Viaje a la Luna

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Le Voyage dans la Lune (titulada Viaje a la Luna en español) es una película francesa de 1902, en blanco y negro, muda y de ciencia ficción dirigida por Georges Méliès. El guion, escrito por el director y por su hermano mayor Gaston Méliès, está basado en dos novelas: De la Tierra a la Luna, de Julio Verne, y Los primeros hombres en la Luna, de H. G. Wells. La película dura 14 minutos con 12 segundos, a una velocidad de 16 fotogramas por segundo, y algo más de ocho, proyectada a 25 f/s.

Le Voyage dans la Lune es una película muy popular actualmente, y la crítica de cine la reconoce como la más importante de las creaciones cinematográficas de Georges Méliès. Además es, en cierto modo, el primer filme de ciencia ficción de la historia del cine. La imagen de la cara de la Luna recibiendo el impacto de un cohete espacial disparado por una bala de cañón es uno de los planos más conocidos de la historia del cine.

Méliès intentó distribuir comercialmente el filme en Estados Unidos, pero técnicos que trabajaban para Thomas Alva Edison lograron hacer copias del filme y las distribuyeron por todo el país. A pesar de que fue un éxito, Méliès no recibió dinero por su explotación.

La película desapareció en la oscuridad después de la retirada de Méliès de la industria cinematográfica, pero luego fue redescubierta alrededor de 1930, cuando la importancia de Méliès en la historia del cine comenzó a ser reconocida por los devotos de la película. Una impresión original coloreada a mano fue descubierta en 1993 y restaurada en 2011.

Argumento

Estructura narrativa

Primera secuencia: Congreso de astrónomos

La película está formada por varias escenas con plano fijo con una sola acción espacial en las que se van sucediendo una serie de trucos visuales.[1]​ Ante la cámara aparecen una serie de personajes que se mueven dentro del escenario con la cámara inmóvil, incluso los escenarios los que se acercan o se alejan hacia ella. Los personajes también desfilan de un escenario a otra y se unen por fundidos o cortes directos La película carece de títulos explicativos.[2]​ Por ello, la productora, Star Film, envió folletos explicativos para que los relatores explicaran lo que estaba sucediendo en las escenas.[3]

Resumen

Segunda secuencia: Fabricación de la nave
La presentación ante el congreso de astrónomos

En una sala de conferencia de científicos, una veintena de asistentes esperan la llegada del profesor Barbenfouillis. Algunos de los asistentes se muestran inquiento, destaca un hombre barbudo con un abrigo color rojo anaranjado que se encuentra separado del resto de asistentes. En ese momento entra el gabinete de científicos, tras ser presentados por una auxiliar, formado por Nostradamus, Alcofrisbas, Omega, Micromegas, Parafaragaramus y un sexto miembro que viste una abrigo rojo que se posiciona en medio del hemiciclo. Tras ellos, vienen seis edecanas que sostienen un telescopio dorado cada una y le los entregan mano los miembros del gabinete y se marchan por la otra puerta. Mientras salen ellas, entra por la puerta principal Barbenfouillis vestido con un abrigo oscuro con topos dorado entre aplausos de los asistentes, menos por el hombre del abrigo rojo anaranjado que se queda sentando con los brazos cruzados.

Tercera secuencia: Vista desde la azotea

Barbenfouillis ruega a los asistentes que se sienten. En ese momento, los telescopios de los miembros del gabinete se convierten en taburetes. El astrónomo explica usando la pizarra su proyecto, viajar a la luna mediante un nave propulsado por un cañón. Tanto los asistentes como el gabinete aplauden la idea idea a excepción del hombre del abrigo rojo anaranjado que se levanta del sitio y empieza a recriminar a Barbenfouillis. Un miembro del gabinete sujeta al hombre del abrigo rojo anaranjado mientras en increpado por los demás asistentes y Barbenfouillis le lanza papeles a la cara. El hombre del abrigo rojo anaranjado vuelve a su sitio enfadado y aparecen, de nuevo, las seis edecanas portando trajes para los seis miembros de la expedición. Tras cambiarse de ropa en la misma sala, Barbenfouillis llama al resto del grupo de la expedición para que le acompañen y salen por la puerta principal.

Cuarta secuencia: Embarque
Preparación del viaje

Cambiamos de escenario, ahora nos encontramos en el taller donde se está construyendo el cohete. En el taller encontramos tres herreros, 4 mecánicos para la nave y un carpintero. Los seis astrónomos entran en el taller y entran dentro de la nave y observan maravillados los resultados de la misma. En un momento, Micromegas[3]​ cae al suelo al chocarse con el carpintero. Tras el incidente, Barbenfouillis avisa al los científicos y se los lleva para enseñarles las vistas desde la azotea. Los científicos observan las pruebas del cohete y, a lo lejos, la ciudad (se entiende que París). En un determinado momento, una bandera blanca aparece al fondo de la imagen como muestra del inicio de las pruebas de fundición. Los científicos se pelean por tener una mejor vista del momento, uno de ellos utiliza un telescopio, y aparece una llamarada desde un hueco lo que lleva a la exaltación como muestra de que la prueba ha sido un éxito.

Quinta secuencia: Lanzamiento

Tiempo después se producen el embarque de la nave, un soldado comprueba el interior del propulsor, y se coloca en una plataforma rodeada de unas auxiliares vestidas de rosa. El agente mira hacia abajo y observa que los científicos están subiendo hacia la plataforma así que ordena que se preparen para el despegue. Los científicos llevan trajes unos trajes distintos y portan, además, paraguas. Ellos se se van despidiendo a los lejos de la multitud y las personas que han trabajado en el proyecto. Se introducen en la nave y un grupo de auxiliares vestidas con ropa veraniega color turquesa y gorros amarilllos empujan la nave hasta introducirla dentro del cañón para, posteriormente, despedir al público sosteniendo sus gorros.

Sexta secuencia: La cara de la luna
Despegue y alunizaje

El guardia se encuentra en el momento del despegue, el soldado se dirige al lugar del lanzamiento y recibe el saludo del encargado de ejercutar el disparo. El soldado desenvaina el sable y hace una señal con el mismo lo que hace que todas las edecanesse acercan al lugar en donde observamos los picos de las montañas, las nubes y la luna al fondo. Tres de ellas se pondrán en primera final, las dos de los extremos portan las trompetas y, la del medio, una bandera. Mientras tanto el lanzado se ha colocado encima de una escalera a la espera de la orden de lanzamiento. Tras tocar las trompetas, las tres auxiliares se darán un paso atrás para unirse al resto y el militar hace la señal del despegue. Una vez producido una multitud de civiles se acerca al cañón para darle la despedida.

Séptima secuencia: Alunizaje

Observamos la luna de color amarillo, rodeada de nubes y el cielo oscuro, que va haciéndose más grande y distinguimos una mayor forma de cara conforme se acerca la nave a ella. La nave impacta en el ojo derecho y embarrando los alrededores con un color rojo (el mismo del color de la nave) como si fuese un pastel. Tras el imparta la luna se pone triste ya que le ha dolido el impacto de la nave. La nave aluniza encontrándose en una superficie rocosa, uno a uno los astrónomos salen de la cápsula y ven que la nave ha colisionado. Aterrizando con seguridad en el satélite, los exploradores salen de la cápsula y van observando y miran la gran distancia entre la Tierra y el territorio en el que se hallan, exhaustos por el largo viaje, estos desenrollan sus frazadas y duermen. Mientras duermen, un cometa pasa y la Osa Mayor aparece, cada estrella posee una cara humana, el viejo Saturno se inclina fuera de una ventana en su planeta anillado y Febe, diosa de la Luna, aparece sentada en un oscilación de una Luna creciente.

Octava secuencia: Dentro de la luna
Aventuras dentro de la luna

Febe provoca una gran tormenta de nieve, que obliga a los astrónomos a buscar refugio y calor. Los protagonistas encuentran una cueva subterránea donde se pueden cobijar. Los científicos se encuentran dentro de una caverna con setas de muy diversos tamaños y tipos, lo cual hace que los científicos vayan observándolas lentamente, señalándolas y hablando sobre ellas. Barbenfouillis se aleja del resto de la expidición y les señala una seta, abre su paraguas, toma la raíz de una de ellas y se transforma en una seta gigante. Barbenfouillis, sorprendido, opta por alejarse de la seta y unirse al resto del grupo. De pronto, un selenita (habitante de la Luna) aparece, Barbenfouillis, decide asesinarle. Otro selenita, en solitario, también aparece y el jefe de la expedición opta por hacer lo mismo que con el anterior. Esto provoca la llegada de un gran número de colonos lunares que desean por lo que las dos muertes de sus compatriotas, por lo que astrónomos que se ven obligados a rendirse

Novena secuencia: El rey de los selenitas

Los astrónomos son apresados y llevados a la fortaleza del líder de la tribu custodiados por el ejército. El líder está sentado en un trono con estrellas con forma humana como sirvientes. Éste ordena que los terrícolas entren y les juzga por los asesinatos de sus compatriotas. Los científicos, a pesar de estar maniatados, se siguen resitiendo al ejército selenita. En un instante, Barbenfouillis consigue quitarse las ataduras y asesina al líder con el paraguas. Esto provoca un revuelo y, tras conseguir los otros cinco tripulantes quitarse las ataduras escapan de la fortaleza.

Décima secuencia: Fuga

El ejército selenita los persigue en la corteza lunar. Barbenfouillis ordena al resto de los tripulantes que sigan hacia la nave, mientras que él se queda más resguardado intentando contener al ejército selenita usando el paraguas como escudo Eso provoca la huida de los científicos y persecución por los soldados selenitas. Durante la contención, el líder de la expedición asesinará a varios selenitas. Sin embargo, el ejércitos tiene muchos soldados acaba huyendo hacia la nave.

Undécima secuencia: Regreso

El resto de científicos ya han llegado a la nave pero esperan a que el líder de la expedición también lo haga. Uno de los tripulantes deja la puerta abierta y observa lo que va ocurriendo en el exterior. Barbenfouillis les dice que no va a entrar en la nave porque lo que cierran la puerta. Tras eso, el líder de la expedición salta y que se sujeta a una cuerda está unida a la nave para no caer al abismo. Uno de los selenitas, que los persigue, consigue agarrarse a la nave, mientras que el resto no son capaces de capaces de agarrarse a ello sino que la empujan. Mientras la nave se aleja, los selenitas alzan las lanzas en señal de decepción y enfado por no poder apresarlos.

Decimoquinta secuencia: Llegada
Regreso a la Tierra

La nave cae hacia un océano de la Tierra con Barbenfouillis y el selenita agarrados a la misma. Tras alcanzar el fondo del mar, con numerosas especies en el mismo, la cápsula flota de nuevo a la superficie. Allí la nave es remolcada por un barco de vapor que los lleva sanos y salvo al puerto. A su llegada, encontrarán un desfile en su honor con una multitud de personas esperándoles. Primero la nave es la que desfila y, posteriormente, aparecen los seis astronómos recibiendo un baño de masas. Al final del desfile, el organizador les entrega, a cada uno, una medalla con forma de luna. Más tarde aparece el selenita aparece en medio del festejo y se muestra amaestrado, sometido por una cuerda en su cuello para luego mostrar una estatua donde un astrónomo pisa la cara de la Luna con el cohete incrustado en su ojo mientras se realiza un desfile. En la estatua se encuentra el inscripción la frase latina Labor omnia vincit (El trabajo lo conquista todo) y la palabra ciencia en francés rodeada de una corona de laurel dorada.

Reparto

Méliès tuvo problemas con la selección del reparto, ya que en aquel momento los actores teatrales no quisieron participar en el cine al entenderlo un género menor.[2]​ El reparto no está acreditado ya que la inclusión de los títulos de créditos, tanto al inicio como al final, no fue desarrollado hasta unos años más tarde.[4]​ Sin embargo, parte del reparto se ha descubierto gracias a declaraciones del propio Méliès como descubrimientos de los historiadores.

George Méliès

Mélies interpreta al profesor Barbenfouillis, astrónomo que lidera la expedición lunar. El francés actuó en, al menos, 300 de sus 520 películas.[5]​ Según el propio director, él se vio forzado a protagonizar sus películas porque era el único que podía comprender la dificultad de las mismas.[5]

Jeanne d'Alcy

D'Alcy interpreta el papel de la secretaria. Ella fue la musa y la segunda esposa de Méliès y calificada como la primera estrella del cine.[6]​ La primera participación de d'Alcy en una película de Méliès fue en La mansión del diablo[7]

Jules-Eugèbe Legris

Legris interpreta a líder de la Luna. Legris fue un mago del teatro Robert-Houdin que participó en varias películas del director francés.[8]​ El historiador Soudol determinó que la primera aparición de Legris fue en La mansión del diablo.[9]

Bleuette Bernon

Bernon interpreta a Febe, la dama en la Luna. Bernon fue descubierta por Méliès en los años 1890 cuando fue cantante en el cabaret de L'Enfer.[10]

Reparto secundario

Los cinco astrónomos que acompañan al profesor Barbenfouilis fueron interpretados por Victor André, Brunnet, Depierre, Farjaut y Kelm.[2]​ Los nombres son Nostradamus, Alcofrisbas, Omega, Micromegas y Parafaragaramus nos indican el tono satírico de la película,[3]​ ya que son parodias o nombres humorísticos realcionados con la ciencia. Henri Delannoy interpretó al capitán de la nave espacial y François Lallement al oficial de los marines.

Producción

El 28 de diciembre de 1895, los hermanos Lumiere organizaron una proyección en el Salón Indio del Grand Café donde se estrenó, entre otras Salida de los obreros de la fábrica o El regador regado. George Méliès fue uno de los múltiples asistentes a dicha proyección y se interesó en adquirir el cinematógrafo. Los Lumiere, como con el resto de ofertas de compra de aquella noche, la rechazaron. Ellos entendieron que no iba a tener mucho éxito en el futuro su invento.

Méliès no cesó en su empeñó y acabó por conseguir una versión beta de Robert W. Paul por 1000 francos al que añadiría mejoras, junto a su amigo Lucien Reulos, su posterior operador de cámara, y el mecánico del teatro Robert-Houdin Lucien Korsten.[11]​ El parisino acomodó su teatro Robert Houdini, que adquirió en 1888, para que pudiesen proyectar sus filmaciones para la primavera de 1896. En este año llegó su mayor aportación al cine el stop trick rodando un documental en la ópera de París. Este descubrimiento hizo que, en los años siguientes, estrenó numerosos cortos de ficción en los que creó nuevos trucos cinematográficos. Todos ellos los cristalizó en su obra más conocida, Viaje a la Luna.[12]

Influencias

El propio Méliès, en 1930, dijo que sus principales influencias para la película fueron las novelas De la Tierra a la Luna y, su secuela, Alrededor de la Luna. Sin embargo, sus inicios como ilusionista influyeron a la hora no dijese sus trucos o fuentes de inspiración al contradecir la magia.[3]​ Es, por ello que, a medidos del Siglo XX, historiadores cinematográficos como George Saudol, pusieron como otra influencia Los primeros hombres en la Luna de H.G. Wells, ya que se publicó una traducción francesa pocos meses antes de que Méliès hiciese la película. El propio Saudol argumenta que la parte previa al lanzamiento del cohete bebe de las novelas de Julio Verne, mientras que las aventuras de los científicos en la Luna lo hace de Wells.[13]​ Esto se debe a que se acerca más al género fantástico de Wells que al aventurero de Verne.[12]​ Por otro lado, Alejandro Mendoza, argumenta que Méliès se inspiró en la literatura más clásica, ya que adaptó a Goethe, Shakespeare o la grecia clásica.[3]

Además de las referencias literarias, varios académicos de cine sugieren que Méliès se inspiró en otros medios, entre ellas destacarían la opereta Le voyage dans la lune de Jacques Offenbach y la atracción A Trip to the Moon de la Exposición Panamericana de 1901.[14][15]​ El historiador fílmico francés Thierry Lefebvre señala que la estructura narrativa de la película-viaje a la luna, alunizaje, encuentro con extraterrestres con malformaciones, una excursión subterránea, la entrevista con El hombre de la luna, un brutal regreso a la realidad en la Tierra- procedente de la atracción de 1901, mientras que ciertos elementos narrativos proceden de la obra de Offenbach tales como seis astrónomos con nombres pseudocientíficos, telescopios que se convierten en bancos, una tormenta de nieve en la superficie lunar o la escena de la salida de la Tierra.[16]

Rodaje

Viaje a la luna la película más larga en aquel tiempo; tanto el presupuesto como duración de rodaje fueron inusualmente fastuosos, costando ₣10.000, para hacerse y tomando tres meses para el rodaje. Los camarógrafos fueron Théophile Michault y Lucien Tainguy, que trabajaron con Méliès como asalariados de la compañía de películas Star. Además de su labor como camarógrafos, los operadores de Méliès también hicieron trabajos para la compañía tales como el desarrollo de la película y ayudando a establecer el escenario, y otro operador asalariado, François Lallement, apareció en la pantalla como el oficial de la Marina. Por el contrario, Méliès contrató a sus actores para la película siendo personas talentosas en el mundo teatral parisiense, con quien él tenía muchas conexiones.

Tras cámara de la producción de la película mostrando los bordes de telón y el piso del estudio

El Estudio de cine de Méliès, que había edificado en Montreuil, Seine-Saint-Denis en 1897, fue un invernadero, un edificio con paredes y techo de cristal para permitir más luz del sol como sea posible, un concepto utilizado por estudios fotográficos más aún desde la década de 1860 en adelante. No sería hasta 1906 que podría utilizar la luz artificial en el estudio.[2]

Según recuerdos de Méliès, gran parte del costo inusual de "Un viaje a la luna" fue debido al accionamiento mecánico y los trajes de los habitantes lunares, que fueron hechas para la película usando cartón y lona. Méliès por sí mismo ha esculpido los prototipos para la rótula piezas en terracota, cabezas y pies y luego creó moldes de yeso para ellos; un especialista en la fabricación de la máscara utilizó estos moldes para producir versiones de cartón para los actores. Uno de los telones de fondo para la película, mostrando el interior del taller en el cual se construye la cápsula espacial, con techo de cristal, fue pintado para parecerse al Real Studio con dicho techo en el cual se hizo la película.

Bosquejo preliminar por Méliès para el cartel de la película

Muchos de los efectos especiales en un Viaje a la luna, como en muchas otras películas de Méliès, eran mediante la técnica en el cual el operador de cámara dejaba de filmar lo suficiente para algo en la pantalla ser modificado, añadido o quitado. Méliès cuidadosamente dejó empalmados los disparos resultantes para crear efectos aparentemente mágicos, como la transformación de los telescopios de los astrónomos en butacas o la desaparición de los selenitas que explotan en bocanadas de humo. El uso de efectos especiales en la película dice Barbara Creed, era "presentar el viaje a la luna como pura fantasía en lugar de un evento científico".[17]

La secuencia en que la cápsula llega para penetrar el ojo de la luna fue lograda mediante un efecto que George Méliès había inventado el año anterior para la película del hombre con la cabeza de goma. En lugar de intentar mover su cámara pesado hacia el actor, puso una silla sobre una rampa, con el actor (cubierto hasta el cuello de terciopelo negro) en la silla, la polea de accionamiento y lo tiró hacia la cámara. Además de su viabilidad técnica, esta técnica permitió también a Méliès controlar la colocación de la cara en el marco de un mayor grado de especificidad que mueva su cámara como le sea permitida. Un empalme como sustitución permitió a la cápsula aparecer de repente en el ojo del actor que interpreta a la luna, completando el disparo.

Otra secuencia notable en la película fue el aterrizaje de la cápsula grabado en un mar de verdad, dicha caída fue editada con múltiples exposiciones delante de un fondo negro superpuesto sobre las imágenes del mar. El tiro es seguido por una visión submarina de la cápsula flotando en la superficie, creado mediante la combinación de un movimiento de recorte de cartón de la cápsula con un acuario que contiene los renacuajos y chorros de aire. El descenso del cohete desde la luna estaba cubierto de cuatro disparos, ocupando sólo unos veinte segundos de tiempo de la película.[18]

Coloreado

En 1897 Méliès empezó su relación profesional con Elisabeth Thuillier en la película La mansión del diablo.[19]​ Thuillier, antigua colorista de cristal y productos de celuloide, un laboratorio con dos centenares de trabajadores que pintaron con pincel sobre los negativos de la película con los colores que Thuillier elegió y específico.[20]​ Se calcula que, al menos, la 4% de la obra fílmica de Méliès fue pintada en el estudio de Thuillier.[21]

Música

Aunque las películas Méliès eran mudas, éstas no estaban destinadas a ser mudas. Es, por ello, que se usó la figura del narrador que explicaba lo que sucede en la plantalla acompañado de efectos sonoros y música.[22]​ Méliès tuvo especial interés por la música de sus películas y desarrolló composiciones originales para algunas de ellas, como El barbero de Sevilla.[23][24]​ A pesar de ello, Méliès nunca ordenó una música específica para sus películas, sino que permitió a los exhibidores acompañar a la película con la música que más viersen más apropiada.[25]​ La música original de Viaje a la luna fue proyectada en el teatro Olympia de París en 1902, en una composición escrita por el propio Méliès.[26]

En 1903, el compositor británico Erza Read compuso una pieza de piano llamada A Trip to the Moon: Comic Descriptive Fantasia, que seguía escena por escena la película de Méliès y pudo haberse usado como música para la película;[27]​ es posible que fuese encargada por en propio Méliès en uno de sus habituales viajes a Reino Unido.[25]​ Compositores más recientes hace desarollo su propia música para la película como son Nicolas Godin and Jean-Benoit Dunckel of Air o Victor Young.[28][29][30][31]

Cultura popular

Tarjeta de presentación de Le Voyage dans la Lune

Inspirándose en Mélies, Segundo de Chomón lanzó al cine su filme Excursión a la Luna, muy pocos años después. Si bien esta película, producida por la Pathé, reproduce plano a plano la obra de Méliés no es considerada como plagio.[32]

La imagen de la cara de la Luna ha sido imitada muchas veces en la cultura popular, en dos vídeos musicales, por ejemplo, en el video de The Smashing Pumpkins Tonight, Tonight.

En el último capítulo de la miniserie norteamericana para televisión De la Tierra a la Luna (1998) se recrea el rodaje de Viaje a la Luna (1902) paralelamente al desarrollo de la misión de la NASA Apolo 17, última vez hasta el momento en que el hombre pisó este satélite. Tom Hanks, quien hace de narrador, interpreta a un ayudante de Meliés, quien es interpretado por el actor francés de origen turco Tchéky Karyo.

La imagen icónica del hombre en la luna coloreada

La imagen de la cara de la luna con la nave clavada en uno de sus ojos es homenajeada en el segundo capítulo de la primera temporada de la serie de televisión Futurama. Los protagonistas de la serie visitan la luna, convertida en un parque de atracciones, y Bender clava una botella en el ojo de la mascota del parque, que tiene por cabeza precisamente la luna con cara de la película de Méliès.

El dúo francés de música electrónica Air, homenajea al film titulando del mismo modo que la película a su disco editado en 2012. La portada del álbum recrea a la luna con su ojo dañado.[33]

La banda inglesa de rock, Queen, basa la película en el videoclip de la canción «Heaven for Everyone», perteneciente al disco Made in Heaven, donde se pueden ver escenas del rodaje a lo largo del tema junto a imágenes difusas y discretas de Freddie Mercury.

La película de Scorsese, La invención de Hugo (2011), hace referencia clara a la imagen de la luna herida, hacia el final se muestra el metraje íntegro, y hasta se relata y dramatiza en parte como se rodó esta película en el aquel momento, entre otros homenajes al director de la misma.[34]

Recepción

Recepción en el estreno de la película

Méliès, a diferencia de lo que hicieron Carlos Pathé y otros de sus rivales, vendió las copias de sus películas em lugar de alquilarlas.[35]​ Según sus memorias, las primeras intentonas de venta de la película a los exhibidores franceses resultaron fallidas debido al inusual elevado precio de la película. Méliès ofreció dejar que uno de esos exhibidores prestara una copia de la película para proyectarla gratis. El elogio en sus primeras proyecciones provocó que las ferias se llenasen hasta la medianoche. Los exhibidores adquirieron la película y acabaron compensando.[36]​ La película fue un destacado éxito en Francia, siendo proyectada ininterrumpidamente durante varios meses en el Olympia de París.[26]

Méliès no se benefició del éxito de la película en Estados Unidos sino que lo hicieron Lubin, Selig o Edison, entre otros. Algunos ciudades donde tuvo gran éxito fueron New York City, Washington D.C., Cleveland, Detroit, New Orleans o Kansas City. También lo tendría en Alemania, Canadá e Italia.[37]​ Méliès poseyó agencias comerciales para promocionar la película en otros países, lo que motivó el éxito internacional.[35]

Viaje a la luna fue uno de los mayores éxitos de los primeros años del siglo XX.[38]​ El propio Méliès afirmó en sus últimos años de vida que no era su mejor película, su favorita fue la desaparecida La Civilisation à travers les âges.[39]​ Sin embargo, el director reconoció que es su obra maestra al tratarse de la primera película de este tipo en la historia.[40]

Recepción contemporánea de la película

Tanto la crítica y público contemporánea valora positivamente la película, a pesar de la notable evolución de este medio artístico desde entonces. Los descendientes de Méliès, en busca de mantener vigente el legado del parisino, proyectaron durante el Siglo XXI en distintos lugares del mundo, destacando los países hispanoamericanos con afluencias de 2000 a 4000 personas en ocasiones.[41]​ Además posee valoraciones muy positivas por el público en web como AlloCine, IMdB o FilmAffinity.[42][43][44]

La película apareció en varias listas de críticos, Andrew J. Rausch la califica como uno de los 32 momentos más importantes de la historia del cine,[45]​ se incluye entre las 1001 películas que hay que ver antes de morir,[46]​ obtener un 100% de reseñas positivas en Rotten Tomatoes u ocupar el puesto 84 entre las mejores películas del siglo XXI según The Village Voice.[47][48]

Licencias físicas

Tanto la novela como la película tiene errores físicos con respecto al lanzamiento del cañón. Uno de ellos de encuentra en la velocidad del cañón, ya que éste podía acelerar a los científicos hasta 3 km/s, siendo necesaria una velocidad de, al menos 11 km/s para salir de la esfera terrestre. Por otro lado, la fuerza g que deben soportar los científicos es de, al menos 60 veces superior al límite que puede soportar un ser humano.[49][50]​ Sadoul explica que en la película hay muestras de una fantasía desenfrenada, eliminando así, cualquier tipo de rigor científico. Así pues nos encontramos con momentos que reflejan esto tales como la escena inicial donde los científicos llevan vestidos estrellados y sombreros puntiagudos, evocando a Merlín el encantador y a Nostradamus.[51]

Importancia

Tanto George Saudol como Andrew J. Rausch afirman que la película supuso el triunfo de la puesta en escena sobre el plenairismo de los hermanos Lumiere.[52][45]​ El éxito comercial , tanto en Francia] como en Estados Unidos, demostró la preferencia del público por la ficción frente a las fotografía animadas de los Lumiere, que derivarían en el documental. Esta tedencia fue iniciada por la Escuela de Brighton.[52][12]​ El académico define la película como los 32 momentos más cruciales de las historia del cine También sirvió de influencia a cineastas posteriores como es el caso de D.W. Griffith, Edwin S. Porter o Charles Chaplin, este último le apodaría como "El alquimista de la luz".[53][54]

La importancia de "Viaje a la Luna", a diferencia de las películas posteriores a esta, es que desde este momento el autor podría contar una historia, ya sea creada por él o basada en una obra como es el caso de esta (ya que se basa en dos obras literarias). Cabe destacar además, el escaso recurso económico que Méliès tenía para su realización.

George Mèlies fue uno de los principales creadores de algunos trucos cinematográficos en el cine, destacando el de truco de parada o de sustitución. Con esta película empezaría el periodo de máximo esplendor del cineasta que terminaría en 1908.[35]​ Esta obra aglutinó todos los que había desarrollado Mèlies es, por ello, que sigue siendo material de análisis para cineastas y estudiantes audiovisuales.

En la cultura popular

La icónica imagen de la luna aparece referenciada y parodiada en la popular telecomedia de ciencia ficción "Futurama" del autor estadounidense Matt Groening. En la continuidad ficticia de Futurama, la superficie lunar está ocupada por un parque de atracciones llamado Luna Park, cuya mascota es una luna con cuerpo antropomórfico y una cabeza gigantesca, similar en facciones y aspecto a la de esta película.
Además, en la primera aparición de la mencionada mascota del Luna Park, Bender Rodríguez, uno de los protagonistas de la serie, le clava una botella en el ojo derecho tras una discusión, recreando, sutilmente,(y deliberadamente) la secuencia del filme en el que el cohete se estrella contra el ojo de la luna.

Referencias

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  7. The Alchemist of Light: A Biography of Georges Méliès
  8. Solomon, 2011, p. 2
  9. Malthête, Jacques; Mannoni, Laurent (2008), L'oeuvre de Georges Méliès, París: Éditions de La Martinière, p. 337, ISBN 9782732437323 .
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  13. Lefebvre, 2011, pp. 50, 58
  14. Wemaere y Duval, 2011, pp. 166–67
  15. Lefebvre, 2011, pp. 51–58
  16. Lefebvre, 2011, pp. 53–58
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