Ejército Árabe de Liberación

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Emblema del Ejército Árabe de Liberación.

El Ejército Árabe de Liberación (EAL; en árabe جيش التحرير العربي; Jaysh Tahrir al-Arabi) o Ejército de Rescate Árabe (Jaysh al-Inqadh al-Arabi) fue un ejército de voluntarios conformada, en su mayoría, por sirios e iraquíes irregulares organizados un diciembre de 1947 por la Liga Árabe para ayudar a los palestinos en sus enfrentamientos contra los asentamientos sionistas en el periodo anterior y posterior a la finalización del Mandato Británico en Palestina en mayo de 1948. El comandante del ejército de voluntarios fue liderado por Fawzi al-Qawuqji y su fuerza humana la formaron entre 4.000[1]​ y 5.000 hombres[2]​ (con divergencias en las fuentes) y, del total, entre 1.000 y 1.500 eran palestinos. Lucharon del lado árabe en la Guerra árabe-israelí de 1948.

Contexto histórico (1936-1948)[editar]

Ibrahim Nasrallah y su novela “El tiempo de los caballos blancos: la Ilíada Palestina” puede servir como contexto anterior a la creación del Ejército Árabe de Liberación (EAL). Si bien es verdad que los judíos ya habían empezado a emigrar a Palestina a finales del siglo XIX con las denominadas aliyas hay que decir que, en la novela de Nasrallah, que está documentada a través de entrevistas y documentos oficiales y utilizando una literatura en la que mezcla la realidad y la ficción, se narran tres etapas históricas de Palestina: durante el dominio otomano, el Mandato Británico y la Nakba de 1948.[3]

No obstante, la novela también es una descripción de cómo Palestina, por haber experimentado una constante invasión y control de potencias extranjeras, se había sembrado en la vida de sus habitantes la división entre ellos. Por ejemplo, en los  capítulos denominados “Un disparo al amanecer”[4]​ o “Cara a cara”[5]​ con la rivalidad entre Hach Jaled, el líder patriarca del clan de Al-Hadiya, y Hach Sabri Al-Nayar que quería disputarle el título de anciano de la aldea[6]​ o con la figura de Abd Al-Latif Al-Hamdi (aliado de los británicos) con el episodio del robo de rifles en el que se tuvo que enfrentar a Hach Jaled cuando éste mandó a su clan a secuestrar el ganado de Al-Hamdi para tener un intercambio y recuperar el armamento.[5]

En el capítulo “Un disparo al amanecer” también se narra que los palestinos de la aldea Al-Hadiya despertaron percatándose de que los judíos habían establecido un asentamiento a lo largo de su colina occidental. Vieron casas que habían sido prefabricadas y trasladas, con alambres de púas como frontera y altas torres de madera. Cuando un pastor intentó acercarse a los alambres de púas fue disparado. Ese acto es el ejemplo de lo que estaba ocurriendo en el contexto anterior a la creación del EAL. Asimismo, también aparece Edward Peterson[7]​ que es el militar británico que aparece en la novela como protector de los colonos judíos y que sirve como ejemplo documental de cómo Gran Bretaña apoyó el programa sionista desde el principio con los flujos migratorios, aliyas, y durante la guerra como se describirá más adelante.

Con estos antecedentes políticos y sociológicos hay que nombrar a Fawzi Al-Qawuqji que en el capítulo “La niebla”, de la mencionada novela, el escritor palestino nos sitúa en el contexto de la Revuelta de Palestina (1936 y 1939) y su proclamación nº16 del 12 de octubre de 1936[8]​:

Proclamación nº16: En respuesta a los llamamientos que hacen nuestros reyes y príncipes árabes, y a petición del Comité Árabe Superior, solicitamos que cesen todos los actos de violencia y que no participen en ninguna provocación que pueda arruinar el proceso de las negociaciones, en las que la nación árabe tiene depositadas grandes esperanzas para obtener derechos plenos para sus países. Debemos evitar cualquier acción que pueda considerarse como excusa para cortar las negociaciones. Damos la bienvenida a la paz honorable y no haremos nada para violarla, aunque, cuando sea necesario, nos defenderemos y no bajaremos las armas
Comandante general Fawzi Al-Din Al-Qawuqgi, 12 de octubre de 1936

Este comunicado enfureció a Hach Jaled porque instaba a los aldeanos a no emplear la fuerza por las negociaciones que se estaban intentando acordar para la resolución del conflicto. Y esta es una constante en la situación de Palestina y con el EAL porque en el transcurso de los acontecimientos en 1948 se plasmará esa parálisis de los países árabes por el contexto de “negociaciones” o “treguas” que son limitaciones impuestas, implícitamente, por parte de Gran Bretaña o por acudir a Naciones Unidas (siendo instrumentalizada también) o por la propia división entre los árabes que hará que los palestinos queden prácticamente abandonados tanto política como armamentísticamente hablando.

La figura de Fawzi Al-Qawuqji fue importante en el EAL debido a esa experiencia en los años de la Revuelta Palestina y será el centro de gravitación del EAL[9]​:  

El éxito de Fawzi Al-Qawuqyi al poner fin al levantamiento de 1936 tuvo un papel significativo en la decisión unánime tomada más tarde por los reyes y líderes árabes de nombrarlo comandante del Ejército de Rescate. Después de que este ejército entrara en Palestina, el rey Abdullah de Jordania le otorgó el título de “Pasha”. Empezando el 17 de mayo de 1948, se retiró a Siria durante un período de tres días, dejando sus posiciones a los Ejércitos iraquí y jordano. Luego regresó, agrupó sus tropas en el sur del Líbano y entró en la región de Galilea, en el norte de Palestina

Los preparativos de la Liga Árabe[editar]

En 1947, tras la Resolución 181 de la ONU para la partición de Palestina, Qawuqji fue nombrado comandante del EAL formado por la Liga Árabe con voluntarios de los países árabes circundantes para ayudar a los árabes palestinos[10]​. Este ejército contaba con (como está mencionado en las memorias del comandante) entre 4.000 hombres, de los cuales, unos 1.500 palestinos[11]​ en ocho batallones bajo el control central de un Comité de la Liga Árabe en Damasco, y entró en Palestina gradualmente durante un período de cuatro meses a partir de enero de 1948. El 23 de enero, Fawzi Al-Qawuqji entró en Palestina desde Siria para establecer una reorganización de las fuerzas árabes estableciendo su cuartel general en la aldea de Jaba', en Palestina Central.[12]

Por otro lado, en la Liga Árabe ya había diferencias entre Haj Amin Al-Husseini (muftí de Jerusalén exiliado) y el rey Abdullah ibn Hussein de Transjordania en cuanto al procedimiento de invasión de Palestina. A pesar de todo, el 15 de enero de 1948 se da el comunicado de Assad Dagher Bey, jefe de prensa[13]​, anunciando que los ejércitos regulares de los países árabes estaban planificando la ocupación de toda Palestina a la espera de que los británicos se retirasen, y se reportó que cualquier intervención por una fuerza policial internacional u otras tropas de largo alcance sería considerada como un acto inamistoso por los países árabes. Los países árabes ya habían mandado notas a Estados Unidos y Gran Bretaña para informar de que la Liga Árabe había decidido dar toda la ayuda posible a los árabes de Palestina. Aunque, la Liga Árabe no estaba reconociendo que había ya una guerra de guerrillas y el hecho de que existía un clima de violencia entre las comunidades palestinas y judías en el territorio. Lo que pasó al estallar la guerra es que tanto la comunidad judía como la palestina cayeron en la histeria y el odio que ya había empezado anteriormente, pero que se vería más acusado a partir de la declaración unilateral de independencia de Israel[14]​el día 14 de mayo de 1948.

El 23 de enero de 1948 la oficina de guerra británica anunció que todo el armamento que estaba vendiendo a países árabes no tenían nada que ver con la guerra que se estaba librando en Palestina e incluso se negó a revelar el valor de esas ventas.  No obstante, el portavoz del gobierno británico el 23 de enero de 1948 dijo que si la Legión Árabe, el ejército nacional de Transjordania, atacara a Palestina después de la retirada de tropas británicas el subsidio anual de la Legión que viene del Tesoro Británico cesaría. Y más adelante, se relatará como Gran Bretaña les facilitó la guerra a los sionistas que era su objetivo desde la Declaración Balfour (1917). Un número de complicaciones surgieron antes de que las fuerzas del EAL cruzaran el río Jordán. Antes el primer batallón Yarmuk, que era la vanguardia de las fuerzas, avanzaron hacia Palestina central que se habían movilizado desde Damasco, propiciados por las autoridades sirias, y en particular, por el presidente de la república, Shukri Quwatli. Había una necesidad de contactar a Amán e informar de los movimientos del EAL para facilitar el paso y asegurar que en un futuro se pudiesen recibir suministros y provisiones a través de Jordania. En Deraa, en la frontera sirio-jordana, en la noche del 22 de enero de 1948, Al-Qawuqji fue sorprendido cuando el guarda jordano no sabía nada sobre los voluntarios del EAL. Por lo tanto, decidió que la única cosa que podía hacer en ese momento era contactar al gobernador de Irbid para demandar alguna explicación. Cuando lo hizo, él estaba furioso y le preguntó[15]​:

¿Cómo te atreves a cruzar sin antes informarme y dándome el tiempo suficiente para estudiar la situación? Especialmente porque sabes que tenemos un tratado con los británicos que nos imponen ciertas obligaciones en casos como estos
Gobernador de Irbid

Él comandante libanés contestó, desde su conocimiento, que Damasco había contactado Amán, y que debería haber alguna complicación de la que no era consciente. Le pidió que contactara con las autoridades en Amán. Respondieron pronto con que el gobierno de Transjordania no sabía nada y se negaron a dejar al EAL cruzar. Luego preguntó al gobernador que fuese a Deraa el mismo a discutir la situación. Toda la conversación se dio con el Mayor general Ismail Safwat presente, el jefe comandante del ejército de la Liga Árabe para la liberación de Palestina, y el coronel Mahmoud al-Hindi, un miembro del Comité Militar, en el que el EAL eran responsables de supervisar la entrada del batallón a Palestina. Luego, se contactó al Palacio Presidencial en Damasco donde el General Lieutenant Taha al-Hashimi, el inspector general del ejército de liberación, estaba con el presidente Shukri al-Kuwatli esperando por las noticias desde la frontera. Cuando el comandante explicó la situación al presidente todo lo que dijo fue: “Tahsa Pasha te hablará. En todo caso prepárate para cruzar”[12]​. Al-Qawuqji estaba impresionado por escuchar la voz de al-Hashimi urgiéndole cruzar la frontera por la fuerza. Tal idea era lo último que se le pasaba por la mente. Naturalmente, rechazó la idea, por varias razones. Cuando el gobernador de Irbid llegó a Deraa dijo: “La única esperanza es que vayas a Ammán tú mismo y te encuentres con su majestad el rey Abdullah”[12]​. El comandante se disculpó y propuso al Mayor general Ismail Safwat que debería ir él. Así que fue a Amán y vio al rey y a miembros del gobierno, y obtuvo su aprobación con ciertas condiciones, y se decidió en un punto en el que el EAL cruzaría el río Jordán. Dio órdenes al comandante del Batallón, Lieutenant Colonel Safa, para evitar hacer nada mientras el EAL cruzaba el territorio de Jordania que podría causar sospecha de Amán. El hecho de que el batallón pasó el río Jordán de acuerdo con el plan sin causar ningún problema aseguró a las autoridades de Amán, y se permitió al EAL cruzar el Jordán a través del puente Allenby- el mayor y el más importante de los puentes- que era vigilado por una fuerza jordano-británica directamente vinculada al General Glubb Pasha. Cuando el primer batallón Yarmuk había alcanzado las posiciones, en Palestina Central, entró en Palestina el 6 de mayo de 1948 con el resto de las unidades del ejército de liberación vía Amán, no sigilosamente por la noche, y no poco a poco, sino a plena luz del día y realmente a través del puente Allenby.  Pocos días después de su llegada a su cuartel general en el pueblo de Jaba', en presencia de varias delegaciones palestinas, recibió la visita de una misión militar británica encabezada por un oficial con rango de coronel, en la que actuaba como intérprete el capitán Mahmoud al-Rifa'i. Después de felicitar a Al-Qawuqji por haber llegado sano y salvo, el oficial le dijo que tenía que informarle, en nombre del Mandato Británico en Palestina, que a partir de ese día se le consideraría responsable de la seguridad en todo el país. Muy sorprendido, el comandante respondió que sólo era responsable de la seguridad en la zona que se le había asignado por el Alto Mando Árabe en Damasco: el triángulo Nablus, el triángulo Jenin-Tulkarm, y la zona de Galilea y Lajjun, y que él era responsable sólo ante Damasco, no ante nadie más. Añadió que las otras áreas no estaban oficialmente bajo su mando. Volviendo a la política de la Liga Árabe, el 22 de enero de 1948 se decidió por parte del secretario general Azzam Pasha que no se darían prioridades económicas a ningún país que había votado por la partición de Palestina y que los Estados de la Liga Árabe que ya habían concedido concesiones de petróleo se habían comprometido a reconsiderar estas concesiones cuando sea necesario. Siguiendo este último punto, el día de antes el 21 de febrero se anunció que la Liga Árabe había decidido no dar permiso a ninguna de las compañías americanas poner gasoductos a través de los territorios de sus Estados miembros hasta que la política de Estados Unidos hacia la partición de Palestina se alterase. De modo que, los árabes a pesar de sus limitaciones, a pesar del hecho de que Gran Bretaña todavía no se había retirado, sí estaban moviendo los hilos para impedir, por el lado económico, una oportunidad para los sionistas. Asimismo, el 27 de febrero de 1948 el Comité Político de la Liga recomendó al Consejo que ningún Estado miembro debería firmar un pacto, militar o de otro tipo, con un poder extranjero a no ser que sea aprobado por la Liga Árabe.[16]

La situación de Palestina se convirtió en una situación muy tensa durante abril con la nueva convocatoria del Comité Político para considerar, entre otros temas, si el rey Abdullah de Transjordania pudiera ocupar Palestina con la Legión Árabe después de que el mandato de Gran Bretaña finalizase el 15 de mayo. Se había reportado que el Líbano y Siria, desconfiadas de los intentos por parte del rey Abdullah (Transjordania) de incorporar sus territorios en una “Gran Siria”, tenían miedo de que Transjordania ocupase Palestina y se convirtiera en algo permanente[17]. No obstante, varios Estados árabes estaban a favor de tal ocupación si estuviese bajo la supervisión de la Liga Árabe.  El plan de acción de la Liga Árabe para Palestina era que el país fuese ocupado por la Legión Árabe de Transjordania y la creación de un gobierno provisional encabezado por el muftí de Jerusalén. El plan estaba previsto con unas eventuales elecciones y la formación de una Asamblea Legislativa en la que los judíos estaban incluidos como un grupo minoritario.[5]

Aun así, los rumores de una acción militar inicial por parte de los árabes persistieron a lo largo de este período, ya que tanto la Comisión Palestina como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas buscaban soluciones al problema palestino. El 13 de abril se reportó que un segundo ejército árabe empezó a moverse hacia Palestina desde Siria entrenando en campos para unirse al ejército de Fawzi Al-Qawuqji, y una tercera fuerza era esperada a moverse al sureste de Palestina desde Egipto.  El 23 de abril el rey Abdullah (de Transjordania) urgió a todos los árabes que enviaran sus ejércitos a Palestina cuando las tropas británicas evacuaran.  El 24 de abril representantes de todos los Estados árabes se reunieron en Amán, Transjordania, para considerar el envío de las fuerzas nacionales a Palestina, aunque todos los representantes oficiales de los Estado árabes mantuvieron que sus ejércitos no entrarían en Palestina hasta que el mandato británico finalizase, aunque noticias indicaron que las fuerzas árabes estarían preparadas para entrar antes de tiempo.[18]

La retirada de Gran Bretaña y su rol en la guerra[editar]

En 1947 y a principios de 1948 la atención de los políticos árabes se centró en Gran Bretaña, con la esperanza de descubrir qué había detrás de sus movimientos en la zona. Así que cuando el rey Abdullah decidió unirse abiertamente a las filas árabes y aceptó asumir el mando supremo de los ejércitos árabes que se preparaban para avanzar hacia Palestina, tranquilizó a los políticos árabes y les convenció de que esto se había hecho con el consentimiento de Londres, que por lo tanto daría su bendición a cualquier paso que dieran en el futuro. El 7 de febrero de 1948 de dio una reunión secreta entre el primer ministro Tawfiq Abu al-Huda, el comandante de la Legión Árabe Glubb Pasha y el Secretario de Asuntos Exteriores británico Ernest Bevin. Bevin expresó su aprobación para la entrada de las fuerzas de Transjordania en Palestina al finalizar el Mandato Británico. [19]​Se tragaron así una dosis de la misma medicina que Gran Bretaña les había dado en la Primera Guerra Mundial, en la época de la revuelta del difunto rey Hussein. Es cierto que Gran Bretaña no se opuso a la entrada en Palestina de los ejércitos regulares árabes después del 15 de mayo de 1948 y, de hecho, probablemente los animó secretamente a entrar, pero lo que es aún más cierto es que Gran Bretaña fue una parte principal de la vasta conspiración cuyo objetivo[20]​ era el establecimiento de Israel de acuerdo con un plan cuidadosamente preparado, y que uno de los eslabones de esta conspiración consistía en involucrar a los ejércitos árabes.

Como cuenta Al-Qawuqji en sus memorias no es cierto (como a veces se ha afirmado) que Gran Bretaña abandonara su actitud pro-árabe bajo la presión estadounidense en mayo de 1948. Al contrario, desde el principio había apoyado a los judíos y había hecho todo lo posible para asegurar su victoria, como por ejemplo, durante el ataque árabe a la colonia Ein Zeitim[21]​. Así pues, las falsas sonrisas que repartió en las capitales árabes en un momento y en otro carecían de sentido; su único objeto era el engaño y el camuflaje. A la luz de lo que descubrió A-Qawuqji después de entrar en Palestina, la tarea del ejército británico en Palestina antes del 15 de mayo de 1948 era la siguiente:

1. Proteger a los judíos en sus batallas contra los árabes.

2. Ayudar a los judíos en sus acciones ofensivas de vez en cuando.

3. Suministrar a los judíos tantas armas y municiones tan rápido como sea posible[22]

Además, varios documentos prueban esa intervención del ejército británico ayudando a los sionistas en contra de los árabes antes del 15 de mayo de 1948. Por ejemplo[12]​:

Una emboscada de la compañía Idlib asaltó un convoy judío. Los judíos acudieron la ayuda del convoy con grandes fuerzas. El ejército británico intervino contra nosotros con vehículos blindados y nos persiguió durante una corta distancia. morteros. Nos vimos obligados a retirarnos. No sabemos qué pérdidas sufrieron los judíos y los británicos. Nuestras pérdidas fueron de cinco desaparecidos
Fawzi Al-Qawuqji
La Compañía Idlib bloqueó Jubb Yusuf esta mañana. El ejército británico intervino con cañones de mortero pesado y comenzó a perseguir a nuestras tropas cuando se retiraron. No hemos sufrido pérdidas. Resultados desconocidos
Adib para Fawzi
La Compañía del Norte chocó con los británicos cuando abastecían a Ein Zeitim que está bajo asedio. Nuestros destacamentos se retiraron sin pérdidas. Creemos que seis judíos muertos y heridos
Adib a Fawzi
Un destacamento del cuartel general tendió una emboscada a un convoy judío al sur de Jubb Yusuf. Fue atacado por un destacamento británico tres horas después del incidente. Se cree que es un movimiento de cerco a gran escala. Nos retiraremos hacia Bait Jann
Adib a Fawzi
Los británicos advirtieron que atacarían nuestros cañones con aviones si bombardeamos Jerusalén por tercera vez. Carros blindados británicos vigilando Nabi Yaqub y Kalandia todo el día. Una brigada mecanizada británica del distrito de Latroun ha sido estacionada en Ramala
Fawzi al Alto Mando de Damasco

Los judíos orientales (Mizrajíes)[editar]

Traslado de judíos yemeníes a Israel en 1949

Tras la victoria palestina en la batalla de al-Zarra'a, de la que hablaremos más adelante, y su éxito en cortar las comunicaciones entre los asentamientos judíos de la zona de la que eran responsables, donde los británicos intentaron sin éxito rescatar a los judíos del poder del EAL, los judíos, especialmente los orientales, se convencieron de que el EAL era fuerte y que tenía suficientes recursos militares para destruir sus asentamientos y eliminar a sus habitantes. Por esta razón los líderes de algunos de los asentamientos cercanos al EAL decidieron intentar ponerse en contacto con ellos para rendirse y obtener protección. Por ello, enviaron un mensajero al cuartel general del comandante del batallón Hattin, el capitán Madlul Abbas, responsable del distrito de Tulkarm, para proponérselo. El capitán Madlul fue con el director de Inteligencia, el teniente Salim al-Asil, para discutir el asunto con Al-Qawuqji. Aceptó y les dijo que hicieran los preparativos para la reunión a la que tenía intención de asistir en persona, junto con la delegación árabe, para poder escuchar él mismo lo que tenía que decir la delegación judía. En la reunión, que se celebró en el pueblo de Nur Shams, los miembros de la delegación judía, que eran judíos orientales, se quejaron amargamente del modo en que los trataban los judíos occidentales y expresaron su deseo de que fueran protegidos por el EAL.

Se aceptó su propuesta con tres condiciones:

1. Que se entregaran inmediatamente todas las armas y municiones al EAL

2. Que se comprometieran a cortar todos los contactos con la Haganá, el Palmach y las otras organizaciones terroristas.

3. Que impidan la entrada en sus asentamientos a todos los elementos judíos desconocidos para ellos en sus asentamientos.

La delegación aceptó estas condiciones y partió para informar a sus camaradas, después de lo cual debían volver al EAL. Mientras tanto, el teniente Salim al-Asil envió un informe detallado al Alto Mando en Damasco, que había sabido que se iba a celebrar la reunión, y le había dado su bendición. Pero ningún miembro de la delegación regresó, porque la Agencia Judía en Tel Aviv se enteró de la reunión y tomó medidas disciplinarias contra los asistentes, y les impidió regresar amenazándoles con las consecuencias[23]​. Aproximadamente, dos décadas después se vería claramente esa opresión de los judíos askenazíes sobre los judíos orientales o mizrajíes con las protestas denominadas "Movimiento de las Panteras Negras en Israel en 1971.

No obstante, esta parte de las memorias de Fawzi Al-Qawuqji parecen positivas para la parte del EAL, pero lo curioso es que en la novela de Ibrahim Nasrallah hay otra versión de los hechos en lo que se refiere a esas reuniones entre el comandante libanés y los sionistas. Sobre todo, se ve en el capítulo “Pérdidas de guerra” en el que en la cita 105 se cuenta, según testimonios, que Al-Qawuqji se reunió con Josh Palmon, el líder de la Haganah que luego sería el primer jefe del Mossad. En esa reunión en medio del bosque cerca de la aldea Nur Shams el comandante libanés le pidió al sionista “una victoria simbólica” a lo que Palmon le contestó: “Si nos atacas, te golpearemos aún más fuerte de lo que tú nos pegaste, ¡así que no interfieras!” Esto quería decir que Al-Qawuqji y el EAL intentaron dar la falsa impresión de que realmente estaban combatiendo, pero en realidad estaban confabulando con el enemigo según la narrativa de la novela.[24]​Esto entraría en contradicción con las memorias del propio comandante.

La batalla de Al-Zarr´a[editar]

Después de que el Primer Batallón Yarmuk, al mando del teniente coronel Safa, entró en Palestina y ocupó las posiciones que se le asignaron se percató de que la situación general del país era extremadamente crítica. Casi todas las formaciones combatientes palestinas estaban enfrentados a los judíos y, en particular sufrían de escasez de municiones. Al-Qawuqji, mientras aún estaba en Damasco vio que era latente que la situación requería que el Batallón Yarmuk emprendiera inmediatamente operaciones enérgicas para levantar la moral de los árabes y sacudir la de los judíos. Por lo tanto, ordenó al teniente coronel Safa que llevara a cabo los reconocimientos necesarios para encontrar un asentamiento que se pudiese atacar con el objetivo de infligir el mayor daño posible. El tiempo en Palestina en la segunda semana de febrero de 1948 era lluvioso y tormentoso. El teniente coronel Safa había completado sus planes para atacar en el asentamiento de al-Zarra'a, y estaba esperando a que el tiempo mejorara. En la noche del 16 al 17 de febrero se produjo la mejora esperada y atacó por sorpresa el asentamiento a las 23.45 horas, enfrentándose a los puestos avanzados, cuyo personal pronto se retiró al interior del asentamiento bajo la presión de la fuerza atacante que, aunque estaba formada por una sola compañía, logró desbordar a las tropas enemigas y seguirlas hasta el interior del asentamiento, tras lo cual el enemigo disparó bengalas SOS para pedir refuerzos. Cuando llegaron los refuerzos, chocaron con una compañía del Primer Batallón Yarmuk que había sido destacada para interceptarlos. A pesar de ello, debido a su número, algunas unidades enemigas consiguieron entrar en el asentamiento, donde se desató un sangriento conflicto en las calles y las casas. La lucha continuó hasta la mañana, cuando una fuerza británica acudió en ayuda de los judíos, y el teniente coronel Safa ordenó a sus tropas que se retiraran, porque la ocupación del asentamiento no era un fin en sí mismo. Las pérdidas del EAL durante la noche fueron de treinta y siete muertos y un número mayor de heridos. Según el coronel británico Nelson, que supervisó el traslado de los cadáveres a Beisan en su transporte, las pérdidas enemigas fueron de 112 muertos; no sabía el número de heridos, pero lo estimaba superior al de muertos.

El compromiso causó mucha satisfacción y mejoró enormemente la moral entre los compañeros del EAL, y comenzó un éxodo judío hacía de las zonas cercanas a la línea de fuego. Este compromiso tuvo lugar en un momento en que la moral de la población judía de Palestina estaba por los suelos y amenazaba con dividir a su pueblo y filas. Fue uno de los mayores y más violentos enfrentamientos que tuvieron lugar antes de la entrada de los ejércitos regulares árabes. En el curso de los combates hubo constantes avances y retrocesos, ataques y contraataques. Las posiciones fueron capturadas, perdidas y recapturadas por ambos bandos. También fue notable el hecho de que el ejército británico tomó parte en los combates cuando se tuvo la certeza[2] de que la batalla iba al favor del EAL, y que las fuerzas de seguridad de las Naciones Unidas intervinieron para imponer un alto el fuego. Esta intervención de Naciones Unidas para imponer un alto al fuego se ve narra perfectamente en el capítulo “Pérdidas de guerra” de la novela de Nasrallah en la que se narra en el contexto de la lucha de la aldea Al-Hadiya, que estaba cercada con una barrera de minas, como lanzando varios ataques al asentamiento sionista tuvo una repercusión desesperante para los judíos. Momento en el cual los judíos acudieron a Naciones Unidas estableciéndose una futura reunión para hablar sobre negociaciones de alto al fuego.[25]

Volviendo a Al-Zarr´a el EAL había asestado un duro golpe a este importante asentamiento, y las fuerzas de la Haganah habían sufrido graves pérdidas en armas, equipo y hombres. Esto se sumó al pánico que cundió entre los judíos a finales de marzo y principios de abril de 1948. Su moral ya había sido sacudida por el éxito de los árabes al cortar la carretera Tel Aviv-Jerusalén y aislar la Ciudad Santa de los principales centros judíos, con el resultado de que la población judía de Jerusalén, que ascendía a cien mil personas, amenazaba a la Agencia Judía en Tel Aviv con la rendición. Otro factor fue el éxito de los árabes en cortar las comunicaciones entre los asentamientos judíos; esto había sido logrado por el Ejército de Liberación y las unidades de combate palestinas tanto en el norte de Palestina como en el sur, por ejemplo, el 16 de marzo cuando se bloqueó la carretera dirección a una colonia sionista Negev en la aldea de Artuf (el sudistrito de Jerusalén), el 21 de marzo, palestinos irregulares explotaron un coche en la carretera Harbour en Haifa, el 24 de marzo atacaron la colonia de Atarot, norte de Jerusalén, o como el acontecimiento el 27 de marzo con la emboscada a un convoy de la Haganá haciendo la ruta a Gush Etzion, cerca de Hebrón, matando a 70 miembros de la Haganá y, conjuntamente, añadiendo la participación de los voluntarios del EAL se realizó otra emboscada a un convoy en ruta hacia Yehyam en el oeste de Galilea[26]​. Para ocultar esta situación, los medios de propaganda sionistas se vieron obligados, durante y después de la batalla de Mishmar Ha'emek, a publicar informes inventados, a través de ciertas agencias de noticias mundiales que estaban bajo su control, en el sentido de que la Haganá había rodeado y aniquilado a las bandas de Qawuqji. Sin duda, miles de personas en los países árabes aún recuerdan la alarma y angustia que sintieron cuando leyeron estos informes en la prensa o en la radio.[27]

La batalla de Mishmar Ha´emek[editar]

El asentamiento de Mishmar Ha'emek estaba situado en la carretera Jenin-Haifa, en la apertura de un valle rodeado al este, oeste y sur por colinas boscosas, mientras que al norte se extiende la llanura de Marj ibn 'Amer, repleta de asentamientos judíos unidos a ella por una carretera asfaltada. Debido a su importante posición estratégica, los judíos habían fortificado el asentamiento con torres de hormigón armado y emplazamientos de ametralladoras pesadas, y habían excavado refugios subterráneos en su interior. También lo habían rodeado con un anillo de trincheras protegidas por enredos de alambre de espino. Era el asentamiento judío más inexpugnable de toda Palestina y era famoso por sus constantes ataques a los vehículos árabes que se dirigían a Haifa o Yenín.[12]

El objetivo del EAL al atacarla era darle una lección y llevar a las fuerzas de la Haganá a un enfrentamiento en campo abierto, lejos de las torres y fortificaciones del asentamiento, para poner a prueba sus capacidades en condiciones específicas. Después de tres semanas de reconocimiento, se eligió el sábado 4 de abril de 1948 como fecha para el ataque, ya que, además de ser el día de descanso, coincidía con una festividad judía. El ataque estaba previsto que comenzara a las 5 de la tarde para evitar la intervención del ejército británico, que normalmente no se movía de sus posiciones después del anochecer. Además, a esa hora el asentamiento no temería en absoluto un ataque. La fuerza que se preparó por parte del EAL para el ataque consistía en un batallón y dos compañías de reserva, apoyadas por la única batería de artillería de la que disponía el EAL, que consistía en cuatro cañones franceses del modelo 75 y dos viejos cañones americanos del modelo 105 mm 105 americanos, y no, como decían los sionistas, siete 75 y tres 88. Esta modesta y notable batería se hizo muy famosa en los campos de batalla de Palestina, y los corresponsales extranjeros escribieron tantas historias sobre ella que se convirtió casi en legendaria. Su comandante era el teniente Afif al-Bizri, quien, tras los golpes de Estado en Siria, fue ascendido al rango de teniente general. En toda la vida militar del libanés, el único oficial que había conocido que le igualaba en cuestiones de artillería era un oficial turco, el capitán Rida, que comandaba una batería de artillería en la Tercera División de Caballería del ejército otomano durante la Primera Guerra Mundial. El teniente Afif al-Bizri obtuvo un excelente resultado en las batallas de Palestina en 1948. La tarea de los demás destacamentos, que constituían la mayoría de la fuerza preparada para la batalla, era cortar los caminos que llevaban a los asentamientos y obligar a los refuerzos que pudieran llegar a dar batalla, en cualquier dirección que vinieran, para hacer frente a las emergencias que el comandante del EAL anticipaba que pudieran surgir, y aprovechar las oportunidades que se les ofrecieran.

Para desviar la atención del mando de la Haganá de los movimientos del EAL y su objetivo, se decidió que un destacamento del Primer Batallón Yarmuk, comandado por el teniente coronel Mohammed Safa, uno de nuestros más inteligentes y valientes oficiales, debería hacer un ataque de distracción en un asentamiento llamado Zera'im, cerca de Zir'in, al noreste de Yenín. En la noche del 3 al 4 de abril, el teniente coronel Safa consiguió destruir algunas instalaciones importantes en el asentamiento, amenazando la carretera Beisan-Affula y la carretera Beisan- Tiberias-Safad. Mientras considerables fuerzas de la Haganá se dirigían a reforzar esta zona Al-Qawuqji estaba moviendo la fuerza detallada para el ataque a Mishmar Ha'emek y concentrándola en las colinas cercanas y el terreno bajo, según el plan.[28]

Esta fuerza tuvo veinticuatro horas para descansar y prepararse en las posiciones asignadas. Al-Qawuqji pasó todo el día en una colina a 500 metros del asentamiento observando con sus prismáticos todo lo que ocurría en él y sus alrededores, sin encontrar ningún indicio de que se estuviera produciendo algo inusual. Por lo tanto, estaba convencido de que los judíos no sabían nada de los movimientos y la concentración de las fuerzas del EAL. A las 5 de la tarde, hora fijada para el ataque, se jugaba aún un partido de fútbol en el asentamiento, a pesar de la llovizna que caía; los balcones de los edificios estaban abarrotados de espectadores sentados y de pie, y el comandante del EAL pudo oírlos gritar y cantar, absolutamente a sus anchas y desprevenidos. Los primeros proyectiles impactaron en los balcones, seguidos de una lluvia de proyectiles que cayeron en y alrededor de los campos de juego que cayeron dentro y alrededor de los campos de juego. Al mismo tiempo, los tres carros blindados avanzaban por la carretera principal hacia las torres que se alzaban a la entrada del asentamiento y los soldados de la compañía avanzaban rápidamente hacia la alambrada.

La sorpresa fue total: judíos aterrorizados corrían en la confusión por todo el asentamiento, y al principio solo hubo disparos ligeros y confusos disparos desde las torres. Cuando los hombres del EAL lograron alcanzar el alambre de púas, la artillería del EAL detuvo su bombardeo, que había continuado intermitentemente durante una hora. Los blindados avanzaron hasta las torres de la entrada, que se silenciaron. Esto le sorprendió a Fawzi, y también le puso en guardia ya que temía que se tratara de una treta. Había empezado a oscurecer y la llovizna se había convertido en un fuerte aguacero que dificultaba la visión. Temía que las tropas árabes sufrieran sufrir grandes bajas durante la noche, porque carecían de disciplina y experiencia en combates nocturnos bajo la lluvia y el barro. También temía que las filas de la compañía se rompieran en desorden. En vista también de su escaso número en comparación con las fuerzas judías del asentamiento, se decidió que era mejor concentrar la compañía en las colinas que dominaban directamente y controlaban el asentamiento hasta que pasara la noche y pudiesen ver por la mañana cómo reaccionaba el mando de la Haganá en Tel Aviv. En ese momento las pérdidas del EAL fueron de un herido.

Todo lo que el general Macmillan, comandante en jefe de las fuerzas británicas hizo esa noche, después de recibir la primera información sobre la batalla, fue bloquear los caminos que conducían a las posiciones ocupadas por sus tropas. Las últimas de la batalla revelarían, en primer lugar, el engañoso papel que desempeñó con el pretexto de consideraciones humanitarias y, en segundo lugar, su abierta parcialidad cuando lanzó a la batalla los tanques que estaban estacionados en el asentamiento para protegerlos, y más tarde apoyó a los judíos en sus contraataques.

Al día siguiente, con el asentamiento asediado y continuando el fuego de artillería intermitente contra objetivos importantes, un oficial británico de alto rango se presentó en el cuartel general del comandante del Batallón, Mahdi Saleh, preguntando, en nombre[29]​ del Alto Mando, y por razones humanitarias, la autorización para sacar a los muertos y heridos del asentamiento, a condición de que la operación no se aprovechara para reforzar la posición militar del enemigo. Así que ambulancias y camiones británicos empezaron a entrar y salir del asentamiento, protegidos por carros blindados y tanques británicos. Lo último imaginable era que un oficial superior rompiera una promesa hecha en nombre de su Alto Mando. Pero más tarde se descubrió que las ambulancias y los camiones habían sido utilizados para llevar refuerzos de la Haganá a los asentamientos, junto con grandes cantidades de armas y municiones[30]​. Y esto se corrobora porque la ayuda occidental ya estaba programada con anticipación: el 1 de abril, la Haganá recibió el primer plazo del acuerdo checo sobre armamento, el 25 de abril, 25 piezas de artillería a bordo del Resurrectio llegan a Tel Aviv, el 2 de mayo llegan de Francia tres aviones cargados de armas para la Haganá, del 12 al 14 de mayo llegan a Palestina el segundo y el tercer cargamento de armas de Checoslovaquia para la Haganá. Cincuenta piezas de artillería y 24 morteros pesados llegan a bordo del Borea.[31]

No obstante, el 6 de abril de 1948 empezaron a llegar informes alarmantes al frente de Tulkarm en el sentido de que las fuerzas judías se estaban concentrando contra él. Esta fue la primera reacción por parte del Alto Mando de la Haganá. Se veía el panorama claramente y se esperaba que los judíos atacaran en este frente para obligar a Al-Qawuqji a reducir el bloqueo de Mishmar Ha'emek retirando parte de las fuerzas que luchaban en este campo. De modo que, el comandante del EAL envió un telegrama al comandante del frente, el capitán Madlul Abbas, para advertirle que se preparara para afrontar la situación que prevé con todas las fuerzas disponibles, y que no esperara que Al-Qawuqji enviara ni hombres ni municiones para reforzarlo. Pero, la zona de Jerusalén, que no estaba bajo su mando sobre el terreno, había sufrido un duro revés con la muerte, el 7 de abril de 1948, de su comandante, 'Abd al-Qadir al-Husseini. En esta situación crítica le visitó el Dr. Amin Ruwayha a Al-Qawuqji, con una delegación de Jerusalén que le informó del deterioro de la situación allí, y le pidieron que enviara refuerzos urgentemente. El Dr. Ruwayha envió el siguiente cable a Damasco[32]​:

He regresado hoy del frente de Qastal. La muerte de 'Abd al-Qadir al-Husseini ha causado confusión en toda la zona. Los comandantes de compañías y destacamentos que son sus seguidores, y algunos de ellos sus parientes, piden al Alto Mando que confíe inmediatamente a Qawuqji la protección de Qastal para disipar los temores en Jerusalén. Le pido que acceda a sus deseos de inmediato, aunque sólo sea temporalmente, para salvar el frente del colapso
Amin Ruwayha

Fawzi sabía que reforzar Jerusalén significaba debilitar su posición en Mishmar Ha'emek retirando parte de las fuerzas que allí combatían. Sólo veía dos soluciones posibles: esperar hasta el final de la batalla que estaba librando y hasta que llegaran instrucciones concretas de Damasco, y retrasar así la llegada de refuerzos, o acceder a la petición inmediatamente, en contra de las órdenes expresas que le habían dado y que le prohibían absolutamente intervenir en una zona de la que no era responsable.[12]

Rescatando la novela de Ibrahim Nasrallah en el capítulo “Al-Hadiya de noche” se relata un ejemplo y las consecuencias de esos tipos de desplazamientos del EAL a Jerusalén. Según se relata era angustiante debido a que se ambienta en el momento en el que en la mezquita de la aldea se da un enfrentamiento sangriento entre palestinos y judíos[33]​:

¿Dónde estaba el Ejército de Rescate? No lo sé. Nadie lo sabe. ¿Cómo pudo haberse retirado sin que nos diéramos cuenta? Se habían ido como ladrones durante toda la noche y habían entregado el pueblo a los judíos mientras la gente dormía (...) Atacaron mientras la gente estaba durmiendo, mientras pensamos que nos protegía el Ejército de Rescate. Pero fue nuestra culpa, por habernos olvidado. ¿Cómo podría haber olvidado que nos habían engañado en 1936? ¿Cómo?, ¿cómo podríamos haberlo olvidado? Habían enviado soldados formados y dirigidos por los británicos para luchar contra los propios británicos y los judíos, que, a su vez, estaban siendo protegidos por los británicos. Entonces, ¿cómo pudimos haberles creído?

Ante la tardanza del Alto Mando en responder, la creciente insistencia del Dr. Ruwayha y de los miembros de su delegación, y nuevos informes de que las cosas empeoraban aún más en Jerusalén, Fawzi decidió montar un ataque de la Haganah para romper el bloqueo del asentamiento, empujarlos y hacerlos retroceder.

Así, el 8 de abril se arriesgó a enviar refuerzos a Jerusalén bajo el mando del difunto Capitán de Estado Mayor Mamun al-Bitar, un oficial extremadamente valiente y competente. Antes de que la batería de artillería partiera hacia Jerusalén el 8 de abril, se despidió del asentamiento con una ronda de disparos de fuego concentrado que provocó explosiones en los almacenes de municiones y destruyó varias instalaciones y edificios en el asentamiento. Ese envío de refuerzos queda en el registro histórico a través del siguiente cable al Alto Mando de Damasco por parte del comandante del EAL[12]​:

La zona de Jerusalén me pide urgentemente refuerzos en vista de la desesperada situación en Qastal. He decidido enviar la batería de artillería, tres carros blindados y una compañía al mando del capitán Bitar para reforzarla en cooperación con la compañía de Fadel y los lideres de los combatientes palestinos. He enviado una unidad de reconocimiento. Los refuerzos llegarán esta noche o mañana

El 8 de abril, la delegación negociadora judía, acompañada por el oficial británico, acudió de nuevo al cuartel general del batallón para discutir los términos de la rendición del asentamiento. El oficial inició las conversaciones sugiriendo al teniente Coronel Mahdi Saleh, en tono amenazador, que levantara el bloqueo del asentamiento. El teniente coronel Mahdi respondió con firmeza que eso dependía del Alto Mando, que cumpliría las órdenes que recibiera, y que le eran indiferentes las amenazas.El jefe de la delegación intervino entonces para intentar calmar los ánimos y justificar su retraso en responder las condiciones del EAL, de la siguiente manera[12]​:

Nos hemos puesto en contacto con la Agencia Judía de Tel Aviv. responsables de nuestro retraso en la respuesta. Finalmente nos permitieron tomar la decisión que considerásemos en nuestro interés y bajo nuestra propia responsabilidad. Nuestra decisión está siendo estudiada por los notables y líderes de la colonia. Lo que queremos pedirles es que continúen permitiéndonos retirar a los muertos y heridos.

Cuando el teniente coronel Mahdi le contó a Fawzi los detalles de lo que había sucedido en esa reunión, le dio permiso para acceder a su petición, de modo que, ellos no debían pensar que el EAL había cambiado de opinión sobre la continuación de las negociaciones, aunque Al-Qawuqji estaba convencido de que les engañaban para ganar tiempo para la movilización, de la que no cesaban de llegarle noticias. Sin embargo, se puso como condición que la operación terminara en veinticuatro horas, durante las cuales tomarían su decisión final. Aceptaron y se marcharon.

También se quería ganar tiempo hasta que la guerra envia[34]​da a reforzar Jerusalén cumpliera su tarea y regresara, y se empezó a preparar para la gran batalla que preveía que se libraría en Mishmar Ha´emek y no en otro lugar. El capitán de Estado Mayor Mamum al-Bitar envió a Al-Qawuqji un despacho fechado a las 10:40 horas de abril en el que le dijo:

Su radio no responde. Nuestras fuerzas ocuparon la aldea de castal tras un intenso bombardeo. Nuestra artillería arrasó ayer por la tarde el asentamiento de Mota y nuestra infantería avanzó hasta sus límites. Volvimos a bombardear a las 5 de la mañana y destruimos varios blindados y vehículos cargados de municiones que explotaron en el aire. Los irregulares palestinos no han aprovechado este bombardeo para avanzar y atacar el asentamiento. ¿Me ordena que siga bombardeando los asentamientos como me ha ordenado, aunque no haya nadie que se aproveche de ello? A la espera de sus órdenes

Entonces el comandante del EAL se dio cuenta de que ya no tenía sentido que esa fuerza permaneciera en la zona de Jerusalén por el momento. Había cumplido admirablemente con su deber, y sería mucho más útil que se unieran a Fawzi en la batalla, sobre todo porque necesitaba urgentemente la batería de artillería. Así que se envió al capitán Bitar la siguiente orden: “Bombardeen Nabi Ya´qub esta noche y concluyan la operación bombardeando la parte occidental de Jerusalén. Haga todo lo posible para volver esta noche. Nuestras fuerzas están comprometidas alrededor de Mishmar Ha´emek.”

Como se había previsto, la mañana del 9 de abril[35]​ la Haganá contraataco con unas fuerzas de más de seis mil hombres con un gran número de cañonees de mortero y ametralladoras pesadas, más de los que tendría cualquier unidad regular. Algunas de estas fuerzas procedían del propio asentamiento, y otras de la carretera Haifa y de los asentamientos de Marj.

Fawzi empezó a retirarse antes que ellos, atrayéndoles hacia el este, hacia Ghubaiyat, para obligarlos a combatir en campo abierto, bien lejos de las fortificaciones del asentamiento y de los proyectiles de los tanques británicos estacionados en el asentamiento que ayudaban al ataque. A lo largo del día continuaron los combates encarnizados, durante los cuales el EAL no cedió menos de dos kilómetros de terreno; el enemigo llegó hasta la aldea de Ghubaiyat, aunque más tarde se logró expulsar. Volvimos a atacar y durante toda la noche hubo combates casa por casa en la aldea[36]​.La mañana del 10 de abril, los combates se convirtieron en una batalla campal y los hombres del EAL consiguieron despejar Ghubaiyat de fuerzas enemigas y hacerlas retroceder. Por la tarde, la unidad de artillería 105, compuesta por dos cañones, comenzó a bombardear las posiciones judías, a lo que siguió un ataque total de la infantería. Las fuerzas de Haganah se vieron sorprendidas por la violencia del ataque y emprendieron la retirada. Estaban bien entrenadas, resistieron con fuerza y disponían de abundantes armas, especialmente cañones Bren y cañones mortero pesados. Su moral se mantuvo buena hasta las 4 de la tarde, cuando empezó a deteriorarse, y al atardecer la retirada se convirtió en una huida. Embriagados por la victoria, el EAL avanzó rápidamente, pisando los cuerpos de los muertos y las armas yaciendo esparcidas por el campo de batalla, hasta llegar a las colinas que dominaban el asentamiento, que habían evacuado el día anterior. A las 19:30 horas se dieron órdenes de detenerse en estas colinas y construir fortificaciones. Las pérdidas enemigas habían sido más de 200 muertos y heridos, algunos de los cuales no pudieron llevarse del campo de batalla. Además, fueron destruidos grandes camiones de carga enemigos, de los cuales fueron incendiados.

En cuanto llegaron los refuerzos de las fuerzas de Haganá, éstas realizaron su segundo contraataque a las 15:00 horas del 11 de abril; éste fue más violento que el primero. Una vez más emprendieron la retirada, el EAL, y se detuvieron en el pueblo de Al-Mansi. Ese mismo día, la fuerza del capitán Bitar regresó de Jerusalén en un estado de extrema fatiga. En la mañana del 12 de abril el EAL atacó de nuevo, y la lucha se convirtió en algo parecido a una masacre. Las fuerzas de la Haganá se retiraron y recuperaron lo que habían perdido. Durante el resto del día observamos grandes concentraciones cerca de Kefar Barukh que llegaban de Affula y de los asentamientos de la carretera Haifa-Nazareth y Haifa-Jenin. También llegaron otras fuerzas judías desde el suroeste de Mishmar Ha´emek. El tercer contraataque judío comenzó a las 5 de la mañana del 13 de abril, con fuerzas estimadas en seis batallones apoyados por numerosos carros blindados y artillería pesada de mortero. El ataque se produjo desde dos direcciones: desde Mishmar Ha´emek hacia Ghubaiyat y desde Jaara-Ein Hashofet hacia Lajjun. El objetivo de este ataque era inmovilizar fuerzas ante Mishmar Ha´emek y alcanzar el cruce de Lajjun en una operación de flanqueo destinada a destruirlas. Por primera vez Al-Qawuqji vio un avión de reconocimiento judío sobrevolando el campo de batalla. Él había recibido informes de un avión judío derribado por el Segundo Batallón de Yarmuk en la zona de Galilea, mientras bombardeaba las posiciones del Batallón, donde algunos de sus hombres resultaron heridos. Las unidades del EAL en Ghubaiyat se retiraron, y las unidades al oeste de Kfarin también se replegaron hacia Mansi para evitar la operación de flanqueo.[37]

Al-Qawuqji envió tres compañías de las reservas que había comenzado a retirar de los batallones en posiciones vecinas al hacer frente al ataque para detener el avance y recuperar las posiciones perdidas. Para preparar el contraataque que había decidido realizar en la tarde del 13 al 14 de abril, el capitán Bitar salió a reconocer la situación. Todo parecía tranquilo en Ghubaiyat y sus alrededores. Pensando que el enemigo lo había abandonado, dio órdenes de avanzar y ocuparlo y que la artillería se trasladara a posiciones cercanas a Ghubaiyat. Mientras tanto, la compañía "Qadisiya" y el destacamento jordano fueron sorprendidos por un intenso fuego que alcanzó incluso a la sección de artillería 105, hiriendo a varios de sus hombres. El capitán Mamun fue alcanzado mientras luchaba por retirar la sección de artillería para sacarla del peligro, y murió de sus heridas en el hospital de Nablus ese mismo día. Durante la noche del 13 de abril, Fawzi reorganizó sus filas para estar listos para la mañana, mientras que durante toda la noche llegaban refuerzos a las posiciones judías. En la mañana del 14 de abril, tras un bombardeo preliminar de artillería, el EAL contraatacó se recuperó Ghubaiyat y llegaron a los bosques cerca de Mishmar Ha'emek, después de contener algunas de las fuerzas de la Haganá en el asentamiento.

La única razón por la que no se siguió luchando fue el miedo a que se agotaran las pocas municiones que les quedaban. En este ataque murió el comandante de las fuerzas de la Haganah y hubo grandes manifestaciones cuando fue enterrado en Tel Aviv. Las bajas del EAL en todas las fases de la batalla de Mishmar Ha'emek fueron de veinticuatro heridos y seis muertos, entre ellos el capitán Mamun al-Bitar. Las pérdidas enemigas en esta última etapa de la batalla fueron tres carros blindados quemados, y dos destruidos, y tres camiones de carga destruidos. Se dejaron cuarenta y cinco muertos en el campo, y dos cañones de mortero de cuatro pulgadas y cantidades de granadas de mortero y munición. Más tarde el EAL recibió informes de una fuente británica de que las pérdidas enemigas ese día fueron 230 muertos y 210 heridos. Después de esta lucha su munición estaba casi agotada, y no habían recibido reemplazos del Alto Mando. El EAL varios telegramas a Damasco pidiendo el envío inmediato de municiones.[38]​ El mejor ejemplo es esta lista de respuestas del Alto Mando de Damasco a una petición del Fawzi a la Liga Árabe para proveer de munición al EAL[39]​:

1. En respuesta a su carta No. 451 fechada el 12/4/1948; Le hemos enviado la lista de deberes según lo fijado en el horario adjunto con el subteniente Ibrahim.

2. Le hemos informado por cable de que la situación en cuanto a munición, especialmente francesa, es mala, y que no podemos satisfacer su munición francesa porque hay muy poca en los almacenes.

3. No hay munición para 105 cañones en los almacenes del ejército sirio y muy poca en el Líbano.

4. No hemos podido enviar más de tres ametralladoras belga porque el número limitado que hemos recibido se ha utilizado para equipar a las fuerzas recientemente organizadas como "Frente Central". Si obtenemos más las enviaremos.

5. Nos parece que la batalla de Mishmar ha llegado a la etapa de una batalla de desgaste, y está claro, por el curso de la lucha continua que se ha estado llevando a cabo durante varios días, que sus medios no son suficientes para asaltar el asentamiento y mantenerlo. ¿No sería mejor poner fin a la lucha para evitar un mayor gasto de municiones? Está claro que los judíos tienen grandes cantidades de todo tipo de municiones y que pueden gastarlas independientemente de su coste.

6. Hemos observado que su carta antes mencionada no estaba marcada como "Secreta", y llamamos la atención del jefe de Estado Mayor sobre esta omisión para el Comandante en Jefe de las Fuerzas Palestinas
Del Alto Comandante, Al-Hashimi, al Comandante del Frente del norte, Fawzi Alqawuqji.

Por lo tanto, en vista del hecho de que, a pesar de su urgente insistencia, no iban a recibir más municiones, y de que su situación era extremadamente crítica, al comandante del EAL se le acabó la paciencia y envió el siguiente cable a Damasco[12]​:

Estamos luchando en esta zona con lo mejor de las fuerzas de la Haganah que intentan establecer su superioridad en el campo de batalla para influir en el curso de las negociaciones de tregua en Damasco. Algunas batallas son opcionales y pueden evitarse, otras deben librarse. Si no tienes municiones y no pueden asegurar los suministros, ¿cómo esperan que nos defendamos y resistamos en batalla? La Liga decidió hacer la guerra y está obligada a proporcionar los medios para librarla
Fawzi al Alto Comandante en Damasco

En los últimos diez días de abril de 1948 la situación en Jaffa en particular empeoraba cada día. Al igual que en el área de Jerusalén, que no estaba bajo el mando de Fawzi, sino que estaba directamente vinculada al Alto Mando en Damasco. Fawzi empezó a recibir informes inquietantes de que la situación en la ciudad iba de mal en peor, y que las fuerzas enemigas la habían rodeado y cortado las comunicaciones con ella. La situación en Jerusalén también era igual de grave, y la situación en Beisan, Safad, Tiberíades y Haifa era realmente muy mala. Llegando Al-Qawuqji a Damasco a visitar al Inspector General Lieutenant- General al-Hashimi le dijo que le pedía que reforzara las zonas amenazas aún sabiendas de los siguientes puntos establecidos por el comandante del EAL[40]​:

1.Que estas zonas que me pides que refuerce están, por tus propias órdenes, fuera del área asignada a mí.

2.Que las fuerzas del Ejército de Liberación bajo mi mando, en cuanto a número y equipo, son apenas suficientes para el área que me ha sido asignada.

3.Que me pides que proporcione refuerzos para cualquier área donde el peligro se agudice, sin proporcionarme las armas y municiones que necesito

4.Me las arreglo para compensar parte de esta falta de armas, municiones y raciones con lo que capturaba del enemigo. Pero algunas de las armas del enemigo son diferentes de las nuestras, así que la munición también es diferente. ¿Cómo puedo con esto?

5.A pesar de todo esto, cada día me cargas con nuevas responsabilidades. Usted me dice que construya fortificaciones, pero ¿dónde está el cemento y el acero? ¿Y cómo puede un soldado asaltar un asentamiento hostil cuando ni siquiera tiene un pequeño par de tijeras para cortar el alambre de espino que lo rodea?

6.Si esta situación continúa sólo puede significar fracaso y derrota
Fawzi a Al-Hashimi, Alto Comandante en Damasco

La respuesta que obtuvo fue que los ejércitos regulares árabes pronto entrarían en Palestina y todo terminaría. Decidieron adjuntar el Área Central a su mando. Le pidieron que esperara y que pronto estaría satisfecho. Además, de informar que las Naciones Unidas iban a intervenir y resolver el problema. El encuentro de Fawzi con el General de División Ismail Safwat fue franco y emotivo. Cuando le dio detalles del empeoramiento de la situación, le sugirió medios para hacerle frente y le dijo lo que esperaba que ocurriera. Fawzi se dio cuenta de que la situación estaba empeorando y que el hombre sufría una grave crisis psicológica porque pensaba que no podía hacer nada. Lo que más le perturbaba era el temor de que Jaffa y Jerusalén cayeran en manos del enemigo. Jaffa pedía refuerzos urgentemente. Y el Alto Mando también le decía a Fawzi que reforzara Jaffa. Luego estaba la nueva responsabilidad de la Zona Central que se extendía hasta el sur de Jerusalén e incluía el paso de Bab al-Wad. Y tenía frente a él otro importante cable del cuartel general informando de que los judíos habían lanzado un duro ataque contra la ciudad de Acre. Este es el texto del cable[12]​:

Los judíos están atacando la ciudad de Acre. La lucha sigue en curso. La ciudad caerá en manos enemigas si no llegan refuerzos. Nuestras fuerzas no pueden hacer frente a la situación. Por favor, envíen refuerzos inmediatamente. Os hago responsables ante Dios y ante la historia
Adib

Entonces, Fawzi se preguntó “¿Cómo iba a ayudar yo también a Adib?”. Estaba lejos, en Acre, y había una barrera de asentamientos hostiles y fortificaciones. ¿Cómo podría llegar hasta él rápidamente?. La única manera de satisfacer su petición era enviar refuerzos con un escuadrón de aviones. Pero, desgraciadamente, el único medio de comunicación que el Comité Militar le había proporcionado al comandante del EAL el día que entró en Palestina fue un escuadrón de mulas.[41]

Presumiblemente como resultado de la toma judía de Haifa, el principal puerto marítimo de Palestina, el 26 de abril se celebró una conferencia de asesores militares de los Estados de la Liga Árabe para concertar la decisión de invadir Palestina con fuerzas regulares de tierra, mar y aire antes del 15 de mayo. Mientras tanto, el rey Abdullah declaró que, tras una decisión adoptada por el consejo militar, planeaba tomar el mando personal de los ejércitos de Transjordania, Siria y Líbano y trasladarse a Palestina casi inmediatamente. Informes no oficiales en la sede de la Liga Árabe revelaron que Egipto y Siria habían ordenado a sus guarniciones del ejército en la frontera de Palestina que estuvieran listas para la invasión y Siria habían ordenado a sus guarniciones militares en la frontera palestina que estuvieran preparadas para una orden de invasión. En medio de estos preparativos, el rey Faruk de Egipto emitió una declaración interpretada como una advertencia contra medidas precipitadas, afirmando que si los ejércitos árabes entraban en Palestina la ocupación debería ser temporal, y que Palestina debía ser entregada a sus habitantes para que la gobernaran como quisieran[42]​. No obstante, el 15 de mayo unidades militares de Egipto, Jordania, Siria, Líbano, Iraq y Arabia Saudí entran a combatir contra las fuerzas sionistas.[43]

En relación con el punto anterior, hay que comentar un capítulo de “El tiempo de los caballos blancos” de Ibrahim Nasrallah que es el de “Al-Hadiya de noche” cuando las ciudades de Ramla, Lod, Jaafa y Haifa habían caído. Por un lado, que las nuevas tácticas de los sionistas eran las bombas contra las concentraciones de palestinos en cafés, mercados y, asimismo, también empezaron a tener como objetivos a los británicos tomándolos como rehenes o asesinatos a altos dirigentes de Gran Bretaña mediante el envío de cartas con explosivos: el cabecilla detrás de estos ataques fue Menahem Begin. En cuanto a Jerusalén estaba inmersa en una intensa batalla, pero finalizó con la derrota de los palestinos y el inicio del desastre palestino o Nakba.[44]

La batalla en Jerusalén[editar]

Al rescate de los 100.000 judíos que se ubicaban en Jerusalén asediados por el EAL le sucedería la derrota del EAL y de los palestinos debido a dos factores promordiales que explican el desastre en el seno de la estrategia y logísitca del EAL. El primero fue que la ocupación sionista se llevó a cabo por seis brigadas Haganá y una brigada Palmach[45]​ que constituían 40.000 tropas entrenadas que habían participado en la campaña anglo-francesa en contra de Siria y el Líbano en 1941 y en las batallas durante la Segunda Guerra Mundial en la que los sionsitas estaban circunscritos en el comando británico o de otros comandos aliados. Por lo tanto, los sionistas estaban experimentados en la batalla, tanto de noche como de día, y estaban equipados con ametralladoras pesadas, tanques, carros blindados, máquinas pesadas, etc.

El segundo factor importante es lo que relata Fawzi Al-Qawuqji en sus memorias, la parte II, en el sentido de que tenían que hacer frente con el flujo de refugiados palestinos que venían de las ciudades del Triángulo, el stock desgastado de munición y el atraso del pago de sus hombres. A continuación se citas algunos de los cables que se mandaron al Alto Mando en Damasco dando constancia de la situación descrita[46]​:

Nuestra gasolina se ha agotado por lo que es extremadamente difícil proporcionar transporte para nuestras unidades. Suminístrenos gasolina lo antes posible.
Fawzi
El número de refugiados de los pueblos importantes es ahora muy grande. Los pueblos palestinos en nuestra área apenas tienen suficientes suministros de alimentos para ellos mismos, por lo que no pueden abastecer a los refugiados. Por lo tanto le pido tome medidas urgentes para ayudarles asegurándoles el suministro de alimentos.
Fawzi
Gran concentración judía en el campo de Ja'una. Combates continuos día y noche en Safad. Absolutamente ninguna munición en nuestros almacenes
Adiba
Muchos hombres entregan sus fusiles y piden ser licenciados porque su paga lleva varios meses de retraso.
Fawzi

Uno de los hitos que acabó con el papel militar del EAL en la guerra de 1948 contra los sionistas fue cuando un 6 de mayo le llegó al comandante Al-Qawuqji la noticia de la Agencia Árabe de Noticias con el comunicado de que los países árabes (Egipto, Siria y Transjordania) habían decidido obtener la aprobación de que Jerusalén se convierta en sede de la Cruz Roja Internacional y que si se consigue la tregua entrara en vigor automáticamente. Asimismo, también se reportaba que negociaciones entre los representantes de los países árabes y el comité de tregua tripartita internacional en el que los judíos demandaban la retirada de los voluntarios del EAL, así como de las fuerzas armadas de toda Palestina. A cambio de eso, países árabes demandaban tan sólo un punto: que los convoyes judíos fuesen objeto de inspección árabe.[47]

Una semana después el rey Abdullah de Transjordania, el Comandante Supremo de los ejércitos regulares árabes, dio órdenes para que el EAL fuese disuelta y retirada de Palestina. Acabando con la estrategia del EAL de asedio de Jerusalén y de cortar los suministros de agua, electricidad y comida a los judíos que la habitaban. La respuesta de Fawzi Al- Qawuqji fue de oposición. Intentó contactar con Damasco, pero el silencio imperaba. Los siguientes cables de comunicaciones eran de retiradas de comandantes en misiones de otras partes de Palestina.[48]​ En estos momentos es cuando empieza el denominado Plan Dalet esbozado por Yigal Allon, el comandante de las fuerzas Palmach, seis meses antes. Consistía en la ocupación de Jerusalén a través Latrun-Bab-Al-Wad o Ramleh, o por ambas. Los sionistas eran conscientes de que se daría una guerra directa entre sus fuerzas y las de los ejércitos árabes una vez los británicos se fueran. En el caso de Naciones Unidas, ya calcularon que iba a establecerse una batalla violenta por Jerusalén e insistieron en el plan de otorgarle a Jerusalén un estatus internacional.[49]​ Aun así se dio la batalla por Jerusalén, específicamente, el 19 de mayo se lanzó un ataque violento por parte del EAL y el ejército transjordano. Pero, al final, el EAL servía como brazo de apoyo para los ejércitos árabes, ya que en 1949 se firmó el armisticio de 1949 (alto al fuego), después de una ardua batalla, en la que los egipcios acabarían administrando la franja de gaza y los transjordanos conservarían Cisjordania con la ciudad vieja de Jerusalén y los Santos Lugares.[50]

Conclusión[editar]

La figura del comandante Fawzi Al-Qawuqji liderando el EAL ha sido objeto de interpretación a lo largo de los años. Por una parte, en cuanto a la narrativa que él mismo relata en sus memorias y, por otro lado, por la propia narrativa popular del pueblo palestino y que está documentada gracias a la obra mencionada de Ibrahim Nasrallah. Desde mi punto de vista, hay una diferencia de perspectiva del comandante que tiene que lidiar con las demandas del pueblo palestino (al ser el EAL un ejército que tenía como objetivo hacer la guerra contra el sionismo) y con las órdenes de sus superiores en Damasco o con Amán, mientras el pueblo palestino queda a la espera de una solución que está basada en la falta de planificación y en la desunión entre árabes.

La revuelta Palestina entre 1936-1939 fue duramente aplastada por el imperio británico, pero también hay que mencionar que hubo una intervención de países árabes como Transjordania, Arabia Saudí, Iraq y Yemen que ayudaron a que la huelga finalizase en territorio palestino. De ahí que al principio se comenté sobre el nombramiento de Al-Qawuqji como comandante del EAL porque tuvo ya la experiencia de apaciguar las revueltas palestinas en contra de la inmigración judía masiva y por la compra de tierras de los sionistas. Por lo tanto, con estos antecedentes está claro que el desastre palestino, aparte de darse por la ya mencionada descoordinación de los árabes y por los ataques sionistas, es una tragedia que estuvo destinada a acontecerse por el propio poder británico. Gran Bretaña era el hegemón de la región y la que ostentaba la capacidad de planear el futuro, o más bien, de edificar la estructura y amedrentar la agencia de los palestinos potenciando la de los sionistas.

Tal y como plantea Robert Cox en su texto "Fuerzas sociales, estados y órdenes mundiales: Más allá de la Teoría de Relaciones Internacionales (1981)" menciona la teoría crítica en la que introduce su característica historicista y holística para entender los fenómenos sociales y/o políticos de forma conjunta. Es decir, que para entender un orden hay que acudir a la historia, trasladarse hasta la actualidad y seguir analizando el presente para poder entender las instituciones creadas que, a su vez, explican el orden establecido (estructura). No obstante, la tarea no acaba en el momento presente, ya que la tarea de análisis sigue transformándose porque los fenómenos están en constante cambio, esto es, la agencia de los actores en cuestión.

De modo que, en los acontecimientos en Palestina entre 1947-1948 (y hasta la actualidad obviamente) no eran más que la actividad de diferentes actores que se enfrentaban a otros, o entre sí (en el caso de los árabes) para poder construir una estructura; el poder, el orden, el liderazgo, las instituciones, el monopolio de la tierra. El destino de Palestina estaba en manos de Gran Bretaña que, aún retirándose del territorio en mayo de 1948, todavía seguía siendo partidaria de la agencia de los sionistas para que éstos obtuviesen su estructura como se ha descrito. El desastre o Nakba de 1948 no sólo está justificada por esa descoordinación entre árabes y por los obstáculos establecidos por Gran Bretaña, sino también por los propios intentos de los países árabes vecinos de planificar su propia agencia para obtener su propia estructura en Palestina. Por ejemplo, Transjordania anexionando Cisjordania renombrando su país como Jordania, Egipto administrando Gaza o Siria que quería integrar a Palestina en el Bilad al-Cham, aunque según el informe King-Crane (1919) esa era la voluntad de los autóctonos. La situación era por un lado, una triple agencia que no hacía más que dificultar un plan unificado para el objetivo de proteger a los palestinos (con la estrategia de Gran Bretaña de arrastrar a los países árabes a la guerra para desgastar sus capacidades, siendo éstos Estados recién nacidos, débiles y dependientes) y, por otro lado, la agencia de los sionistas que estaba unificada (excepto la cuestión de los judíos orientales, mizrajíes que reprimieron) con la ayuda de Gran Bretaña y con el poder de la Haganá y Palmach que lucharon en el bando de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial dando a los sionistas las condiciones necesarias para colonizar Palestina mediante socios que proveen de armamento y de unas capacidades en el campo de batalla que posibilitaban esa agencia candidata para crear la estructura: el Estado de Israel en Palestina.

Y, por último, la Nabka que es un concepto constante en la historia de los palestinos que es alimentada, a su vez, por los israelíes. Por el lado palestino es una actividad que refuerza las vivencias y el recuerdo del desastre palestino que se convierte en identidad nacional de los autóctonos desplazados, colonizados o asesinados y, por el lado sionista, no es más que la continuación de esa agencia colona que quiere seguir alimentando la estructura por la cual se basa el Estado israelí: la opresión de un pueblo mediante el apartheid, la política de asentamientos colonos y el bombardeo indiscriminado a civiles con el consecuente desplazamiento.

Bibliografía[editar]

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Referencias[editar]

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Enlaces externos[editar]