Batalla de Tudela

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Plantilla:Infobox Batallas

Parte Francesa

Comandantes franceses

Unidades del ejército

  • División de infantería:
  • Caballería formada por:

Parte española

Comandantes españoles

Unidades del ejército

  • Batallones Caro y Pinohermoso.
  • División Roca.
  • 4ª división del General Lapeña.
  • 5ª división del general Castaños
  • 3 divisiones al mando del general Grimarest

El campo de batalla



Esquema de las posiciones españolas - Santa Barbara: Division Lapeña

Es la zona comprendida entre Tudela y los montes cercanos que se encuentran a su Izquierda, el frente español sería:cerro de Santa Bárbara, Tudela, Torre Monrreal, Santa Quiteria, Cabezo Maya, cerro donde se encontraba la ermita de San Juan de Calchetas, y las poblaciones de: Urzante (desaparecida), Murchante , Cascante. Y como foso natural entre los franceses y los españoles esta el río Queiles, afluente del Ebro

Los franceses avanzaron desde los montes que se encuentran enfrente de las líneas españolas, los Montes de Cierzo hacia las tropas españolas ( estas estaban parapetadas ) no fue una batalla a campo descubierto.

Cronología de la batalla

Preliminares

Mariscal Lannes

Quedaba por aniquilar la derecha española, él ejército de Castaños que llamaban del "centro" y que unido al de reserva de Palafox, ocupaban con el primero Calahorra y a la derecha del Ebro hasta cerca de Lodosa y el segundo la línea del Arga y confluencia del Aragón, frente a Falces, Peralta y Milagro donde estaban situadas en las fuerzas de Moncey.

Napoleón el día 18 de noviembre ordena a Jean Lannes que avance hacia Tudela con el siguiente plan: 21 a Lodosa, el 22 a Calahorra y el 23 a Tudela.

Cuando llega a Logroño, ordena a Moncey que atraviesen el Ebro por Lodosa para juntarse con él y unir las fuerzas.

Una vez en Lodosa organiza las fuerzas de las que dispone

Mientras el enemigo organizaba su ofensiva tan rápida y cautelosamente, nuestros ejércitos del Ebro se encontraban en las peores condiciones para aspirar a la victoria " Ni por su calidad, no por su fuerza pueden competir con las aguerridas y numerosas tropas del enemigo" [1]​ esto en cuanto a las tropas, por lo que hace a los jefes entre Castaños y Palafox, había grandes desavenencias; no lograban ponerse de acuerdo en las operaciones, Palafox, orgullo por la defensa de Zaragoza se creía tanto o más que su compañero.

General Francisco Javier Castaños

Castaños había reclamado el mando único a la junta suprema central que esta tarda en otorgarle.

Castaños cree que el frente que ha pensado entre las faldas del Moncayo y el Ebro unos 50 Kilómetros, puede parar el avance del ejército francés, pero en lugar de los 80.000 hombres prometidos, sólo contaba con 26.000 soldados.

Juan O'Neylle poseía el resto de las fuerzas españolas, pero estas se encontraban en Caparroso y Villafranca. Castaños manda un emisario con una carta a este general pidiéndole que vengan a Tudela lo antes posible ya que los franceses están en marcha y llegarán de un momento a otro. El emisario llega a Caparroso a las cinco de la tarde del día 21 de Noviembre, O'Neylle lee la carta y le responde:

Comprendo bien lo critico de la situación, pero mi jefe natural es Palafox y este me ordenó que mantuviera esta posición, no obstante estoy dispuesto a marchar hacia Tudela con mis 20.000 hombres, pero será mañana ya que ha anochecido, ahora mismo mando un despacho a Palafox para qué me diga a qué órdenes he de atenerme

El día 22 de Noviembre se distribuyeron las fuerzas españolas:

Aquella misma tarde las unidades de Aragón comenzaron a concentrarse en el termino llamado Traslapuente ( al otro lado del Ebro de donde se situaba el ejército de Castaños ) , ¡¡ Pero no cruzarón el puente !!, acamparon allí mismo, tenían ordenes de no cruzarlo..., hasta que Palafox no se lo ordenase...

Castaños se encolerizó, no podía ser, los franceses a punto de llegar y los refuerzos no estaban en su puesto de combate.

Cuartel general de Castaños - Palacio del Marqués de San Adrián

Palafox, apremiado, calla, pero no otorga. Castaños ante esta actitud que pone en peligro la defensa y la vida de miles de hombres, convoca un consejo de guerra en Tudela, en el palacio del Marqués de San Adrián donde se reunieron Palafox ( que llegó el día anterior de Zaragoza, se juntó con su hermano Francisco Palafox, el general Coupigny y un observador inglés Sir Thomas Graham.

Hubo de todo menos consenso:

En aquella noche fatal - dijo un historiador - hubo juntas, choques, y todo menos una providencia capaz de salvar los ejércitos

Palafox era opuesto al establecimiento de la línea del Queiles , basándose en que no disponían de los suficientes hombres para resistir al enemigo, lo mejor era retirarse a Zaragoza y defender Aragón.

¡¡ España, hay que defender a España !! - Exclamó Castaños - Tenemos que estar unidos ante el enemigo

Así estuvieron gran parte de la tarde noche del 22 de Noviembre. Al filo de media noche reciben los primeros avisos de que los franceses habían tomado ya Corella y Cintruenigo, la noticia cae como una bomba entre los reunidos, enseguida la noticia cundió por toda la ciudad y a decir por los testigos, fue de constante alarma. ¡¡Que O'Neylle, pase ya el Ebro inmediatamente, el enemigo viene hacia nosotros!!, Palafox, terco se aferraba en sus trece.

Entonces Castaños le llamó cobarde, empezaron los reproches, uno y otro se apostrofaban con los epítetos más crudos

Espectáculo bochornoso dice un historiador no atreviéndose a detallar la escena.

Al final, Palafox, con un gran dolor en su estima, cede, y ordena que pase el Ebro las fuerzas, pero que quede escrito la opinión de cada uno.[2]

23 de Noviembre, la batalla

Con los primeros rayos de luz, comienzan a cruzar los 360 metros del puente sobre el río Ebro las fuerzas del ejército de reserva, aragoneses en su mayoría, con algunos voluntarios navarros, su ropa pardusca, y equipada a la buena de dios, con más ardor que disciplina y más aspecto de pueblo en armas que de ejército regular. Unas semanas antes, el coronel de uno de los batallones, se quejaba de que:

"Su gente solo tenía camisa y calzoncillos y de que los fusiles eran inservibles"

Al atravesar las tropas Tudela aun de noche, y al ser las calles del casco antiguo muy estrechas, fue una ardua tarea, se armó un gran jaleo, obstruyeron las callejuelas. Por estas y por la tardanza en entrar en la ciudad, los soldados tardaron en ocupar las posiciones a las fueron asignadas, es decir entre Santa Quiteria y Cabezo Maya, una gran extensión de terreno que estaba sin proteger.

Mientras el mariscal francés, Lannes, que no perdía el tiempo, se acercó ya a las inmediaciones de la ciudad, desde los montes de Cierzo, el sol despuntaba ya. Lannes se extrañó que hubiera ningún tipo de vigilancia y que el enemigo no aparecía por ninguna parte.

Un informe español de la época decía:

"En Tudela no había un cuerpo avanzado, ni un solo centinela"

A lo que añade el historiador José Muñoz Maldonado:

"Se sabía con certeza la aproximación del enemigo y no se tomó ninguna providencia, ni para dar ni para evitar la batalla"[3]

Mientras el refuerzo terminaba de cruzar el puente, y se arreglaba algo el "trafico" de tropas, carruajes, cañones y caballería por las calles de la ciudad, se oyeron los primeros estruendos de fusilería y cañonazos por parte del ejército francés.

Esto puso fin a la disputa de castaños y Palafox - ¿Resistir? , ¿Retirarse?

A toda prisa fue preciso adoptar disposiciones defensivas.

"Eran las siete de la mañana" - dice un testigo - "Cuando los primeros franceses aparecían dueños del castillo" ( Monte de Santa bárbara un cabezo que está sobre la ciudad).

Según Yanguas (historiador de aquella época) fue a las ocho cuando se tuvo en la ciudad el primer aviso de la vecindad de los franceses y de los preparativos de la lucha.

Las primeras acciones

Plano del desarrollo de la batalla

Según el general Castaños en su informe comentó:

"Francisco Palafox quiso salir con su ayudante por la calleja que le pareció más corta para descubrir al enemigo y se encontró de manos a boca con una patrulla de Dragones franceses, al revolver la última esquina, por lo que tuvo que volver a grupas muy aprisa"[4]

Gracias a que las callejuelas estaban llenas de soldados españoles, aún tardaron en entrar a la ciudad.

Según otro testigo:

"El ejército de reserva empezó la acción dentro de la ciudad, los levantinos de la división Roca, acometieron bravamente a la bayoneta, consiguieron desalojar a las patullas enemigas de la cumbre de santa Bárbara"

Una vez dueños del cabezo que domina Tudela, los batallones Caro y Pinohermoso, desplegaron por las faldas del mismo, tomando posiciones en los cerros cercanos, frente a la meseta denominada Puntal del Cristo , donde ya para entonces se descrubría el grueso de las fuerzas fancesas de Maurice-Mathieu.

Los voluntarios de la división de Saint-March se disponían a ocupar las alturas de la vega del río Queiles ( Monte San Julian, hoy cementerio y el cabezo de santa Quiteria ).

O'Neylle con la mayor parte de las tropas aragonesas trataba de organizar a espaldas de la ciudad, sobre la carretera a Zaragoza , en espera de las órdenes del general Castaños en quien resignaron el mando en este momento supremo.

Entre las ocho y las nueve se sucedieron en Tudela la sorpresa y la reacción, La sorpresa fue audaz, la confusión atroz, pero la reacción fue rabiosa y enérgica, aún hecha en las peores condiciones.

A este frustrado golpe del enemigo, siguió una tregua de relativa calma. Fue al cabo de esta tregua cuando el mariscal galo concibió el plan de batalla, en vista de sus observaciones sobre el campo español, y en vista de todo, la gran cantidad de fallos, que fueron muchos y garrafales.

Despreció al ejército que se encontraba en Tarazona y se centró en la línea que va desde Tudela a Cascante, el más vital y desguarnecido.

Las primeras decisiones de Lannes se centraron estos objetivos: Atacar parcialmente el flanco derecho español (Tudela); Reconocer y profundizar el centro (Montes de la orilla del Queiles hasta Urzante) para lo cual dejó en reserva, las divisiones Morlot y Granjean y tercero: lanzar la masa de su caballería contra los de Cascante para evitar que el general Lapeña corriese hacia Tudela sus líneas y para dar tiempo a que llegara la División Lagrange que pensaba enfrentar a los andaluces.

Y aquí empieza la famosa batalla de Tudela, que por unos errores, por unos desacuerdos entre generales españoles y el mal estado del armamento de las tropas españolas..., comenzó a las nueve, se generalizó a las diez y había de tener un desenlace rápido y funesto a las tres de la tarde.

La división Maurice-Mathieu fue la primera en atacar las posiciones españolas: la colina de Santa Bárbara donde se encuentran los restos del castillo medieval residencia de monarcas Navarros y que se alza a los pies de Tudela, mientras se quedó en reserva la División Musnier en la meseta denominada Puntal del Cristo. [5]

Conforme a tales ordenes los generales Mauricie-Mathieu y Habert formaron en columna de ataque y acometieron a los españoles, precedidos de un batallón de tiradores. Mathieu iba a la cabeza de un regimiento del Vístula y Habert al frente del 14º de línea. Eran dos viejos regimientos que habían combatido en Eylau. “para los cuales las batallas contra los españoles no suponía cosa espantable” decía Thiers.

El choque sobrevino poco después de las nueve de la mañana. Tuvo lugar en los tres cerros de las estribaciones de Canrraso que se extiende frente a Tudela [6]

Ante este ataque, Castaños reforzó el castillo ( Santa Bárbara), con aragoneses que habían cruzado el puente. “Los aragoneses – escribe Thiers – más bravos y entusiastas que el resto de la nación, comprometidos por anteriores demostraciones, estaban obligados a mantenerse y luchar con encarnizamiento” Y añade: “Tras de haber empleado muy bien su artillería contra los franceses, les disputaron una a una, las alturas matándoles un elevado número de hombres”.

Notas

  1. Según el historiador Toreno
  2. Planell culpa de lo ocurrido en este consejo de guerra a Don Francisco Palafox ( hermano del general ) , representante de la junta suprema, Que debió poner de acuerdo a los disidentes o hacer valer su autoridad para lograr la defensa
  3. José Muñoz Maldonado Historia política y militar de la guerra de la independencia - Tomo 2 ( Madrid 1833 )
  4. Las primeras calles en ser tomadas debieron ser las de "Mediavilla", "Moros" y la que dan a la vertiente del castillo.
  5. Lannes sin esperar la llegada del resto de las tropas, resolvió atacar primeramente el cerro de Santa Bárbara, “Ya que por lo fuerte de este punto, cuya pérdida dajaba al descubierto este flanco, ya porque seguro el general francés de arroyar nuestro ejército, pretendiese destruirlo del todo sucesivamente y desalojándolo desde luego esta posición, tendiese a privarlo de un apoyo en que pudiera prolongar su defensa, De otro modo, nuestro lado más vulnerable era la izquierda” (Planell)
  6. Desde el llamado de la Coloquera, sitio en el polígono de fábricas actual, hasta el de la plana Orabia, enclavado frente al de Santa Bárbara ( estan los restos del castillo medieval ) y sobre la Mejana.