Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929)

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1929 Sevilla

Plaza de España hoy
Vista general
Clase-BIE Iberoamericana (La clasificación como universal o especializada se crea en 1931)
Nombre Exposición General d'España (Exposición Ibero-Americana)
Área 69 hectáreas
Participantes
Países 18
Localización
País EspañaBandera de España España
Ciudad Sevilla
Sitio Parque de María Luisa
Fechas
Apertura 09 de mayo de 1929
Clausura 21 de junio de 1930
Ediciones universales
Anterior Exposición Universal de San Francisco (1915) en San Francisco
Siguiente Exposición Universal de Chicago (1933) en Chicago
Simultáneo
Universal Exposición Internacional de Barcelona (1929)
Internet
Sitio web Web Pabellones de la Exposición de 1929 actualmente (en francés)

Exposición Iberoamericana de Sevilla, inaugurada el 9 de mayo de 1929 y clausurada el 21 de junio de 1930, fue la primera Exposición Internacional para dar muestra del hermanamiento entre los dos países de la Península Ibérica con América; España e Hispanoamérica y Estados Unidos y Portugal con Brasil y Macao. El segundo evento de estas características fue la Exposición Universal de 1992, también celebrada en Sevilla, ciudad que tuvo el monopolio del comercio con América en el Siglo de Oro Español. La exposición coincidió en el tiempo con la Exposición Internacional de Barcelona de 1929.

Génesis

El importante arquitecto de la Exposición, Aníbal González

La idea de realizar un Exposición internacional en Sevilla nació en 1909, propuesta por el comandante de artillería Luis Rodríguez Caso. La idea de Caso tuvo una gran acogida y el evento debía servir como puerta para abrirse a nuevas corrientes externas y animar al Estado para una modernización que era necesaria de cara al futuro, entre sus objetivos estaban los de reforma urbanística, fomentar el turismo, resucitar la fama de la ciudad, creación de puestos de trabajo y mejora económica así como entablar y mejorar la relaciones con países americanos.

La Exposición fue uno de los hechos más importantes de principios del siglo XX para la ciudad de Sevilla. Desde que en 1909, Luis Rodríguez Caso hiciera pública su idea de celebrar en Sevilla una Exposición Internacional Hispano-Ultramarina, una Exposición Internacional España en Sevilla o una Exposición Internacional Hispano-Americana, hasta la fecha de su materialización transcurrieron veinte años, tiempo más que suficiente para perfilar sus contenidos temáticos (agricultura, industria, comercio y cultura), constituir los órganos directivos que gestionaron la exposición y determinar qué países o regiones participarían en el evento.

Lo más destacable de aquella manifestación hay que buscarlo en el urbanismo. Sevilla en aquellos momentos se encontraba muy atrasada en comparación con el resto de ciudades y países que participarían en la exposición, los problemas más acuciantes eran los relativos al ensanche de la ciudad, el alcantarillado, la pavimentación, agua, luz, viviendas y hoteles.

En principio la exposición estaba prevista para el 1 de abril de 1911, después se retrasó hasta 1914, coincidiendo con la construcción de la obra fluvial de la Corta de Tablada, pero problemas de carácter internacional como la irrupción de la Primera Guerra Mundial o los problemas en el Marruecos español, unidos a problemas internos en cuanto a la gestión del evento lo fueron retrasando hasta 1929 en las postrimerías de la Dictadura de Primo de Rivera. La exposición fue plataforma para personajes sin cuya aportación no hubiera podido celebrarse el acontecimiento: Luis Rodríguez Caso, Aníbal González, arquitecto regionalista, o Torcuato Luca de Tena, fundador del periódico ABC. Para la consecución de los objetivos y la edificación del proyecto se creó un Comité Ejecutivo y fue nombrado Director de la Exposición José Cruz-Conde Fustegueras, militar, exalcalde de Córdoba y gobernador civil de la Provincia de Sevilla.

Participación de Alfonso XIII

El compromiso del Rey Alfonso XIII fue de gran relevancia. El 22 de octubre de 1926, tras el banquete dado en el Congreso Iberoamericano de Aeronáutica en Madrid, le dijo a José Cruz-Conde Fustegueras:

Yo quiero mucho a Sevilla y, cuanto esté en mi mano, lo haré en obsequio de esa bella ciudad.[1]

El monarca ya se había prestado a colaborar con el desarrollo de Sevilla apoyando desde un principio la construcción de obra fluvial de la Corta de Tablada desde 1909. En 1926 realizaría un emotivo discurso en la Plaza de América sobre la necesidad de apoyar también la Exposición en Sevilla, junto con la Exposición Internacional de Barcelona, y apoyando el papel de la ciudad hispalense como capital económica del Sur de España.

Durante la segunda mitad de los años 20 realizó sucesivos viajes a Sevilla para evaluar presencialmente los avances de la Exposición y realizar importantes sugerencias, atreviéndose incluso a realizar alguna broma a su llegada al Gran Hotel Alfonso XIII de Sevilla el 6 de diciembre de 1928:

Esto va bien... mucho más adelantado de lo que yo creía. Hasta ahora lo que está más retrasado son las obras del Alcázar... y es que las cosas de palacio van despacio.[1]

Su compromiso con la Exposición fue tal que un miembro del Comité Ejecutivo, José Santigosa, le dijo que era el "Monarca más sevillano que había existido", a lo que Alfonso XIII contestó:

Ya han existido otros reyes muy amantes de Sevilla. Yo procuraré hacer por Sevilla todo lo que pueda.[1]

Precios y resultados económicos

La Plaza de América, diseñada para la exposición

Los primeros promotores de la exposición fueron un grupo privado sin apenas recursos financieros por lo que las subvenciones oficiales obtenidas (aproximadamente 40.547.598 pesetas) fueron las que hicieron posible el evento. Se estima que el certamen necesitó aproximadamente un total de 80.218.599 pesetas, siendo sus ingresos, también aproximadamente, de 85.147.360 pesetas.

Lo recaudado con la venta de entradas fue de 1.623.951 pesetas y con la venta de abonos 126.851 pesetas.[2]​ Los precios eran los siguientes:[2]

Entrada: 2 pesetas.
Entrada jueves, sábados a partir de las 21h y domingos: 2 reales.
Pase de temporada permananente: 200 pesetas.
Abono de 25 entradas: 25 pesetas.
Autos: peaje de 3 pesetas.

Urbanismo

Avenida de la Constitución, en la perspectiva Norte, donde se aprecia el ensanche realizado en los años 20

Al margen del entorno de la Exposición, se actuó en otras zonas de la ciudad. Se mejoraron las infraestructuras de la ciudad con obras como el Puente de San Bernardo o el puente sobre el antiguo cauce del Tamarguillo.

En la zona intramuros se terminó el Monumento a San Fernando, que se encontraba pendiente de finalización, y se colocaron nuevos elementos ornamentales en el Centro como la Fuente de Puerta de Jerez o la Fuente de la Plaza Virgen de los Reyes. Se creó un ensanche, configurando la Avenida de la Constitución tal y como ahora se conoce. Algunos de los nuevos edificios levantados en la Avenida de la Constitución tras el ensanche fueron de los prestigiosos arquitectos Aníbal González y José Espiau y Muñoz. Se derribaron varias casas de la Calle Mateos Gago, en el Barrio de Santa Cruz, para alinear las fachadas y ensanchar la calle hasta su tamaño actual. Se reformaron la Plaza de Santa Cruz, la Plaza de Doña Elvira, la Plaza del Museo y la Plaza Nueva.

En lo que respecta a zonas verdes, no solamente fue reformado el Parque de María Luisa, también sufrieron modificaciones los Jardines del Cristina, los Jardines de Murillo y el Paseo Catalina de Ribera.

Ubicación y pabellones

El recinto previsto por la organización abarcaba:

Plano de localización.

Aníbal González, nombrado arquitecto director de la exposición, se ocupó en gran parte de la urbanización de los 1.343.200 m² que ocupó la exposición, En 1928 dimite Aníbal González y es nombrado arquitecto Vicente Traver.

La desorganización existente en 1926 influyó en la ubicación de cada uno de los pabellones, que en principio estaban planificados de tal manera que al final se superponían unos sobre otros.

Los principales legados arquitectónicos de la Exposición fueron el conjunto de pabellones en torno a la Plaza de América, que se elaboró en 1913, obra original de Aníbal González y que agrupaba y ordenaba tres edificios en el entorno del Parque María Luisa, formados por: el denominado Pabellón Mudéjar actualmente Museo de Artes y costumbres populares, el Pabellón de las Bellas Artes, actualmente Museo Arqueológico y el Pabellón Real.

En 1914, también Aníbal González, elabora el proyecto más ambicioso de toda la exposición, constituido por la Plaza de España, que comprendía el gran palacio y la plaza que lo rodea, su ejecución se prolongó hasta 1928, siendo inaugurada en 1929.

Oferta hotelera

A parte del Gran Hotel Alfonso XIII, el otro hotel de 5 estrellas era el Hotel Colón, nacido como Hotel Majestic. También se levantó el Hotel Cristina; junto a Puerta de Jerez y de 400 habitaciones, el Gran Garage Hotel; en la Plaza del Sacrificio, el Palace Hotel Eritaña; de 500 habitaciones, el Hotel Triana y el América Palace; de 639 habitaciones. El profesor Rodríguez Bernal en su libro Historia de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 calcula 158.914 viajeros extranjeros alojados en hoteles en 1929, lo que supondría un incremento del 126% con respecto a 1928.[2]​ De otro lado, como ya se ha comentado, se realizó la urbanización de chalés llamados Hoteles del Guadalquivir a modo de residenciales al Sur de la ciudad, todos ellos de estilo regionalista andaluz. Este conjunto de chalés tenía capacidad para 5.000 residentes en 390 casas y hoy es el barrio Heliópolis.

Participantes

Países representados en la exposición de 1929 de Sevilla.

Concurrieron al certamen de los siguientes países con pabellones permanentes: Argentina, Chile, Guatemala, Uruguay, Perú, Colombia, México, Cuba y República Dominicana (con el pabellón de Santo Domingo). Venezuela expuso con un pabellón provisional. Macao tenía su pabellón como colonia portuguesa. Dentro de los pabellones coloniales estaba el Pabellón de Protectorado Español de Marruecos y el Pabellón del Golfo de Guinea. El Salvador, Panamá, Costa Rica, Bolivia y Ecuador expusieron en las Galerías Americanas, que hoy son los almacenes del Puerto de Sevilla en la Avenida de la Raza. En el ámbito nacional, participaron con sus pabellones las ocho provincias de Andalucía, incluida Huelva que al principio no estaba de acuerdo con que fuera Sevilla la sede de la cita. También contaron con pabellones algunas ciudades y regiones de España, como Barcelona, Islas Canarias, Galicia (con su pabellón y la Casa del Cabildo de Santiago), Extremadura, Asturias, Castilla la Nueva y Castilla la Vieja.

Inauguración

En días previos a la inauguración, una reproducción de la nao Santa María, el barco del primer viaje de Colón que acompañaba a las dos carabelas, fondeó en el Puerto de Sevilla escoltada por una división de la Armada Española y por una flotilla portuguesa. La nave fue anclada en las proximidades del Pabellón de la Marina, de modo que se incorporó a la exhibición del propio pabellón.

La inauguración de la Exposición tuvo lugar el 9 de mayo de 1929, Día de la Asunción, con un acto solemne en la Plaza de España donde estuvo presente sobre un gran palco la Familia Real, el Gobierno en Pleno, el Presidente de la Asamblea Nacional, la Diputación Provincial, el Ayuntamiento y las representaciones diplomáticas de los países participantes.

Fue acogida con júbilo por la población, aumentando el sentimiento americanista y español. El periódico La Unión del 9 de mayo se expresaba así:

He aquí que veinte pueblos de una raza se reunen para celebrar sus glorias, para dar fe de su existencia como algo distinto y único en el mundo; para firmar su obra de cinco siglos, la más trascendental que realizó la humanidad. Descuéntese la Redención, que es a la obra de Dios, los hombres no han hecho jamás nada que supere a la obra de España en América, precisamente porque el aliento fundamental es el espíritu del amor y del perdón que nos fue recomendado desde lo alto de la Cruz. En Sevilla, que es hoy la sede del mundo, Día del Ascenso. Recojamos el símbolo: ¡Subir, subir! ¡Valor, valor! ¡Idealidad, Fraternidad! ¡Sursum corda! ¡Arriba los corazones! ¡Viva España! ¡Viva Portugal! ¡Viva hispanoamérica! ¡Viva Sevilla!"[1]

Exposiciones, instalaciones y ocio

Plaza de España de Sevilla, edificio principal de la Exposición, situada en la Avenida de Isabel la Católica

En cada uno de los pabellones se exhibían elementos característicos de los distintos países y regiones, incluidos objetos históricos, así como de distintas temáticas, como es el caso del Pabellón de la Marina y del Pabellón de la Compañía Telefónica Nacional. Se realizaron varias exposiciones. El arte antiguo se mostró en el Pabellón Mudéjar (actual Museo de Artes y Costumbres Populares) y en la Plaza de España. En el Real Aero Club de Andalucía, con sede en la Base Aérea de Tablada se celebró el II Salón de la Aeronáutica Nacional.

También hubo pabellones comerciales como el de la firma de jamones Juan Pedro Domecq o el el grupo de vinos Osborne, ambos del arquitecto Aurelio Gómez Millán.

La Plaza de España tenía varios contenidos. Entre ellos se hizo un recorrido por la historia de la imprenta desde la época de Johannes Gutenberg hasta las últimas tecnologías conocidas a finales de la década de 1920.

Además, se construyó un estadio deportivo, el Stadium, para la celebración de actos durante la Exposición y para que sirviera para futuros eventos deportivos. Se construyó además un parque de atracciones en una parcela junto a la Avenida de la Raza que contaba con un palacio chino de fantasía, una ría llamada Ría Misteriosa, un autódromo eléctrino, una montaña rusa (a la cual se subió la Reina Victoria Eugenia), y con una atracción similar a una montaña rusa pero con derrape en agua llamada Water Chutes.

El tren Liliput

Durante la exposición existió un medio de transporte peculiar, de gran éxito y que hizo las delicias de grandes y pequeños, fue el llamado Tren Liliput o Ferrocarril en miniatura, regalo de Alfonso XIII. El túnel que puede verse en el Monte Gurugú del Parque de María Luisa tenía como objetivo que pasara este tren en su recorrido. La atracción recorría desde el Casino de la Exposición hasta el Sector Sur y fue un éxito económico, ya que recaudó 684.000 pesetas.

De esta atracción sólo queda una máquina (llamada Santa María) que se encuentra en la Estación de Santa Justa a la entrada de la sede de la Asociación Sevillana de Amigos del Ferrocarril de Sevilla.

Después del evento

Finalizada la exposición, la población inmigrante aumentó al igual que las deudas de su economía local, aunque verdaderamente se dieron los primeros pasos para convertirse en ciudad moderna e industrializada.

De los edificios planeados, que fueron en total 22 dentro del recinto, Hotel Alfonso XIII, 8 pabellones oficiales, 12 regionales españoles, 7 provinciales (andaluces), uno municipal, 13 de estados extranjeros y 47 comerciales, sólo sobreviven varias decenas a principios del siglo XXI, algunos muy transformados, así, podemos disfrutar de (entre paréntesis su uso actual):

Pabellones de países

Pabellones de la Exposición Iberoamericana que siguen en pie.
Pabellón de Argentina.
Pabellón de Chile

Otros pabellones e instalaciones

  • Plaza de España (oficinas municipales, monumento turístico y capitanía general de la Región Militar Sur)
  • Parque de María Luisa y la urbanización del recinto
  • Pabellón Domecq (sede de Juventudes Musicales)
  • Pabellón Mudéjar (Museo de Artes y Costumbres Populares)
  • Pabellón Real (oficinas municipales)
  • Pabellón de Sevilla (Teatro Lope de Vega)
  • Pabellón de Bellas Artes (Museo Arqueológico)
  • Pabellón de la Información (hoy restaurante "La Raza")
  • Pabellón de la Prensa (Colegio Público "España")
  • Pabellón del Protectorado de Marruecos (Parques y Jardines)
  • Pabellón de la compañía Arrendataria de Tabacos (archivos)
  • Pabellón de las Provincias Vascongadas (Instituto oncológico, hasta hace poco tiempo)
  • Pabellón de Telefónica (Escuela de Jardinería y Centro de Estudios Medioambientales Joaquín Romero Murube)
  • Pabellón del Ministerio de Marina (Comandancia de Marina)
  • Estadio (sede del equipo de fútbol Real Betis Balompié)
  • Hotel Alfonso XIII (sigue como hotel ***** G L)
  • Galerías (Naves de Obras del Puerto)
  • Quinta de Goya (Bar Citroën)
  • Caseta de electricidad del Parque de atracciones (Sigue aún como casetilla de Sevillana Endesa)
  • Casino de la Exposición (espacio cultural y social y reuniones Festival Cine Europeo de Sevilla)
  • Pabellón de la Cruz Roja (Ministerio de Sanidad)

También es de destacar que en la parte del Sector Sur donde hoy se ubica el campus universitario de Reina Mercedes, existió una plaza llamada de los Conquistadores con una Fuente Monumental en la que había tres estatuas, una representando a la Península Ibérica, otra al Río Guadalquivir y una tercera representando a un río americano. Estas estatuas se encuentran en la pradera trasera de los Jardines de las Delicias, recientemente restaurado y ampliado hacia el río, anexionado al muelle de las Delicias. En dicha plaza también existieron estatuas de conquistadores quedando solo una en su ubicación original, concretamente en los jardines del Colegio Mayor Hernando Colón, la de Pinzón se encuentra en la Plaza del Ayuntamiento de Palos de la Frontera, y en Jerez de los Caballeros se encuentran dos estatuas, una en el Parque de Santa Lucía que corresponde a Colón y otra a la entrada de la Ciudad delante de un arco de estilo románico.

Galería de imágenes

Referencias bibliográficas

  1. a b c d Braojos Garrido, Alfonso (1992). Alfonso XIII y la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. Sevilla : Secretariado de Publicaciones, Universidad, 1992. ISBN 84-7405-960-7. 
  2. a b c Jesús Morón. ABC. «Exposición Iberoamericana. Los visitantes y los hoteles. El turismo.». 
  • Cabeza Méndez, José María (2004). La Exposición Iberoamericana de Sevilla y los aparejadores. Sevilla: Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Sevilla. ISBN 84-95278-58-8. 
  • Martínez Pinna, Álvaro (1990). Los sellos relacionados con la Exposición de Sevilla de 1929. Sevilla: Sociedad Filatélica Sevillana. 
  • Rodríguez Bernal, Eduardo (2006). La Exposición Ibero-Americana de Sevilla. Sevilla: Ayuntamiento de Sevilla, Icas. ISBN 84-96098-61-3. 

Véase también

Enlaces externos