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Krum

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Krum
Kan de Bulgaria

Estatua de Krum cerca de la antigua ciudad búlgara de Misionis (provincia de Targovishte).
Reinado
803814
Predecesor Kardam
Sucesor Omurtag
Información personal
Nacimiento Siglo VIII
Fallecimiento 13 de abril de 814
Pliska, Bulgaria
Familia
Dinastía Krum
Padre Toktu
Consorte Desconocida
Hijos Omurtag
Budim

Krum (en búlgaro: Крум) (Siglo VIII - 13 de abril de 814), gobernó Bulgaria después del kan Kardam, fundando una nueva dinastía. Reinó entre el año 803 hasta su fallecimiento.[1]​ Hay dos hipótesis principales sobre su origen; la primera presume que su familia procedía de los protobúlgaros panónicos, la segunda dice que nació en Macedonia. Fue el primer gobernante que llevó el título de Kana subigi (Gran Kan).

Las descripciones de historiadores bizantinos hicieron que adquiriera una reputación de crueldad y barbarie. Sin embargo, posteriormente, se convirtió en realce de sabiduría. Krum fue uno de los más grandes monarcas medievales búlgaros. Durante su gobierno Bulgaria reforzó su posición en los Balcanes y en Europa, gracias a sus numerosas victorias en el campo de batalla. Krum comenzó a involucrar a los eslavos en el poder, aprobando las primeras leyes en el estado búlgaro[2]​ y comenzó la reforma administrativa.[3]

Orígenes familiares

Hay dos hipótesis sobre el origen de la familia de Krum. Según la primera, su familia habría venido de Panonia, donde había estado al servicio de los ávaros,[4]​ según la segunda, y más popular, Krum nació en Macedonia.[4]​ Su padre Toktu era miembro de una familia noble protobúlgara que incluso se convirtió en gobernante de Bulgaria entre 766 y 767. Lo más probable es que perteneciera a la rama de Dulo que se estableció en Macedonia, encabezada por Kuber y formando un estado búlgaro con una importante influencia eslava.[5][4]

Ascensión al trono y establecimiento de nuevas fronteras

Entrada a la fortaleza de Pliska, capital del kan Krum.

Krum ascendió al trono después de 796, pero antes de 803. Alrededor de 805, los ávaros fueron derrotados por los francos bajo el emperador Carlomagno.[6]

En 803 las tierras desde los bosques vieneses hasta el Tisza estaban sometidas al emperador franco. Las vastas tierras entre el río Tisza, los Cárpatos y el río Dniéster, junto con la actual Transilvania, quedaron bajo el control de Krum después de una batalla contra los ávaros. Se sabe que el conflicto se prolongó hasta el año 807, al mismo tiempo, es probable que Krum tomara las tierras del viejo estado búlgaro que fue fundado por el kan Asparukh y se declaró jefe supremo de Pliska. De esta manera se convirtió en el líder de un país poderoso que iba desde Tracia hasta los Cárpatos meridionales y del Dniéster con el Tisza que se extendían entre el Imperio Bizantino y el Imperio Franco. [nota 1]

Guerra con Bizancio

Conflicto con Nicéforo I

Los movimientos enérgicos del kan de los búlgaros comenzaron a preocupar a sus vecinos del sur. En el año 807 el emperador bizantino Nicéforo I comandó una expedición contra los búlgaros.[7][8]​ A mitad de camino (cerca de Adrianópolis) se vio obligado a volver, porque se enteró de una conspiración en su capital.[9]​ En respuesta hacia los movimientos del emperador, Krum dio ayuda a los rebeldes eslavos, los habitantes del valle del río Estrimón, destruyeron la unidad enviada en ayuda de los bizantinos y unieron su territorio a los dominios de Krum.[10]

En 809 Krum puso sitio a Serdica (Sofía), a pesar de las impresionantes fortificaciones y de la numerosa guarnición, corrió hacia el centro de la ciudad un grupo que masacró a varios defensores y civiles que no querían rendirse. Muchos oficiales bizantinos, entre ellos un ingeniero árabe llamado Eumathius, se rindieron ante los búlgaros. Serdica fue tomada por Krum, la fortaleza fue arrasada y la guarnición masacrada.[11]​ El triunfo de Krum se vio ensombrecido por la expedición en represalia del emperador Nicéforo, cuyo ejército marchaba agotadoramente a través del territorio búlgaro llegando a su capital en Pliska y, al parecer, tomándola.[12]​ Este hecho fue descrito por el emperador en una carta de triunfo que envió a Constantinopla. A pesar de esto, el historiador bizantino y un testigo de esos tiempos, Teófanes el Confesor, niega que se consiguiese la toma de la capital búlgara durante la expedición que se llevó a cabo. En el camino de regreso el ejército bizantino se detuvo en Serdica, donde el emperador ordenó a los soldados que la reconstruyeran. La guarnición de la fortaleza fue establecida en Asia, después de que el ejército imperial regresara victorioso a Constantinopla.[13]

Krum reúne a su pueblo.[13]

A pesar de que terminó la reconstrucción de la destruida fortaleza, la campaña de 809 no eliminó el peligro de los búlgaros en el extremo norte del imperio. Durante esta campaña, el emperador no pudo tener un enfrentamiento directo con el ejército del kan, por lo que el poder búlgaro permaneció intacto.[4]​ Reconstruir Serdica y llenarla con una nueva guarnición no contribuyeron a la restauración del dominio bizantino sobre la ciudad y el valle del río Estrimón. Se sabe que a partir del año 809 una parte del territorio estuvo incluido en el estado búlgaro. La destrucción de la ciudad por las tropas de Krum hace entender que, inicialmente, el kan no tenía intención de incorporarla a sus dominios y que sólo quería eliminar uno de los bastiones más fuertes de defensa en la frontera bizantina. Sin embargo, poco después de la reconstrucción de Serdica, el kan recuperó el control del territorio, y cambió el nombre de la ciudad por Sredets. El nuevo nombre se mantuvo hasta el año 1376, derivado de la palabra eslava «centro» (en búlgaro «medio»), evidenciando que la intención del kan era la de unir las tierras habitadas por sus vecinos eslavos del sur a su país, ya que la anexión dejaba a la ciudad de Sredets geográficamente en el centro.

Al darse cuenta de que la única opción para detener el expansionismo del kan en la región de Macedonia y recuperar el control sobre el territorio perdido ante el estado búlgaro, sería destruir al reino búlgaro o, al menos, debilitar su poder, y en mayo de 811, el emperador Nicéforo y su hijo Estauracio hicieron otra campaña en el territorio búlgaro.[14]

A finales de junio de 811 el gran ejército bizantino acampó en las inmediaciones de la ciudad fronteriza de Marcelae y las tropas permanecieron en el lugar no menos de quince días. Krum entonces solicitó la paz, dispuesto a ceder en casi todo. Sin embargo, para, de una vez por todas, poner fin a la amenaza búlgara, Nicéforo cruzó la frontera con un poderoso ejército marchando contra Pliska sin hacer caso de la oferta de paz hecha por el kan.[15][8]​ Su ejército logró evitar las emboscadas búlgaras en los montes Balcanes y derrotó a un ejército enemigo de 12.000 hombres que trató de detener su avance en Moesia.[16]​ La guarnición búlgara de unos 13.000 hombres fue arrollada y sucumbió hasta el último hombre. Otro destacamento (aproximadamente 50.000), que el kan envió en socorro fue, del mismo modo, neutralizado ante los muros de la capital búlgara.[17][18]

Batalla de Pliska, 811.

El 20 de julio entró el ejército en la capital, donde los soldados tuvieron libertad para saquear lo que hubiera en la ciudad y la región próxima, incluidas las cavas privadas de Krum y los boyardos de la corte búlgara.[19][20]​ Después el palacio real y la mayor parte de la ciudad fueron incendiadas de forma premeditada. El tesoro del kan pudo encontrarse y se repartió raudo entre los soldados y oficiales, aunque una parte importante pasó a las arcas del Tesoro imperial.[21]​ El emperador volvió a perpetrar sanguinarias matanzas en la ciudad de Pliska: entre otras cosas, «ordenó llevarse a los niños pequeños, atarlos sobre la tierra y hacer pasar sobre ellos piedras de moler grano para triturarlos.» Durante su estancia en la capital del kan, éste hizo una segunda oferta de paz al emperador bizantino: «Observa, tu has triunfado. Toma aquello que desees y marcha en paz». Nicéforo no se dignó contestar. El ejército imperial saqueó toda Pliska, los soldados mataron al ganado, quemaron las aldeas y destruyeron las reservas de alimentos.[22]​ Nicéforo decidido a acabar de una vez para siempre con el reino búlgaro, persiguió al kan que había huido con su gente a las montañas.[12]​ La marcha era, por ende, muy lenta. En ningún momento se encontraba resistencia seria. Se alcanzó la cordillera balcánica y, sin muchas precauciones, las tropas se introdujeron en un amplio valle en torno al tramo inicial de uno de los ríos que se originan allí; tal vez el correspondiente al que ahora se conoce con el nombre de «Tica». El kan no había permanecido inactivo. De hecho todo apunta a que tenía la ventaja de una buena información y recursos económicos importantes. Al parecer sabía de antemano cuáles eran los objetivos del emperador. Después supo mantener vigías que siguieron con precisión los movimientos de la parte más importante del ejército bizantino y consiguió que las noticias le llegaran casi sobre el momento. Con oro y promesas obtuvo también el apoyo de un número muy importante de mercenarios ávaros y eslavos.[nota 2][12]

El kan Krum recibe la cabeza del emperador bizantino Nicéforo I.

La información de Nicéforo y sus comandantes, casi seguro, representaba el extremo opuesto. Estaban convencidos de haber aniquilado la mayor parte de las huestes del kan y suponían a éste huyendo hacia el norte para no ser capturado. También suponían a la población búlgara completamente asustada e inerme. Hacia el 23 de julio, el ejército bizantino ocupó el centro de la cuenca del Tica y a buen seguro se desplegó para comenzar el saqueo y destrucción de granjas y pueblos en donde abundaba el agua, la caza, los pastos y el ganado. Al día siguiente, los mandos imperiales recibieron la noticia de que la salida sur y norte del territorio estaban bloqueadas por unas descomunales empalizadas con foso.[24]​ Las alturas estaban ocupadas por guerreros que se dejaban ver y cuyo número seguramente aumentaba a cada hora que pasaba.

Entrando en pánico el emperador declaró en repetidas ocasiones a sus compañeros «Incluso si tuviéramos alas, ninguno de nosotros podría escapar a la muerte...».[25]​ En la madrugada del 26 de julio los bizantinos se vieron atrapados por empalizadas al frente y en la retaguardia el paso Varbitsa. Nicéforo fue asesinado en la batalla junto con muchas de sus tropas,[8]​ era el primer emperador en morir en el campo de batalla en más de quinientos años,[1]​ mientras que su hijo Estauracio fue salvado por la Guardia imperial, que le retiró del campo de batalla, después de recibir una herida paralizante en el cuello.[26]​ Krum ejerció la máxima ostentación de su triunfo.[25][27]​ El cuerpo de Nicéforo fue empalado y expuesto durante días, ante búlgaros y cautivos. Después seccionaron la cabeza, y la calota descarnada se cubrió de plata para confeccionar una copa[nota 3]​con la que,[1]​ se dice, el kan brindaba a la salud de sus boyardos y los líderes eslavos en los banquetes. Esto aumentó la reputación de su brutalidad, y junto con sus invasiones posteriores y saqueos de los territorios bizantinos, le valieron el sobrenombre de «Nuevo Senaquerib».

El kan Krum celebra con una copa de cráneo, hecha de la cabeza del emperador Nicéforo I, después de la victoria en la batalla de Pliska.[28]

Conflicto con Miguel I Rangabé

Estauracio se vio obligado a abdicar después de un breve reinado (murió de sus heridas en 812), y fue sucedido por su cuñado Miguel I Rangabé. En 812 Krum invadió la Tracia bizantina, tomando Develt y asustando a la población de las fortalezas cercanas a huir hacia Constantinopla. Desde esta posición de fuerza, Krum ofreció un retorno a la paz de 716. No dispuestos a comprometer su régimen por la debilidad, el nuevo emperador Miguel se negó a aceptar la propuesta, aparentemente se oponían a la cláusula de intercambio de desertores. Para aplicar más presión sobre el emperador, Krum asedió y capturó Mesembria (Nesebar)[29]​ en el otoño de 812.

Batalla de Versinikia.

En febrero de 813 los búlgaros atacaron Tracia, pero fueron repelidos por las fuerzas del emperador. Animado por este éxito, Miguel llamó a las tropas de todo el imperio y se dirigieron al norte, con la esperanza de una victoria decisiva.[30]​ Krum condujo a su ejército al sur, hacia Adrianópolis y acamparon cerca de Versinikia.[31]​ Miguel alineó a su ejército contra los búlgaros, pero ninguna de las partes inició un ataque por dos semanas. Finalmente, el 21 de junio de 813,[32]​ los bizantinos atacaron pero fueron rechazados, e inmediatamente se dieron a la fuga. Con la caballería de Krum en su persecución, la derrota de Miguel fue completa y Krum avanzaba en Constantinopla, que asediaba por tierra. Desacreditado, Miguel se vio obligado a abdicar y convertirse en monje,[33]​ fue el tercer emperador bizantino eliminado por Krum en dos años.

Conflicto con León V el Armenio

El nuevo emperador León V el Armenio se ofreció a negociar, y organizó una reunión con Krum. Cuando Krum llegó a la cita, fue emboscado por los arqueros bizantinos y fue herido mientras escapaba. Furioso, Krum asoló los alrededores de Constantinopla y regreso a su hogar, capturando en el camino Adrianópolis y llevándose a sus habitantes (incluyendo a los padres del futuro emperador Basilio I) a través del río Danubio. A pesar de la llegada del invierno, Krum aprovechó el buen tiempo para enviar una fuerza de 30.000 hombres a Tracia, que capturaron Arcadiopolis (Lüleburgaz) y llevándose a unos 50.000 cautivos a las tierras búlgaras en el Danubio.[34]​ El saqueo de Tracia enriqueció a Krum y a su aristocracia, y permitió el uso de los elementos arquitectónicos saqueados de las ciudades en la reconstrucción de Pliska; también se dedicaron a reconstruir la ciudad los artesanos deportados. [4]

Muerte

Krum pasó el invierno preparándose para un gran ataque contra Constantinopla, un rumor puso en alerta a la población de la capital de que Krum traía un amplio equipo de sitio (torres de asedio, catapultas gigantes, arietes y escaleras), que estaba siendo transportado en 5.000 carretas. Sin embargo, antes de partir, el kan murió sorpresivamente.[35]​ La verdadera causa de su fallecimiento es desconocida hasta el día de hoy. Cronistas bizantinos escribieron que Krum había llegado a la «Mano de Dios por los muchos pecados que había cometido contra los romanos.» Según una hipótesis, tuvo un ataque al corazón, y de acuerdo con otra, fue asesinado por sus propios boyardos, incluso otra habla de un vómito de sangre.[36]​ Le sucedido su hijo Omurtag.[36]

Legado

Estatua de Krum en Plovdiv.
Bulgaria durante el reinado del kan Krum.      Bulgaria alrededor de 803      Expansión territorial de Bulgaria      Imperio bizantino

El corto reinado del kan Krum fue uno de los períodos de gloria en la historia búlgara. Medio siglo antes de su reinado, el país estaba envuelto en constantes guerras civiles, batallas perdidas con los bizantinos, que a menudo repercutían en los asuntos internos del estado búlgaro. Parecía que el estado eslavo y búlgaro establecido por el kan Asparukh y el Imperio Búlgaro desaparecería de las páginas de la historia. A través del poder político de Krum, Bulgaria fue restaurada, y convirtió a su país en una respetada potencia. El territorio búlgaro había aumentado diez veces su tamaño en los últimos años, estrechando al Imperio Bizantino hasta sus cimientos. Junto con el Imperio de Carlomagno y el Imperio Bizantino, Bulgaria fue en ese momento, el tercer estado con gran poder político y territorial en Europa.[4]

Krum es también conocido por las primeras leyes escritas de Bulgaria,[5]​ en las cuales podemos ver uno de los primeros ejemplos de política social: aseguraban subsidios a los mendigos y proporcionaban protección frente a la pobreza a todos los búlgaros. Gracias a estas leyes, Krum es recordado como un monarca magnánimo, que reunió a eslavos y búlgaros en un estado centralizado. Bajo su mandato se castigó severamente la embriaguez, la calumnia y el robo. Sus logros hallaron eco en la literatura europea, tanto en la obra de Montaigne como en la de Rabelais, quien describe el estado de Krum como un país donde no existían la traición, la calumnia ni el robo. [4]

Véase también

Notas y referencias

Notas
  1. «Karlus imperator moritur ad Aquis 5. Kal. Febr. die sabbati anno dominicae incarnationis 814., indictione 3, et regnavit Hlodoveus filius eius pro eo. Eo anno placitum suum cum Francis imperator Hludowihus habuit Kalendis Augusti mensi, et legati Graecorum auxilium petebant ab eo contra Bulgaros».
    «El Emperador Carlos [Carlomagno] murió en Aquisgrán el día 5 de las calendas de febrero, en el año 814 de la encarnación del Señor, en la tercera indicción y reinó en su lugar su hijo Hlodoveus [Ludovico Pío]. Ese mismo año, [Krum] agradó al emperador de los francos Hludowihus [Ludovico] y los legados de los griegos le pidieron ayuda contra los búlgaros».
    De los Annales Laurissenses minores, s. an. 814
  2. «La necesidad de contratar a grupos de ávaros, un pueblo asentado al norte del Danubio, y eslavos, sugiere que los primeros enfrentamientos habían infligido graves pérdidas a los búlgaros. Aunque es normal preguntarse si el número fue tan grande como los entre 12 000 y 50 000 mencionados más arriba, y aunque esas cifras, por lo general, están infladas, es evidente que las fuerzas de Krum fueron diezmadas. El uso del término “sklavinias” es de interés para la discusión de la “eslavización” de los búlgaros túrquicos, y también para aquellos fascinados por los patrones de asentamiento eslavo. También es utilizado en Teófanes de forma similar en contextos anteriores.»[23]
  3. «Otras fuentes nos ofrecen una versión mucho más florida de la desaparición de Nicéforo, con su cabeza convertida en una copa y servida a Krum. Este relato legendario presumiblemente se propagó rápidamente, y se basa en las menciones de Heródoto a dicha práctica de los escitas. Que surge a menudo más tarde, por ejemplo, en los detalles de la muerte del príncipe Sviatoslav I de Kiev, capturado y decapitado por pechenegos escitas.»[23]
Referencias
  1. a b c Crampton, 2007, p. 24
  2. Fine, 1991, p. 100
  3. Летопись Феофана Исповедника/Летопись византийца Феофана. [Las fuentes escritas sobre la historia de Tierra Santa/Crónica de Teófanes bizantino] (en búlgaro).
  4. a b c d e f g Fine, 1991, pp. 94-105
  5. a b Marín, 2000, p. 130
  6. Zlatarski, 1970
  7. Teófanes el Confesor, 1982, p. 163
  8. a b c Maier, 2002, p. 103
  9. Teófanes el Confesor, 810-815, pp. 482-484
  10. Teófanes el Confesor, 810-815, pp. 484-486
  11. Teófanes el Confesor, 810-815, p. 485
  12. a b c Norwich, 1991
  13. a b Миниатюра от българския превод на Манасиевата хроника, XIV век [Miniatura de la traducción al búlgaro de la Crónica de Manasés, siglo XIV].
  14. Anonymus Vaticanus, p.148
  15. Kleiner, 1997, p. 46
  16. Crónica de Miguel el Sirio, p.17
  17. Anonymus Vaticanus, p.148-149
  18. Легенда о молодце Мавруде [La leyenda del héroe Mavrud] (en búlgaro).
  19. Juan Zonaras. Epistome historiatus, p.372-373
  20. Jorge el Monje. Chroniconq, p.774
  21. Anastasio el Bibliotecario. Chronographia tripertita, p.329
  22. Anonymus Vaticanus, p.150
  23. a b Stephenson, Paul (2003). «CHRONICLE OF 811». Consultado el 13 de marzo de 2011. «Ed. I. Dujcev, Travaux et Mémoires 1 (1965), 205-54 at 210-16.» 
  24. Teófanes el Confesor, 810-815, p. 430
  25. a b Teófanes el Confesor, 810-815, pp. 489-492
  26. Anonymus Vaticanus, p.153
  27. Juan Zonaras. Epistome historiatus, p.373
  28. Miniatura de la crónica de Juan Skylitzes, siglo XII.
  29. Fine, 1991, p. 98
  30. Fine, 1991, p. 94
  31. Skylitzes, 2010, p. 5
  32. Freely, 2010, pp. 122-123
  33. Freely, 2010, p. 123
  34. Jorge el Monje, Chronicon, col. 981
  35. Treadgold, 2001, p. 157
  36. a b Ostrogorsky, 1984, p. 208

Bibliografía

  • Andreev, Jordan; Lazarov, Ivan; Pavlov, Plamen (1999). Кой кой е в средновековна България [Quién es quién en la Bulgaria medieval] (en búlgaro). Sofía. 
  • Iman, Bahši (1997). Džagfar Tarihy (vol. III). Orenburg. 
  • Kleiner, Blasius (1997). Archivium tripartitum inclytae provinciae bulgariae. Edición ilustrada. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. p. 222. ISBN 8400076907. Consultado el 10 de septiembre de 2010.  Parámetro desconocido |editor-nombre= ignorado (se sugiere |nombre-editor=) (ayuda); Parámetro desconocido |editor-apellido= ignorado (se sugiere |apellido-editor=) (ayuda)
  • Maier, Franz Georg (2002). Bizancio (7ª, ilustrada, reimpresa edición). Madrid: Siglo XXI de España Editores. p. 422. ISBN 9788432301582. Consultado el 28 de enero de 2011. «1ª edición en alemán 1973».  La versión en web dispone únicamente de visualización parcial.
  • Miguel el Sirio (1905). «t. III». En J.–B. Chabot, ed. Crónica de Miguel el Sirio (en francés). París: J.–B. Chabot. p. 17. «Miguel el Sirio, patriarca de los Sirios Jacobitas». 
  • Norwich, John J. (1991). Byzantium: The Apogee [Bizancio: El Apogeo] (en inglés). Alfred A. Knopf, Inc. ISBN 0-394-53779-3. 
  • Treadgold, Warren (2001). Breve historia de Bizancio. Paidós. p. 320. Consultado el 10 de septiembre de 2010.  Parámetro desconocido |issbn= ignorado (ayuda)
  • Zlatarski, Vasil (1970). [Historia del Estado Búlgaro en la Edad Media, partes I y II] |título-trad= requiere |título= (ayuda) (en búlgaro). Sofía: Ciencia y Arte. pp. 321-376. 

Enlaces externos


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