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Los modelos de trabajo para abordar los ejes de desigualdad son los distintos enfoques para identificar, encarar o estudiar las desigualdades en las políticas públicas, la investigación, la intervención social, etc. Actualmente, en el contexto español y catalán, se utilizan tres modelos: el monofocal, el de discriminación múltiple y el interseccional.[1]

Los ejes de desigualdad[editar]

A partir de un sistema de relaciones organizadas en un entramado de normas y valores, cada sociedad genera una estructura social. En la nuestra, este sistema está atravesado por unos ejes de diferenciación jerarquizados que producen desigualdades. La diferenciación no es neutra porqué sitúa a las personas en situaciones de inferioridad y superioridad, generando unas jerarquías.

Los diferentes ejes (por ejemplo el sexo, el género, la clase social, el origen nacional o étnico, la orientación sexual, la identidad de género, la religión, la edad, la diversidad funcional, el estado de salud, etc.) son fruto de un determinado contexto y, en virtud de los cambios sociales, pueden operar con más o menos fuerza, tener diferentes relaciones entre ellos, etc. Es decir, no son inherentes a la condición humana, ni a unas personas o grupos sociales específicos.

En la práctica, esto significa que los recursos sociales (económico, simbólicos y relacionales) se distribuyen de forma desigual e injusta y las personas, en función de la posición que ocupan en la estructura social, los grupos sociales a los cuales pertenecen y las características personales, no gozan de los mismos derechos, recursos, reconocimiento y poder.[2]

Según Coll-Planas, Solà-Morales y Missé[3]​, la forma de abordar los ejes de desigualdad (centrándose en un solo eje o en más; considerándolos como independientes o en interacción, enfocándolos de forma estática o dinámica, etc.) da lugar a distintos modelos de políticas públicas. Además, pese a que estos modelos son utilizados por las Administraciones públicas, hay que tener en cuenta que también los son por organizaciones del tercer sector, movimientos sociales, grupos activistas, en estudios e investigación, etc.

El modelo monofocal[editar]

El modelo monofocal o single issue es el más antiguo y el más utilizado hasta hoy para trabajar la igualdad. Este enfoque consiste en centrarse en un solo eje de desigualdad (por ejemplo la clase social) y abordarlo de forma independiente respecto a los demás.

Ventajas y limites del modelo monofocal[editar]

La principal ventaja de este modelo es que permite visibilizar las problemáticas causadas por un específico eje de desigualdad. Eso implica que, a veces, los grupos sociales destinatarios de las políticas monofocales consigan avanzar hacia la igualdad. En este sentido, el modelo monofocal puede ser la base para desarrollar una estrategia de mainstreaming que permita hacer transversal la perspectiva de un eje específico. Un ejemplo es el gender mainstreaming, es decir, la aplicación de la transversalidad de la perspectiva de género en todas las políticas públicas para avanzar hacia a la igualdad de género.[4]

Por otra parte, este modelo conlleva el riesgo de no abordar la complejidad de las desigualdades, perdiendo de vista la interacción entre los ejes. Estos se cruzan de forma compleja y varían en función del contexto y del ciclo de vida de las personas. Por ejemplo, las desigualdades de género se pueden cruzar con la orientación sexual, la edad, la clase, etc., dando lugar a discriminaciones específicas. En los servicios públicos donde prevale el modelo monofocal, de acuerdo con Coll-Planas, podemos preguntarnos

quién atiende a una mujer mayor lesbiana con problemas de vivienda: ¿qué parte de su problemática deriva del hecho de que es mujer, cuál de ser lesbiana, y qué otra del hecho de que sea mayor? ¿Podemos trocear así su realidad y sus necesidades?[1]

El enfoque de la discriminación múltiple[editar]

En las últimas décadas, el modelo de la discriminación múltiple ha sido impulsado con fuerza por la Unión Europea mediante directivas[5]​ y con la creación en 2007 de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA, por sus siglas en inglés), un centro de referencia en el fomento y la protección de los derechos humanos en la UE. Así, se han ido estableciendo marcos legales y órganos que abordan los diferentes ejes a la vez, pero esto no implica necesariamente que se tenga en cuenta el cruce entre ellos.[1]

Ventajas y limites de la discriminación múltiple[editar]

Los principales aspectos positivos de este enfoque son tener un marco normativo coherente en la interpretación de la discriminación y la posibilidad teórica de abordarla con una mirada que tenga en cuenta su complejidad. Así, se asume que las personas no están definidas solo, por ejemplo, por su género sino que en la configuración de su posición social intervienen múltiples factores, como la clase social, la edad, el origen, etc.[6]

Por otro lado, este modelo puede implicar el riesgo de concebir los ejes de desigualdad siguiendo una lógica aditiva. Es decir, la coincidencia de dos (o más) ejes se conceptualiza como si se tratara de una simple suma, como sugiere, por ejemplo, el considerar que las mujeres gitanas están doblemente discriminadas: por razón de género y de etnia. Según Tania Sordo Ruz, no son muchas las discriminaciones o no se trata de sumarlas,

sino de trabajar e identificar la discriminación específica, lo cual es uno de los objetivos que tenemos en el caso de las mujeres gitanas, quienes enfrentan una discriminación particular y diferente a los hombres gitanos y a las mujeres no gitanas.[7]

Además, el diferente peso/poder que tienen los servicios en las Administraciones puede conllevar una competición entre ellos para conseguir más recursos y, por consecuencia, una desigualdad entre los mismos servicios y ejes. En fin, si no se pone el foco en las estructuras que generan desigualdad, se corre el riesgo de acabar convirtiendo la cuestión en un problema de discriminación individual.

La perspectiva interseccional[editar]

Este enfoque, nacido en el marco del pensamiento feminista, plantea que la realidad de las personas es condicionada de la intersección (y no de la suma) de los diferentes ejes y propone abordar la desigualdad de una forma más compleja que el modelo de la discriminación múltiple.[6]​ Según Rodrigo y Fuentes, la interseccionalidad es

un conjunto de herramientas conceptuales que facilitan el análisis crítico de las relaciones de poder, de las desigualdades y hacen propuestas para transformarlas. Una perspectiva interseccional situada y relacional no parte de unas categorías predefinidas, sino que analiza el contexto para ver qué categorías son relevantes en cada situación concreta, como interaccionan y qué efectos de privilegio, opresión o resistencia se están poniendo en juego.[2]

Ventajas y limites de la perspectiva interseccional[editar]

La principal ventaja de la perspectiva interseccional es que permite tener una visión compleja de la desigualdad, ofreciendo herramientas para entenderla. Según este enfoque, todas las personas están ubicadas en relación con los ejes de diferenciación/desigualdad en alguna posición, ya sea desde el privilegio, la opresión o la resistencia. Además, estas posiciones no son fijas, pueden cambiar en función de muchos factores (personales, familiares, contextuales, institucionales). Poner el foco en el contexto y lo relacional, permite desmarcarse de la lógica aditiva (que suma posiciones de opresión) y de la idea que hay un eje que prevalece sobre los demás. El hecho de no poder definir a priori que un eje es fundamental o prevalece, no implica que no se pueda distinguir entre ejes y establecer prioridades (algo fundamental en las políticas públicas), sino que es necesario hacer un buen diagnóstico antes de cualquier intervención.[3]

Uno de los limites de la perspectiva interseccional es que está más desarrollada en la teoría que en la práctica. En este sentido, el reto de abordar la complejidad de forma dinámica implica no tener fórmulas preestablecidas, sino algunas ideas y experiencias que dan pistas sobre cómo trabajar. Por todo eso, y la incertidumbre que conlleva, se debe considerar que la perspectiva interseccional puede generar muchas resistencias o llevar a la parálisis. Aun así, en los últimos años, se han impulsado proyectos con este enfoque, que ofrecen herramientas y pautas para pensar y construir nuevos marcos de trabajo.[3]

Tabla de resumen[editar]

MODELOS DE TRABAJO PARA ABORDAR LA DESIGUALDAD
CARACTERÍSTICAS DE LOS MODELOS MODELO MONOFOCAL ENFOQUE DE LA DISCRIMINACIÓN MÚLTIPLE PERSPECTIVA INTERSECCIONAL
EJES DE DESIGUALDAD QUE SE ABORDAN Uno Más de uno Más de uno
IMPORTANCIA DE LOS EJES Y PRESUNTA RELACIÓN ENTRE ELLOS Uno de los ejes se considera el principal Los ejes tienen la misma importancia y están en una relación predeterminada entre unos y otros Los ejes tienen la misma importancia y la relación entre ellos es una pregunta abierta que depende del contexto
FORMA DE CONCEBIR LOS EJES De forma estática De forma estática De forma dinamica
PRINCIPAL VENTAJA Visibilizar las problemáticas causada por un específico eje de desigualdad Ofrecer un marco normativo coherente en la interpretación de la discriminación Tener una visión compleja - contextual y dinámica - de la desigualdad y herramientas para entenderla
PRINCIPAL LIMITE No abordar la

complejidad de las desigualdades

Riesgo de concebir los ejes de desigualdad siguiendo una lógica aditiva y la desigualdad como problema individual Está más desarrollado en la teoría que en la práctica
Adaptado de Coll-Planas, Solà-Morales (2019:14)[1]

Véase también[editar]

Enlaces externos[editar]

Referencias[editar]

  1. a b c d Coll-Planas, Gerard; Solà-Morales, Roser (2019). «Guía para incorporar la interseccionalidad en las políticas locales.» (PDF). Guía para incorporar la interseccionalidad en las políticas locales. (Ayuntamiento de Terrassa). 
  2. a b Rodrigo, Desiré; Fuentes, Patricia (2019). «Camins. Una mirada crítica a l’educació des d’una perspectiva intercultural i de gènere. Guia educativa per al professorat.» (PDF). Camins. Una mirada crítica a l’educació des d’una perspectiva intercultural i de gènere. Guia educativa per al professorat (en catalán) (UVic-UCC). 
  3. a b c Coll-Planas, Gerard; Solà-Morales, Roser; Missé, Miquel (2019). «Guía para la incorporación de la interseccionalidad en las políticas de diversidad sexual y de género» (PDF). Guía para la incorporación de la interseccionalidad en las políticas de diversidad sexual y de género (Metrópolis. Montevideo, Uruguay.). 
  4. Coll-Planas, Gerard (2019). «Diversidad. Sexo, género, identidad. Integrar la perspectiva de la diversidad sexual y de género en las políticas de igualdad». Curso online organizado por el Departamento de Igualdad del Cabildo de Gran Canaria y la Fundación Universitaria de las Palmas de Gran Canaria. 
  5. «BOE.es - DOUE-L-2000-82357 Directiva 2000/78/CE del Consejo, de 27 de noviembre de 2000, relativa al establecimiento de un marco general para la igualdad de trato en el empleo y la ocupación.». www.boe.es. Consultado el 21 de mayo de 2021. 
  6. a b Coll-Planas, Gerard; Cruells, Marta (2013). «La puesta en práctica de la interseccionalidad política: el caso de las políticas LGTB en Cataluña.». Revista Española de Ciencia Política (Núm. 31): pp. 153-172. 
  7. Sordo Ruz, Tania (2017). «Guía sobre discriminación interseccional. El caso de las mujeres gitanas.» (PDF). Guía sobre discriminación interseccional. El caso de las mujeres gitanas. (Fundación Secretariado Gitano).