Batalla de Pucacasa

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Batalla de Pucacasa
Parte de rebelión de Túpac Amaru II

Ruinas de Piquillacta en el distrito de Lucre, lugar de la batalla.
Fecha 22 de marzo de 1781 - 23 de marzo de 1781
Lugar Quispicanchi, Perú Perú
Resultado Indeciso
Beligerantes
Ejército de Túpac Amaru Ejército español
Comandantes
Túpac Amaru II José del Valle
Juan Manuel Campero

La batalla de Pucacasa fue un enfrentamiento armado ocurrido entre la noche del 22 y la mañana de 23 de marzo de 1781, en la provincia cuzqueña de Quispicanchi del Virreinato del Perú en el marco de la Rebelión de Túpac Amaru II. En el cual se enfrentaron tropas del caudillo revolucionario Túpac Amaru II contra dos columnas del ejército español dirigidos por los comandantes José del Valle y Manuel Campero.

Tras recibir numerosos refuerzos, los realistas obtuvieron la ventaja numerica y material sobre las tropas de Tupac Amaru, razón por la cual deciden atacar la base rebelde de Tinta y por tal fin dividen sus fuerzas en 6 columnas que convergerian por distintos puntos.

El ejército de Tupac Amaru venía acosando a sus enemigos mediante maniobras de guerrilla y, en la región de Pucacasa, Túpac Amaru advierte la posibilidad de destruir a la columna realista de reserva que contenía al estado mayor enemigo y prepara una emboscada. No obstante, debido al aviso de un prisionero realista fugado, el general Del Valle es advertido del ataque y prepara a sus soldados que logran resistir a las tropas revolucionarias aunque sufriendo serias bajas y solo salvándose del desastre por la oportuna intervención de la segunda columna realista bajo el mando de Manuel Campero.

Antecedentes[editar]

A pesar del fallido sitio del Cuzco, más provincias cayeron en poder de los insurgentes. El movimiento revolucionario alcanzó, entre otras, las regiones comprendidas entre Cuzco y Arequipa, y se extendió a todo el Alto Perú.

El 24 de febrero de 1781, aproximadamente 15.000 efectivos de refuerzo entraron al Cusco dirigidos por el visitador general, Antonio de Areche, y el inspector general, José del Valle.​ El recuento oficial enumeraba 17.116 soldados en el Cusco para marzo, aunque la cifra real puede haber sido superior a los 20.000 efectivos. Además de mosquetes, sables y pistolas, estas tropas contaban también con más de 1000 fusiles (mosquetes de chispa de luz que habían reemplazado al arcabuz) así como numerosos cañones.

El ejército realista dividió sus tropas en 6 columnas con el fin de converger sobre la base rebelde alrededor de Tinta.​ El plan elaborado por Del Valle consistió en avanzar dos columnas por el este, otras dos por el lado oeste, mientras el cuerpo de reserva y la artillería atacaban por el centro. Simultáneamente, los dos destacamentos impedirían la retirada rebelde al noroeste. Todas las columnas debían encontrarse antes de llegar al pueblo de Tinta y atacar en conjunto, para continuar a las provincias del sur, y de ahí entrar en contacto con las tropas del Alto Perú en la región del lago Titicaca.​ La expedición punitiva estaba comandada por el mariscal de campo José del Valle y Torres. Iba en calidad de mayor general, el capitán Francisco Cuellar, y de ayudantes de campo, los tenientes de caballería Antonio Donoso e Isidoro Rodríguez, y el subteniente de infantería, José Antonio López. Del Valle marchó constantemente con la reserva, encabezando el alto mando del ejército realista, constituido en un 75% por indígenas.​ En el Cusco quedó Areche comandando 1000 soldados de la compañía de Pardos de Lima, un grupo de voluntarios de Huamanga, el regimiento de infantería de milicias del Cusco y numerosas tropas indígenas, comandadas por curacas realistas. En el alto mando también colaboraban el coronel Miguel Torrejón y los sargentos mayores Bernabé Villavicencio y Gaspar Rosas. Asesoraba al grupo el oidor Benito de la Matalinares.

Por su parte, la táctica de Túpac Amaru se apoyaba en el conocimiento del terreno y los ataques por sorpresa. Las tropas rebeldes estaban en constante acecho, hostigando en todo momento a las fuerzas realistas pero combatiendo solo en ocasiones favorables con el objetivo de eludir el mortífero fuego de los fusiles enemigos. Miguel Bastidas, hermano de Micaela, atacó en constantes escaramuzas a las fuerzas de Del Valle en su marcha.

Desarrollo[editar]

Informado por sus espías, el principal objetivo del caudillo era destruir el destacamento del centro, donde se encontraba el alto mando realista, para lo cual urdió una treta.

El 18 de marzo mandó avisos a Del Valle que con ocasión de la fiesta de San José, santo de ambos, desencadenaría un vigoroso ataque al día siguiente. Del Valle puso en constante alerta a sus hombres y aminoró su marcha por precaución, lo que le hizo perder de vista a los rebeldes, situación que aprovechó Túpac Amaru para ocultar sus tropas y despistar el comando realista.

El 22 de marzo se presentó la ocasión propicia para una sorpresa en la helada región de Pucacasa. Pero, mientras las fuerzas rebeldes plantaban sus tiendas para enfrentar el mal tiempo, un prisionero fugado llega al campamento realista y da aviso de la maniobra sorpresa que se desarrollaría en esa noche. Prevenido del ataque, Del Valle adoptó toda clase de precauciones y se mantuvo en acecho.​ Por lo que, cuando Túpac Amaru creyó realizar un sorpresivo ataque se encontró con un nutrido fuego de fusilería iniciándose la batalla entre la gran vanguardia negra de Del Valle y la caballería e infantería de Lima, contra los combatientes indígenas de Túpac Amaru.​

Conclusión[editar]

Pese al aviso, las tropas de Del Valle apenas lograron repeler el ataque, confiando su suerte a la llegada de una columna dirigida por Juan Manuel Campero.​ Los rebeldes no lograron dominar el campo realista y se retiran a las 8 de la mañana del día siguiente. No obstante, Del Valle fue testigo de como sus tropas caían exhaustas en la nieve, debido al cansancio de días sin dormir, el hambre y el frío extremo, razón por la cual inició su retirada hacia el valle, donde el general sufrió la deserción de las tropas indígenas de Chincheros, Anta, Abancay y Huamanga, aunque los miembros de la milicia negra y las fuerzas de Pumacahua permanecieron leales a los realistas.

Biografía[editar]

  • Jarosław Wojtczak: El levantamiento de Túpac Amaru, publ. Askon, Attyka, Varsovia 2007.