¡Viven! (película)

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¡Viven! (título en inglés: Alive) es una película de 1993, del matrimonio formado por el director, y también productor, Frank Marshall y su esposa, productora también, Kathleen Kennedy. Está basada en el aclamado libro ¡Viven! (1974) de Piers Paul Read, que a su vez está basado en las entrevistas realizadas a los sobrevivientes del accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya ocurrido en 1972.

Uno de los sobrevivientes, Fernando Parrado (interpretado por Ethan Hawke en la película), trabajó como asesor técnico. John Malkovich, interpretando al superviviente Carlitos Páez ya mayor, sirve de narrador en el comienzo y el final de la película.

Un documental complementario titulado Alive: 20 Years Later (¡Viven! 20 años después) fue escrito, producido y dirigido por Jill Fullerton-Smith y narrado por Martin Sheen.

Argumento

La película narra la historia real del equipo uruguayo de rugby Old Christians Club de Carrasco, cuyos miembros eran estudiantes de Colegio Stella Maris de Montevideo, y de sus amigos y familiares. Todos ellos se vieron envueltos en un accidente aéreo al estrellarse en su avión en la cordillera de los Andes el 13 de octubre de 1972. Durante las semanas siguientes, los sobrevivientes tuvieron que recurrir al canibalismo para poder subsistir.

Elenco

Sobrevivientes
Fallecidos
Miembros de la tripulación

NOTA: A ninguno de los miembros de la tripulación se les llama por ningún nombre en toda la película. Los cinco fallecieron.

Producción y exactitud histórica

Un primer guion de ¡Viven! ya había comenzado a circular en Hollywood en 1981; sin embargo, diferentes factores —principalmente lo sensible del tema del canibalismo y una sensacionalista adaptación mexicana del género de explotación estrenada en 1976 (Supervivientes de los Andes)— evitaron que la película fuera realizada sino hasta una década más tarde.

La película sólo usa los nombres reales de los 16 sobrevivientes, mientras que los de los fallecidos fueron cambiados (las únicas excepciones fueron Eugenia y Susana Parrado y Liliana Methol). Además incluye algunos incidentes de ficción para añadirle acción a la historia. Según el sobreviviente real Fernando Parrado, asesor activo durante todo el rodaje, el hecho «exactamente como pasó hubiera sido imposible de filmar y hubiera sido imposible de ver» debido a la crudeza de los sucesos que tuvieron lugar durante y tras el accidente.[1]

Recepción de la crítica

La película provocó todo tipo de reacciones. Fue criticada debido a la falta de fidelidad a los hechos reales en cuanto al físico de los actores, argumentando que se debería haber elegido a actores cuyos rasgos fueran de europeos del sur ―de acuerdo con la composición demográfica de Uruguay― en lugar de actores de rasgos típicamente anglosajones.

Otro argumento cuestionado es que se incluyeron personajes ficticios, o que no respetaban el nombre verdadero de los protagonistas del vuelo. Además de ello, se reflejan el liderazgo de solo unos pocos jóvenes, cuando en realidad todos de alguna manera colaboraron con la supervivencia del grupo que escapó de la montaña. Algunos sobrevivientes mencionaron, respecto al film, que las únicas escenas apegadas a la realidad fueron la del impacto del avión y la del posterior rescate en helicópteros. Fuera de estas escenas, la película resultaba un verdadero «picnic» en comparación con los hechos reales.[cita requerida]

Roger Ebert escribió: «Hay algunas historias que simplemente no se pueden contar. La historia de los sobrevivientes de los Andes es quizá una de ellas».[2]​ También cuestionaba la falta de realismo respecto a la buena salud que reflejaban unos actores que supuestamente debían interpretar a personas que se encontraban al borde de la muerte por frío e inanición tras dos meses en las montañas.

Ray Green destacaba la naturaleza sensible del filme sosteniendo que «a pesar del potencial para el sensacionalismo escabroso de la historia, Marshall consigue mantener su dignidad y la de la película deslizando sutilmente el curso de la acción al narrar algunos hechos muy crudos gracias, en gran parte, a estilo alegórico de los diálogos de Shanley».[3]​ Green continúa describiendo la película como «emocionante y a veces absorbente, ¡Viven! es más que una película de acción: en sí misma es un drama de ideas, como lo es del espíritu humano».

El crítico David Ansen comentó:

Mientras el aclamado libro de Piers Paul Read [...] prestaba especial atención a la estructura social que se mantenía entre los miembros del grupo [...] Marshall [...] juega con los detalles sociológicamente fascinantes y las ambigüedades de los personajes en favor de la acción, el heroísmo y una vaga religiosidad que se esparce sobre la historia como azúcar molido.
David Ansen, en la revista Newsweek (1993)[4]

Referencias

  1. Entrevista a Fernando Parrado en 2002, en el sitio web Viven.com.uy.
  2. «Alive :: rogerebert.com :: Reviews». Consultado el 2009. 
  3. Green, Ray: «Alive», artículo en la revista Box Office, marzo de 1993.
  4. Ansen, David: «Alive», artículo en inglés en la revista Newsweek, 18 de enero de 1993, pág. 59.