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Diferencia entre revisiones de «Salvia hispanica»

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== Características ==
== Características ==

Revisión del 04:59 2 may 2015

 
Chía
Taxonomía
Reino: Plantae
Subreino: Tracheobionta
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Subclase: Asteridae
Orden: Lamiales
Familia: Lamiaceae
Subfamilia: Nepetoideae
Tribu: Mentheae
Género: Salvia
Especie: Salvia hispanica
L.
Chía, crudas
Valor nutricional por cada 100 g
Energía 483 kcal 2017 kJ
Carbohidratos 42.12 g
 • Fibra alimentaria 34.4 g
Grasas 30.74 g
Proteínas 16.54 g
Agua 5.80 g
Retinol (vit. A) 54 μg (6%)
Tiamina (vit. B1) 0.620 mg (48%)
Riboflavina (vit. B2) 0.170 mg (11%)
Niacina (vit. B3) 8.830 mg (59%)
Vitamina C 1.6 mg (3%)
Vitamina E 0.50 mg (3%)
Calcio 631 mg (63%)
Hierro 7.72 mg (62%)
Magnesio 335 mg (91%)
Fósforo 860 mg (123%)
Potasio 407 mg (9%)
Sodio 16 mg (1%)
Zinc 4.58 mg (46%)
% de la cantidad diaria recomendada para adultos.
Fuente: Chía, crudas en la base de datos de nutrientes de USDA.
Flor de chía.

La chía (Salvia hispanica L) es una planta herbácea de la familia de las lamiáceas; es nativa del centro y sur de México, Guatemala y Nicaragua[1]​ y, junto con el lino (Linum usitatissimum), es una de las especies vegetales con la mayor concentración de ácido graso alfa-linolénico omega 3 conocidas hasta 2006.[2]​ Se cultiva por ello para aprovechar sus semillas, que se utilizan molidas como alimento.

Características

Es una planta herbácea anual; tiene de hasta 1 m de altura que presenta hojas opuestas de 4 a 8 cm de largo y 3 a 5 cm de ancho. Las flores son hermafroditas, entre purpúreas y blancas, y brotan en ramilletes terminales. La planta florece entre julio y agosto en el hemisferio norte; al cabo del verano, las flores dan lugar a un fruto en forma de aqueno indehiscente cuya semilla es rica en mucílago, fécula y aceite; tiene unos 2 mm de largo por 1,5 de ancho, y es ovalada y lustrosa, de color pardo-grisáceo a rojizo.[cita requerida]

Cultivo

Prefiere suelos ligeros a medios, bien drenados, no demasiado húmedos; como la mayoría de las salvias, es tolerante respecto a la acidez y a la sequía, pero no soporta las heladas. Requiere abundante sol, y no fructifica en la sombra.[cita requerida]

Propiedades

La semilla de chía contiene muchas propiedades como: proteínas, calcio, boro (mineral que ayuda a fijar el calcio de los huesos), potasio, hierro, ácidos grasos como omega 3, antioxidantes y también oligoelementos tales como el magnesio, manganeso, cobre, zinc y vitaminas como la niacina entre otras.[3]

La mayor parte del componente de carbohidratos de la semilla de chía es de fibra. Las semillas de chía contienen 11 gramos de fibras en 1 onza de chía.[4]

En comparación con otros alimentos tiene de proteína dos veces más que cualquier semilla, cinco veces más calcio que la leche entera, dos veces la cantidad de potasio en los plátanos, tres veces más antioxidantes que los arándanos, tres veces más hierro que las espinacas y siete veces más omega 3 que el salmón.[2]

Uso

Semillas de chía.
Vista de la planta.
Semillas empacadas para su venta.
Agua fresca de chía, tradicional de México.

Las semillas remojadas en agua liberan el mucílago, produciendo un líquido gelatinoso prácticamente insípido; en México se le saboriza con jugos vegetales o esencias y se le consume como bebida refrescante. Las semillas también pueden secarse y molerse para preparar una harina fina y de sabor intenso, llamada pinole, que se consume principalmente como dulce. Los brotes tiernos se consumen como verdura cruda o cocida y pueden ser usados en ensaladas.[5]

La composición nutricional de la semilla de chía es: Un 20 % de proteína, un 40 % de fibra alimentaria (5 % fibra soluble de muy alto peso molecular) y un 34 % de aceite; sobre el 64 % del aceite son ácidos grasos omega 3. No contiene gluten, por lo que es apta para celíacos. No se conocen componentes tóxicos en ella.[6][7]

Beneficios

1. Proporciona energía, aumenta fuerza y resistencia: por sus altos contenidos de proteínas y la combinación de vitaminas y minerales nos ayudan a ser constantes en nuestras actividades diarias.

2. Regula los niveles de azúcar: retardando el proceso por el cual las enzimas digestivas descomponen los carbohidratos y las convierten en azúcar. Después de las comidas —especialmente si comemos alimentos con almidón o dulces—, podemos llegar a sentirnos cansados y sin energía. Al equilibrar el azúcar en la sangre, no sólo reducimos el riesgo de diabetes tipo 2, también garantizamos una energía constante durante todo el día. Si se añade chía a la comida, puede ayudar a evitar las variaciones del azúcar en sangre y regular por tanto la insulina.

3. Pérdida de peso: las semillas y su acción gelificante única mantienen la sensación de saciedad durante horas.

4. Regularidad intestinal: la fibra soluble y el revestimiento de gel de la semilla mantienen el colon hidratado y aseguran el movimiento fácil de los alimentos.[8][9]

5. Prevención del envejecimiento prematuro: debido a su alto contenido de antioxidantes, ayudan a prevenir el envejecimiento.[10]

Historia

Antes de la conquista de América, la chía era un alimento básico para las civilizaciones de México; su cultivo era probablemente el tercero en importancia económica, superado sólo por el maíz (Zea mays) y el frijol (Phaseolus vulgaris). Ya antiguamente esta semilla era usada por la etnia semi-nómada de los tecuexes (grupo chichimeca), ubicados en los actuales municipios de Guadalajara, Zapotlanejo, Acatic, Tepatitlán, San Miguel el Alto, Cuquio, Yahualica, etc. y con la cual pagaban tributo a los mexicas.

Inicialmente esta semilla era recolectada de plantas silvestres (no cultivada), hasta que los tlaxcaltecas y otomíes, traídos a la región por los españoles conquistadores, la domesticaron, iniciándose con esto el cultivo de esta importante semilla. Las contribuciones eran de hasta 1500 toneladas anuales; se empleaba como alimento, como ofrenda a los dioses, y como oleaginosa para producir un aceite como base para pinturas corporales y decorativas. [cita requerida]

Se ofrendaban brotes de chía a Chicomecóatl, la diosa del maíz, durante la fiesta de la veintena de hueytozoztli; durante la veintena ritual de hueytecuílhulhuitl, se preparaba pinole de semillas de chía tostadas hasta llenar una embarcación, que se hacía flotar entre los asistentes, que tomaban de ella una porción hasta vaciarla. A su vez, los purépecha de Michoacán empleaban el pinole para fabricar unos pequeños tamales que usaban como ofrenda en el altar de sus muertos. [cita requerida]

El Codex Florentinus que transcribe la Historia general de las cosas de Nueva España de fray Bernardino de Sahagún detalla la importancia que tenía la chía en la economía precolombina; describe en detalle los aspectos de la producción, comercialización y usos de este producto.[11]

Desplazada por los cereales aportados por los españoles, el cultivo de chía desapareció durante las colonias; sobrevivió sólo en áreas montañosas aisladas de México –donde se cultiva comercialmente desde hace siglos y hasta la fecha– y Guatemala. El mayor centro productor de México está en Acatic, Jalisco,[12]​ de donde se exportan cantidades crecientes a Japón, Estados Unidos y Europa.

Un proyecto comercial desarrollado conjuntamente por varios países de América Latina comenzó en la década de 1990 a replantar experimentalmente la chía en el norte de Argentina, para proporcionar a los agricultores cultivos alternativos, con resultados excelentes.[13]

Los rendimientos del proyecto alcanzaron los 1602 kg/ha, con contenidos de aceite de hasta el 38,6 %. Se han suscrito contratos para la producción comercial de chía en las provincias de Catamarca, Salta y Tucumán, y se exporta el producto sobre todo a los Estados Unidos. La viabilidad en los estudios piloto se estimaba entre el 78 % y el 87 %, con tasas de pureza de entre el 84 % y el 97.5 %.[cita requerida] En el año 2014 una de las principales regiones productoras de chía o salvia hispánica es la provincia argentina de Tucumán.[14]​ A partir de 2011 Bolivia ha iniciado un programa de producción de chía con resultados altamente satisfactorios, lográndose una calidad que ya comienza a distinguirse en el mercado mundial comercializándose con el 99,5 % de pureza.

Taxonomía

Salvia hispanica fue descrita por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum 1: 25–26. 1753.[15]

Etimología

Salvia: nombre latino de la salvia, del latín salvus, ‘salud’ y salveo, ‘curar’, en referencia a las virtudes medicinales de las plantas de este género.

hispanica: epíteto latino que significa ‘de Hispania’.[16]

Sinonimia
  • Kiosmina hispanica (L.) Raf., Fl. Tellur. 3: 92 (1837).
  • Salvia neohispanica Briq., Annuaire Conserv. Jard. Bot. Genève 2: 137 (1898), nom. superfl.
  • Salvia tetragona Moench, Methodus: 373 (1794).
  • Salvia prysmatica Cav., Descr. Pl.: 14 (1801).
  • Salvia chia Sessé & Moc., Fl. Mexic.: 9 (1893), nom. illeg.
  • Salvia schiedeana Stapf, Bull. Misc. Inform. Kew 1896: 19 (1896).[17][18]

Véase también

Referencias

  1. «Salvia hispanica L.». Germplasm Resources Information Network (en inglés). Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. 19 de abril de 2014. Consultado el 07-10-2014. 
  2. a b USDA SR-21 Nutrient Data (2010). «Nutrition facts for dried chia seeds, one ounce». Conde Nast, Nutrition Data. 
  3. «Propiedades de la Chía (Salvia hispanica)». Consultado el 22 de diciembre de 2013. 
  4. «11 Beneficios de la chía (Salvia hispanica)». Consultado el 10 de noviembre de 2014. 
  5. «en Como se consume la chia». Consultado el 22 de marzo de 2014. 
  6. USDA SR-21 Nutrient Data (2010). «Nutrition Facts and Analysis for Seeds, flaxseed». Conde Nast, Nutrition Data. Consultado el 29 de noviembre de 2010. 
  7. USDA SR-21 Nutrient Data (2010). «Nutrition Facts and Analysis for Seeds, sesame seed kernels, dried (decorticated)». Conde Nast, Nutrition Data. Consultado el 29 de noviembre de 2010. 
  8. Stephanie Strom (23 de noviembre de 2012). «30 Years After Chia Pets, Seeds Hit Food Aisles». New York Times. Consultado el 26 de noviembre de 2012. «significantly more alpha-linolenic acid in omega-3 reached the bloodstream and was converted into eicosapentaenoic acid, a long-chain fatty acid considered good for the heart ...» 
  9. Nieman DC, Gillitt N, Jin F, Henson DA, Kennerly K, Shanely RA, Ore B, Su M, Schwartz S (2012). «Chia seed supplementation and disease risk factors in overweight women: a metabolomics investigation». J Altern Complement Med 18 (7): 700-8. PMID 22830971. doi:10.1089/acm.2011.0443. Consultado el 14 de mayo de 2014. 
  10. Prevención del envejecimiento prematuro gracias a las semillas de chia[1]
  11. Cahill, Joseph (2003). «Ethnobotany of Chia, Salvia hispanica L.(Lamiaceae)». Economic Botany 57 (4). pp. 604-618. 
  12. G. Orozco-de Rosas. Evaluación de herbicidas para el control de malezas en chía (Salvia hispanica, L) en condiciones de temporal, en Acatic, Jal. Tesis Profesional, Universidad de Guadalajara, Facultad de Agronomía, 1993.
  13. Ayerza, Ricardo (h); Coates, Wayne (1996). «New industrial crops: Northwestern Argentina Regional Project». Progress in new crops (ed. J. Janick). Alexandria: ASHS Press. p. 45-51 [2]. 
  14. La chía se cultiva en los campos tucumanos.
  15. «Salvia hispanica». Tropicos.org. Missouri Botanical Garden. Consultado el 8 de diciembre de 2012. 
  16. en Epítetos Botánicos
  17. Salvia hispanica en PlantList
  18. «Salvia hispanica». World Checklist of Selected Plant Families. Consultado el 08-12-2012. 

Bibliografía

  1. CONABIO. 2009. Catálogo taxonómico de especies de México. 1. In Capital Nat. México. CONABIO, Mexico City.
  2. Correll, D. S. & M. C. Johnston. 1970. Man. Vasc. Pl. Texas i–xv, 1–1881. The University of Texas at Dallas, Richardson.
  3. Davidse, G., M. Sousa Sánchez, S. Knapp & F. Chiang Cabrera. (editores generales) 2012. Rubiaceae a Verbenaceae. Fl. Mesoamer. 4(2): 1–533.
  4. Epling, C. 1951. Supplementary notes on American Labiatae - V. Brittonia 7(3): 129–142.
  5. Hokche, O., P. E. Berry & O. Huber. 2008. 1–860. In O. Hokche, P. E. Berry & O. Huber Nuevo Cat. Fl. Vasc. Venezuela. Fundación Instituto Botánico de Venezuela, Caracas.
  6. Idárraga-Piedrahita, A., R. D. C. Ortiz, R. Callejas Posada & M. Merello. 2011. Flora de Antioquia. Catálogo de las Plantas Vasculares, vol. 2. Listado de las Plantas Vasculares del Departamento de Antioquia. Pp. 1-939.
  7. Jørgensen, P. M. & C. Ulloa Ulloa. 1994. Seed plants of the high Andes of Ecuador---A checklist. AAU Rep. 34: 1–443.
  8. Jørgensen, P. M. & S. León-Yánez. (eds.) 1999. Catalogue of the vascular plants of Ecuador. Monogr. Syst. Bot. Missouri Bot. Gard. 75: i–viii, 1–1181.
  9. Molina Rosito, A. 1975. Enumeración de las plantas de Honduras. Ceiba 19(1): 1–118.
  10. Pool, A. 2007. Lamiaceae. In: Manual de Plantas de Costa Rica. Vol. 6. B.E. Hammel, M.H. Grayum, C. Herrera & N. Zamora (eds.). Monogr. Syst. Bot. Missouri Bot. Gard. 111: 49–89.

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