Batalla de las Malvinas

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Batalla de las Malvinas
Primera Guerra Mundial
Parte de Primera Guerra Mundial

El SMS Scharnhorst, buque insignia de von Spee
Fecha 8 de diciembre de 1914
Lugar Islas Malvinas
Coordenadas 52°29′58″S 56°09′59″O / -52.499444444444, -56.166388888889
Resultado Victoria decisiva británica
Beligerantes
Imperio alemán Reino Unido
Comandantes
Bandera de Imperio alemán Maximilian von Spee   Bandera del Reino Unido Frederick Doveton Sturdee
Fuerzas en combate
2 cruceros acorazados
3 cruceros ligeros
2 cruceros de batalla
3 cruceros acorazados
2 cruceros ligeros
1 acorazado pre-dreadnought
Bajas
1.871 muertos
215 prisioneros
4 naves hundidas
10 muertos
19 heridos

La batalla de las islas Malvinas fue un combate naval librado el 8 de diciembre de 1914, a principios de la Primera Guerra Mundial, entre la escuadra alemana victoriosa en la anterior batalla de Coronel, frente a las costas de Chile, y una escuadra británica fondeada en Puerto Stanley, en las islas Malvinas. El combate terminó con victoria británica y, destruida la flota alemana y muerto su mejor comandante, el conde Maximilian von Spee, el resultado decantó la campaña de ultramar del lado de los Aliados.

Situación previa

Al estallar la Primera Guerra Mundial, la escuadra alemana contaba con poco más que una docena de buques de guerra en ultramar.[1]​ Entre ellos, la Escuadra de Cruceros de Asia Oriental al mando del vicealmirante Maximilian von Spee fue la que resultó más peligrosa para los Aliados. La escuadra tenía base en Qingdao, territorio bajo dominio alemán en China, y Spee decidió, después de reunir su flota en las islas Marianas y enviar al SMS Emden al océano Índico, operar en la costa americana del Pacífico donde además podía abastecerse de carbón.[2]

La escuadra de Spee estaba compuesta por los cruceros acorazados SMS Scharnhorst y SMS Gneisenau y los cruceros ligeros SMS Leipzig, SMS Nürnberg y SMS Dresden. Con la moral de la tripulación muy alta tras la aplastante victoria sobre la escuadra británica en la batalla de Coronel, la flota alemana dobló el Cabo de Hornos. La intención de Spee era destruir Puerto Stanley, la capital de las islas Malvinas y principal base británica en el Atlántico Sur. Sin embargo, Spee había perdido demasiado tiempo reabasteciendo la flota en Valparaíso y Coronel, lo que dio tiempo suficiente a los británicos para reaccionar y enviar refuerzos al Atlántico Sur.

El 11 de noviembre de 1914, el almirante John Fischer ordenó al vicealmirante Frederick Doveton Sturdee que partiera a bordo del crucero de batalla HMS Invincible haciendo escuadra con el HMS Inflexible y el HMS Kent. Diez días después fondearon en Stanley, donde se les unieron el HMS Bristol, el Carnavon y el HMS Cornwall, además del viejo HMS Canopus, todo ello mientras los alemanes permanecían en Valparaíso. El 25 de noviembre, Spee rodeó el Cabo de Hornos y se dirigió confiado a Puerto Stanley, ignorando la presencia de los poderosos acorazados británicos. Por su parte, los británicos también desconocían el paradero de los alemanes y pensaban zarpar hacia Chile el 9 de diciembre con el fin de encontrarlos.

La batalla

Inicio

Situación de Port Stanley en las Islas Malvinas.

La madrugada del 3 de diciembre de 1914, la escuadra alemana avanzó confiada hacia las islas Malvinas. El plan de Spee consistía en desembarcar una avanzadilla de infantería en la costa para apoderarse de la estación telegráfica de la isla y luego bombardear el puerto y hundir los navíos allí anclados. Las primeras acciones correspondieron al Nürnberg y al Gneisenau.

Al acercarse a Stanley los alemanes divisaron el faro de la entrada del puerto junto con una inesperada sorpresa: la presencia de más columnas de humo de las esperadas. Un nuevo vistazo al acercarse a la costa permitió a los alemanes apreciar que, efectivamente, había navíos de guerra dentro de la bahía, por lo que el Gneisenau suspendió en ese momento la operación de desembarco prevista y ordenó al Nürnberg con su comandante, capitán del mar Karl von Schönberg, atacar al buque situado más lejos del puerto. Los británicos, que ya habían descubierto la avanzada alemana, dispusieron el Kent para el combate, el único navío de cuantos disponían que en ese momento tenía las calderas encendidas y estaba en condiciones de entablar batalla. Pero cuando el Kent ya rebasaba la salida del puerto, los navíos alemanes, con los cañones listos para entrar en combate, recibieron la insólita orden de Spee que les ordenaba «rehusar el combate».

El Gneisenau y el Nürnberg dieron entonces la vuelta y se reunieron con el grueso de la escuadra alemana, perdiendo quizá una gran oportunidad de obtener el triunfo. Tras divisar los mástiles del Inflexible y el Invincible, los alemanes se retiraron a toda máquina hacia el este. Los marinos británicos, ya recuperados de la sorpresa inicial, tardaron aún dos horas en ponerse en condiciones de marcha.

HMS Invincible

La batalla, o más bien persecución, tuvo entonces dos frentes: los navíos alemanes Scharnhorst y Gneisenau se enfrentaron al Invincible, Inflexible y al Carnavon, mientras que el resto fueron perseguidos por el Kent y el Glasgow. La distancia inicial de 20 mi fue rápidamente acortada.

El Leipzig, de velocidad menor, fue pronto alcanzado y a 6000 yardas se abrió fuego sobre él. Esto hizo que el Dresden pasase a segundo plano y pudiese huir gracias a sus turbinas Parsons, que le otorgaban mayor velocidad. Spee ordenó entonces a los cruceros ligeros separarse y huir, siendo el Dresden el que en ese momento se encontraba más alejado. Por su parte, Spee dispuso que los cruceros acorazados cambiaran el rumbo hacia el sur, siempre perseguidos por los acorazados británicos.

Hundimiento de los acorazados alemanes

SMS Gneisenau.

Siete horas después, la persecución todavía continuaba. A 12 km de Puerto Stanley, el Scharnhorst recibió una salva del Invincible sobre un lateral, sin que eso le hiciese demasiado daño. Sin embargo, a las 15 horas, el Scharnhorst recibió nuevamente una nueva andanada que destruyó la cubierta y creó vías de agua, por lo que comenzó a hundirse lentamente. Una hora después, en un último esfuerzo, el Scharnhorst intentó acortar distancias, acercándose escorado y semihundido hacia el Invincible con la intención de responder al fuego, pero la proa se metió bajo el agua y el barco acabó hundiéndose de morro con las hélices todavía girando. El almirante Maximilian von Spee y los 795 hombres de la tripulación quedaron atrapados en el buque y se hundieron con él.

Mientras tanto, el Gneisenau, navegando más adelante y con el teniente Heinrich von Spee (hijo del almirante) a bordo, asistió impotente al fin del buque insignia alemán. El crucero alemán viró y se enfrentó al Carnavon y al Inflexible, a los que luego se les unió el Invincible. El comandante del Gneisenau, Otto Maerker, ordenó disparar sobre el Inflexible con los proyectiles de 210 mm y sobre el Carnavon con los de 150 mm. El Inflexible fue alcanzado tres veces sin mayores consecuencias. Éste respondió disparando al Gneisenau, destruyendo su maquinaria propulsora. Entonces el capitán alemán ordenó abrir las válvulas y dejar que el buque se hundiera.

A las 17 horas, una hora después del hundimiento del Scharnhorst, el Gneisenau zozobró y se fue a pique. Solo se pudieron rescatar 180 hombres de los 800 que componían la tripulación. Entre los desaparecidos se encontraba el teniente Heinrich von Spee.

Masacre del Leipzig

Mientras tanto, los cruceros ligeros alemanes continuaron su huida, tal como les ordenó el almirante Von Spee. El Dresden, gracias a sus turbinas, consiguió una gran ventaja y logró alejarse. Sin embargo, el Glasgow y el Cornwall se abalanzaron sobre el Leipzig, más lento, y lo cañonearon ferozmente hasta incendiarlo. Aún en estas condiciones, el Leipzig logró disparar una vez al Glasgow y ocasionarle una baja en su tripulación, y acertó al Cornwall tres veces sin ocasionarle daños mayores.

El Leipzig siguió disparando hasta que se le acabaron las municiones, mientras su casco era perforado por los proyectiles y la tripulación sufría múltiples bajas.

El comandante Haun, a cargo del Leipzig, ordenó el abandono del buque y la apertura de las válvulas. Los marinos supervivientes se alinearon entonces en la destrozada cubierta, apenas 150 de los 380 hombres que componían la tripulación. Aun así los británicos no dejaron de disparar causando una gran masacre en los marinos de cubierta.

El Glasgow y el Cornwall se acercaron esperando ver la bandera de rendición del destrozado crucero alemán, pero al no divisar nada más que el pabellón en alto reanudaron el fuego e hicieron una carnicería entre los marinos alineados en el alcázar de proa, mientras el barco no terminaba de hundirse. Por fin, sin esperar el símbolo de rendición, los británicos lanzaron sus botes al agua y rescataron a tan solo 18 tripulantes. El Leipzig se hundió tras el rescate del último superviviente.

Hundimiento del Nürnberg y final de la batalla

Por su parte, el Kent persiguió al pequeño Nürnberg, que con gran esfuerzo logró alcanzar los 25 nudos, dos más que el Kent. Sin embargo, no lograron mantenerlos, las calderas sobreexigidas debieron parar y se redujo la velocidad. El capitán de navío, Schönberg, ordenó embestir al Kent. Este lo dejó acercarse, y cuando distaban 700 m, cañoneó a mansalva al Nürnberg, que terminó por detenerse, alzar la popa e irse a pique. De una dotación de 322 hombres, solo se salvaron 7. Otto von Spee, el otro hijo del almirante a bordo del Nürnberg, tampoco sobrevivió.

Tras esto, de la fuerza original alemana solo quedaba a flote el Dresden, que llevaba una considerable ventaja y velocidad y solo pudo contemplar desde lejos la agonía del Nürnberg. Consiguió finalmente escapar, pero fue hundido unos meses más tarde, cuando dos cruceros británicos lo localizaron en aguas chilenas en marzo de 1915.[3]

Controversia

Todavía es muy discutida en la actualidad la decisión de Spee de huir en vez de atacar a la flota en el puerto mismo. La escuadra británica de Puerto Stanley estaba ese día en una situación peligrosa, sin posibilidad de moverse rápidamente y los buques tardaron más de dos horas en conseguir presión y salir a alta mar. Los británicos estaban totalmente indefensos a primeras horas de la mañana, pues solo el Canopus y el Kent tenían los fuegos encendidos como parte de la guardia. Sturdee sabía esto e hizo salir al Kent a todo vapor y hacer humear las chimeneas de los buques detenidos, para dar la impresión que todos los buques se hacían a la mar.

Si la escuadra de Spee hubiera cañoneado Stanley con los buques británicos inmóviles sin poder moverse en el puerto, los alemanes podrían haber causado a los británicos una severa derrota, como el almirante japonés Togo con los rusos en la batalla de Port Arthur 10 años antes.

También es discutida la demora de Spee en los puertos de Chile tras su triunfo en Coronel y tardar varios días en zarpar hacia las islas Malvinas, pues le dio capacidad de respuesta al almirantazgo británico, que pudo enviar a ese punto una poderosa escuadra de forma silenciosa.

Películas

  • The Battle of Coronel and Falkland Islands (Reino Unido, 1927. Director: Walter Summers)

Referencias

  1. Stevenson, 2013, p. 143.
  2. Stevenson, 2013, p. 144.
  3. Stevenson, 2013, pp. 145-146.

Bibliografía

  • Potter, Rohwer, Nimitz: Seemacht, München 1974, p. 916 ISBN 3-7637-5112-2
  • Geoffrey Bennet: Coronel and the Falklands, New York 1962, edición aleman: Die Seeschlachten von Coronel und Falkland und der Untergang des deutschen Kreuzergeschwaders unter Admiral Graf Spee, übersetzt, mit Anmerkungen ergänzt und einem Nachwort versehen von R. K. Lochner, München 1980, Heyne Verlag, ISBN 3-453-01141-4.
  • Maria Theresa Parker de Bassi: Kreuzer Dresden, Koehlers Verlagsgesellschaft mbH, Herford, 1993, ISBN 3-7822-0591-X
  • Hans H. Hildebrand, Albert Röhr, Hans-Otto Steinmetz: Die deutschen Kriegsschiffe, Mundus, Ratingen, ISBN 3-88385-028-4
  • Hans Pochhammer: Graf Spee's letzte Fahrt – Erinnerungen an das Kreuzergeschwader, Berlin 1918.
  • Barry Bingham: Falklands, Jutland and the Bight, London 1919.
  • British Naval Staff (Hg.): Review of German Cruiser Warfare, 1914-1918, London 1940.
  • Robin Bromby: German Raiders of the South Sea, Sydney 1985.
  • Fritz Otto Busch: Admiral Graf Spee´s Sieg und Untergang, Berlin 1935.
  • E. Keble Chatterton: The Sea-Raiders, London 1931.
  • Julian S. Corbett/Henry Newbolt: History of the Great War: Naval Operations, 5 Vols., London 1920-31.
  • Carl Dick: Das Kreuzergeschwader, sein Werden, Sieg und Untergang, Berlin 1917.
  • Arno Dohm: Geschwader Spee, Gütersloh 1939.
  • Lloyd Hirst: Coronel and After, London 1934.
  • Richard Hough: The Pursuit of Admiral Graf Spee, London 1969.
  • John Irving: Coronel and the Falklands, London 1927, dt. Ausgabe: Coronel und Falkland. Ein Kreuzerkrieg auf dem Ozean, Leipzig 1928.
  • Hermann Kirchhoff (Hg.): Maximilian Graf von Spee. Der Sieger von Coronel. Das Lebensbild und die Erinnerungen eines deutschen Seemanns, Berlin 1915.
  • Joachim Lietzmann: Auf verlorenem Posten. Unter der Flagge des Grafen Spee, Ludwigshafen am Bodensee 1922.
  • Naval Staff, Training and Staff Duties Division (Hg.): Historical Monographs: The Atlantic Ocean: From the Battle of the Falklands to May 1915, London 1922.
  • Erich Raeder: Der Kreuzerkrieg in den ausländischen Gewässern. Bd. I: Das Kreuzergeschwader, 2. Aufl. Berlin 1927.
  • Stevenson, David (2013). 1914-1918. Historia de la Primera Guerra Mundial. Barcelona: Círculo de Lectores/Penguin Random House. ISBN 978-84-672-5794-6. 
  • Henry Edmund Spencer-Cooper: The Battle of the Falkland Islands, London 1919.
  • R. Verner: The Battle-Cruisers in the Action off the Falkland Islands, London 1926.
  • Hugo v. Waldeyer-Hartz: Der Kreuzerkrieg 1914-1918. Das Kreuzergeschwader. Emden, Königsberg, Karlsruhe. Die Hilfskreuzer, Oldenburg i.O. 1931.
  • Keith Yates: Graf Spee´s Raiders: Challenge to the Royal Navy, 1914-1915, Annapolis, MD 1995.
  • Gerhard Wiechmann Hg.): Vom Auslandsdienst in Mexiko zur Seeschlacht von Coronel. Kapitän Karl von Schönberg. Reisetagebuch 1913-1914, Bochum 2004.

Enlaces externos