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El primer gobierno autónomo estuvo presidido desde el 1 de enero de 1898 por [[José María Gálvez Alonso]]. Ninguna de las iniciativas emprendidas desde el Gobierno central tuvieron éxito a pesar de los claros avances, ya que para los intereses de la oligarquía criolla como los de los intervencionistas de los Estados Unidos de América, la presencia española era un obstáculo a eliminar.
El primer gobierno autónomo estuvo presidido desde el 1 de enero de 1898 por [[José María Gálvez Alonso]]. Ninguna de las iniciativas emprendidas desde el Gobierno central tuvieron éxito a pesar de los claros avances, ya que para los intereses de la oligarquía criolla como los de los intervencionistas de los Estados Unidos de América, la presencia española era un obstáculo a eliminar.


== José Martí, los preparativos ==
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José Martí, ausente de la isla desde su deportación a la península en [[1871]], organiza en los [[Estados Unidos]] el [[Partido Revolucionario Cubano]] cuyo principal objetivo era ''lograr la independencia de Cuba''. Más tarde patriotas [[Puerto Rico|puertorriqueños]] se unieron con el compromiso de que una vez liberada [[Cuba]], las fuerzas independentistas hicieran lo mismo con [[Puerto Rico]]. Conocedor de las razones del fracaso de la [[Guerra de los Diez Años]], Martí preparó las condiciones para que las mismas no se repitieran, dándole a la fuerza militar un poder ilimitado en cuanto a estrategia y táctica, pero dejando al poder civil solamente la tarea de sustentar diplomática, financiera y legalmente la guerra y de gobernar en los territorios liberados. Martí viajó a [[Costa Rica]], en donde vivía [[Antonio Maceo]], para convencerlo de la necesidad de su aporte a la gesta de independencia. Lo mismo hizo con [[Máximo Gómez Báez|Máximo Gómez]], quien vivía en la [[República Dominicana]]. Fue en este último país en donde se firmó el [[Manifiesto de Montecristi]] que expresa la necesidad de la ''Independencia de Cuba''. Embarcando desde [[Haití]] al frente de una reducida fuerza militar, desembarcaron en [[Playitas de Cajobabo]] para coincidir con el [[Grito de Baire]] y los levantamientos en varias zonas del oriente de [[Cuba]].
José Martí, ausente de la isla desde su deportación a la península en [[1871]], organiza en los [[Estados Unidos]] el [[Partido Revolucionario Cubano]] cuyo principal objetivo era ''lograr la independencia de Cuba''. Más tarde patriotas [[Puerto Rico|puertorriqueños]] se unieron con el compromiso de que una vez liberada [[Cuba]], las fuerzas independentistas hicieran lo mismo con [[Puerto Rico]]. Conocedor de las razones del fracaso de la [[Guerra de los Diez Años]], Martí preparó las condiciones para que las mismas no se repitieran, dándole a la fuerza militar un poder ilimitado en cuanto a estrategia y táctica, pero dejando al poder civil solamente la tarea de sustentar diplomática, financiera y legalmente la guerra y de gobernar en los territorios liberados. Martí viajó a [[Costa Rica]], en donde vivía [[Antonio Maceo]], para convencerlo de la necesidad de su aporte a la gesta de independencia. Lo mismo hizo con [[Máximo Gómez Báez|Máximo Gómez]], quien vivía en la [[República Dominicana]]. Fue en este último país en donde se firmó el [[Manifiesto de Montecristi]] que expresa la necesidad de la ''Independencia de Cuba''. Embarcando desde [[Haití]] al frente de una reducida fuerza militar, desembarcaron en [[Playitas de Cajobabo]] para coincidir con el [[Grito de Baire]] y los levantamientos en varias zonas del oriente de [[Cuba]].

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Guerra de Independencia de Cuba
Parte de Guerra hispano-estadounidense

Los generales Calixto García (centro derecha) y William Ludlow (centro izquierda).
Fecha 24 de febrero de 1895-12 de agosto de 1898
Lugar Cuba.
Conflicto Guerra por la independencia cubana
Resultado Victoria Cubano-Estadounidense.
Consecuencias Comienzo de la Guerra hispano-estadounidense que llevó al fin del Imperio español
Cambios territoriales Primera ocupación estadounidense en Cuba y posterior Independencia de Cuba
Beligerantes
1895-1898
Rebeldes cubanos
1898
Estados Unidos
Imperio español
Comandantes
José Martí
Calixto García
Antonio Maceo
Bandera de la República Dominicana Máximo Gómez
Nelson A. Miles
William Shafter
George Dewey
William T. Sampson
Arsenio Linares
Manuel Macías
Ramón Blanco
Valeriano Weyler
Patricio Montojo
Pascual Cervera
Guerra Chiquita Guerra de Independencia de Cuba guerra hispano-estadounidense

La Guerra de Independencia de Cuba (o la Guerra de 1895) es el nombre con el que se conoce a la última guerra por la independencia de los cubanos contra el dominio español y se trata de una de las últimas guerras americanas contra el Reino de España. La guerra se inició el 24 de febrero de 1895 en un levantamiento simultáneo de 35 localidades cubanas, en el Grito de Baire y terminó en 1898.

Antecedentes

El envío de reclutas peninsulares para sofocar la revuelta supuso una fuente añadida de ingresos para la industria textil catalana, gracias a "las remesas considerables que se hacían para el vestuario de los batallones que sosteníamos en combatir la insurrección".[1]

Los proyectos de autonomía para Cuba redactados por los políticos de la metrópolis (Maura, Abarzuza, Cánovas del Castillo) cristalizaron durante el gobierno de Práxedes Mateo Sagasta, con Segismundo Moret en el Ministerio de Ultramar, en una Constitución para la isla que le otorgaba autonomía plena (25 de noviembre de 1897) con la sola reserva del cargo de Gobernador General, más los reales decretos por los que se establecía la igualdad de derechos políticos de los españoles residentes en las Antillas y los penisulares, y se hizo extensivo a Cuba y Puerto Rico el sufragio universal.

El primer gobierno autónomo estuvo presidido desde el 1 de enero de 1898 por José María Gálvez Alonso. Ninguna de las iniciativas emprendidas desde el Gobierno central tuvieron éxito a pesar de los claros avances, ya que para los intereses de la oligarquía criolla como los de los intervencionistas de los Estados Unidos de América, la presencia española era un obstáculo a eliminar.

jose arnolfo

José Martí, ausente de la isla desde su deportación a la península en 1871, organiza en los Estados Unidos el Partido Revolucionario Cubano cuyo principal objetivo era lograr la independencia de Cuba. Más tarde patriotas puertorriqueños se unieron con el compromiso de que una vez liberada Cuba, las fuerzas independentistas hicieran lo mismo con Puerto Rico. Conocedor de las razones del fracaso de la Guerra de los Diez Años, Martí preparó las condiciones para que las mismas no se repitieran, dándole a la fuerza militar un poder ilimitado en cuanto a estrategia y táctica, pero dejando al poder civil solamente la tarea de sustentar diplomática, financiera y legalmente la guerra y de gobernar en los territorios liberados. Martí viajó a Costa Rica, en donde vivía Antonio Maceo, para convencerlo de la necesidad de su aporte a la gesta de independencia. Lo mismo hizo con Máximo Gómez, quien vivía en la República Dominicana. Fue en este último país en donde se firmó el Manifiesto de Montecristi que expresa la necesidad de la Independencia de Cuba. Embarcando desde Haití al frente de una reducida fuerza militar, desembarcaron en Playitas de Cajobabo para coincidir con el Grito de Baire y los levantamientos en varias zonas del oriente de Cuba.

La guerra

El 24 de febrero de 1895, por órdenes de Martí se levantan 35 aldeas en el Oriente de Cuba en lo que se ha dado en llamar el Grito de Baire. Las autoridades lograron descabezar la insurrección en las cuatro provincias occidentales, con la detención de Julio Sanguily y José María Aguirre Valdés. La capital del Estado envía a la provincia sublevada 9000 hombres, suspende las garantías constitucionales y aplica censura a la prensa. El 21 de marzo Antonio Cánovas envía otros 7000 hombres y nombra a Arsenio Martínez Campos, artífice de la Paz de Zanjón, Capitán General de Cuba.

Con la experiencia de la Guerra de los Diez Años, un mayor apoyo de las fuerzas políticas y una mayor conciencia nacional, los secesionistas concibieron una serie de campañas como:

  • Campaña Oriental en la provincia de Oriente, dirigida por el Mayor General Antonio Maceo, iniciada tras la reunión de la Mejorana el 5 de mayo de 1895, con los objetivos de organizar e incrementar el ejército libertador en Oriente, dar cobertura al paso de los mayores generales Máximo Gómez y José Martí hacia el Camagüey (en espera de estos líderes para insurreccionarse) y debilitar la capacidad militar del ejército español. Culmina en vísperas de la Asamblea de Jimaguayú en septiembre del mismo año.
  • Campaña Circular en la provincia de Camagüey, dirigida por el Mayor General Máximo Gómez, iniciada en mayo de 1895 con los objetivos de levantar en armas esa región, y con la posterior idea de invadir Las Villas y el occidente. Culmina en vísperas de la Asamblea de Jimaguayú en septiembre del mismo año.
  • Invasión de Oriente a Occidente en Cuba dirigida por los mayores generales Máximo Gómez y Antonio Maceo, iniciada en Mangos Baraguá el 22 de octubre de 1895, con el objetivo general de extender la guerra al resto del país. Culmina el 22 de enero de 1896 en Mantua, provincia de Pinar del Río.
  • Campaña en el Occidente en las provincias de Pinar del Río, Habana y Matanzas, dirigida en primera instancia por los mayores generales Máximo Gómez y Antonio Maceo, tras la culminación de la invasión del occidente en enero de 1896. Con el objetivo de mantener los objetivos logrados de la invasión, tuvo varios contratiempos como el fracaso del envío de refuerzos cubanos desde Oriente y Las Villas, la salida de Gómez para poder resolver dichos problemas, y culmina con la caída en combate del Mayor General Antonio Maceo.
  • Campaña de la Reforma en la provincia de Las Villas, dirigida por el Mayor General Máximo Gómez, iniciada a inicios del año 1897, a raíz de la caída en combate del Mayor General Antonio Maceo, con el objetivo de consolidar el dominio militar cubano en esa región y dar cobertura a las campañas en el occidente, donde la situación militar era crítica para el ejército libertador cubano. Culmina el 24 de agosto de 1898 con la rendición del gobierno colonial español.
  • Campaña Oriental en la provincia de Oriente, dirigida por el Mayor General Calixto García, iniciada en agosto de 1896 con el objetivo de debilitar al ejército español y dar cobertura a las campañas en el occidente, donde la situación militar era critica para el ejército libertador cubano. Culmina el 24 de agosto de 1898 con la rendición del gobierno colonial español.

La campaña "Invasión al Occidente" que tenía el fin de tomar ese sector de la isla. No fue fácil someter el Oriente de Cuba, en donde las fuerzas realistas tuvieron grandes aprietos para contener a los secesionistas. Sin embargo, José Martí y Antonio Maceo murieron en la contienda: Martí casi al inicio de la guerra (19 de mayo del 1895). Maceo pudiera ser que muriera en una emboscada, pero que él mismo tenía preparada al ejército español, según se desprende de la hoja de servicios del subteniente D. José Muñoz Gutiérrez, sargento en aquella época, y cuyas operaciones desde el 22-10-1896 en Artemisa y Heras, y posteriormente en la trocha de Mariel a Majama hasta el 23-12-1896 en Pinar del Río, incluyendo la derrota de Maceo, y que le valieron al citado sargento, la consecución de dos cruces de plata al mérito militar con distintivo rojo.

Entre las victorias obtenidas por los soldados secesionistas se destaca el cruce de Trocha de Júcaro a Morón en lo que actualmente es la provincia de Ciego de Ávila, casi al centro del país con el objetivo de impedir el cruce de las tropas libertadoras hacia el occidente.

La primera era una cadena de fuertes y tropas realistas que se extendía de El paso de dicha trocha representaba no sólo una necesidad para el cumplimiento de la Campaña de liberación del Occidente, sino además una victoria que demostraría el desarrollo militar de los insurgentes. Generalizada la rebelión en toda la isla, el gobierno central de Madrid destituyó al general Martínez Campos y decidió enviar a la isla al general Valeriano Weyler. Este último llevaría a cabo una guerra atroz en su afán de derrotar a los independentistas cubanos. Con un cuarto de millón de hombres, el general Weyler se propuso acabar la guerra en un periodo de 24 meses. Una de sus medidas sería colocar a los habitantes rurales en campos de concentración para de esta manera privar a los sublevados del apoyo del campesinado. Se calcula que murieron unos cien mil cubanos en dichos campos de concentración debido al hambre y las enfermedades. Pero a pesar del incremento constante de tropas españolas, la política de reconcentración y la abrumadora superioridad de su ejército, Weyler fue incapaz de derrotar a los rebeldes cubanos. Estos, conocedores del terreno y movidos por el espíritu secesionista llevaron a cabo una eficiente guerra de guerrillas consistente en operaciones ofensivo-defensivas que fueron desgastando al ejército español paulatinamente sin que este pudiera obtener resultados favorables, a pesar de contar con los mejores medios militares como líneas de fortificación, ferrocarriles, vigilancia de las costas y el armamento más moderno de la época. Para finales de 1897, el gobierno español se encontró con las arcas vacías y con un ejército agotado por las enfermedades tropicales y la resistencia de los rebeldes. El presidente Sagasta decidió finalmente destituir a Weyler en favor del general Ramón Blanco y Erenas, tanto por el costo político de su modo de hacer la guerra, como por su fracaso militar al no poder derrotar a los rebeldes.

La autonomía cubana

Para finales de 1897 el gobierno de los Estados Unidos reclamaba que la guerra afectaba sus intereses y le exigió a España reformas para lograr la paz. El gobierno central otorgó a Cuba una amplia autonomía, equiparable a la del Canadá británico, inició una serie de reformas políticas y declaró un armisticio. Se formó un gobierno autonómico y se eligió un nuevo Parlamento Insular bicameral, en unos comicios ganados por el autonomismo moderado.

Sin embargo, los rebeldes cubanos declararon que ya era demasiado tarde para un arreglo pacífico y aseguraron que solo se detendrían hasta lograr la independencia. El acorazado estadounidense Maine, que estaba de visita en la Bahía de la Habana, explotó. Ante esta situación Estados Unidos acusó a España de agresión y anunció una guerra inminente. Ante la amenaza, el Capitán General de Cuba, Ramón Blanco, le propuso al General Máximo Gómez, líder de los rebeldes, una alianza para enfrentar a los norteamericanos[cita requerida]. El general Gómez se negó rotundamente y recibió órdenes del gobierno rebelde de apoyar al ejército estadounidense para lograr finalmente la secesión de Cuba respecto de la Corona de España.

La Guerra Cubano-Hispano-Estadounidense

La explosión del acorazado estadounidense Maine significó el ingreso de los Estados Unidos en la contienda. La declaración de guerra a España no se dejó esperar y los combates que antes se centraron en tierra, se trasladaron al mar: Las flotas realistas no pudieron responder a los modernos acorazados estadounidenses. La toma de Santiago de Cuba y la superioridad militar de las tropas norteamericanas, apoyadas en todo momento por las fuerzas cubanas al mando del General Calixto García (jefe cubano del departamento oriental) obligaron a los españoles, que ya estaban virtualmente acabados, a rendirse en 1898. El suceso abrió paso a la ocupación estadounidense de Cuba hasta 1902.

Por el Tratado de París, España renunciaba a su soberanía sobre Cuba, Puerto Rico y Filipinas, lo que realmente significó dejar el campo expedito a su intervención y ocupación por los Estados Unidos. La exclusión de los representantes de las tres colonias en mención, evidenció el ánimo colonialista de los Estados Unidos, aunque las fuerzas independentistas de esos países llevaran el mayor peso de las guerras. El 24 de febrero de 1899, justo cuatro años después del inicio de la guerra, hacia su entrada triunfal a La Habana el Generalísimo Máximo Gómez al frente de su ejército. El viejo general Dominicano había guiado a los patriotas cubanos a la victoria en su guerra de emancipación contra el ejército español con la ayuda norteamericana.[2]​ Miles de personas salieron a recibir al ejército libertador y Gómez sorprendido le dijo a uno de sus hombres: "Si toda esta gente hubiese peleado con nosotros habríamos derrotado a España hace muchísimo tiempo".

Transición democrática

El descontento de los libertadores al ver cambiar su tierra de amo, no se dejó esperar. Si bien Puerto Rico y Filipinas continuaron por más décadas como colonias, ya no de España sino de Estados Unidos, las presiones cubanas por constituir su propio país hicieron que bien pronto Estados Unidos preparara su retirada. Ese descontento propició las condiciones necesarias para ello, aunque dejando abierta la posibilidad de una nueva intervención como garantía de independencia (redacción de una constitución conforme a la llamada Enmienda Platt aprobada por la Asamblea Constituyente cubana el 12 de junio de 1901): el 20 de mayo de 1902 nacería la República de Cuba con la toma de posesión de su primer presidente, don Tomás Estrada Palma. Sin embargo, no será hasta 1909 con la presidencia de José Miguel Gómez (del partido liberal) que termine el Gobierno de Intervención norteamericano y no sin antes (2 de julio de 1903) firmar el arrendamiento de la base de Guantánamo aún hoy poseída por los EE. UU.

La independencia no mejoró la situación de los más desfavorecidos, produciéndose después de la secesión colonial levantamientos del sustrato poblacional negro, que en 1912 propició otra intervención estadounidense.

La Crisis del 1898 en España

La pérdida de las colonias, y muy especialmente de Cuba, provocó una profunda crisis identitaria, social, política y cultural en España, dando paso a una época en la que manifestaciones culturales, como la Generación del 98 o el Regeneracionismo, se vieron marcados por la crisis y el contexto histórico, tratando entre otros temas la "Pérdida de personalidad histórica" de España.

La independencia de Cuba constituyó un factor clave de la aparición de nacionalismos contemporáneos en España como el vasco, el catalán y el español.[3]

Referencias

  1. P. Alzola: "La política económica mundial y nuestra relación arancelaria". Bilbao, 1906, pág. 209 (en J. Nadal: El fracaso de la revolución industrial en España, 1814-1913. Barcelona: Ariel, 1980, pág. 216).
  2. Carlos Dardé: La guerra de Cuba, Artehistoria.com
  3. Ucelay Da Cal, 1997, pp. 151-152.

Bibliografía

Enlaces externos