Diferencia entre revisiones de «Jaca»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
m Revertidos los cambios de 84.78.167.64 (disc.) a la última edición de Franxo
Línea 30: Línea 30:


== Situación ==
== Situación ==
Jaca es la capital de la comarca de [[La Jacetania]]. A unos 70 kilómetros de Huesca. Está situada al norte de la provincia, en el [[Valle del Aragón]],en una depresión denominada La Canal de Berdún, a 820 metros de altitud, a la sombra de la [[Peña Oroel]], en el [[Pirineo]] central, lo que la convierte en uno de los mejores lugares para practicar los [[deportes de invierno]] en España.
Ciudad septentrional de la prov. de Huesca, situada en la depresión longitudinal que se abre entre las sierras interiores y exteriores del Pirineo y que en parte recorre el río Aragón Buscar voz.... Se trata del único gran valle paralelo al eje de la cadena pirenaica y al que vierten todos los valles transversales del occidente pirenaico aragonés, separados entre sí por elevadas barreras montañosas; este dispositivo orográfico constituye el primer factor favorable de situación para la Canal de Berdún Buscar voz... y la Val Ancha Buscar voz..., que ponen en comunicación los valles de Canfranc, Aísa, Echo, Ansó, etc. La prolongación de este eje longitudinal, paralelo al Pirineo, desde la Cuenca de Pamplona, al oeste, hasta la «Conca de Tremp», al este, facilita las comunicaciones de mayor alcance entre Navarra y Cataluña a través del norte aragonés: carretera nacional y futura autovía Pamplona-Jaca-Sabiñánigo-Huesca-Barbastro-Lérida.

Por otra parte, el trazado de los valles de los ríos Aragón y Gállego Buscar voz... en forma de bayoneta pero apuntando de norte a sur ha organizado la circulación entre las tierras francesas ultrapirenaicas y el valle del Ebro desde tiempos inmemoriales partiendo de los puertos de Somport Buscar voz... y del Portalet Buscar voz..., dos de los collados más bajos y accesibles. Así la calzada romana que unía Olorón y Zaragoza pasaba por el Somport y el alto valle del Aragón; y la ruta jacobea Buscar voz..., la carretera nacional y el ferrocarril de Canfranc Buscar voz... han aprovechado parecido trazado.

La situación de Jaca en un estratégico nudo de comunicaciones se ve potenciada por el hecho de encontrarse en el contacto de dos economías diferenciadas: la silvopastoril de los valles transversales (hoy día complementada por la hidroelectricidad y el turismo) y la agrícola de las tierras margosas de la depresión. El carácter mutuamente complementario de ambas economías y las facilidades para el intercambio habían de cristalizar en una ciudad-mercado que se beneficiaría de las posibilidades existentes para las transacciones mercantiles de mayor alcance.

Jaca se emplaza a 818 m. sobre el nivel del mar, encima de una terraza fluvioglaciar en la margen izquierda del Aragón, a la salida del valle de Canfranc Buscar voz..., precisamente en el exterior del codo que forma el río al cambiar la dirección norte-sur por la este/oeste que lleva sobre la Canal de Berdún. El emplazamiento es claramente defensivo, puesto que si por el oeste y noroeste se desciende al Aragón, por el sur el río Gas, afluente de aquél, ha cavado un valle en las margas que facilita su defensa.

Desde este punto estratégico se puede custodiar el paso hacia Francia por Canfranc y el Somport, y a Navarra a través de la Canal, justo donde se encuentran ambas vías naturales. La vida diaria de la ciudad encuentra aquí una serie de factores favorables tales como abundancia de agua, plenitud de la terraza, buena insolación y un clima más suave que en las sierras.

La ciudad como tal es fundada por Sancho Ramírez Buscar voz..., quien la constituye como capital de su reino. Antes ya era una villa próspera gracias al comercio que se llevaba a cabo por el Somport y que se intensificó con el discurrir de las peregrinaciones a Santiago. La voluntad regia de crear una ciudad se expresa en las palabras de Sancho: «quod ego volo constituere civitatem in mea villa quae dicitur Iacca». El Fuero Buscar voz... otorgado por el mismo rey concedió una serie de privilegios que atrajeron un buen número de inmigrantes. Pero poco duraría Jaca como sede política y episcopal ya que Pedro I Buscar voz... en 1096 rendía Huesca y trasladaba a ella la capitalidad y la sede episcopal.

La pérdida de la capitalidad no implicó la desaparición de otras funciones urbanas más en conexión con su situación geográfica. El impulso urbanizador de Sancho Ramírez no fue estéril: Jaca siguió desempeñando su papel de ciudad-mercado y de servicios para su comarca (el «Campo de Jaca») con su mercado semanal de los martes y sus ferias: Como ciudad final de etapa, Jaca cobraba uno de los cinco peajes que se percibían sobre la ruta de Zaragoza a Francia, y albergaba a los peregrinos a Santiago de Compostela: el ganado ovino del Pirineo suministraba lana para la fabricación de paños, actividad que se mantuvo hasta la Edad Moderna, su situación estratégica prolongó su carácter de plaza fuerte frente a Navarra y al Bearn.

En la actualidad las funciones de Jaca no difieren mucho de las del pasado. Su economía ha evolucionado hacia una especialización en el sector servicios (comercio, hostelería, etc.) y en la construcción. Efectivamente, Jaca es uno de los cuatro centros de área comercial que tiene la provincia de Huesca, y capitaliza el comercio de productos de cierta especialización de todo el noroeste aragonés. Las tiendas se concentran en el interior del casco viejo, alineadas en las tradicionales calles Mayor, Zocotín y Gil Berges, a las que se ha añadido una serie de «grandes superficies comerciales» a las que se acude a realizar compras desde el resto de municipios de la comarca.

El hecho de que a la construcción se dedique más del 14 % de la población activa y que la actividad constructora se produzca febrilmente, es una manifestación de las nuevas versiones de su viejo papel como ciudad de acogida: Jaca es la capital turística del Pirineo oscense (incluso de Aragón), además de contar con una Residencia de la Universidad Buscar voz... de Zaragoza donde se celebran cursos de verano, un Palacio de Congresos, y una pista de hielo donde tienen lugar competiciones internacionales; todo ello se traduce en una población flotante que se alberga en hoteles, residencias o apartamentos (zaragozanos, vascos y catalanes). En este sentido, más del 66 % de la población ocupada lo hace en el sector servicios, impulsado no sólo por las condiciones de capital supracomarcal, sino por las exigencias del turismo, como queda reflejado en los datos de hospedería y viviendas secundarias adjuntos:

De la vieja función militar, además de su patente huella en el paisaje -«la Ciudadela»-, Jaca, por su situación casi fronteriza, sigue manteniendo un censo militar importante, repartido entre la Escuela Militar de Montaña Buscar voz..., la Ciudadela y el cuartel de la Victoria. La función industrial está poco desarrollada: las escasas industrias que existen son de carácter familiar, de tipo ligero, y se encuentran ubicadas en el interior del casco antiguo. Su papel administrativo, que inició como capital del reino y siguió como cabeza de una de las 12 sobrecollidas de Aragón (siglo XIV) y como sede de uno de los 13 corregimientos (siglo XVIII), se centra desde 1834 en su carácter de cabeza de partido judicial.

La población de Jaca, después de experimentar un fuerte incremento al constituirse como tal ciudad y una cierta regresión al perder la capitalidad, ha evolucionado de forma lenta. En el censo de 1495 tenía unos 700 hab.; a mitad del siglo XVII consiguió duplicar esta cifra, y para duplicarla otra vez hay que llegar a fines del XVIII; el censo de 1857 arroja 3.538 hab.; en 1900 se superan los cuatro millares. Es en el siglo XX cuando crece más deprisa su población: en 1920 se rebasan los cinco millares, en 1930 se cuentan 6.517; en 1960, 8.208; en 1975 se alcanza el mayor techo demográfico con 11.538 habitantes, descendiendo a partir de esta fecha hasta los 11.197 de 1998.

El plano se ha desarrollado en consonancia con la evolución demográfica más intensa e incluso de forma debido al fuerte incremento de los edificios destinados a viviendas secundarias. Antes de la fundación de Sancho Ramírez existía un castrum -localizado al este de la ciudad, donde el actual convento de benedictinas que fue antes iglesia de San Ginés- en torno al cual se trazaron dos o tres calles semicirculares y un «barrio episcopal» situado al noroeste. Los fueros otorgados por Sancho Ramírez atrajeron a numerosos pobladores, en su mayor parte francos, que se instalaron entre los dos núcleos primitivos, en torno al mercado, localizado en las inmediaciones de la catedral; en la zona al sur del monasterio de San Pedro y de la catedral se formó otro barrio de francos, sobre el eje que era y es la calle Mayor. La muralla del siglo XI correspondía, en su parte meridional, a la actual calle del Coso. En 1135, por razones estratégicas, se traslada la muralla más al sur haciéndola coincidir con el escarpe y quedando definitivamente trazada hasta el siglo XX en forma de oreja por las actuales avenidas de la Jacetania, de Oroel y Primo de Rivera. Su destrucción ha dado lugar a una ronda que agiliza la circulación en torno al casco antiguo.

El atractivo que tenía Jaca en sus primeros tiempos como ciudad pronto hizo que no bastase el interior del recinto para albergar a los inmigrantes, y que hubiese que crear al noroeste de la ciudad, extramuros, el «burgo novo» o Burnao. En 1592 se quemó para construir, en el solar donde estaba, la Ciudadela. En la Edad Moderna la expansión del plano es mínima; las transformaciones se producen intramuros: trazado de nuevas calles, ocupación de huertas por edificios, construcción de la actual Casa Consistorial en 1544 (tras el incendio de la anterior), y algunos nuevos edificios religiosos.

En el siglo XX la expansión del plano responde a su incremento demográfico y a hechos tales como la inauguración del ferrocarril de Canfranc en 1928, la creación de la Universidad de Verano Buscar voz... en el mismo año y el auge del turismo (sobre todo en las últimas décadas). Los hitos fundamentales son la demolición de la muralla en 1915, que precede a un primer ensanche al sur de la Ciudadela siguiendo la carretera de Zaragoza, y el segundo ensanche a partir de 1950, al norte del casco viejo, entre la carretera de Francia y la línea férrea.

• Bibliog.: Casas Torres, J. M.: Esquema de la Geografía Urbana de Jaca; Anales de los cursos en Jaca, Universidad de Zaragoza, 1946. Lacarra, J. M.: Desarrollo Urbano de Jaca en la Edad Media.

• Encicl.: Los alrededores de Jaca son todos de una belleza impresionante. Sobre el río Aragón, junto a la carretera de Novés, cabe admirar el puente medieval de San Miguel, restaurado con singular acierto por el arquitecto Miguel Fisac, que tenía su residencia de verano en el vecino Canfranc. El puente medieval de San Cristóbal se encuentra aguas arriba del anterior, junto a la ermita del mismo nombre.

En lo cultural, Jaca cuenta con el Instituto Pirenaico de Ecología Buscar voz..., dependiente del C.S.I.C., y con la Universidad de Verano Buscar voz.... El Casino de Jaca realiza asimismo una meritoria labor cultural y artística, con la organización de conciertos y recitales de categoría internacional y la creación y patrocinio del premio de novela «Ciudad de Jaca». El Palacio de Congresos, con sus magníficas instalaciones, es marco apropiado para el desarrollo de todo tipo de actos culturales y artísticos.

El Centro de Iniciativas y Turismo realiza también una ingente labor, de la que ha sido resultado el Festival Internacional Folclórico de los Pirineos, que se celebra la primera semana de agosto de los años impares: en los pares tiene su celebración en Oloron Sainte-Marie. Por otra parte, el hecho de disponer Jaca de la primera pista de hielo de los Pirineos ha servido para que se celebren en ella los campeonatos mundiales de patinaje artístico. De la misma manera tienen lugar en la capital de la Jacetania buen número de campeonatos internacionales de deportes de invierno.

Además de la fiesta de la Victoria del primer viernes de mayo -el nacimiento del verdadero reino-, con cortejo histórico y danzas típicas (el paloteao y el alarde), existen otras conmemoraciones de especial significado e importancia, tales como la procesión de las cruces parroquiales, el 25 de junio, de gran valor artístico, y las fiestas populares del 25 de julio, cuando Jaca está a rebosar de veraneantes y turistas de todas las procedencias.

• Preh. y Arqueol.: Conocida por las fuentes escritas de época de la penetración romana -sobre todo a través de su conquista por Catón Buscar voz... en el 195 a.C.- los restos materiales no son, sin embargo, prolijos, pese a haber acuñado moneda y ser núcleo de importancia. Estaba en la vía que ascendía hacia el Bearn atravesando los Pirineos por el Summo Portu, hoy Somport. Ceán hizo referencias a sus murallas, y en su solar se encontró una inscripción epigráfica y un enterramiento romano.

Durante los años 1985 y 1986 se realizaron en el solar de la calle Mayor, número 44, (ocupado hasta entonces por un colegio de las Escuelas Pías) diversos trabajos de excavación arqueológica que proporcionaron importantes datos para la reconstrucción del pasado de Jaca y de su comarca. Como fruto de estos trabajos se identificó y documentó una secuencia estratigráfica que comprende los siguientes niveles, enumerados a partir del más moderno y superficial:

Nivel I: formado por los escombros de las casas derruidas a partir del siglo XVIII para construir la iglesia y el colegio de las Escuelas Pías. Entre los materiales muebles abundan las cerámicas con barniz estannífero y decoraciones en azul y verde y las de reflejo metálico.

Nivel II: denominación aplicada a algunos rellenos colmatados con materiales abandonados, entre los que se encontraron vidrios, cerámicas comunes diversas y cerámicas finas procedentes de los alfares de Paterna, Manises y Teruel, cuya cronología puede establecerse provisionalmente en torno a los siglos XIV-XV.

Nivel III: delimitado por estructuras fabricadas con cantos de río y sillarejo y asociado a un hogar construido con arcilla, pueden corresponder a una estancia rectangular de época altomedieval. Entre los materiales recuperados puede destacarse la aparición de cerámicas musulmanas con vidriados verdes y amarillos y decoraciones de «cuerda seca». Las cerámicas comunes corresponden a formas de ollas con cocciones oxidantes y reductoras y decoraciones ocasionales de líneas onduladas y puntos. La cerámica musulmana es de época taifal y en general el conjunto de materiales puede fecharse entre la segunda mitad del siglo XI y la primera del siglo XII, por lo que el nivel arqueológico puede ser relacionado con el momento en que Sancho Ramírez concedió a la ciudad los llamados Fueros de Jaca, dando lugar a una considerable expansión del núcleo de población. Por otro lado, el instante final del nivel podría estar relacionado con los incendios sufridos por Jaca en los años 1137 y 1141.

Nivel IV: formado por un débil estrato fechado en la primera mitad del siglo IV y vinculado a restos de muros aislados. Entre la cerámica aparecen fragmentos de Terra Sigillata Hispanica de los alfares riojanos y cerámicas estampadas y procedentes del norte de África.

Nivel V: corresponde al período de inestabilidad sufrido por la Península Ibérica entre los años 280 y 285 d.C. a causa de la acción de pueblos llegados a través de los Pirineos. El nivel cubre estructuras de épocas anteriores e incluye un importante conjunto de cerámicas lisas y decoradas de Terra Sigillata Hispanica, fabricadas en los alfares riojanos y cerámicas importadas desde el norte de África. Junto a las cerámicas aparecieron vidrios, objetos metálicos y de hueso y varias monedas, entre las que destacan un denario acuñado por Vespasiano y una moneda de bronce de Domiciano.

Nivel VI: sólo incluye materiales cerámicos procedentes de los centros de producción riojanos y del norte de África e incluye también una campanilla de bronce. Carece de estructuras inmuebles y puede fecharse en la segunda mitad del siglo II.

Nivel VII: se fecha a partir de materiales recuperados en el interior de varios muros poco significativos. En ellos han aparecido fragmentos de Terra Sigillata Italica, Terra Sigillata Hispanica y un fragmento de ánfora que transportó vino de la Tarraconense, con el sello: C.AE.FA.

Nivel VIII: situado en contacto con las arcillas naturales del terreno, incluye fragmentos de cerámica fabricada a torno con «técnica ibérica» y cerámicas Campanienses de tipo A. A pesar del limitado número de materiales, el nivel puede fecharse en torno al siglo II a.C. y supone la aparición de los primeros indicios arqueológicos relacionables con el oppidum indígena de Iaca, cuya ubicación podría establecerse en una zona próxima a la investigada.

Estos niveles y materiales aportan un considerable cúmulo de informaciones de gran utilidad para la reconstrucción del pasado a una ciudad y una comarca en la que se dispone de escasas referencias arqueológicas. Los datos obtenidos en la excavación del solar de la calle Mayor permiten atestiguar la entidad de la ciudad romana, sin que podamos por ahora delimitar su extensión y trazado. Ponen también de manifiesto el peso de la romanización en la zona pirenaica, mostrando la intensa presencia de productos importados desde otros puntos de Hispania y del Imperio, en el mismo lugar en el que muy probablemente estuvo situado con anterioridad el oppidum sobre el que Catón actuó violentamente, durante sus campañas del año 195 a.C.

Por lo que se refiere a los restos medievales, el nivel de los siglos XI-XII nos sitúa ante vestigios correspondientes a los primeros pasos del Reino de Aragón, etapa que se conoce casi exclusivamente a través de la documentación escrita. Se pone de manifiesto, por ejemplo, la existencia de un intenso comercio de cerámica con los reinos musulmanes, en época altomedieval, y con los centros alfareros de Teruel y Levante, en época bajomedieval.

• Bibliog.: Sus, M. L. de, y Pérez Casas, J. A.: «Restos materiales de época romana en el solar de la calle Mayor, número 44 (Escuelas Pías), de Jaca (Huesca)»; M.Z.B., 4, Zaragoza.

• Historia Antigua: Iaca Buscar voz..., Iacetanos Buscar voz....

• Historia Medieval: Su topónimo no es mencionado en los documentos medievales antes del siglo XI. Los textos más antiguos la denominan castrum y otras veces villa; debió ser, por tanto, una pequeña aldea que tal vez estuviera fortificada. Fuera del primitivo recinto estaba situado el monasterio de San Pedro que fue concedido por Ramiro I Buscar voz... a Sasabe Buscar voz...; en el barrio del mismo nombre fijarían los obispos su residencia. Por su situación estratégica en las rutas de comercio se instaló aquí el cobro de los peajes que, junto con el impuesto que se pagaba por las transacciones de su mercado, constituyeron los ingresos más saneados en el siglo XI. Una parte de estos impuestos fue utilizada para levantar la nueva iglesia catedral (1077), que es el primer edificio de estilo románico europeo que se alzó en la península.

Hasta el reinado de Sancho Ramírez Buscar voz... la villa regia de Jaca no se convirtió en ciudad; efectivamente, en torno a 1077 fue concedido a sus habitantes un importante fuero de población. En él Sancho Ramírez liberaba a sus habitantes de los «malos fueros» por los que hasta entonces se habían regido y les concedía unos «buenos fueros», no sólo para ellos sino también a los que acudieran a partir de este momento. Este Fuero de Jaca Buscar voz... contenía además otras exenciones y franquicias concedidas con la finalidad de que acudieran nuevos pobladores, especialmente ultrapirenaicos. La consecuencia principal fue la llegada de burgueses que gozaron de libertad personal y que se dedicaron principalmente al comercio.

Entre la zona que actualmente ocupa el convento de las benedictinas y el núcleo eclesiástico surgió el mercado, especialmente en las inmediaciones de la catedral; prueba de esto es que la vara jaquesa que se utilizaba en las transacciones mercantiles está grabada, en una de las jambas, en la puerta de la lonja pequeña de la catedral. Esta zona fue eminentemente comercial y en ella se instalaron los nuevos pobladores francos. Los que fueron llegando con posterioridad se acomodaron en lo que se llamó «burgo nuevo» o Burnao, cuyo nombre nos indica que su formación fue posterior.

A la muerte de Alfonso I los reinos de Navarra y Aragón se separaron, surgiendo rivalidades entre ellos: en 1137 consta documentalmente el incendio de los burgos de Jaca, y pocos años más tarde, en 1141, el burgo de Jaca sufrió un nuevo incendio debido a la expedición de García Ramírez de Navarra. A partir de este momento Jaca reforzó sus murallas y comenzó a desempeñar un importante papel militar. Desde 1180 conocemos a los tenentes de esta población, el primero García Sánchez. En cuanto a la administración municipal Buscar voz..., sabemos que a partir de 1212 funcionó regularmente un concejo de hombres buenos que resolvían los asuntos públicos. Estaba formado por diez jurados y era presidido por el señor de la ciudad, y posteriormente por el justicia. En Jaca estuvo instalada la fábrica de moneda, concretamente de los dineros jaqueses que circularon durante toda la Edad Media.

Debido a su importancia, su historia está llena de acontecimientos: en 1134 se realizó en esta población la elección de Ramiro II Buscar voz... y en 1362 fue sitiada por Carlos II de Navarra debido a la alianza que este rey había hecho con Pedro I de Castilla para combatir a Pedro IV de Aragón Buscar voz.... En 1387 Juan I Buscar voz... confirmaba a su esposa Yolanda de Bar Buscar voz... las rentas de la ciudad de Jaca, incluidas las de la aljama Buscar voz... hebrea (hasta fines del siglo XV la ciudad contaba con dos sinagogas Buscar voz..., lo cual nos indica que la población judía era considerable).

Fue uno de los seis merinados en que se dividía el reino a efectos administrativos, y la importancia que tenía radicaba en el control de los pasos aduaneros con Francia. A partir del siglo XIII sufrió un descenso ostensible en su curva demográfica, al que contribuyeron diversos sucesos -como el incendio que en 1395 afectó al centro urbano o la peste de 1492-, de tal forma que en 1495 sólo contaba con ciento cuarenta y tres vecinos. A fines del siglo XV, concretamente en 1486, fueron compradas unas casas en la Calle Mayor y en la del Reloj para edificar allí el Ayuntamiento.

• Bibliog.: Lacarra, J. M.: «El desarrollo urbano de Jaca en la Edad Media»; E.E.M.C.A., IV, 1951. Aznárez, J. F.: «Historia monumental. Jaca»; Argensola, IX, 1958. Sangorrín, D.: El Libro de la Cadena del Concejo de Jaca; Jaca, 1920.

• Historia Moderna: La ciudad de Jaca concluye la Edad Media intentando borrar las huellas que le han dejado sus graves incendios medievales. En la época de Fernando el Católico se documentan varias intervenciones de la monarquía: primero será una clara preocupación por remodelar la estructura urbana de la judería, y más tarde el deseo de facilitar el gobierno ciudadano. En 1498 este rey daba poder a Sancho Pérez de Pomar, capitán de Jaca y sus montañas, para ordenar los Estatutos de la ciudad; de lo que resultarán como cargos claves un justicia, cuatro jurados y doce consejeros.

El siglo XVI verá un claro período de apogeo, en el que las poderosas familias de mercaderes generan una floración artística. Compaginará esto la existencia de fenómenos de subversión: amotinados gascones en la ciudad (1577) y bandolerismo. Felipe II va a tener una continuada referencia a la historia jacetana: primero su petición al papa San Pío V para dividir la diócesis de Huesca-Jaca, y más tarde su intervención a raíz del asunto Antonio Pérez Buscar voz.... E1 18-VII-1571 se independiza del de Huesca el obispado de Jaca, y ocupa la silla episcopal el aragonés don Pedro del Frago (1572). En el otro aspecto, la familia del justicia Lanuza Buscar voz... decapitado y los bearneses intentan la invasión del Pirineo central: Jaca se convierte en la base de los ejércitos, al mando del capitán Alonso de Vargas, que van a repeler la invasión. A raíz de estos graves sucesos se comienza a levantar la Ciudadela en terrenos del Burnao tasados por el famoso cardenal Xavierre Buscar voz..., que se concluirá en el siglo XVII, época que ve endurecerse la relación ciudad-ejército: ejemplo claro es la arcaica invasión nocturna, con teatral rendición, que lleva a cabo el gobernador de la Ciudadela Gaspar de Carvajal (1634). En el aspecto religioso, el siglo denota una fuerte polémica sobre la patria de origen de la patrona Santa Orosia, que unos sitúan en Bohemia y otros en la propia península.

El siglo XVIII se abre con la fidelidad de Jaca al primer rey Borbón (Felipe V) en la guerra de Sucesión Buscar voz.... El hecho de armas más importante es la supuesta defensa de la ciudad que hacen sus habitantes, ayudados por el marqués de Salutcio, frente al ataque de las tropas archiducales (1707). Los premios a la fidelidad serán los títulos de «Muy Noble, Muy Leal y Muy vencedora», el uso de la flor de lis borbónica, y el derecho de voto en las Cortes generales de España, derecho que se mantendría hasta la publicación del Estatuto Real (1834). En los inicios de siglo, Jaca cuenta con 2.539 vecinos (1718), que irán aumentando a 2.916 (1798) para llegar a 3.120 (1848) y 3.915 (1860), si aceptamos las cifras de esos censos. Sobre esta población ejercerá su benéfica influencia la ilustración jacetana, que creará la Real Sociedad Económica de Amigos del País de la ciudad de Jaca y sus Montañas, constituida por real cédula del 10-X-1783. Tendrá como lema «Más riego con mayor caudal» y la formarán 202 personas, de las que la mitad, al menos, son eclesiásticos. De su mano se desarrollarán escuelas de tejer, coser, hilar, dibujar, junto al incremento de la ganadería y la agricultura diezmada por fuertes diluvios como el de 1739. De aquí saldrán emigrantes a las Américas como Martín de Sesé (natural del cercano Banaguás) y el jacetano Diego del Castillo, farmacéutico, que fundaron el Jardín Botánico de la ciudad de Méjico.

• Historia Contemporánea: A raíz de la revolución francesa, en Jaca se vivirá la amenaza doblemente dado su carácter dual de ciudad militar y cabecera eclesiástica. La guerra contra la Convención francesa, con escritos pastorales del obispo López Gil y con tesoros entregados por el cabildo para apoyarla económicamente, será preludio del ambiente guerrillero que dará la guerra de la Independencia. Hechos de armas se repetirán con ocasión de las guerras carlistas (en 1839 se denuncia la venta de armamento al ejército carlista por soldados de la guarnición jacetana). La Revolución Gloriosa de 1868 hace nacer la Junta revolucionaria de Jaca, enfrentada a la de Huesca, que tomará una serie de medidas -supresión del Seminario, creación de los Voluntarios de la Libertad, creación de la Sociedad de Pobres de Jaca, etc.-, completadas en el sexenio revolucionario con la construcción de la carretera de Jaca a Francia (aprobada por Echegaray en 1869) y múltiples mejoras urbanísticas en la ciudad. En los finales del siglo destacarán dos figuras: el jacetano José Fernando González (1836-1915), varias veces ministro y vinculado a la Institución Libre de Enseñanza; y el también varias veces ministro don Joaquín Gil Berges, nacido en Jasa. En la Restauración destacará la fundación de la Sociedad del Canal de Jaca (1882), la organización de las comunicaciones en carretera y por ferrocarril (proyecto del Canfranc Buscar voz...) y la construcción del fuerte de Rapitán, iniciada en 1884. E1 18-VI-1891 llegarán las aguas del río Aragón a Jaca, por obra del recién concluido canal, que -bajo la dirección del ingeniero Bello- se traza desde el 7-II-1883 (fechas inmortalizadas en el callejero de la ciudad). En 1911 1a sociedad del canal entregará la obra al Ayuntamiento y en 1917 se proyecta la infraestructura sanitaria, a la par que el arquitecto provincial Francisco Lamolla redacta el proyecto de ensanche de la ciudad tras destruir el cinturón murado (1914). En 1927, por obra del ilustre cheso don Domingo Miral, el presidente del directorio Miguel Primo de Rivera inaugura los Cursos de Verano de la Universidad por los que pasarán Ortega, Maeztu, Unamuno o García Lorca. En 1928 llegará Alfonso XIII a inaugurar el ferrocarril de Canfranc. El año 1930 los capitanes Galán y García Hernández protagonizan la famosa sublevación de Jaca Buscar voz.... En octubre de 1931 se encarga un grupo escultórico al zaragozano Bayod que se sitúa en el paseo dedicado a Galán. Concluida la guerra de 1936-39, la ciudad pirenaica vivirá tumultuosos momentos relacionados con su desarrollo urbano condicionado al turismo, el primero de los cuales fue protagonizado por una manifestación de vecinos contra el proyecto de construcción del paseo de la Cantera (1951). Los últimos hitos serán en 1945 la creación de la Escuela Militar de Montaña, en 1962 la inauguración del Festival Folclórico de los Pirineos, y la creación, en esta última época, de la Pista de Patinaje y del Palacio de Congresos y Exposiciones.

• Arte: Catedral: Monumento capital del románico español, ha desatado vivas y no concluidas polémicas referentes a su cronología. Iniciada para unos en 1033 (Camón), para otros en 1063 (San Vicente), en 1076 (Ubieto) e incluso en 1080 (Durán), tras la constitución del obispado de Jaca, se pueden observar tres núcleos claramente definidos.

A los pies del templo se sitúa un pórtico, de aire primitivo y abovedado en cañón, en el que se abre la portada principal, de elegante estructura, y con un tímpano que encierra un crismón que será muy repetido en el románico aragonés, con una inscripción versificada que explica su simbolismo, se coloca el crismón entre dos leones: el de la izquierda representando a un hombre caído (simbolizan la misericordia divina) y el de la derecha aplastando bajo sus zarpas un oso y un basilisco (símbolo del imperio de la muerte).

El segundo núcleo lo constituye la iglesia propiamente dicha, en planta basilical de tres naves con crucero no acusado en planta. Este conjunto, de extraordinarias dimensiones y que nos hablaría de una obra posterior a 1076, presenta alternancia de elegantes pilares compuestos y pilares cilíndricos para separar las naves. La cubierta primitiva sería techumbre de madera hasta el incendio de 1440. En las reformas del siglo XVI, época en la que se abrirán las capillas del templo, se harán las cubiertas de crucería de la nave central (obra de Juan de Bescós, 1598) y las de las laterales (Juan de Segura, 1520). Los brazos del crucero están abovedados con primitiva bóveda de cañón y en él destaca la cúpula semiesférica, de carácter simbólico, sobre arcos cruzados en estrella de herencia musulmana.

La cabecera del templo, tercer núcleo, es robusta y encierra tres ábsides semicirculares y el crucero, con la cúpula señalada preludiando el gótico ojival. El ábside central fue destruido en 1790 para construir el actual presbiterio, que presenta frescos -de esa época- del cartujo fray Manuel Bayeu. En 1918 se trasladó aquí el coro, sillería y el órgano, de 1706. En el crucero hay dos interesantes púlpitos del siglo XVI, policromados y estofados. Los capiteles de la catedral denotan un refinado maestro de posible formación italiana por su evidente clasicismo. Las figuras tienen un canon más esbelto, presentan desnudos anatómicos y algunos ejemplos con clámides a lo griego. Es significativo el empleo de capiteles de sobrio esquema vegetal.

En el lado de la Epístola -derecha de los fieles- se abre la capilla del Pilar, en el antiguo ábside románico, con lápidas sepulcrales y capiteles románicos que sostienen el altar y la imagen de la Virgen.

La capilla de San Miguel fue realizada desde 1521 a 1523 bajo la dirección de Juan de Moreto y con el mecenazgo del comerciante Juan de La Sala; se accede por un monumental arco de triunfo ricamente esculturado con participación de Juan de Salas. El retablo, plateresco, en madera policromada y dorada, es obra de colaboración en la que participan Gabriel Joly y Gil Morlanes el Mozo; tiene predela, tres pisos con tres calles y ático con el típico Calvario aragonés; preside el retablo una imagen del titular de la capilla. La cubierta de esta capilla está abovedada y decorada con motivos geométricos. La capilla de San Sebastián presenta portada goticista, retablo con pinturas de aire ribereño, y se emplea como enterramiento de los obispos jaqueses.

Tras esta capilla se abre la puerta que comunica con el pórtico meridional, en el que se halla grabada la vara jaquesa. Este porche lateral, modificado en el siglo XVI, ofrece notables capiteles como el del Sacrificio de Isaac o el del Rey David músico.

Tras un Cristo crucificado se halla, continuando por la nave de la Epístola, la capilla de la Anunciación, que guarda un retablo plateresco centrado en este misterio y que es obra de Gabriel Joly (siglo XVI). A los pies de esta nave está la capilla de Santa Ana, cubierta con bóveda estrellada, que presenta un retablo gótico tardío de principios del siglo XVI, cuyo guardapolvo ya tiene decoraciones de tipo renacentista. Lo conforman cinco tablas en la predela, dos en el cuerpo principal y un grupo escultórico de Santa Ana, la Virgen y el Niño.

Pasando al otro lado de la puerta principal, en los pies de la nave del Evangelio, se encuentra la capilla de la Trinidad, con espléndida portada renacentista, fundada en 1569 por Martín de Sarasa y Juan de Aranda. El retablo es obra del escultor Juan de Anchieta siendo clarísima la trasposición de lo miguelangelesco y palpables los recuerdos de la obra del «Moisés». Son bellísimos los relieves de la parte baja de este retablo de alabastro (1569-1572), que Camón calificó como «la gran obra plástica que alberga esta catedral y una de las más hermosas de toda la escultura europea de la época trentina».

La capilla de Santa Orosia, actual parroquia de la catedral, es una nave abovedada ojivalmente con un retablo formado por seis lienzos -relativos a la santa- del pintor oscense Luis Muñoz (1780) que sustituyó al retablo anterior gótico, de Juan de la Abadía (1473).

Continuando por la nave del Evangelio y después de pasar por delante de la puerta -obra gótica mutilada por reformas posteriores- que abre las dependencias del Museo románico, se llega al sepulcro del obispo de Alguer (Cerdeña), el jacetano Pedro Baquer, fallecido en 1573. Es plateresco y se presenta en una hornacina de arco de medio punto, entre dos columnas corintias que sostienen un gran entablamento coronado por frontón. Sobre el sarcófago, estatua yacente, y al frente un friso decorativo con cinco nichos avenerados que guardan esculturas separados por pilastras.

En el ábside del Evangelio está la capilla de San Jerónimo, igualmente plateresca, con un retablo de piedra (1573) de sección semicircular adaptado a la superficie del ábside. De esta capilla se accede a las dependencias de la sacristía, en la que se guardan lienzos dieciochescos, una buena cajonería renacentista (s. XVI), así como diversas muestras de orfebrería que van desde cruces procesionales (s. XVII) a relicarios y un busto de plata cincelado por José Aznárez (1723), el mismo autor de la urna de plata que contiene los restos de la patrona Santa Orosia (1731). En el archivo se encierran documentos y códices, con bellas miniaturas entre las que destacan las copias de las Actas del pseudo concilio de Jaca (1063).

La catedral de Jaca, dedicada a San Pedro presenta en su exterior -de aspecto macizo- un paramento grueso y parco en huecos que se alegra con alguna imposta y abundantes canecillos en la cornisa. La torre se enmascara, entre añadidos posteriores, sobre el atrio principal del templo. De los tres ábsides sólo queda en su pureza original el de la Epístola que se divide en tres cuerpos por impostas. El ventanal está enmarcado por un fino cordón ajedrezado (típicamente «jaqués»), y destaca la riqueza iconográfica de la cornisa de tacos sobre modillones y metopas de riquísima decoración: cabezas de animales reales y fantásticas, danzantes de aérea clámide o encantadores de serpientes, entre multitud de temas decorativos.

— Museo Diocesano de Arte Románico: Enclavado dentro de la catedral, fue inaugurado en 1970; ocupa parte de las dependencias que abren al claustro -bárbaramente destrozado en el siglo XVIII, y del que sólo perdura su trazado y la fachada de la sala capitular, del siglo XII-. En este Museo, creado por la labor del padre Auricinea, se han concentrado multitud de obras artísticas de la diócesis, además de una vasta colección de pinturas románicas murales y góticas trasvasadas desde sus lugares de origen (Bagüés, Susín, Navasa, Ruesta, Sorripas, Jaca, Escó, Ceresola, Orús, Osia, Ipas, etc.) y montadas en armazones que copian exactamente sus primitivos marcos de soporte. Instalado en una parte de las antiguas capillas del Pilar y del Entierro del Salvador que se asomaban al claustro, abarca un capítulo fundamental para el estudio del románico español.

— Iglesia del Carmen: Situada en la calle de este nombre, responde al gusto carmelita, por cuya orden fue levantada en la primera mitad del siglo XVII: planta de cruz latina con capillas a los costados del altar y dos a cada lado de la nave. Al exterior presenta una vistosa portada de estilo manierista, con dos pisos: el inferior, de tres cuerpos, de orden toscano, y el superior de orden jónico, unidos ambos por aletas que ostentan sendos escudos coronados, del Carmen. El frontón se separa del piso superior para dar cabida al óculo que ilumina la iglesia. La portada es más bien retardataria: se fecha en 1657, y presenta una decoración más barroca en las aletas y enjutas de los arcos del piso bajo. Es curiosa la decoración de los fustes de las columnas. La imaginería es más bien popular, parte de las estatuas fueron retiradas en 1889. De las dos torres del proyecto sólo se levantó una. Destaca en su interior el retablo del altar mayor, obra policroma de indudables resonancias barrocas, que se centra en la entrega por la Virgen del Santo Escapulario al beato Simón Stock.

— Iglesia de Santiago: Este edificio ya se documenta en 1088, con ocasión de las órdenes dadas por el rey Sancho Ramírez para su reconstrucción. De esa época queda la disposición del templo que, como cosa curiosa, mira hacia Santiago; la torre campanario, con sus ventanas geminadas; la sillería del muro norte, y parte de las bóvedas que se salvaron de su reforma de principios de siglo. En 1614 se entregó la parroquia a los dominicos (de ahí que también se denomine «iglesia de Santo Domingo»), quienes la englobaron en su nueva fábrica conventual. Ha sufrido varias obras a lo largo del siglo XIX y una restauración en el actual. Contiene el templo la capilla el Rosario, de gran devoción y con cofradía establecida. En 1887 se cedió a la comunidad de Hermanas de la Caridad de Santa Ana. El capitel románico que sirve de pila benditera parece que proviene de la catedral.

— Real Monasterio de las Benedictinas: El 1-VII-1555 se trasladaron a esta ciudad las monjas del monasterio de Santa Cruz de la Serós, o Sorores, a instancias de Felipe II, edificando el monasterio denominado vulgarmente «de las Benitas» por la regla seguida en él. El recinto monástico se halla muy reformado y acapara su interés el doble conjunto eclesial: la cripta primitiva y el templo de San Ginés.

La iglesia subterránea de Santa María fue conocida como la de San Salvador y es una estancia cubierta con bóveda y que se presentaba decorada con pinturas románicas.

La iglesia de San Ginés, o iglesia alta, fue cedida a las monjas por la cofradía de ese santo en 1579. Sólo queda de su primitiva fábrica la portada románica, alterado el conjunto por la reforma y ampliación de 1730. En 1862 fue pintada al fresco. Destaca en su interior el famosísimo sarcófago de la condesa doña Sancha, hija del rey Ramiro I de Aragón, traído a Jaca desde Santa Cruz de la Serós el año 1622. El sepulcro es de piedra y en sus laterales presenta respectivamente un crismón y un par de grifos enfrentados. En la parte posterior se representan escenas caballerescas que parecen de diferente mano. En la parte frontal hay una alegoría del alma de la condesa -representada por una niña desnuda- que llevan al cielo dos ángeles. A los lados se presentan dos escenas de la difunta como abadesa sentada y en ceremonia de pontifical.

— Ermita de Sarsa: Obra del románico rural que ha sido trasladada a Jaca -paseo de Oroel- desde su primigenio emplazamiento en las faldas de Oroel. Debe señalarse la lamentabilísima reconstrucción, que ha alterado totalmente sus proporciones, su orientación y, lo más grave, el emplazamiento de la puerta de acceso. Presenta sencilla portada de tres arquivoltas planas, sin más decoración que tres filas de perlas.

— Ermita de Nuestra Señora de la Victoria: Se encuentra a las afueras de la ciudad y está íntimamente unida a la legendaria victoria sobre los musulmanes, triunfo conmemorado en la fiesta del primer viernes de mayo. La antigua ermita fue destruida en la guerra de la Independencia y restaurada posteriormente (1816); es iglesia de una sola nave con edificios adosados y el cementerio contiguo.

— Palacio Episcopal: El palacio fue comenzado a edificar por la ciudad en 1606; el autor de los planos fue el obrero de villa zaragozano Tomás de Obón. La segunda fase de su construcción se data en el obispado de Esteban Villanova (1751-1755). La última reforma se hizo en tiempos del obispo Castro Álvarez (1914-1920), y en el episcopado del prelado, doctor Belda, se ha procedido a su restauración. En su interior presenta dos plantas unidas por amplia escalera de piedra. En la superior se encuentra la galería de los retratos episcopales, que mandó pintar el obispo Pedro Lucas Asensio (1858-1870) y que abarca los prelados desde 1571 a la actualidad. Encierra preciosas obras de arte tales como bocetos de Bayeu, tablas góticas, tallas y lienzos barrocos. Al exterior presenta una galería de balcones en la planta noble.

— Las murallas de la ciudad medieval, cuya panorámica caracterizó las vistas antiguas de Jaca, fueron derribadas por una orden de 1914 que posibilitó el ensanche de la ciudad, proyectado por Lamolla en 1917. Actualmente sólo quedan unos lienzos de muralla en el tramo de las Benitas (paseo de Invierno). Tuvo siete puertas: la del Castillo, San Pedro, Santa Orosia, Nueva, de las Monjas Benitas del Estudio, de Baños y de San Francisco, al final de la Calle Mayor.

— Ciudadela: El llamado hasta el siglo XIX «castillo de San Pedro» es una construcción pentagonal, con un baluarte en cada ángulo, mandada construir por Felipe II tras los graves desórdenes acaecidos con la huida de Antonio Pérez (1590). En 1595 se supone el inicio de la obra edificada, con arreglo a un plano del comendador Tiburcio Spanoqui, en el arrabal o Burnao de la ciudad. Declarada monumento artístico el 28-VI- 1951 se encuentra restaurada desde 1968. Al exterior se complementa con un foso a dos alturas, cuyos puentes aún se están edificando en 1690. En su interior se conserva una pequeña iglesia dedicada a San Pedro, obra del siglo XVII, con portada barroca. Sobre la puerta de acceso, de línea manierista, que abre el camino a la plaza de armas, campea el escudo de los Austrias. Las fortalezas de Jaca y de Lieja (Bélgica) son las dos únicas de este tipo pentagonal que se encuentran completas.

— Casa consistorial: Comprados los solares para construir las casas del Concejo, se comenzó a obrar en 1486, de esa primitiva edificación queda la parte del archivo, que da a la calle de la torre del Reloj. La parte edificada a la Calle Mayor se capituló en 1544 con un grupo de canteros vascos, con Juan de Rosellet a la cabeza. La gran portada es de estilo plateresco con presencias del orden toscano, zócalos fechados, arco semicircular y un entablamento flanqueado por jarrones y con el escudo de Jaca. En el segundo cuerpo, cinco ventanas arquitrabadas, con frontones que contienen las barras de Aragón. El tercer cuerpo, más moderno, conforma una galería de arquerías típicamente aragonesas. La fábrica de piedra fue embetunada para favorecer su conservación. Flanquean la puerta de acceso dos ventanas con rejas de hierro forjado por el jacetano Simón de Maisonabe. En el patio renacentista se conservan las campanas de la torre del Reloj, obra de Bartolomé de la Rosada (1595), y en sus dependencias se guardan unas mazas de desfile (siglo XVI) de plata maciza con grutescos y con medallón de las armas de la ciudad; un juego de vinajeras de plata dorada regaladas a la desaparecida capilla consistorial, en el siglo XVII, por el jacetano y obispo de Albarracín padre Domec. Igualmente está el famoso Libro de la Cadena (siglo XIII) con tapas de madera cubiertas de cuero rojo y cerrado con sellos redondos de hierro.

— Torre del Reloj, vulgo de la Cárcel: Se trata de una torre de planta cuadrada levantada en la década 1440- 1450, sobre el solar que antaño ocupara un palacio real donado en 1238, al merino de Jaca, y destruido en el incendio de 1395. Es obra del gótico civil, con ventanas geminadas, y fue comprada para cárcel de la ciudad a fines del siglo XVI. En 1601 se le añadió un chapitel, obra de los canteros Urbano de San Vicente y Pedro Gil, que debió de rematarse con una estructura metálica modernista, desaparecida en su última restauración.

— El Hospital de Jaca es un edificio con decoración plateresca en torno a los vanos de la fachada principal, debiendo de coincidir con el edificio que se decide construir, en 1555, al juntarse el antiguo Hospital catedralicio del Santo Espíritu y el de San Juan Bautista.

— Plaza del Mercado, o de la Seo: Recibe su nombre por encontrarse en ella el espacio cubierto formado por doce arcos exteriores y ocho interiores, que forma el ámbito del mercado. Sobre él se conservan restos de las fachadas de las casas del mercader Juan de La Sala. El inmueble número 3 presenta dos balcones renacentistas, con columnas estriadas que sostienen un entablamento coronado por sendos medallones: uno del propio Juan de La Sala y otro de su esposa Juana Bonet, éste último presenta restos del incendio sufrido por la casa (1540) años después de la ejecución de esta obra, que pudo ser del florentino Juan de Moreto, llamado por la familia mecenas para labrar la capilla catedralicia de San Miguel. Aneja a esta casa, la de la madre de Juan de La Sala ofrece su fachada, que conserva un airoso vano de estilo gótico flamígero rematado en aguja. Completan la decoración dos mancebos sosteniendo el escudo, y acotan el balcón los lemas jhs (Jesús) y xps (Christus) que pueden hacer referencia al apellido -Santa Fe- de doña Dolça. Este balcón podría ser obra de Juan de Segura y Martín Garola.

— Puente de san Miguel: Sito en la ruta jacobea, presenta una esbelta arcatura ojival salvando el cauce del río Aragón. Fue restaurado por Miguel Fisac, después de ser declarado monumento histórico artístico nacional en 1943, recuperó su prístino carácter gótico bajomedieval.

Igualmente se presentan en Jaca varios edificios de tipo modernista decimonónico y algún complemento escultórico como la obra de Orensanz «Monumento a la Jacetania», pletórico de símbolos comarcales.

• Bibliog.: Aznárez, J. F.: Estudios de Historia Jacetana; Jaca, 1960. Durán, A.: Arte altoaragonés de los siglos X y XI; Sabiñánigo, 1973. Enríquez de Salamanca, C.: Jaca y el románico; León, 1973. Íñiguez, F.: «La Catedral de Jaca y los orígenes del románico español»; Pirineos, 83-86, Jaca, 1967; que remite al lector a anteriores trabajos de Camón (Seminario de Arte Aragonés, 1945) o Ubieto (Príncipe de Viana, 1964). Marcuello, J. R.: Guía de Jaca y sus valles; Zaragoza, 1979. Osset, E.: El castillo de San Pedro de Jaca; Jaca, 1971.

• Música: Jaca tuvo la primera catedral del incipiente reino de Aragón, en la que se celebró un importante pseudo concilio hacia el año 1063. A falta de documentación literaria, un capitel del siglo XI-XII, del antiguo claustro, hoy en el pórtico lateral de la catedral, nos habla de la preponderancia de la música en la vida jacetana de aquellos siglos: el rey David, que tañe una fídula, es cortejado por once músicos que tañen diferentes instrumentos propios de aquella época. Y en el monasterio de las benedictinas de esta ciudad se guarda un valioso códice gregoriano, siglos XII-XIII, que resume toda la riqueza litúrgico-musical de siglos en Jaca.

La documentación respecto a la historia musical de la catedral es tardía, de finales del siglo XVI. No obstante ser abundante, conocemos muy pocos nombres de la treintena de maestros que tuvo su capilla de música en los siglos XVI, XVII y XVIII: Juan de Llevas en 1605; Sebastián Alfonso en 1634; Feliciano Castillo en 1636; Juan Francisco Babán en 1639; Francisco Bonfill en 1642; Juan de Torres en 1677 (de donde pasó a la de Daroca Buscar voz...); José Lafuente que muere en 1689; Miguel de Ambiela Buscar voz... es maestro desde 1695 a 1700 en que pasa al Pilar; en 1704, el infante Portaña; de Tarazona Buscar voz... viene en 1717 su maestro de capilla Juan Francisco Sayas, autor de un importante tratado teórico musical; desde 1727 a 1731 rige la capilla Francisco Viñas, que pasará a la catedral de Calahorra, en 1734 es nombrado José Conejo; y desde 1750, el maestro es Blas Bosqued, que todavía lo será en 1779.

La «saga» de los organistas Ortiz, compuesta por Juan y sus hijos Jerónimo, Benito, Juan y alguno de sus nietos, ocupa el banquillo del órgano de la catedral jacetana desde 1585, por lo menos, hasta 1633; tañen ocasionalmente Francisco Luissa, Pedro Martínez y otros. En 1655 el titular del órgano es Mateo Baretón. Ya en 1703, lo es Pedro Bermela. Desde 1729 hasta 1779, en que muere, Vicente Andrés. Al siguiente año nombran a Joaquín Barsala, que tañe el órgano hasta 1786 fecha en que le sustituye Juan C. Coley, al que hallamos en 1792 rigiendo la capilla de Calatayud Buscar voz....

Para el servicio de la liturgia coral y de las diversas fiestas, la catedral de Jaca contaba con un rico y abundante archivo musical, acorde con las buenas voces e instrumentistas que siempre tuvo la capilla de esta catedral, y al que el cabildo siempre prestó atención. como muestran las actas, comprando nuevos libros y alentando a sus maestros a componer nuevas obras; y del que todavía hoy se conservan cerca de mil diversas composiciones correspondientes a poco más de veinte compositores del siglo XVII, y un centenar del siglo XVIII, entre las que destacan, junto a un nutrido grupo de obras en latín para varios coros con acompañamiento instrumental, conforme al estilo barroco, numerosos villancicos en vulgar, para los más diversos solistas y grupos corales, con el acompañamiento de violines, violones, flautas, trompas, arpas y demás instrumentos que exige el estilo del siglo XVIII. Destacan en esta producción los maestros mismos de la catedral y otros formados en la misma o con ella relacionados: Beltrán, en el primer tercio del XVIII; Conejos, con tres generaciones de maestros durante todo este siglo; y Bosqued, durante su larga tenencia del magisterio.

La capilla de la catedral constaba de cuatro infantes y las voces graves de tiple, contralto, tenor y bajo. A su lado, desde siempre, el bajón, al que se añaden en el siglo XVII la corneta y posteriormente el arpa, para suplir al órgano. Ya en el XVIII, la capilla contó con violines, flautas y oboes, y el clavicémbalo, tan necesario para tener callado el órgano durante la Semana Santa.

Todavía en 1584 se hacen comedias en la catedral para el Corpus. Cada año se solemnizaba el canto de la Pasión y de la Vexilla. Y de manera especial se procuraba el canto de los villancicos polifónicos para Navidad, Santa Orosia, patrona de la ciudad, y el Corpus Christi.

La historia musical no sólo de la catedral, con sus relaciones con las capillas vecinas de Huesca Buscar voz...; Montearagón, Alquézar Buscar voz..., San Juan de la Peña y la de Roncesvalles, sino de las restantes iglesias y conventos jacetanos, así como la correspondiente a la ciudad misma en sus manifestaciones populares y solemnes fiestas está todavía por hacerse.


== Clima ==
== Clima ==

Revisión del 09:53 24 may 2010

Jaca
municipio de Aragón


Bandera

Escudo


Panorámica de la ciudad de Jaca a los pies de la peña Oroel tomada desde los pies del fuerte del Rapitán.
Jaca ubicada en España
Jaca
Jaca
Localización de Jaca en España.
Jaca ubicada en Aragón
Jaca
Jaca
Ubicación de Jaca en Aragón
País  España
• Com. autónoma  Aragón
• Provincia  Huesca
• Comarca La Jacetania
• Partido judicial Jaca
Ubicación 42°33′N 0°33′O / 42.55, -0.55
• Altitud 820 m
Superficie 406,34 km²
Núcleos de
población
38
Población 13 620 hab. (2023)
• Densidad 31,72 hab./km²
Gentilicio Jaqués, Jaquesa. Jacetano, Jacetana.
Código postal 22700
Alcalde (2007) Enrique Villarroya Saldaña (PSOE-Aragón)[1]
Patrón Orosia
Sitio web www.jaca.es

Jaca (Chaca en aragonés)[2]​ es un municipio de la provincia de Huesca, en la Comunidad Autónoma de Aragón, España.

Está compuesto por los siguientes pueblos: Abay, Abena, Acín, Ara, Araguás del Solano, Ascara, Asieso, Astún, Atarés, Badaguás, Banaguás, Baraguás, Barós, Bataraguá, Bergosa, Bernués, Bescós de Garcipollera, Binué, Botaya, Caniás, Espuéndolas, Fraginal, Gracionépel, Guasa, Guasillo, Ipás, Jarlata, Larrosa, Lastiesas Altas, Lastiesas Bajas, Martillué, Navasa, Navasilla, Novés, Orante, Osia, Ullé, Villanovilla y Yosa de Garcipollera, denominados Barrios rurales y que acogen a 951 habitantes.

Situación

Jaca es la capital de la comarca de La Jacetania. A unos 70 kilómetros de Huesca. Está situada al norte de la provincia, en el Valle del Aragón,en una depresión denominada La Canal de Berdún, a 820 metros de altitud, a la sombra de la Peña Oroel, en el Pirineo central, lo que la convierte en uno de los mejores lugares para practicar los deportes de invierno en España.

Clima

El clima de Jaca se denomina como continental de interior con matices de montaña, la temperatura media anual es de 11,4 °C. Las temperaturas en Jaca no son muy elevadas, pudiendo bajar por debajo de los –8 °C en invierno y sin llegar a pasar de 35 °C en verano. Las precipitaciones, que alcanzan los 827,6 mm anuales, son más importantes en el invierno, primavera y otoño, siendo verano la estación más seca. El viento puede llegar a soplar con rachas muy fuertes durante el invierno. De esta estación hay que destacar las importantes nevadas que pueden empezar en octubre-noviembre y acabar en marzo-abril llegando a alcanzar espesores importantes con una máxima de 80 cm (1978).

Población

Jaca tiene un total de 12.759 habitantes, de los cuales 6.400 son hombres y 6.359 mujeres, según datos del INE 2007. Según la revisión del Padrón Municipal de Habitantes a 1 de enero de 2009, tenía una población de 13.396 habitantes.

Evolución demográfica

Evolución demográfica de Jaca
184018751900
3,1203,9905,157
(Fuente: [cita requerida])

Plantilla:Demography 7col

Política

Actual distribución del Ayuntamiento

Partidos políticos en el Ayuntamiento de Jaca

Partido político Concejales
Partido de los Socialistas de Aragón (PSOE-Aragón)
8
Partido Popular de Aragón (PP-Aragón)
5
Chunta Aragonesista (CHA)
2
Partido Aragonés (PAR)
2

El gobierno de la ciudad lo ostentan el PSOE-Aragón y el PAR.

Historia

Aunque sus orígenes son inciertos y escasea la documentación, se considera que fue fundada en el primer milenio antes de Cristo por un pueblo íbero: los jacetanos o iacetanos. El historiador griego Estrabón los citaba en el siglo I como uno de los pueblos importantes del norte de la Península. Esta tribu llegó a ocupar un extenso reino que iba desde los Pirineos hasta Huesca y Lérida y cuya capital estaba en Jaca (Iacca). Se dedicaban al pastoreo, llevando a cabo las mujeres una agricultura complementaria, y eran de carácter violento, resolviendo cualquier disputa económica con los puños.

La presencia de esta rama de los íberos en Jaca se constata con los restos de cerámica íbera y las hojas de espadas de hierro del siglo II a. C. que se han hallado en varias excavaciones arqueológicas.

Ciudadela.

Hay otra hipótesis, menos plausible, que postuló en el siglo XVI el cronista imperial Florián de Ocampo (y que decía haber explicado Alonso de Nebrija) que decía que Jaca fue fundada por el capitán griego Dionisio Baco (cuyo sobrenombre era Yaco) en el año 1325 a. C.

En el año 195 a. C., el cónsul romano Marco Poncio Catón inicia la conquista de la ciudad que terminará en primavera de 194 a. C. gracias a una trampa que las tropas romanas tienden a las iacetanas. Consistía en enfrentarlos a sus enemigos naturales, los suessetanos, establecidos en las actuales Cinco Villas, que sitiaron Iaca (Jaca). Los iacetanos salieron confiados a aplastar a sus enemigos y, una vez en campo abierto, fueron atacados por las legiones romanas que se encontraban ocultas en los bosques, que, además, les impedían volver a la fortaleza. Una vez hubieron acabado con ellos, asaltaron la ciudad, la cual, ocupada solamente por mujeres y niños, era una presa fácil.

Integrada en el Imperio romano, constituyó un punto de vigilancia de los caminos del Pirineo y desarrolló una próspera economía cuyo auge se mantuvo hasta el siglo III. En el siglo IV entró en decadencia por la amenaza de los bandidos que atacaban a las caravanas y a los mercaderes que transitaban los caminos pirenaicos.

Tras la caída del Imperio romano, los godos invadieron la península y Jaca pasó a ser conocida como Apriz.

  • En tiempos de los sarracenos.

En las montañas de Jaca se salvaron muchos cristianos cuando la invasión de los árabes y aquellos fugitivos fueron el núcleo del reino de Aragón. Aznar el primer conde de Aragón en el año de 780 ganó a los moros la ciudad de Jaca la fortificó y la defendió en el 795. El conde Galindo hijo y sucesor de Aznar dio fuero y privilegios a la ciudad.

Se celebró en la ciudad un concilio en el que se determinó celebrar los oficios divinos conforme al rito romano.

  • El rey don Ramiro.

Ramiro I de Aragón estableció en la ciudad sede episcopal con la autoridad del papa Nicolás II, en el 1064.

Las pestes y los incendios de finales de la Edad Media hunden a Jaca en una crisis de la que no saldrá hasta la intervención de Fernando el Católico para formar un gobierno local. La burguesía se favorece con esta situación y muchos se convierten en mecenas de artistas cuyo resultado se puede apreciar especialmente en la catedral.

Jaca se comienza a consolidar como plaza militar desde la que defender los reinos peninsulares de una hipotética invasión francesa. A este respecto, Felipe II ordenó la construcción de varias fortalezas a lo largo de todo el Pirineo entre las que destaca la Ciudadela de Jaca.

En 1705 se mantuvo fiel al rey don Felipe.

  • Guerra de Sucesión.

Su papel de defensa se confirma en la Guerra de Sucesión, en la cual la ciudad se posiciona del lado de los Borbones. Por ello, fue asediada por aliados del archiduque Carlos y socorrida por el marqués de Salutcioa cuya vista se retiraron a un bosque, donde fueron atacados por el marqués de Santa Coloma, quien les mató mucha gente e hizo numerosos prisioneros. El rey Felipe V gratificó a la ciudad de Jaca con los títulos de «muy noble, muy leal, y muy vencedora» y añadiendo la flor de lis al escudo de sus armas que ostentaba la Cruz de Sobrarbe y las cuatro cabezas, emblema de la batalla de Alcoraz.

También jugaría su papel en la Guerra del Rosellón al ser uno de los objetivos de los revolucionarios franceses por su situación estratégica.

  • Guerra de la Independencia.

Durante la Guerra de la Independencia, Jaca se rindió a los franceses el 21 de marzo de 1809 a causa de la deserción que fomentó en secreto el misionero Fr. José de la Consolación, que gozaba de influencia, quedando dentro de la plaza muy pocos soldados a las órdenes del teniente rey don Fancisco Campos que hacia de gobernador y se vio obligado por ello a capitular. El general Mina la recuperó en febrero de 1814.

Durante las Guerras Carlistas, fueron denunciados en 1839 varios soldados de la guarnición de Jaca por vender armas a los revolucionarios.

  • República en España

Diciembre de 1930. Fermín Galán Rodríguez, junto con los capitanes Ángel García Hernández y otros, protagonizó la Sublevación de Jaca, pronunciamiento militar que pretendía instaurar la República en España. El golpe fracasó y los dos cabecillas mencionados fueron fusilados el 12 de diciembre.

Lugares para visitar

FUERA DE SU CASCO URBANO.

  • El Monasterio de San Juan de la Peña extraordinario edifio románico, en el que se fusiona la naturaleza con el arte.
  • Espacio Natural Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel.
  • Iglesia de Santa María de Iguacel.
  • Conjunto de iglesias románicas de las pedanias dependientes de Jaca.

Actividades deportivas, de ocio y tiempo libre

En los alrededores de Jaca se pueden llevar a cabo diversas actividades al aire libre, como pueden ser la práctica del senderismo, se pueden realizar un gran número de largas y grandes rutas, una de las más atractivas es la ascensión al Monte Oroel, simbolo de la Ciudad de Jaca, enclavado en un espacio natural protegido. Además Jaca es una de las ciudades por las que atraviesa el camino de Santiago.

También se pueden practicar actividades de escalada o montañismo, al estar situada en plenos Pirineos. Jaca es muy visitada para parctiar deportes de invierno, puesto que apenas 31 Km de capital de la comarca de la Jacetánia, existe la posibilidad de esquiar en las estaciones de Astún, que pertenece al municipio de Jaca y Candanchú.

Sin olvidar la práctica del patinaje sobre hielo, la ciudad cuenta con dos pistas de hielo de dimensiones olímpicas.

Fiestas

Festival Folclórico de los Pirineos

El Festival Folclórico de los Pirineos se celebra bianualmente, alternado con el municipio francés de Oloron-Sainte-Marie) y donde se escuchan músicas de todo el mundo.

El primer viernes de mayo

Entre otros festejos tradicionales, anualmente se celebra la Fiesta del Primer Viernes de Mayo, que conmemora la batalla que se desarrolló aproximadamente en el año 760, a las afueras de Jaca.

Básicamente es una fiesta que celebra la victoria del Conde Aznar sobre un ejército de musulmanes que pretendía conquistar la ciudad de Jaca.

Una de las más brillantes páginas de los anales de Jaca, es sin duda alguna la que nos recuerda la memorable batalla que tanta solemnidad conmemora esta ciudad el primer viernes de Mayo.

Acerca de la época en la que acaeció tan glorioso hecho de arnas, no están completamente acordes los cronistas; pero la mayor parte se inclinan á creer que tuvo lugar un año después de la conquista de Jaca por el conde D. Aznar, que la tradición y memorias antiguas aun existentes fijan en el de 760.

Conquistada Jaca, los cristianos se hicieron dueños absolutos de las montañas que la rodean, lanzando de ellas á los moros; más no pudieron éstos resignarse á renunciar á un punto tan importante, que antes había servido de base de sus operaciones, resolvieron su reconquista, y juntando numerosas y aguerridas fuerzas que algunos hacen ascender á más de noventa mil hombres, comandadas por cuatro Valíes confederados y procedentes de Navarra, penetraron en Aragón por la ribera del río de este nombre, llamada Canal de Berdún, y se encaminaron á esta ciudad con la confianza más completa de poder arrancarla del dominio del conde D. Aznar. Apercibiéndose este esforzado caudillo de la gran cruzada que á tal objeto se había formado; supo también las formidables masas de guerreros árabes que contra él venían; y aunque comparativamente su ejército era muy reducido é insignificante, no renunció á defender una conquista que tanto le había ennoblecido en tanta estima tenía: sabía que sus montañeses eran valientes y resueltos y confiando en su decisión y arrojo, no dudó ningún momento en luchar resueltamente contra el enemigo tan arrogante y numeroso. Ya las avanzadas de los musulmanes llegaban á las inmediaciones de Jaca, y levantaban sus tiendas al pie de las vertientes de la colina en cuya cima y llanura se halla situada la ciudad;(por este motivo aquel sitio es llamado el campo de las tiendas) sin arredrarse D. Aznar por la numerosa hueste enemiga que le amenazaba, y sin confiar la defensa al abrigo de las murallas, salió fuera de la población á buscar á los enemigos en su propio campo, marchando á la cabeza de sus bravos montañeses, que impulsados por su valor y civismo, no repararon en el número de sus contrarios, y sólo deseaban medir con ellos sus armas, luchando por la santa causa que defendían y prefiriendo antes morir en el combate, que entregar su ciudad conquistada á los que tan ufanos venían a dominarla.

D. Aznar con su gente encontró al ejército musulmán á media legua de la ciudad, en la confluencia de los ríos Aragón y Gas, donde luego se trabó el más empeñado y reñido combate: los moros no podían presentar extensa su línea de batalla, porque la estrechez y angosto del valle que forma el río, no les permitía poner á la vez en combate mucha gente; de manera que ocupando los cristianos montañeses el frente, las vertientes y los desfiladeros del mismo valle, supieron sostener bien, é impedir que estas cercaran la ciudad como tenían proyectado. Acometió el conde con los suyos á los infieles con tanta decisión y arrojo, que penetrando en medio de los escuadrones musulmanes, introdujo en ellos la sorpresa, la confusión y el desorden. La lucha era tenaz y sangrienta: el día avanzaba; la sangre de los combatientes enrojecía las aguas de aquellos ríos y por cada momento se empañaba más y más tan reñido combate; la inquietud y la zozobra afligía a los que habían quedado en Jaca, temerosos por el resultado de tan comprometida jornada; eran los ancianos, los niños y las mujeres éstas consideraban el grande riesgo que corría la vida de sus padres, de sus esposos y de sus hijos; deseosas de prestarles auxilio, y compartir con los mismos las fatigas y los laureles, y resueltas también á morir luchando, en medio de la ansiedad y sobresalto ñeque se hallaban, acordaron instantáneamente armarse de la mejor manera que las fuera posible, y salir al campo de batalla á combatir al lado de los objetos de su cariño.

Encontrábase la lucha en lo más empeñado, cuando en la cima de la cuesta que desde la ciudad desciende al río en el punto mencionado, se presentó aquel escuadrón de amazonas, resueltas y decididas á tomar parte en la encarnizada pelea: su vista animó a los montañeses sus deudos, suponiendo que era un socorro que venía á su auxilio, sin que pudieran pensar que fueran sus propias madres, mujeres hermanas é hijas, ni que con ánimo tan varonil llegaran al sitio en donde cercadas de los mayores peligros, á la vista de horrorosas y sangrientas escenas y ante un enemigo tan poderoso y formidable, sólo una muerte segura podía esperar. Los moros también apercibieron luego con la mayor sorpresa de este inesperado auxilio, y creyéndolo un poderoso refuerzo que procedente de Francia venía en socorro de los cristianos, se alarmaron y se pronunciaron en precipitada retirada; entonces fueron acometidos por los montañeses con mayor brío y arrogancia, pues se animaban más y más á la vista de aquellas heroínas: puestos los enemigos en vergonzosa fuga, unos para salvar sus vidas se arrojaron al río, cuya corriente arrastraba un número considerable de cadáveres; otros perecieron víctimas de los filos de las armas cristianas y los más huyeron despavoridos y desanimados, abandonando el campo de batalla del que quedaron dueños absolutos los soldados del conde D. Aznar, tremolando victorioso el estandarte de Sobrarbe en que ostentaba la cruz roja, el signo de nuestra redención humana, ante el cual prosternados aquellos valientes vencedores y aquellas nobles y resueltas amazonas, en gritos de júbilo y de contento, vitoreaban sin cesar á su esforzado caudillo, y bendecían á su Dios por haberles concedido su poderoso apoyo para alcanzar tan importante victoria, que dejó bien asegurada la posesión de su ciudad querida.
En memoria de este glorioso suceso fue erigida en el siglo X la iglesia que, para el culto y veneración de la Virgen Santísima bajo la invocación de Nuestra Señora de la Victoria, existe en la cima de aquella cuesta, en donde apareció el escuadrón de las valientes jaquesas, que se lanzaron al combate, y cuya sola presencia tanto influyó para la fuga y derrota de los infieles. En los lienzos de las paredes de aquel templo se hallaba trazado, en pinturas muy antiguas, que la ignorancia ha borrado posteriormente, aquel memorable suceso, que también está escrito en una tabla, renovada ya varias veces, y que se halla á la derecha del altar.

Para conmemorar tan importante triunfo, la ciudad de Jaca, representada por su excelentísimo Cabildo Catedral y por su ilustrísima municipalidad, se dirige procesionalmente á la mencionada iglesia; precede á esta comitiva un escuadrón de hombres armados, y uno de los regidores, vistiendo rico traje de color carmesí, en representación del Prior de veinticuatro, que era el cargo más preeminente de la ciudad, lleva un estandarte de seda con un escudo de armas de Jaca, rodeado de la inscripción que en letras de oro dice así: Christus vincit, Christus imperat, Christus regnat, Christus ab ovni malo nos defendat.

Terminada la función religiosa, regresa la comitiva á la ciudad, trayendo colocadas en astas las cabezas de los cuatro Régulos, que según la tradición perecieron en la batalla, dirigiéndose á la puerta de la Casa Consistorial, donde termina la fiesta en medio del regocijo y algazara producida por los disparos de las armas, los acordes de la música, los repiques de las campanas y aclamaciones del pueblo.
Periódico LA MONTAÑA de Jaca de fecha 1 de mayo de 1897 en su número 51.

Juegos Olímpicos de invierno

Entre otros equipamientos para ocio y servicios, está la pista de hielo, una de las más antiguas de España, que ha sido escenario de múltiples eventos deportivos, tanto a nivel nacional como internacional, como las Universiadas. Recientemente se inauguró una nueva pista de hielo. También cuenta con el Palacio de Congresos, edificio multifuncional gestionado por el Ayuntamiento de Jaca.

Jaca ha presentado candidatura en cuatro ocasiones (1998, 2002, 2010 y 2014) para intentar ser la sede de los Juegos Olímpicos de invierno.

Sin embargo, ha sido sede en varias ocasiones de la celebración de Campeonatos del Mundo de Patinaje Artístico así como de la mencionada Universiada o el Festival Olímpico de la Juventud.

Ciudades hermanadas

Jaca está hermanada con la ciudad valenciana de Elche, con la que mantiene una importante relación de cooperación. En Jaca se suele decir que cada uno de sus habitantes lleva un ilicitano y una palmera en su interior. Sin embargo, es con la ciudad francesa de Oloron-Sainte-Marie con la que más relaciones ha establecido a lo largo de la historia, esta localidad se encuentra al otro lado de los Pirineos.

Véase también

Referencias

Enlaces externos

Patrimonio