[4] Yuli es el apodo de Carlos Acosta. Su padre Pedro le llama así porque le considera el hijo de Ogún, un dios africano, un luchador. Sin embargo, desde pequeño, Yuli siempre ha huido de cualquier tipo de disciplina y educación. Las calles de una Habana empobrecida y abandonada son su aula particular. Su padre en cambio no piensa lo mismo, sabe que su hijo tiene un talento natural para la danza y por eso le obliga a asistir a la Escuela Nacional de Arte en Cuba. Pese a sus repetidas escapadas y su indisciplina inicial, Yuli acaba siendo cautivado por el mundo del baile, y así, desde pequeño comenzará a forjar su leyenda, llegando a ser el primer bailarín negro que logrará interpretar algunos de los papeles más famosos del ballet, originalmente escritos para blancos, en compañías como el Houston Ballet o Royal Ballet de Londres.