Adoración de los Reyes Magos

La Adoración de los Reyes es una escena dentro de la historia que hace referencia a estos personajes. En la religión cristiana los Magos son unos personajes que aparecen en el Evangelio de Mateo (Mt 2-12) en el libro del Nuevo Testamento. Sin embargo, no aparecen en el relato de la infancia de Jesucristo que está en el Evangelio de Lucas.
Mateo hace un relato muy escueto en el que no aparece ni el número ni el nombre de estos magos. A partir de Orígenes (185-224) y con los Evangelios apócrifos se van añadiendo datos y detalles que la Iglesia va aceptando y los artistas aprovechan en sus obras. La historia de los Reyes Magos ha tenido siempre una gran atracción para las narraciones artísticas.
Texto bíblico[editar]
- Según Mateo el evangelista. (2; 1-12)
Después de nacer Jesús en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes, unos Magos llegaron de Oriente a Jerusalén preguntando: —¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle. Al oír esto, el rey Herodes se inquietó, y con él toda Jerusalén. Y, reuniendo a todos los príncipes de los sacerdotes y a los escribas del pueblo, les interrogaba dónde había de nacer el Mesías. —En Belén de Judá —le dijeron—, pues así está escrito por medio del Profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que apacentará a mi pueblo, Israel. Entonces, Herodes, llamando en secreto a los Magos, se informó cuidadosamente por ellos del tiempo en que había aparecido la estrella; y les envió a Belén, diciéndoles: —Id e informaos bien acerca del niño; y cuando lo encontréis, avisadme para que también yo vaya a adorarle. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en marcha. Y entonces, la estrella que habían visto en el Oriente se colocó delante de ellos, hasta pararse sobre el sitio donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Y entrando en la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose le adoraron; luego, abrieron sus cofres y le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Y, después de recibir en sueños aviso de no volver a Herodes, regresaron a su país por otro camino.[1]
Interpretación de la Iglesia católica[editar]
Jesús es el Mesías, un rey a la manera de un nuevo y más grande David, en el que se han cumplido las profecías: la estrella que anuncia su nacimiento,[2] la ciudad de Belén en la que nace [3], la sumisión a Dios de los reyes de la tierra que ofrecen sus dones y le adoran[4]; [5]. Pero es también el Hijo de Dios que cumple la obra de la salvación que Israel, también llamado hijo de Dios en el Antiguo Testamento [6] no supo llevar a cabo. Si Jesús es el iniciador del nuevo pueblo de Dios, estos magos, al no ser judíos, representan a las primicias de los gentiles que recibirán la llamada de la salvación en Jesucristo. Así lo entendió la Iglesia al celebrarlos en la solemnidad de la Epifanía.
Que todos los pueblos vengan a incorporarse a la familia de los patriarcas, y que los hijos de la promesa reciban la bendición de la descendencia de Abrahán (…). Que todas las naciones, en la persona de los tres Magos, adoren al Autor del universo, y que Dios sea conocido, no ya sólo en Judea, sino también en el mundo entero, para que por doquier sea grande su nombre en Israel [7]
El evangelio nos dice muy pocas cosas sobre la identidad de estos magos. Tradiciones tardías especificaron su origen y número. La más conocida viene del evangelio apócrifo armenio, que nos dice que los magos eran tres reyes, hermanos, originarios de Persia, llamados Mlchor, Gaspar y Baltasar.
Vimos su estrella en Oriente. Los intentos de identificar la estrella como un cometa o como una conjunción de astros no han dado resultados satisfactorios. Según ideas difundidas en la época, el nacimiento de los personajes importantes estaba relacionado con ciertos movimientos de los astros. Dios pudo valerse de esas nociones para conducirles hasta Jesucristo. En esa perspectiva, el sentido del pasaje es claro: los magos comienzan su itinerario desde la revelación de Dios en la naturaleza, la estrella, pero tienen que pasar por la revelación en las Escrituras de Israel para encontrar al verdadero Dios:
«Nace Cristo Dios, hecho hombre mediante la incorporación de una carne dotada de alma inteligente; el mismo que había otorgado a las cosas proceder de la nada. Mientras tanto, brilla en lo alto la estrella del Oriente y conduce a los Magos al lugar en que yace la Palabra encarnada; con lo que muestra que hay en la Ley y los Profetas una palabra místicamente superior, que dirige a las gentes a la suprema luz del conocimiento. Así pues, la palabra de la Ley y de los Profetas, entendida alegóricamente, conduce, como una estrella, al pleno conocimiento de Dios a aquellos que fueron llamados por la fuerza de la gracia, de acuerdo con el designio divino» [8]
.
Los dones señalados recuerdan la promesa de Dios a Israel[9] de ser centro y destino de los reyes de la tierra. Los dones ofrecidos eran muy preciados en Oriente y tenían también su significación. Se ve en ellos una confesión del ser de Jesús: recibe el oro como rey, el incienso como Dios, y la mirra como hombre. [10][11]
Iconografía[editar]


La escena de la adoración en Belén es una de las más antiguas en el mundo artístico. En ocasiones viene a tomar parte del episodio de la Navidad. El pasaje de la adoración ya se representaba en las catacumbas romanas donde puede verse a María en el extremo de la obra y a los tres magos llevando sus regalos sobre bandejas muy simples. El antecedente de esta representación está en las obras de la Roma Antigua en que las personas del pueblo sometido llevan presentes al romano vencedor durante la ceremonia conocida como triunfo.
En el siglo V cambia la disposición de la escena situando a María en el centro entre los Magos y añadiendo la comparsa de los camellos. Más tarde en época bizantina aparece en la escena un ángel que lleva una estrella y uno de los Magos hace una genuflexión. En Occidente y durante la Edad Media se suele vestir a los Magos con manto real y con corona. Sus regalos van en recipientes lujosos que se suponen hechos de metales preciosos. En el siglo XIII es frecuente un modelo en el que el primer rey se arrodilla y el segundo mira al tercero para mostrarle la estrella.

La escena va enriqueciéndose con otros detalles y a partir del siglo XVI pasa del puro simbolismo a lo anecdótico y atractivo.
- Giotto: uno de los frescos de la Cappella degli Scrovegni (Padua).
- Fra Angelico: uno de los frescos del Convento de San Marcos de Florencia.
- Benozzo Gozzoli: la Cappella dei Magi del Palazzo Medici-Riccardi (Florencia).
- Botticelli: Adoración de los Magos.
- El Bosco: Adoración de los Magos.
- El Greco, conservada en el Museo Soumaya de México. Data de 1568.
- Gillis Congnet: Epifanía de un retablo originalmente en la capilla del Señorío de Somalo y actualmente en la Concatedral de Santa María de la Redonda (Logroño). Datada en 1584.
- Velázquez: Adoración de los Magos
- Rubens: La Adoración de los Magos
- Andrea della Robbia : Adoración de los Magos (Andrea della Robbia)
Galería[editar]
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Mosaico, Santa Maria in Trastevere, Rome, by Pietro Cavallini, siglo XIII
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Giotto di Bondone, 1320–1325
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Libro de horas medieval escrito para la familia Grey de Ruthin, hacia 1390.
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Saint-Thiébaut Church, Thann, circa 1400
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Nikolaus Obilman (1435–1488), c. 1466
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Hans Memling, 1470
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Jean Fouquet; uno de los reyes magos es el rey Carlos VII de Francia
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Giorgione, c. 1505
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Adoration, Jan Mostaert, 1520s
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Jacopo Bassano, 1563–1564
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Icon, Cretan School, early 17th century
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Diego Velázquez, 1619
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Rubens, Lyon, c. 1617–1618
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Abraham Bloemaert, 1624
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Pieter van Lint, 1630
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Rubens, Cambridge, 1634
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Rembrandt, 1632
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Bartolomé Esteban Murillo, 1655–1660
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Tapestry, Edward Burne-Jones, Musée d'Orsay, 1887
-
Fragment from medieval fresco, Kremikovtsi Monastery
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Stained glass, St. Michael's Cathedral (Toronto)
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Temple sobre panel, Adoración de los Reyes Magos (1470 - 1473), Galleria nazionale dell'Umbria, Perugia.
Véase también[editar]
Bibliografía consultada[editar]
- DUCHET-SUCHAUX, Gaston y PASTOUREAU, Michel. La Biblia y los santos. Alianza Editorial. ISBN 84-206-9478-9
Referencias[editar]
- ↑ Facultad de Teología. Sagrada Biblia: Universidad de Navarra (pp. 3061-3062). EUNSA Ediciones Universidad de Navarra.
- ↑ Libro de los Números capítulo 24; versículo 17
- ↑ Libro de Miqueas; Miqueas capítulo 5 versículo 1
- ↑ Libro de Isaías capítulo 49; versículo 23; capítulo 60, versículos 5-6
- ↑ Libro de los salmos, capítulo 72, versículos 10-15
- ↑ Libro del Éxodo capítulo 4; versículos 22-23
- ↑ León Magno, Sermo 3 in Epiphania Domini 2
- ↑ Máximo el Confesor, Centuria 1,9
- ↑ Libro de Isaías capítulo 60; versículos 1-6
- ↑ Hilario de Poitiers Commentarius in Mattheum 1,5
- ↑ Facultad de Teología. Sagrada Biblia: Universidad de Navarra (pp. 9045-9047). EUNSA Ediciones Universidad de Navarra.
Enlaces externos[editar]
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