Casona de Las Condes

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Casona de Las Condes
Monumento Histórico
(Decreto Supremo n.º 2156, del 21 de junio de 1982)
273px
Fachada del edificio.
Localización
País ChileBandera de Chile Chile
División Región Metropolitana de Santiago
Subdivisión Provincia de Santiago
Municipio Las Condes
Localidad Fernández Concha 700
Coordenadas 33°22′33″S 70°30′17″O / -33.375903, -70.504806
Historia
Construcción Siglo xviii
Características
Estilo Colonial

La casona de Las Condes es una casa ubicada en la comuna de Las Condes, Santiago de Chile. Se encuentra específicamente en la calle Fernández Concha n.º 700. Fue declarada Monumento Histórico en 1982.

Historia

Siglos XVI-XVIII

Pasillos Casona de las Condes

Las tierras donde se construyó la casona fueron adquiridas en el año 1559 por Antón Díaz, adquiriendo el nombre de San José de la Sierra. Díaz supo proyectarse e incrementar los beneficios territoriales, pero esto no duro mucho ya que en el año 1587 muere sin dejar herederos para sus tierras.[1]

Al tiempo la hacienda pasa a manos del soldado Martín de Zamora; este logra obtener más hectáreas, de esta manera la quebrada El Arrayán —conocida hasta entonces con el nombre indígena Roquingua— pasan a ser parte de los dominios donde se encontraba la casona, pese a todos sus esfuerzos sus tierras son vendidas cuando el muere por su hijo Miguel.

La Casona San José de la Sierra fue comprada nuevamente por un militar español llamado Ascencio de Zabala, el 15 de julio de 1639 pasa a ser el nuevo dueño de este gran predio, tras su muerte el año 1667 la hacienda pasa a manos de su primogénito. El Presbítero Ambrosio de Zabala, este también era dueño de Vitacura, Ambrosio le vende las tierras al controvertido Pedro Torres en 18.800 pesos.

En 1675 la hacienda contaba con viñedos, molinos, animales, además de contar con esclavos negros, Pedro Torres su dueño en ese momento era conocido por ser un millonario, lo que conlleva a que se formen diversos rumores y chismes sobre su persona, a raíz de varios eventos Pedro Torres pierde su honor y oro, Torres tenía un profundo anhelo, sueña que la hacienda San José de la Sierra se convierta en la sede chilena de ese condado criollo. A lo largo de los años Pedro Torres y sus antecesores construyeron un importante legado en el sector oriente de Santiago, se trata del escudo de armas que identifica a la comuna de Las Condes.

Ya para el año 1693 la Hacienda estaba conformada por dos casas, dos viñas, una capilla, un almendral, un olivo y un molino.

Siglos XIX-XX

Carmen de Santiago Concha y Vásquez recibe la propiedad la cual ya reducida a 60 mil cuadras. Entrando al siglo XIX ella le traspasa los terrenos a su marido Pedro Fernández Concha, quien 1878 se convierte en dueño de todo el sector oriente de Santiago, obteniendo así la chacra de Lo Fontecilla y el fundo de San Pascual.

Al fallecer Fernández Concha en 1931, el terreno es dividido entre sus seis hijos; entonces el pastor Fernández se reserva las construcciones coloniales y vende parte de los terrenos a bajos precios, ya que considera que los sitios están muy lejos de la capital. Años después su hija Mercedes Fernández Mira recibe lo que queda de la gran propiedad. En 1946 Mercedes Fernández vende sus tierras a Luis Fernández Concha, y la Caja Bancaria de Pensiones compra 7 hectáreas del sitio en esta se incluye en un estado ruinoso la casona patronal.

En 1968 la institución bancaria restaura el sitio para convertirlo en un club de campo, deciden «adaptar la casa colonial a las funciones de un recinto que sirva a sus imponentes y acrecentar además el patrimonio nacional».[cita requerida] Tras 24 años a manos de un solo propietario la hacienda se vuelve a vender el año 1983, la propiedad es comprada por la congregación de los Hermanos Maristas. En el año 1985 un terremoto destruye gran parte de la estructura, debido a esto la hacienda debió ser restaurada, se decidió que el nuevo edificio debía volver a su estructura original de este modo se podría resaltar su valor histórico y artístico.

Ya en el año 1992 los Hermanos Maristas deciden vender la casona a la Universidad Andrés Bello, que la adquiere para convertirla en un campus universitario. Un año después de obtener la propiedad la casona sufre un incendio, debido a este incidente todo un ala y segundo piso del edificio central fueron destruidos. El campus Casona de Las Condes fue inaugurado el año 1996, y cuenta con amplias áreas verdes, casino, biblioteca y un auditorio.

Gracias a su rica arquitectura es también utilizada como centro de eventos,[2]​ principalmente para matrimonios, su historia las leyendas que la rodean, crean un escenario ideal para este tipos de eventos.

Monumento Histórico

La casona de Las Condes fue declarada Monumento Históricoel 21 de junio de 1982 por decreto supremo (número de norma 2156_1982),[3]​ debido a su arquitectura colonial de los siglos XVII y XVIII, además de aportar valor histórico por sus orígenes que van desde 1579. Como Monumento Histórico la hacienda cuenta con estrictas normas de construcción, si se quiere intervenir en los alrededores de los terrenos estos debes ser supervisados por el Consejo de Monumentos Nacionales, y existe un área de la casona que se encuentra protegida, lo que significa que no se puede realizar ninguna modificación.

“Declárase Monumento Histórico el inmueble denominado “CASONA DE LAS CONDES”, ubicada en la calle Fernández Concha N°700, de la comuna de Las Condes, de Santiago; y su entorno de 1.14 hectáreas aproximadas de terreno…”

Arquitectura

Casona de las Condes.

La casona de Las Condes está construida arquitectónicamente por un estilo colonial el cual se remonta al siglo XVIII, sus muros hechos por adobe amasado, sus pasillos y techos de madera, sus pisos de arcilla cocida desgastada cuentan la historia del lugar, al ingresar por el frontis se encuentra una estatua que custodia la casona, esta es la imagen del patrono de la hacienda “San José”, rodeando la escultura se encuentran diversas flores, palmeras y un sinfín de plantas que esconden los recuerdos de esta hacienda.

En la hacienda además se encuentra una capilla levantada en honor a San José, está construida de piedras pegadas con barro, un pequeño altar que junto a las escasas ventanas y su puerta de madera trae a la memoria las innumerables misas que se realizaron a lo largo de los años. Además de la capilla y la casona patrimonial en sus comienzos la hacienda contaba con caballerizas y establos ubicados en el lado oriente, por el ala sur de la propiedad se ubicaban los pabellones de servicios.

La entrada principal era de estilo español, en el primer piso se encontraban varios salones, los cuales servían de dormitorios y bodegas, fiel al estilo de la época la cocina, el comedor, las salas y los dormitorios principales se encontraban en el segundo piso, a pesar de ser una gran casona no tenían muchos baños, estos eran colocados a los costados del hogar.

Flora y fauna

La casona estaba rodeada de por cerros, árboles, arbustos y matorrales, dentro de la gran variedad de especies se encontraban el Patagua, arrayanes, además de boldos y espinos, también maitenes, guayacanes y quillayes.

La residencia también contaba con especies ya desaparecidas actualmente dentro de estos tenemos árboles como tribu, romerillo y colliguay, estas especies de árboles pertenecías a la flora nativa del lugar la cual convivía con las viñas de la hacienda.

Por otro lado tenemos a la fauna silvestre de esas épocas, por esos lejanos tiempos se podían apreciar volando por las laderas de la cordillera búhos, águilas y de vez en cuando algún cóndor, había una gran variedad de pequeñas aves que revoloteaban por los árboles de la casona entre ellos podíamos encontrar tordos, loicas y chercanes, además de tórtolas, perdices y torcazas, paulatinamente con el crecimiento de la urbanización se fueron dejando ver estas aves cada vez menos.

Leyendas

Con 400 años de antigüedad, la casona está rodeada de leyendas, estas se remontan incluso antes del siglo XVI, se dice que el Cacique Vitacura escondió su tesoro en monedas de oro en algún lugar de la hacienda, el cual fue buscado ansiosamente por conquistadores sin lograr encontrarlo. También se rumorea que existe un túnel secreto que se extendería desde las cavas de la casona hasta Mendoza, era llamado “Camino del Fraile” este supuestamente existió los siglos XVII y XVIII y era utilizado por sacerdotes para venir a hacer misas los domingos a Santiago y regresar posteriormente a Mendoza cruzando las montañas. Tal revuelo causó esta leyenda que en el año 1799 el arquitecto Joaquín Toesca organizó una expedición para verificar si la ruta existía, después de 15 días de búsqueda no se encontró la ruta, esto demostró que el camino del fraile no existía, pero las personas de la época no creyeron cuando no se encontró pista, sino que crearon más hipótesis, decían que hasta el mismo Manuel Javier Rodríguez Erdoíza uso la ruta para sus andanzas.

Referencias

  1. Historia de la Casona de las Condes, UNAB. Obtenido el 07-05-2015.
  2. [1].«Casona como sala de eventos ». monumentos.cl. Consultado el 16-05-2015.
  3. «Copia archivada». Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 17 de mayo de 2015. .«Declaración Monumento Histórico». monumentos.cl. Consultado el 16-05-2015.
  4. «Ley N°17.288». Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 16 de mayo de 2015. 

Enlaces externos