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Diferencia entre revisiones de «Historia de Cataluña»

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== Siglos XVI al XVIII: Cataluña durante la Edad Moderna ==
== Siglos XVI al XVIII: Cataluña durante la Edad Moderna ==
[[Archivo:ConstCATMonso1535.png|thumb|Constituciones Catalanas, [[1535]]]]
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3000 campesinos del Vallés armados y encabezados por los obispos den la ciudd de Barcelona en busca de ) y las clases populares empezaron a notar los efectos del proceso de proletarización que ya se manifestaba, lo cual dio lugar a diferentes situaciones críticas hacia finales de ese siglo. En la década de los noventa se iniciaron además nuevos conflictos en la frontera con Francia, derivados de las consecuencias de la [[Revolución Francesa]].
=== Siglo XVI ===
Ya desde los tiempos de los [[Reyes Católicos]] los catalanes participan directamente en las expediciones y campañas militares españolas. El almirante [[Ramón Folc de Cardona-Anglesola|Cardona]] conquista [[Mers-el-Kebir]] (conocida tradicionalmente en las crónicas españolas como Mazalquivir) en 1505. Pere Bertran i de Margarit , ampurdanés, acompaña a Colón en su segundo viaje.<ref>[http://bcnweb13.bcn.es:81/NASApp/gmocataleg_monum/FitxaMonumentAc.do?GXHC_gx_session_id_=0af340b9780c5a47&idioma=ES&codiMonumIntern=142 El Capitán Margarit en le monumento a Colón en Barcelona]</ref>

En el [[siglo XVI]], la población catalana inició una recuperación demográfica y una cierta recuperación económica. El reinado de [[Carlos I de España|Carlos I]] fue para Cataluña una etapa de armonía en la nueva estructura que formaban ahora los reinos hispánicos.

Cuando llega Carlos I de España, un rey que permaneció poco tiempo en la península, toma como base de operaciones a Castilla, con una población de 6 millones (entre los reinos más poblados de Europa en la época), una pujante economía (Flandes, Portugal y el Norte de Italia eran las otras economías más desarrolladas del continente), y el descubrimiento de América por el reino de Castilla, y su nuevo ejército que gracias a el Gran Capitán era el más poderoso de Europa, lo convertía en la fuente perfecta para sus ambiciones expansionistas e imperiales, siendo la base principal de impuestos y de reclutamiento de tropas. Mientras que Cataluña con sus 300.000 habitantes, se libraban de llevar esta pesada carga, en Castilla se producía la "revuelta de los comuneros" por los nuevos impuestos para pagar los ejércitos y los sobornos para los príncipes electores alemanes para ser nombrado "Emperador del Sacro Imperio Romano", las mayores cantidades de oro pagadas hasta la época, así como porque la pequña nobleza y la burguesía tenían las vistas puestas en la expansión ultramarina, y no en la expansión europea del nuevo rey, que había nacido y crecido en Flandes (actuales Holanda, Bélgica y parte de Francia). Esta revuelta fue aplastada por los tercios que volvieron de Italia, con el apoyo de la polbación de Navarra y Vascongadas (que recibieron los fueros del rey en agradecimiento por su apoyo), y con el apoyo de la gran nobleza, en contra de la pequeña nobleza y la burguesía de las ciudades. A largo plazo, las necesidades militares y los elevados impuestos, como la alcabala que debía ser pagado cada vez que se producía una operación comercial o de transporte (se suma en cada operación 10%+10+10+..., no como el IVA actual, que solo se paga en la venta final), llevaron al reino de Castilla a la quiebra. La ventaja de la Corona de Aragón al evitar el pago de estos elevados impuesto en favor del rey y para la defensa del reino (no se enviaban grandes números ni en tropas ni dinero), no evitaba tener elevados impuestos en la Corona de Aragón, aunque esta vez a favor de los nobles, y que temían perderlos en favor del rey.

El hecho de que el descubrimiento de América y que por tanto los derechos sobre ella estuvieran en el reino de Castilla, alejó a la Corona de Aragón de sus ventajas hasta la unificación con el reino de Castilla con la llegada de los Borbones en la guerra de Sucesión. Aunque el reino de Aragón se había opuesto a una unificación con el reino de Castilla, puesto que la nobleza que integraba las cortes de Aragón suponían que esta sería una dilución de sus poderes, y tener que soportar la mayor carga impositiva que tenía el reino de Castilla.

Durante el reinado de [[Felipe II de España|Felipe II]] la Corona de Aragón continúa sin soportar el mantenimiento militar de los reinos. Ello se explica por la negativa de la corona de Aragón a proveer de más tropas y fondos al rey y la defensa y expansión de sus dominios, así como por el paso del peso político y económico internacional del [[Mediterráneo]] al [[Atlántico]], la debilidad del condado de Cataluña, siendo la preeminencia del [[reino de Valencia]] en el espacio de la vieja confederación una cuestión de menor importancia.

El reinado de Felipe II marcaría, en cambio, el inicio de un proceso de deterioro, la crisis económica que comienza en Castilla en 1580 y los elevados impuestos que se atenazan sobre el reino vecino, llevando a este a una gran ´pérdida de población, llegando la meseta y salvo Madrid, a tener menos población en la actualidad que antes de 1580; la economía de Cataluña se resiente, pero se mantiene la unidad del reino. Entre los elementos más negativos de este periodo destacan la piratería berberisca sobre las zonas costeras y el [[bandolerismo]] en las zonas interiores. La nueva dinámica y las nuevas fidelidades que generaba originaron también un retroceso en la lengua y en la cultura catalanas, que iniciaron una etapa de decadencia, tras la pujanza de los siglos anteriores.

Durante el reinado de Felipe II, hubo catalanes, como [[Luis de Requesens]] que participaron activamente en la política exterior "las Españas" (o de los reinos españoles), tanto diplomáticamente como por el uso de las armas, como súbditos de la corona y del rey.

=== Siglo XVII ===
En 1600, y ya desde 1580 la crisis económica había minado a los reinos peninsulares unificados bajo un solo rey; el ejército, los tercios, seguían siendo una fuerza de élite, pero ya no disponían de la abrumadora superioridad tecnológica del siglo XVI, el norte de Flandes de había independizado y en América los reins españoles mantenían la superioridad, pero sufrían el acoso de piratas y la expansión de las dos superpotencias hasta la época (el Imperio Otomano, y el Corona de los renonuevas" (la presencia en territorio catalán de tropas extranjeras a sueldo del rey, considerandola guerra.

Durante la [[Guerra dlos Treinta Años|guerra existente entre Francia y España]] desde 1635, los franceses Rosellón al ma de Condé y se apoderaron de la villa y la plaza de Salces. Los catlanes levataron sus somatenes secretas con Richelieu que fueron ratificadas a finales de ma
En 1640 comienza la revelta de Independencia en Portugal con apoyo de Francia e Inglaterra. Un gran éxito para la diplomacia ternacional francesa que abre un nuevo frente para las tropas del rey de "los Reinos Españole

El 22 de mayo (1640) legron a Barcelona 3000 campesinos del Vallés armados y encabezados por los obispos den la ciudd de Barcelona en busca de trabajo en la siega, siendo acompañados por que los soldados franceses se comportaban de igual modo a como lo habían hecho los de Felipe IV .

Un año después recuperaro Lérida y las comarcas leridanas, que nunca más volvieron a caer en manos enemigas.

En 1648 termina la los 30 añoscon la az de Westfalia, lo que deja libres a las tropas del rey para intervenir en la revuelta en Cataluña.
En 1649 los realistas avanzaron hasta casi Barcelona, donde el comportamiento de los franceses hizo inclinarse en este sentido, siendo de destacar la protagonizada por doña Hipólita de Aragón, baronesa de Albi.
En 1651 don Juan de Austria, puso sitio poco después el 3 de enero de 1653 Felipe IV confirmó los fueros catalanes, on algunas reservas.
El fin de la guerra se sald on la anexión del Rosellón, el Conflent, el Vallespir y parte de la Cerdaña a la corona francesa, anexión confirmada en el [[Tratado de los Pirineos]](1659), aunque en la Cataluña Transpa Fancesa los fueros catalanes fueron derogados en 1660 y el uso del Catalán poco después incumpliendo El Rey Luis XIV de Francia este tratado.<ref>[http://www.ingenierosdelrey.com/guerras/1640_cataluna/1640_cataluna.htm Insurrección Cataluña 1.640]</ref>

=== Siglo XVIII ===
Con la muerte del rey [[Carlos II de España|Carlos II]] y su sucesión por parte de [[Felipe V de España|Felipe V]] ([[1700]]) se instaló en el trono hispánico una nueva dinastía, la [[Casa de Borbón]], reinante en Francia, que sustituía a la de los Habsburgo. Esta circunstancia llevó a la formación de la [[Tratado de La Haya (1701)|Gran Alianza de la Haya]] por parte de [[Reino de Inglaterra|Inglaterra]], las [[República de los Siete Países Bajos Unidos|Provincias Unidas]] y el [[Sacro Imperio Romano Germánico]] a favor de los derechos del archiduque Carlos de Austria, iniciándose así la [[Guerra de Sucesión Española]].

Aunque en Cataluña se aceptó inicialmente a Felipe V, y éste había jurado y prometido guardar sus fueros, la oligarquía catalana alegando formas absolutistas y centralistas por parte del nuevo monarca, y su política económica pro-francesa, pronto abrió una etapa de hostilidad y oposición que culminó con el ingreso del Principado ([[pacto de Génova]]) y de toda la Corona de Aragón, salvo el Valle de Arán y algunas ciudades, en la Alianza de la Haya. Así, mientras en los reinos de Castilla y de Navarra Felipe V era comúnmente aceptado, en la Corona de Aragón, Carlos, instalado en Barcelona, era reconocido como rey Carlos III. Aunque el apoyo al archiduque en la Corona de Aragón no fue unánime (ciudades como [[Cervera]] permanecieron fieles a Felipe V), sí fue abrumadoramente mayoritario.

La evolución posterior de la guerra, desfavorable a las posibilidades de Carlos, y los tratados de [[Tratado de Utrecht|Utrecht]] (1713) y [[Tratado de Rastatt|Rastatt]] (1714), dejaron a la Corona de Aragón internacionalmente desamparada frente al poderoso ejército franco-castellano de Felipe V, quien ya había manifestado su intención de suprimir las instituciones propias. A pesar de la resistencia a ultranza, como ocurrió con Aragón y Valencia (1707), todo el territorio catalán fue invadido y Barcelona finalmente capituló el [[11 de septiembre]] de [[1714]].

Una cruenta y sistemática represión{{cita requerida}} fue acompañada por los [[Decretos de Nueva Planta|Decreto de Nueva Planta]] (Aragón y Valencia en [[1707]], Cataluña en [[1716]]), por los que se desmantelaron totalmente{{cita requerida}} las instituciones propias. Con ello se anexionaba la Corona de Aragón al reino de Castilla{{cita requerida}} y se ponía fin así a la unión dinástica{{cita requerida}} que había dado origen a la Monarquía Hispánica de los Austrias.

En Cataluña se creaba una nueva estructura territorial y administrativa a imagen de la de Castilla (excepto en el [[Valle de Arán]]), se instauraba el [[catastro]] y otros impuestos por los que la monarquía conseguía por fin sus objetivos de control económico, se centralizaban todas las universidades catalanas en [[Cervera]], como premio a su fidelidad y para controlar mejor a las élites cultivadas (situación que se prolongó hasta [[1842]]), se desterraba progresivamente la lengua catalana de los ámbitos públicos y de gobierno en favor del castellano, y se construía una poderosa cuidadela o fortaleza en Barcelona para dominar al Principado y a su capital{{cita requerida}}.

A pesar de la difícil situación interna, Cataluña lograría a lo largo del siglo XVIII una notable recuperación económica, centrada en un crecimiento demográfico importante, un aumento considerable de la producción agrícola y una reactivación comercial (especialmente gracias al comercio con América, abierto solo a partir de 1778), transformaciones éstas que marcarían la [[crisis del Antiguo Régimen]] y posibilitarían después la industrialización, un primer proceso de la cual se daría en el siglo XVIII, especialmente centrado alrededor del algodón y otras ramas textiles.

A finales de siglo, sin embargo, las clases populares empezaron a notar los efectos del proceso de proletarización que ya se manifestaba, lo cual dio lugar a diferentes situaciones críticas hacia finales de ese siglo. En la década de los noventa se iniciaron además nuevos conflictos en la frontera con Francia, derivados de las consecuencias de la [[Revolución Francesa]].


== Siglo XIX ==
== Siglo XIX ==

Revisión del 21:14 2 jun 2009

Plantilla:TOCD

Prehistoria en Cataluña

Los primeros pobladores del territorio que actualmente ocupa Cataluña se remontan a los inicios deestructura protourbana.

A partir de mediados del siglo VII a. C. el territorio catalán alcanza el período conocido como Edad del Hierro.

La Edad Antigua en Cataluña

Este periodo se caracteriza, en una primera etapa, por la confluencia de diferentes culturas colonizadoras en el actual territorio catalán, en particular la griega y la cartaginesa, que darán lugar a la formación, como en el resto de la península, de la cultura ibérica.

De esta etapa es la formación de Emporion, en la costa gerundense, enclave comercial impulsado por la ciudad griega de Focea desde Massalia (actual Marsella), en el siglo VI a. C.

En lo que se refiere a la civilización ibérica, se ha constatado la existencia de diferentes tribus dispersas por tierras catalanas, entre ellos los indigetes (en el Ampurdán), los ceretanos (en la Cerdaña) o los airenosinos (en el Valle de Arán).

Se distinguen cuatro grandes periodos en el actual territorio de Cataluña. El inicial, que abarca del siglo VIII al VII a. C., que corresponde a una etapa de formación, en que los pueblos indígenas entran en contacto con pueblos colonizadores, y en el que aparecen los primeros objetos de hierro. El segundo es el periodo antiguo, del siglo VII a. C. a mediados del V a. C., en el que se consolida el proceso de iberización. Le sigue un período de plenitud, que va de mediados del siglo V hasta el siglo III a. C. Y, finalmente, la fase de decadencia, que se inicia en el 218 a. C. con la presencia de Roma, en que la cultura ibérica es absorbida por el potente impulso de la romanización.

La segunda etapa de la historia antigua en Cataluña corresponde al período de romanización, iniciado en el siglo III a. C. La llegada de los romanos a la Península Ibérica tuvo lugar en el 218 a. C., con el desembarco de Cneo Cornelio Escipión en Ampurias, con el objetivo de cortar las fuentes de aprovisionamiento de los ejércitos del cartaginés Aníbal durante la Segunda Guerra Púnica.

Tras la derrota de los cartagineses y de diferentes tribus ibéricas sublevadas ante la presencia romana, en el 195 a. C., se completó prácticamente la conquista romana en territorio catalán y se inició el proceso de romanización, a través de la cual los distintos pueblos peninsulares fueron asimilados por la cultura romana y abandonaron sus propios rasgos.

El actual territorio catalán quedó englobado primero en la provincia llamada Hispania Citerior, para formar parte desde el 27 a. C. de la Tarraconense, cuya capital fue Tarraco (actual Tarragona).

Producto del periodo romano será la adopción de toda la estructura administrativa y las instituciones propiamente romanas, el desarrollo de una gran red urbana y viaria, la generalización de un sistema agrícola basado en la trilogía mediterránea (cereales, viña y olivo), la introducción de los regadíos, el desarrollo del derecho romano y la adopción del latín.

Siglos III al X: de la antigüedad tardía a la época feudal

la meseta, levante y Asturias y Cantabria. El poder musulman se extendía por Francia ya desde 719, Narbona, pasos de repoblación del territorio tras la invasión musulmana, trayendo grandes contingentes de población de

== Siglo XI Hasta mediados , filiam meam in uxorem, cum tocius regni aragonensis integritate [...] salva fidelitate mihi

Siglos XVI al XVIII: Cataluña durante la Edad Moderna

Constituciones Catalanas, 1535

3000 campesinos del Vallés armados y encabezados por los obispos den la ciudd de Barcelona en busca de ) y las clases populares empezaron a notar los efectos del proceso de proletarización que ya se manifestaba, lo cual dio lugar a diferentes situaciones críticas hacia finales de ese siglo. En la década de los noventa se iniciaron además nuevos conflictos en la frontera con Francia, derivados de las consecuencias de la Revolución Francesa.

Siglo XIX

En 1808, Cataluña fue ocupada por las tropas de Duhesme, general de Napoleón, tras el comienzo de la Guerra de Independencia Española en Móstoles. Durante el conflicto, Cataluña fue incorporada al Imperio Francés y dividida en departamentos[cita requerida]. El dominio francés se extendió hasta 1814, cuando el general Wellington firmó el armisticio por el cual los franceses debían abandonar Barcelona y otras plazas fuertes que habían ocupado hasta el último momento. Es digno de destacar el asedio al que fue sometida Gerona, defendida por sus habitantes, bajo la dirección del general Álvarez de Castro y ayudado externamente por el capitán Juan Clarós y sus 2500 hombres donde los franceses perdieron gran cantidad de hombres y medios hasta conseguir rendirla con el hambre, las epidemias y el frío el 10 de diciembre de 1809.

Reinado de Fernando VII

Durante el reinado de Fernando VII (1808-1833) se sucedieron diversas sublevaciones en territorio catalán y tras su muerte, el conflicto por la sucesión entre el infante Carlos María Isidro y los partidarios de Isabel II dio lugar a la primera guerra carlista, que se prolongaría hasta 1840, especialmente virulenta en territorio catalán. La victoria de los liberales sobre los absolutistas dio pie al desarrollo de la revolución burguesa bajo el reinado de Isabel II. Estos se dividieron pronto en moderados y progresistas, mientras que en Cataluña se empezaba a desarrollar el republicanismo. También coincide con el avance de la industrialización y el consecuente surgimiento de una nueva clase social, el proletariado, que soportaría condiciones de vida y trabajo inhumanas.

Renaixença y nacimiento del Catalanismo cultural

La industrialización estaría marcada por una grave escasez de recursos energéticos propios y la debilidad del mercado interior español, además de por las presiones para adoptar políticas proteccionistas que evitaran la competencia de productos extranjeros. A partir del segundo tercio del siglo se desarrolló también la Renaixença, un movimiento cultural de recuperación del catalán como lengua de cultura, que empezaba a superar así su larga etapa de decadencia.

Reinado de Isabel II

El desarrollo del reinado de Isabel II, marcado por la corrupción, la ineficacia administrativa, el centralismo y las tensiones políticas y sociales, se tradujo en un progresivo aumento de la agitación social y en el desarrollo de la ideología republicana y federal. De ahí que cuando en 1868, estalló la Revolución de septiembre, también conocida como La Gloriosa, producto de la crisis económica que vivía España, que dio lugar al llamado Sexenio Revolucionario, los acontecimientos se vivieran apasionadamente.

Primera República española

Entre los hechos más destacados se encuentran el gobierno del general Prim y su asesinato, la revuelta federal de 1869, la instauración de la monarquía de Amadeo I, la proclamación de la Primera República Española, el estallido de la tercera guerra carlista y la difusión de las ideas de la Primera Internacional.

Restauración borbónica

En 1874, el pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto dio paso a la Restauración borbónica en la persona de Alfonso XII. Es este un periodo de estabilidad política, de represión del movimiento obrero, de desarrollo de la actividad política en Cataluña, que se extendería hasta inicios del siglo XX, momento en que afloraría nuevamente la oposición política, especialmente de republicanos y catalanistas y las tensiones sociales.

Siglo XX

El catalanismo y el nacionalismo catalán

En las décadas siguientes iría tomando cuerpo el catalanismo político, como culminación de un proceso de afirmación de la conciencia nacional catalana, las primeras formulaciones del cual fueron debidas al político republicano Valentí Almirall. En 1901 se formaría la Liga Regionalista de Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó, que impulsaría la Solidaritat Catalana. En cuanto al movimiento obrero, el final del siglo XIX se caracterizará en Cataluña por tres tendencias: el sindicalismo, el socialismo y el anarquismo, a los cuales se sumará a inicios del siglo XX el lerrouxismo. Ello conduce a que en las primeras décadas del siglo XX se distingan dos grandes líneas de fuerza, el catalanismo y el obrerismo.

El primero, bajo el liderazgo de Prat de la Riba, conseguirá una primera plataforma de autogobierno desde 1716: la Mancomunidad de Cataluña (1913-1923), presidida primero por éste, y más tarde por Josep Puig i Cadafalch. El obrerismo encontrará en el anarcosindicalismo la síntesis aglutinadora de anarquistas y sindicalistas, los dos sectores mayoritarios del movimiento obrero, y en la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), la organización de combate para luchar por sus derechos.

Reinado de Alfonso XIII y dictadura de Primo de Rivera

El verano de 1909 se produce una revuelta popular conocida como la Semana Trágica, en que la una huelga general degenera en actos de vandalismo que son reprimidos duramente.

La creciente conflictividad social degenerará a lo largo del reinado de Alfonso XIII, dando lugar desde 1917 a una intensificación de las tensiones y al desarrollo del pistolerismo, alentado desde la patronal contra los obreros y causante de una espiral de violencia, que conducirá al apoyo por parte de la burguesía catalana a una solución autoritaria: la dictadura del general Primo de Rivera (1923-1930).

Tras la caída de Primo de Rivera, la izquierda republicana y catalanista invirtió grandes esfuerzos para generar un frente unitario, bajo la figura de Francesc Macià. Así nació ERC, un partido que logró romper el abstencionismo obrero y consiguió un triunfo espectacular en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, que precederían a la proclamación de la Segunda República Española.

Segunda República Española

La proclamación de la República permitiría la instauración de la Generalidad de Cataluña y la aprobación del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1932, que a pesar de sus múltiples limitaciones, supuso la realidad de un autogobierno. La Generalitat republicana desarrollaría, gracias a la labor de sus dos presidentes, Francesc Macià (1931-1933) y Lluís Companys (1934-1939), una gran tarea[cita requerida], a pesar de la grave crisis económica, sus repercusiones sociales y las vicisitudes políticas del periodo, entre ellas su suspensión en 1934, con motivo de los incidentes acaecidos en Barcelona en octubre de dicho año.

En cuanto al movimiento obrero, destaca la crisis de la CNT con la escisión de los treinta y la formación del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) y del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC).

Cataluña durante la Guerra Civil

Tras la victoria electoral de las izquierdas en febrero de 1936, tuvo lugar en julio el fallido golpe de estado contra la República, que desembocaría en la guerra civil. La derrota de la rebelión militar en Cataluña supuso su incorporación al bando republicano. El desarrollo de la guerra en Cataluña se caracterizó en una primera fase por una situación de doble poder: el nominal de la Generalitat y el real de las milicias populares armadas y el Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña. Los enfrentamientos entre los partidos obreros fueron muy violentos y se saldaron con la derrota de la CNT-FAI y el POUM, sobre el cual el PSUC desató una fuerte represión. Esta situación se resolvería progresivamente a favor de la Generalitat, pero al mismo tiempo vería reducida su autonomía por el gobierno central. El esfuerzo bélico de la Generalitat[cita requerida] se concentró en dos frentes: Aragón y Mallorca, siendo la segunda un verdadero fracaso. El frente de Aragón resistió con firmeza hasta 1937, cuando la ocupación de Lérida y Balaguer lo desestabilizó.

Finalmente las tropas franquistas rompieron en dos el frente republicano al ocupar Vinaroz, lo que aisló a Cataluña del resto. La derrota de los ejércitos republicanos en la batalla del Ebro supuso la ocupación de Cataluña entre 1938 y 1939 por las tropas franquistas, que suprimieron la autonomía e instauraron un régimen dictatorial, que supondría fuertes estragos contra el catalanismo y la cultura catalana.

El franquismo

El franquismo (1939-1975) supuso en Cataluña, como en el resto de España, la anulación de las libertades democráticas, la prohibición y persecución de los partidos políticos, la clausura de la prensa no adscrita al régimen y la eliminación de las entidades izquierdistas. Además, se suprimieron el Estatuto de Autonomía y las instituciones de él derivadas, y se persiguió con sistematicidad la lengua y la cultura catalanas en muchas de sus manifestaciones públicas e incluso (en los primeros tiempos) privadas[cita requerida]. A pesar de ello y por ejemplo, durante este periodo se permitió la publicación de varios millares de libros, con una tirada total de millones de ejemplares. Cualquier signo de resistencia fue suprimido con energía, en los primeros años se multiplicaron los campos de concentración donde los detenidos vivían en condiciones precarias, las cárceles se llenaron a rebosar y miles de ciudadanos tuvieron que exiliarse.

Además, 4.000 catalanes fueron ejecutados[cita requerida] entre 1938 y 1953, entre ellos el presidente de la Generalitat Lluís Companys, por mantenerse fieles a la legalidad republicana.

Tras la primera etapa de economía autárquica, en la década de los años 1960 la economía entró en una etapa de modernización agrícola, de incremento de la industria y recibió el impacto del turismo de masas. Cataluña fue también una de las metas del movimiento migratorio, que dio a Barcelona y a las localidades de su entorno un crecimiento acelerado. También se desarrolló fuertemente la oposición antifranquista, cuyas manifestaciones más visibles en el movimiento obrero fueron Comisiones Obreras, desde el sindicalismo, y el PSUC.

En la década de los años 1970, el conjunto de fuerzas democráticas se unificaron alrededor de la Asamblea de Cataluña. El 20 de noviembre de 1975 falleció el Jefe del Estado Español Francisco Franco, hecho que abriría un nuevo período en la historia de Cataluña.

La Transición democrática

Con la muerte del general Franco, se inició el periodo conocido como transición democrática, a lo largo del cual se irían alcanzando las libertades básicas, consagradas por la Constitución española de 1978. En ella se reconoce la existencia de comunidades autónomas dentro de España, lo que da lugar a la formulación del Estado de las Autonomías.

Tras las primeras elecciones generales, en 1977, se restauró provisionalmente la Generalidad, gracias al impulso de la sociedad civil catalana (representada por la masiva manifestación que tuvo lugar en Barcelona el 11 de septiembre de ese año) y la iniciativa del Gobierno de Adolfo Suárez, apoyada por el Rey de España y las altas instancias del Estado. Al frente de la Generalidad restaurada se situó Josep Tarradellas, que había preservado la legalidad del autogobierno catalán como Presidente en el exilio, tras declarar su adhesión al Rey y al proceso de reforma política. Tarradellas constituyó un gobierno autónomo provisional compuesto por representantes de las fuerzas más relevantes en aquel momento.

En 1979, se aprobó finalmente un nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña, netamente superior al de 1932 en algunos aspectos como enseñanza y cultura, pero inferior en otros como justicia, finanzas y orden público. En él, Cataluña se define como “nacionalidad”, se reconoce el catalán como “lengua propia de Cataluña” y alcanza la oficialidad junto al castellano. Tras su promulgación, tuvieron lugar las primeras elecciones catalanas, que dieron la presidencia de la Generalitat a Jordi Pujol, de Convergència i Unió, cargo que ostentaría, tras seis triunfos electorales consecutivos, hasta el año 2003.

Desarrollo autonómico

A lo largo de los años 1980 y años 1990 se desarrollaron diferentes aspectos de la construcción autonómica, entre ellos el despliegue de la policía autonómica, los Mossos d'Esquadra, la creación de la administración comarcal y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. También se desarrolló la Ley de Normalización Lingüística, a fin de fomentar el conocimiento y el uso del catalán y se crearon la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió, los medios de comunicación, radio y televisión, de titularidad pública catalana.

El 5 de noviembre de 1992, España ratificó en Estrasburgo, la Carta europea de las lenguas regionales o minoritarias, por la que adquiere entre otros, el compromiso de reconocerlas, respetarlas y promoverlas.

En 1992 Barcelona celebró los Juegos Olímpicos, que sirvieron para dar a Cataluña y a España un reconocimiento internacional. A lo largo de la década de los años 1990, la ausencia de mayorías absolutas en el gobierno español apenas contribuyó a ampliar las competencias autonómicas, a pesar del apoyo de CiU al último gobierno de Felipe González (1993-1996) y al primero de José María Aznar (1996-2000).

Siglo XXI

Esta situación, el desgaste de CiU tras tantos años en el gobierno, y su apoyo a los últimos gobiernos de Aznar, condujo a que, en noviembre de 2003, los resultados de las elecciones autonómicas posibilitaran un cambio de partidos en el gobierno de la Generalitat. A pesar de no haber ganado las elecciones por número de escaños, Pasqual Maragall (PSC-PSOE) fue nombrado presidente, encabezando un gobierno de coalición formado por el PSC-PSOE-CpC, ERC y ICV-EUA, el Tripartito catalán.

El 16 de septiembre del 2005, la ICANN aprobó oficialmente el .cat, el primer dominio para una comunidad lingüística.

El tripartito resultó inestable políticamente, especialmente con el proyecto de reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña, lo cual se tradujo en un adelanto de la convocatoria de elecciones a noviembre de 2006, en las cuales CiU obtuvo mayor número de votos, aunque el tripartito continuó obteniendo suficiente apoyo como para poder formar gobierno del que José Montilla fue nombrado President. Montilla es el primer presidente de la Generalitat no nacido en Cataluña después de la Segunda República, siendo nativo de Iznájar, Córdoba.

Véase también

Referencias


Enlaces externos

Bibliografía

  • Andreu Varela, Gine Albadalejo, Antoni Bons, Lluís poudevila y Joan Ramon Varela (1991). Història de Catalunya (en catalán). Editorial Columna. ISBN 84-7809-075-4. 
  • Anna Alonso Tejada y Alexandre Grimal (2007). L´Art Rupestre del Cogul. Primeres imatges humanes a Catalunya (en catalán). Pagès Editors. ISBN 978-84-9779-593-7. 
  • Montserrat Llorens, Rosa Ortega y Joan Roig (1993). Història de Catalunya (en catalán). Editorial Vicens Vives. ISBN 84-316-2624-0. 
  • Pierre Vilar (director) (1987). Història de Catalunya (en catalán). Edicions 62. ISBN 84-297-2601-2. 
  • Toni Soler (1998). Història de Catalunya (modèstia a part) (en catalán). Editorial Columna. ISBN 84-8300-522-0. 
  • VV.AA., El llibre d'or de Catalunya. Editado por El Periódico de Catalunya, Barcelona, 1996. Depósito legal: B 33160-1996.