Diferencia entre revisiones de «Idioma hebreo»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
m Revertidos los cambios de 190.45.76.219 (disc.) a la última edición de 201.250.93.138
Línea 1: Línea 1:
{{Ficha de idioma|Hebreo|nativo=עברית / ‘Ivrit
{{Ficha de idioma|Hebreo|nativo=עברית / ‘Ivrit
| color=yellow
| color=yellow
| países={{ISR}} y minorías en {{ARG}}, {{BRA}}, {{CAN}}, {{CHI}}, {{USA}}, {{FRA}}, {{MEX}}, {{PAN}}, {{PER}}, {{ING}}, {{RUS}} y {{URU}}.
| países=[[Israel]] y minorías en [[Argentina]], [[Brasil]], [[Canadá]], [[Chile]], [[Estados Unidos]], [[Francia]], [[México]], [[Panamá]], [[Perú]], [[Reino Unido]], [[Rusia]] y [[Uruguay]].
|hablantes=Entre 7 y 8 millones<sup>1</sup> (195.375 en Estados Unidos)<sup>2</sup>
|hablantes=Entre 7 y 8 millones<sup>1</sup> (195.375 en Estados Unidos)<sup>2</sup>
|familia=[[Lenguas afro-asiáticas|Afro-asiático]]<br />
|familia=[[Lenguas afro-asiáticas|Afro-asiático]]<br />

Revisión del 01:45 16 may 2009

Idioma hebreo
עברית / ‘Ivrit
Hablado en Israel y minorías en Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Estados Unidos, Francia, México, Panamá, Perú, Reino Unido, Rusia y Uruguay.
Hablantes Entre 7 y 8 millones1 (195.375 en Estados Unidos)2
Familia

Afro-asiático
 Semítico
  Semítico central
   Semítico noroccidental
    Lenguas cananeas
       Hebreo 1[1]

2United States Census 2000 PHC-T-37. Ability to Speak English by Language Spoken at Home: 2000. [2]
Escritura Alfabeto hebreo
Estatus oficial
Oficial en Israel
Regulado por Academia del Idioma Hebreo
(האקדמיה ללשון העברית)
Códigos
ISO 639-1 he
ISO 639-2 heb
ISO 639-3 heb

El hebreo es una lengua semítica de la familia afroasiática hablada por cinco millones de personas en Israel (95%) y por otros dos o tres millones en comunidades judías repartidas por el mundo, lo que da un total de ocho millones de hablantes. En Israel es, junto con el árabe, una de las dos lenguas oficiales del país y es hablada por la mayoría de su población.

Al margen de la Biblia, el más antiguo texto escrito con alfabeto hebreo data del siglo IX a. C. A esta época pertenece la estela de Moab, escrita en dialecto cananeo-moabita, en la cual Mesha, rey de Moab, describe sus triunfos contra Omrí, el rey de Israel. Guarda gran paralelismo con el 2º libro de los Reyes, capítulo 3.

En la estela de Tel Dan, escrita en hebreo a mediados del siglo VIII a. C., conmemora las victorias del rey sirio Hazael sobre Joram, hijo de Acab, rey de Israel, y sobre Ocozías hijo de Joram rey de Judá, de la dinastía de David. Es la mención escrita más antigua respecto a esta dinastía.

El hebreo dejó de hablarse alrededor del siglo I a. C., aunque siguió utilizándose en la literatura y, sobre todo, en la liturgia y con propósitos académicos. En Palestina fue sustituido como lengua hablada principalmente por el arameo. En cuanto a la diáspora judía, sus lenguas comunes han sido históricamente sobre todo dos: el yidis entre los judíos llamados ashkenazíes (centro y este de Europa) y el ladino o judeoespañol entre los llamados sefardíes (cuenca mediterránea).

El hebreo como lengua hablada fue recuperado por el sionismo a finales del siglo XIX, gracias al trabajo de, entre otros, Eliezer Ben Yehuda, para servir de lengua nacional al futuro Estado judío.

Fuentes

Aunque la Biblia es la principal fuente para el hebreo clásico, la misma lengua se usa en varias inscripciones. Entre las mejor conocidas están las del calendario Gezer (siglo X a. C.), una lista de meses definidos por el trabajo agrícola característico realizado en ellos (aunque cabe que este texto no fuera escrito por un israelita); las inscripciones Kuntillet 'Ajrud y Khirbe el-Qom (de finales del siglo IX o principios del VIII a. C.), que mencionan a Yahveh y a su Asherah; los Ostraka de Samaria (siglo VIII a. C.) recoge pagos de vino, aceite, etc.; la inscripción del túnel Siloam (finales del siglo VIII a. C.), encontrada en el túnel construido por Ezequías bajo la ciudad de David para llevar agua del manantial de Gihon hasta la Reserva de Siloam; los Ostraka de Lachish (principios del siglo VI a. C.) con mensajes militares antes de la invasión babilónica; y los ostraca Arad (del mismo periodo) recogiendo las provisiones suministradas a los soldados. La Piedra Moabita (ca. 830 a. C.), en la que el rey Mesha de Moab se jacta de sus victorias sobre los israelitas, está en un lenguaje casi idéntico al hebreo bíblico.

Filiación lingüística

Dentro del grupo noroccidental de lenguas semíticas, el hebreo pertenece a la familia cananea, que incluye al fenicio, moabita y amonita (algunos incluyen al ugarítico). La otra gran familia de la lengua semítica noroccidental es la aramea.

La palabra hebreo ('ivrît) no es usada en la lengua hasta el periodo helenístico, pero se puede leer acerca de "la lengua de Caná" en Isaías 19.18; y en 2Reyes 18.26,28 (= Isa. 36.11,13; 2Crón. 32.18) y Nehemías 13.24; los jerosolimitanos hablan yehûdît, esto es, "judeo" (más tarde "judío").

Con certeza, la similitud entre el hebreo bíblico y el fenicio, y algunas palabras cananeas que aparecen en las cartas de Amarna desde el siglo XIV a. C., muestra que la lengua de los israelitas no difería mucho, después de todo, de la de los cananeos. Algunos han inferido de las comunes características del hebreo y el cananeo, y de las palabras "un arameo errante fue mi padre" (Deut. 26.5), que los antecesores de los israelitas hablaban arameo y que adoptaron de los cananeos la lengua más tarde conocida como hebreo.

Es dudoso, sin embargo, si Deuteronomio 26.5 pretende transmitir información sobre historia lingüística, y las afinidades del hebreo con lo que fue hablado por los cananeos pueden ser explicadas sobre la hipótesis de que los israelitas y sus antecesores ya hablaban una lengua fuertemente relacionada con la de los cananeos.

Aspectos dialectales históricos

Hubo diferencias dialectales entre los israelitas. Jueces 12:5-6 recoge que los fugitivos efraimitas eran incapaces de decir "*shibboleth" y en cambio decían "sibboleth" y por eso delataban su origen a sus enemigos gileaditas.

La Biblia hebrea fue transmitida por la gente en Judá, pero restos de otro dialecto -presumiblemente septentrional- han sido preservados en la Biblia. La Canción de Debora (Jueces 12), que parece ser de origen septentrional, usa el masculino plural acabado en -în en el v.10 y la partícula relativa sa- en el v.7, donde el dialecto de Judá habría usado -îm y 'aser, respectivamente.

Hubo otras diferencias entre el hebreo del norte y del sur, como en la segunda persona del singular femenino del pronombre y en el sufijo pronominal. Un relato como el de 2Reyes 4 (en el que el profeta del norte Elisha aparece) ha retenido también algo de su dialecto septentrional. Luego, algunas inscripciones septentrionales muestran diferencias dialectales. Por ejemplo, la palabra de la Biblia hebrea para casa es bayit, pero las inscripciones norteñas tienen bt, que refleja probablemente una pronunciación [bet], y "año" es st en contraste con el sureño snh. El libro de Oseas contiene muchas dificultades lingüísticas y textuales, y algunas de ellas puede quizá ser explicadas como resultado del dialecto norteño del profeta.

Evolución histórica

El dintel Shebna de la tumba de un mayordomo real que se encuentra en Siloam se remonta al siglo VII a. C.

El hebreo cambió con el paso del tiempo. La lengua del libro de las Crónicas, por ejemplo, es diferente del de Reyes. El arameo se convirtió en la lengua dominante en la región Siro-Palestina e influenció al hebreo y, finalmente, lo desplazó en algunas áreas. Nehemías 13.24 se queja de que algunos niños de matrimonios mixtos ya no podrían hablar la lengua de Judá sino que hablaban "la lengua de Ashdod". Es posible que esto se refiera no a un vestigio de la lengua filistea (aunque esto es algo que no debe ser descartado) sino al arameo.

La lengua del Eclesiastés difiere marcadamente de la de los textos del preexilio, y las peculiaridades lingüísticas de la Canción de Salomón son con frecuencia atribuidas a una fecha tardía. Alguna gente, sin embargo, podría todavía escribir en el estilo primitivo, como se puede ver en el juicio de Jesús ben Sira, escrito alrededor del 180 a. C. y en el parcial escrito de Qumrán. Con todo, tales ensayos de composición en hebreo clásico fueron intentos de arcaización. El prólogo a la traducción griega de Sirach también contiene el uso primitivo del término hebreo para la lengua del antiguo Israel.

La escritura rabínica de los primeros siglos de la era común usa una forma del hebreo que es usualmente conocida como hebreo misnaico (de la colección de tratados legales conocida como Misná, de ca. 200). Fue entonces generalmente creído que esta lengua nunca había sido usada por la gente común sino que fue una lengua erudita creada bajo la influencia del arameo. Ahora es generalmente reconocido que los rabís no confeccionaron una lengua erudita sino que usaron una forma del hebreo que se desarrolló en los últimos siglos a.C. Esta conclusión emerge desde un estudio de la naturaleza de la lengua y de las referencias en los textos rabínicos hasta su uso por la gente ordinaria, y este uso vernáculo sin duda deja entrever su presencia en el trasfondo de los rollos Copper de Qumrán y en algunas cartas de la Segunda Revuelta Judía (132-135).

Aunque el hebreo se usó en Judá en el primer siglo como vernáculo, el arameo y el griego fueron también hablados, y hay evidencias de que el arameo fue dominante en el norte de Galilea. Jesús vino de Galilea, y probablemente habló arameo. Algunas de sus palabras citadas en los Evangelios están en arameo, aunque algunas (tales como "*abba" y "ephphatta") puedan ser tanto hebreo como arameo. No es improbable que también hablase hebreo, especialmente en sus visitas a Judea. Algunos estudios (ver enlaces exteriores) indican que lo más probable es que Jesús hablara hebreo con "acento de Galilea".

Codex Aleppo: Biblia hebrea del siglo X con puntuación Masorética.

Varios versículos en el Nuevo Testamento parecen a primera vista referirse a la lengua hebrea, y la palabra griega traducida como "Hebreo" (hebraisti) se refiere a esa lengua en Apocalipsis 9.11; 10.16. Pero son también usadas del arameo palabras como Gabbatha en Golgotha en Juan 19.13,17, y ello probablemente denota una lengua semítica (como distinta del griego) hablada por los judíos, incluyendo tanto el hebreo como el arameo, antes que refiriéndose al hebreo en distinción del arameo. Igualmente, la expresión aramea Akeldema se dice en Hechos 1.19 en "su lengua", esto es, la lengua de la gente de Jerusalén.

Algún tiempo después de la Segunda Revuelta Judía, el hebreo murió como lengua vernácula en Palestina, probablemente a finales del siglo II o en el III. Continuó, sin embargo, siendo usado por lo judíos como una lengua religiosa, erudita y literaria, y fue también hablado en ciertas circunstancias. Fue revivida como vernáculo sólo a finales del siglo XIX, y hoy es la lengua viva del estado de Israel.

Caracterización

La lengua hebrea se escribe de derecha a izquierda con un alfabeto de veintidós letras. Originalmente, denotaban sólo consonantes, pero w, y y h han sido también usadas para representar ciertas vocales largas y vocales al final de palabra (w = /u/; y = /i/; h = /a/, /o/ y /e/; w y y fueron usadas más tarde para /o/ y /e/, respectivamente) hasta, al menos, el siglo X a. C. y w y y en el interior de palabra hasta el siglo IX. Estas consonantes auxiliares escritas para denotar vocales se emplean también en otras lenguas semíticas, y se denomina matres lectionis.

En textos procedentes de Qumrán y en escritos tardíos, las letras se usaron con más profusión para representar vocales. El sistema completo de representación de vocales, añadiendo puntos a las consonantes, se desarrolló mucho más tarde, entre el siglo V y X d. C.

El actual sistema de vocalización reproduce, entonces, la pronunciación corriente de unos mil años después del final del periodo bíblico, aunque sin duda está basado en las primeras tradiciones de lectura de la Biblia.

Comparativa con el idioma español

La coincidencias entre el español y el hebreo antiguo son escasas, mientras que las existentes entre el español y el hebreo moderno son más numerosas. La razón de esto es que la lengua antigua tenía una exigua influencia de la lenguas origen del español, el latín y el griego, mientras que el hebreo moderno ha adoptado numerosos préstamos de ambos idiomas. Además, la adopción por el Estado de Israel de la norma de pronunciación sefardí (frente a la ashkenazí) supuso que la pronunciación moderna del hebreo sea casi igual a la de los judíos expulsados de España en 1492, y naturalmente próxima a la del español. Un ejemplo de ambas similitudes serían los nombres hebreos de numerosas ciencias: ביולוגיה (biologuia), גאוגרפיה (gueografia), היסטוריה (historia) etc.

Entre las coincidencias está la presencia de dos géneros gramaticales, masculino y femenino, así como la relativa libertad del orden sintáctico en las frases.

Entre las diferencias entre el hebreo (junto con otras lenguas semíticas) y el español están la presencia en el primero de las consonantes guturales ʕayin y het; las consonantes enfáticas tet, tsadik y kuf (tipos de /t/, /s/ y /k/); la sibilante sin (probablemente, la misma que hay en dialectos sur-arábigos modernos) junto con samej (/s/) y sin (/s/). En el hebreo moderno, sin embargo, tales consonantes se pronuncian con sonidos exactamente iguales que en el español de España: - ʕayin no se pronuncia - het como j /x/ - tet como t /t/ - tsadik como ts /ts/ - kuf como j, c, q /k/ - sin como s /s/ - samej como s /s/

Otras diferencias son el uso de la forma dual para ciertas formas de algunos nombres que incluyen parejas (ej. ojos, orejas, pies); el hecho de que muchas palabras deriven de raíces de tres consonantes; y un sistema verbal en el que el uso de ciertas vocales y consonantes denota diferencias en el significado (ej. katab "él escribió"; niktab "eso fue escrito"; hiktîb "él hizo escribir") y en el que hay dos formas, las llamadas perfecto e imperfecto, que fueron usadas en los últimos tiempos para denotar el pasado y el futuro, pero que habían sido empleadas en los primeros tiempos de forma que es todavía discutida.

Por último, las escasas similitudes semánticas entre ambas lenguas se deben, además de a la influencia latina y griega sobre el hebreo moderno, a la influencia del árabe sobre el español, que introdujo palabras semíticas similares en algunos casos al hebreo: לימון limón (limón). Existen además préstamos directos del hebreo bíblico al español, como 'aleluya', 'amén' o 'mesías', así como gran cantidad de nombres de pila como Juan, José, María, Jesús, Ana, Manuel...

Enlaces externos

Esta lengua tiene su propia Wikipedia. Puedes visitarla y contribuir en Wikipedia en idioma hebreo.