Nacionalismo catalán
El nacionalismo catalán o catalanismo político es una corriente de pensamiento político articulado sobre el principio de que Cataluña es una nación, con base en los derechos históricos de Cataluña, a su historia, a su lengua, y al derecho civil catalán. Entre algunos sectores el concepto de nación se extiende a todos los territorios de habla catalana, los llamados Países Catalanes.[1] Esta corriente política se conformó ideológicamente en la primera década del siglo XX, como una variante del catalanismo, surgido como movimiento cultural en la década de los años 1830, y articulado como movimiento político en las últimas décadas del siglo XIX, siguiendo los parámetros del nacionalismo.
Es una corriente de pensamiento transversal que aglutina tanto a partidos políticos y ciudadanos de izquierdas como de centro y de derechas.
Corrientes nacionalistas
Pueden distinguirse básicamente dos corrientes en el nacionalismo catalán, en función de la relación que los nacionalistas catalanes creen que debe tener Cataluña con el resto de España, y en función del fin último de sus objetivos políticos.
Derecho de autodeterminación
Corriente liderada principalmente por Convergència Democràtica de Catalunya, ICV, ERC y CUP que defienden que Cataluña sea reconocida como nación, y la Generalitat de Cataluña obtenga mayores cuotas de autogobierno y sea reconocido el que sólo los catalanes puedan decidir si Cataluña debe permanecer integrada en España, entendida como un Estado "plurinacional" y confederal, o adoptar la independencia unilateral. La opción hacia la independencia ha crecido notablemente en los últimos años.[2]
Federalistas
Defendido principalmente por el PSC, que propugna un federalismo asimétrico, en el que se ponga fin al "café para todos". El PSC está a favor de celebrar un referéndum con opción a la independencia, siempre y cuando se permita legalmente y deje abierta la opción federal, la cual pediría votar.[3][4][5]
Ideario
El nacionalismo e independentismo catalán plantea que la cultura catalana es diferente a la española, y defiende la tesis de que Cataluña es una nación oprimida por España desde su ocupación por las tropas borbónicas en 1714, y la posterior supresión de las instituciones catalanas y la prohibición de su lengua en la administración mediante los Decretos de Nueva Planta promulgados por Felipe V. Desde un punto de vista cultural, el nacionalismo catalán promueve el uso de la lengua catalana en todos los ámbitos de la vida social de Cataluña, a un nivel superior a la lengua castellana, entendiendo que el catalán es la lengua propia de Cataluña. Además, defiende el derecho a utilizar la lengua catalana tanto en las instituciones españolas como europeas, con base en su cantidad de hablantes y a su tradición literaria e histórica.[cita requerida]
Los nacionalistas e independentistas catalanes denuncian que Cataluña está sometida a un agravio económico por parte del Estado, debido al déficit de la balanza fiscal para Cataluña, entendiendo que Cataluña recibe mucho menos de lo que aporta en concepto de impuestos. Por esas razones, se argumenta[¿quién?][aclaración requerida] que Cataluña viene reclamando históricamente un mayor nivel de autogobierno con respecto a España, tanto desde el punto de vista legislativo como ejecutivo, judicial, cultural y económico.
Desde un punto de vista simbólico, el nacionalismo catalán defiende la idea de que Cataluña, aunque forme parte de España, pueda tener selecciones deportivas propias, diferenciadas de las selecciones españolas, que puedan participar de forma oficial en los acontecimientos de mayor nivel internacional, siguiendo el ejemplo de otros territorios sin estado propio como Escocia, País de Gales o Macao, que sí tienen selecciones deportivas propias reconocidas por algunos organismos deportivos internacionales.
Debe diferenciarse el nacionalismo catalán del catalanismo, que si bien ensalza los símbolos y tradiciones catalanas, defiende la preservación de la cultura y la lengua catalanas, y defiende la obtención de mayores cuotas de autonomía, no articula sus planteamientos políticos bajo los parámetros del nacionalismo. Pese a que, según diversas encuestas, la mayoría de catalanistas consideran que Cataluña es una nación, no hacen de ello el motor de su acción política y defienden la plena integración de Cataluña en España, descartando la opción del independentismo catalán. A este ámbito se adscriben partidos como el Partido de los socialistas de Cataluña (Partit dels Socialistes de Catalunya) o Iniciativa por Cataluña-Verdes (Iniciativa per Catalunya-Verds), que no se reconocen como "nacionalistas" sino como "catalanistas", y aunque defienden pública y formalmente la idea de que Cataluña es una nación, defienden su pertenencia a España, ya sea bajo el marco actual del estado de las autonomías, o con la fórmula de un estado federal.
Una característica destacada del nacionalismo catalán es un discurso crítico hacia el centralismo de Madrid y el nacionalismo español. Marginalmente también se ha criticado el papel histórico de Francia. Con frecuencia en el discurso de líderes nacionalistas catalanes, tanto de la derecha como de la izquierda, han aparecido declaraciones que han sido tildadas[¿por quién?] de antiandalucismo,[6][7][8] esto ha sido fuente de polémicas durante diversas campañas electorales.
Historia del nacionalismo catalán
Nacimiento del nacionalismo catalán en el último cuarto del siglo XIX
Tras el fracaso del Sexenio, un sector del republicanismo federal encabezado por Valentí Almirall, dio un giro catalanista y rompió con el grueso del Partido Federal, que dirigía Pi y Margall. En 1879 Almirall fundó el Diari Català, que aunque tuvo una breve vida —cerró en 1881— fue el primer diario escrito íntegramente en catalán.[9] Al año siguiente convocaba el Primer Congreso Catalanista del que surgiría en 1882 el Centre Català, la primera entidad catalanista claramente reivindicativa, aunque no se planteó como partido político sino como una organización de difusión del catalanismo y de presión sobre el gobierno. En 1885 se presentó al rey Alfonso XII un Memorial de greuges, en el que se denunciaban los tratados comerciales que se iban a firmar y las propuestas unificadoras del Código Civil; en 1886 se organizó una campaña contra el convenio comercial que se iba a firmar con Gran Bretaña —y que culminó en el mitin del teatro Novedades de Barcelona que reunió a más de cuatro mil asistentes—; y en 1888 otra en defensa del derecho civil catalán, campaña que alcanzó su objetivo —«la primera victoria del catalanismo», la llamó un cronista—.[10]
En 1886, Almirall publicó su obra fundamental Lo catalanisme, en el que defendía el «particularismo» catalán y la necesidad de reconocer «las personalidades de las diferentes regiones en que la historia, la geografía y el carácter de los habitantes han dividido la península». Este libro constituyó la primera formulación coherente y amplia del «regionalismo» catalán y tuvo un notable impacto —décadas después Almirall fue considerado como el fundador del catalanismo político—. Según Almirall, «el Estado lo integraban dos comunidades básicas: la catalana (positivista, analítica, igualitaria y democrática) y la castellana (idealista, abstracta, generalizadora y dominadora), por lo que «la única posibilidad de democratizar y modernizar España era ceder la división política del centro anquilosado a la periferia más desarrollada para vertebrar "una confederación o estado compuesto", o una estructura dual similar a la del Austria-Hungría».[9]
Durante esos mismos años ochenta fue cuando comenzó la difusión de los símbolos del catalanismo, la mayoría de los cuales no tuvieron que ser inventados, sino que ya existían previamente a su nacionalización: la bandera —les quatre barres de sang, 1880—, el himno —Els Segadors, 1882—, el día de la patria [l'11 de setembre, 1886—, la danza nacional —la sardana, 1892—, los dos patronos de Cataluña —Sant Jordi, 1885, y la Virgen de Montserrat, 1881—.[11]
En 1887 el Centre Català vivió una crisis producto de la ruptura entre las dos corrientes que lo integraban, una más izquierdista y federalista encabezada por Almirall, y otra más catalanista y conservadora aglutinada en torno al diario La Renaixença, fundado en 1881. Los integrantes de esta segunda corriente abandonaron el Centre Catalá en noviembre para fundar la Lliga de Catalunya, a la que se unió el Centre Escolar Catalanista, una asociación de estudiantes universitarios de la que formaban parte los futuros dirigentes del nacionalismo catalán: Enric Prat de la Riba, Francesc Cambó y Josep Puig i Cadafalch. A partir de ese momento la hegemonía catalanista pasó del Centre Català a la Lliga que en el transcurso de los Jocs Florals de 1888 presentó un segundo memorial de greuges a la reina regente en la que en otras cosas le pedían «que vuelva a poseer la nación catalana sus Cortes generales libres e independientes», el servicio militar voluntario, «la lengua catalana oficial en Cataluña», enseñanza en catalán, tribunal supremo catalán y que el rey jurara «en Cataluña sus constituciones fundamentales». [12]
En 1891 la Lliga de Catalunya propuso la formación de la Unió Catalanista que enseguida obtuvo el apoyo de entidades y periódicos catalanistas, y también de particulares —a diferencia de lo que había ocurrido cuatro antes con el fracasado Gran Consell Regional Català propuesto por Bernat Torroja, presidente de la Associació Catalanista de Reus, y que pretendía reunir a los presidentes de las entidades catalanistas y los directores de los periódicos afines—. La Unió celebró en marzo de 1892 su primera asamblea en Manresa, a la que asistieron 250 delegados en representación de unas 160 localidades, donde se aprobaron las Bases per a la Constitució Regional Catalana, más conocidas como las Bases de Manresa, que se suelen considerar como el «acta de nacimiento del catalanismo político», al menos el de raíz conservadora.[13]
«Las Bases son un proyecto autonomista, en absoluto independentista, de talante tradicional y corporotavista. Estructuradas en diecisiete artículos propugnan la posibilidad de modernizar el Derecho civil, la oficialidad exclusiva del catalán, la reserva para los naturales de los cargos públicos incluidos los militares, la comarca como entidad administrativa básica, la soberanía interior exclusiva, unas cortes de elección corporativa, un tribunal superior en última instancia, la ampliación de los poderes municipales, el servicio militar voluntario, un cuerpo de orden público y moneda propios y una enseñanza sensible a la especificidad catalana».[14]
El siglo XX
Fue desde principios del siglo XX cuando el nacionalismo catalán empezó a tener importancia política con la victoria electoral en 1901 de la Lliga Regionalista, un partido nacionalista conservador. En 1906 el ejército asaltó la redacción de un periódico de tendencia catalanista, lo que desató las iras de todos los nacionalistas. Eso se tradujo en la formación política Solidaridad Catalana, fruto de la coalición de las dos partes del movimiento. En las elecciones de 1907 obtuvo 41 de los 44 escaños del congreso catalán. La Semana Trágica de Barcelona ocasionó la disolución de Solidaridad.
El gobierno conservador de Eduardo Dato aprobó, en 1913, la creación de la Mancomunidad de Cataluña, una especie de gobierno autónomo que englobaba las 4 diputaciones provinciales y que estaba dirigido por líderes de la Lliga. A partir de 1918 fue el partido más importante de Cataluña, aunque nunca consiguió la mayoría de los escaños catalanes en las cortes generales españolas. Su naturaleza conservadora hizo que participase en los últimos gobiernos de la Restauración, y que en 1923 no se opusiera a la dictadura de Primo de Rivera, que sin embargo disolvió la Mancomunidad. Por su parte, la mayoría del proletariado apoyaba el anarquismo, representado por la CNT.
Es poco antes de la dictadura de Primo de Rivera cuando, liderado por Francesc Macià aparece el primer partido independentista catalán, Estat Català. Pasada la dictadura, Estat Català se unió a partidos y organizaciones de izquierdas para constituir Esquerra Republicana de Catalunya, que se convirtió en hegemónico en Cataluña durante la Segunda República. Es este periodo, y tras la proclamación unilateral de una efímera República Catalana, el nacionalismo catalán consigue un Estatuto de autonomía de Cataluña (1932) (que restauró la Generalidad de Cataluña). La victoria franquista en la guerra civil inició una época de represión en contra de cualquier nacionalismo considerado traidor a España.
A pesar de la falta de libertad empezaron a organizarse huelgas obreras, como las de 1951, 1956, 1971 o 1974, a partir de las cuales la acción fue mayor.
Poco después, el 20 de noviembre de 1975, murió Francisco Franco, y con su muerte se inició la Transición a la democracia.
En 1977, a principios de la Transición Española, se reinstituyó la Generalidad de Cataluña con Josep Tarradellas a la cabeza. Tras la redacción de la Constitución Española de 1978, que reconocía a España como un estado con diversas nacionalidades y regiones, y el establecimiento de un gobierno, el 11 de agosto de 1980 Cataluña se convirtió en una autonomía dentro de España. Ese mismo año, las elecciones en Cataluña dieron el poder a Convergència i Unió, liderada por Jordi Pujol, que se mantuvo en el poder hasta el año 2003.
El siglo XXI
CiU siguió en el poder hasta su derrota electoral el 16 de noviembre de 2003. La nueva Generalidad pasó a estar formada por el tripartito PSC – ERC – ICV-EUiA con Pasqual Maragall como presidente de la Generalidad.
A nivel de diputados CiU consigue el mayor número, seguido del PSC, ERC, PP e ICV. El pacto de gobierno, primero de izquierdas desde hacia más de 20 años fue promovido por ERC que gracias a un aumento considerable en sus votos se erige como una de las principales fuerzas políticas de Cataluña, recuperando poco a poco la posición que tenía años atrás.
El día 30 de septiembre del 2005, después de más de dos años de negociaciones, el parlamento catalán aprueba un proyecto de nuevo estatuto de autonomía con una amplia mayoría parlamentaria, logrando así uno de los principales objetivos marcados en el programa del gobierno. Aprobado por el Congreso de los Diputados y el Senado, entró en vigor tras ser refrendado por los catalanes mediante consulta popular. El Partido Popular recurrió ante el Tribunal Constitucional español 187 artículos de dicho Estatuto[cita requerida]. Tras cuatro años de espera, el Tribunal emitió sentencia el 28 de junio de 2010 declarando 14 artículos inconstitucionales, desatando variable rechazo en todos los partidos catalanes con representación parlamentaria a excepción de Ciutadans y el Partido Popular, que se mostró satisfecho con la resolución. A consecuencia de la sentencia, se convocó una manifestación el 10 de julio del 2010 dónde quedó patente un auge del nacionalismo catalán, aun así en las últimas elecciones autonómicas y municipales ERC perdió una considerable cifra de votos que quedaron repartidos en otras alternativas al nacionalismo como pueden ser CiU, CUP o SI.
Resultados electorales
En las siguientes tablas se muestran los resultados electorales de los principales partidos nacionalistas catalnes según el tipo de elecciones. Los resultados de Iniciativa per Catalunya Verds aparecen junto con sus socios Esquerra Unida i Alternativa desde 2003.[15]
CiU |
ERC |
ICV |
Solidaritat... |
CUP |
total |
|||||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Municipales 1987 | 509.128 | 18,99 | 1.782 | 103.547 | 3,86 | 210 | 543.156 | 20,26 | 549 | - | - | - | - | - | - | 1.155.831 | 43,11 | 2.541 |
Municipales 1983 | 748.941 | 25,35 | 3.329 | 84.984 | 2,88 | 155 | - | - | - | - | - | - | - | - | - | 833.925 | 28,23 | 3.484 |
Municipales 1987 | 1.004.823 | 32,98 | 4.373 | 74.700 | 2,45 | 185 | 314.663 | 10,33 | 298 | - | - | - | - | - | - | 1.394.186 | 45,76 | 4.856 |
Municipales 1991 | 915.464 | 33,36 | 4.362 | 91.995 | 3,35 | 228 | 264.368 | 9,63 | 276 | - | - | - | - | - | - | 1.271.827 | 46,34 | 4.866 |
Municipales 1995 | 975.037 | 30,13 | 4.265 | 203.053 | 6,28 | 526 | 386.499 | 11,94 | 381 | - | - | - | - | - | - | 1.564.589 | 48,35 | 5.172 |
Municipales 1999 | 775.975 | 26,58 | 4.117 | 224.955 | 7,71 | 676 | 230.015 | 7,88 | 291 | - | - | - | - | - | - | 1.230.945 | 42,17 | 5.084 |
Municipales 2003 | 791.932 | 24,41 | 3.714 | 414.549 | 12,78 | 1.278 | 335.861 | 10,35 | 397 | - | - | - | - | - | - | 1.542.342 | 47,54 | 5.389 |
Municipales 2007 | 725.334 | 25,28 | 3.415 | 334.923 | 11,67 | 1.580 | 259.099 | 9,03 | 457 | - | - | - | 16.191 | 0,56 | 20 | 1.335.547 | 46,54 | 5.472 |
Municipales 2011 | 780.876 | 27,20 | 3.897 | 257.705 | 8,98 | 1.377 | 242.021 | 8,43 | 400 | 32.111 | 1,12 | 48 | 65.376 | 2,28 | 104 | 1.378.089 | 48,01 | 5.826 |
CiU |
ERC |
ICV |
Solidaritat... |
CUP |
Otros |
total |
|||||||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Autonómicas 1980 | 752.943 | 27,83 | 43 | 240.871 | 8,90 | 14 | - | - | - | - | - | - | - | - | - | 58.875a | 2,18a | 0a | 1.052.689 | 38,91 | 57 |
Autonómicas 1984 | 1.346.729 | 46,80 | 72 | 126.943 | 4,41 | 5 | - | - | - | - | - | - | - | - | - | - | - | - | 1.473.672 | 51,21 | 77 |
Autonómicas 1988 | 1.232.514 | 45,72 | 69 | 111.647 | 4,14 | 6 | 209.211 | 7,76 | 9 | - | - | - | - | - | - | - | - | - | 1.553.372 | 57,62 | 84 |
Autonómicas 1992 | 1.221.233 | 46,19 | 70 | 210.366 | 7,96 | 11 | 171.794 | 6,50 | 7 | - | - | - | - | - | - | - | - | - | 1.603.393 | 60,65 | 88 |
Autonómicas 1995 | 1.320.071 | 40,95 | 60 | 305.867 | 9,49 | 13 | 313.092 | 9,71 | 11 | - | - | - | - | - | - | - | - | - | 1.939.030 | 60,15 | 84 |
Autonómicas 1999 | 1.178.420 | 37,70 | 56 | 271.173 | 8,67 | 12 | 78.441 | 2,51 | 3 | - | - | - | - | - | - | - | - | - | 1.528.034 | 48,88 | 71 |
Autonómicas 2003 | 1.024.425 | 30,94 | 46 | 544.324 | 16,44 | 23 | 241.163 | 7,28 | 9 | - | - | - | - | - | - | - | - | - | 1.809.912 | 54,66 | 78 |
Autonómicas 2006 | 935.756 | 31,52 | 48 | 416.355 | 14,03 | 21 | 282.693 | 9,52 | 12 | - | - | - | - | - | - | - | - | - | 1.634.804 | 55,07 | 81 |
Autonómicas 2010 | 1.202.830 | 38,43 | 62 | 219.173 | 7,00 | 10 | 230.824 | 7,37 | 10 | 102.921 | 3,29 | 4 | - | - | - | - | - | - | 1.755.748 | 56,09 | 86 |
Autonómicas 2012 | 1.116.259 | 30,70 | 50 | 498.124 | 13,70 | 21 | 359.705 | 9,89 | 13 | 46.838 | 1,28 | 0 | 126.435 | 3,47 | 3 | - | - | - | 2.147.361 | 59,04 | 87 |
CiU |
ERC |
ICV |
total |
|||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Generales 1986 | 1.014.258 | 32,00 | 18 | 84.628 | 2,67 | 0 | 123.912 | 3,91 | 1 | 1.222.798 | 38,58 | 19 |
Generales 1989 | 1.032.243 | 32,68 | 18 | 84.756 | 2,68 | 0 | 231.452 | 7,33 | 3 | 1.348.451 | 42,69 | 21 |
Generales 1993 | 1.165.783 | 31,82 | 17 | 186.784 | 5,10 | 1 | 273.444 | 7,46 | 3 | 1.626.011 | 44,38 | 21 |
Generales 1996 | 1.151.633 | 29,61 | 16 | 162.545 | 4,18 | 1 | 296.985 | 7,64 | 2 | 1.611.163 | 41,43 | 19 |
Generales 2000 | 970.421 | 28,79 | 15 | 190.292 | 5,64 | 1 | 119.290 | 3,54 | 1 | 1.280.003 | 37,97 | 17 |
Generales 2004 | 835.471 | 20,78 | 10 | 638.902 | 15,89 | 8 | 234.790 | 5,84 | 2 | 1.709.163 | 42,51 | 20 |
Generales 2008 | 779.425 | 20,93 | 10 | 291.532 | 7,83 | 3 | 183.338 | 4,92 | 1 | 1.254.295 | 33,68 | 14 |
Generales 2011 | 1.015.691 | 29,35 | 16 | 244.854 | 7,07 | 3 | 280.152 | 8,09 | 3 | 1.540.697 | 44,51 | 22 |
Referencias
- ↑ ERC. Principios ideológicos en castellano
- ↑ El 'sí' vencería en un referéndum por la independencia de Cataluña El País. www.elpais.com
- ↑ «federalismo».
- ↑ «elpais».
- ↑ «elpais 2».
- ↑ Pérez Azaústre, Joaquín. El diario de Córdoba, ed. «Puigcercós y el antiandalucismo». Consultado el 29 de octubre de 2011.
- ↑ Diario Crítico (ed.). «Griñán ve intolerable que el nacionalismo insolidario recurra a mentir». Consultado el 29 de octubre de 2011.
- ↑ Artur Mas se burla del acento andaluz
- ↑ a b De la Granja, Beramendi y Anguera, 2001, p. 62.
- ↑ De la Granja, Beramendi y Anguera, 2001, p. 64; 70.
- ↑ De la Granja, Beramendi y Anguera, 2001, p. 67-70.
- ↑ De la Granja, Beramendi y Anguera, 2001, p. 70-71.
- ↑ De la Granja, Beramendi y Anguera, 2001, p. 71.
- ↑ De la Granja, Beramendi y Anguera, 2001, p. 71-72.
- ↑ Generalitat de Catalunya. «Dades electorals de totes les convocatòries» (en catalán). Consultado el 14 de febrero de 2014.
Bibliografía
- Balcells, Albert, (2003). "Breve historia del nacionalismo catalán. Alianza editorial". ISBN 9788420656434
- Castells, Víctor, (2005). "Nacionalisme català a l´exili (1939-1946)". Rafael Dalmau Editor. ISBN 9788423206780
- De la Granja, José Luis; Beramendi, Justo; Anguera, Pere (2001). La España de los nacionalismos y las autonomías. Madrid: Síntesis. ISBN 84-7738-918-7.
- Roig Obiol, Jon. (1998). "El nacionalismo catalán (1800-1939)". Arcos Libros. ISBN 9788476353318
- VV.AA. (2006). "El nacionalismo catalán: mitos y lugares de memoria. Biblioteca nueva". ISBN 9788497425070