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[[Archivo:Batalla de Arica.jpg|thumb|left|300px|''[[El último cartucho]]''. Óleo del pintor peruano [[Juan Lepiani]], que representa el último instante de vida del coronel Bolognesi, quien, revólver en mano, cumplió su promesa de pelear «hasta quemar el último cartucho». A su lado yace muerto el capitán de navío [[Juan Guillermo More Ruiz|Juan Guillermo More]].]]
[[Archivo:Batalla de Arica.jpg|thumb|left|300px|''[[El último cartucho]]''. Óleo del pintor peruano [[Juan Lepiani]], que representa el último instante de vida del coronel Bolognesi, quien, revólver en mano, cumplió su promesa de pelear «hasta quemar el último cartucho». A su lado yace muerto el capitán de navío [[Juan Guillermo More Ruiz|Juan Guillermo More]].]]


Tras varios días de sitio y bombardeo, y debido a las numerosas bajas recibidas en el intento de doblegar a las defensas peruanas de Arica por vía marítima, el mando chileno acordó finalmente un ataque masivo terrestre. El encargado de dirigir la operación fue el coronel [[Pedro Lagos Marchant|Pedro Lagos]]. Previamente, se realizó un masivo bombardeo sobre Arica.
Tras varios días de sitio bombardeos , y debido a las numerosas bajas recibidas en el intento de doblegar a las defensas peruanas de Arica por vía marítima, el mando chileno acordó finalmente un ataque masivo terrestre. El encargado de dirigir la operación fue el coronel [[Pedro Lagos Marchant|Pedro Lagos]]. Previamente, se realizó un masivo bombardeo sobre Arica.


En la madrugada de [[7 de junio]] de [[1880]], los chilenos desataran el asalto de Arica por el sector Este, donde se hallaban los fuertes Ciudadela y Este. Se inició así la [[batalla de Arica]]. La primera acometida chilena la recibió el fuerte Ciudadela, donde dieron férrea resistencia los batallones Granaderos de Tacna y Artesanos de Arica. Allí murió luchando bravamente el anciano coronel [[Justo Arias y Aragüez]] y destacó el cabo [[Alfredo Maldonado]], que voló a costa de su vida el polvorín, lo que mató a diez soldados chilenos y a otros más peruanos. Ello originó la feroz represión de los chilenos, que lanzaron la consigna de no hacer prisioneros.
En la madrugada de [[7 de junio]] de [[1880]], los chilenos desataran el asalto de Arica por el sector Este, donde se hallaban los fuertes Ciudadela y Este. Se inició así la [[batalla de Arica]]. La primera acometida chilena la recibió el fuerte Ciudadela, donde dieron férrea resistencia los batallones Granaderos de Tacna y Artesanos de Arica. Allí murió luchando bravamente el anciano coronel [[Justo Arias y Aragüez]] y destacó el cabo [[Alfredo Maldonado]], que voló a costa de su vida el polvorín, lo que mató a diez soldados chilenos y a otros más peruanos. Ello originó la feroz represión de los chilenos, que lanzaron la consigna de no hacer prisioneros.

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Francisco Bolognesi

Francisco Bolognesi en 1864.
Información personal
Nacimiento 4 de noviembre de 1816 Ver y modificar los datos en Wikidata
Lima (Virreinato del Perú, Imperio español) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 7 de junio de 1880 Ver y modificar los datos en Wikidata (63 años)
provincia de Arica (Perú) Ver y modificar los datos en Wikidata
Causa de muerte Muerte en combate Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Cripta de los Héroes Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Peruana
Familia
Padre Andrés Bolognesi Ver y modificar los datos en Wikidata
Hijos
Información profesional
Ocupación Militar Ver y modificar los datos en Wikidata
Lealtad Bandera de Perú República del Perú
Mandos
  • Comandante General de Artillería (1862-1871)
  • Jefe de la Plaza de Arica (1880)
Rango militar Coronel del Ejército Peruano
(elevado póstumamente a Gran Mariscal)
Conflictos

Guerra del Pacífico:

Firma

Francisco Bolognesi Cervantes (* Lima, Virreinato del Perú, 4 de noviembre de 1816 - † Arica, Perú, 7 de junio de 1880). Fue un militar peruano que participó en la Guerra del Pacífico. o más propiamente dicha, la Guerra del Guano y del Salitre. Con el grado del coronel, defendió la plaza de Arica enfrentando a las fuerzas chilenas muy superiores en número y poderío; y tras hacer la promesa de pelear «hasta quemar el último cartucho», sucumbió heroicamente durante la batalla final. Es considerado Héroe Nacional del Perú. Fue declarado Patrón del Ejército del Perú por el gobierno del Perú el 2 de enero de 1951 (Orden General del Ejército de 1959) y elevado al grado de Gran Mariscal del Perú por Ley Nº 25128 del 30 de noviembre de 1989.[1]

Vida temprana y educación

Francisco Bolognesi Cervantes nació en la calle Afligidos (hoy jirón Caylloma N.º 125) de Lima, entonces capital del Virreinato del Perú, el 4 de noviembre de 1816, según consta en su partida de bautismo conservada en la Parroquia de San Sebastián.[n 1]​ Su padre fue el italiano Andrés Bolognesi Campanella, destacado violonchelista y director de orquesta, oriundo de Génova, que llegó al Perú en 1807 estableciéndose primero en Lima y finalmente en Arequipa. Su madre fue arequipeña, llamada Juana Cervantes Pacheco. Tuvo seis hermanos, entre ellos dos mujeres, Margarita y Manuela, que se casaron con extranjeros y se alejaron del país; y un varón, Mariano Bolognesi, que llegó a ser también coronel de artillería y combatiente en la Guerra del Pacífico.

Inició sus estudios escolares en Lima, pero a los ocho años de edad se trasladó con toda su familia a Arequipa, ingresando al Seminario Conciliar de San Jerónimo en 1825, donde sobresalió en el curso de matemáticas.

A raíz de la muerte de su padre, dejó el seminario y pasó a trabajar como ayudante en la compañía comercial de los señores Lebris y Violler, demostrando gran dedicación y logrando escalar puestos rápidamente (1832-1840). A los 19 años de edad ya era tenedor de libros (contador).

En 1840 consiguió capitales y emprendió un negocio propio, relacionado con la explotación de coca, café y cascarilla, en la región montañosa de Carabaya, situada en el departamento de Puno.

Carrera militar

El coronel Francisco Bolognesi. Grabado del siglo XIX.

El 22 de julio de 1844, le tocó presenciar la Batalla de Carmen Alto, librada en una localidad vecina a Arequipa, acción en que las fuerzas constitucionalistas del general Ramón Castilla derrotaron a las del gobierno de facto del general Manuel Ignacio de Vivanco. Se cuenta que tuvo la osadía de cruzar, montado a caballo, la distancia que separaba a ambos contendientes, salvándose de morir por una descarga cerrada, que lo tumbó de su cabalgadura. Se dice que Castilla le ofreció un puesto en su ejército, pero Bolognesi optó por permanecer en la vida civil, arguyendo asuntos familiares y de negocios.

Sin embargo, en 1853, al estallar la tensión entre Perú y Bolivia, se alistó y fue seleccionado como segundo al mando de un regimiento de caballería, con el grado de teniente coronel. Si bien no estalló entonces la guerra con Bolivia, Bolognesi eligió permanecer en el ejército, y con el mismo grado de teniente coronel, pasó a ser 2.º jefe del Batallón Libres de Arequipa, participando en la revolución contra el entonces presidente Echenique, cuyo líder era el general Ramón Castilla. Durante el desarrollo de la campaña, fue nombrado Comisario General del Ejército Libertador (como se autodenominó el ejército rebelde). Recorrió la sierra peruana acompañando a Castilla y fue testigo de la firma de los históricos decretos de la abolición del tributo indígena y de la esclavitud. Después del triunfo de la revolución en la batalla de La Palma, librada el 5 de enero de 1855, sirvió al presidente Castilla como ayudante de campo.

Como militar, Bolognesi se especializó en el campo de la artillería, volcando para tal fin sus conocimientos en matemáticas.

Toma de Arequipa del 5 de marzo de 1858, donde el entonces teniente coronel Francisco Bolognesi resultó herido en un muslo.

En 1856, manteniéndose fiel al gobierno, comandó a la artillería durante la guerra civil, que tuvo su punto de partida en el estallido de la revolución del general Manuel Ignacio de Vivanco en Arequipa. Participó en el sitio y asalto de dicha ciudad del 5 de marzo de 1858 y resultó herido de dos balazos en el muslo derecho, en el combate librado en el fuerte Santa Rosa. Fue entonces ascendido a coronel (27 de marzo de 1858). Como dato anecdótico, en la toma de Arequipa participó también, en las fuerzas del gobierno, el entonces teniente Andrés A. Cáceres, el futuro Brujo de los Andes, otro de los grandes héroes peruanos de la Guerra del Pacífico de 1879-1883.

En 1859, Bolognesi asistió a la campaña del Ecuador. Luego, el gobierno lo envió a Europa para que se perfeccionara en el arma de artillería, y a la vez le encargó la compra de cañones y fusiles con ánima rayada, para el uso del ejército peruano. Regresó al Perú en febrero de 1862, trayendo en total 54 cañones, armamento que fue saludado con regocijo por la población y fue probado con éxito en las playas de Conchán. Aunque no faltaron quienes, a través de la prensa, criticaron las adquisiciones. Bolognesi respondió en defensa del cuerpo de Artillería a través de un artículo que se publicó en el diario El Comercio, el 7 de abril de 1862.

Fue nombrado Comandante General de Artillería, en marzo de 1862, mando en el que se mantendría hasta su retiro en 1871. Viajó nuevamente a Europa en 1865, esta vez con la misión de adquirir los poderosos cañones Blakely, los mismos que envió al Perú, mientras que continuaba en el viejo continente negociando la adquisición de fusiles Comblain. Aquellos Blakely serían usados durante el combate del Callao del 2 de mayo de 1866, contra la flota española del Pacífico, aunque Bolognesi no alcanzó a pelear en dicho combate, por hallarse en ese momento en Guayaquil, en pleno viaje de retorno.

El 4 de marzo de 1868 fue nombrado primer jefe del Regimiento de Artillería de la plaza del Callao. Ejerció al mismo tiempo el cargo de gobernador civil del Callao. Se retiró del servicio el 30 de octubre de 1871.[2]

Guerra del Pacífico

Fotografía tomada posiblemente momentos antes de la batalla de Arica. Representa a Bolognesi con su cuerpo de oficiales. Figuran, entre otros, el teniente coronel Ramón Zavala Suárez, al extremo izquierdo, y el teniente coronel Roque Sáenz Peña, al extremo derecho. Sin embargo, es más probable que esta fotografía sea de una representación teatral montada a fines del siglo XIX y que se inspirara en el cuadro de Juan Lepiani titulado La respuesta.

Cuando la Guerra del Pacífico comenzó en 1879, Bolognesi, de 62 años de edad, se reincorporó al Ejército peruano, siendo nombrado comandante de la 2º. División destinada a operar en la campaña terrestre del Sur.

Participó activamente en las acciones contra las fuerzas chilenas, incluyendo las batallas de San Francisco y Tarapacá; en esta última, librada el 27 de noviembre de 1879, participó a pesar de encontrarse muy enfermo de fiebre, soportando las diez horas que duró la lucha. En esta ocasión se recuerda que dijo al final de la batalla: «Las balas chilenas apenas llegan a las suelas de mi bota», aludiendo irónicamente a un disparo que le había arrancado un tacón de sus granaderas.[3]

La defensa de Arica

El 3 de abril de 1880, Bolognesi asumió el mando del puerto peruano de Arica, sitiado por las fuerzas chilenas al mando del general Manuel Baquedano.

Bolognesi disponía apenas de poco más o menos de 1500 hombres, mal pertrechados y con escasas municiones; sin embargo, aceptó la misión y demostrando una actividad y un entusiasmo extraordinarios, procedió a levantar fortificaciones en Arica. Ordenó la construcción de tres baterías o fuertes en la playa, que eran el "San José", el "Santa Rosa" y el "Dos de Mayo", y en el Morro, por el lado Este, otros dos fuertes, llamados "Ciudadela" y el "Este", para defenderlo de un posible ataque por ese lado. Estas construcciones se realizaron a base de sacos llenos de arena. Entre los fuertes de la playa y los del Morro ordenó levantar una muralla, también con sacos de arena. Además, formó partidas de caballería para que vigilaran por el norte y por el sur; mejoró la alimentación de la tropa; y ordenó el tendido de una triple red de minas (dinamita camuflada), las cuales debían activarse eléctricamente. Este último trabajo estuvo a cargo del ingeniero Teodoro Elmore; sin embargo, debido a la falta de recursos, no llegarían a funcionar idóneamente. Elmore fue capturado por los chilenos días antes de la batalla.[4]

Al llegar a Arica la noticia de la derrota del ejército aliado peruano-boliviano en la batalla de Tacna (librada el 26 de mayo), Bolognesi convocó a una junta de sus jefes, a la que asistieron 27 de ellos. El acuerdo unánime que se tomó fue el de morir antes que rendirse y de agilizar los trabajos de fortificación de la plaza. Hubo solo una voz discordante, la del coronel Agustín Belaunde, comandante del batallón Cazadores de Piérola, el cual se mostró a favor de la capitulación. Se dice que poco después, Belaunde fugó hacia Tacna, escapando de un arresto que se le impuso como medida disciplinaria.[5]

Cuadro de Juan Lepiani titulado La respuesta (1894), que representa al coronel Bolognesi, junto a su estado mayor, respondiendo negativamente a la oferta de rendición del parlamentario chileno Juan de la Cruz Salvo.

Bolognesi y los defensores de Arica guardaban la esperanza de la llegada de refuerzos. En efecto, una división al mando del coronel Segundo Leiva, de unos 3.000 hombres, había salido de Arequipa poco antes de la batalla de Tacna, pero se retrasó y llegó a participar en dicha acción. Bolognesi envió dos telegramas a Arequipa, fechados el 3 y el 5 de junio, respectivamente, donde se denota su esperanza concentrada en la siguiente frase, que se ha hecho proverbial: «Apure Leiva». Sin embargo, la ayuda nunca llegaría.[6]

El 5 de junio de 1880, el mayor Juan de la Cruz Salvo fue enviado por el mando chileno, como parlamentario para intimar a Bolognesi la rendición de Arica. Salvo hizo énfasis en que la enorme diferencia numérica de soldados, armamento y logística entre ambas fuerzas, resultaría en un inútil derramamiento de sangre. Bolognesi le respondió: «Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho», y repitió su respuesta en presencia de sus oficiales y con el completo respaldo de estos. Los oficiales que acompañaron al Bolognesi en la “sala de la respuesta” eran, según la lista establecida por el historiador Gerardo Vargas, los siguientes: el capitán de navío Juan Guillermo More; los coroneles José Joaquín Inclán, Justo Arias y Aragüez, Marcelino Varela, Alfonso Ugarte y Mariano E. Bustamante; los tenientes coroneles Manuel J. La Torre, Ramón Zavala, Benigno Cornejo, Francisco Chocano, Juan Pablo Ayllón y Roque Sáenz Peña; y el capitán de fragata José Sánchez Lagomarsino (comandante del monitor Manco Cápac). Otra versión incluye a los tenientes coroneles Ricardo O'Donovan y Francisco Cornejo.[7]

El 6 de junio hubo un último intento del mando chileno de intimar a la rendición a Bolognesi, enviando en calidad de parlamentario al ingeniero Elmore. Pero el mando peruano se negó a recibirlo como tal, pues siendo Elmore un prisionero peruano, contrariaba las prescripciones militares del caso. Antes de regresar al campamento chileno, Elmore aprovechó la oportunidad para describir a sus compatriotas la situación del lado chileno y les previno que el ataque enemigo vendría por el sector Este, como efectivamente ocurriría.[8]

La batalla de Arica

El último cartucho. Óleo del pintor peruano Juan Lepiani, que representa el último instante de vida del coronel Bolognesi, quien, revólver en mano, cumplió su promesa de pelear «hasta quemar el último cartucho». A su lado yace muerto el capitán de navío Juan Guillermo More.

Tras varios días de sitio bombardeos , y debido a las numerosas bajas recibidas en el intento de doblegar a las defensas peruanas de Arica por vía marítima, el mando chileno acordó finalmente un ataque masivo terrestre. El encargado de dirigir la operación fue el coronel Pedro Lagos. Previamente, se realizó un masivo bombardeo sobre Arica.

En la madrugada de 7 de junio de 1880, los chilenos desataran el asalto de Arica por el sector Este, donde se hallaban los fuertes Ciudadela y Este. Se inició así la batalla de Arica. La primera acometida chilena la recibió el fuerte Ciudadela, donde dieron férrea resistencia los batallones Granaderos de Tacna y Artesanos de Arica. Allí murió luchando bravamente el anciano coronel Justo Arias y Aragüez y destacó el cabo Alfredo Maldonado, que voló a costa de su vida el polvorín, lo que mató a diez soldados chilenos y a otros más peruanos. Ello originó la feroz represión de los chilenos, que lanzaron la consigna de no hacer prisioneros.

Caída la Ciudadela, el fuerte Este concentró la arremetida Chilena; su jefe, el coronel Marcelino Varela, resultó herido y fue reemplazado por el comandante Francisco Chocano. En la defensa de este fuerte cayeron José Joaquín Inclán (comandante general de la VII División), Ricardo O'Donovan (jefe del Estado Mayor de la VII División) y Francisco Cornejo (segundo jefe del batallón Cazadores de Piérola).

Caídos los fuertes Ciudadela y Este, Bolognesi ordenó a los batallones Iquique y Tarapacá (que se hallaban en el sector Norte) que se replegaran hacia el Morro; estos batallones estaban al mando del coronel Alfonso Ugarte. En esta maniobra cayeron el teniente coronel Ramón Zavala (jefe del batallón Tarapacá) y Benigno Cornejo (segundo de Zavala), así como el coronel Mariano Bustamante (jefe de estado mayor de la VIII División). Bolognesi intentó también activar las minas que harían volar el Morro, pero estas no funcionaron.[9]

La ropa de combate que usó Bolognesi durante la Batalla de Arica.

En el Morro se concentraron 400 defensores peruanos al mando de Bolognesi, Manuel J. La Torre, Alfonso Ugarte, Roque Saénz Peña y Juan Guillermo More. Los chilenos asaltaron el Morro avanzando desde Cerro Gordo. En medio de la feroz pelea cuerpo a cuerpo que se desarrolló en la cima del Morro, el coronel Bolognesi cayó herido de bala, pero aun así empuñó su revolver para seguir luchando, instante en el que murió por efecto de un culatazo en la cabeza (otra versión habla de un balazo) y sus restos fueron defendidos por sus soldados hasta el exterminio de estos. Al lado de Bolognesi sucumbió el capitán de navío Juan Guillermo More, jefe de las baterías del Morro, que se batió hasta el último instante de su vida con un revólver y una espada en cada mano.

Otra escena heroica lo dio el sargento mayor Armando Blondel, tercer jefe del Artesanos de Tacna, quien junto con cuatro soldados defendió el pabellón peruano, hasta caer bajo las balas enemigas. Luego, el coronel Alfonso Ugarte, según una versión transmitida por el historiador Clements Markham, tomó el pabellón y montado a caballo se lanzó desde lo alto del Morro hacia el precipicio. En el sector Norte, el teniente coronel Juan Pablo Ayllón, hizo volar las Baterías San José, Dos de Mayo y Santa Rosa, para que no cayeran en poder del enemigo. Por su parte, el comandante Lagomarsino hundió a su buque, el monitor Manco Cápac.[10]

Murieron en Arica unos 900 defensores peruanos, es decir, casi los dos tercios de las fuerzas totales; el resto fue tomado prisionero. Tan elevado número de víctimas peruanas se debió a que muchos heridos y prisioneros fueron fusilados por los chilenos. Hubo también saqueos, incendios y ataques a los consulados, entre otros desmanes desatados por las tropas vencedoras. Todos estos excesos se dieron, a decir de los mismos chilenos, en represalia por la explosión de algunas minas durante la batalla, que les causaron algunas bajas.[11]

Los restos de Bolognesi fueron trasladados al Perú en julio de 1880, a bordo del transporte Limeña, junto con los restos de otros dos caídos en Arica: Juan Guillermo More y Ramón Zavala. Actualmente se encuentran en la Cripta de los Héroes del Cementerio Presbítero Maestro.

Descendencia

Casado con la arequipeña María Josefa de la Fuente y Rivero, tuvo cuatro hijos: Francisco Bolognesi de la Fuente, abogado (1839-1878); Rosa Bolognesi de la Fuente (1841-1881); María Trinidad Bolognesi de la Fuente (1843-?); y Margarita Bolognesi de la Fuente (1845-1908).[12]

De un segundo compromiso, con la iqueña Manuela Medrano Silva, tuvo otros cuatro hijos: Enrique Bolognesi Medrano (1860-1881); Federico Bolognesi Medrano (1861-1917); Augusto Bolognesi Medrano (1864-1881) y César Bolognesi Medrano (1866-1874). Federico, Augusto y Enrique lucharon también en la Guerra del Pacífico; los dos últimos fueron gravemente heridos en las batallas de San Juan y Miraflores, respectivamente, y fallecieron días después (enero de 1881).

Un nieto suyo, Federico Bolognesi Bolognesi (hijo de Federico Bolognesi y Ana Bolognesi), llegó a ser segundo Vicepresidente del Perú, durante el gobierno constitucional del general Manuel Odría (1950-1956).

Homenajes

Plaza Bolognesi de Lima, en 1928.
Casa de Bolognesi en la ciudad de Arica.
Monumento en Plaza Perú, ciudad de Buenos Aires.

El 5 de noviembre de 1905 se inauguró en la ciudad de Lima el monumento en su homenaje, en la llamada desde entonces Plaza Bolognesi, situada en las intersecciones de las avenidas Magdalena (hoy Brasil), Breña (hoy Arica), Alfonso Ugarte y el Paseo Colón. Gobernaba entonces en el Perú el presidente José Pardo, en su primer gobierno. A la ceremonia asistió uno de los sobrevivientes de la defensa de Arica, el argentino Roque Sáenz Peña, con rango de general del ejército peruano, quien para el desfile militar, recibió el mando de la línea. Delante de la estatua de su antiguo jefe, la emoción le impidió leer su discurso, y se limitó a decir: «¡Presente, mi coronel!».

El discurso de Sáenz Peña contenía este párrafo:

"¡Pelearemos hasta quemar el último cartucho! Provocación o reto a muerte, soberbia frase de varón, condigno juramento de soldado, que no concibe la vida sin el honor, ni el corazón sin el altruismo, ni la palabra sin el hecho que la confirma y la ilumina para grabarla en el bronce o en el poema, como la graba y la consagra la inspiración nacional. Y el juramento se cumplió por el jefe, y por el último de sus soldados, porque el bicolor peruano no fue arriado por la mano del vencido, sino despedazado por el plomo del vencedor".[13]

En 1910, Roque Sáenz Peña llegó a ser Presidente de Argentina y falleció en 1914.

La escultura original de la Plaza Bolognesi, obra del escultor catalán Agustín Querol, representaba al héroe aferrándose a una bandera y con la cabeza inclinada, en el preciso momento en que sucumbe en batalla. En los años 1950, por decisión del gobierno del general Manuel Odría, fue reemplazada por otra estatua, obra del escultor peruano Artemio Ocaña. En esta nueva representación, se ve al héroe en actitud triunfante y levantando la bandera del Perú. Como explicación a este cambio, se adujo que la efigie de Bolognesi debía mostrar una expresión más digna de un héroe. Cada 7 de junio se celebra en esta Plaza el Día de la Bandera.

También en su homenaje una calle en la ciudad de Arica lleva actualmente el nombre de "calle Bolognesi"; además, es recordado en la "Casa Bolognesi", el inmueble donde respondió el pedido de rendición, actualmente de propiedad del Estado Peruano y cubierta por las disposiciones contenidas en el artículo séptimo del Tratado de Lima de 1929.

Su mayor efigie se encuentra en la ciudad de Tacna, una estatua gigante junto al Arco Parabólico en el Paseo Cívico donde cada domingo se realiza una ceremonia con el juramento expresado por Bolognesi: "Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho". Asimismo, en 1929 fue fundado el Coronel Bolognesi Fútbol Club de la ciudad de Tacna.

En la ciudad de Arequipa, en su homenaje, se inauguró en 1952 el Colegio Militar Francisco Bolognesi. Su estatua se encuentra en el patio de Honor de dicho colegio, así como en la Plaza Bolognesi de la ciudad. También una calle principal de la ciudad lleva el nombre de Bolognesi.

Una de las avenidas principales de la ciudad de Chiclayo lleva también su nombre.

Notas

  1. Según investigaciones del historiador Artemio Peraltilla Díaz, Francisco Bolognesi habría nacido en realidad en Arequipa, en el año de 1822. Dicho historiador se basa en una Foja de Servicios Militares del Coronel, que se encontraba en poder de su bisnieta, la Sra. Ana María Bolognesi de Raguz. El documento, escrito a fines de octubre de 1871, indica (además de otros datos personales) que el Coronel era natural de Arequipa, y que según la edad que consigna (49 años), se desprende que nació en 1822 y no en 1816. Éste no sería el único documento probatorio, sino que existe también una solicitud de incorporación a la legión masónica con datos y firma del Héroe de Arica donde figura su ciudad natal como Arequipa. En 1904 se encontró la confusa partida de bautizo donde se indica que Francisco Bolognesi nació en Lima, aunque Artemio Peraltilla Díaz señala que este Francisco fue el hermano mayor del héroe, nacido en noviembre de 1816 y fallecido en 1821, a los 4 años; como prueba muestra su partida de defunción. (Ref.: Peraltilla Díaz, Artemio: El Héroe de Arica nació en Arequipa. Arequipa. Editorial El Sol, 1984).

Referencias

  1. Bolognesi Patrono del Ejército Peruano
  2. Basadre, 2005, tomo 9, p. 80.
  3. Basadre, 2005, tomo 9, pp. 80-82.
  4. Basadre, 2005, tomo 9, pp. 75-76.
  5. Basadre, 2005, tomo 9, pp. 78-79, citando datos del historiador Gerardo Vargas Hurtado.
  6. Vargas Ugarte, 1984, tomo X, p. 127.
  7. Basadre, 2005, tomo 9, pp. 77-78.
  8. Basadre, 2005, tomo 9, pp. 82-83.
  9. Basadre, 2005, tomo 9, pp. 92-93.
  10. Basadre, 2005, tomo 9, pp. 85-87.
  11. Basadre, 2005, tomo 9, p. 87.
  12. Fuente: FamilySearch.
  13. Citado en: Chirinos Soto, Enrique (1985): Historia de la República (1821-1930). Tomo I, pp. 469-470. Lima, AFA Editores Importadores S.A.
Bibliografía
  • Basadre Grohmann, Jorge (2005). Historia de la República del Perú (1822 - 1933). Tomo 9'. Empresa Editora El Comercio S. A. Lima. ISBN 9972-205-71-1 (V.9). 
  • Congrains Martín, Eduardo (1973). Batalla de Arica. Segunda parte. Biblioteca Histórica Ecoma. Serie “Reivindicación”. Tomo 6'. Editorial ECOMA S.A. Primera edición. Lima. 
  • Pareja Rivero, Luis Octavio (2015). Peruanos ilustres. Enmendando biografías. Inédito. Arequipa.
  • Tauro del Pino, Alberto (2001). Enciclopedia Ilustrada del Perú. Tercera Edición. Tomo 3'. PEISA. Lima. ISBN 9972-40-152-5. 
  • Vargas Ugarte, Rubén (1984, 2.º edición). Historia General del Perú. Tomo X'. Editorial Milla Batres, Lima, Perú. 
  • Varios autores (2000). Grandes Forjadores del Perú. Lexus Editores, Lima. ISBN 9972-625-50-8. 

Véase también

Enlaces externos