Diferencia entre revisiones de «Comechingones»

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== Singularidad fonológica ==
== Singularidad fonológica ==
Un curioso aporte han dejado los "comechingones": la llamada «tonada» cordobesa (de Córdoba argentina) o «cantito» que se caracteriza por la extensión como canturreada de las vocales, esta ''tonada'' o acento del castellano hablado en la Córdoba argentina, a inicios de siglo XXI se encuentra principalmente, muy marcado en las zonas montañosas, aunque es frecuente en la mayor parte de las provincias de Córdoba y San Luis.

Tal tonada o "cantito" o ''curva tonal'' se puede ejemplificar fonológicamente del siguiente modo: Si un hablante de Madrid (España) pronuncia la palabra "tráemelo" de modo que se desglosa en 3 sílabas: [''tráe''-''me''-''lo''], un hablante con curva tonal cordobesa (de la Córdoba argentina) pronuncia la misma palabra en cuatro sílabas del siguiente modo: [''tra''-é-''me:''-''ló''] (los dos puntos tras la "e" acentuada significan el alargamiento de dicha vocal).

Antonio Tovar menciona cinco [[dialecto]]s del idioma "comechingón": ''main'', ''yuya'', ''mundema'' (o "indama"), ''kama'' y ''umba'' aunque en la actualidad no se pueden dar precisiones sobre la distribución de tales dialectos.
Antonio Tovar menciona cinco [[dialecto]]s del idioma "comechingón": ''main'', ''yuya'', ''mundema'' (o "indama"), ''kama'' y ''umba'' aunque en la actualidad no se pueden dar precisiones sobre la distribución de tales dialectos.



Revisión del 16:04 9 mar 2010

Distribución aproximada de lenguas en el extremo meridional de Sudamérica en tiempos de la Conquista.

Comechingón es la denominación vulgar con la cual se alude a una antigua etnia originaria de la República Argentina que a la llegada de los realistas españoles en el siglo XVI habitaba las Sierras Pampeanas de las actuales provincias de Córdoba y San Luis.

Denominación

Los comechingones se autodenominaban hênîa-al norte- y kâmîare-al sur-, (los dos grupos principales) subdivididos en aproximadamente una decena de parcialidades.

El apelativo «comechingón» parece ser la deformación de una palabra peyorativa que les daba la etnia salavinón -o sanavirona- que hacia el siglo XV, procedente del interfluvio río Dulce-río Salado (actual Provincia de Santiago del Estero), invadía los territorios ancestrales de los henîa-kamiare. Los sanavirones los llamaban «kamichingan», que en idioma salavirón parece haber significado 'vizcacha' o 'habitante de cuevas', esto debido al tipo de vivienda semisubterránea de los henia-kamiare.[cita requerida]

Sin embargo según la crónica del conquistador español Jerónimo Bibar, escrita en 1558, el apodo les fue dado directamente por los españoles al escuchar el grito de guerra de los henîa: "¡Kom-chingôn!", según Bibar este grito se traduciría por "muerte-a-ellos" (a los invasores). Es probable que los sanavirones "entendieran" y "tradujeran" con mofa tal clamor de guerra de sus enemigos con la palabra "kámichingan".

Cultura

La cultura comechingona poseía indudables influjos de procedencia andina, practicando la industria textil con lanas de auquénidos, cestería, metalurgia y cerámica o coroplastia medianamente elaborada. Eran sedentarios, cazadores-recolectores (en especial de bayas de algarrobo criollo y otros frutos: molle, piquillín, chañar y "coco" -de la palmera caranday-) así como horticultores de papas -patatas-, maíz, zapallo, porotos, quínoa), eran también poseedores de una incipiente ganadería y avicultura al poseer grandes rebaños de llamas y críar gallináceas como las pavas de monte, aunque su dieta en parte provenía de la caza.

Muchos antropólogos tienden a considerar a los hênia-kamiare como un conjunto muy diferenciado del grupo huárpido. Dos rasgos de los comechingones que más han llamado la atención son su aspecto caucasoide (los varones eran barbudos ya en la pubertad), sus tallas relativamente elevadas para su época (aproximadamente 1,71 cm en los varones), y la existencia de una frecuencia de quizás el 10% de individuos de ojos verdosos.
Aunque los estudios revelan un predominio huárpido (al parecer el más antiguo), en la etnogénesis de este pueblo, a lo largo de miles de años, influyeron también linajes pámpidos, ándidos e incluso amazónidos, esto se explica por la ubicación geográfica de su territorio, que era la encrucijada de las diversas corrientes poblacionales prehistóricas del territorio que hoy es Argentina.

El otro rasgo llamativo fue el de sus viviendas: casas de piedra, colectivas y semisubterráneas para soportar mejor los fríos (hasta las caídas de nieve) del invierno meridional.

A 75 km al noroeste de la ciudad de Río Cuarto se encuentra el pueblo de Alpa Corral, alpa en lengua "comechingona" significa piedra, es decir:Corral de Piedras, donde se aprecia en sus sierras las divisiones territoriales de estos habitantes hechas con piedras y que se denominan pircas. En este pueblo se encontraron los restos de un comechingón que murió a orillas del río, como también se puede visitar la Cueva del Toro Barroso donde se aprecian las pinturas rupestres de estos aborígenes.

Es de tener muy en cuenta que los hênia-kamiare o "comechingones" poseían su propio idioma, aunque actualmente en el territorio que habitaban abunda la toponimia en runa sini o quechua; esto debido a que los conquistadores españoles desde el s XVI impusieron el runa sini (dialectizado) como "lengua general" para comunicarse con las muy diversas etnias aborígenes ubicadas en el Cuyo, Córdoba, Santiago el Estero, y Noroeste Argentino.

Poco se sabe de sus cultos, las crónicas relatan que "adoraban" particularmente a la luna y que quizás por este motivo es que preferían combatir de noche, lo evidente es que poseían varios centros cultuales o santuarios en los cuales se congregaban, de tales centros cultuales los actualmente conocidos son sitios caracterizados de la geografía: cerros elevados, manantiales de aguas limpias, grutas y "quebradas" en las cuales se apreciaban de un modo especial los astros. Entre sus cerámicas llaman la atención las "toscas" estatuillas que representan a mujeres y varones, tales estatuillas tienen un aspecto muy estilizado, sin embargo se descubre su "sexo" al estar destacadas las partes que representan a los genitales, otra característica de muchas de las estatuillas: el resaltado de los glúteos, ha dado lugar a un equívoco: el suponer que la esteatopigia era común entre los henia-kamiare, sin embargo la existencia de esteatopigia ha sido infrecuente o rara en esta población; la explicación es otra, del ámbito simbólico: el resaltado en la representación de genitales y nalgas en las estatuillas muy probablemente se ha debido a una práctica de "magia simpática" relacionada a los cultos de fertilidad.

Organización social

Como otros pueblos prehispánicos del actual territorio argentino, en el siglo XVI los "comechingones" se hallaban organizados en jefaturas y (debido a la acumulación económica y de poder) en señoríos: hacia el 1.100 a.C el ámbito "comechingón" se encontraba habitado por comunidades productoras de moderados excedentes alimentarios, estas comunidades se asentaron en las zonas más fértiles y menos frías, es decir, principalmente en el fondo de los valles. Los cultivos solían ubicarse en tales sitios mientras que la cría de llamas implicaba una pastoricia hacia regiones más elevadas. Pese a la constitución de un completo modo de producción agrícola, los "comechingones" mantuvieron siempre paralela y complementariamente un modo de producción cazador-recolector. Esto y los accidentes de terreno significaron que hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI los "comechingones" poseyeran una mayor fragmentación política que las etnias de las llanuras, lo cual facilitó la tardía aunque veloz invasión sanavirona. Si tal fragmentación política de señoríos y cacicazgos en pequeños territorios facilitó la expansión invasiva de los sanavirones, mucho más facilitó la conquista española que estableció una "pax hispánica".

Etnogénesis

Quizás los hênia-kamiare remonten sus orígenes a la cultura Ayampitín milenaria (al menos existente desde el 6000 a.C) cultura arqueológica que ha dejado rastros hasta en Tarija, pero, por el momento (diciembre de 2006) no existen datos que permitan decir con certeza plena que la cultura Ayampitín (nombre de un sitio del noroeste cordobés) sea correspondiente de un modo absoluto a un "momento formativo" de la etnia de los hênia y kamiare o "comechingones".

Casi con certeza la llamada Cultura Ongamira surgida hacia el 4600 a. C. es precedente directo de la cultura comechingón, aunque recién se puede hablar de una cultura comechingón en el período que va del 500 al 1600 d.C diluyéndose esta cultura con la criolla-española tras el s XVI (uno de los últimos asentamientos con una cultura "comechingona" típica se ubicó en la localidad de Nono hasta el 1750, tras 1600 corresponde hablar de una cultura "comechingón"-española.

Otros rasgos culturales: vestimentas y adornos

Las ropas de los hênîa-kâmîare evidencian el influjo ándido: vestían poncho, chiripá y ojotas, durante los inviernos añadían a su ropaje "chalecos" de lana y prendas de cuero. Los varones solían adornarse con pequeñas placas alargadas y chatas de metal (cobre, plata y oro) llamadas "chákiras" que pendían de sus cabelleras. Las mujeres se perfumaban con el jugo de un fruto al que llamaban suico y se exornaban con caracolas pintadas.

La conquista española

Casi sin lugar a dudas, con la llegada de los conquistadores, tal cual les sucediera a casi todas las etnias americanas precolombinas, gran parte de la población pereció a causa de las epidemias contra las cuales aún carecían de inmunidad (especialmente la viruela, el sarampión y ciertos tipos de gripe), esto facilitó en gran medida la conquista española, por otra parte las similitudes fisiotípicas hicieron que los sobrevivientes se confundieran con bastante facilidad con los europeos y formaran parte de la nueva población criolla. Aún a inicios de s XIX vivían en zonas, para entonces, apartadas de las sierras familias (como las de los Tulián y Guayán) que se reconocían descendientes de los hênîa y los kâmîare, para entonces gran parte de las familias del conjunto hênia estaban mixogenizadas con sanavirones (o salavinones) y con españoles.

Olayón fue un cacique principal comechingón, famoso por su bravura que vivió en la zona de Cruz del Eje, Córdoba, por 1590-1620. Murió en combate, luchando contra las injusticias de los españoles, en duelo singular con el capitán Tristán de Allende, a quien logró dar muerte.

Singularidad fonológica

Un curioso aporte han dejado los "comechingones": la llamada «tonada» cordobesa (de Córdoba argentina) o «cantito» que se caracteriza por la extensión como canturreada de las vocales, esta tonada o acento del castellano hablado en la Córdoba argentina, a inicios de siglo XXI se encuentra principalmente, muy marcado en las zonas montañosas, aunque es frecuente en la mayor parte de las provincias de Córdoba y San Luis.

Tal tonada o "cantito" o curva tonal se puede ejemplificar fonológicamente del siguiente modo: Si un hablante de Madrid (España) pronuncia la palabra "tráemelo" de modo que se desglosa en 3 sílabas: [tráe-me-lo], un hablante con curva tonal cordobesa (de la Córdoba argentina) pronuncia la misma palabra en cuatro sílabas del siguiente modo: [tra-é-me:-] (los dos puntos tras la "e" acentuada significan el alargamiento de dicha vocal).

Antonio Tovar menciona cinco dialectos del idioma "comechingón": main, yuya, mundema (o "indama"), kama y umba aunque en la actualidad no se pueden dar precisiones sobre la distribución de tales dialectos.

  • Nota:* en Cerro Colorado, Ongamira, Quebrada de la Luna y en el sítio santiagueño de Para Yacu se mezclan tardíamente (hacia fines del s XV e inicios del s XVI) los elementos culturales comechingones con los sanavirones.

Enlaces externos y referencias