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Teatros de operaciones de la Segunda Guerra Mundial: Europa Oriental

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El Frente Oriental se caracterizó por la violación de derechos humanos entre los dos bandos, que seguían ideologías completamente opuestas. En este poster soviético, un soldado comunista asesina a la serpiente fascista

El Frente de Europa Oriental o Frente Oriental fue el principal frente europeo durante la Segunda Guerra Mundial. Cubrió el centro y el este de Europa, y fue abierto por la Alemania nazi al invadir Polonia en 1939, siendo cerrado por la Unión Soviética al capturar Berlín en 1945, manteniéndose inactivo temporalmente en 1940.

Debido a que los nazis aborrecían a los eslavos, judíos y comunistas, mientras que los soviéticos sentían lo mismo por los fascistas, la guerra en el frente oriental se caracterizó por la ocurrencia de genocidios en casi todos los países ocupados, así como la constante violación de las acuerdos obtenidos en las Convenciones de Ginebra. En este frente perdieron la vida 27 millones de soviéticos y 4 millones de alemanes (aunque podrían incluirse 6 millones de polacos), más de un 60% de las víctimas de esa guerra en todo el mundo. Se estima que en el frente oriental murieron el 80% de los soldados alemanes que murieron en la guerra, en el caso de Ucrania y Polonia, el 20% de la población fue asesinada.

Tras los cercos de Minsk en julio, Kiev en septiembre y Viazma en octubre, los nazis hicieron 3 millones de prisioneros soviéticos, que fueron los primeros en ser sacrificados en las cámaras de gas de los campos de exterminio.

Enfrentado a una guerra total, Stalin no dudó en practicar la táctica de tierra quemada ya probada en 1812, en organizar una guerra de guerrillas, en trasladar todas las industrias a la retaguardia y en sacrificar a todos los hombres que fuesen necesarios.

Tras la paralización de la ofensiva alemana en diciembre de 1941 y con algo de ayuda estadounidense, la Unión Soviética pudo reconstruir su ejército, movilizar a todo el país en nombre de defensa de la patria y para 1942 la producción de armamento soviética ya era superior a la alemana.

A pesar de contener la ofensiva alemana del verano de 1942 y expulsarlos de Ucrania durante 1943 y principios de 1944, los alemanes no pudieron ser derrotados hasta que no se abrió el segundo frente en Francia.

La guerra librada en Europa Oriental durante la Segunda Guerra Mundial puede dividirse en cuatro etapas:

  • Diversión de los Balcanes: Guerra Greco-Italiana, Invasión de Yugoslavia, Invasión de Grecia

Antecedentes

Auge del nazismo

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La Puerta de Brandeburgo en 1939

Al rendirse Alemania en la Primera Guerra Mundial, se creó en Europa central y oriental un vacío de poder que ninguna nación pudo llenar. Con la llegada al poder del comunismo y el fascismo a la Unión Soviética y Alemania respectivamente, el panorama político europeo se volvió inestable. Ambos países tenían ambiciones expansionistas y sus esfuerzos de rearme lo demostraban. Alemania llevaba la delantera, aspirando recuperar su puesto de potencia central, ya que la economía alemana estaba mostrando mejorías y la clase media alemana estaba resucitando, fue en este momento en que Hitler llegó al poder y aplicó una naturaleza ofensiva al resurgimiento de Alemania, desafiando el Tratado de Versalles e iniciando un proceso de rearme. Los gobiernos democráticos, representados por Gran Bretaña, Francia, Polonia y Checoslovaquia, empezaron entonces a formar alianzas entre ellos, intentando aislar a las dos naciones autoritarias. Sin embargo, la política de apaciguamiento impulsada por el premier inglés Neville Chamberlain y que caracterizó a otros países europeos, le concedieron a Hitler muchos logros, con los que fue ganando influencia en los países de Europa Central.

Para 1939 Alemania poseía influencia política sobre Austria, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y varias naciones de los Balcanes. Stalin observaba impotente como Alemania se hacia cada vez más poderosa, mientras que la Unión Soviética parecía destinada a convertirse en la paria de Europa.

Pacto Ribbentrop-Molotov

Caricatura polaca donde Ribbentrop rinde tributo a Stalin

Para abril de 1939, la intención de Hitler de recuperar el territorio alemán perdido en 1918 a Polonia era evidente ya que había renunciado al Pacto de No Agresión que había firmado con este país cinco años atrás. Stalin sabía que finalmente tendría que enfrentarse a Alemania y sabía que su ejército aún no estaba listo. Desesperada, la Unión Soviética buscó aliados en Francia y Gran Bretaña, pero este último país respondió enviando delegados en barco, a pesar de que sabían que la petición soviética era urgente. Cuando estos delegados llegaron en agosto, los soviéticos descubrieron que no poseían ningún poder especial para negociar. La opinión rusa era que las naciones occidentales no tenían deseos de evitar la invasión de Polonia, ya que podían sacrificiar a este país, si esto significaba que Alemania y la Unión Soviética se aniquilarían entre ellas.

Finalmente, en la segunda semana de agosto, las naciones occidentales dieron una respuesta positiva, sin embargo las negociaciones se estancaron al llegar al tema de la defensa de Polonia. El gobierno polaco no deseaba que las tropas soviéticas entraran a su territorio, a pesar de que sabía que la invasión alemana era inminente. Las naciones occidentales presionaron a Polonia para que aceptara esta condición, pero el gobierno polaco dejó claro que prefería ser invadida por Alemania que ser amenazada por la Unión Soviética. En aquel momento, Polonia confiaba plenamente en sus alianzas con Francia e Inglaterra, por lo que no veía la alianza con su desconfiable vecino como esencial. Las negociaciones fueron suspendidas y la Unión Soviética se encontró sola de nuevo ante Alemania.

El 19 de agosto, el Ministro de Relaciones Exteriores alemán Joachim von Ribbentrop visitó Moscú para la firma de un tratado comercial con la Unión Soviética. Una vez allí, Ribbentrop sugirió a Viacheslav Molotov que discutieran expandir el tratado con incursiones en la política exterior, ya que las empresas alemanas querían tener ciertas garantías de las futuras buenas relaciones entre ambas naciones. Se presume que este aproximamiento alemán sólo se originó porque Hitler también consideraba que su ejército tampoco estaba listo para ocupar la Unión Soviética, ya que la ideología hitleriana no permitía la coexistencia pacífica con este país. Finalmente, el 23 de agosto se firmó el Pacto Ribbentrop-Molotov, que definía los límites de las esferas de influencia soviética y alemana, que en otras palabras se podía traducir como la repartición de Europa Oriental.

Una de sus claúsulas secretas indicaba la repartición de Polonia y Rumania.

Invasión de Polonia

Veáse artículo principal: Invasión de Polonia

Situación política de Europa después de la invasión de Polonia

El 1 de septiembre de 1939 Alemania invadió Polonia, y para sorpresa de Hitler, Gran Bretaña y Francia le declararon la guerra dos días después. Una pequeña fuerza de Eslovaquia invadió también desde los montes Cárpatos al sur.

El ejército polaco no había sido movilizado completamente y no había renovado su armamento completamente, por lo que se explica el hecho de que participaran cuerpos de caballería en la batalla. La planicie polaca era ideal para el uso de la Blitzkrieg, la nueva táctica militar alemana, que intentaba evitar el estancamiento del frente, tal como había ocurrido en la Primera Guerra Mundial. El ejército polaco no estaba listo para esta táctica y desplegó toda su fuerza a lo largo del frente, sin profundidad suficiente en sus líneas. Cuando los tanques alemanes cruzaron las líneas por distintos puntos del frente, no atacaron a las fuerzas polacas, sino que las rodearon cortando su retaguardia, dejándolas aisladas. Después llegó la infantería pesada alemana, que acabó con las bolsas polacas.

Después de la victoria alemana en la batalla de Bzrua, el éxito de la invasión estuvo asegurado, y las fuerzas polacas se retiraron al este, con el objetivo de aguantar allí hasta que llegasé la ayuda anglo-francesa. Se intentó evacuar a la población civil hacia zonas más seguras, pero el rápido avance alemán evitó que la evacuación fuera exitosa. El 17 de septiembre, la Unión Soviética invadió Polonia desde el este, y el plan de contigencia polaco se desmoronó. Con la batalla perdida, las tropas polacas empezaron a ser evacuadas por el sur hacia Rumania.

Para el 1 de octubre Polonia fue completamente ocupada y el 6 de octubre la invasión concluyó, y en ningún momento la ayuda aliada prometida dió muestras de materializarse. Muchos soldados polacos lograron escapar y se unieron a las filas francesas y británicas, contribuyendo enormemente en la guerra. Además, en Polonia se formaron múltiples movimientos de resistencia política y militar, siendo el más conocido el Armia Krajowa, que obtuvieron resultados notables contra la ocupación nazi.

En la Polonia ocupada por Alemania, rápidamente la calidad de vida de los polacos, especialmente de los judíos, se empezó a deteriorar, ya que la ideología nazi los calificaba como subhumanos. En la lado soviético, la población también fue humillada, en este caso no por su raza sino por su afiliación política. En la llamada masacre de Katyn, miles de oficiales polacos fueron ejecutados en masa. Por otro lado, cientos de alemanes polacos fueron asesinados en los primeros días de la invasión por los polacos, acusados de formar una quinta columna, el caso más conocido fue el linchamiento de 346 alemanes étnicos en Bromberg. Como represalia, la mayoría de los habitantes de este pueblo fueron ejecutados o enviados a campos de concentración cuando los alemanes llegaron.

Campaña en los Balcanes

Decisión alemana

Después de la invasión de Francia, Hitler se enfocó de nuevo en la Unión Soviética. En una reunión secreta llevada a cabo el 31 de julio de 1940, el Alto Mando alemán tomó la decisión de invadir la Unión Soviética en abril de 1941, en una operación llamada Barbarroja. El 18 de diciembre, fue confirmada la decisión en una conferencia militar secreta. Por su parte, el Kremlin confiaba en que Hitler respetaría el Pacto Ribbentrop-Molotov por lo menos hasta 1945, por lo que el Ejército Rojo no se encontraría preparado para esa fecha.

Sin embargo, la fecha de la ejecución de la Operación Barbarroja tuvo que aplazarse dos meses debido a que Il Duce Benito Mussolini decidió reabrir el Frente Oriental antes.

Distracción en los Balcanes

Firme en su creencia de que la caída de Gran Bretaña era cuestión de tiempo, Mussolini inició su programa de expansión territorial, a pesar de que sabía que su ejército aún no terminaba de iniciar su proceso de rearme. Haciendo caso omiso del consejo de sus generales y del mismo Hitler, Mussolini empezó a preparar la ocupación de Grecia. El 28 de octubre Hitler viajó de emergencia a Roma, a convencerlo de que desistiera de su plan expansionista momentáneamente, pero cuando llegó, el dictador italiano le dijó que la invasión acababa de comenzar.

Los peores temores de Hitler se hicieron realidad, cuando las fuerzas italianas no sólo no pudieron ocupar rápidamente Grecia, sino que fueron repelidas por un contraataque griego hacia Albania, que en aquel momento estaba bajo dominio italiano. Para empeorar la situación, Gran Bretaña envió fuerzas a Creta y Lemnos, mientras que la RAF entregó soporte aéreo. Como no quería empezar la guerra con la Unión Soviética con tropas aliadas al sur del frente Oriental, Alemania acudió en ayuda de Italia.

La invasión de Grecia por parte de Alemania debía ocurrir para marzo de 1941, pero Yugoslavia se encontraba en medio del camino. En aquel momento, el regente, el príncipe Pablo se encontraba presionado por todos lados para que asumiera un bando pronto, por lo que decidió aliarse a Alemania. Entonces, la opinión pública yugoslava se volcó contra su regente y lo derrocaron, instaurando un gobierno anti-alemán al poder, por lo que el 6 de abril Alemania bombardeó Belgrado. La embestida alemana fue brutal y para el 17 de abril, Yugoslavia se rindió. Sin perder tiempo, Alemania se dirigió rápidamente a Grecia, superando rápidamente a las fuerzas anglo-griegas, obligando a Grecia a rendirse el 21 de abril. El 25 de abril se lanzaron paracaidistas sobre Creta, que lograron capturar la isla, si bien a un alto costo.

Con el Frente de los Balcanes calmado, Hitler estaba libre de nuevo para iniciar la Operación Barbarroja, si bien con unos meses de retraso. Pero en la Unión Soviética, la situación era de completa tranquilidad, a pesar de que el espía Richard Sorge había dado a Stalin la fecha aproximada del ataque alemán así como a los criptoanalistas suecos. Sólo se equivocó en dos días, al concretar que el ataque tendría lugar el 20 de junio de 1941. Stalin, considerando que la Batalla de Inglaterra estaba en su apogeo, ignoró las advertencias. Además, espías alemanes hicieron creer a los soviéticos, que el mariscal Mijaíl Tujachevsky, estaba cooperando con ellos, lo que motivó su errónea ejecución, de esta manera, un comandante conocedor de las nuevas tácticas militares fue eliminado, minando la eficacia militar soviética.

Invasión de la Unión Soviética

Preparación alemana

Siguiendo los principios establecidos en Mein Kampf, el gobierno nazi planeaba ocupar el este de Europa ya que el pueblo alemán necesitaba el Lebensraum o espacio vital para progresar. Hitler planeaba expulsar a la población de Rusia más allá de los Montes Urales, según él su región natural, y la población que quedase moriría por inanición, generando un superávit de producción de alimentos que estaría destinado a Alemania. Además, debido a que en Alemania existía escasez de mano de obra por la movilización del ejército, los rusos se convertirían en una especia de clase obrera esclava. Los campos agrícolas de Ucrania y los pozos petroleros del Cáucaso suministrarían al tercer Reich todos el alimento y el combustible para su expansión. Además, al caer la Unión Soviética, Inglaterra quedaría completamente aislada en Europa, siendo obligada a firmar un armisticio.

La debilidad del ejército soviético jamás fue puesta en duda por Hitler, este comentó: "Sólo debemos golpear la puerta y toda la podrida estructura se vendrá abajo". Al haber ocupado a Francia, Noruega, Yugoslavia, Holanda, Bélgica, Dinamarca y Grecia y expulsado a los ingleses de Europa en menos de un año, pocas personas pusieron en duda de que Alemania no podría derrotar a la Unión Soviética.

La Operación Barbarroja, planeada inicialmente para el 13 de mayo, contaba con tres millones de hombres, divididos en tres grupos: Norte (Wilhelm Ritter von Leeb), Centro (Fedor von Bock) y Sur (Gerd von Rundstedt). En total, 3,5 millones de soldados alemanes con 600.000 vehículos, 750.000 caballos, 3580 blindados, 7184 cañones y 2715 aviones de la Luftwaffe junto con 19.000 trenes. El Grupo de Ejércitos del Centro llevaría la mayor cantidad de tanques y debería atravesar Bielorrusia e ir directo sobre Moscú. El grupo del Norte debería ocupar Leningrado con la ayuda de las tropas finlandesas para luego ir en ayuda del grupo del Centro. Mientras tanto el grupo del Sur atravesaría la poblada Ucrania, para luego dirigirse al Volga y de ahí al Cáucaso, rico en petróleo. El avance alemán de esta operación debería llegar hasta la llamada línea AA, que iba desde Arjánguelsk hasta Astraján.

Por su parte, para el 1 de junio de 1941, el Ejército Rojo contaba en los sectores militares occidentales con un total de 36 divisiones acorazadas, 18 motorizadas, 7 de caballería y 88 de cazadores. La Gran Purga efectuada en el Ejército Rojo agravó mucho la situación, (más del 80% de la oficialidad estaba eliminada) Stalin entonces no pudo contar con tres de sus cinco mariscales, trece de sus quince jefes de Ejército, más de la mitad de los generales de división y casi idéntica proporción de los de brigada. Además, la Unión Soviética tenía desorganización de los mandos en ese momento y la alta concentración de efectivos en la fase inicial en la frontera, además por una semana imperó la orden de no provocación dada a la oficialidad rusa en la frontera.

Operación Barbarroja

El 21 de junio inició la invasión, la mayor operación terrestre la historia, encontrando al Ejército Rojo completamente desprevenido. Stalin, que se hallaba de vacaciones, ordenó no contraatacar durante el primer día, con la ingenua esperanza de que todo fuera un error, o de que por lo menos todavía se pudiera encontrar una solución con el diálogo. Gran parte de la fuerza aérea soviética ubicada cerca de las fronteras fue destruida por la Luftwaffe en el primer día. La orden de ubicar los aviones tan cerca de Alemania había sido dada hace poco por Lavrenti Beria, y fue una de las muchas acusaciones que llevaron a su ejecución años después.

Una vez que quedó claro que Hitler había decidido por fín atacar a Rusia, se dictaron órdenes que revelan la inmadurez estratégica y desconcierto del Alto Mando Soviético, el STAVKA. A las sorprendidas unidades soviéticas se les ordenó que no retrocedieran; al contrario, debían avanzar y llevar el combate a territorio enemigo. Las unidades alemanas habían de ser "cercadas y aniquiladas". Fruto de esta orden, las divisiones acorazadas soviéticas de la segunda línea defensiva, que debían haber sido mantenidas cuidadosamente como reserva, fueron lanzadas de forma prematura a la batalla. El 24 de junio, en varios lugares, los alemanes se habían adentrado más de 150 kilómetros en territorio soviético y las órdenes fatales habían permitido que los nazis cercasen a fuerzas rusas en número considerable.

En un mes, el Báltico y Bielorrusia estaban en manos alemanas. Hitler envió a los tanques al norte y al sur, para terminar de tomar Leningrado y Rumania, a pesar de que sus generales le aconsejaban enviar la ofensiva directamente contra Moscú, que se encontraba a 400 kilómetros.

En septiembre de 1941 Kiev cayó y 665 mil soldados soviéticos fueron atrapados, y luego en Viazma a otros 600.000 rusos, las pérdidas rusas eran terroríficas para esos momentos, se veía dudar a Stalin en su dirección de la guerra, más de 2.000.000 de soldados habían perdido la vida, se encontraban heridos o prisioneros, muchos soldados rusos(hiwis) y cosacos se pasaron para el lado de los alemanes. Cualquier otra nación habría solicitado la rendición estando en esas condiciones, la guerra parecía perdida para los soviéticos. Pero esta guerra era una lucha ideológica, de razas y subsistencia y Stalin, ya salido de su estuperfacción, se entregó de lleno a organizar los altos mandos para contener a los alemanes. En las reuniones, Stalin dejaba que la iniciativa fuera de parte de los entendidos y les daba plena flexibilidad en sus iniciativas, a diferencia de Hitler que ejerció el control total y monopólico de sus fuerzas.

Además ante la imposibilidad del Grupo de Ejércitos Norte de tomar Leningrado, se empezó a sitiarla. En 900 días de asedio, desaparecieron perros, gatos, ratas y palomas consumidos por sus desesperados habitantes, lentamente tres millones de personas murieron por el hambre, el frío y los bombardeos, hubo muchos casos de canibalismo y mercado negro. En caso de que la ciudad fuera tomada, los rusos tenían planeado volarla completa con alemanes y sus propios habitantes incluidos.

Durante este tiempo, los soviéticos aprovecharon para enviar toda su industria a la retaguardia, moviendo a miles de obreros de un lugar a otro. Aunque existieron graves problemas de organización, la operación cumplió su objetivo y pronto las industrias pesadas de Rusia estaban funcionando de nuevo en los Urales.

El 6 por fin Hitler permitió la toma de Moscú, sin embargo el 10% de las fuerzas alemanas eran bajas en este momento, lo que significaba que 200 mil soldados del Reich estaban fuera de combate, además el cruel invierno ruso ya estaba cerca. Debido a la extensión del frente, la reagrupación de los tanques del Grupo de Ejércitos Centro tardó un mes completo, restándole días a la campaña contra Moscú debido al aproximamiento de diciembre. Sin embargo, el Alto Mando alemán estaba confiado, ya que según sus cálculos los soviéticos contaban con 60 divisiones, aunque en realidad pasaban de 200.

La reacción del Gobierno Central

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Imágen de una calle de Leningrado en 1942

Hay pocos testimonios sobre las primeras reacciones de Stalin, pero su ausencia de las columnas de prensa durante cinco o seis días y la velada autocrítica pública que hizo en su primera aparición tras este breve eclipse ponen de manifiesto que el dictador rojo cayó en una especie de postración y que posiblemente su carrera se vio comprometida. De lo que a todas luces fue un error, Stalin supo sacar provecho y su autoridad salió reforzada. Después de una entrevista violentísima con el mariscal Semión Timoshenko el 22 de junio, en la que Stalin se plegó a las demandas de Alto Estado Mayor, el jefe del Estado se encerró de nuevo en su villa de Kúntsevo y guardó silencio. La prensa anunciaba iniciativas tomadas por los mandos militares en las que no figuraba el nombre del secretario general. El líder de los nervios de acero se mantenía en un desconcertante mutismo. Todo parecía perdido, un guardaespaldas asegura que en esa época, Stalin iba en secreto cada semana a una capilla en el Kremlin a orar para poder ganar la guerra.

Sólo a primeros de julio les pareció a los ciudadanos soviéticos que la maquinaria del Estado se ponía otra vez en marcha y que el hombre que había gobernado hasta entonces volvía a dominar la situación. Se creaba un Comité de Defensa del Estado presidido por Iósif Stalin y éste, tras dos semanas de silencio, se dirigía el 3 de julio al país. "Habló con voz apagada y lentamente, con su marcado acento georgiano", ha escrito Konstantin Simónov. En un momento dado, alzó una copa con mano temblorosa y los radioescuchas pudieron oírle beber agua. El embajador Maiski ofrece una visión más contundente: "Fue una exhibición negativa. Stalin habló con voz monótona y mate, deteniéndose a menudo y respirando con dificultad... Parecía estar enfermo y en el límite de sus fuerzas". Desmintiendo en parte lo que escribía la prensa sobre las derrotas que el Ejército Rojo infligía a los alemanes, admitió Stalin que las pérdidas eran considerables y que los ejércitos del Reich se habían apoderado de Lituania, Letonia, Bielorrusia occidental y gran parte del oeste de Ucrania.

Curiosamente, la autoridad de Stalin no quedó disminuida con su imprevisión y la subsiguiente derrota de las tropas rusas. La política de Stalin estaba determinada desde el pacto de amistad y cooperación que la URSS firmó con la Alemania nazi en agosto de 1939. Y el propósito de este pacto no era evitar la guerra, sino retardarla, ganar tiempo y permitir la consolidación de un Ejército Rojo diezmado por las purgas y fabricar el armamento necesario para el enfrentamiento inevitable.

Estabilización del Frente Oriental

La Operación Tifón, como se le llamó a la ofensiva contra la capital soviética, usaba de nuevo la Blitzkrieg, sin embargo, en este caso las condiciones del terreno no eran las más adecuadas para este tipo de combate. Las pésimas condiciones de las carreteras soviéticas, por las tempranas lluvias de octubre, demoraban el avance de los tanques y hacían muy díficiles de cruzar los campos, incluso en caballos. A 160 kilómetros de Moscú, la lluvia paró, pero empezaron las nevadas, que empezaron a causar bajas entre los alemanes. El OKW había esperado una victoria rápida y no había abrigado lo suficiente a sus soldados. En Smolensko, el Ejército Centro encontró una fiera resistencia que hizo atrasar el avance a Moscú, este atraso unido a la falta de suministros atrasó en varias semanas a los alemanes. El invierno más crudo del siglo estaba por iniciarse y también la batalla de Moscú. Los partisanos atacaban la retaguardia y las líneas de suministros alemanas, la aviación rusa bombardeaba de noche las pistas enemigas. Una de las cosas que más llamaba la atención a los alemanes era la tremenda capacidad de resistencia del ejército ruso, asimismo el inhumano derroche de vidas de que hacía gala la comandancia rusa en sus operaciones.

Ante los iniciales éxitos alemanes, el superespía Richard Sorge le avisó a Stalin de que Japón no pensaba atacar a la Unión Soviética, y éste decidió traer las divisiones que estaban en la frontera con Mongolia. Además, Stalin nombró a Georgy Zhukov comandante en jefe del Ejército Rojo, a pesar de que hace poco lo había exiliado.

El 15 de noviembre se inició una campaña contra Moscú, intentando rodearla. El 21 de noviembre, el IV Ejército Panzer llegó a 30 kilómetros de su objetivo, pero se detuvo en Khimki. Al mismo tiempo, el II Ejército Panzer fracasó en su intento de tomar Tula, la única población que se interponía entre ellos y la capital soviética. Para finales de noviembre, los generales alemanes reconocieron que la resistencia moscovita y el rigor del invierno iban a hacer imposible la toma de Moscú ese año. Un contraataque soviético armado por Zhukov dejó mal parados a los alemanes, y por primera vez los generales de los tres grupos sugirieron una retirada. Hitler inmediatamente los cesó del mando.

El 8 de diciembre, uno de los peores inviernos (-20 a -50°C) en la historia de Rusia convenció a Hitler para que suspendiera las operaciones militares hasta 1942.

Mientras el avance se estancaba en el norte, en el sur se realizó un progreso imprevisto. Después de ganar la batalla de Voronezh, el Grupo de Ejércitos Sur siguieron los ríos Don y Volga hacia el sur. Si bien el plan original indicaba que debía primero asegurarse estos ríos antes de ir hacia el Cáucaso, donde estaban los campos de petróleo, Hitler ordenó que se dividieran las fuerzas y se tomaran ambos. De esta manera, el VI Ejército Alemán fue solo a Stalingrado, mientras que el IV Ejército Panzer que debía ayudarlo se atrasó un poco porque debía asegurar el cruce de las tropas al Cáucaso por el Don. Cuando el IV Ejército Panzer llegó a Stalingrado, la resistencia soviética se había endurecido demasiado.

En junio de 1942 Sebastopol por fin cayó en manos alemanes, además el avance alemán en el Cáucaso llegó a su punto máximo el 18 de noviembre, sin embargo, la extensión del avance con los flancos descubiertos, obligó a los Panzer a retirarse cuando fueron atacados por los soviéticos. En este punto, la artillería, los tanques (el famoso T-34) y los aviones (Sturmovick) rusos empezaron a sobrepasar en número, y luego en calidad a los carros de combate y artillería alemanes, tal cual lo había predicho Heinz Guderian en su libro Achtung Panzer. Al parecer Hitler ignoraba las cifras reales y las dimensiones bélicas enemigas, hechos que se revelaron sobre sus mapas durante la ofensiva de 1942.

En este punto la invasión alemana llegó a su máxima extensión, dentro de poco, el Ejército Rojo no sólo alcanzaría las fuerzas necesarias para frenar a la Wehrmacht, sino también para enviarla de vuelta a Alemania.

Punto de Inflexión

Características de la guerra soviético-alemana

La guerra de Alemania con la Unión Soviética adquirió caracteres únicos en cuanto a los ribetes fratricidas, terroríficos y dramáticos, las penurias impuestas tanto por la guerra como por las condiciones ambientales sobrepasaron en muchas oportunidades la capacidad de sufrimiento del ser humano. El hambre, el frío extremo, la vastedad del paisaje, el polvo y los lodazales, los partisanos, la inmisericordia y la crueldad fueron de características únicas en este escenario.

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Perro-mina usado como arma antitanque por los rusos corre hacia un T-34 durante su entrenamiento

Hitler emitiría el siguiente orden que fue un aliado inesperado que alentó a la más duras de las resistencias. Hitler dio la famosa directiva Kommissar Befehl, la orden de asesinar a todos los comisarios políticos prisioneros capturados, sin previo juicio y sumariamente.

En consecuencia, y dispuestos a no dejarse coger con vida, los comisarios políticos estimularon la resistencia a ultranza de oficiales y soldados con un derroche de vidas aterrador. Masas de soldados eran lanzadas como carne de cañón sobre las posiciones alemanas teniendo una ametralladora a sus espaldas, el retroceso y la cobardía se pagaban en el acto. Los nacionalistas ucranianos y bálticos acogieron al principio a los alemanes como libertadores del yugo ruso. Pero cuando comprobaron que los nazis les trataban como a una raza inferior, la invasión perdió el apoyo popular. En cambio Stalin hizo resucitar todos los viejos mitos patrióticos y nacionalistas, superados por la revolución, para impulsar la resistencia popular.

Una situación que sorprendió a los alemanes fue el uso de perros como elementos antitanques, estos perros eran entrenados para situarse bajo un tanque por instinto pavloviano, pues ten ía fijado en sus cerebros que la comida estaría abajo. El cánido portaba una bomba en las grupas que era accionada por una asa perpendicular que se doblaba al meterse el perro bajo el tanque y causaba la explosión del dispositivo.

Pronto los rusos, más aún los de la región de Crimea, Lituania y Ucrania comprendieron que el invasor los oprimía hasta el exterminio, los robos a las granjas, las violaciones, las matanzas de Kiev, Smolensko y otros lugares por los batallones de la muerte, los Einsatzgruppen a cargo de las SS, no le dejaron dudas del destino que les esperaba. Los rusos se empezaron a defender hasta la muerte, con un empecinamiento y un espíritu de lucha que sorprendió a los alemanes. Por primera vez en la historia, los alemanes observaron mujeres-soldados rusas entre los cadáveres de puestos defensivos destruidos, asimismo el papel de apoyo que prestó la mujer al soldado combatiente fue vital para mantener la moral combativa de los hombres, ya sea sirviendo ellas como oficiales de enlace, radiotelefonistas, o bien a cargos de emplazamientos artilleros o brigadistas de tanques. Las actividades de los partisanos hacían para los alemanes que el internarse en un bosque o ser enlace, equivaliera a un pase a la muerte para los destacamentos alemanes. Hubo momentos en que parecía que el final soviético estaba a las puertas en cuanto a moral combativa, las deserciones en masa se sucedían en todas partes, los rusos se pasaban para el lado alemán (se les denominó hiwis, incluso se formaron batallones cosacos con uniforme alemán). Súbitamente, el Ejército Rojo tenía un sorprendente grado de recuperación muy superior al alemán. Este mecanismo sinérgico se debía a la ayuda aliada de acuerdo a la ley de préstamos y arriendos que le facilitó la Gran Bretaña con equipos, tanques y aviones estadounidenses, a la flexibilidad con que actuaban los altos mandos, la determinación de defender el suelo patrio, la probable suerte que les esperaría a manos alemanas y sobretodo el terror impuesto por los comisarios políticos en las filas. La aparición del tanque T-34, muy superior al MK IV de los alemanes fue una de las bazas de la resistencia rusa.

Desastre alemán en Stalingrado

Pelea de guerrillas en Stalingrado

Durante la batalla de Stalingrado, (de agosto de 1942 a enero de 1943), el ejército alemán luchó encarnizadamente por conquistarla. La ciudad fue bombardeada hasta quedar convertida en ruinas, pero así fue más fácil defenderla para los rusos. El VI Ejército alemán ocupó las principales áreas de la ciudad, pero esto no disminuyó la intensidad de la lucha.

El 19 de noviembre se desató la Operación Urano. Los soviéticos habían estado colocando tropas en ambos lados de Stalingrado, formando unas pinzas alrededor de la ciudad. El 23 de noviembre esas pinzas se cerraron sobre Stalingrado, atrapando a 300 mil soldados del Reich. Al mismo tiempo, la Operación Marte intentó atrapar a más soldados alemanes en Smolensk, pero fracasó.

La OKW empezó entonces a enviar tropas desesperadamente contra Stalingrado, en un intento de liberar al VI Ejército cercado. El 12 de diciembre tres divisiones Panzer intentaron acercarse a la ciudad en la llamada Operación Wintergewitter, pero se detuvieron a 65 kilómetros de su objetivo. En aquel momento, los soldados alemanes atrapados estaban en condiciones demasiado severas, sin abrigo y comida, como para esperar un intento de ruptura desde adentro.

El 31 de enero de 1943, 90 mil sobrevivientes de Stalingrado se rindieron a la Unión Soviética. Además, el II Ejército Húngaro fue barrido también.

Stalingrado marcó varios hitos: la primera derrota alemana importante en la guerra, el punto de mayor avance en la Unión Soviética y la batalla más sangrienta de la Historia. Aunque todavía quedaban por delante más de dos años de guerra, Alemania empezó a perderla en Stalingrado. Stalin diría para esa fecha: "Sorge salvó a la Unión Soviética", ya que los informes que suministró a Stalin, fueron valiosísimos para el retiro de fuerzas siberianas desde los fronteras orientales y destinarlas a Moscú y Stalingrado, estas tropas combatían bien en ambientes extremos. La Abwehr descubrió las actividades de Sorge y fue detenido por la Kempei Tai (el equivalente japonés de la Gestapo). A pesar de las negociaciones de Stalin, Sorge fue ajusticiado en la horca el 7 de noviembre de 1944.

Los rusos avanzaron 500 km más allá de Stalingrado, ocupando Kursk y Jarkov. Sin embargo, el general Erich von Manstein lanzó una ofensiva el 20 de febrero que les permitió recuperar Jarkov. Este ataque de von Manstein al sur de la ofensiva soviética dejó un saliente en el frente, cuyo centro estaba exactamente sobre Kursk.

Operación Ciudadela

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Tanques Panther alemanes dirigiéndose a la batalla de Kursk

Con esta situación en el frente, Hitler vió la oportunidad perfecta para emprender una ofensiva que le permitiría a Alemania retomar la iniciativa en la guerra. Atacar en Kursk era una jugada peligrosa, sus generales le recomendaron a Hitler que no atacara, sino que de ahora en adelante Alemania debería luchar a la defensiva. Hitler los ignoró y empezó a mover tropas de otros frentes hacia el saliente de Kursk, con el objetivo de atrapar a los soldados enemigos que se encontraban allí. Secretamente, Zhukov empezó a mover tropas para fortalecer el saliente, después de que la inteligencia de su país le informara de los planes alemanes.

El ataque sobre el saliente de Kursk fue llamada Operación Ciudadela, aunque hoy en día se conoce como la batalla de Kursk. Los alemanes juntaron casi un millón de hombres para esta operación, así como 2.700 tanques y 10 mil cañones de artillería. Por su parte, los soviéticos casi llegaron al millón y medio, así como 3.600 tanques y el doble de cañones.

Todo estaba preparado para la mayor batalla de tanques de la historia, y Alemania debía derrotar completamente al Ejército Rojo, porque no contaba con las reservas para iniciar otra ofensiva. Hitler conocía la importancia de esta operación y por eso declaró:

"Esta operación es de una importancia fundamental. Debe concluir con un rápido y decisivo éxito. Cada jefe y cada soldado habrán de ser debidamente preparados para que se den cuenta de la importancia decisiva de esta ofensiva. La victoria de Kursk será un faro que iluminará al mundo."

El ataque comenzó el 4 de julio. Por la tarde Junkers Ju 87 Stuka bombardearon en las líneas del norte, a la vez que se iniciaba el ataque de artillería. A las 22:30 los soviéticos replicaron con un bombardeo de la artillería que, ayudado por la lluvia torrencial, retardó el avance alemán.

El 5 de julio de 1943, los soviéticos, conociendo la hora exacta del ataque alemán, comenzaron un bombardeo masivo de la artillería sobre las líneas enemigas 10 minutos antes, seguido por un ataque masivo por parte de la aviación rusa contra la Luftwaffe en sus bases, en una tentativa de emular la táctica alemana de eliminar la aviación enemiga dentro de la primera hora de la batalla. Las horas siguientes se convirtieron en la mayor batalla aérea de la historia. El IX Ejército Panzer en el norte se encontró casi incapaz de moverse. A los pocos minutos de avanzar fue atrapado en los campos minados.

Después de que en una semana los alemanes hubieran avanzado solamente 10 kilómetros, los soviéticos lanzaron un ataque contra el II Ejército en Orel. En el sur las operaciones iban algo mejor para los alemanes. La punta de lanza del IV Ejército Panzer, comandada por el Coronel Hermann Hoth, llegó a Prokhorovka. En este empalme ferroviario se libró entonces una batalla de mil tanques, considerada por algunos historiadores como la mayor de la historia.

Sin embargo, a pesar de la cantidad de bajas alarmante en el bando soviético, la enorme reserva de hombres ayudó a solventar fácilmente las pérdidas del Ejército Rojo. Por el lado alemán la situación era diferente, ya que a pesar de que las bajas eran inferiores, cada una era un sacrifico que Alemania no podía darse el lujo de afrontar.

Lejos aún de su objetivo, a Hitler le llegó la noticia de que tropas británicas y estadounidenses acababan de desembarcar en Sicilia el 10 de julio, los peores temores de los generales de Hitler se hicieron realidad: acababan de perder cientos de miles de soldados y no habían ganado casi nada. Hitler ordenó suspender la ofensiva y retiró tropas del frente oriental hacia Italia, aunque muchas de estas se encontraban en el campo de batalla cuando les llegó la orden.

En la batalla de Kursk, Alemania perdió medio millón de hombres, mil tanques y 200 aviones. Por su parte, la Unión Soviética perdió 600 mil hombres y 1500 tanques, así como mil aviones. Sin embargo, éste país reemplazó en poco tiempo a los soldados perdidos, pero estas pérdidas fueron insostenibles para Alemania, y nunca más volvió a realizar una ofensiva a gran escala. El impulso alemán en la Segunda Guerra Mundial se perdió para siempre, y por primera vez, muchos generales alemanes se dieron cuenta de que su país iba a perder la guerra.

Expulsión alemana

La "Rumyantsev"

El Ejército Rojo es vitoreado al entrar a Bucarest

Aprovechando que los alemanes estaban distraídos por su propia ofensiva, el Frente Oeste del Ejército Rojo se lanzó contra Smolensk, que fue liberada finalmente el 25 de septiembre. Sin embargo, el avance soviético hacia el río Dnieper fue tan rápido e imprevisto, que el II Ejército al mando de Walther Model casi fue aislado. Al norte del saliente de Kursk, en el Frente de Bryansk, se inició otra ofensiva soviética, tomando Orël en una semana y haciendo retroceder a los alemanes 120 kilómetros.

El 3 de agosto, se inició la operación Rumyantsev en los frentes de Voronez y de la Estepa, sorprendiendo a los alemanes de nuevo, ya que su inteligencia les había informado que estos dos frentes soviéticos habían sufrido serias bajas en la batalla de Kursk. Esta información era verdadera, pero Alemania volvió a subestimar los enormes recursos humanos que poseía el Ejército Rojo. La Rumyantsev logró liberar a Belogrado en el segundo día. El 21 de agosto, Jarkov también fue liberada por segunda vez en la guerra, si bien esta vez definitivamente.

Alemania se encontró entonces enfrentando ofensivas desde todos los frentes soviéticos cuando el Frente Centro, el Frente Suroeste, y el Frente Sur iniciaron sus propias operaciones también. El 23 de septiembre, el Ejército Rojo logró cruzar el Dnieper.

Si bien las operaciones soviéticas de 1943 se anotaron una gran victoria al aislar las fuerzas alemanes en Crimea y al liberar Kiev, los alemanes pensaron que el agotamiento haría que las ofensivas se suspendieran durante el invierno. Lo que la OKW no sabía es que al mismo tiempo el Kremlin ya estaba planificando la liberación de Ucrania ese mismo año.

En la madrugada del 24 de diciembre de 1943 los soviéticos irrumpieron a lo largo de todo el frente al oeste de Kiev, empezando con un ataque de artillería contra el Grupo de Ejércitos Sur. El asalto de la infantería posterior logró hacer retroceder a los alemanes 32 kilómetros, sin embargo, inmediatamente se iniciaron las lluvias, con lo que se redujo bastante el ritmo soviético. De todas maneras, para el 5 de enero de 1944, se había abierto una brecha de 240 kilómetros de ancho y 80 kilómetros de profundidad, cortándose la comunicación entre el Grupo de Ejércitos Norte y Sur.

Al disminuir las lluvias, la ofensiva soviética se disparó de nuevo, y entre las ciudades de Korsun y Cherkassy, en Ucrania, se atraparon a medio millón de soldados del Reich. De esta manera, quedó cada vez más claro que la situación alemana en Ucrania era insostenible, sin embargo, Hitler se negó a ordenar una retirada general. En abril cayó Odessa y Sebastopol un mes después.

Después del desastre de Smolensk, el Grupo de Ejércitos Centro y Norte habían logrado recuperarse y habían mantenido al Ejército Rojo alejado del Dnieper en el norte. Sin embargo, en enero de 1944, los frentes del Norte se activaron de nuevo, permitiendo finalmente el levantamiento del cerco de Leningrado, aunque buena parte de los habitantes ya habían muerto para entonces. Poco después, Nóvgorod también fue liberada y en febrero el avance soviético se detuvo en la frontera con Estonia, después de haber movido 100 kilómetros el frente.

La Operación Bagration

Mapa de la Operación Bagration

Con el frente en el sur muy aislado, el Alto Mando Soviético concluyó que lo mejor sería avanzar por Bielorrusia también, ya que si las tropas soviéticas continuaman avanzando por Ucrania extendería peligrosamente las líneas de suministros. Finalmente se llegó a elaborar la Operación Bagration, cuyo objetivo sería empujar el frente más allá de Minsk. Los alemanes, por su parte, habían estado retirando tropas de Bielorrusia, ya que esperaban un ataque más al sur, frente a Lvov.

El 6 de junio, las tropas angloamericanas por fín desembarcaron en Europa, aliviando la presión que existía en el Frente Oriental. El 23 de junio, la Operación Bagration se desencadenó, y los resultados fueron palpables en menos de 24 horas. De esta manera, para el 27 de junio las fuerzas alemanas en Vitebsk habían sido aniquiladas, mientras que el IX Ejército Alemán, unos 70 mil hombres, había sido capturado casi en su totalidad.

Mientras tanto, el IV Ejército alemán, batiéndose en retirada desde Orsha, se tuvo que detener en el río Beresina, porque Hitler le prohibió retroceder más. Cuando el desastre era inminente, el comadante del IV Ejército desobedeció las órdenes, pero aún así miles murieron cruzando el río o fueron hechos prisioneros.

Por otro lado, el Grupo de Ejércitos Norte también sufría una seria paliza, ya que muchas tropas se retiraron al sur, hasta Minsk, donde fueron cercadas el 3 de julio. Una semana después, la ciudad caía, contabilizandose unos 43 mil alemanes muertos. Inmediatamente, el Ejército Rojo avanzó hacia Lituania, tomando Vilna rápidamente.

Finalmente, el 29 de agosto, el avance soviético se detuvo. Para ese momento, el II Frente Bielorruso estaba a menos de 80 kilómetros de Prusia del Este, en aquel momento parte de Alemania. Más al sur, el I Frente Bielorruso había entrado a Polonia y cruzado el río Vístula, además parte importante del Grupo de Ejércitos Norte no se había podido retirar y había quedado aislado en Curlandia. Después de avanzar casi 600 km en un frente de 1.120 km, los estados del Báltico habían sido liberados, y sólo era cuestión de tiempo para que Polonia fuera ocupada por la Unión Soviética. Además, en el sur, el avance sobre Ucrania finalmente se había completado, y el 23 de agosto, el gobierno pro-alemán de Rumania fue derrocado. El 12 de septiembre, Rumania se rindió, y los Balcanes fueron abiertos completamente al Ejército Rojo.

Con los aliados desembarcando en Francia al oeste, y habiendo perdido más de 700 mil hombres en el este en los últimos tres meses, era obvio que la Wehrmacht debería tomar medidas extraordinarias si quería evitar que los soviéticos entraran al corazón de Alemania.

Conquista de Alemania

Avance hacia Alemania

Símbolo del Armia Krajowa

A pesar de que la guerra se había inclinado a favor de los aliados en Europa, un triste episodio, ocasionado por la política, ensombrenció la moral aliada. Con los soviéticos a pocos kilómetros de Varsovia, los polacos del Armia Krajowa, decidieron que ya era hora de levantarse en masa contra la ocupación alemana. Sin embargo, la ofensiva soviética tuvo que detenerse por problemas de abastecimiento: los mejores pronósticos soviéticos no habían predicho tal avance y por ende las líneas de suministros se habían extendido demasiado. Stalin aprovechó esta falla como excusa para no brindar apoyo alguno a los polacos, que por un mes completo se enfrentaron pobremente armados contra tropas SS de élite. El trágico alzamiento de Varsovia concluyó con la ejecución de 250 mil civiles, así como la destrucción de Varsovia y la disolución del movimiento de resistencia polaco como fuerza militar relevante.

El caso de Varsovia se repitió inmediatamente en Eslovaquia, la resistencia eslovaca se rebeló en masa contra la guarnición alemana en su país, sin embargo, ante la negativa soviética de brindar apoyo, el alzamiento fracasó, y los alemanes reestablecieron su poder en Eslovaquia sólo para ser expulsados por los soviéticos dos meses después.

En enero de 1945 los soviéticos llegaron finalmente a Varsovia, y con una fuerza de tanques, infantería y artillería diez veces superior a las fuerzas alemanas, reiniciaron su ofensiva, cubriendo entre 30 y 40 kilómetros por día en Polonia. La población alemana de Prusia Oriental, Danzig y Poznań escapó de las tropas soviéticas, que asesinaban a todos los hombres alemanes y violaban a todas las mujeres alemanas que tenían edades entre 8 hasta 80 años. Varios barcos de refugiados alemanes fueron hundidos por submarinos rusos, siendo los más conocidos el Wilhelm Gustloff y el Goya, con 7 mil y 5 mil muertos respectivamente, una cifra espeluznante para un naufragio si se considera que en el Titanic murieron 1500 personas. Curiosamente, el mismo capitán ruso fue el que hundió los dos barcos y ocasionó los dos peores naufragios de la guerra. El éxodo alemán llevó a miles de refugiados buscar albergue en ciudades Coblenza, Dresde y Hamburgo, las cuales serían bombardeadas por los americanos y británicos con bombas de fósforo y napalm, con miles de civiles muertos incluyendo prisioneros de guerra ingleses. Sólo en Dresde se contabilizaron más de 400 mil cadáveres calcinados, esto como resultado de la política aliada presidida por el Mariscal del Aire, el inglés Arthur Harris, apodado correctamente Bombardero Harris.

Para inicios de febrero, el Ejército Rojo se encontraba desplegado a lo largo del río Oder, a unos 60 km de Berlín. Lo que quedaba del Grupo de Ejércitos Norte se encontraba atrapado en Curlandia, mientras que el Grupo de Ejércitos Centro también estaba aislado en Königsberg. Sólo quedaba la mitad del Grupo de Ejércitos Sur (Grupo de Ejércitos A) para resguardar la entrada a Berlín, ya que muchas tropas habían sido enviadas al oeste de Alemania para intentar contener a la ofensiva angloamericana durante la batalla del Bulge.

Además de renombrar al Grupo de Ejércitos Norte, Grupo de Ejércitos Curlandia, Hitler nombró a Heinrich Himmler comandante del recién creado Grupo de Ejércitos Vístula, a pesar de que este no tenía ninguna experiencia comandando tropas, esta decisión fue tomada por la sencilla razón de que Hitler ya no confiaba en la Wehrmacht desde el atentado del 20 de julio (Operación Valkiria). El contraataque lanzado por Himmler el 24 de febrero fracasó, y la Pomerania, región históricamente alemana fue anexada a Polonia.

Más al sur, tres intentos alemanes de sacar a sus tropas atrapadas en Budapest, fracasaron, y la guarnición de Budapest se lanzó en una carga suicida contra los soviéticos, muriendo la mayoría, si bien algunos alemanes lograron escapar. No obstante, Hitler ordenó a sus hombres avanzar hasta el Danubio, ejecutando una ofensiva en el lago Balatón, que fracasó miserablemente. Esta fue la última ofensiva importante de Alemania en el resto de la guerra.

Aprovechando el fracaso alemán, el Ejército Rojo capturó Hungría, y para el 13 de abril, Viena ya había caído también. El 9 de abril, la guarnición alemana de Königsberg se rindió, destruyéndose en pocos meses siglos de presencia alemana en Prusia del Este, sin embargo, la lucha en Heiligenbeil y Danzig continuó hasta el final de la guerra en Europa.

Batalla de Berlín

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Un tanque soviético en la Puerta de Brandeburgo en 1945

Para abril, todos los frentes soviéticos estaban listos para iniciar el avance final sobre Alemania, juntando 2 millones y medio de hombres, 6.250 tanques, 7.500 aviones, 41.600 piezas de artillería, 3.255 lanzacohetes Katyusha, y casi cien mil vehículos de transporte, la mayoría prestados por los Estados Unidos.

El 16 de abril, la llamada batalla de Berlín empezó, y si bien existieron problemas en las llamadas Colinas de Seelow, en el sur, el I Frente Ucraniano de Koniev llegó sin problemas al sur de Berlín. El I Frente Bielorruso de Zhukov se vió presionado a acelerar el paso, ya que Zhukov deseaba conquistar Berlín primero. De esta manera, Zhukov rodeó Berlín y atacó desde el noroeste, mientras que Koniev, que se detuvó momentáneamente por órdenes de Stalin, llegó de segundo a Berlín y atacó por el sur.

La batalla de Berlín fue dura, ya que la población civil fue obligada a usar las armas (Volkssturm), por lo que era normal ver niños de 10 diez años, así como ancianos e inválidos, en los puestos de artillería o usando Panzerfausts. Las bajas alemanas y soviéticas fueron elevadísimas, y la arquitectura de Berlín sufrió grandes destrozos, incluyendo la Cancillería del Reich, el Reichstag y la puerta de Brandeburgo. Aquellos civiles que se negaban a luchar eran ejecutados inmediatamente por los alemanes, mientras que los que luchaban eran ejecutados por los soviéticos, la cantidad de prisioneros era baja comparado con los conseguidos en otras batallas.

El 30 de abril, el Canciller de Alemania, Adolf Hitler, se suicidó junto con su nueva esposa Eva Braun. Varios personajes importantes del gobierno de Alemania hicieron lo mismo, incluyendo Joseph Goebbels y su esposa. El secretario de Hitler, Martin Bormann desapareció en la batalla, si bien varios personas aseguran que lo vieron con dos tiros en la espalda en una estación de metro de Berlín. El comandante en jefe de la ciudad, Helmuth Weidling rindió la ciudad el 2 de mayo. En la batalla murieron 360 mil soldados soviéticos, las cifras alemanas son dudosas, pero se estima que fueron mucho mayores.

El almirante Karl Dönitz fue nombrado Presidente por Hitler antes de morir, y éste dio permiso al general Alfred Jodl de firmar la rendición incondicional con la Unión Soviética el 7 de mayo, haciéndose efectiva al día siguiente. Los otrora hombres de confianza de Hitler, Hermann Goering y Heinrich Himmler habían caído en desgracia al intentar hacer la paz por separado con los aliados. Ambos se suicidaron al ser capturados por los estadounidenses.

El 9 de mayo, día de la victoria para la Unión Soviética, se convirtió en fecha festiva, y el 24 de junio se celebró un impresionante desfile en Moscú.

Las fuerzas alemanas ubicadas en Praga se rehusaron a rendirse, ya que tenían la esperanza de que los norteamericanos podrían capturar la ciudad antes que los soviéticos. Cuando fue obvio que los norteamericanos no tenían ninguna intención de ocupar Checoslovaquia, dejaron de luchar y escaparon al oeste. Todos los rumores que existían, asegurando que los alemanes habían construido una serie de fortalezas inexpugnables en los Alpes, resultaron ser falsas, y la mayoría de las tropas alemanes, hartas de la guerra, se rindieron en masa.

Consecuencias

La Cancillería del Reich fue demolida en una ceremonia en la que estuvo presente sir Winston Churchill, éste luego manifestó haber visto varios alemanes llorando. Oficialmente los restos de Hitler nunca fueron hallados, pero fuentes confiables rusas aseguran que fueron parcialmente recuperados por las fuerzas soviéticas, y junto a los restos de la familia Goebbels fueron llevados a un lugar en la Alemania Oriental. En 1970, por una orden del Kremlin, fueron reducidos a cenizas los huesos de Hitler y Eva Braun, y lanzados a un excusado.

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