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Amaro Pargo

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Amaro Pargo

Retrato de Amaro Pargo situado en el lienzo del «Cristo de la Humildad y Paciencia» de la Ermita de Nuestra Señora de El Rosario
Información personal
Nombre completo Amaro Rodríguez Phelipe de Varrios Machado Lorenzo de Castro y Núñez de Villavicencio.[1]
Otros nombres Amaro Pargo
Nacimiento 3 de mayo de 1678
San Cristóbal de La Laguna, Tenerife
Fallecimiento 14 de octubre de 1747
(69 años)
San Cristóbal de La Laguna (Corona de Castilla) Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Iglesia de Santo Domingo de Guzmán (San Cristóbal de La Laguna) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Español
Religión Catolicismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Padres Juan Rodríguez Felipe y Beatriz Tejera Machado
Hijos Manuel de la Trinidad Amaro (ilegítimo)[2]
Información profesional
Ocupación Corsario y comerciante
Firma

Amaro Rodríguez Felipe y Tejera Machado (San Cristóbal de La Laguna, 3 de mayo de 1678[2]​ - ibídem, 14 de octubre de 1747), más popularmente conocido como Amaro Pargo, fue un corsario[nota 1]​ y comerciante español.

Participó en la carrera de Indias, logrando una gran fortuna debido a la inversión de sus beneficios en las tierras de las que era propietario en Tenerife, dedicadas principalmente al cultivo de la vid. El intenso comercio que se desarrolló entre el Atlántico y el Caribe, fomentó las actividades piráticas y corsarias. Amaro Pargo llegó a participar en intervenciones corsarias a las flotas de otros estados europeos, apresando buques y destinando algunos a su venta.

Sintió una considerable devoción por sor María de Jesús de León y Delgado, llegando incluso a financiar su funeral y su sepulcro. Realizó diversas donaciones con el objetivo de mejorar la vida de los más pobres de Tenerife, especialmente para la mejora de las condiciones de vida de los presos de la cárcel de San Cristóbal de La Laguna.

Su figura se ha visto envuelta en un halo de romanticismo que lo ha relacionado con la piratería, tesoros ocultos y romances ilícitos. Diferentes autores han aprovechado este misticismo que rodea su figura para elaborar sus novelas. Además, la empresa de videojuegos Ubisoft mandó a realizar un estudio sobre Amaro Pargo, haciendo hincapié en su fisonomía, de cara a su aparición en el videojuego Assassin's Creed IV: Black Flag.

Contexto histórico

El tráfico comercial del siglo XVIII se vio condicionado por diversos conflictos bélicos con Gran Bretaña, tales como la Guerra de Sucesión Española, la Guerra anglo-española de 1727-1729 y la Guerra del Asiento ―también conocida como la Guerra de la Oreja de Jenkins en la historiografía inglesa―. Los ataques de corsarios magrebíes continuaron durante este periodo.[2]

Este contexto hizo necesario que los navíos dedicados al comercio atlántico se artillasen adecuadamente. Además, motivó la compra-venta de los buques apresados durante las etapas de conflicto, actividad en la participó tanto Amaro Pargo como su hermano, José Rodríguez Felipe. Algunos documentos ―como la «Obligación de Amaro Rodríguez Felipe y Nicolás María Bignoni para armar navío en corso para defensa de las islas» (7 de julio de 1740)[nota 2]​― señalan la posibilidad de que Amaro Pargo realizase acciones corsarias individualmente o en colaboración con otros capitanes que participaban en la Carrera de Indias.[2]

Biografía

Primeros años

Nació en La Laguna en 1678.[2]​ Sus padres fueron Juan Rodríguez Felipe de Barrios y Beatriz Tejera Machado, quienes tuvieron otros siete hijos: Francisca, Ana, Pedro y José, además de otras tres hermanas que ingresaron en el convento de Santa Catalina de Sena ―sor María Santa Beatriz, sor Clara de San Juan Bautista y sor Juana de San Vicente―. Sus abuelos paternos fueron Cristóbal Rodríguez de Varrios y Ana Lorenzo Machado, y los maternos, Juan González Pargo de Castro y María Texera Machado.

Su familia residió principalmente en la ciudad de La Laguna, donde tuvieron diferentes propiedades ―rústicas, urbanas, etc.― en torno a la plaza de San Cristóbal (también conocida como plaza Tanque de Abajo).[1]​ Sin embargo, las «casas principales» de la familia estaban ubicadas en el entorno de la plaza de Abajo (actual Plaza del Adelantado), lo que situaba a la familia muy cerca del centro de poder económico, político y social.

El testamento de su madre, Doña Beatriz, presenta los rasgos típicos de la burguesía agraria, que se han podido definir a través de los objetos que se describen ―bien de subsistencia y de intercambio (cereales, higos, pipas de vino, etc.), ajuar doméstico, vestuario y diferentes útiles (para tareas hogareñas, labores del campo y trabajo artesanal)―; además, la contabilidad, las memorias de venta de mercancías y la evidencia de la importancia de productos americanos, como el cacao, evidencian el entramado comercial en el que participaban todos los miembros de la familia.[2]

La carrera de Indias

Su participación en la carrera de Indias comienza en el bienio 1703-1705, periodo en el que fue dueño y capitán de la fragata El Ave María y las Ánimas, navío con el que navegó desde el puerto de Santa Cruz de Tenerife hasta el de La Habana. Esta misma ruta la realizó en diferentes ocasiones y con distintos navíos. Sus conocimientos sobre los medios de transporte y de las mercancías exportadas desde el archipiélago canario hacia las Indias Occidentales le permitieron obtener grandes beneficios. Reinvirtió los beneficios del comercio canario-americano en sus heredades, destinadas principalmente al cultivo de la vid de malvasía y de vidueño, cuya producción ―principalmente la de vidueño― se envió a América.[1]

Se tiene poco conocimiento de la estancia de Amaro Rodríguez en el Caribe, sin embargo, hay registros documentales de la época que hacen referencia a un proceso de reclamación de filiación. Este proceso lo inició Manuel de la Trinidad Rodríguez, bastardo nacido en La Habana e hijo de Josefa María del Valdespino y Vitrián. Aportó declaraciones de testigos, entre otros testimonios, mediante los procesos legitimadores del siglo XVIII; sin embargo, Amaro nunca lo reconoció como su hijo.[2]

Según su testamento y los repartos de bienes, acumuló un gran patrimonio, constituido por 733 fanegadas, tanto de secano como de regadío, repartidas por Tenerife ―en lugares como Valle Colino y Vinagre, Tegueste el Viejo y Tegueste el Nuevo, entre otros―; 42 casas, tanto en las medianías como en los núcleos urbanos de San Cristóbal de La Laguna y Santa Cruz de Tenerife; bienes muebles ―muebles, cuadros, ornamentos litúrgicos y mercancías, entre otros―; y «títulos de propiedad de tributos».[2]​ Aunque una parte de esta fortuna corresponde a la herencia de sus padres y a la adjudicación de tierras por pleitos judiciales, la gran mayoría de ellas fueron compradas por Amaro Pargo a partir de 1714.

Devoción

Sor María de Jesús de León y Delgado.

Por su condición de ferviente católico, Amaro Pargo está vinculado con «un sinfín de fundaciones, dotación e institución de memorias y fundos en beneficio del estamento religioso y del pueblo».[2]​ Entre sus contribuciones destacan la financiación de las mejoras de la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán y del convento de Santa Catalina de Siena, en el que estaban sus tres hermanas.

Fue devoto de sor María de Jesús, una monja de la Orden de los Predicadores y del convento de Santa Catalina. Esta devoción lo llevó a costear su aparato fúnebre, lo que también implicó la construcción de un mausoleo tres años después de la muerte de sor María de Jesús. El 15 de febrero de 1734, Luis Tomás Leal ―provincial de la Orden de los Dominicos― intervino en la dación de las tres llaves del sepulcro, entregando una a Amaro Pargo, en reconocimiento de su afecto a sor María de Jesús, sus buenas obras y a las muestras de veneración hacia la orden.[2]

También contribuyó a la mejora de vida de los pobres en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna. Realizó tributos a los pobres de la cárcel de la ciudad y puso «en circulación monedas de "cuartos" y "ochavos" para mejorar la preocupante situación financiera y de liquidez» de la economía de subsistencia del archipiélago.

Muerte y herencia

Amaro Pargo murió el 14 de octubre de 1747 en su ciudad natal. Fue enterrado en la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, en el sepulcro de la capilla de San Vicente, de la que era propietario.[1]​ En la lápida de mármol está grabado el escudo de su familia y bajo este una calavera guiñando el ojo derecho con las dos tibias cruzadas.

Al no tener descendencia legítima, legó su patrimonio a sus «parientes cercanos y gente de su confianza»,[1]​ vinculando las propiedades con diversas instituciones, tales como el mayorazgo, el patronato y la capellanía. Los mayorazgos los puso en manos de sus sobrinos, siendo Amaro González de Mesa y Ana Josefa Rodríguez Felipe quienes detentaron el mayorazgo principal.

Apodo

Durante años se ha especulado la razón que justifica el apodo del corsario «Pargo» o «El Pargo». Tradicionalmente se ha creído que este seudónimo se refiere a que dicho corsario era "rápido", "escurridizo en la batalla" y que "se movía en el mar como el citado pez", el Pagrus pagrus (también llamado «Pargo»).[3]​ Teorías más recientes arraigadas en la tradición popular también han atribuido el apodo a los rasgos faciales del corsario.

Sin embargo en la actualidad, han surgido otras teorías que tratan de explicarlo. Así, en opinión del catedrático de Universidad de La Laguna Manuel de Paz y del Investigador y Bibliotecario Daniel García Pulido su apodo «no tiene que ver con el hecho de que su rostro se asemejara al de este pescado, sino con el apodo con el que era conocido el clan familiar».[4]

Exhumación

Lápida de la tumba de Amaro Pargo en la Iglesia de Santo Domingo, en donde destaca la calavera con las tibias cruzadas

El 18 de noviembre de 2013 se realizó la exhumación de sus restos por parte de un equipo de antropólogos, arqueólogos y forenses de la Universidad Autónoma de Madrid, con la finalidad de estudiar la figura de Amaro Pargo, incluyendo pruebas de ADN y la recreación de su rostro.[5]

Según los registros históricos, junto a Pargo fueron enterrados sus padres y un sirviente negro, Cristóbal Linche. Aparte de estos habían seis personas más, que según la arqueóloga Esther Andréu, responsable de Arqueomedia ―empresa encargada de la exhumación― podrían tratarse de sobrinos o sobrinos-nietos. Además, se encontraron cuerpos de bebés sin parentesco con Amaro Pargo, lo que podría atender a la costumbre de enterrar a los recién fallecidos sin bautizar con un adulto que los pudiese guiar hacia el cielo.[6]

La exhumación fue financiada por la empresa francesa de videojuegos Ubisoft con el objetivo de documentar e investigar la figura de Amaro Pargo como corsario para la cuarta entrega de la saga con el título Assassin's Creed IV: Black Flag.[7]​ Antonio Alonso, brand manager de Ubisoft en España, asegura que en su época fue un personaje que «tenía la misma reputación y popularidad que Barbanegra o Francis Drake».[8]

En la cultura popular

El tesoro de Amaro Pargo

La casa de Amaro Pargo en el barrio de Machado, en el municipio de El Rosario, ha padecido constantes saqueos con el objeto de encontrar el supuesto tesoro que escondió. Las historias sobre este tesoro son variadas, algunas lo ubican en el entorno de los roques de Anaga, mientras que otras lo sitúan en la zona de la Punta del Hidalgo y la cueva de San Mateo, al noreste de Tenerife.[7]

El tesoro se compondría de «plata labrada, joyas de oro, perlas y piedras de valor, porcelana china, ricas telas, cuadros y quizá los 500.000 pesos fuertes».[9]

Literatura

La dedicación de Amaro Pargo a las actividades mercantes y corsarias ha suscitado el interés de varios novelistas, quienes han observado cierto grado de misticismo en su persona. Entre las novelas inspiradas en su persona se encuentran Amaro Pargo, el pirata de Tenerife, de Balbina Rivero,[3]​ y El Sarcófago de las Tres Llaves, de Pompeyo Reina.[10]​ Además, el escritor argentino Ernesto Frers hace referencia a Amaro Pargo en su obra Más allá del legado pirata.[11]

Amistad con sor María de Jesús

El paso de los siglos y el romanticismo han querido ver un significado más profundo en la amistad que unió al corsario y a la religiosa. La escritora Balbina Rivero autora del libro Amaro Pargo, el pirata de Tenerife, deja entrever en su libro esta postura.[3]​ Sin embargo otros lo rechazan, entre ellos el autor del libro El Sarcófago de las tres llaves, Pompeyo Reina Moreno para el que su amistad se debía más bien a razones devocionales del corsario hacia la religiosa.[12]

Véase también

Notas

  1. Los historiadores Manuel de Paz Sánchez y Daniel García Pulido señalan que aunque no se ha encontrado la patente de corso, varios de los documentos que presentan en la obra El corsario de Dios. Documentos sobre Amaro Rodríguez Felipe (1678-1747) hacen alusión a esta dedicación de Amaro Pargo al corso, tales como referencias a presas y al apoyo de las actividades corsarias de Bernardo de Espinosa.
  2. Documento transcrito en Fariña González (1990). El original se encuentra en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife, Sección Histórica Protocolos Notariales, signatura 1.281, folios 53 vo-56 vo.

Referencias

  1. a b c d e Fariña González, Manuel (1990). La evolución de una fortuna indiana: D. Amaro Rodríguez Felipe (Amaro Pargo).. IX Coloquio de Historia Canario-Americana 2. Las Palmas de Gran Canaria: Cabildo Insular de Gran Canaria. pp. 0634-0643. Consultado el 10 de junio de 2016. 
  2. a b c d e f g h i j De Paz Sánchez, Manuel; García Pulido, Daniel (2015). El corsario de Dios. Documentos sobre Amaro Rodríguez Felipe (1678-1747). Documentos para la Historia de Canarias. Francisco Javier Macías Martín (ed.). Canarias: Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife. ISBN 978-84-7947-637-3. Consultado el 8 de junio de 2016. 
  3. a b c EFE (8 de agosto de 2013). «Amaro Pargo, el pirata canario que se enamoró de una monja». ABC.es (Santa Cruz de Tenerife). Consultado el 14 de julio de 2016. 
  4. Lojendio, Sergio (26 de diciembre de 2015). «Amaro Pargo, la patente de un corso». El Día (Santa Cruz de Tenerife). Consultado el 14 de julio de 2016. 
  5. Cruz, Almudena (19 de noviembre de 2013). «Una empresa de videojuegos exhuma los huesos del corsario Amaro Pargo». La Opinión de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife). Consultado el 17 de julio de 2016. 
  6. Docampo, Laura (21 de febrero de 2015). «Amaro Pargo medía 1,66 de estatura, era delgado y de joven había sido apuñalado». La Opinión de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife). Consultado el 17 de julio de 2016. 
  7. a b Ramos, Domingo (8 de agosto de 2014). «Amaro Pargo: un corsario tinerfeño e internacional». Canarias Ahora. Consultado el 17 de julio de 2016. 
  8. Goodnews (9 de diciembre de 2013). «El pirata canario Amaro Pargo revive con Assassin´s Creed». La Provincia (Las Palmas de Gran Canaria). Consultado el 17 de julio de 2016. 
  9. Sánchez, Almudena. «La ruta del pirata Amaro». Canarias7 (Las Palmas de Gran Canaria). Consultado el 17 de julio de 2016. 
  10. «Presentación del "El sarcófago de las tres llaves", de Pompeyo Reina» (Institucional). Gran Canaria isla de lecturas. 24 de junio de 2013. Consultado el 17 de julio de 2016. 
  11. Más allá del legado pirata, por Ernesto Frers, 2008.
  12. Romero Martín, Juanca (11 de mayo de 2014). «Las tres llaves de Amaro Pargo». Angulo13. Consultado el 17 de julio de 2016. 

Bibliografía

  • García Barbusano, Domingo (2004). El corsario Amaro Pargo. Excmo. Ayuntamiento de La Laguna. 978-84-88919-86-1. 
  • Macías Martín, Francisco (2015). El corsario de Dios. Documentos sobre el corsario Amaro Rodríguez Felipe (1678-1747). Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias. 978-84-7947-637-3. 

Enlaces externos