Ir al contenido

Provincia de Ocaña

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 07:26 24 dic 2013 por Milenioscuro (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.
Provincia de Ocaña

Provincia de la Nueva Granada



1850-1857


Ubicación de Ocaña
Ubicación de Ocaña
Localización de la provincia de Ocaña en la Nueva Granada
Capital
Ocaña
8°14′N 73°21′O / 8.233, -73.350
Idioma oficial Español
Religión Católica
Gobierno Gobernación
Período histórico República del siglo XIX
 • Erección en Provincia 17 de abril de 1850
 • Disolución de la Provincia 13 de mayo de 1857
Superficie
 • 1851 2785 km²
Población
 • 1851 est. 23 450 
     Densidad 8,4 hab./km²
Moneda Peso colombiano


Notas
Gentilicio: Ocañero-a, Neogranadino-a

La Provincia de Ocaña fue una división administrativa y territorial de la República de la Nueva Granada, creada por medio de la ley del 17 de abril de 1850 con terrenos de las Provincia de Pamplona y de Santa Marta.[1]

Geografía

Provincias de los Santanderes en 1855.
La Serranía del Perijá.

Límites

Al momento de su erección, Ocaña confinaba con la república de Venezuela y las siguientes provincias (en el sentido de las agujas del reloj): Valle de Upar, Santander, Pamplona, Soto y Mompós. Los límites entre provincias no estaban del todo claros pero Agustín Codazzi durante las expediciones que se llevaron a cabo durante la Comisión Corográfica (1850-1859)[2]​ realizó una minuciosa descripción de los linderos, así como de la geografía, de la mayoría de las provincias que conformaban la República de la Nueva Granada.[1]

A grandes rasgos, los límites que correspondían a la Provincia de Ocaña en 1850 empezaban en el páramo de Guerrero se seguía en línea recta hasta el cerro Las Jurisdicciones para luego continuar al cerro El Tigre, luego continuaba hasta encontrar el curso del río Lebrija y por su curso hasta llegar al caño Chocó. Desde allí el Magdalena demarcaba los límites hasta la desembocadura del río Cesar, el cual se seguía hasta la Ciénaga de Zapatosa.

De allí el límite continuaba en línea recta hasta encontrar la Serranía del Perijá, para tomar el curso del río de Oro, tributario del Catatumbo, y demarcar así los límites de Ocaña con la República de Venezuela. En la boca del río se extiende una recta por una selva desierta que terminaba en la confluencia del río Sardinata con el río Tibú, llamado también Tarra. Seguí por el Sardinata hasta encontrar la boca del Riesito; entonces por una fila de la serranía continuaba la línea divisoria hacia el cerro del Espartillo para buscar la quebrada de la Cueva que cae en el Sardinata, seguiendo su curso hasta su origen en el páramo de Guerrero.[1]

Aspecto físico

La provincia de Ocaña era recorrida en su parte occidental por las estribaciones de la cordillera Oriental, mientras la parte centro-oriental era ocupada por el valle del río Catatumbo. Gran parte del territorio era selvático y muy agreste.

Dentro de los ríos, el Catatumbo era el más importante de la provincia. Otros ríos importantes para la comunicación y el comercio con otras provincias eran el Tarra, el río de Oro y el Lebrija.

División territorial

La provincia estaba dividida en un único cantón: Ocaña. Estaba dividido en varios distritos parroquiales y aldeas.[1]

Población

Según el censo de 1851, la provincia contaba con 23.450 habitantes, de los cuales 11.083 eran hombres y 12.367 eran mujeres.[3]

Economía

Los productos más abundantes en la provincia, base de la subsistencia del pueblo, eran: maíz, yuca, papas, frìjoles, apios, ahuyamas, trigo, arroz, garbanzos, arvejas, plátano, anís, algodón, tabaco, tagua o marfilvegetal, cebollas, ajos, azúcar, panela, aguardiente, café y cacao. Se manufacturaban lienzos de algodón, ruanas de lana e hilo, mantas, manteles, toallas, encajes bien finos, sombreros de nacuma y de palma común, alpargatas, sogas y sacos de fique, entre otros.

La provincia no contenía minerales preciosos dispuesto para ser explotados, por lo cual la vocación de la población fue ganadera y agricultora. La explotación de recursos naturales se basaba ante todo en la madera y en las resinas extraídas de esta.[1]

Referencias

Véase también