Diferencia entre revisiones de «Abderramán I»

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== Vida ==
== Vida ==
=== Infancia y juventud ===
[[Archivo:Omayyad mosque.jpg|left|thumb|Mezquita de dinastía Omeya en Damasco destronados en 750 por los abásidas]]
Nieto de [[Hisham ibn Abd al-Malik]], el décimo [[califa]] [[omeya]], e hijo del príncipe Mu'awiya y una [[concubina]] [[Etnia bereber|berebere]] de la tribu Nafza,<ref>[http://fmg.ac/Projects/MedLands/MOORISH%20SPAIN.htm Foundation for Medieval Genealogy: Moorish spain]</ref><ref>Paul Lunde, ''Islamic Seville'', January/February 1993 print edition of Saudi Aramco World, p. 20-31</ref><ref>André Clot, ''L'Espagne Musulmane'', p.40, Ed.Perrin, 2004, ISBN 2-262-02301-8</ref> Abderramán nació en un [[monasterio]] del entorno de Damasco. Cuando el califa [[Marwan II]] fue derrotado y muerto en el año 750 en [[Egipto]] y se instauró la nueva [[dinastía]] de los abasíes, el joven omeya tenía menos de veinte años. Fue uno de los escasos miembros de la dinastía que consiguieron escapar a la matanza de [[Abú Futrus]].

Junto con su hermano [[Yahya]] se refugió junto con tribús [[Beduino|beduinas]] en el desierto. Los abasidas persiguieron a sus enemigos sin piedad; los soldados mataron a su hermano, y él se salvó huyendo primero a [[Palestina (región)|Palestina]] y [[Siria]] y después al norte de [[África]], el refugio común para aquellos que querían escapar de los abasidas.

En la confusión general producida por el cambio de dinastía, África había caído en manos de [[cacique]]s locales, antiguos [[emir]]es o tenientes de los califas omeyas, que ahora buscaban independencia. Después de un tiempo Abderramán descubrió que su vida estaba amenazada y huyó aún más lejos hacia el oeste, refugiándose entre las tribus [[Bereber (etnia)|bereberes]] de [[Mauritania]] (en la tribu de los [[Nafza]] a la que pertenecía su madre). En medio de estos peligros mantuvo sus ánimos gracias a su confianza en una [[profecía]] de su tío abuelo [[Maslama]], según la cual él restablecería la fortuna de su familia. Fue seguido por algunos partidarios de los omeyas.

=== Llegada a la Península ===

El joven Abderramán, acompañado por su leal vasallo Badr, y después de atravesar todo el norte de África, llegó a [[Ceuta]] en [[755]], y desde allí envió un agente a la [[Península Ibérica]] para buscar los apoyos de otros clientes de la familia, descendientes de los conquistadores de la Península Ibérica, que eran numerosos en la provincia de Elvira, actualmente [[provincia de Granada|Granada]]. El país estaba en un estado de confusión debido al débil liderazgo del Emir Yusef, una simple marioneta en manos de una facción, y estaba dividido por las tensiones tribales entre [[Pueblo árabe|árabes]] y los conflictos raciales entre éstos y los [[Etnia bereber|bereberes]]. Esto dio a Abderramán la oportunidad que no había encontrado en África. Bajo invitación de sus partidarios llegó a Bitruh Riyäna (Playa Burriana) en [[Nerja]], al este de [[Málaga]], en septiembre de 755. En el Castillo de Turrush, [[Algarinejo]] (Granada), y apoyado por los mozárabes de la fortaleza, reclutó un pequeño ejército con el cual asaltar posteriormente el poder.

Durante un tiempo Abderramán se dejó guiar por sus seguidores, que eran conscientes de los riesgos de su empresa. Yusef comenzó negociaciones, y ofreció a Abderramán una de sus hijas en matrimonio y tierras. Esto era mucho menos de lo que el príncipe esperaba conseguir, pero probablemente se habría visto forzado a aceptar la oferta si la insolencia de uno de los mensajeros de Yusef, uno de los antiguos habitantes de la Península Ibérica, no hubiera ultrajado a uno de los jefes leales a la causa omeya, llamado Obeidullah, mofándose de su incapacidad de escribir bien en [[Lengua árabe|árabe]]. A causa de esta provocación Obeidullah sacó su espada.

Durante [[756]] Abderramán apoyado por tropas [[Siria|sirias]], [[Yemen|yemeníes]] y bereberes luchó una campaña en el valle del [[Guadalquivir]], que terminó el [[16 de mayo]], con la derrota de Yusef fuera de [[Córdoba (España)|Córdoba]]. Las tropas de Abderramán eran muy débiles ya que él era casi el único que montaba un buen caballo de guerra; no tenía bandera, y se improvisó una con un [[turbante]] verde y una lanza. El turbante y la lanza se convirtieron en la bandera de los omeyas españoles. Se proclamó emir independiente de [[Al-Ándalus]] en [[Archidona]] y los abasidas de Bagdad perdieron este territorio. Poco después Abderramán entró triunfante en Córdoba con su espléndido caballo blanco, el día del 'Aid al-Kabir (commemoración del sacrificio de Abraham). Inmediatamente después liberó de la esclavitud a una visigoda conversa al Islam a la que desposó. Ella fue la madre de Hisham I.

=== Emirato ===
[[Archivo:Río Guadalquivir Cordoba.jpg|right|thumb|Rio [[Guadalquivir]] en [[Córdoba (España)|Córdoba]], ciudad donde Abd ar-Rahman I se proclamó emir independiente]]
El largo reinado de 32 años transcurrió en una lucha para traer a sus anárquicos árabes y [[Etnia bereber|bereberes]] al orden. Nunca habían pretendido tener un maestro, y se resistieron a su mandato, que se fue haciendo cada vez más duro. En [[759]] aplastó una rebelión encabezada por el antiguo emir, que acabó con la ejecución de éste. En [[763]] tuvo que luchar en las mismas puertas de su capital con rebeldes que actuaban por cuenta de los abasidas venciéndoles, como señal de victoria cortó las cabezas de los líderes rivales, las llenó con sal y [[alcanfor]] y las envió como desafío al califa del este.

También hizo frente a los reinos cristianos, primero exigiendo tributo al Reino Astúr-leonés, que se tuvo que ver obligado a pagar por el potencial omeya, y luego manteniendo la marca norte de la península al conquistar [[Zaragoza]] luchando contra los [[Pueblo franco|francos]] de [[Carlomagno]]. La retirada de los francos provocó el ataque de los [[vascones]] en [[Roncesvalles]]. Siempre tuvo un gran ejército, compuesto en su mayoría de bereberes.

Su territorio estuvo muy bien organizado gracias a la eficacia de su ministros, gobernadores en las siete provincias del emirato, caldíes, jueces de las ciudades y el consejo [[Corán|coránico]], que procuraba la integración de las diferentes etnias bajo las leyes de [[Mahoma]], como los [[muladí]]es (cristianos conversos), [[mozárabe]]s (cristianos que pagaban tributo extra por permanecer en territorio [[musulmán]]) y los [[judíos]], plenamente integrados. Además siempre tuvo 4 ó 5 asesores que le aconsejaban en cada decisión difícil.Entre dichos asesores se encontraba su antiguo vasallo Badr, al que nombró jefe del ejército, y con el que guardaba una cierta amistad.

Ordenó que no se rezase jamás por los abasidas de Bagdad. Fue proclamado príncipe de los creyentes. En las monedas no se hacía ninguna mención a [[Bagdad]] y tan solo reflejaban el año en curso y el nombre de [[Al-Ándalus]]. Fomentó los cultivos e introdujo la [[palmera]] en la [[península Ibérica]]. Según la tradición todas las palmeras de España descienden de una palmera que plantó Abderramán I con sus propias manos en el jardín de su palacio de [[Córdoba (España)|Córdoba]].

=== Infancia y juventud ===
=== Infancia y juventud ===
[[Archivo:Omayyad mosque.jpg|left|thumb|Mezquita de dinastía Omeya en Damasco destronados en 750 por los abásidas]]
[[Archivo:Omayyad mosque.jpg|left|thumb|Mezquita de dinastía Omeya en Damasco destronados en 750 por los abásidas]]
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Ordenó que no se rezase jamás por los abasidas de Bagdad. Fue proclamado príncipe de los creyentes. En las monedas no se hacía ninguna mención a [[Bagdad]] y tan solo reflejaban el año en curso y el nombre de [[Al-Ándalus]]. Fomentó los cultivos e introdujo la [[palmera]] en la [[península Ibérica]]. Según la tradición todas las palmeras de España descienden de una palmera que plantó Abderramán I con sus propias manos en el jardín de su palacio de [[Córdoba (España)|Córdoba]].
Ordenó que no se rezase jamás por los abasidas de Bagdad. Fue proclamado príncipe de los creyentes. En las monedas no se hacía ninguna mención a [[Bagdad]] y tan solo reflejaban el año en curso y el nombre de [[Al-Ándalus]]. Fomentó los cultivos e introdujo la [[palmera]] en la [[península Ibérica]]. Según la tradición todas las palmeras de España descienden de una palmera que plantó Abderramán I con sus propias manos en el jardín de su palacio de [[Córdoba (España)|Córdoba]].

En [[785]] decidió aprovecharse el material de una basílica [[Visigodos|visigoda]] dedicada a [[Vicente (santo)|San Vicente]] para iniciar la construcción de la [[mezquita de Córdoba]], que quedaría para la posteridad como símbolo del esplendor de la España musulmana.

Tuvo tres hijos legítimos que pretendían sucederle, Suleimán, Hisham y Almondzir. Abderramán tomó la decisión de elegir él el sucesor siguiendo una antigua traición oriental. Escogió a [[Hisham I al-Andalus|Hisham]], por ser el más parecido a él tanto en carácter como físicamente, dejándole un legado inmenso.

Nunca llegó a perder ninguna batalla ante ninguno de sus enemigos y en sus últimos años, Abderramán tuvo que lidiar con una sucesión de conspiraciones de palacio, que reprimió enérgicamente. A pesar de ello, fundó la dinastía que aseguró el control omeya de España hasta [[1031]].

Es posible que después de sofocada la rebelión de los moriscos en el siglo XVI fueran a establecerse en la región de Valencia parte de los descendientes Omeyas que quedaron y hubieran sido obligados a cristianizarse o a salir deportados desde el puerto de Alicante en 1609.


En [[785]] decidió aprovecharse el material de una basílica [[Visigodos|visigoda]] dedicada a [[Vicente (santo)|San Vicente]] para iniciar la construcción de la [[mezquita de Córdoba]], que quedaría para la posteridad como símbolo del esplendor de la España musulmana.
En [[785]] decidió aprovecharse el material de una basílica [[Visigodos|visigoda]] dedicada a [[Vicente (santo)|San Vicente]] para iniciar la construcción de la [[mezquita de Córdoba]], que quedaría para la posteridad como símbolo del esplendor de la España musulmana.

Revisión del 12:01 23 ago 2009

Detalle de la Capilla de Villaviciosa en la Mezquita de Córdoba, construida por Abderramán I

Abd Ar-Rahman ibn Mu'awiya ibn Hisham ibn Abd al-Malik (en árabe, عبدالرحمن بن معاوية بن هشام بن عبد الملك), conocido como Abderramán I o Abd al-Rahmán I al-Dājil (الداخل: el que entra o el Inmigrado) (Damasco, marzo de 731 - Córdoba, 788) fue un príncipe de la dinastía omeya que tras diversos azares se convirtió en el primer emir independiente de Córdoba en 756.

La situación interna del Emirato no permitió a Abderramán I dirigir las habituales aceifas a los territorios cristianos del norte. Su reinado de treinta y dos años transcurrió entre luchas internas para sofocar la resistencia del anterior emir, Yusuf al-Fihrí, y de sus hijos, de los sirios partidarios de los abasíes y de los bereberes asentados en la Península.

Vida

Infancia y juventud

Mezquita de dinastía Omeya en Damasco destronados en 750 por los abásidas

Nieto de Hisham ibn Abd al-Malik, el décimo califa omeya, e hijo del príncipe Mu'awiya y una concubina berebere de la tribu Nafza,[1][2][3]​ Abderramán nació en un monasterio del entorno de Damasco. Cuando el califa Marwan II fue derrotado y muerto en el año 750 en Egipto y se instauró la nueva dinastía de los abasíes, el joven omeya tenía menos de veinte años. Fue uno de los escasos miembros de la dinastía que consiguieron escapar a la matanza de Abú Futrus.

Junto con su hermano Yahya se refugió junto con tribús beduinas en el desierto. Los abasidas persiguieron a sus enemigos sin piedad; los soldados mataron a su hermano, y él se salvó huyendo primero a Palestina y Siria y después al norte de África, el refugio común para aquellos que querían escapar de los abasidas.

En la confusión general producida por el cambio de dinastía, África había caído en manos de caciques locales, antiguos emires o tenientes de los califas omeyas, que ahora buscaban independencia. Después de un tiempo Abderramán descubrió que su vida estaba amenazada y huyó aún más lejos hacia el oeste, refugiándose entre las tribus bereberes de Mauritania (en la tribu de los Nafza a la que pertenecía su madre). En medio de estos peligros mantuvo sus ánimos gracias a su confianza en una profecía de su tío abuelo Maslama, según la cual él restablecería la fortuna de su familia. Fue seguido por algunos partidarios de los omeyas.

Llegada a la Península

El joven Abderramán, acompañado por su leal vasallo Badr, y después de atravesar todo el norte de África, llegó a Ceuta en 755, y desde allí envió un agente a la Península Ibérica para buscar los apoyos de otros clientes de la familia, descendientes de los conquistadores de la Península Ibérica, que eran numerosos en la provincia de Elvira, actualmente Granada. El país estaba en un estado de confusión debido al débil liderazgo del Emir Yusef, una simple marioneta en manos de una facción, y estaba dividido por las tensiones tribales entre árabes y los conflictos raciales entre éstos y los bereberes. Esto dio a Abderramán la oportunidad que no había encontrado en África. Bajo invitación de sus partidarios llegó a Bitruh Riyäna (Playa Burriana) en Nerja, al este de Málaga, en septiembre de 755. En el Castillo de Turrush, Algarinejo (Granada), y apoyado por los mozárabes de la fortaleza, reclutó un pequeño ejército con el cual asaltar posteriormente el poder.

Durante un tiempo Abderramán se dejó guiar por sus seguidores, que eran conscientes de los riesgos de su empresa. Yusef comenzó negociaciones, y ofreció a Abderramán una de sus hijas en matrimonio y tierras. Esto era mucho menos de lo que el príncipe esperaba conseguir, pero probablemente se habría visto forzado a aceptar la oferta si la insolencia de uno de los mensajeros de Yusef, uno de los antiguos habitantes de la Península Ibérica, no hubiera ultrajado a uno de los jefes leales a la causa omeya, llamado Obeidullah, mofándose de su incapacidad de escribir bien en árabe. A causa de esta provocación Obeidullah sacó su espada.

Durante 756 Abderramán apoyado por tropas sirias, yemeníes y bereberes luchó una campaña en el valle del Guadalquivir, que terminó el 16 de mayo, con la derrota de Yusef fuera de Córdoba. Las tropas de Abderramán eran muy débiles ya que él era casi el único que montaba un buen caballo de guerra; no tenía bandera, y se improvisó una con un turbante verde y una lanza. El turbante y la lanza se convirtieron en la bandera de los omeyas españoles. Se proclamó emir independiente de Al-Ándalus en Archidona y los abasidas de Bagdad perdieron este territorio. Poco después Abderramán entró triunfante en Córdoba con su espléndido caballo blanco, el día del 'Aid al-Kabir (commemoración del sacrificio de Abraham). Inmediatamente después liberó de la esclavitud a una visigoda conversa al Islam a la que desposó. Ella fue la madre de Hisham I.

Emirato

Rio Guadalquivir en Córdoba, ciudad donde Abd ar-Rahman I se proclamó emir independiente

El largo reinado de 32 años transcurrió en una lucha para traer a sus anárquicos árabes y bereberes al orden. Nunca habían pretendido tener un maestro, y se resistieron a su mandato, que se fue haciendo cada vez más duro. En 759 aplastó una rebelión encabezada por el antiguo emir, que acabó con la ejecución de éste. En 763 tuvo que luchar en las mismas puertas de su capital con rebeldes que actuaban por cuenta de los abasidas venciéndoles, como señal de victoria cortó las cabezas de los líderes rivales, las llenó con sal y alcanfor y las envió como desafío al califa del este.

También hizo frente a los reinos cristianos, primero exigiendo tributo al Reino Astúr-leonés, que se tuvo que ver obligado a pagar por el potencial omeya, y luego manteniendo la marca norte de la península al conquistar Zaragoza luchando contra los francos de Carlomagno. La retirada de los francos provocó el ataque de los vascones en Roncesvalles. Siempre tuvo un gran ejército, compuesto en su mayoría de bereberes.

Su territorio estuvo muy bien organizado gracias a la eficacia de su ministros, gobernadores en las siete provincias del emirato, caldíes, jueces de las ciudades y el consejo coránico, que procuraba la integración de las diferentes etnias bajo las leyes de Mahoma, como los muladíes (cristianos conversos), mozárabes (cristianos que pagaban tributo extra por permanecer en territorio musulmán) y los judíos, plenamente integrados. Además siempre tuvo 4 ó 5 asesores que le aconsejaban en cada decisión difícil.Entre dichos asesores se encontraba su antiguo vasallo Badr, al que nombró jefe del ejército, y con el que guardaba una cierta amistad.

Ordenó que no se rezase jamás por los abasidas de Bagdad. Fue proclamado príncipe de los creyentes. En las monedas no se hacía ninguna mención a Bagdad y tan solo reflejaban el año en curso y el nombre de Al-Ándalus. Fomentó los cultivos e introdujo la palmera en la península Ibérica. Según la tradición todas las palmeras de España descienden de una palmera que plantó Abderramán I con sus propias manos en el jardín de su palacio de Córdoba.

En 785 decidió aprovecharse el material de una basílica visigoda dedicada a San Vicente para iniciar la construcción de la mezquita de Córdoba, que quedaría para la posteridad como símbolo del esplendor de la España musulmana.

Tuvo tres hijos legítimos que pretendían sucederle, Suleimán, Hisham y Almondzir. Abderramán tomó la decisión de elegir él el sucesor siguiendo una antigua traición oriental. Escogió a Hisham, por ser el más parecido a él tanto en carácter como físicamente, dejándole un legado inmenso.

Nunca llegó a perder ninguna batalla ante ninguno de sus enemigos y en sus últimos años, Abderramán tuvo que lidiar con una sucesión de conspiraciones de palacio, que reprimió enérgicamente. A pesar de ello, fundó la dinastía que aseguró el control omeya de España hasta 1031.

Es posible que después de sofocada la rebelión de los moriscos en el siglo XVI fueran a establecerse en la región de Valencia parte de los descendientes Omeyas que quedaron y hubieran sido obligados a cristianizarse o a salir deportados desde el puerto de Alicante en 1609.

Semblanza

Los cronistas presentan la siguiente semblanza física y moral del fundador del emirato Omeya en España:

Abderramán era alto y delgado, rubio y con poco pelo en las mejillas. Tenía un lunar en la cara y era tuerto. Llevaba dos trenzas o dos bandas sujetas al pelo. Vestía de blanco y usaba turbante. Era elocuente, gran orador, buen poeta y pluma fácil. Actuaba en política con prudencia y tino en un constante tira y afloja, porque era muy precavido y reservado. Era osado y resuelto, pues no vacilaba en ir al encuentro de sus enemigos, incansable e inquieto. Visitaba a los enfermos, asistía a los entierros y rezaba con la gente los viernes y fiestas canónicas. Presidía las procesiones de rogativas de lluvia, llorando e implorando a Dios. Por su coraje se le llamó el «Sacre de Quraych» y se le comparó con el segundo califa abbasí al-Mansur. Dejó al morir once varones y nueve hembras.

Notas y referencias

  1. Foundation for Medieval Genealogy: Moorish spain
  2. Paul Lunde, Islamic Seville, January/February 1993 print edition of Saudi Aramco World, p. 20-31
  3. André Clot, L'Espagne Musulmane, p.40, Ed.Perrin, 2004, ISBN 2-262-02301-8

Véase también

Enlaces externos


Predecesor:
Yûsuf al-Fihrî
Emir de Córdoba
756 - 788
Sucesor:
Hisham I