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Aliá

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Niños judíos rescatados de los campos de concentración alemanes en 1945 siendo llevados al estado para los judíos en el Mandato Británico de Palestina (actualmente conocido como Estado de Israel).

Aliyá o aliá (en hebreo: עלייה‎, “ascenso”), en plural aliyot o aliot, es el término utilizado para llamar a la inmigración judía a la Tierra de Israel[1]​ (y desde su creación en 1948, al Estado de Israel). Quien realiza la aliyá es llamado olé (masculino) u olá (femenino); plural olím u olot, respectivamente. La acción inversa, la emigración desde Israel hacia todo otro territorio, o diáspora, se conoce por yeridá o “descenso”.

La aliyá en el sionismo y en el judaísmo

Migración judía a Israel desde 1948 hasta 2007.

El concepto de aliyá a la Tierra de Israel (Eretz Israel) es central en la cultura y la religión judía y constituye la base fundamental del sionismo.

La Ley del Retorno de 1950, que garantiza a cualquier judío del mundo su derecho a migrar a Israel, establecerse allí y obtener casi sin trabas la ciudadanía israelí, se basa en dicha idea. El término aliyá incluye tanto la migración voluntaria por razones ideológicas, emocionales o prácticas como, por otro lado, la de las poblaciones de judíos perseguidos. Si bien Israel es comúnmente reconocida como “un país de inmigrantes”, es también, en gran medida, un país de refugiados. La gran mayoría de los judíos de Israel hoy tienen las raíces recientes de su familia fuera del país.

Etimológicamente, la palabra aliyá está emparentada con el término hebreo aliyá la'réguel (עלייה לרגל), que significa “peregrinaje”, por el efecto de ascensión a Jerusalén durante los peregrinajes prescritos para las festividades de Pésaj, Shavuot y Sucot. Muchos judíos religiosos propugnan la inmigración como un retorno a la tierra prometida y lo consideran como el cumplimiento de la promesa bíblica de Dios a los descendientes de los patriarcas hebreos Abraham, Isaac y Jacob. El retorno a Sion se ha incorporado a la ley judía como una obligación religiosa de cada judío. Si bien las autoridades difieren en cuanto a la precisa condición de la obligación, su fuerza jurídica se ve en toda una serie de fallos, como, por ejemplo, que la negativa de un cónyuge a acompañar al esposo o esposa en un traslado a la Tierra de Israel es motivo de divorcio.[2]

Olas de inmigración o aliyot

Aliyá, 1840-2000[3]
año inmigrados
1840 - 1881 20 000 - 30 000
1882 - 1903 35 000
1904 - 1914 40 000
1919 - 1923 35 000
1924 - 1930 80 000
1931 - 1939 225 000
1940 - 1948 143 000
1948 - 1951 667 613
1952 - 1967 582 653
1968 - 1988 532 744
1989 - 2000 1 039 821
Demografía de Israel[4]
año judíos no judíos
1800 6700 268 000
1880 24 000 525 000
1915 87 500 590 000
1931 174 000 837 000
1947 630 000 1 310 000

Durante la historia reciente del pueblo judío —la época del sionismo— ha habido cinco olas principales de inmigración o aliyot a Palestina, antes de la creación del Estado de Israel:

Oficina del Ministerio de Aliyá e inmigración en Jerusalén

Luego de la creación del Estado de Israel, la población judía del país se multiplicó más de ocho veces (gracias a las sucesivas Aliot), pasando de 650 000 personas en 1948 a unas 5 415 000 en el 2007.

Según Chaim Weizmann, entre 1840 y 2000 llegaron a Israel 3 400 000 personas en varias aliyot, por razones religioso-nacionales, económicas o buscando refugio como consecuencia del Holocausto[cita requerida]. Como consecuencia de ello, la relación entre población judía y no judía en Israel se fue modificando. Así, mientras que en 1882 el porcentaje de población judía en Palestina era del 8%, en 1931 pasó a ser del 16,9% y en 1946 del 30%.[5]

Las dos primeras aliyot estaban formadas por inmigrantes provenientes mayoritariamente de la Europa del Este. Fueron provocadas por razones económicas y, sobre todo, por la persecución. Estas oleadas inmigratorias eran parte de una mucha mayor emigración de los judíos euroorientales, la mayor parte de los cuales huyeron a los Estados Unidos. Sin embargo, muchos de los que habían formado parte de los primeros movimientos sionistas fueron a Israel. Gran parte de ellos eran sionistas socialistas y entre ellos estaban los pioneros de los kibutz. La Declaración Balfour, así como la Revolución rusa y sus consecuencias, provocaron la tercera aliyá.

La cuarta aliyá, que duró desde 1924 hasta aproximadamente 1930, difiere de las anteriores olas en la medida en que se desencadenó casi exclusivamente por las condiciones económicas. Como resultado de una serie de duras políticas fiscales en Polonia, unos 80 000 judíos emigraron a Israel, y la gran mayoría se asentó en el centro de desarrollo urbano, Tel Aviv.

La quinta aliyá provenía principalmente de la Europa oriental, con una muy importante minoría de Alemania. Muchos de los inmigrantes alemanes tenían un elevado nivel profesional y educativo y desempeñaron un importante papel en el desarrollo económico del Yishuv. La Segunda Guerra Mundial dio un impulso decisivo a la inmigración, especialmente a la ilegal, debido a las restricciones inmigratorias británicas.

Con el establecimiento de Israel como un Estado soberano, la inmigración tuvo prioridad formal con la promulgación de la Ley del Retorno, que otorga la ciudadanía inmediata a los judíos que inmigren. La ley tuvo componentes tanto ideológicos como de interés propio -en general se percibía que el país necesitaba el crecimiento de la población para su defensa y supervivencia-. Sin embargo, la consiguiente inmigración masiva, especialmente de países del norte de África (judíos mizrajíes u orientales), fue visto por algunos como una amenaza a Israel, la estabilidad económica y el carácter occidentalizado o asquenazí del Estado, y pidieron restricciones a la inmigración. No obstante, el gobierno siguió alentando a la inmigración masiva, a pesar de que estaba mal equipado para manejarla. Esta inmigración en masa ha cambiado radicalmente la composición étnica de Israel, anteriormente mayoritariamente de origen europeo (judíos asquenazíes o europeos), y la continua interacción entre el origen étnico y la situación socioeconómica ha sido una creciente fuente de tensión en toda la sociedad.

Durante los años 1970 la inmigración fue impulsada sobre todo por los emigrados de la Unión Soviética, la mayoría de los cuales llegaron víctimas de la persecución y por razones ideológicas. Por el contrario, la inmensa mayoría del cerca de un millón de inmigrantes de la antigua URSS en los años 1990 llegó por razones económicas. Los inmigrantes soviéticos en general, y especialmente los de la década de 1990, mantuvieron una fuerte identificación con sus antiguos orígenes y han obligado a la sociedad y a la política israelí a convertirse en mucho más multicultural. Incluso han llegado a crear un partido propio, Israel Beitenu, cuyo electorado está constituido principalmente por inmigrantes nacidos en la antigua URSS.

Véase también

Referencias

Enlaces externos