—Una víctima sin lesión grave en su columna vertebral (en espalda o cuello) es arrastrable, y más fácilmente si va sobre una manta, alfombra u otro tipo de tejido situado bajo la mayor parte de su cuerpo.
—Pero, con lesión grave en su columna, habría que situarla, manteniendo con cuidado la misma posición de su cabeza y su espalda, sobre una base elevada o muy gruesa (como una camilla o un colchón), para poder desplazarla rápido con estabilidad.  


2. Comprobar si hace falta reanimación: Una víctima requiere reanimación cardiopulmonar (RCP) si está en paro cardíaco (no tiene pulso, es decir: su corazón no late) o si no respira. Aunque también la requeriría si su pulso es demasiado escaso (prácticamente nulo, quizás sólo algún latido aislado que le fue notado en algún momento) o si su respiración es demasiado escasa (prácticamente nula, quizás sólo un gesto de abrir la boca). La falta de una de esas cosas (pulso o respiración) conduce rápidamente a la falta de la otra. Un paciente así estaría inconsciente (o aproximadamente inconsciente).

En algunos casos, la víctima tiene alguna herida que sangra abundantemente, lo cual requiere su propio tratamiento adicional para detener la pérdida de sangre (normalmente, mantener la herida presionada).

La manera inicial de comprobar si el paciente requiere reanimación cardiopulmonar (RCP) es tocarlo en alguno de sus hombros y gritar algo, como: "¿qué le pasa?" o "¿puede oírme?".

Si el paciente no reacciona,[12]​ sus latidos pueden ser comprobados en el pulso carotídeo: situando dos dedos en cualquiera de los dos lados de su cuello (izquierdo o derecho, preferiblemente en un surco del cuello que se forma en paralelo a su vía respiratoria), cerca de su cabeza (aproximadamente entre su cabeza y la franja horizontal de la nuez). En los casos en que tomar el pulso carotídeo es imposible, los latidos pueden ser comprobados en el pulso radial: situando dos dedos en una muñeca, debajo de la parte del dedo pulgar, y aplicando una presión moderada. La respiración también puede ser comprobada adicionalmente, colocando una oreja sobre su boca y mirando a la vez si su pecho se levanta por el aire respirado. No gastar demasiado tiempo comprobando estas cosas (a los socorristas profesionales les recomiendan tardar 10 segundos en ello).

Maneras de comprobar el estado de la víctima
Comprobación de los latidos del pulso carotídeo.
Éste suele ser el método más rápido de comprobar el estado de la víctima.
Comprobación de los latidos del pulso carotídeo.
Éste suele ser el método más rápido de comprobar el estado de la víctima. 
Comprobación de los latidos del pulso radial, presionando moderadamente en una muñeca, debajo de la parte del dedo pulgar.
Comprobación de los latidos del pulso radial, presionando moderadamente en una muñeca, debajo de la parte del dedo pulgar.  
Comprobación de la respiración de la víctima, escuchando a esa respiración en su boca y observando a su pecho hincharse.
Comprobación de la respiración de la víctima, escuchando a esa respiración en su boca y observando a su pecho hincharse.  


3. Avisos y solicitar desfibrilador: Esta fase de avisos sigue un orden estudiado y conocido:

Tras haber comprobado que el paciente requiere reanimación cardiopulmonar (RCP), y si uno no sabe hacerla, empezar por preguntar a las personas de alrededor si alguna de ellas sí sabe, para que la comience.

Inmediatamente, alguien debe llamar o hacer llamar a los servicios médicos de emergencia (hay una lista internacional de números de teléfonos de emergencia aquí). Muchos socorristas[12]​ son capaces de hacer esa llamada con un teléfono inalámbrico en modo altavoz mientras ellos mismos hacen las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP, ver más abajo).

Además, en caso de que un paciente haya quedado o vaya a quedar inmediatamente en paro cardiorrespiratorio, enviar a alguien a conseguir un aparato desfibrilador (DEA o DESA, AED en inglés) en el entorno para hacer una desfibrilación con él al paciente ya inconsciente (pues en la actualidad esos aparatos son bastante comunes y automáticos); si hay que elegir entre hacer desfibrilación o maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), la referencia general es que la desfibrilación debe ir antes que las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) pero sólo si el desfibrilador puede ser conseguido en muy pocos minutos. El desfibrilador tiene que ser usado desde que llegue (ver más abajo).

Y, además, alguien tendrá que quedarse con la víctima para hacerle las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP, ver más abajo).

Habiendo varios rescatadores, estas tareas (llamar, buscar desfibrilador y RCP) pueden ser repartidas y realizadas a la vez.

Otros órdenes para casos particulares

  • El orden de estas mismas acciones (llamar, buscar desfibrilador y RCP), para un rescatador que está completamente solo y atiende a una víctima de ahogamiento (inundación por líquido) con paro cardíaco, o a un niño que ya estaba en parada cardíaca, es éste: Primero, el rescatador haría maniobras de reanimación (RCP) al paciente durante 2 minutos (durante los cuales habría aproximadamente 5 ciclos de compresiones y ventilaciones, ver más abajo). Tras ello, llamaría a los servicios médicos de emergencia. Después, también podría preguntar por un desfibrilador (DEA o DESA, AED en inglés) por el entorno (sólo si el desfibrilador puede ser conseguido en muy pocos minutos), para intentar hacer una desfibrilación con él al paciente (ver más abajo). Luego continuaría las maniobras de reanimación o, si es posible, iniciaría la desfibrilación. Este orden prioriza las ventilaciones boca-a-boca al resto de operaciones (pues esa víctima viene de ahogarse o es un niño que probablemente no tenga problemas cardíacos).[17][18]
  • El orden de esas mismas acciones (llamar, buscar desfibrilador y RCP), para un rescatador que está completamente solo y sin teléfono cerca, y atiende a cualquier otra víctima de paro cardíaco (no ahogada, ni niño ya en parada cardíaca), es éste: El rescatador iría primero a llamar por teléfono a los servicios médicos de emergencia. Luego preguntaría por un desfibrilador (DEA o DESA, AED en inglés) por el entorno (sólo si el desfibrilador puede ser conseguido en muy pocos minutos), para intentar hacer una desfibrilación con él al paciente (ver más abajo). Y luego volvería para continuar las maniobras de reanimación (RCP, ver más abajo) o, si es posible, iniciaría la desfibrilación. Este orden prioriza llamar por teléfono y usar un desfibrilador (pues esa víctima normalmente requeriría un tratamiento cardíaco).[12]
Fase de avisos y solicitar desfibrilador
Teléfono público. Alguien tiene que llamar a los servicios médicos de emergencia.
Teléfono público. Alguien tiene que llamar a los servicios médicos de emergencia. 
Desfibrilador en una urna con su símbolo. Alguien tiene que ir a conseguir uno que esté suficientemente cerca.
Desfibrilador en una urna con su símbolo. Alguien tiene que ir a conseguir uno que esté suficientemente cerca.  
Alguien tiene que quedarse con el paciente para hacerle las maniobras de reanimación (ver más abajo).
Alguien tiene que quedarse con el paciente para hacerle las maniobras de reanimación (ver más abajo).  


4. Preparar al paciente para la reanimación: El paciente estaría tumbado y boca arriba, sobre una superficie suficientemente firme como para realizarle compresiones (por ejemplo, sobre el suelo o sobre ropa colocada en el suelo).

Es necesario abrir la boca del paciente y extraer de allí dentro cualquier cosa suelta y que sea peligrosa[13]​(como una dentadura postiza que se haya soltado, o bloques de sangre coagulada), y, para facilitar vaciar su boca, puede ser conveniente rotar al paciente hacia un lado durante un momento, pero, si el paciente tuviese lesiones graves en su columna vertebral, sea en la espalda o el cuello, habría que mantener su columna totalmente fija, y por ello puede ser mejor el dejarlo boca arriba y vaciar su boca en esa posición.

La cabeza del paciente es inclinada hacia atrás dejando a su mandíbula elevada, para preparar la respiración boca-a-boca, que es realizada con la cabeza del paciente en esa posición (pero no inclinar así su cabeza si es un bebé: un niño de menos de un año aproximadamente).

La cabeza del paciente es reclinada hacia atrás (no si es un bebé). Su boca estaría vaciada de elementos peligrosos.



5. Comenzar la reanimación cardiopulmonar (RCP): La reanimación es realizada desde un lado del paciente, que estaría tumbado boca arriba. En general, es un ciclo de series de 30 compresiones torácicas seguidas de series de 2 ventilaciones, y que se repite continuamente hasta que llegue el desfibrilador o un equipo de especialistas.[12]​ Tal como está descrito a continuación:

  • En víctimas de ahogamiento, comenzar por 2 ventilaciones iniciales (descritas más abajo), antes de todo, una sola vez, para ventilar los pulmones en ese primer momento.
  • Compresiones torácicas (ritmo adecuado).
    Las 30 compresiones torácicas son realizadas con ambas manos (una sobre otra) en la mitad inferior del hueso que hay en el centro del pecho (el esternón), a un ritmo de casi 2 por segundo (100 a 120 veces por minuto, como en la imagen de la derecha), y a una profundidad de unos 5 cm (para adultos y niños), dejando que el pecho vuelva a levantarse hasta su posición normal tras cada compresión. La manera estandarizada para hacer las compresiones con un ritmo adecuado a lo largo de un tiempo es poniendo una mano sobre la otra, con los brazos estirados, y dejándose caer un poco hacia delante y hacia atrás, como balanceándose. Los bebés requieren presionarles con sólo dos dedos y a una profundidad proporcionalmente menor (pero, orientativamente, recomiendan 4 cm). Si la víctima es una embarazada de más de 30 semanas, para mejorar su circulación sanguínea durante la reanimación, situarla sobre alguna ropa o base hasta que su útero quede inclinado levemente hacia su izquierda (como aparece aquí). Tras hacer 30 compresiones sobre el paciente, pasar a hacer 2 ventilaciones (ver más abajo).
    El objetivo principal de las compresiones es mantener vivo al paciente haciendo circular su sangre, siendo poco frecuente que recupere el pulso sin desfibrilación (ver más abajo).
  • Ventilaciones boca a boca. En bebés, el rescatador cubre con su propia boca a la nariz y la boca del bebé a la vez.
    En las 2 ventilaciones, la cabeza del paciente habría sido reclinada un poco hacia atrás previamente, para favorecer las maniobras de ventilación (pero no si es un bebé, pues, para no obstruir el paso del aire en bebés, su cabeza debe quedar recta, mirando hacia delante). Tras ello, hay que pinzar la nariz del paciente e insuflar aire dentro de su boca (sellándola con la boca del rescatador, sin que escape aire en ese momento). Los niños pequeños pueden requerir que la boca del rescatador les cubra su nariz y su boca a la vez. Es posible notar que el pecho del paciente se hincha en cada ventilación que entra; no insuflar aire en exceso para evitar provocar demasiada presión. Si hay mascarillas o filtros de ventilación disponibles, conviene utilizarlos poniéndolos entre las bocas del rescatador y de la víctima, para así sellar el rostro y evitar infecciones. Tras 2 ventilaciones, volver a hacer las 30 compresiones (ver arriba) y seguir alternándolas así hasta que la víctima se recupere. Algunos estudios indican que las ventilaciones pueden ser omitidas para simplificar la reanimación si la víctima es un adulto que ha sufrido un paro cardíaco (por causa no respiratoria) y el rescatador no es profesional.[19][16]
    Habiendo dos personas para realizar la reanimación, una puede hacer las compresiones y otra las ventilaciones. Eso permite hacer el doble de ventilaciones (2 cada 15 compresiones), aunque sólo recomiendan intentarlo si la víctima es un niño, y la referencia general sigue siendo de 2 ventilaciones cada 30 compresiones.
  • Desfibrilador: Adicionalmente, pedir y utilizar un aparato desfibrilador, para intentar una desfibrilación sobre el paciente inconsciente, por si acaso es eso lo que resuelve el problema. La desfibrilación comenzaría después de haber hecho durante 1 o 2 minutos las maniobras de compresiones y ventilaciones, pero, si es sabido que la causa del problema es claramente de corazón, tiene que ser realizada inmediatamente, tan pronto como ese aparato llegue (leer debajo).

Desfibrilación

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Maletín con desfibrilador público, en una estación. Arriba aparece su símbolo universal.

La desfibrilación fue diseñada para los paros cardíacos causados por ciertas arritmias (latidos anárquicos del corazón), principalmente por las de fibrilación ventricular (FV o VF) o taquicardia ventricular (TV o VT). Un desfibrilador puede corregir ese tipo de problema resincronizando el corazón mediante algún choque eléctrico.[17]

Es poco probable que el corazón requiera desfibrilación en casos como los de niños de menos de ocho años, las víctimas de ahogamiento y las de intoxicación. En cualquier caso, ante un paciente que está sufriendo un paro cardíaco (parada de los latidos del corazón), conviene enviar a alguien a conseguir un desfibrilador en el entorno (pues son muy comunes en la actualidad) y utilizarlo (pues están automatizados y su uso es fácil), por si acaso eso soluciona el problema.

El desfibrilador normal fuera de los hospitales es una pequeña máquina portable llamada desfibrilador externo automático (DEA, AED en inglés), o su versión semiautomática (DESA). Puede ser utilizada por cualquier persona sin experiencia, pues indica cómo hacer la desfibrilación mediante instrucciones de voz al usuario.

Momento de la desfibrilación

Ante un caso de paro cardíaco (parada de los latidos del corazón), es requerido llamar inmediatamente a los servicios médicos de emergencia (hay una lista internacional de números de teléfonos de emergencia aquí), antes de que llegue el desfibrilador.

Un desfibrilador automatizado portable.

El desfibrilador tiene que ser usado lo antes posible (pues está automatizado y su uso es fácil), aunque, mientras llega, cualquier rescatador haría las maniobras de reanimación cardiopulmonar sobre el paciente (las compresiones torácicas y ventilaciones de RCP, ver más arriba); si hay que elegir entre una acción y la otra, la referencia general es que la desfibrilación es preferida a las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) pero sólo si el desfibrilador puede ser conseguido en muy pocos minutos. El propio desfibrilador podría indicar si son requeridas más maniobras de RCP tras ser conectado al paciente.[12]​Cuando hay varias personas realizando primeros auxilios, las tareas pueden ser repartidas, por ejemplo: una puede encargarse de colocar el desfibrilador, mientras otra se ocupa del turno de compresiones torácicas, y una tercera del turno de respiración boca a boca cada vez que toque (ver más arriba).

Antes de comenzar la desfibrilación, la víctima estaría inconsciente (si no, la operación resultaría farragosa, y habitualmente dolorosa).

Como excepciones, el momento de pasar a usar el desfibrilador cambia en estos casos:

  • Si el rescatador está completamente solo, y atiende a una víctima de paro cardíaco por ahogamiento (inundación por líquido), o a un niño al que ha encontrado ya en parada cardíaca, el orden de acciones es éste: el rescatador le haría maniobras de reanimación (RCP) al paciente durante 2 minutos (durante los cuales habría aproximadamente 5 ciclos de compresiones y ventilaciones, ver más arriba). Tras ello, llamaría a los servicios médicos de emergencia. Después, también podría preguntar por un desfibrilador (DEA o DESA, AED en inglés) por el entorno (sólo si el desfibrilador puede ser conseguido en muy pocos minutos), para intentar hacer una desfibrilación con él al paciente (ver más abajo). Luego continuaría las maniobras de reanimación o, si es posible, iniciaría la desfibrilación. Este orden prioriza las ventilaciones boca-a-boca al resto de operaciones (pues esa víctima viene de ahogarse o es un niño que probablemente no tenga problemas cardíacos).[17][18]
  • Si el rescatador está completamente solo y sin teléfono cerca, y atiende a cualquier otra víctima de paro cardíaco (no ahogada, ni niño ya en parada cardíaca), el orden de acciones es éste: el rescatador iría primero a llamar por teléfono a los servicios médicos de emergencia. Luego preguntaría por un desfibrilador (DEA o DESA, AED en inglés) por el entorno (sólo si el desfibrilador puede ser conseguido en muy pocos minutos), para intentar hacer una desfibrilación con él al paciente (ver más abajo). Y luego volvería para continuar las maniobras de reanimación (RCP, ver más arriba) o, si es posible, iniciaría la desfibrilación. Este orden prioriza llamar por teléfono y usar un desfibrilador (pues esa víctima normalmente requeriría un tratamiento cardíaco).[12]

Uso del desfibrilador

Un desfibrilador DEA o DESA (AED en inglés) indica al usuario cómo hacer la desfibrilación mediante instrucciones de voz.

Antes de la desfibrilación, la víctima está inconsciente y tumbada boca arriba sobre una superficie suficientemente firme como para realizarle compresiones (por ejemplo, sobre el suelo o sobre ropa colocada en el suelo).

Desfibrilación:
posición de los parches con electrodos de un desfibrilador sobre el cuerpo humano.

Si su boca no ha sido vaciada, vaciarla de elementos peligrosos (como una dentadura postiza que se haya soltado, o bloques de sangre coagulada), y, para facilitar vaciar su boca, puede ser conveniente rotar al paciente hacia un lado durante un momento; aunque, si tuviese lesiones graves en su columna vertebral, sea en la espalda o el cuello, habría que mantener su columna totalmente fija, y por ello puede ser mejor el dejarlo boca arriba y vaciar su boca en esa posición. Inclinar su cabeza hacia atrás dejando a su mandíbula elevada (excepto si es un bebé, pues la inclinación no conviene en ese caso), lo cual prepara las ventilaciones boca-a-boca, pues el desfibrilador suele indicar en algún momento que hay que hacer maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP, ver más arriba).

El agua y los metales transmiten la corriente eléctrica. En esto influye la cantidad de agua que haya, pero conviene secar a los pacientes empapados (rápidamente, incluso con alguna tela si eso puede ser suficiente) y no usar el desfibrilador en suelos con charcos. No es necesario retirar las joyas ni los piercings del paciente, pero evitar situar los parches del desfibrilador directamente encima de ellos.

Los parches con electrodos del desfibrilador son colocados en las posiciones que aparecen en el dibujo de la derecha, estando esos puntos del cuerpo ya secos o secados. En cuerpos especialmente pequeños: los de niños de entre 1 y 8 años, y en general los de ese tamaño hasta 25 kg aproximadamente, convendría utilizar parches infantiles y atenuar las dosis eléctricas. Si eso no es posible, utilizar los tamaños y dosis de adulto, y, si los parches son demasiado grandes, colocar uno en el pecho y otro en la espalda (sin importar cuál poner en cada lugar).

Después de colocar el DEA (o DESA), detener la reanimación cardiopulmonar (RCP) manual mientras el aparato analiza los latidos. Y, durante sus posibles descargas eléctricas, es necesario separarse y no tocar al paciente, para evitar recibirlas.

Límites temporales

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El tiempo en que una víctima[20][21]​ de parada cardiorrespiratoria podría estar sin recibir reanimación cardiopulmonar antes de comenzar a sufrir lesiones cerebrales graves es variable, pero normalmente sería de unos pocos minutos (de 3 a 5, aproximadamente, o un poco más). Incluso, algunas víctimas pueden morir en ese tiempo.

Y el tiempo durante el cual una reanimación cardiopulmonar aún puede funcionar no está claro, y depende de muchos factores. Muchas guías oficiales recomiendan continuar una reanimación cardiopulmonar hasta que lleguen los servicios médicos de emergencia (para intentar mantener vivo al paciente así, al menos), y también indican solicitar un desfibrilador de emergencia (DEA o DESA, AED en inglés) en el entorno, para intentar realizar con él una desfibrilación automática lo antes posible antes de considerar que el paciente ha muerto.[22]

Riesgos de la RCP sobre gente sana

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Durante los entrenamientos o capacitaciones, las prácticas de reanimación cardiopulmonar no se deben realizar en personas sanas (in corpore sanum), ya sean alumnos o aprendices contratados, sino en los conocidos simuladores especialmente diseñados para tal efecto. Existe un relativo nivel de riesgo en la práctica de RCP sobre no pacientes (es decir, alguien que no presenta signos y síntomas de parada cardiaca). La maniobra de RCP representa riesgos mecánicos, biológicos y funcionales, como traumas, infecciones y alteraciones. Solo es aceptable la exposición a estos riesgos, tras evaluar la relación: costo/beneficio. Así que es inaceptable exponer a un aprendiz en prácticas de RCP cuando existen recursos eficientes, apropiados y al alcance de todos, como los simuladores y métodos de barrera para la RCP.

Reanimación cardiopulmonar (RCP), otros datos adicionales

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Diversos aspectos de la secuencia de reanimación cardiopulmonar (RCP) pueden ser analizados y complementados con numerosos datos adicionales, los cuales aparecen a continuación:

Las acciones que permiten la supervivencia de una persona que sufre muerte súbita suelen iniciarse por personas casuales y constan de cinco eslabones fundamentales, que son conocidos en algunas instituciones como la cadena de supervivencia:

  1. Reconocimiento inmediato del paro cardíaco y activación del sistema respuesta de emergencias
  2. RCP precoz con énfasis en las compresiones torácicas
  3. Desfibrilación rápida
  4. Soporte vital avanzado efectivo
  5. Cuidados integrados posparo cardíaco.

Una RCP de calidad mejora las probabilidades de supervivencia de una víctima. Las características críticas de una RCP de calidad son:

  • Iniciar las compresiones antes de 10 segundos desde la identificación del paro cardiaco
  • Comprimir fuerte y rápido: realiza las compresiones con una frecuencia mínima de 100 compresiones por minuto y una profundidad de al menos 5 cm. para adultos, al menos un tercio del diámetro del tórax en niños 5 cm y lactantes 4 cm.
  • Permitir una expansión torácica completa después de cada compresión.
  • Minimizar las interrupciones entre las compresiones (tratar de limitar las interrupciones a menos de 10 segundos)
  • Realizar ventilaciones eficaces para hacer que el tórax se eleve.
  • Evitar una ventilación excesiva[23]

El soporte vital básico es considerado para un solo rescatista como una secuencia de acciones resumidas con las iniciales CAB y aplicadas previo a la llegada de servicios especializados de emergencia:

  • C para la valoración de la circulation, incluyendo las compresiones torácicas
  • A, del inglés airway, implica la apertura o liberación de las vías aéreas
  • B, del inglés breathing, la iniciación de la ventilación artificial

El desfibrilador y su uso prehospitalario adhiere una D a las siglas mnemotécnicas de Safar que comienza según CABD: circulación, vías aéreas, respiración, desfibrilación.

Desde 2010, el algoritmo del ILCOR (International Liaison Committee on Resuscitation: Comité Internacional de Enlace sobre Reanimación) hace hincapié en una nueva secuencia para rescatistas, iniciando con las compresiones cardíacas, luego la valoración de las vías aéreas y finalmente la iniciación de la ventilación artificial.[24][25]​En otras palabras, los rescatistas de los adultos víctimas deben comenzar la reanimación con las compresiones en lugar de iniciar abriendo la vía aérea y administrar ventilación artificial.

La secuencia ABC permanece en el algoritmo de sujetos con otros casos típicos de muerte súbita, tales como el ahogamiento, la electrocución, asfixia, caída de altura o hemorragia.[24]​ En el caso de niños, o cuando la parada cardiorrespiratoria es secundaria a ahogamiento, intoxicación por humo, gas, medicamentos o drogas o por hipotermia el algoritmo incluye realizar maniobras de RCP durante un minuto antes de avisar a los servicios de socorro: el aporte rápido de oxígeno a las células puede recuperar el estado de la persona.[26]

Actuaciones previas a la reanimación, datos adicionales

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Debe revisar que la zona sea segura. Por ejemplo, si se encuentra a una persona inconsciente o con sospecha de haber recibido una descarga eléctrica o electrocución, la persona que la atenderá debe estar segura que no le va a ocurrir lo mismo. Si hay alguien más en el lugar del accidente, debe darle instrucciones para llamar a los servicios de emergencia (hay una lista internacional de números de teléfonos de emergencia aquí), y dar los siguientes datos:

  1. El número telefónico desde el cual se está llamando, si se conoce.
  2. La ubicación del lugar donde se encuentra la víctima.
  3. El tipo de urgencia que está experimentando la víctima.
  4. El tipo de ayuda que se está proporcionando.
  5. Su nombre.
  6. Qué otro tipo de ayuda que necesita: bomberos, policía,

A continuación se hace la valoración del paciente.

  1. Evaluación primaria del paciente.
  2. Valoración de la conciencia: se preguntará a la víctima cómo está, cómo se encuentra. Si contesta, es símbolo inequívoco de que respira y tiene pulso. En caso de que no conteste, pellizcar levemente en los hombros; si reacciona, seguir la conducta anterior. En caso de muerte, llamar a los servicios de emergencias cuanto antes. Una manera rápida de valorar la conciencia es determinar si responde o no:
    • Alerta. Está despierto, habla.
    • Verbal. Responde al llamado, cuando alzamos la voz y lo llamamos ¿Cómo está?
    • Dolor. Responde al dolor, le pellizcamos y reacciona con gestos o gruñidos.
    • Inconsciente. No responde.
  3. Valoración neurológica mediante la escala de Glasgow: evaluación de la respuesta motora.
    Tiene los ojos abiertos:
    • Nunca. 1
    • Solo al estímulo doloroso. 2
    • Con estímulo verbal. 3
    • De manera espontánea. 4
    Respuesta verbal
    • Sin respuesta. 1
    • No comprensible. 2
    • Incoherencia. 3
    • Habla desorientado. 4
    • Habla orientado. 5
    Respuesta motora
    • Sin respuesta. 1
    • Extensión ante el estímulo. 2
    • Flexión anormal. 3
    • Retira ante estímulos dolorosos. 4
    • Localiza el estímulo doloroso. 5
    • Obedece las órdenes. 6
    Resultado de la valoración de la escala:
    • 15 puntos: paciente en estado normal.
    • 15-14 puntos: traumatismo generalizado.
    • 13-9 puntos: politraumatismo.
    • Inferior a 9 puntos: traumatismo craneoencefálico grave.
  4. Valoración de la respiración. Nos acercaremos a la boca de la víctima con la mejilla e intentaremos sentir el aliento a la vez que dirigimos la mirada al tórax (si respira se moverá). Es importante destacar que en caso de que exista respiración, hará falta explorar el pulso, ya que puede o no tenerlo.
    • Ver: Miramos el tórax, si se eleva o no. Si se eleva y baja, respira.
    • Escuchar: Con el oído escuchamos el sonido de la respiración.
    • Sentir: Con los dedos índice y medio sentimos el pulso carotídeo (a un lado de la tráquea) de la víctima.
  5. Activar el sistema médico de emergencias o urgencias.
  6. Valoración del pulso. Existen múltiples lugares donde buscarlo, se divide en dos grupos:
  • Pulso central
En las arterias carótidas, situadas a ambos lados de la nuez de Adán, en una pequeña depresión en la garganta. Para sentirlo presionar levemente con los dedos índice y mayor, nunca con el pulgar (sentiríamos nuestro propio pulso).
O en las arterias femorales, situadas en la región inguinal, en la raíz del muslo. Sentiremos el pulso en nuestros dedos.
  • Pulso periférico
Otros lugares para identificar el pulso pueden ser las arterias radiales, en la cara externa de la muñeca.
Menos recomendables, ya que en caso de accidente y pérdida del conocimiento, la sangre se redistribuye hacia los órganos vitales, y no a las extremidades por lo que a veces este método puede resultar engañoso.

En caso de no encontrar pulso, iniciar el masaje cardíaco, es decir la reanimación cardiopulmonar RCP.

Según las nuevas pautas del European Resuscitation Council (ERC) que se publicaron en 2010, el pulso no es un criterio para decidir sobre si empezar la reanimación cardiopulmonar. En lugar de eso, la respiración es más importante porque es más fácil verificar si una persona respira.[27]​ Además dicen estas Guías que los reanimadores entrenados deberían también proporcionar ventilaciones con una relación compresiones-ventilaciones (CV) de 30:2. Para los reanimadores no entrenados, se fomenta la RCP con solo compresiones torácicas guiada por teléfono.

Reconocimiento de un paro cardíaco, datos adicionales

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Acercamiento al paciente en busca de elementos que identifiquen a una víctima que requiera RCP
Comprobación de las funciones respiratorias: el socorrista escucha la respiración, trata de sentir el aire sobre su mejilla, mira si el pecho sube y desciende, y siente los movimientos del pecho.

El reconocimiento es un paso clave en la iniciación de un tratamiento precoz de una parada cardíaca, es decir, la identificación de los elementos que determinan la presencia de una parada cardíaca. Si no es el caso, uno de los elementos del balance identificará que no hay probabilidad de una parada cardiorrespiratoria, entonces no hay que hacer reanimación cardiopulmonar.

Por lo general, el primer indicio es que la víctima no se mueve ni reacciona a la palabra, ni al contacto. Si el rescatista está solo, se recomienda pedir socorro. Se debe practicar RCP si la víctima adulta no responde y no respira o no respira con normalidad (es decir no respira o solo jadea o boquea), y se comienza con las compresiones (C-A-B), sin que sea necesario verificar si la víctima tiene pulso. Estudios demuestran que durante la reanimación, en una situación de paro cardiorrespiratorio, la percepción del pulso es falsa en el 50 % de las veces: el estrés y el esfuerzo físico hace que suba la tensión del rescatista, y es posible percibir el propio pulso como un golpeteo en el final de los dedos, en ausencia de circulación sanguínea en la víctima.

Una vez que se determina que una víctima necesita reanimación cardiovascular se advierte al sistema de rescate profesional de la localidad y se inicia de inmediato las compresiones torácicas.

El realizar de una valoración de la escala de Glasgow conlleva mucho tiempo. Más rápido es evaluar el estado de conciencia con el método AVDI:[cita requerida]

  • A: alerta (despierto).
  • V: verbal (solo responde al estímulo verbal).
  • D: dolor (solo responde al estímulo doloroso).
  • I: inconsciente (no responde).

Aunque en adultos el paro cardíaco suele ser súbito y se debe a una causa cardíaca, en niños suele ser secundario a una insuficiencia respiratoria y shock. Resulta esencial identificar a los niños que presentan estos problemas para reducir la probabilidad de paro cardíaco pediátrico y ampliar al máximo los índices de supervivencia y recuperación.

Secuencia y proporción en la RCP, datos adicionales

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En adultos, niños y lactantes, si solo está presente un reanimador, se recomienda una relación compresión:ventilación de 30:2 (30 compresiones antes de cada 2 ventilaciones).[23]​ Esta relación única está diseñada para simplificar la enseñanza de la secuencia del RCP, promover la retención de las habilidades, aumentar el número de compresiones, y disminuir el número de interrupciones durante las compresiones.

Si se encontrasen dos reanimadores se prefiere una secuencia de 15-2 en niños y lactantes.[23]​ Se recomienda en recién nacidos una secuencia 30-2 a menos que la causa de la falla cardíaca sea conocida, en cuyo caso la secuencia de 30:2 es la aconsejada.[24]​ Si se halla presente un acceso avanzado a la vía aérea, tal como un tubo endotraqueal o una mascarilla laríngea, se recomienda una ventilación de ocho a diez por minuto sin que se interrumpan las compresiones cardíacas.[28]

Cada cinco ciclos de dos ventilaciones y treinta compresiones, se revalúa la respiración. La RCP se continúa hasta que llegue atención médica avanzada o hay signos de que la víctima respira.

Habiendo dos o más reanimadores

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La secuencia es la misma que la realizada por un solo rescatista, pero después de observar la ausencia de respuesta, uno controla las compresiones cardíacas mientras que otro la respiración artificial. Por ejemplo, el rescatista A realiza la búsqueda de ayuda mientras el rescatista B comienza la RCP. El rescatista A vuelve y puede entonces implementar una desfibrilación externa automática si está disponible o sustituir al testigo B en la compresión cardíaca si este se encuentra cansado.

El rescatista que realiza las compresiones torácicas debe imprescindiblemente contar las compresiones en voz alta, con el fin de que los demás rescatistas sepan cuándo debe darle respiración artificial. Esto hace posible que el paso del tiempo entre compresiones y respiraciones sea más o menos uniforme y uno no debe concentrarse en calcular el tiempo, y no tiene que colocar de nuevo las manos en cada ciclo.

Las compresiones torácicas se dan del mismo modo que con un rescatista: dos respiraciones boca a boca por cada 30 compresiones. El uso de dispositivos es más efectivo que la respiración boca a boca, porque reduce el tiempo entre las respiraciones y las comprensiones: las respiraciones comienzan tras la última comprensión, y la comprensión comienza tras la última respiración, sin esperar a que el pecho baje de nuevo.

Nota
Hay una técnica de reanimación para solo un reanimador de primeros auxilios usando un balón respirador, que hace posible el beneficio de la contribución del dióxido y el lanzamiento de un trabajador de primeros auxilios. En este caso, el trabajador de primeros auxilios sitúa lugares mismos de la cabeza realizando la compresión de esta posición, mientras se inclinan con la parte más alta de la cara.[29]

Las compresiones cardíacas, datos adicionales

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Se colocan las manos entrelazadas en el centro del tórax sobre el esternón, cuidando no presionar en la parte superior del abdomen o el extremo inferior del esternón.
Posición para la RCP. Los brazos se mantienen rectos, las compresiones se realizan con el movimiento de los hombros. En un adulto se debe hundir el esternón 5 cm.

Las compresiones torácicas (llamadas también «masaje cardíaco extremo») permiten circular sangre oxigenada por el cuerpo. Esto consiste en apretar en el centro del tórax con el fin de comprimir el pecho:

  • Sobre un adulto y un niño de más de ocho años, el esternón debe descender de 5 a 6 cm;
  • Sobre un niño entre uno y ocho años, el esternón debe descender de 3 a 4 cm;
  • Sobre un lactante de menos de un año, el esternón debe descender de 2 a 3 cm (1/3 del diámetro anteroposterior del tórax).

Comprimiendo el pecho, también comprimimos los vasos sanguíneos, lo que impulsa la sangre hacia el resto del cuerpo (como una esponja). Se creía durante mucho tiempo que lo que se comprimía era el corazón; aunque parece que está situado demasiado profundamente y que juega solo un papel de regulación del sentido de la circulación por sus válvulas.[cita requerida]

Para que la compresión torácica sea eficaz, es necesario que la víctima esté sobre un plano duro; en particular, si la víctima está tendida sobre la cama. Usualmente hay que depositarla en el suelo antes de empezar las maniobras de reanimación.

La posición de las manos es importante si se quieren aportar compresiones eficaces. Hay que aplicarse a hacer compresiones regulares, a dejar el pecho recuperar su forma inicial entre una compresión y la siguiente, y a que el tiempo de relajamiento sea igual al tiempo de compresión. En efecto, el relajamiento del pecho permite el retorno de la sangre venosa, fundamental para una buena circulación.

El ritmo de masaje debe ser suficiente para hacer circular la sangre, pero no demasiado rápido, sino la circulación no será eficaz (se crearían turbulencias que se oponen a la distribución de la sangre).

Con el fin de adoptar un ritmo regular y de respetar la paridad en el tiempo de compresión / por tiempo de relajación, y para estar seguro de hacer buenas compresiones y un adecuado número de compresiones sucesivas, se aconseja contar en voz alta, bajo la forma:

Cifra (durante la compresión) - y (durante el relajamiento).

Así, contando en voz alta: «Uno-y-dos-y-tres- [...] -y-trece-y-catorce-y-quince», sucesivamente.

Las ventilaciones artificiales, datos adicionales

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Insuflación boca a boca. La cabeza del paciente se echa para atrás. El socorrista cierra la nariz del paciente con una mano, manteniendo la boca abierta del paciente, y apreciando en todo momento la barbilla.

Una de las primeras medidas de ayuda es el uso de ventilación artificial. Al detenerse la circulación sanguínea, el cerebro y el corazón pierden el aporte de oxígeno. Las lesiones cerebrales aparecen después del tercer minuto de una parada cardiorrespiratoria, y las posibilidades de supervivencia son casi nulas después de ocho minutos.[30]​ El hecho de oxigenar artificialmente la sangre y de hacerla circular permite evitar o retardar esta degradación, y dar una oportunidad de supervivencia.

La ventilación artificial consiste en enviar el aire a los pulmones de la víctima, soplando aire con la boca o con un dispositivo. La ventilación artificial sin dispositivos (boca a boca, boca a nariz, o boca a boca y nariz sobre lactantes, la insuflación de aire es bastante próximo al aire que se respira (contiene el 16 % de oxígeno). Cuando se utiliza un balón insuflador (con una máscara bucal), se administra aire ambiente con el 21 % de oxígeno. Si se conecta una botella de oxígeno médico, se aumenta mucho más la fracción inspirada de dioxígeno (FiO2), llegando incluso a insuflar oxígeno puro (cercano al 100 por ciento).

La ventilación artificial puede ser hecha con varios dispositivos: la máscara bolsa balón con válvula unidireccional otorga aire enriquecido con oxígeno (que está en la bolsa) a través de una máscara de interposición facial (pero es externa y no entuba, no abre las vías aéreas). Para ello se usa una cánula orofaríngea, llamada Bergman, tubo de Mayo o cánula de Guédel (estas no impiden el contacto boca a boca si no hubiera máscaras o máscaras con balones de aire) o Maselli: el respirador Maselli orofaríngeo (que evita contagios en ambos sentidos) y es necesario para facilitar el pase del aire al colocar la lengua en su lugar e impedir que caiga hacia atrás y adentro por la relajación de la inconsciencia, además de si la persona presenta una lengua voluminosa, como por ejemplo en casos de edema de Quincke. También posee una boquilla para el reanimador con una protección a modo de máscara, que impide todo contacto boca a boca.

El aire que se insufla pasa a los pulmones, pero una parte también al estómago. Este se va hinchando a medida que se dan más insuflaciones. Si no se le da tiempo a desinflarse, el aire corre el peligro de llevarse con él al salir el contenido ácido del estómago (jugos gástricos) que podrían inundar la vía aérea y deteriorar gravemente los pulmones (síndrome de Mendelson o síndrome de la respiración ácida) y puede comprometer gravemente la supervivencia de la víctima. Por ello hay que insuflar sin exceso, regularmente, durante dos segundos cada insuflación, y detener la insuflación tan pronto como se vea el pecho levantarse.

En el pasado se hacía presión sobre el cartílago cricoides con el fin de evitar la regurgitación del contenido gástrico durante la RCP.[6]​ Actualmente se desaconseja emplear esa maniobra de manera rutinaria.[31]

Reanimación cardiopulmonar avanzada (médica y paramédica)

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La reanimación cardiopulmonar avanzada está cambiando de enfoque hacia el concepto de reanimación cardiocerebral, que busca salvar la vida, con el mejor resultado neurológico posible.

Para esto se debe tener en cuenta:

  • ¿Tipo de PCR al que nos enfrentamos? No es lo mismo PCR traumático que médico. No es lo mismo el PCR extra hospitalario que el hospitalario.
  • Ritmo inicial; desbifrilable vs no desfibrilable (manejo avanzado de AESP o asistolias con actividad mecánica; guiado por tipo ritmo, complejo al monitor, monitorización arterial, ecografía de urgencia)
  • Las fases de PCR (eléctrica, mecánica y metabólica)
  • La inmediata disminución de perfusión coronaria y cerebral con cada interrupción de las compresiones cardiacas, y su lenta recuperación
  • La sangre cuenta con oxígeno suficiente para utilizar durante el PCR (inicialmente NO es necesario aportarlo)
  • La ventilación a presión (+) disminuye el retorno venoso e interrumpe compresiones, interrumpiendo perfusión coronaria y cerebral
  • Los cuidados post PCR (angioplastia, Hipo/normotermia terapéutica, neuroprotección clásica).

La reanimación cardiopulmonar especializada (RCPS) por un equipo médico o paramédico entrenado es el último eslabón de la cadena de supervivencia antes de la admisión al hospital. En el caso ideal, los procedimientos especializados son practicados en los diez minutos que siguen del paro cardíaco, después de la desfibrilación.

Vía aérea y ventilación. NO es prioridad

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No hay datos que apoyen el uso rutinario de un determinado enfoque para el acceso y mantenimiento de la vía aérea durante una parada cardiaca. El mejor enfoque depende de las circunstancias precisas que causaron la parada del corazón y en la competencia del reanimador. No hay suficientes pruebas para definir el momento óptimo de colocación de vía aérea durante la parada cardíaca.

La intubación por medio de un tubo que se desliza en la tráquea y sirve de conexión a un respirador artificial a las vías respiratorias del paciente, es considerado la maniobra óptima para asegurar la ventilación artificial. Sin embargo hay considerable evidencia que sin la capacitación adecuada o sin adiestramiento continuo para mantener la destreza, la incidencia de intentos fallidos y complicaciones resulta inaceptablemente alta.[31]

Otros dispositivos con diseño anatómico que ayudan a mantener la apertura de la vía aérea y a lograr fácil aspiración de secreciones incluyen tubos orofaríngeos que se adaptan al paladar, tubos nasofaríngeos que se introducen por vía nasal y el tubo de Safar en forma de «S» o su modificación con válvula: el tubo de Brook.

Para adultos el algoritmo para una parada cardíaca indica el uso inmediato de oxígeno al 100 %. No hay suficiente evidencia para apoyar o refutar el uso de concentraciones titradas de oxígeno o de la administración de oxígeno ambiente al 21 % constante en vez de oxígeno al 100 % en el soporte vital avanzado de un paciente adulto.[31]​ Estudios experimentales muestran que, tras la recuperación espontánea de la circulación, el pronóstico cerebral mejora mediante la administración de oxígeno guiada por SpO2 para mantener una SpO2 del 94 al 96 %, comparada con una hora continua de ventilación con oxígeno al 100 %.[32]

Un acceso vascular o vía venosa es colocada, ya sea periférica (venas del brazo) o central (vena yugular o vena subclavia, si hay imposibilidad de canulación periférica) prosiguiendo las compresiones torácicas, incluido el momento de las insuflaciones: la impermeabilidad de la sonda de intubado impide al oxígeno volver a salir en el momento de las compresiones.

Un capnómetro es colocado, que mide la cantidad de dióxido de carbono (CO2) espirado, es decir la eficacia de la reanimación. En efecto, si el paciente espira CO2, es porque el oxígeno llegó bien a las células, y el CO2 fue transportado hacia los pulmones para ser expulsado.

Soporte circulatorio

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También se administran medicamentos: adrenalina o equivalentes, líquidos de relleno vascular o de alcalinización según los casos. El desfibrilador puede ser acoplado a un estimulador cardíaco externo si el corazón es demasiado lento.

En una mujer embarazada, si el feto es potencialmente viable pero la reanimación es ineficaz, hay que contemplar una cesárea urgente.una mayor reducción de la grasa corporal. Algo que es muy importante durante el momento que estás haciendo ejercicio es hidratarse para que no te descompenses, La actividad física (AF) es imprescindible para la salud, ya que ayuda a sentirse bien psicológicamente (por la secreción de endorfinas) y a estar en forma física. Entre los beneficios de la AF destacan la mejora de la circulación sanguínea y la capacidad cardio- pulmonar, el mantenimiento de una composición corporal adecuada y la disminución de la grasa.

Por otro lado, estudios estiman el interés en aplicar otros tratamientos prehospitalarios, sin que estos constituyan por el momento estándares:

→ Inyección de vasopresina:[33]​los músculos que controlan la apertura de los vasos sanguíneos que ya no están siendo oxigenados, entonces hay una vasodilatación, lo que aumenta la capacidad volumétrica del sistema vascular y perjudica la buena circulación de la sangre en el momento de las maniobras de reanimación y en caso de recuperación de la actividad cardíaca (colapso cardiovascular); la utilización de medicamentos vasopresores (es decir elevando la presión sanguínea) permite mejorar la circulación de la sangre y aumentar las posibilidades de supervivencia sin secuelas.

→ Masaje cardíaco interno (MCI) por una minitoracostomia:[34]​ esta técnica consiste en practicar una incisión sobre el pecho, al cuarto espacio intercostal izquierdo, y en introducir allí un dispositivo que se despliega en el interior como un paraguas contra el pericardio; esto permite presionar directamente sobre el corazón, y además ciertos modelos poseen un desfibrilador interno; este sistema permite tener una mejor eficacia circulatoria, pero presenta riesgos de hemorragia y de infección.

En Europa, esta práctica requiere que el paciente sea transportado solo a partir del momento en que la situación hemodinámica es más o menos estable (pulso presente con una presión arterial existente). La reanimación cardiopulmonar pues es perseguida en el mismo lugar hasta que falle (no logramos reanimar al paciente y este es declarado fallecido) o tenga éxito. Es el método dicho sobre el stay and play (‘quedarse y actuar’, es decir: practicar reanimación en el mismo lugar). Esto difiere con la práctica estadounidense, que preconiza el transporte lo más rápidamente posible hacia un centro especializado, cualquiera que sea el estado del paciente. Es el método del scoop and run (‘cargar en una camilla y correr’).

Esta diferencia se explica en parte por la ausencia de acción de otorgar carácter médico de los primeros auxilios, en dicho carácter los paramédicos, pueden hacer los prcedimientos requeridos en una sala de urgencia (intubado, colocación de una vía venosa y una administración de medicinas) sobre el protocolo.

Si muchos estudios científicos mostraron el interés del CCP por ser testigo de una breve desfibrilación (en los 8 minutos siguiendo al fallo del corazón) sobre el sobreviviente, el interés en la práctica del cuidado médico en el apuro es menos obvio con respecto al número de sobrevivientes.[35]

Métodos obsoletos o discutidos

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En el caso de que un médico se haga cargo de un paro cardiaco, se ha propuesto practicar una trombolisis sistémica: la presencia de un coágulo de sangre en las arterias es una de las principales causas de la parada cardíaca (infarto del miocardio y embolismo pulmonar); por otro lado, la parada cardíaca se acompaña de la formación de coágulos minúsculos en el cerebro (microtrombos cerebrales), que, evitando una buena oxigenación de ciertas partes del cerebro en el momento de las maniobras de reanimación y en caso de recuperación de un paro cardiaco, podría dejar secuelas de tipo neurológico. El fin de la fibrinólisis es destruir estos coágulos y mejorar las posibilidades de supervivencia sin secuelas.

Este tratamiento no tiene la aprobación de todos, debido a los riesgos de hemorragia (el trombo evita la coagulación de la sangre), particularmente, en el momento de las compresiones torácicas, puede producirse fracturas de las costillas que pueden provocar hemorragias; la trombólisis está contraindicada en ciertas situaciones como la disección de la aorta (fisura de la arteria aorta) o un accidente vascular cerebral hemorrágico como la ruptura de un aneurisma

Situaciones especiales

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Reanimación médica del recién nacido

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La reanimación cardiopulmonar cerebral del recién nacido es un procedimiento programado y no improvisado, empleado en la sala de parto o la sala de neonatología adyacente. Se suele realizar con tres profesionales de la salud, uno asegura una vía umbilical, otro asegura un tubo endotraqueal y el tercero la preparación de medicamentos.

El catéter umbilical o catéter de Argyle radioopaco de 3,5 mm para la arteria umbilical, o 5 mm para la vena umbilical, tiene en la punta un orificio, mientras que los catéteres de lavaje o alimentación tienen el orificio a un lado del extremo del catéter, haciéndolo poco útil para la vía umbilical. El catéter de Argyle se inserta con ayuda de una radiografía para asegurar que quede insertado a 1 cm por encima del diafragma, basado en la tabla de Dunn. Se suele emplear unos 10 segundos para la correcta inserción del catéter previo a la radiografía.

El catéter traqueal o catéter de Portex, también radioopaco y sin balón de 3 mm o 2,5 mm para los neonatos más pequeños se inserta 1 cm pasada la glotis. A este se inserta una bolsa de reanimación o ambú transparente con válvula de presión sin exceder unos 30 cm de agua. A presiones más elevadas el ambú produce un murmullo que advierte de las presiones elevadas que ponen en riesgo el pulmón del recién nacido. Por la válvula de exhalación se expulsa el CO2 cuya válvula se suele insertar una manguera corrugada para mejorar la concentración de oxígeno en el ambú.

Las drogas utilizadas incluyen oxígeno que debe ser manejada con propiedad pues puede intoxicar la membrana lipídica neuronal. La adrenalina sin diluir es altamente tóxico por lo que solo se indica por vía subcutánea en pacientes alérgicos severos o con crisis de asma. Por vía endovenosa se diluye 1 cc con 9 cc de agua destilada y de esa dilución se indica 0,2 o 0,3 cc/kg cada dosis.

Si por cada tres latidos o compresiones se produce una respiración con la bolsa Ambú, el total por minuto es de 40 ventilaciones y 120 compresiones, más o menos los valores de frecuencia respiratoria y cardíaca de un recién nacido.

Factores a considerar en neonatos

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Los que se manifiesten como previos al nacimiento, tales como:

  • Diabetes materna.
  • Embarazo postérmino.
  • Hipertensión gestacional o preeclampsia.
  • Hipertensión crónica.
  • Anemia fetal o isoinmunización.
  • Muerte neonatal o fetal previa.
  • Sangrado en el segundo o tercer trimestre.
  • Infección materna
  • Enfermedad cardíaca, renal, pulmonar.
  • Tiroidea o neurológica de la madre.
  • Polihidramnios.
  • Oligohidramnios.
  • Ruptura prematura de membranas.
  • Hidropesía fetal.
  • Embarazo múltiple.
  • Discrepancia entre tamaño y fechas.
  • Farmacoterapia, por ejemplo magnesio.
  • Agonistas adrenérgicos.
  • Abuso de sustancias materno.
  • Malformación o anomalías fetales.
  • Actividad fetal disminuida.
  • Sin atención prenatal.
  • Madre añosa.

Durante las labores de parto

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  • Nacimiento por cesárea de emergencia
  • Nacimiento asistido con fórceps o ventosas
  • Presentación de nalgas u otra presentación anormal
  • Trabajo de parto prematuro
  • Trabajo de parto precipitado
  • Corioamnionitis
  • Ruptura de membranas prolongada (más de 18 horas antes del nacimiento).
  • Trabajo de parto prolongado (más de 24 horas).
  • Macrosomía
  • Patrones de frecuencia cardíaca fetal de categoría 2 o 3
  • Uso de anestesia general
  • Cambios en la frecuencia cardíaca fetal
  • Administración de narcóticos a la madre dentro de las 4 horas previas al nacimiento
  • Líquido amniótico teñido con meconio
  • Cordón prolapsado
  • Desprendimiento prematuro de placenta
  • Placenta previa
  • Hemorragia importante durante el nacimiento.
    RCP en una embarazada

Reanimación médica de una mujer embarazada

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En el caso de una mujer visiblemente embarazada, conviene elevar el costado o el glúteo derecho para mejorar el retorno de la sangre venosa, liberando la vena cava inferior del peso del feto y permitiendo que la sangre llegue al corazón.[36]​ Es decir, debe estar en decúbito lateral izquierdo. Esto puede hacerse poniendo ropa doblada bajo el glúteo derecho.

Sólo se realiza esta técnica en embarazadas de más de 30 semanas de gestación.

Referencias

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  1. Moreno, R.; Vassallo, J. C. y col (junio de 2010). «Estudio colaborativo multicéntrico sobre reanimación cardiopulmonar en nueve unidades de cuidados intensivos pediátricos de la República Argentina: A multicentric study». Arch. argent. pediatr. (Buenos Aires) 108 (3): 216-225. ISSN 1668-3501. Consultado el 8 de noviembre de 2010. 
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  30. A temperatura «normal» (20 °C); las bajas temperaturas protegen el cerebro y aumentan las probabilidades de supervivencia, así, en caso de ahogamiento o de hipotermia, es posible recuperar a una víctima a pesar de estar varias decenas de minutos en paro circulatorio (noción de "muerte aparente")
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Bibliografía

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  • Pérez Vigueras, J. et al. (2015) Reanimación cardiopulmonar básica y manejo del desfibrilador. ISBN 978-1518751837

Enlaces externos

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