Lorenzo Montúfar y Rivera

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Lorenzo Montúfar

Doctor Lorenzo Montúfar y Rivera
Información personal
Nombre en español Lorenzo Montúfar y Rivera Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 11 de marzo de 1823 Ver y modificar los datos en Wikidata
Ciudad de Guatemala (Guatemala) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 21 de marzo de 1898 Ver y modificar los datos en Wikidata (75 años)
Ciudad de Guatemala (Guatemala) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Guatemalteco
Familia
Cónyuge María de Jesús Madriz Enríquez
Educación
Educado en Universidad de San Carlos de Guatemala Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación diplomático, escritor, legislador, periodista
Años activo Siglo XIX
Lengua literaria Castellano
Género Historia
Obras notables Reseña histórica de Centroamérica

Lorenzo Montúfar y Rivera, diplomático, político y abogado guatemalteco, nacido el 11 de marzo de 1823. Fue hijo de Rafael Montúfar y Coronado y María del Rosario Rivera. Se casó en San José, Costa Rica, el 26 de enero de 1851, con María de Jesús Madriz Enríquez, hija de Juan de los Santos Madriz y Cervantes y Paulina Enríquez Díaz Cabeza de Baca.

Biografía

Monumento erigido al Doctor Montufar con motivo del centenario de su nacimiento; obra del escultor guatemalteco Rafael Rodríguez Padilla.

Se graduó de abogado en Facultad de Derecho y Notariado del Centro de la Universidad Nacional de Guatemala.

Miembro del partido liberal, Montúfar tenía una aversión profunda por el presidente conservador guatemalteco general Rafael Carrera y Turcios y fue de los que más lo combatieron; no obstante, Carrera estimaba a Montúfar y, a pesar de tenerlo siempre al alcance de la mano, nunca le hizo ningún daño.[1]​ Tras reforzarse Carrera en el poder, Montúfar partió a Costa Rica, en donde fuée Magistrado, Ministro de Relaciones Exteriores de 1856 a 1857 y de 1870 a 1873 y Rector de la Universidad de Santo Tomás, donde impartió lecciones de Derecho Internacional y otras materias. También desempeñó el cargo de Ministro de Costa Rica en la Gran Bretaña.

Con el triunfo de la Reforma Liberal de 1871, regresa a Guatemala. Hábil orador y gran polemista, participó como diputado en la Asamblea Constituyente de 1879 en Guatemala, en la que tuvo destacada participación.[2]

Montúfar y Rivera asentó como base de una garantía religiosa estable, que: «las leyes que determinan las relaciones de los hombres con el Creador, no necesitan de la aprobación del gobierno civil de un pueblo».
—Tomado de: Mendoza, J.M. (1946). Enrique Gómez Carrillo, Estudio Crítico-Biográfico: su vida, su obra y su época. 2a. edición. Guatemala: Tipografía Nacional. [2]

En política se caracterizó por su ideología liberal y su extremo anticlericalismo. Experimentaba una aversión casi patológica por los jesuitas, contra los que escribió varios opúsculos. Poseedor de una integridad a toda prueba, siendo Secretario de Relaciones Exteriores del gobierno, defendió la territorialidad de Guatemala frente a la agresividad del general Justo Rufino Barrios, sus ministros y diplomáticos: protestó enérgicamente ante el hecho de Guatemala hubiera perdido Chiapas, primero; después perdiera el partido de Soconusco, y más tarde, se viera despojada de miles de millas con la anuencia y regalo de su presidente y ministros. Esto le valió que Barrios lo exiliara (siguiendo el consejo del Padre Arroyo, antiguo amigo personal de Montúfar e íntimo de Barrios), y que luego, después de la muerte de Barrios en 1,885, el gobierno del general Manuel Lisandro Barillas Bercián (donde el Padre Arroyo era Secretario de Relaciones Exteriores y de Instrucción Pública)[3]​ le cerrara las puertas.[1]​ Así pues, fue rechazado tanto por los liberales como por los conservadores guatemaltecos.

Elecciones de 1892

Ya en las postrimerías de su vida, y conservando aún toda su energía, se presentó a las elecciones presidenciales de 1892. En este proceso electoral fue la primera vez que los partidos hicieron propaganda en los periódicos de la época.[4]​ Los canditatos que se presentaron a las elecciones presidenciales fueron:

Nombre Partido Postulado por: Información adicional
Lorenzo Montúfar Liberal Club Liberal
Fue el único de todos los candidatos que hizo un grabado de su retrato para publicarlo.[4]
Francisco Lainfiesta Liberal No fue postulado por ningún partido Publicó su plan de trabajo en el Diario de Centroamérica aprovechando la libertad de prensa que existía en el gobierno de Barillas.
José María Reyna Barrios Liberal Club 71 Eventual triunfador de las elecciones.
Miguel Enríquez Conservador Partido Conservador Había sido liberal, pero se convirtió en conservador por la persecución de que fue víctima por parte del gobierno de Barillas.[Nota 1]
José Llerena Carranza Conservador No fue postulado por ningún partido Médico personal del presidente Barillas.

Barillas Bercián fue un caso único entre todos los presidentes liberales que tuvo Guatemala entre 1871 y 1944: él entregó el poder a su sucesor en forma pacífica. Cuando el período de elecciones se aproximaba, mandó a llamar a los tres candidatos liberales para preguntarles cuál sería su plan de gobierno. Para entonces, Reyna Barrios había regresado a Guatemala y se había lanzado como uno de los candidatos. La siguiente anécdota relata mejor lo que ocurrió entonces:[5]

Llega el primero el licenciado Francisco Lainfiesta, y el general Barillas, con la más amable de sus sonrisas, le dice:
- Licenciado Lainfiesta: usted us uno de los candidatos en las próximas elecciones y quizá el que más probabilidades tiene de triunfar. Yo quisiera saber cuál sería la actitud de usted y su sistema político de gobierno, en caso de obtener el triunfo. Sobre todo, quisiera saber la actitud de usted respecto a mi persona. Porque he cometido mis errores, no lo niego. Yo era un simple obrero entregado a mis labores de carpintería, cuando el general Justo Rufino Barrios me mandó llamar para hacer segundo designado a la presidencia. Desearía, pues, señor Lainfiesta, saber su conducta para conmigo.
El señor Lainfiesta respondió:
- General Barillas: si la suerte me favoreciese con el triunfo eleccionario, mi sistema de gobierno se basaría en el cumplimiento estricto de la Constitución; la ley sería la ley y todo aquel que haya adquirido alguna responsabilidad, tendrá que responder de ella ante los correspondientes tribunales. Una firme rectitud en el cumplimiento de los preceptos constitucionales será la norma de mi conducta como presidente.
- Bien - le dijo el general Barillas, y se despidieron cordialmente.
Hizo venir a su presencia al doctor Montúfar. Interrogólo en idéntica forma que al señor Lainfiesta. El doctor Montúfar respondió en iguales o parecidos términos que Lainfiesta, superando sus afirmaciones en lo que a la obediencia de la Constitución se refiere y al cumplimiento estricto de las leyes. Despidiéronse muy diplomáticamente y entró a la audiencia el general José María Reyna Barrios.
Cuando en medio de amena conversación, el general Barillas repitió su ya conocida pregunta, Reynita le contestó, con una sonrisa de sinceridad:
-De eso no debemos ni hablar, general; porque usted y yo somos lo mismo. Tenga la convicción de que yo sabré respetarle y protegerle.
Y se estrecharon las manos con efusión.[5]

Al llegar el período eleccionario, los primeros dos días de votación favorecían a Lainfiesta. Pero al mediar el tercer día, una inmensa columna de indígenas de Quetzaltenango y Totonicapán baja de las montañas para votar por el general Reyna Barrios. Los agentes oficiales hicieron su trabajo: resultó electo el general Reyna Barrios.[6]

Para no desairar a los candidatos perdedores, Barillas les entregó cheques para cubrir los gastos de sus campañas presidenciales. Reyna Barrios no recibió nada, pero a él Barillas le entregó el mando el 15 de marzo de 1892.

Muerte

Murió en Guatemala en la madrugada del 22 de mayo de 1898. A pesar de ser un hecho esperado por la ciudadanía, por estar visiblemente enfermo, hubo constarnación profunda en el país. Al momento de su entierro se le hicieron grandes manifestaciones, y el gobierno lo alabó en los periódicos oficiales.[1]​ Alirio Díaz Guerra, desde Nueva Yor, escribió:

«Tras noble afán y brega sin segundo,
Al fin reclinas la gloriosa frente...
Tu anhelo se ha cumplido: la simiento
Germina ya del surco en lo profundo».[2]

Al cumplirse 100 años de su nacimiento, el gobierno de José María Orellana erigió un monumento a su memoria en la Avenida Reforma; el autor de la obra fue el renombrado escultor guatemalteco Rafael Rodríguez Padilla, y esta fue la primera escultura en bronce que se fabricó en Guatemala.

Monumento erigido al Dr. Montufar y Rivera en el centenario de su nacimiento, por el gobierno del general José María Orellana. Obra del escultor guatemalteco Rafael Rodríguez Padilla.

Obras

Personaje de vasta cultura, fue miembro correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua y escribió una «Reseña histórica de Centroamérica», unas «Memorias autobiográficas» y otras obras.[7]

Véase también

Referencias

  1. a b c Hernández de León, F. (22 de mayo de 1,959). «Capítulo de las Efemérides». Diario La Hora (Guatemala). 
  2. a b c Mendoza, J.M. (1946). Enrique Gómez Carrillo, Estudio Crítico-Biográfico: su vida, su obra y su época. 2a. edición. Guatemala: Tipografía Nacional. 
  3. Hernández de León, F. (28 de abril de 1959). «El Capítulo de las Efemérides». Diario La Hora (Guatemala). 
  4. a b Castellanos, 2014, p. 40:00.
  5. a b De los Ríos, 1948, p. 78.
  6. De los Ríos, 1948, p. 82.
  7. «Lorenzo Montúfar y Rivera». archive.org. Consultado el 7 de octubre de 2014. 

Bibliografía

Notas

  1. De hecho, luego de las elecciones tuvo que salir huyendo de su finca en Salamá tras ser acusado de sedición; fue capturado y fusilado a inmediaciones de Zacapa.