Diferencia entre revisiones de «Embargo estadounidense a Cuba»

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La cercanía geográfica de [[Cuba]] y [[Estados Unidos]] resultó en la formación de lazos políticos, económicos y sociales históricos. A pesar de su pasado como [[colonización española de América|colonia española]], la isla desarrolló importantes vínculos con su vecino del norte. En diciembre de [[1898]], tras la [[Guerra Hispano-estadounidense]], el control de la isla pasó a los Estados Unidos. A pesar de concederle la independencia a Cuba en [[1902]], Estados Unidos continuaría interviniendo en la política cubana. En el ámbito económico, las inversiones estadounidenses, tan comunes en [[Latinoamérica]], fueron claves en la producción de [[azúcar]] y [[tabaco]], que eran luego exportados a Estados Unidos. El [[turismo]] estadounidense fue también sustancial, y las facilidades para exportar a los Estados Unidos crearon importantes vínculos comerciales.


Cuando la [[revolución cubana]] derroto al gobierno de [[Fulgencio Batista]], [[Fidel Castro]] llegó al poder. A pesar de que el gobierno estadounidense reconoció el gobierno revolucionario inicialmente, las relaciones entre ambos países se deterioraron cuando el nuevo gobierno cubano decretó la primera Ley de Reforma Agrícola el [[17 de mayo]] de [[1959]].
Cuando la [[revolución cubana]] derroto al gobierno de [[Fulgencio Batista]], [[Fidel Castro]] llegó al poder. A pesar de que el gobierno estadounidense reconoció el gobierno revolucionario inicialmente, las relaciones entre ambos países se deterioraron cuando el nuevo gobierno cubano decretó la primera Ley de Reforma Agrícola el [[17 de mayo]] de [[1959]].

Revisión del 16:41 2 nov 2009

El embargo de Estados Unidos contra Cuba (conocido en Cuba como el bloqueo) es un embargo comercial, económico y financiero impuesto sobre Cuba el 7 de febrero de 1962 con el objetivo de presionar al gobierno cubano. Fue convertido en ley en 1992 y 1995.

Este embargo solamente impide la realización de transacciones económicas entre Cuba y Estados Unidos.[1]​Sin embargo, en 1999, el presidente Bill Clinton amplió el embargo comercial prohibiendo a las filiales extranjeras de compañías estadounidenses comerciar con Cuba por valores superiores 700 millones de dólares anuales.

En 2009 el embargo sigue en pie y es uno de los más duraderos de la historia. Ha sido condenado quince veces por las Naciones Unidas, que reconocieron que lastra la economía cubana, y en la última votación solo contó con el apoyo de EE.UU., Israel, Palau e Islas Marshall.[2]

Antecedentes

La cercanía geográfica de Cuba y Estados Unidos resultó en la formación de lazos políticos, económicos y sociales históricos. A pesar de su pasado como colonia española, la isla desarrolló importantes vínculos con su vecino del norte. En diciembre de 1898, tras la Guerra Hispano-estadounidense, el control de la isla pasó a los Estados Unidos. A pesar de concederle la independencia a Cuba en 1902, Estados Unidos continuaría interviniendo en la política cubana. En el ámbito económico, las inversiones estadounidenses, tan comunes en Latinoamérica, fueron claves en la producción de azúcar y tabaco, que eran luego exportados a Estados Unidos. El turismo estadounidense fue también sustancial, y las facilidades para exportar a los Estados Unidos crearon importantes vínculos comerciales.

Cuando la revolución cubana derroto al gobierno de Fulgencio Batista, Fidel Castro llegó al poder. A pesar de que el gobierno estadounidense reconoció el gobierno revolucionario inicialmente, las relaciones entre ambos países se deterioraron cuando el nuevo gobierno cubano decretó la primera Ley de Reforma Agrícola el 17 de mayo de 1959.

La Ley de Reforma Agrícola dio comienzo a las expropiaciones de las grandes propiedades agrícolas, muchas pertenecientes a empresas estadounidenses. La compensación, en bonos a veinte años con un interés del 4´5% sobre la base imponible, fue vista como inadecuada, y rechazada por Estados Unidos.[cita requerida] Además, el gobierno de los Estados Unidos estaba preocupado por el sesgo pro-soviético de su vecino, en los albores de la Guerra Fría. Durante la crisis entre los gobiernos se produjo una escalada de medidas económicas: a cada nacionalización cubana, los Estados Unidos respondían con nuevas contramedidas, como la prohibición de toda exportación a Cuba el 19 de octubre de 1960.

Embargo

Ya existía un embargo armamentístico sobre Cuba desde marzo de 1958 cuando la guerra entre Batista y los rebeldes de Castro comenzó. En julio de 1960, en respuesta a las nacionalizaciones redujo la cuota de azúcar cubano a 700 000 toneladas. Por el contrario, la URSS accedió a comprar el resto en su lugar, mientras el gobierno de Castro continuaba con las expropiaciones. El presidente Dwight D. Eisenhower impuso el 19 de octubre de 1960 un embargo parcial y rompió las relaciones diplomáticas el 3 de enero de 1961. La Unión Soviética, en cambio, ofreció a Cuba precios preferentes para las exportaciones cubanas, especialmente en azúcar, y les vendió petróleo, también a precios preferentes.

En respuesta este alineamiento de Cuba en el bando soviético en la Guerra Fría, el presidente John F. Kennedy amplió las medidas tomadas por Eisenhower mediante una orden ejecutiva, ampliando las restricciones comerciales el 7 de febrero y de nuevo el 23 de marzo de 1962.

Durante la posterior Crisis de los misiles de Cuba Kennedy implantó restricciones en los viajes a Cuba el 8 de febrero de 1963, y se emitió las Regulaciones para el Control de los Recursos Cubanos (Cuban Assets Control Regulations en inglés) el 8 de julio de ese mismo año, bajo el Ley de Comercio con el Enemigo como respuesta al hospedaje de misiles en Cuba. Bajo esas medidas, los activos cubanos en Estados Unidos fueron congelados.

La Organización de Estados Americanos impuso sanciones multilaterales a Cuba el 26 de julio de 1964, que fueron levantadas el 29 de julio de 1975.

Las restricciones para los ciudadanos estadounidenses en los viajes a Cuba se suspendió el 19 de marzo de 1979; dado que el presidente Jimmy Carter se negó a renovar la regulación, que debía ser renovada cada seis meses. Las restricciones para el gasto de dólares en cuba fueron también reducidas. El presidente Ronald Reagan reinstauró el embargo comercial el 19 de abril de 1982. Esta ha sido modificada hasta convertirse en la normativa actual sobre los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba[1], siendo Regulaciones para el Control de los Recursos Cubanos, 31 C.F.R. parte 515. Hoy día las leyes no prohíben a los ciudadanos estadounidenses viajar a Cuba per se, pero hace ilegal el realizar transacciones (gastar dinero, recibir regalos) en la mayoría de los casos sin permiso del gobierno estadounidense a través de la Oficina de Control de Recursos Extranjeros (licencia).

El embargo fue reforzado en octubre de 1992 por la Ley de Democracia Cubana (popularmente la ley Torricelli) y en 1996 por la «Ley para la Libertad Cubana y la Solidaridad Democrática» (Ley Helms-Burton). La misma planteaba entre otros muchos artículos que las filiales estadounidense en terceros países no podían establecer ningún tipo de relación comercial con Cuba. Mientras Estados Unidos han buscado normalizar sus relaciones comerciales con otros estados comunistas, como China o Vietnam, la existencia de un fuerte lobby, mayoritariamente conservador, formado por exiliados cubanos, principalmente asentados en Florida ha dificultado un acercamiento a Cuba, especialmente por la influencia de los exiliados en un estado políticamente estratégico como Florida. Ni el Partido Demócrata de los Estados Unidos ni el Republicano han propuesto ningún cambio de relevancia (aunque el Partido Republicano ha sido tradicionalmente más favorable a aplicar "mano dura"). El título tercero de la Ley por la Solidaridad con la Libertad y la Democracia en Cuba (también conocida como ley Helms Burton) establece que cualquier compañía no estadounidense en "conocido trafico con propiedades de ciudadanos estadounidenses en Cuba confiscadas sin compensación" puede ser sujeto de un litigio que le puede impedir entrar en los Estados Unidos. Esta restricción se extiende al ámbito marítimo: los barcos atracados en Cuba no pueden entrar en Estados Unidos en un plazo de seis meses. No obstante, es importante tener en cuenta que el título tercero de esta ley incluye un mecanismo por el cual su aplicación puede ser suspendida por el presidente. Esta suspensión debe ser renovada cada seis meses y esto es tradicionalmente lo que ha ocurrido. La suspensión fue renovada por última vez el 17 de julio de 2006,[3]​ y por lo tanto se mantendrá activa, por lo menos, en los seis meses siguientes a esa fecha.

En 1999, el presidente Bill Clinton amplió el embargo comercial prohibiendo a las filiales extranjeras de compañías estadounidenses comerciar con Cuba por valores superiores 700 millones de dólares anuales.

En respuesta a la presión de los agricultores estadounidenses, el embargo fue relajado por el Ley de Reforma de Sanciones y Mejora de las exportaciones, que fue aprobada por el Congreso de los Estados Unidos en octubre de 2000 y firmada por el presidente Clinton. La moderación del embargo permitió la venta de bienes agrícolas y medicinas por razones humanitarias. A pesar del inicial rechazo cubano, que vio en ello una maniobra política de los Estados Unidos, Fidel Castro aceptó la medida tras el huracán Michelle en noviembre de 2001, continuando desde entonces.

Ante la creciente demanda de productos cubanos, legisladores partidarios del libre comercio, nombrados por los estados del Oeste y las grandes llanuras centrales (con fuerte influencia agrícola) han intentado desde 2000 suavizar o eliminar el embargo. Cuatro veces desde entonces, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos ha apoyado levantar las restricciones al viaje, siendo apoyada en 2003 por primera vez por el Senado. Sin embargo, el presidente George W. Bush, vetó el proyecto de ley. Enfrentado a un veto, el Congreso abandonó su intento de eliminar las restricciones de viaje. Sin embargo, dichas restricciones son fáciles de evitar: basta viajar desde un tercer país (Canadá, México), dado que las autoridades cubanas no sellan pasaportes. Esto está penado legalmente en Estados Unidos, pero rara vez se persigue.

En el año 2004, la administración de George W. Bush aplicó un nuevo paquete de medidas dentro de la llamada Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre. Dentro de la gran gama de medidas tomadas, se limitan los viajes y envíos de remesas a solo los familiares cercanos (padres, abuelos, hijos, hermanos), además de alargar la espera para viajar a Cuba a tres años. Este plan arrecia la aplicación de las leyes Torricelli y Helms-Burton. Fue actualizado en el año 2006 con el objetivo de restringir aún más los viajes de los estadounidenses a Cuba con pena de cárcel o grandes multas (hasta de un millón de dólares); aparte de crear instituciones para perseguir las exportaciones cubanas de níquel y su utilización en la industria de terceros países, ron y tabaco, así también como las transacciones que Cuba pudiese realizar en dólares.

Efectos del embargo

Las Regulaciones para el Control de los Recursos Cubanos impusieron restricciones en la importación de productos cubanos en Estados Unidos y de estadounidenses en Cuba, y para la transacciones con Cuba o ciudadanos del país, así como congeló las inversiones cubanas en Estados Unidos y sus cuentas financieras bajo jurisdicción estadounidense, además de limitar el comercio. También ilegalizó la compra, por parte de ciudadanos estadounidenses, de bienes de consumo fabricados en Cuba fuera de Estados Unidos. En el 2006, dichas regulaciones están aun en vigor, reguladas por la Oficina de Control de Recursos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Las penas criminales por violar el embargo van hasta diez años en prisión y multas de 1 millón de dólares estadounidenses si es por asuntos corporativos o 250 000 dólares si es por asuntos particulares. También existen penas civiles de 55 000 dólares.

En 1958, los Estados Unidos suponían en 67% de las exportaciones cubanas y el 70 de sus importaciones. Cuba, por otro lado, suponía el 3% de las exportaciones estadounidenses y el 4% de las importaciones, siendo el séptimo socio comercial por tamaño en ambos aspectos. Sin embargo, en los primeros años del embargo, el comercio entre Cuba y Estados Unidos prácticamente desapareció.

A pesar de todo, las subsidios de la URSS y el Comecon, junto a su trato comercial preferente, limitaron el impacto en las primeras décadas del embargo, llegando a su cima en los años ochenta, cuando Cuba recibió alrededor de 6000 millones por año. Cuba también encontró en los otros países socialistas mercado para sus exportaciones (especialmente azúcar y níquel), así como suministro de petróleo y maquinaria.

El colapso del socialismo estatal en Europa oriental en 1989 y de la Unión Soviética dos años después causó una crisis económica en Cuba, perdiendo el 85 % de sus relaciones comerciales que eran con el campo socialista acentuándose los efectos del embargo. Desde entonces, Cuba ha desarrollado relaciones comerciales con el resto del mundo. Sin embargo, dado que el principal productor de la región es Estados Unidos, Cuba se ha visto obligada a recurrir a países mucho más lejanos para abastecerse de determinados productos, con los consecuentes gastos y complicaciones. A pesar de todo, Cuba ha sido capaz de sobrevivir al final de las ayudas soviéticas e iniciar una tímida recuperación basada en el turismo.

El gobierno cubano estima que el impacto total del embargo en la economía de la isla es de 90 000 millones de dólares,[4]​ incluyendo la pérdida de ganancias por exportaciones, los mayores costes de importaciones, las limitaciones en el crecimiento de la economía, y los daños sociales. La Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos estima que las pérdidas en exportaciones estadounidenses suponen 1200 millones de dólares anuales.

Principales afectaciones del bloqueo a Cuba en millones de dólares:

  • Ingresos dejados de recibir por exportaciones y servicios $ 40 427,5
  • Pérdidas por reubicación geográfica del comercio $ 19 592,0
  • Afectaciones a la producción y los servicios $ 2 866,2
  • Bloqueo tecnológico $ 9 375,0
  • Afectaciones a los servicios a la población $ 1 565,3
  • Afectaciones monetario finacieras $ 8 640,2
  • Incitación a la emigración y robo de cerebros 6 533,8

Las exportaciones oficiales de Estados Unidos a Cuba en 1999 sumaron 4´7 millones de dólares, principalmente en ayuda médica, fármacos y demás ayuda humanitaria, siendo Cuba el último de los 180 importadores de productos agrícolas estadounidenses en 2000. Tras la suavización del embargo posterior, Cuba llegó al puesto 138 en 2001, al 45 en 2002, y se estima que en 2003 era el 33.

Se estima que aproximadamente unos 80 000 estadounidenses visitan Cuba anualmente, incluyendo unos 3000 viajes de negocios. Las remesas que los expatriados cubanos en Estados Unidos envían a su país alcanzan los 1000 millones de dólares anuales. Muchas de estas remesas contradicen el espíritu, si no la letra, del embargo. Además, ciertos productos de lujo como los puros (o cigarros) habanos son demandados en Estados Unidos, de hecho, empresas como General Cigar aprovechando el embargo se apropiaron del nombre Cohiba para vender bajo dicho nombre tabaco no procedente de Cuba. En la cultura popular, aparecen asociados a personajes ricos y poderosos, que consiguen sus propios suministros ilegales de tabaco. Aunque parte de esta fama se debe a la escasez de los mismos producida por el embargo, el tabaco cubano tiene fama de ser uno de los mejores del mundo (aunque algunos expertos creen que últimamente, y debido a factores como la peor calidad del suelo por los efectos del embargo en el mercado de fertilizantes, su calidad ha declinado).

Existen algunos cubanos en el exilio que critican al embargo porque les dificulta enviar dinero o bienes a sus familiares y comunicarse con ellos, pues los precios por minuto están en la última escala del listado ya que Cuba no tiene acceso a la red mundial por presión del mismo embargo. Mientras que muchos de los exiliados históricos tuvieron motivos políticos para exiliarse (evitar los peligros que para ellos suponía las reformas socialistas de la Revolución), muchos de los que se fueron en las oleadas posteriores tienen motivaciones principalmente económicas y son mucho más favorables a enviar dinero a sus familias en la isla y al levantamiento total del embargo.

Críticas al embargo

Algunos críticos del embargo remarcan la doble moral de aislar a Cuba por su socialismo, mientras se comercia con otros estados comunistas como China o Vietnam, con los mismos sistemas políticos y económicos que en Cuba son causas del embargo. El comercio con estos países, se defiende como una influencia benigna en los países comunistas, que los animaría a optar por el libre mercado.

Ningún senador o congresista cubano-estadounidense (actualmente disponen de escaños los senadores Mel Martínez (republicano por Florida) y Robert Menéndez (demócrata por Nueva Jersey) y los congresistas Lincoln Díaz-Balart, Mario Díaz-Balart, e Ileana Ros-Lehtinen (republicanos por Florida) ) ha intentado impulsar alguna medida de similar cariz en Cuba. Para algunos, esta contradicción se debe, no a la política exterior del país, sino a la interior, siendo resultado de la importancia del lobby cubano y sus contribuciones en las elecciones del país. En respuesta a estas críticas, los que están de acuerdo con la política de los congresistas y senadores cubano-estadounidenses remarcan el hecho de que ninguno de ellos han votado por ningunas de las medidas para suavizar o eliminar las sanciones contra los otros países comunistas.

Críticos de izquierda, incluyendo Noam Chomsky, aducen que el embargo tiene el objetivo de evitar el éxito del plan económico de Castro, evitando así que sirva de ejemplo en otros países latinoamericanos, documentos desclasificados de 1964 del Departamenteo de Estado también afirman que Castro representa una amenaza a la hegemonía de Estados Unidos y un desafio abierto a la Doctrina Monroe.

Otros críticos se centran en la dudosa utilidad del embargo: argumentan que, en vez de influir en el gobierno cubano alejándolo del modelo socialista, en su momento le ató aún más a la URSS, de la cual pasó a depender económicamente. También se ha dicho que el embargo es útil al gobierno de Fidel Castro, lejos de perjudicarlo, porque le permite culpar a los Estados Unidos de las fallas de su gobierno, y a la vez presentarse como el defensor de los cubanos frente al embargo estadounidense. Es por esta razón que diversos sectores liberales creen que el embargo ha afianzado a Castro en el poder y evitado que Cuba adopte el libre mercado, y siga un camino similar a otros países comunistas.

Empresarios y economistas han advertido también que el embargo deja a las empresas estadounidenses en desventaja en el mercado cubano tras su hipotético final, pues se enfrentarán a una competencia más firmemente asentada. Por ello, hicieron un llamamiento al final del embargo[5]

El embargo cuenta con la oposición de la comunidad internacional. Así, las Naciones Unidas han aprobado varias veces resoluciones instando a Estados Unidos a levantar o al menos aligerar el embargo con amplia mayoría: en 2002 173 países votaron a favor, mientras sólo Israel, Estados Unidos y las Islas Marshall se oponían; en 2004, sólo EEUU, Israel, las Islas Marshall y Palaos se opusieron (con abstención de los Estados Federados de Micronesia).

El 4 de febrero de 2003, la ONU realizó una votación sobre el fin del embargo. Solo Estados Unidos, Israel y las Islas Marshall votaron en contra del fin del mismo. De nuevo, el 8 de noviembre de 2005, las Naciones Unidas aprobaron una resolución instando al final del bloqueo,[6]​ con la única oposición de Estados Unidos, Israel, Islas Marshall y Palau.

La ley Helms-Burton ha sido objeto de críticas por parte de los gobiernos canadiense y europeo, que no aceptan las pretensiones extraterritoriales de Estados Unidos, ya que la ley incluyen formas de castigar a compañías no estadounidenses que comercien con Cuba. En el Congreso del Canadá, la ley fue parodiada por Godfrey-Milliken Bill, que reclamó la devolución de las propiedades confiscadas tras la revolución estadounidense a los españoles. Más lejos llegó el Parlamento Europeo, que en 1996 declaró ilegal el acatamiento de la ley Helms-Burton por ciudadanos europeos. Aunque fue más simbólico que real, esta ley eliminó cualquier reclamación por parte de la ley a ciudadanos europeos.

Según el Consejo Europeo:[7]

"El Consejo, al mismo tiempo que reafirma su preocupación de fomentar la adopción de reformas democráticas en Cuba, recordó la profunda inquietud expresada por el Consejo Europeo con respecto a los efectos extraterritoriales del "Cuban Liberty and democratic Solidarity (Libertad) Act" adoptado por Estados Unidos y a las disposiciones legales similares relativas a Irán y Libia que están en estudio. Señaló las innumerables objeciones planteadas en el mundo contra esta ley. Invitó al Presidente B. Clinton a que renuncie a la aplicación de las disposiciones del título III y expresó su preocupación en cuanto a las medidas ya adoptadas para la aplicación del título IV de dicha ley. El Consejo definió una serie de medidas que podrían ser adoptadas por la Unión Europea en respuesta al perjuicio causado a los intereses de empresas de la Unión Europea como consecuencia de la aplicación de esta ley. Entre estas medidas figuran:

  1. la consulta de un grupo especial de la Organización Mundial del Comercio para la solución de conflictos;
  2. modificaciones de procedimientos que regulan la entrada de representantes de empresas estadounidenses en los Estados miembros de la Unión Europea;
  3. la utilización o la aprobación de una legislación en la Unión Europea destinada a neutralizar los efectos extraterritoriales de la legislación estadounidense;
  4. el establecimiento de una lista de empresas estadounidenses que inician acciones previstas en el título III, que convendría supervisar.

El Consejo encargó al Coreper que adoptara las disposiciones necesarias para la aprobación urgente de medidas comunitarias y medidas nacionales coordinadas."

Varios líderes religiosos se han opuesto al embargo por diversas razones, incluyendo principalmente motivos humanitarios. El papa Juan Pablo II pidió el fin del embargo tanto en su visita pastoral a México en 1979 como en la visita que realizó en Cuba en 1998. El patriarca ortodoxo Bartolomé I tildó el embargo de "error histórico" cuando visito la isla el 25 de enero de 2004. Varios líderes religiosos estadounidenses también han mostrado su oposición al embargo. En 1998, los Discípulos de Cristo y la Iglesia Unida de Cristo, iglesias protestantes que suman dos millones de miembros, escribieron una carta conjunta a favor de aliviar la presión económica del embargo. Los reverendos Jesse Jackson y Al Sharpton y el imán Louis Farrakhan también son conocidos opositores al embargo.

El 15 de mayo de 2002 el ex presidente Jimmy Carter habló en La Habana pidiendo el fin del embargo: "Nuestras dos naciones han estado atrapadas en un destructivo estado de beligerancia durante 42 años, y es hora de cambiar nuestra relación y forma de pensar y hablar".[8]​ En declaraciones públicas, el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, ha calificado el embargo como "acto de genocidio".

Algo que ha develado la complicación de una imposición, por muchos considerada absurda ya, ha sido el caso de una víctima inocente de dicho embargo. La señora Mary McCarthy, ciudadana canadiense radicada en Cuba y con 107 años de edad, se ha visto imposibilitada a retirar sus ahorros de $300 000 dólares debido a la prohibición que se indica. Recientemente y debido a las presiones de diversas autoridades internacionales el gobierno ha cedido a entregarle un poco de su dinero para solventar sus gastos de geriatría.[cita requerida]

En octubre de 2007, la ONU volvió a condenar el embargo ilegal y unilateral de Estados Unidos a Cuba, por una votación de 184 votos a favor y solo 4 en contra.[2]. Nuevamente, los opositores al fin del bloqueo fueron Estados Unidos, Israel, Islas Marshall y Palau.

El Representante ante la ONU de Estados Unidos declaro que “Los problemas de Cuba no se deben a ninguna decisión de Estados Unidos sino al embargo a la libertad que el régimen cubano le impone a su propio pueblo”.[cita requerida]

Véase también

Notas

Enlaces externos